Cristo... Bsqj.
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(Apocalipsis
22:17)
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que
quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Apocalipsis 22:17
INTRODUCCIÓN
El libro de Apocalipsis nos describe de manera muy clara el periodo de gran tribulación que
viene para este mundo, sin embargo, antes de finalizar, en su último capítulo, hace una
exclamación que resalta el anhelo que ha estado en los corazones de todos los creyentes a lo largo
de la historia, el anhelo por el pronto regreso de Cristo: Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que
oye, diga: Ven. Jesús vendrá al final de la gran tribulación, pero no si antes haber venido a
liberarnos de este mundo y los juicios que vienen para él. Cristo regresara por su iglesia, pero no
tocara su pie tierra, sino desde las nubes El nos llamara y será cuando ocurra el rapto de la iglesia.
Ahora bien, si revisamos esta gloriosa promesa podemos encontrar algunas razones por las cuales
los cristianos la esperamos con gran anhelo.
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas
moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si
me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis”.
Juan 14:1-3
La primera razón por la cual nosotros esperamos a Cristo es porque El prometió que se iba
a preparar lugar para nosotros en el reino de los cielos: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios,
creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera
dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Jesús dijo que en la casa de su Padre había
muchas moradas y que iría a preparar morada para nosotros, por eso prometió que regresaría por
nosotros y nos tomaría a sí mismo para que estemos con El, lo cual es una alusión al rapto de la
iglesia: Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis. Nosotros los cristianos sabemos que este mundo no es
nuestro hogar, de hecho, en la Biblia se nos dice que sobre extranjeros y peregrinos: “Amados, yo
os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan
contra el alma”, (1 Pedro 2:11). Por tanto, sabemos que esta tierra no es nuestra morada final,
tenemos una mejor y esta en el reino de los cielos, y por eso anhelamos su regreso.
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó,
así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra
del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel,
y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
1 Tesalonicenses 4:13-18
En segundo lugar, los cristianos esperamos a Cristo porque El nos ha dado una de las mas
gloriosas promesas que podemos encontrar en la Biblia, el rapto de la iglesia. En 1 Tesalonicenses
el apóstol Pablo presenta esta revelación con la cual quiere que se consuelen todos los
cristianos: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. El apóstol nos explica cómo será este
momento donde al toque de la final trompeta, los muertos en Cristo serán resucitados y luego los
que hayamos quedado seremos raptado a las nubes juntamente con El: Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor. Definitivamente el rapto de la iglesia es una promesa con la cual nos
regocijamos y por lo cual esperamos ansiosamente la venida de nuestro Señor: Por tanto, alentaos
los unos a los otros con estas palabras.
Apocalipsis 3:10
Finalmente, los cristianos esperamos el regreso de Cristo porque El nos librara de la gran
tribulación. Todos sabemos que hay un periodo terrible de juicios que viene sobre esta tierra,
tiempo terrible que es anunciada por los profetas del Antiguo Testamento y al cual llamaron el día
de Jehová. También Jesús hablo de este periodo de gran tribulación allá en Mateo 24 y los autores
del Nuevo Testamento también lo hicieron, y Juan en su libro de Apocalipsis nos detalla en gran
manera lo que será este periodo. No obstante, nosotros los cristianos tenemos una gran promesa
de parte de nuestro Señor donde nos asegura que nos librara de este tiempo de gran angustia: Por
cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba
que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. Un día la
trompeta sonara y los creyentes seremos arrebatados de esta tierra y será justo allí cuando inicie
este terrible periodo de 7 años conocido como la gran tribulación.
CONCLUSIÓN.
Los cristianos esperamos con ansias el regreso de Cristo y como lo dice el libro de
Apocalipsis nosotros decimos: el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Este anhelo
enorme por su venida esta fundamentado en las siguientes razones:
2. Porque el rapto de la iglesia es una gloriosa promesa que nos consuela, (1 Tesalonicenses 4:13-
18).