Resumen de Los Anexos PCB

RESUMEN ANEXO 1.
UN COMENTARIO SOBRE CONSEJERÍA

La habilidad de escuchar es crucial para ser un buen consejero, ya que la mayoría
de las personas tienden a escuchar solo un 25% de lo que se dice, dedicando el
75% restante a preparar su respuesta. Oír y escuchar son procesos diferentes; oír
es simplemente percibir sonidos, mientras que escuchar implica enfocarse en el
mensaje del emisor. Para un consejero, brindar un espacio para que el aconsejado
se desahogue es fundamental, ya que muchas personas solo necesitan ser
escuchadas para liberar sus emociones.
El Dr. Gary Collins, en su libro "Consejería Cristiana Efectiva", enfatiza que el
consejero debe prestar atención completa al aconsejado, evitando que su mente
divague y no hablando en exceso. Un buen ejemplo de esto es el caso de Eliú,
quien escuchó pacientemente los argumentos de otros antes de expresar su
opinión con firmeza, lo que le otorgó autoridad para corregir y refutar sin temor.
Escuchar con respeto y paciencia permite al consejero hablar con mayor
contundencia y efectividad.
En este contexto, el amor y la mansedumbre son esenciales; como se menciona
en 1 Corintios 16:14, todas nuestras acciones deben ser hechas con amor.
Además, en psicología se distinguen dos técnicas de consejería: la técnica
directiva y la técnica no directiva. La primera implica que el consejero formula
preguntas y ofrece soluciones específicas al problema del aconsejado, guiándolo
hacia la resolución. En cambio, la técnica no directiva coloca al asesorado en el
centro, permitiéndole hablar libremente sobre sus problemas y sentimientos,
mientras el consejero escucha, reflexiona y ayuda al aconsejado a autoexplorarse
y encontrar su propia solución, sin imponerle decisiones.
Ambas técnicas son valiosas en la consejería, pero es la capacidad de escuchar
activamente lo que permite al consejero establecer una conexión genuina y efectiva
con el aconsejado, facilitando un proceso de sanación y comprensión.
RESUMEN ANEXO 2
ELIÚ, MODELO DE CONSEJERÍA CRISTIANA
En el relato de Job, Eliú actúa como un consejero que, tras escuchar y entender la
situación de Job, se prepara para confrontar su problema. Eliú expresa que sus
palabras provienen de un corazón honesto y que su objetivo es ayudar a Job a
reconocer la raíz de su sufrimiento: su intento de justificarse ante Dios y su
percepción de la injusticia divina. Este proceso de confrontación debe realizarse
con mansedumbre y sin emitir juicios, ya que el aconsejado necesita orientación y
empatía en lugar de críticas.
Después de confrontar a Job, Eliú le enseña cómo resolver su problema, guiándolo
a comprender la soberanía y omnipotencia de Dios. Este enfoque educativo es
esencial, ya que el consejero cristiano debe mostrar las consecuencias del pecado
y la solución a través de la fe en Dios. Eliú utiliza técnicas de consejería, tanto
directivas como no directivas, reconociendo que cada enfoque tiene sus
limitaciones. La técnica directiva puede llevar a diagnósticos erróneos si el
consejero no escucha adecuadamente, mientras que la técnica no directiva,
aunque permite la liberación emocional, puede no guiar al aconsejado hacia una
solución efectiva.
Larry Crabb Jr. resalta que el objetivo del consejero es ayudar al aconsejado a
renovar su entendimiento y dirigirse a Dios para una verdadera transformación.
Eliú, al final, dirige a Job hacia Dios, recordándole que la verdadera restauración
proviene de conocer a Cristo y de un proceso de transformación que implica la
lectura de la Biblia, la oración y la acción del Espíritu Santo. En definitiva, el
evangelio se presenta como la respuesta suficiente para la plenitud y la vida eterna,
fundamentales en el trabajo del consejero cristiano.
También resalta los peligros de llegar a conclusiones prematuras sin contar con la
información adecuada, como ocurrió con los consejeros de Job, quienes no
hicieron preguntas ni escucharon con atención, lo que agravó su sufrimiento en
lugar de aliviarlo. Por lo tanto, para ofrecer un apoyo efectivo, el consejero debe
escuchar atentamente, ser empático y anotar los detalles relevantes que ayudarán
a entender la naturaleza del problema, evitando caer en el error de interpretar
situaciones sin la información necesaria.
RESUMEN ANEXO 3
CONCEPTOS INTEGRADORES TEOLOGÍA-PSICOLOGÍA

1. Separados pero Iguales: Este enfoque sugiere que las Escrituras y la
psicología abordan diferentes necesidades humanas. Los problemas
espirituales y teológicos son considerados responsabilidad de la fe, mientras
que las cuestiones médicas y psicológicas se deben dejar en manos de
profesionales capacitados. Sin embargo, se critica la idea de que la Biblia
no tiene relevancia para problemas emocionales, argumentando que
muchos trastornos psicológicos están relacionados con temas que la Biblia
aborda, como la culpa y la ansiedad. Separar la Biblia de la psicología se
considera una perspectiva inadecuada.
2. Ensalada Mixta: Este concepto integra ideas de la Biblia con conocimientos
psicológicos para ofrecer una psicoterapia cristiana efectiva. Se busca
combinar recursos bíblicos, como el perdón y la esperanza, con principios
psicológicos. La idea es que ambas disciplinas pueden complementarse
para abordar problemas humanos. Por ejemplo, al unir la hamartiología
(estudio del pecado) y la psicopatología (estudio de los desvíos mentales),
se abre un diálogo que permite un enfoque más completo y útil para la
sanación.
3. Nadamasquismo: Este enfoque rechaza la psicología completamente,
enfatizando que la gracia y la fe en Cristo son suficientes para resolver todos
los problemas del ser humano. Aunque se valora la suficiencia de Cristo, se
critica que esta postura simplifique las causas de los problemas personales,
atribuyéndolos únicamente al pecado. Se utiliza el ejemplo de un ciego en
el que Jesús aclara que no se trata solo de pecado, sugiriendo que no todos
los problemas son el resultado directo de fallas morales. Este enfoque puede
ser problemático al no reconocer la complejidad de las dificultades
psicológicas que algunas personas enfrentan.
4. Despojo a los egipcios: Este concepto se refiere al éxodo de Israel, donde
se menciona que, además de los bienes materiales, el pueblo llevó consigo
a una “multitud de toda clase de gente” de Egipto. Esta “gente” representaba
valores opuestos a la fe israelita, reflejando una versión moderna de un
cristianismo que busca beneficios sin un verdadero compromiso con Cristo.
El peligro radica en la adopción de actitudes que priorizan el provecho
personal en lugar de una auténtica fe y devoción.
En resumen, estos conceptos reflejan diferentes maneras de integrar la psicología
y la teología, cada uno con sus implicaciones y críticas sobre cómo abordar los
problemas humanos desde una perspectiva cristiana.
Es crucial adoptar un enfoque que reconozca la interconexión entre la psicología y
la teología, fomentando un entendimiento que considere tanto las necesidades
emocionales como las espirituales del ser humano. Un enfoque integrador y
equilibrado puede facilitar un proceso de sanación más efectivo, guiando a las
personas hacia una vida plena y en relación con Dios, mientras se abordan sus
necesidades psicológicas.

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