Aparato Reproductor Masculino
Aparato Reproductor Masculino
Aparato Reproductor Masculino
Los órganos sexuales masculinos están constituidos por una compleja disposición de órganos
genitales internos y externos. Su función es la reproducción y el placer sexual. Las funciones
reproductoras masculinas se dividen en 3:
Funículo espermático
Al pasar a través del conducto inguinal, el proceso vaginal, el testículo, el conducto deferente y las
ducto inguinal, estructuras neurovasculares del testículo (o el proceso vaginal y el gubernáculo
ovárico inferior en las mujeres) quedan englobados en extensiones fasciales derivadas de la
mayoría (tres de cuatro) de las láminas que atraviesan. Debido a esto, su recubrimiento es
trilaminar.
Escroto
Testículos
El testículo es la gónada masculina, con la forma y el tamaño de una aceituna grande o una ciruela
pequeña, que produce espermatozoides y hormonas masculinas. Cada testículo está englobado,
excepto posterior y superiormente, por una bolsa serosa bilaminar, la túnica vaginal, derivada del
peritoneo.
La cara externa del testículo está cubierta por la túnica albugínea, fibrosa, que se engrosa
interna y posteriormente como el mediastino del testículo, del que irradian los septos. Entre los
septos hay asas de delgados túbulos seminíferos, donde se forman los espermatozoides. Los
túbulos convergen y drenan en la red testicular del mediastino, que a su vez está conectada al
epidídimo por los conductillos eferentes. La inervación, la vascularización y el drenaje linfático del
testículo reflejan el origen abdominal del órgano, y en su mayoría son independientes del saco
escrotal que lo rodea.
El epidídimo está formado por el conducto, muy plegado y compacto, del epidídimo, que va
desde los conductillos eferentes al conducto deferente; es el lugar donde se almacenan y maduran
los espermatozoides. El epidídimo se adhiere a las caras superior y posterior del testículo, más
protegidas.
Espermatogenia
Las células germinales primordiales migran hacia los testículos y se convierten espermatogonias
(Inmaduras). En la pubertad las espermatogonias se dividen por mitosis y proliferándose y
diferenciándose para formar espermatozoides. el período de espermatogenia dura 74 días.
Meiosis
Las espermatogonias que penetran en las células de Sertoli se modifican y aumentan de tamaño
para formar espermatocitos primarios grandes. Cada espermatocito primario se divide formando 2
espermatocitos secundarios que se dividen formando espermátides que se convierten en
espermatozoides (esperma). Durante la modificación, los 46 cromosomas del espermatocito se
reparten, de manera que 23 cromosomas van a una espermátide y los otros 23, a la otra. Esto
hace posible que la mitad genética del feto proceda del padre y la otra mitad procede de la madre.
Cromosomas sexuales
Cada espermátide se alarga para constituir los espermatozoides y cada uno está compuesto por
cabeza y cola. La cabeza está formada por el núcleo celular revestido de citoplasma y de M.
celular. En la cabeza existe el acrosoma (en el aparato de Golgi) y contiene enzimas incluida la
hialuronidasa (digiere filamentos de proteoglucanos) y enzimas proteolíticas (digerir proteínas).
Estas enzimas permiten al espermatozoide entrar en el óvulo y fecundarlo.
1. La testosterona, secretada por las células de Leydig es esencial para el crecimiento y la división
de las células germinales. 2. La hormona luteinizante (Adenohipófisis), estimula la secreción de
testosterona. 3. La hormona foliculoestimulante (adenohipófisis), estimula a las células de Sertoli;
sin esta estimulación no se produciría la conversión de espermátides en espermatozoides; 4. Los
estrógenos son esenciales para la espermatogenia. 5. La hormona del crecimiento controla
funciones metabólicas básicas de los testículos, deficiencia de esta hormona lleva a la esterilidad.
Los testículos secretan varias hormonas sexuales masculinas (andrógenos- son esteroideos) son
la testosterona, la dihidrotestosterona y la androstenodiona. La testosterona se produce en las
células intersticiales de Leydig, situadas en los túbulos seminíferos. Las células de Leydig son casi
inexistentes en los testículos durante la niñez (apenas se secreta testosterona), pero son muy
numerosas en el recién nacido varón y en el varón adulto en cualquier momento después de la
pubertad. Tanto en los testículos y en las glándulas suprarrenales, los andrógenos se sintetizan a
partir del colesterol o acetil coenzima A.
Funciones de la testosterona
Es responsable de las características del cuerpo masculino. Durante la vida fetal, la gonadotropina
coriónica placentaria estimula a los testículos para que produzcan cantidades moderadas de
testosterona durante todo el período de desarrollo fetal; durante la niñez y hasta la edad de 10 a 13
años, la producción de testosterona es casi nula. A partir de ese momento, la secreción de la
hormona aumenta con rapidez bajo el estímulo de las gonadotropinas hipofisarias al comienzo de
la pubertad y continúa durante el resto de la vida, descendiendo rápidamente más allá de los 50
años, para situarse entre el 20 y el 50% del valor máximo a los 80 años.
La testosterona, secretada primero por las crestas genitales y más tarde por los testículos
fetales, es la responsable del desarrollo de las características corporales masculinas, como la
formación de un pene y un escroto en lugar de un clítoris y una vagina. También induce la
formación de la glándula prostática, las vesículas seminales y los conductos genitales masculinos.
Los testículos descienden al escroto durante los últimos 2 o 3 meses de gestación, cuando
se secreta cantidades suficientes de testosterona. Si un niño varón nace con los testículos no
descendidos, la administración de testosterona podrá hacer que los testículos desciendan. La
administración de hormonas gonadótropas, que estimulan a las células de Leydig de los testículos
del recién nacido para que produzcan testosterona, también puede hacer que los testículos
desciendan.
La testosterona hace crecer el pelo: 1) sobre el pubis; 2) hacia arriba a lo largo de la línea
alba; 3) en la cara; 4) en el tórax, y 5) la espalda.
Conducto deferente
El conducto deferente, con forma de cordón, es el componente principal del cordón espermático y
transporta los espermatozoides desde el epidídimo hasta el conducto eyaculador. La porción distal
de los conductos es superficial dentro del escroto (y por tanto fácilmente accesible para la
deferentectomía o vasectomía) antes de atravesar la pared anterior del abdomen a través del
conducto inguinal. La porción pélvica del conducto se sitúa inmediatamente externa al peritoneo; su
porción terminal se agranda externamente mientras su luz se hace tortuosa internamente,
formando la ampolla del conducto deferente.
Las vesículas seminales, situadas oblicuamente, convergen en la base de la vejiga, donde cada
uno de sus conductos se fusiona con el conducto deferente ipsilateral para formar un conducto
eyaculador.
Las vesículas seminales y la próstata producen con diferencia la mayor parte del líquido
seminal, indispensable para transportar y liberar los espermatozoides. Estos órganos genitales
internos, situados dentro de la pelvis masculina anterior, reciben sangre desde las arterias vesical
inferior y rectal media, y drenan en el plexo venoso continuo prostático/vesical.
Función de la próstata
La próstata secreta un líquido poco denso, lechoso, que contiene iones citrato, calcio y fosfato, una
enzima de coagulación y profibrinolisina que contribuyen al volumen de semen. Es alcalino y sirve
para la fecundación del óvulo; el líquido del conducto deferente es ácido por el ácido cítrico
haciendo que se inhiba la fertilidad de los espermatozoides. Las secreciones vaginales de la mujer
son ácidas (pH de 3,5 a 4). Los espermatozoides no son son óptimos hasta un pH mayor de 6 a
6,5. El líquido prostático ayuda a neutralizar la acidez de otros líquidos facilita la movilidad y
fertilidad de los espermatozoides.
Uretra
La uretra masculina consta de cuatro porciones; dos de ellas son las porciones intramural y
prostática. La intramural tiene una longitud y un diámetro variables, dependiendo de si la vejiga se
está llenando o vaciando. La uretra prostática se distingue tanto por lo que la rodea como por las
estructuras que desembocan en ella. Está rodeada por la próstata. Los conductos prostáticos
desembocan en senos prostáticos a cada lado de la cresta de la uretra. El utrículo vestigial es una
abertura relativamente grande en el centro de los colículos seminales, flanqueado por las diminutas
aberturas de los conductos eyaculadores. Las vías reproductivas y urinarias se unen en la uretra
prostática.
Semen
El semen se compone del líquido y los espermatozoides del conducto deferente (10% del total), el
líquido de las vesículas seminales (60%), el líquido de la glándula prostática (30%) y pequeñas
cantidades procedentes de las glándulas mucosas (bulbouretrales). El pH medio del semen es de
7, 5. El líquido prostático confiere al semen un aspecto lechoso y el líquido de las vesículas
seminales y de las glándulas mucosas, la consistencia mucoide. En los primeros minutos, los
espermatozoides están inmóviles, debido a la viscosidad un coágulo y cuando se disuelve, los
espermatozoides adquieren una gran movilidad. Los espermatozoides una vez eyaculados en el
semen su supervivencia máxima es solo de 24 a 48 h a la temperatura corporal.
La cantidad de semen eyaculado en cada coito es, como promedio, de 3,5 ml y en cada mililitro de
semen hay un promedio de unos 120 millones de espermatozoides. Cuando el número de
espermatozoides por mililitro cae por debajo de unos 20 millones, es probable que la persona no
sea fértil.
Pene
El glande del pene es una expansión distal del cuerpo esponjoso, que presenta el orificio
uretral externo en su punta y una corona que se proyecta hacia fuera y sobre el cuello del glande. A
menos que se extirpe en la circuncisión, el cuello está cubierto por el prepucio. Excepto la piel
situada cerca de la raíz, el pene está irrigado principalmente por ramas de las arterias pudendas
internas. Las arterias dorsales irrigan la mayor parte del cuerpo y del glande. Las arterias
profundas irrigan el tejido cavernoso. Las arterias helicinas terminales se abren para llenar los
senos con sangre por efecto de la presión arterial, lo que provoca la erección del pene. Las
estructuras superficiales drenan a través de la vena dorsal superficial en las venas pudendas
externas, mientras que los cuerpos eréctiles drenan a través de la vena dorsal profunda en el plexo
venoso prostático.
La inervación sensitiva y simpática se vehicula principalmente a través del nervio dorsal del
pene, pero las arterias helicinas que producen la erección están inervadas por nervios cavernosos,
prolongaciones del plexo nervioso prostático.
La fuente más importante de señales nerviosas sensitivas para la iniciación del acto sexual
masculino es el glande del pene. Órgano sensitivo que transmite al SNC la sensación sexual. Las
sensaciones sexuales pueden originarse incluso en estructuras internas, como en zonas de la
uretra, la vejiga, la próstata, las vesículas seminales, los testículos y el conducto deferente.
Los estímulos psicológicos adecuados pueden facilitar mucho la capacidad de una persona
para realizar el acto sexual. En los varones se producen eyaculaciones nocturnas, llamadas
sueños húmedos, en algunas etapas de la vida sexual, durante la adolescencia.
La erección del pene es el primer efecto de la estimulación sexual masculina. La erección se debe
a los impulsos parasimpáticos que alcanzan el pene desde la porción sacra de la médula espinal a
través de los nervios pélvicos Estas fibras secretan óxido nítrico, péptido intestinal vasoactivo y
acetilcolina. El tejido eréctil del pene es un conjunto de cuerpos cavernosos, que contienen poca
sangre, pero que experimentan una dilatación cuando la sangre arterial fluye a su interior.
La emisión y la eyaculación son la culminación del acto sexual masculino. Cuando el estímulo
sexual es intenso, los centros reflejos de la médula espinal comienzan a emitir impulsos
simpáticos que abandonan la médula al nivel de T12 a L2 y pasan a los órganos genitales por los
plexos nerviosos simpáticos hipogástricos y pélvicos para iniciar la emisión. La emisión comienza
con la contracción del conducto deferente y de la ampolla para provocar la expulsión de los
espermatozoides a la uretra interna. Después, las contracciones del revestimiento muscular de la
glándula prostática, seguidas de la contracción de las vesículas seminales, expelen el líquido
prostático y seminal hacia la uretra, empujando hacia adelante a los espermatozoides. Todos estos
líquidos se mezclan en la uretra interna con el moco ya secretado por las glándulas bulbouretrales
para formar el semen. El proceso, hasta este punto, es la emisión. El llenado de la uretra interna
por el semen desencadena señales sensitivas que se transmiten a través de los nervios pudendos
a las zonas sacras de la médula. Estas señales sensitivas estimulan también la contracción rítmica
de los órganos genitales internos y causan la contracción de los músculos isquiocavernosos y
bulbocavernosos que comprimen las bases del tejido eréctil peniano. Este proceso final se
denomina eyaculación.
Control de la función sexual masculina por las hormonas del hipotálamo y la adenohipófisis
El control de las funciones sexuales, comienza con la secreción de GnRH por el hipotálamo y
estimula la secreción de otras dos hormonas gonadotropinas en la adenohipófisis: 1) hormona
luteinizante (LH), y 2) hormona foliculoestimulante (FSH). La LH es el estímulo primario para la
secreción de testosterona por los testículos; la FSH estimula principalmente la espermatogenia.