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    EL AMOR DA

    Generalmente hablando, no se puede comparar el amor del ser humano con el


    amor de Dios; estos dos se diferencian porque el amor del ser humano puede ser
    terrenal, material, y temporal, y por lo general no da nada a cambio, pero el amor
    de Dios lo ha dado todo (Jn. 3.16).

    Nuestro Señor Jesucristo dijo: “yo pongo mi vida para volverla a tomar.
    Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo” (Jn. 10.17-18).
    “nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
    amigos” (Jn. 15. 13).

    Ser amigo de Jesús es lo más valioso que podamos tener, Él ya puso su parte
    para entablar una amistad con cada uno de nosotros, una amistad sincera, Él
    entregó su vida por nosotros; ahora somos nosotros los que debemos dar a
    cambio algo, la parte que nos corresponde dar.

    ¿Cuál sería esa parte que nosotros debemos dar?

    La obediencia, eso sería lo mínimo que podríamos hacer para ser amigos de
    Cristo, y nuestro Señor lo enseñó cuando dijo: “vosotros sois mis amigos, si
    hacéis lo que yo os mando” (Jn. 15.14).

    Jesús podría haber escapado de su cruel castigo en la cruz (Mat. 26.53), pero el
    amor que Él sintió por nosotros lo hizo ir a su destino ya trazado. Este Jesús
    humilde y amoroso lo ha dado todo por nuestra amistad; ahora como todo amigo
    que nos ayuda y como toda persona común y corriente, Él espera que usted
    demuestre que quiere ser su amigo.

    El Cada primer día de la semana nos dice: “Haced esto en memoria de mí”
    (1 Cor. 11.24); el cada domingo nos dice que “cada uno dé como propuso en
    su corazón” (2 Cor. 9.7); y si nosotros de corazón le obedecemos, el dice que
    “seremos sus amigos”.

    ¿Abandonaría usted la amistad de Cristo?

    ¿Responde usted positivamente el llamado de Cristo cada domingo?

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