Regulación de La Lipogénesis y Lipólisis en Tejido Adiposo en La Obesidad
Regulación de La Lipogénesis y Lipólisis en Tejido Adiposo en La Obesidad
Regulación de La Lipogénesis y Lipólisis en Tejido Adiposo en La Obesidad
FACULTAD DE MEDICINA
CÁTEDRA DE BIOQUÍMICA
ESTUDIANTES
FACULTAD: Medicina
CÁTEDRA: Bioquímica
SEMESTRE: Cuarto
GESTION
2023
1. INTRODUCCIÓN
La obesidad es un aumento de la energía almacenada como grasa que ocurre
cuando la ingestión calórica excede el gasto calórico. Avances en los sistemas
fisiológicos de los cuales depende el mantenimiento de las reservas de energía en
respuesta al acceso variable a nutrición y demandas de gasto de energía.
El sistema fisiológico que controla la ingestión de alimento y el gasto de energía
está compuesto de: señales aferentes a plazos largo y corto que permiten detectar
el estado del individuo en cuanto a energía; los centros cerebrales integradores que
determina el nivel de la respuesta eferente; señales eferentes como las que regulan
la intensidad del hambre y la magnitud del gasto de energía. (1) Es allí donde entra
la Hormona leptina, la cual presenta distintos puntos de interacción con respecto a
la obesidad, ya que por su regulación a nivel metabólico por la ingesta de alimentos
cumple una función importante tanto en la cronología adecuada del consumo de
alimentos siendo así que una alteración o disfunción en su producción o en su
recepción de señal endocrina podría condicionar una alteración metabólica como la
obesidad, cabe recalcar que la resistencia a la insulina es motivo de estudio como
precedente y marcador de obesidad. Además de su papel en la regulación del
apetito, la leptina muestra potencial terapéutico en situaciones de deficiencia, más
allá de ser simplemente considerada como un agente para la pérdida de peso en
casos de obesidad. Este enfoque busca explorar su utilidad en contextos clínicos
específicos donde la falta de leptina puede ser un factor determinante, brindando así
perspectivas más amplias sobre sus aplicaciones terapéuticas.
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La leptina es una hormona polipeptídica muchas veces activa en la enfermedad de
la obesidad, muy poco se habla de la resistencia a la leptina como factor predecesor
de la obesidad por lo cual se ve la importancia de rescatar información relevante y
recalcar puntos importantes y de relevancia sobre su impacto en la obesidad, ya que
esta tiene una gran repercusión como la epidemia del siglo XXI, actualmente
considerada como uno de los principales problemas de salud pública.
3. JUSTIFICACIÓN
A lo largo de la historia muchas hormonas proteicas han sido investigadas, las
cuales tienen gran participación en el metabolismo de una persona con obesidad.
por lo cual queremos respaldar la importancia de la leptina en el metabolismo de la
obesidad, ya que su importancia repercute a nivel médico y social. Es importante
2
también informar sobre cómo se prese+nta esta enfermedad y los tratamientos
disponibles en el mundo ante estas alteraciones por lo que esta investigación busca
explorar la relevancia de la leptina en el tratamiento de la pérdida de peso en
pacientes con sobrepeso u obesidad, con el objetivo de identificar posibles
intervenciones terapéuticas basadas en su regulación.
4. OBJETIVO
4.1. Objetivo general
Analizar las características de la hormona leptina en cuanto a su papel en
regulación del apetito y sus alteraciones a nivel metabólico por las cuales puede
considerarse un factor metabólico importante en la enfermedad de la obesidad.
4.2. Objetivos específicos
● Realizar una revisión bibliográfica sobre la producción de la leptina y las
alteraciones importantes que afectan al metabolismo.
● Explorar las investigaciones científicas más recientes sobre los mecanismos
moleculares de identificación de estas alteraciones de la leptina.
● Describir la influencia de la leptina en el equilibrio energético en individuos con
obesidad, y tratamientos opcionales frente a disfunciones de la leptina.
5. MARCO TEÓRICO
5.1. Obesidad como desregulación del Sistema Endocrino:
La obesidad es un aumento de la energía almacenada como grasa que ocurre
cuando la ingestión calórica excede el gasto calórico.
Una visión simplista de la fisiopatología de la obesidad es: para que se produzca
acumulación adiposa, es preciso que exista un desequilibrio con exceso de la
ingesta calórica con relación al requerimiento energético individual (metabolismo
basal, actividad física y termogénesis). No obstante, esta visión es demasiado
simple ya que en el ser humano existe un mecanismo muy complejo de regulación
que ajusta las variaciones de la ingesta y del gasto energético, de modo que la
cantidad de grasa corporal, y por tanto el peso del organismo, se mantenga dentro
de unos márgenes estrechos de variabilidad. La experiencia y la observación
demuestran que una parte importante de la población mantiene su peso corporal sin
esfuerzo y sin limitar de forma voluntaria su ingesta alimentaria. Pequeños
aumentos en la ingesta calórica se acompañan de incrementos en el gasto
energético y en su posterior ajuste a la ingesta y, por tanto, no se traducen en un
incremento apreciable del peso corporal. Sin embargo, parte importante de la
3
población estos mecanismos de ajuste fracasan y se produce la acumulación
adiposa (Foz & Barbany, 2015, página 13).
Fisiológicamente, existen muchas hormonas y péptidos que actúan en un sistema
de retroalimentación integrado por el sistema gastrointestinal, los adipocitos, el
hipotálamo y el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, la distensión y las contracciones
gástricas producen señales de saciedad y de disminución del apetito. Este sistema
de gran precisión se ve influido además por las concentraciones de glucosa en el
suero. Cuando la glucemia se reduce en un 10%, se produce un aumento del
apetito. (1)
5.2. Descripción de la obesidad como una enfermedad metabólica
El IMC es igual al peso corporal en kilogramos, dividido entre la talla en metros
cuadrados (IMC = peso en kg/ talla en m2). Se considera ideal un IMC entre 20 y 25;
sobrepeso entre 25 y 29,9; obesidad grado I de 30 a 34,9 de IMC; obesidad grado II
de 35 a 39,9 de IMC y obesidad grado III, extrema o mórbida, con un IMC mayor de
40. El resultado de estudios demuestran que un IMC >25 aumenta las
probabilidades de eventos relacionados con la enfermedad aterosclerótica y sus
consecuencias. (2)
5.3. Implicaciones de la obesidad en la homeostasis hormonal
La regulación orgánica de la ingesta energética constituye un proceso esencial para
el adecuado funcionamiento celular, posibilita un equilibrio necesario entre la
cantidad de energía almacenada en forma de grasa corporal y el catabolismo de la
misma. Gracias a la coordinación entre diferentes sistemas desde estructuras
nerviosas centrales hasta la unidad funcional última del tejido adiposo, el adipocito.
Controlado a nivel del SNC por el hipotálamo. Además, en esta regulación participan
numerosos péptidos con acciones sinérgicas o antagónicas sintetizados en distintos
tejidos interactuantes entre sí y con diferentes señales neurales conduciendo la
información hasta distintos núcleos que emitirán una respuesta de comienzo o
finalización de la ingesta (aumento o inhibición del gasto calórico).
La alteración del equilibrio de este complejo entramado de señales puede originar el
desarrollo de procesos patológicos crónicos como la obesidad. El conocimiento de
estos procesos ha posibilitado en la actualidad ver nuevas perspectivas terapéuticas
en el control de enfermedades crónicas como la obesidad. (3)
4
5.4. Efectos de la obesidad en la señalización hormonal y metabólica
La carencia de leptina en sujetos, bien sea por un déficit en su producción, bien por
defectos en los receptores específicos de ésta, va a determinar el desarrollo de
complicaciones precoces en los sujetos que la padecen tales como obesidad severa
de aparición precoz, hiperfagia, diabetes, e infertilidad. Así, se ha comprobado cómo
aportaciones exógenas de leptina mejoran sustancialmente estos síntomas y su
intensidad. Sin embargo, y de un modo casi paradójico, la mayoría de sujetos con
obesidad severa (excepto aquellos con una mutación en el gen ob/ob y el
consiguiente déficit inducido de leptina), presentan unos niveles de leptina e insulina
plasmáticos considerablemente elevados. Esta situación, nos lleva a sospechar de
un posible fenómeno de resistencia a la acción de estas hormonas, aspecto ya
verificado en el caso de la insulina. Dicha resistencia a la leptina podría venir
mediada por alteraciones en el proceso de transporte de la leptina a través de la
célula endotelial de la barrera hematoencefálica hacia el líquido cefalorraquídeo
provocando la disfunción de la transducción de la señal del receptor de la leptina.
Por defectos en el receptor de la leptina o bien por alteraciones en uno o varios de
los sistemas neuronales que responden a la señalización de la leptina. A pesar de
desconocer aún en la actualidad múltiples de los procesos relacionados con la
leptina y su implicación en la obesidad, son numerosos los aspectos que nos llevan
a pensar más en una situación de resistencia orgánica a la leptina que a la carencia
de ésta en aquellos sujetos con obesidad. (3)
5.5. Leptina: Hormona de Saciedad:
5.5.1. Funciones de la leptina en la regulación del apetito en el
cerebro
La principal señal aferente que permite al cerebro detectar la magnitud de las
reservas de energía es la hormona leptina, actúa sobre el hipotálamo para disminuir
el apetito y aumentar el metabolismo basal.
La leptina es un péptido hormonal producido por los adipocitos en el tejido adiposo.
Se deriva del griego leptos = delgada y posee un peso molecular de 16 KDA. El
equipo de Friedman clonó exitosamente en diciembre de 1994 el gen OB en el ratón
y su homólogo humano, e identificar su producto proteico: la hormona leptina. (4)
Esta proteína de 167 aminoácidos parecida a citosina es liberada por adipocitos. En
circunstancias basales la concentración sérica circulante de leptina se correlaciona
con la masa de grasa y disminuye después de la pérdida de peso. La concentración
5
decreciente de leptina informa al cerebro de disminución del almacenamiento
dgrasa originada por un balance de energía negativo. Esto da por resultado efect
os compensadores sobre el apetito y el gasto de energía dirigida a reabastecer las
reservas y establecer el balance de energía. (1)
Este péptido actúa sobre los receptores en el cerebro para regular el peso corporal y
los depósitos de grasa, los cuales, en exceso inducen la obesidad, actualmente
considerada un problema nacional de salud, aunque no se conoce el mecanismo de
acción. La obesidad se considera como un exceso de grasa corporal que por lo
general, y no siempre, se ve acompañada por un incremento del peso del cuerpo.
La obesidad puede ser descrita como el síndrome del nuevo mundo. Su prevalencia
está en continuo aumento en grupos de todas las edades de muchos países en el
mundo. (4)
5.5.2. Producción y liberación de la leptina desde el tejido
adiposo
La leptina se produce en las células del tejido adiposo, recientemente se ha descrito
la síntesis de leptina en placenta y en estómago. Sus niveles son mayores en
mujeres que en hombres y existe un ritmo diurno en ambos sexos. El acmé de la
leptina ocurre temprano por la mañana y el nadir por la tarde. El ritmo de leptina es
similar al de la prolactina, TSH, ácidos grasos libres y melatonina e inversamente
relacionado con los pulsos de ACTH y cortisol. Los pulsos de leptina son síncronos
con los de LH y estradiol en mujeres normales, la obesidad puede evitar estos
pulsos.
La forma larga del receptor de la leptina (Rb) se ha identificado en múltiples
regiones cerebrales y en tejidos periféricos como el hígado, el páncreas y el
músculo estriado. En el cerebro, las regiones fundamentales en las que se ha
encontrado se encuentran asociadas a la regulación del comportamiento
alimentario, regulación y equilibrio energético. En concreto el núcleo arcuato y el
ventromedial del hipotálamo. Sin embargo, en el tejido periférico, parece que el
receptor predominante es del tipo corto (Ra). En órganos como intestino, pulmón y
riñón se encuentran receptores que se han implicado en el aclaramiento de la
leptina o en acciones distintas a las de la activación del Jak-Stat. El receptor de la
leptina carece de actividad enzimática en su dominio intracelular, está ligado a
miembros de la familia de las quinasas janus (Jak) clase de tirosin-quinasas.
6
La unión del ligando activa la quinasa Jak y lleva a la fosforilación de determinadas
proteínas citoplasmáticas. Dentro de estas proteínas existen una clase de factores
de transcripción citoplasmáticos llamados transductores de señal y activadores de
transcripción (STAT). Se han identificado seis miembros de esta familia. La
fosforilación de los STAT induce una dimerización y translocación en el núcleo y
acaba produciendo la activación de la transcripción de determinados genes. En
concreto, la acción de la leptina es capaz de activar los STAT 3, 5 y 6; el STAT-3
también se activa por gp130, G-CSF-R y otros; el STAT-6 es también activado por la
IL-4; el STAT-5 no se produce por ninguna otra sustancia conocida.
Un importante componente del gasto energético es la termogénesis, realizada por la
grasa parda. En la membrana interna de las mitocondrias se han identificado unas
proteínas de membrana, denominadas UCP (uncoupling proteins) cuya función
consiste en transportar protones para equilibrar los mismos a ambos lados,
impidiendo parte de la fosforilación oxidativa y convertir así energía en calor. Se han
descrito tres UCPs: La UCP1, codificada por un gen nuclear se expresa sólo en la
grasa parda; la UCP2 que está presente ehos tejidos y la UCP3 que existe tanto en
grasa parda como en músculo (muy poco en corazón y grasa blanca). Tanto las
hormonas tiroideas como los estímulos b - adrenérgicos son capaces de aumentar
la actividad de estas proteínas. Se ha demostrado que la leptina es capaz también
de producir esta activación. En todo caso, parece que la activación de las UCPs,
tanto por parte de la T3 como de la leptina, se realiza a través del aumento de la
actividad simpática.
En 1998 se ha descrito que los niveles de zinc son necesarios para mantener los
niveles séricos de leptina. El zinc parece que produce un aumento de la producción
de IL-2 y TNFa, lo cual parece que aumenta los niveles de leptina. De hecho, el
TNFa se expresa de forma constitutiva por los adipocitos y tanto los ratones ob/ob
como las ratas fa/fa tienen aumento del TNFa. Los niveles del mismo se han
demostrado elevados en obesos con respecto a individuos normales, y se ha
implicado en la resistencia insulínica. También la IL-1 se ha implicado en la
inducción de leptina, bien directamente o indirectamente a través del eje
hipotálamo-hipófiso-adrenal. Asimismo se ha demostrado recientemente que tanto
la placenta como el epitelio gástrico son tejidos en donde se produce leptina. El
significado en el primero podría ser el del desarrollo intrauterino y neonatal y en el
7
segundo podría jugar un papel en los efectos precoces mediados por la CCK, que
son inducidos por la ingesta, tales como la saciedad. (5)
5.5.3. Alteraciones en la producción y respuesta a la leptina en
individuos obesos
Calvo Fernández Jose y Citores Gianzo Marta mencionan que la crononutrición
estudia los valores plasmáticos de los nutrientes y sus cambios en nuestro
organismo a lo largo del día. La cronodieta, estudia las mejores horas para comer
alimentos y mejorar la salud indicando que no solo importa lo que se come, sino
cuándo se come. Estudios de microarrays pusieron de manifiesto que entre el 10% y
el 30% del genoma humano queda bajo el control de relojes moleculares implicados
en el circuito hambre-saciedad, los horarios de las comidas o el incremento de peso.
Los horarios de ingesta deberían estar coordinados con los del cerebro y con los de
los órganos digestivos. La mayor capacidad del organismo para asimilar los
carbohidratos es más rápida por la mañana que por la noche, ya que los adipocitos
“descansan” por la noche y se muestran “reacios” a eliminar grasa. Estos relojes
regulan la producción de hormonas y la sensación de hambre/saciedad. Esto se
refleja en que por la noche se produce leptina, que disminuye el hambre y favorece
el sueño, si se realiza una cena copiosa se rompe ese ciclo y se puede ganar peso
ya que durante el sueño el cuerpo convierte todos los componentes en energía y se
prepara para realizar todas sus actividades durante las horas de luz solar. (5)
Existen evidencias sólidas donde Argente y Chowen indican que la leptina
desempeña una función relevante en el desarrollo del cerebro, influencia el
desarrollo cortical y del hipocampo, encontrando afecciones tanto en las neuronas
como las células de la glía. Aunque algunos efectos del desarrollo de la leptina
parecen tener una ventana crítica de respuesta óptima, otros pueden ser efectos
con respuesta incluso en el adulto. Se ha demostrado que la leptina induce
modificaciones estructurales en la materia gris de los pacientes adultos con
deficiencia de leptina. Estos cambios son anatómicamente específicos, siendo el
cerebelo una de las áreas más afectadas. Junto a ello, el tratamiento con leptina en
un paciente deficitario de ésta, provocó cambios estructurales en amígdala, córtex
orbitofrontal y en área de sustancia nigra/ventral. Por tanto, el tratamiento con
leptina en sujetos deficientes de leptina puede tener efectos beneficiosos en otras
funciones que las propias relacionadas con el control del peso y el apetito. (6)
8
Una deficiencia congénita de leptina debida a mutación en el gen que la produce, o
el el receptor de la leptina determina una obesidad, estos individuos se caracterizan
por presentar profunda hiperfagia y obesidad; algunos presentan hipogonadismo
hipogo-natrópico. Sugerido por Coleman en sus estudios iniciales, el ratón db/db
(ratón obeso y diabético) se produce leptina pero tiene una sensibilidad hipotalámica
a sus efectos: un modelo de leptino-resistencia.
Morales y Carvajal sugieren que después de ciertas concentraciones de leptina su
sistema de transporte hematoencefálico se satura o se desarrolla una alteración en
sus receptores en el plexo coroideo. Debido a este estado de resistencia es que la
gran mayoría de los obesos tienen un apetito exagerado (hiperfagia) a pesar de
tener un exceso de leptina, esta hormona manda una información que no es
registrada por el cerebro produciendo una disminución en la respuesta. Sus niveles
hemáticos pueden estar elevados en la obesidad, por insensibilidad de los
receptores hipotalámicos, por defecto en el sistema de transporte hacia el sistema
nervioso central. Los niveles circulantes de leptina son proporcionales a la cantidad
de grasa corporal, la cual es mayor en los depósitos subcutáneos que en los
viscerales. Su secreción obedece a un ritmo circadiano con pulsos cada 45 minutos;
su concentración aumenta durante el día y alcanza un pico alrededor de la
medianoche, para descender hasta el inicio de un nuevo ciclo. Su concentración
plasmática es más elevada en las mujeres, este aspecto se justifica por diversas
evidencias: la producción de leptina por unidad de masa grasa en mujeres es mayor
(75 %) que en hombres. Los estrógenos inducen la expresión de leptina in vivo en
ratas y en humanos, además de poder modificar la sensibilidad de los tejidos a la
hormona. Las mujeres poseen mayor proporción de grasa subcutánea (altamente
secretora de leptina) que los hombres; esto contribuyen a la alta persistencia de los
depósitos grasos en la mujer (destinados a hacer frentes a situaciones de embarazo
o lactancia), incluso, en situaciones adversas como períodos de restricción calórica.
Asi tambien Morales Clavijo Martha y Carvajal Garcés Carola F investigaron otros
factores que podrían alterar los niveles de leptina: la dieta donde no se observan
cambios a corto plazo en los niveles de leptina tras la carga oral de glucosa o por
mezcla de nutrientes, siempre que no se modifique el peso corporal. Una
sobrealimentación crónica (5 semanas) conduce a un aumento de los niveles de
leptina superior al esperado, en adipocitos humanos, la insulina aumenta in vitro la
secreción de leptina, mientras que in vivo solo parece modificar los niveles
9
circulantes de leptina a largo plazo, con independencia de la tolerancia a la glucosa
o la edad. Sin embargo, parece que existe una correlación significativa entre los
niveles de leptina plasmáticos y los de insulina basal en individuos normales, La
leptina también modifica el metabolismo del glucídico. En ratones obesos el
tratamiento con leptina disminuye los niveles de glucosa sin modificar los de insulina
y mejora la sensibilidad a esta, es decir, aumenta la captación de glucosa por los
tejidos. Esta acción podrá ser beneficiosa en pacientes diabéticos no insulino
dependientes. Bajos niveles de leptina además de provocar amenorrea e infertilidad
también ocasionan osteoporosis en las mujeres por déficit de energía
fundamentalmente en las mujeres delgadas y al administrarles leptina, aumenta el
nivel de estrógenos, tiroides, regulan sus menstruaciones y mejora la densidad ósea
(7)
Hablando sobre factores genéticos tenemos al Polimorfismos de la leptina (LEP) y
del gen del receptor de leptina (LEPR), el gen del LEPR está involucrado en la
señalización de la leptina en el cuerpo. Cuando los niveles de leptina son altos, la
leptina se une a los receptores de las células y envía señales al cerebro para reducir
el apetito y aumentar el gasto energético. Fue identificado y clonado en el plexo
coroideo, en el sistema ventricular encefálico, pertenece a la familia de receptores
de citoquinas tipo 1 y codifica seis isoformas distintas, denominadas alfabéticamente
LEPRa a LEPRf. Dentro del contexto genético de la obesidad, a lo largo de las
últimas tres o cuatro décadas, mediante diversos estudios, se ha logrado identificar
las variantes génicas de mayor impacto en el incremento del riesgo de obesidad.
Desde el descubrimiento de la leptina en 1994, se han realizado múltiples estudios
para investigar la correlación de los polimorfismos de LEP y LEPR, con el desarrollo
de obesidad y de factores de riesgo de padecer complicaciones metabólicas, por
ejemplo intolerancia a la glucosa, hiperinsulinemia, resistencia a la insulina, diabetes
mellitus tipo 2 e hiperlipidemia, entre otras.
En un estudio que realizó Edna R. Calderón Vega, mediante la revisión de varios
autores nos menciona que algunas mutaciones genéticas raras y únicas pueden
causar obesidad en humanos, se ha documentado que para el caso de LEP, las
mutaciones en el gen codificante causan una menor producción, y en el caso de
LEPR causa una menor función. Esto resulta en una hiperfagia (aumento del apetito
y consumo de alimentos) y por lo tanto, en una obesidad patológica.
10
De ese modo nos menciona al LEP G-2548A (rs7799039) el cual consiste en un
polimorfismo (mutación) de un solo nucleótido (SNP), que tiene una sustitución de G
(guanina) por A (adenina) en el nucleótido (nt) - 2548, corriente arriba del sitio de
inicio ATG, correspondiente a la zona promotora del gen LEP. En cuanto al SNP del
gen LEPR Q223R A>G (A668G) (dbSNP: rs1137101), ocurre como resultado de una
sustitución no conservadora de A por G en el exón 6 en nt 668 desde el codón de
inicio, dando como resultado un cambio de aminoácidos glutamina la arginina. Esta
variante funcional reduce la unión a leptina y por lo tanto, altera su señalización y
probablemente puede afectar la respuesta a la restricción energética (8)
En base a este estudio podemos determinar que la obesidad está relacionada a una
falencia genética en relación a la sustitución de nucleótidos tanto en el gen que
codifica la leptina como en el gen que recepciona a la leptina, dando como resultado
la baja producción de leptina o un déficit en el funcionamiento de la misma lo que
provocaría que no se estén generando las señales de saciedad o de apetito.
En otros estudios relacionados a la leptina y su relación con la obesidad, Diéguez,
Castillo, de los Santos Coyotl, Chavez, Flores y Pérez (2022) en su extensa
revisión bibliográfica, examinaron a la leptina y su papel en la neuroendocrinología
de la obesidad, y mencionan que la ingesta de alimentos es una conducta dirigida
por la motivación de supervivencia, por lo que su regulación involucra al sistema de
neurotransmisión dopaminérgica, el cual también se encuentra directamente
involucrado en la fisiopatología de las adicciones, además de los mecanismos del
reforzamiento y la recompensa. Estos sistemas pueden encontrarse alterados en
personas que padecen trastornos de la alimentación como anorexia nervosa y
bulimia nerviosa. Algunos estudios dentro de su investigación han mostrado que la
leptina puede modular la recompensa generada por la ingesta de comida con alto
contenido de grasas. Estos efectos pueden estar influenciados por la presencia de
polimorfismos de nucleótidos, en el único en el gen que codifica la leptina. Esta
convergencia entre los mecanismos de señalización permite que la leptina se
encuentre involucrada en la presentación de trastornos neuropsiquiátricos en
personas que padecen obesidad. Las neuronas del área tegmental ventral (VTA),
origen de la vía dopaminérgica mesolímbica, expresan receptores para leptina, cuya
activación aumenta la expresión de tirosina hidroxilasa y el contenido de dopamina
en esas neuronas, pero reduce la liberación de dopamina en el núcleo accumbens.
11
Dichas neuronas responden a los estímulos que predicen la obtención de alimentos
(condicionamiento). (9)
12
La concentración de leptina fue determinada mediante la técnica de
radioinmunoensayo (RIA) específico para ovinos. El RIA es de doble anticuerpo y
utiliza leptina recombinante ovina con 98% de pureza de acuerdo a SDS-PAGE, y
marcada con I125. El anticuerpo es producido en conejos. El RIA utilizado ha sido
validado en humanos, en varias especies domésticas y en algunas especies
silvestres.
En el estudio antes de analizar las muestras, se realizaron las correspondientes
curvas de paralelismo para suero de alpaca. Todas las muestras del presente
estudio fueron analizadas en un solo ensayo por triplicado. El límite de detección fue
0.1 ng/ml y el coeficiente de variación intraensayo fue de 10%.
En dicho estudio la media general de la concentración de leptina fue de 17.23 ± 0.81
ng/ml. Los valores séricos de leptina en los animales con condición corporal <3 y >3
fueron de 18.14 ± 1.12 y 16.32 ± 1.15 mg/ml, respectivamente, sin que hubiera
diferencias significativas. Los valores extremos de la concentración de leptina en
general fueron de 10.17 ng/ml (mínimo) a 28.39 ng/ml (máximo), sin haber
diferencia entre los mínimos y máximos para G1 y G2. (11)
5.7. Estrategias Terapéuticas y Preventivas en base a la leptina
5.7.1. Administraciones directas de leptina subcutáneas
En un estudio realizado en obesos administrando leptina vía subcutánea a diversas
dosis, solo dosis elevadas (0.30mgr/kg) mantienen leptinemias hasta 30 veces
superiores a las previas han sido capaces de inducir una pérdida ponderal. Estos
datos confirman la resistencia a la acción de la leptina en la obesidad, ya que sólo
dosis muy altas pueden tener un efecto beneficioso, pero nunca expectacular. Hay
tanto resistencia central como periférica.
Otro estudio se ha realizado en una niña obesa e hiperfágica con deficiencia de
leptina. Se administró leptina durante 12 meses de forma subcutánea (dosis 0,028
mgr/kg).No hubo cambios en la mejora de su gasto energético total o basal y su
temperatura fue normal. Hubo una pérdida de peso por disminución del apetito y por
aumento de la actividad física. Hubo una estimulación y una secreción pulsátil
noctura de GnRH, que es característica en la pubertad precoz. La leptina podría
tener así un papel en el desarrollo puberal. (12)
5.7.2. Administración de Leptina Recombinante Humana
13
La metionil-leptina recombinante humana es un polipéptido que difiere de la leptina
humana nativa en la adicción de un residuo metionina en su extremo
amino-terminal.
Dependiendo del tipo de patología, los efectos beneficiosos de la leptina
recombinante son más o menos claros. por ejemplo en un déficit congénito de
leptina, los pacientes con mutaciones en homocigosis en el gen LEP presentan
obesidad mórbida, hiperfagia, hiperinsulinemia, dislipemia, así como trastornos en la
fertilidad y en el sistema inmune. Estos pacientes presentan una secreción
inadecuada de GnRH que da lugar a un hipogonadismo hipogonadotropo y, en
muchos de ellos, a una incapacidad para alcanzar la pubertad, incluyendo la
ausencia de estirón, de los caracteres sexuales secundarios y de la menarquia (24).
Llamativamente, estos pacientes, a pesar de la obesidad mórbida, no tienen
alteraciones metabólicas muy graves. La administración de leptina recombinante
humana en estos pacientes mejoró la sensibilidad a la insulina y redujo el apetito, el
peso corporal y los niveles de colesterol y triglicéridos, restaurando la función del eje
hipotálamo-hipófisis-gónadas. (13)
14
no modificó la sensibilidad a la insulina cuantificada mediante clamp euglucémico
hiperinsulinémico. Estos resultados ilustran que el tratamiento con leptina tampoco
resulta eficaz en el control de las complicaciones metabólicas asociadas a la
obesidad común.
Para intentar solventar esta situación se han planteado abordajes distintos. Uno de
ellos es utilizar la leptina como mantenedora de la pérdida de peso una vez que ésta
se ha alcanzado mediante otros abordajes terapéuticos. El otro abordaje es la
asociación de la leptina con otros fármacos, de manera que se consigan efectos
aditivos o sinérgicos. Es el caso de la asociación de leptina con pramlintida, un
análogo de la amilina, que consiguió reducciones del 12% del peso corporal en
sujetos obesos resistentes a la leptina. No obstante, este abordaje fue suspendido
por el propio laboratorio farmacéutico debido a la aparición de anticuerpos
neutralizantes anti leptina. (13)
6. HIPÓTESIS
Se postula que la hormona leptina desempeña un papel crítico en el metabolismo
endocrino de individuos con obesidad. A pesar de su relativa falta de
reconocimiento, su estudio se presenta como esencial para comprender los
mecanismos de estímulo del apetito, tanto como la ausencia y el aumento de este
puede establecer cambios relevantes, una alteración en su concentracion,
estimulacion o deficiencia de esta hormona puede manifestar cambios metabólicos
que contribuyen al desarrollo de la obesidad.
7. METODOLOGÍA
Se realizó una búsqueda de Revistas médicas, Páginas Web y artículos científicos
relacionados al tema central:Leptina hormona de la saciedad y el apetito y su
relación con la obesidad”, de donde se analizaron y seleccionaron en base a la
relevancia de la información los 13 artículos informativos y científicos de revistas
online como la Gaceta Médica Boliviana, Elsevier y SciElo.
Se consideraron los artículos que mencionan a la leptina y su relación con la
obesidad.
Los términos de búsqueda incluyeron: “Leptina y obesidad”, “Resistencia a la
leptina”.
15
8. RECURSOS MATERIALES Y HUMANOS
- Revistas electrónicas, online, virtuales
- Articulos científicos
- Libros físicos de bioquímica
- Archivos de tesis y trabajos de investigación
- Webinars
9. ALCANCES Y METAS
Con la presente revisión bibliográfica, nos proponemos destacar la relevancia
de la leptina como una hormona fundamental en la obesidad y su potencial
aplicación terapéutica en situaciones de deficiencia hormonal. Este
exhaustivo trabajo tiene como objetivo principal la posible publicación en
revistas científicas tanto externas como pertenecientes a la Universidad
Nuestra Señora de La Paz, con el propósito de someterlo al escrutinio de
estudiantes y docentes, contribuyendo así al avance del conocimiento en el
ámbito científico y médico.
10. CRONOGRAMA
16
11. ANEXOS
17
Tabla 3. Fuente: elaboración propia a base del contenido investigado
18
12. BIBLIOGRAFÍA
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