10ma Semana-José María Arguedas

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José María Arguedas – Literatura Indigenista

Introducción
Buenas tardes profesora Martha y compañeros, presentes en esta tarde. En esta presentación, abordaré
un aspecto crucial de la literatura peruana del siglo XX: la literatura indigenista, y su relación con uno de
sus más destacados exponentes, José María Arguedas. Si bien, la literatura indigenista peruana surge
como una poderosa respuesta a la larga historia de marginación y opresión de las comunidades
indígenas en el Perú. Este movimiento literario lo que busca es no solo reivindicar la rica cultura y
tradiciones de estos pueblos, sino también denunciar las injusticias sociales que han sufrido.
Literatura Indigenista Peruana
La literatura indigenista se distingue por su representación auténtica de la cosmovisión indígena, la
incorporación de lenguas nativas como el quechua y la descripción detallada del paisaje andino. Los
autores indigenistas utilizan sus obras como plataformas (como medio) para dar voz a las comunidades
indígenas, revelando su resistencia frente a la explotación y el racismo sistemático.
Entre los principales representantes de esta corriente se encuentran Ciro Alegría y Manuel Scorza, cuyas
obras han dejado una huella significativa en la literatura latinoamericana. Sin embargo, uno de los autores
más influyentes y emblemáticos es José María Arguedas.
Frase
“Los ojos no sirven para ver los pensamientos”.
Los ojos no sirven para ve
Arguedas está utilizando esta frase para señalar una limitación fundamental de los sentidos humanos. A
pesar de que nuestros ojos nos permiten ver el mundo físico y captar imágenes y movimientos, no tienen
la capacidad de revelar el mundo interno de las personas: sus pensamientos, emociones y sentimientos.
Significado Profundo
La frase sugiere que la comprensión verdadera de una persona va más allá de lo que se puede percibir
visualmente. Para entender los pensamientos y emociones de alguien, es necesario utilizar otros medios,
como la empatía, la comunicación y la introspección. Esta idea resalta la importancia de mirar más allá de
las apariencias superficiales para entender la complejidad y profundidad de la experiencia humana.
Contexto social y de culto
En el contexto de la obra de Arguedas, esta frase puede reflejar su interés en las culturas indígenas y su
deseo de que la sociedad peruana (y en general) vea más allá de las diferencias superficiales y trate de
entender y valorar las profundidades de estas culturas y las personas que las componen.

Conclusión

José María Arguedas, con esta frase, nos recuerda que no podemos juzgar ni comprender
completamente a las personas solo a través de lo que vemos. Necesitamos ir más allá de las apariencias
y esforzarnos por entender sus pensamientos y sentimientos, utilizando la empatía y el entendimiento
profundo.

José María Arguedas


(Andahuaylas, 18 de enero de 1911-Lima, 2 de diciembre de 1969) fue
un escritor, poeta, profesor y antropólogo peruano. Fue autor de novelas y cuentos que lo han llevado a
ser considerado como uno de los grandes representantes de la literatura del Perú. El crítico Martin
Seymour-Smith considera a Arguedas "el más grande novelista de nuestro tiempo", quien escribió
"algunas de las prosas más poderosas que el mundo haya conocido".

Introdujo en la literatura una visión interior más rica e incisiva del mundo indígena. La cuestión
fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen
quechua y la occidental, traída por los españoles), que deben convivir. Los grandes dilemas, angustias y
esperanzas que ese proyecto plantea son el núcleo de su visión.

Su labor como antropólogo e investigador social se da en paralelo a su importancia y a la influencia que


tuvo en su trabajo literario. Se debe destacar su estudio sobre el folklore peruano, en particular de la
música andina. Al respecto tuvo un contacto estrechísimo con cantantes, músicos, danzantes de tijeras y
diversos bailarines de todas las regiones del Perú. Su contribución a la revalorización del arte indígena,
reflejada especialmente en el huaino y la danza, ha sido muy importante.

Fue además traductor y difusor de la literatura quechua, antigua y moderna, ocupaciones todas que
compartió con sus cargos de funcionario público y maestro. Entre sus novelas se encuentran Yawar
fiesta (1941), Los ríos profundos (1958), Todas las sangres (1964) y El zorro de arriba y el zorro de
abajo (1971).

José María Arguedas: Vida y Obra


Su literatura se caracteriza por la integración del quechua y el español, creando así una narrativa rica que
refleja la coexistencia de las dos culturas. Arguedas utilizó su pluma para dar voz a los marginados,
convirtiéndose en un puente entre el mundo indígena y la sociedad peruana. A través de sus obras, como
"Los ríos profundos" y "Todas las sangres", Arguedas logró capturar con sensibilidad la realidad de las
comunidades indígenas, denunciando las injusticias y ofreciendo una perspectiva auténtica de la vida en
los Andes.
Biografía
Infancia y niñez
José María Arguedas Altamirano nació el 18 de enero de
1911 en la ciudad de Andahuaylas, en la sierra sur del Perú.
Era hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano, un abogado
cuzqueño que ejercía de Juez en diversos pueblos, y de
Victoria Altamirano Navarro, perteneciente a una hacendada y
acaudalada familia de Andahuaylas. Cuando falleció su madre
(cuando él tenía 3 años), víctima de «cólicos hepáticos», pasó
a vivir en la casa de su abuela paterna, Teresa Arellano, en la
ciudad de Andahuaylas. En 1915, al ser nombrado juez de
primera instancia de la provincia de Lucanas departamento de
Ayacucho, su padre se trasladó a dicha sede, donde poco
después se casó con una rica hacendada del distrito de San
Juan (Lucanas), provincia del mismo nombre del
departamento de Ayacucho, Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda
de Pacheco (1917). El pequeño José María viajó entonces a Lucanas, para reunirse con su madrastra; el
viaje fue todo un acontecimiento para él, como lo recordaría siempre. La familia se instaló en Puquio,
capital de la provincia de Lucanas del departamento de Ayacucho. José María y su hermano Arístides,
dos años mayor que él, fueron matriculados en una escuela particular. Al año siguiente, 1918, los dos
hermanos continuaron sus estudios en San Juan de Lucanas, a 10 km de Puquio, viviendo en la casa de
la madrastra. En 1919, Arístides fue enviado a estudiar a Lima y José María continuó viviendo con la
madrastra.
En 1920, tras la ascensión al poder de Augusto B. Leguía, el padre de José María ―que era del partido
contrario (pardista)― perdió su cargo de juez y tuvo que retornar a su profesión de abogado litigante y
viajero, trajinar que solo le permitía hacer visitas esporádicas a su familia. Esta etapa de la vida del niño
José María estuvo marcada por la difícil relación que sostuvo con su madrastra y con su hermanastro
Pablo Pacheco. Aquella sentía por su hijastro un evidente desprecio, y constantemente lo mandaba a
convivir con los criados indígenas de la hacienda, de la cual solo lo recogía a la llegada de su padre, tal
como lo ha relatado Arguedas en el primer encuentro de narradores realizado en Arequipa en 1965. Por
su parte el hermanastro lo maltrataba física y psicológicamente e incluso en una ocasión le obligó a
presenciar la violación de una de sus tías, que era a la vez la mamá de uno de sus compañeritos de
escuela (los «escoleros» mencionados en varios de sus cuentos). Al parecer, esa fue solo una de las
tantas escenas sexuales que fue obligado a presenciar, ya que el hermanastro tenía muchas amantes en
el pueblo. La figura de este hermanastro habría de perdurar en su obra literaria personificando al gamonal
abusivo, cruel y lujurioso. Sobre aquel personaje diría Arguedas posteriormente: Cuando llegó mi
hermanastro de vacaciones, ocurrió algo verdaderamente terrible (...) Desde el primer momento yo le caí
muy mal porque este sujeto era de facciones indígenas y yo de muchacho tenía el pelo un poco castaño y
era blanco en comparación con él. (...) Yo fui relegado a la cocina (...) quedaba obligado a hacer algunas
labores domésticas; a cuidar los becerros, a traerle el caballo, como mozo. (...) Era un criminal, de esos
clásicos. Trataba muy mal a los indios, y esto sí me dolía mucho y lo llegué a odiar como lo odiaban todos
los indios. Era un gamonal.
A mediados de julio de 1921 José María se escapó de la casa de la madrastra junto con su hermano
Arístides, que había retornado de Lima; ambos fueron a la hacienda Viseca, propiedad de su tía Zoila
Rosa Peñafiel y su esposo José Manuel Perea Arellano (medio hermano de su padre) a quien le tenía un
gran cariño, situada a 8 km de San Juan de Lucanas. Allí vivió durante dos años, en ausencia del padre,
conviviendo con los campesinos a quienes les tomó cariño y con quienes participaba por diversión de las
faenas agrícolas. De dos campesinos guardaría un especial recuerdo: don Felipe Maywa y don Víctor
Pusa. Para José María fueron los años más felices de su vida.
Adolescencia y Juventud
Después de huir con su hermano Arístides de casa de la madrastra, en 1923 abandonó su retiro al ser
recogido por su padre, a quien acompañó en sus frecuentes viajes laborales, conociendo más de
200 pueblos. Pasaron por Huamanga, Cuzco y Abancay. En esta última ciudad ingresó como interno en
el Colegio Miguel Grau de los Padres Mercedarios, cursando el quinto y sexto grado de primaria, entre
1924 y 1925, mientras su padre continuaba su vida itinerante y su hermano Arístides seguía su educación
en Lima.
En el verano de 1925, cuando se hallaba de visita en la hacienda Karkequi, en los valles
del Apurímac sufrió un accidente con la rueda de un trapiche, de resultas del cual perdió dos dedos de la
mano derecha y se le atrofiaron los dedos restantes.

En 1926, junto con su hermano Arístides empezó sus estudios secundarios en el colegio San Luis
Gonzaga de Ica, en la desértica costa peruana, hecho que marcó su alejamiento del ambiente serrano
que había moldeado hasta entonces su infancia, pues hasta entonces había visitado la costa solo de
manera esporádica. Cursó allí hasta el segundo año de secundaria y sufrió en carne propia el desprecio
de los costeños hacia los serranos, tanto de parte de sus profesores como de los mismos alumnos. Se
enamoró intensamente de una muchacha iqueña llamada Pompeya, a quien le dedicó unos acrósticos,
pero ella lo rechazó diciéndole que no quería tener amores con serranos. Él se vengó llegando a ser el
primero de la clase en todos los cursos, derrumbando así la creencia de la incapacidad intelectual del
hombre andino.

En 1928 reanudó su vida trashumante otra vez en la sierra, siempre junto a su padre. Vivió
entre Pampas y Huancayo; en esta última ciudad cursó el tercero de secundaria, en el colegio Santa
Isabel. Fue allí donde se inició formalmente como escritor al colaborar en la revista estudiantil Antorcha;
se dice también que por entonces escribió una novela de 600 páginas, que tiempo después le arrebataría
la policía, pero de la que no ha quedado huella alguna.
Cursó sus dos últimos años de secundaria (1929-1930) en el Colegio Nuestra Señora de La Merced,
de Lima, casi sin asistir a clases pues viajaba con frecuencia a Yauyos para estar al lado de su padre,
que se hallaba agobiado por la estrechez económica. Aprobó los exámenes finales, terminando así sus
estudios escolares prácticamente estudiando sin maestro.

Vida Universitaria

En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció


permanentemente en Lima e ingresó a la Facultad
de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Allí, contra lo que esperaba, fue recibido
con cordialidad y respeto por sus condiscípulos,
entre los que se contaban los futuros filósofos Luis
Felipe Alarco y Carlos Cueto Fernandini, y los
poetas Emilio Adolfo Westphalen y Luis Fabio
Xammar. A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido el año siguiente, se vio forzado a ganarse
la vida entrando a trabajar como auxiliar en la Administración de Correos. Era apenas un puesto
de portapliegos, pero los 180 soles mensuales de sueldo aliviaron sus necesidades económicas
a lo largo de cinco años.
En 1933 publicó su primer cuento, «Warma kuyay», publicado en la revista Signo. En 1935
publicó Agua, su primer libro de cuentos, que obtuvo el segundo premio de la Revista
Americana de Buenos Aires y que inauguró una nueva época en la historia
del indigenismo literario. En 1936 fundó con Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino y
otros, la revista Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología propugnada por José
Carlos Mariátegui.
En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita del general
italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista. Eran los días de la dictadura
de Óscar R. Benavides. Fue trasladado al penal «El Sexto» de Lima, donde permaneció
8 meses en prisión, episodio que tiempo después evocó en la novela del mismo nombre. Pero a
pesar de simpatizar con el ideario comunista, nunca participó activamente en la política militante.
Estando en prisión, se dio tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron en
su segundo libro publicado: Canto kechwa.
Educador, etnólogo y literato
Perdido su trabajo en el Correo y lograda su Licenciatura de Literatura en San Marcos, Arguedas
inició su carrera docente en el Colegio Nacional Mateo Pumacahua de Sicuani, en
el departamento de Cuzco, como profesor de Castellano y Geografía y con el sueldo de
200 soles mensuales (1939-1941). Allí, junto con sus alumnos, llevó a cabo un trabajo de
recopilación del folclor local. Descubrió entonces su vocación de etnólogo. Paralelamente
contrajo matrimonio con Celia Bustamante Vernal, el 30 de junio de 1939, quien junto con su
hermana Alicia era promotora de la Peña Cultural Pancho Fierro, un legendario centro de
reunión de artistas e intelectuales en Lima.
En 1941 publicó Yawar Fiesta, su tercer libro y primera novela a la vez. Entre octubre de 1941 y
noviembre de 1942 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los
planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Primer Congreso
Indigenista Interamericano de Pátzcuaro (1940), reasumió su labor de profesor de castellano en
los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de
Lima. En esos años publicó también en la prensa muchos artículos de divulgación folclórica y
etnográfica sobre el mundo andino.
En 1944 presentó un episodio depresivo caracterizado por decaimiento, fatiga, insomnio,
ansiedad y probablemente crisis de angustia, por lo cual pidió licencia repetidas veces en su
centro de labor docente, hasta 1945. Este episodio lo describió en sus cartas a su hermano
Arístides y brevemente en sus diarios insertados en su novela póstuma El zorro de arriba y el
zorro de abajo; en una de esas cartas (con fecha 23 de julio de 1945) dijo:
“Yo sigo mal. Van tres años que mi vida es una alternativa de relativo alivio y de días y
noches en que parece que ya voy a terminar. No leo, apenas escribo; cualquier
preocupación intensa me abate totalmente. Sólo con un descanso prolongado, en
condiciones especiales, podría quizá, según los médicos, curar hasta recuperar mucho mi
salud. Pero eso es imposible”.
Se recuperó, pero finalmente tendría otras recaídas posteriores.
Según atestigua César Lévano, en esta época Arguedas estuvo muy cerca de los comunistas, a
quienes apoyó en diversas labores, como en la de capacitación a círculos obreros. Los apristas
lo acusaron de ser un «conocido militante comunista», acusación que sin duda tuvo mucho eco
pues a fines de 1948 la recién instalada dictadura de Manuel A. Odría declaró a Arguedas
«excedente», cesándolo de su puesto de profesor en el colegio Mariano Melgar. Al año siguiente
se inscribió en el Instituto de Etnología de San Marcos y reanudó su labor intelectual. Ese mismo
año publicó Canciones y cuentos del pueblo quechua. En los años siguientes continuó
ejerciendo diversos cargos en instituciones oficiales encargadas de conservar y promover la
cultura.
En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore del Ministerio de Educación,
para luego ser promovido a jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo
Ministerio (1950-1952). Llevó a cabo importantes iniciativas orientadas a estudiar la cultura
popular en todo el país. Por su gestión directa, Jacinto Palacios Zaragoza, el gran trovador
ancashino, creador de la guitarra andina de 2 manceras, grabó el primer disco de música andina
en 1948. Los teatros Municipal y Segura abrieron sus puertas al arte andino.
Entre 1950 y 1953 dictó cursos de Etnología y Quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de
Varones. En 1951 viajó a La Paz, Bolivia, para participar en una reunión de
la OIT (Organización Internacional del Trabajo). En 1952 hizo un largo viaje con su esposa Celia
por la región central andina, recopilando material folclórico, que publicó con el título de Cuentos
mágico-realistas y canciones de fiestas tradicionales del valle de Mantaro, provincias de Jauja y
Concepción. En 1953 fue nombrado director del Instituto de Estudios Etnológicos del hoy Museo
Nacional de la Cultura Peruana, cargo en el que permaneció durante diez años;
simultáneamente dirigió la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de
Folklore, del que era secretario).
En 1954 publicó la novela corta Diamantes y pedernales, conjuntamente con una reedición de
los cuentos de Agua, a las que sumó el cuento Orovilca. Habían pasado unos 13 años desde
que no publicaba un libro de creación literaria; a partir de entonces retomó de manera sostenida
tal labor creativa, hasta su muerte. Pero su retorno a la literatura no lo apartó de la etnología. En
1955 su cuento «La muerte de los Arango» obtuvo el primer premio del Concurso
Latinoamericano de Cuento organizado en México.
A fin de complementar su formación profesional, se especializó en la Universidad de San
Marcos en Etnología, de la que optó el grado de Bachiller el (20 de diciembre de 1957) con su
tesis «La evolución de las comunidades indígenas», trabajo que obtuvo el Premio Nacional
Fomento a la Cultura Javier Prado 1958. Por entonces realizó su primer viaje por Europa,
becado por la UNESCO, para efectuar estudios diversos, tanto en España como en Francia.
Durante el tiempo que permaneció en España, Arguedas hizo investigaciones entre las
comunidades de la provincia de Zamora, realizando su trabajo de campo en Bermillo de
Sayago, buscando las raíces hispanas de la cultura andina, que le dieron material para su tesis
doctoral: «Las Comunidades de España y del Perú», con la que se graduó el 5 de julio de 1963.
Narrativa Cumbre
En 1958 publicó Los ríos profundos, novela autobiográfica, por la cual recibió en 1959 el Premio Nacional
de Fomento a la Cultura «Ricardo Palma». Esta novela ha sido considerada como su obra maestra. Por
entonces empezó a ejercer como catedrático de Etnología en la Universidad de San Marcos (de 1958 a
1968). De la misma disciplina fue también profesor en la Universidad Nacional Agraria La Molina (de
1962 a 1969).
Según Alonso Cueto, la amistad que tenía Arguedas con Carlos Cueto Fernandini y su familia, lo hicieron
testigo de su afición al fútbol, era hincha del Alianza Lima, y su fascinación por la cultura popular.
Mencionó alguna vez: "El corazón de un pueblo está en dos lugares: los mercados y los estadios".
En 1961 publicó su novela El Sexto, por la cual se le concedió, por segunda vez, el Premio Nacional de
Fomento a la Cultura «Ricardo Palma» (1962). Dicha obra es un relato novelado de su experiencia
carcelaria en el famoso penal situado en el centro de Lima, que sería clausurado en 1986.
En 1962 editó su cuento La agonía de Rasu Ñiti. Viajó en ese mismo año a Berlín Occidental (Alemania),
donde se llevó a cabo el primer coloquio de escritores iberoamericanos, organizado por la
revista Humboldt.
En 1963 fue nombrado director de la Casa de la Cultura del Perú, donde llevó a cabo una importante
labor profesional; sin embargo, renunció al año siguiente, como gesto de solidaridad para con el
presidente de la Comisión Nacional de Cultura.
En 1964 publicó su obra más ambiciosa: Todas las sangres, novela de gran consistencia narrativa, en la
que el escritor quiso mostrar toda la variedad de tipos humanos que conforman el Perú y a la vez los
conflictos determinados por los cambios que origina en las poblaciones andinas el progreso
contemporáneo. Sin embargo, esta novela fue criticada severamente durante una mesa redonda
organizada por el Instituto de Estudios Peruanos el día 23 de junio de 1965, aduciéndose que era una
versión distorsionada de la sociedad peruana. Estas críticas fueron devastadoras para Arguedas, quien
aquella misma noche escribió estas líneas desgarradoras:
“casi demostrado por dos sabios sociólogos y un economista, […], que mi libro Todas las
sangres es negativo para el país, no tengo nada que hacer ya en este mundo. Mis fuerzas han
declinado creo que irremediablemente”.
Uno de los críticos desaforados de la obra arguediana era el escritor Sebastián Salazar Bondy.
Según la interpretación de algunos, esas críticas fueron uno de los tantos eslabones que se
sumaron a alimentar la depresión de Arguedas, que lo llevaría a su primer intento de suicidio al
año siguiente
No obstante, su labor intelectual siguió recibiendo reconocimientos oficiales. En ese mismo año
de 1964 su labor de docente mereció el otorgamiento de las «Palmas Magisteriales» en grado
de Comendador y una Resolución Suprema firmada por el presidente Fernando Belaúnde
Terry dándole las «gracias por los servicios prestados a favor de la cultura nacional». Fue
nombrado también Director del Museo Nacional de Historia, cargo que ejerció hasta 1966.
En 1965 Arguedas inició su divorcio de Celia a la vez que entablaba una nueva relación con una
dama chilena, Sybila Arredondo, con quien se casó en 1967, una vez fallada la sentencia de
divorcio. Sybila lo acompañó hasta el final de su vida; décadas después, estuvo presa en el Perú
acusada de tener vínculos con el grupo terrorista Sendero Luminoso y tras ser liberada volvió a
su país en el 2002.
Ese mismo año de 1965 Arguedas hizo numerosos viajes al extranjero y al interior del Perú. En
enero estuvo en Génova, en un congreso de escritores, y en abril y mayo pasó dos meses,
invitado por el Departamento de Estado, recurriendo universidades norteamericanas
(en Washington D. C., California e Indiana). De regresó a Perú, visitó Panamá. En junio asistió
al primer Encuentro de Narradores Peruanos, realizado en Arequipa, donde sostuvo una
polémica con Sebastián Salazar Bondy quien días después falleció víctima de
una cirrosis hepática congénita. En septiembre y octubre estuvo en Francia. Pero se dio tiempo
para publicar, en edición bilingüe, su cuento El sueño del pongo.
En 1966 hizo tres viajes a Chile (en enero, por diez días, en julio, por cuatro y en septiembre por
dos) y asistió, en Argentina, a un congreso de interamericanistas, luego del cual
visitó Uruguay por dos semanas. Ese mismo año publicó su traducción al español de la
crónica Dioses y hombres de Huarochirí del doctrinero hispanoperuano Francisco de Ávila.
Depresión y suicidio
La depresión de José María Arguedas hizo crisis en 1966, llevándolo a un primer intento de
suicidio por sobredosis de barbitúricos el 11 de abril de aquel año. Desde algunos años atrás, el escritor
venía recibiendo múltiples tratamientos psiquiátricos, describiendo sus padecimientos en sus
escritos:
Yo estoy sumamente preocupado con mi pobre salud. (...)
He vuelto fatigadísimo, sin poder dormir y angustiado.
Tengo que ir a donde el médico nuevamente; aunque
estos caballeros nunca llegan a entender bien lo que uno
sufre ni las causas. Lo malo es que esto me viene desde
mi infancia (carta a John Murra, 28 de abril de 1961).
Un poco por miedo otro poco porque se me necesitaba o
creo que se me necesitaba he sobrevivido hasta hoy y
será hasta el lunes o martes. Temo que el Seconal no me
haga el efecto deseado. Pero creo que ya nada puedo
hacer. Hoy me siento más aniquilado y quienes viven
junto a mí no lo creen o acaso sea más psíquico que
orgánico. Da lo mismo. (...) Tengo 55 años. He vivido
bastante más de lo que creí (carta a Arístides Arguedas,
10 de abril de 1966).
A partir del intento de suicidio, su vida ya no volvió a ser la misma. Se aisló de sus amigos y renunció a
todos los cargos públicos que ejercía en el Ministerio de Educación, con el propósito de dedicarse
solamente a sus cátedras en la Universidad Agraria y en la de San Marcos. Para tratar su mal se puso en
contacto con la psiquiatra chilena Lola Hoffmann, quien le recomendó, a manera de tratamiento, que
continuara escribiendo. De este modo publicó otro libro de cuentos: Amor mundo (en ediciones
simultáneas en Montevideo y en Lima, en 1967), y trabajó en la que sería su obra póstuma: El zorro de
arriba y el zorro de abajo.
En 1967 dejó su magisterio en la Universidad de San Marcos, y, casi simultáneamente, fue elegido jefe
del departamento de Sociología de la Universidad Nacional Agraria La Molina, a la cual se consagró a
tiempo completo. Continuó su afiebrado ritmo de viajes. En febrero estuvo en Puno, presidiendo un
concurso folclórico con motivo de la fiesta de la Candelaria. En marzo pasó 15 días en México, con
motivo del Segundo Congreso Latinoamericano de Escritores, en Guadalajara, y ocho días en Chile, en
otro certamen literario. A fines de julio viajó a Austria, para una reunión de antropología, y en noviembre
estaba de nuevo en Santiago de Chile, trabajando en su novela de los «zorros».
En 1968 le fue otorgado el premio «Inca Garcilaso de la Vega». En esa ocasión pronunció su célebre
discurso y testamento intelectual: No soy un aculturado, en el que "con mayor optimismo" se autodefine
como mestizo: "Yo no soy un aculturado, yo soy un peruano que orgullosamente como un demonio feliz
habla en cristiano y en indio, en español y en quechua."
Del 14 de enero al 22 de febrero de ese año estuvo en Cuba, con Sybila, como jurado del Premio Casa
de las Américas. Ese mismo año y el siguiente tuvo su amarga polémica con el escritor argentino Julio
Cortázar, y viajó varias veces a Chimbote, a fin de documentar su última novela.
A principios de 1969 hizo su último viaje a Chimbote. Ese mismo año hizo tres viajes a Chile, el último de
los ellos por cerca de cinco meses, de abril a octubre. Por entonces se agudizaron nuevamente sus
dolencias psíquicas y renació la idea del suicidio.
Finalmente renunció a su cargo en la Universidad Agraria. El 28 de noviembre de 1969 le escribió a su
esposa Sybila:
¡Perdóname! Desde 1943 me han visto muchos médicos peruanos, y desde el 62, Lola, de
Santiago. Y antes también padecí mucho con los insomnios y decaimientos. Pero ahora, en estos
meses últimos, tú lo sabes, ya casi no puedo leer; no me es posible escribir sino a saltos, con
temor. No puedo dictar clases porque me fatigo. No puedo subir a la Sierra porque me causa
trastornos. Y sabes que luchar y contribuir es para mí la vida. No hacer nada es peor que la
muerte, y tú has de comprender y, finalmente, aprobar lo que hago.
Ese mismo día (28 de noviembre de 1969) se encerró en uno de los baños de la universidad y se disparó
un tiro en la cabeza. Tras ser encontrado, en grave estado, fue trasladado al Hospital del Empleado
donde pasó cinco días de agonía y falleció el 2 de diciembre de 1969.
El día de su entierro, tal como el escritor había pedido en su diario y en sus últimas cartas, el
músico Máximo Damián tocó el violín ante su féretro ―acompañado por el arpista Luciano Chiara y los
danzantes de tijera Gerardo y Zacarías Chiara― y luego pronunció un breve discurso, en palabras que
transmitieron el sentimiento del pueblo indígena, que lamentó profundamente su partida.
Sus restos fueron enterrados en el Cementerio El Ángel. En junio de 2004 fue exhumado y trasladado
a Andahuaylas, el lugar donde nació.

Obras
La producción intelectual de Arguedas es muy amplia y comprende unos 400 escritos, entre creaciones
literarias (novelas y cuentos), traducciones de poesías y cuentos quechuas al español, trabajos
monográficos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la
educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia especial de haberse
educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada
sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja
realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera intensa. En Arguedas, la labor del literato
y del etnólogo no está nunca totalmente disociadas; incluso, en sus estudios más académicos
encontramos el mismo lenguaje lírico que en sus narraciones.
La importancia fundamental de este escritor ha sido reconocida por críticos y colegas peruanos suyos
como Mario Vargas Llosa, quien llegó a dedicarle a su obra el libro de ensayos titulado La utopía arcaica.
También Alfredo Bryce Echenique ha colocado las obras de Arguedas entre los libros de su vida. Con el
paso de los años, la obra de Arguedas ha venido cobrando mayor relieve, pese a que es poco conocido
fuera del Perú.
Novelas

 1941: Yawar fiesta. Revisada en 1958:


"Yawar fiesta" es una novela que explora las tensiones entre las tradiciones indígenas y la
modernización impuesta por el Estado en una comunidad andina. La historia se centra en la
fiesta del Yawar, una celebración tradicional que incluye una corrida de toros, y cómo esta
tradición se ve amenazada por la intervención de las autoridades.

 1954: Diamantes y pedernales. Editada conjuntamente con una reedición del libro Agua y
el cuento «Orovilca»:

"Diamantes y pedernales" es una colección de cuentos que aborda la complejidad de la


vida rural en el Perú. A través de una serie de relatos cortos, José María Arguedas presenta
una visión cruda y realista de las dificultades y las alegrías de las comunidades campesinas,
destacando la interacción entre las culturas indígenas y mestizas.

 1958: Los ríos profundos. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en
1959. Fue reeditada en 1978 por la Biblioteca Ayacucho de Caracas con prólogo de Mario
Vargas Llosa:

"Los ríos profundos" es una novela semi-autobiográfica que narra la vida de Ernesto, un
joven que estudia en un internado en el Cusco. La novela explora su lucha por encontrar su
identidad en medio de un mundo dividido entre las culturas indígena y occidental. Es una
obra que destaca por su profundidad psicológica y su riqueza en la descripción de la vida
andina.

 1961: El Sexto. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962.:

"El Sexto" es una novela que describe la experiencia de Arguedas en la prisión del mismo
nombre en Lima, donde fue encarcelado por sus actividades políticas. La obra ofrece una
visión detallada de la vida en la cárcel y de las relaciones entre los prisioneros, reflejando
las tensiones sociales y políticas del Perú de la época.

 1964: Todas las sangres:

"Todas las sangres" es una novela que examina la complejidad de la sociedad


peruana a través de la historia de la familia Aragón y su hacienda. La obra aborda
temas como la explotación, el poder, la modernización y el conflicto entre las
diferentes culturas del Perú. Es considerada una de las obras más ambiciosas y
complejas de Arguedas.

 1971: El zorro de arriba y el zorro de abajo, novela inconclusa y que fue publicada
póstumamente:

"El zorro de arriba y el zorro de abajo" es una novela que quedó inconclusa y fue
publicada después de la muerte de Arguedas. La obra alterna entre capítulos narrativos y
los diarios del propio autor, que reflejan su lucha interna y su desesperación. La historia se
centra en la ciudad de Chimbote y aborda el impacto de la modernización y la
industrialización en la vida de los pescadores y los migrantes andinos. La novela es un
testimonio de la crisis personal y creativa de Arguedas.

Cuentos
 1935: Agua. Colección de cuentos integrada por: Agua, Los escoleros y Warma kuyay.
Segundo premio en el concurso internacional promovido por la Revista Americana de
Buenos Aires. Traducida al ruso, alemán, francés e inglés por La Literatura Internacional,
de Moscú:
"Agua" es una colección de cuentos que incluye relatos como "Agua", "Warma kuyay" y "Los
escoleros". Estos cuentos reflejan la vida en las comunidades indígenas andinas, explorando
temas como la injusticia social, el amor y la lucha por el agua, un recurso vital en los Andes. A
través de estas historias, Arguedas muestra la relación íntima entre las personas y su entorno
natural.
 1955: La muerte de los Arango. Cuento. Primer premio del Concurso Latinoamericano de
Cuento en México:
"La muerte de los Arango" es un cuento que narra la trágica historia de la familia Arango,
quienes enfrentan la violencia y la opresión en su comunidad. Este relato destaca la brutalidad
de las luchas de poder y las injusticias sufridas por los campesinos, reflejando las tensiones
sociales y económicas de la época.
 1962: La agonía de Rasu Ñiti. Cuento:
"La agonía de Rasu Ñiti" es un cuento que describe los últimos momentos de la vida de Rasu
Ñiti, un maestro danzante de la danza ritual andina. La narración se centra en su agonía y en la
transferencia de su conocimiento y habilidades a un nuevo danzante, mostrando la importancia
de la tradición y la continuidad cultural en las comunidades andinas.
 1965: El sueño del pongo. Cuento, en edición bilingüe (castellano-quechua):
"El sueño del pongo" es un cuento breve que relata la historia de un sirviente humillado por su
patrón, quien sueña con una justicia divina en la que ambos serán juzgados por sus acciones en
la tierra. La edición bilingüe (castellano-quechua) refleja el compromiso de Arguedas con la
preservación y valorización de la cultura quechua.
 1967: Amor mundo. Colección de cuatro cuentos de tema erótico: «El horno viejo», «La
huerta», «El ayla» y «Don Antonio»:
"Amor mundo" es una colección de cuatro cuentos de tema erótico que incluye los relatos: «El
horno viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio». Estos cuentos exploran las diversas
facetas del deseo y la sensualidad, ambientados en el contexto rural y andino que caracteriza la
obra de Arguedas. La colección destaca por su tratamiento franco y poético de la sexualidad.

Poesía
Escritos primero en quechua, y luego traducidos al español por el mismo autor, los poemas de Arguedas
asumen conscientemente la tradición de la poesía quechua, antigua y moderna, convalidan la visión del
mundo que la anima, revitalizando sus mitos esenciales y condensan en un solo movimiento la protesta
social y la reivindicación cultural.
 1962: Túpac Amaru Kamaq taytanchisman. Haylli-taki. A nuestro padre creador Túpac Amaru.
Himno-canción.
 1966: Oda al jet.
 1969: Qollana Vietnam Llaqtaman / Al pueblo excelso de Vietnam.
 1972 – Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas. Poemas en versiones quechua y española.
Publicado póstumamente por Sybila Arredondo de Arguedas.
Reconocimientos
Premio
 1958. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado por su tesis de especialidad en
Etnología, «La evolución de las comunidades indígenas».
 El Premio de Narrativa José María Arguedas otorgado desde el año 2000 por Casa de las
Américas para difundir la obra narrativa de escritores latinoamericanos.

Centenario de su nacimiento

En 2011, con motivo del centenario del nacimiento de José María Arguedas, se programaron diferentes
actividades en honor al novelista indigenista. La primera de ellas fue la propuesta de que el Gobierno del
Perú declare el 2011 como el Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas, sin embargo,
esta fue dejada de lado y el 31 de diciembre de 2010 el presidente Alan García declaró el año 2011
como «Año del Centenario de Machu Picchu para el Mundo», al conmemorarse también el centenario del
redescubrimiento de la ciudadela inca en el 2011. La polémica sobre esta decisión continuó, puesto que
muchos opinaron que fue una mezquindad no otorgarle el 2011 a uno de los más grandes estudiosos del
Perú profundo.

El día de su centenario, 18 de enero de 2011, se realizaron diversas actividades en su homenaje. En


Lima, se organizó un pasacalle a cargo del TUC (Teatro de la Universidad Católica) que salía del
Congreso de la República, por la avenida Abancay, hacia el Parque Universitario, con el uso de
carromatos, zancos, personajes típicos de la literatura arguediana. Allí se presentó la Acción Escénica
que tomó textos, testimonios, poemas, fragmentos de obras, y figuras, como la del Zorro de Arriba y el
Zorro de Abajo, usando máscaras, y un gran despliegue de actores. Luego se trasladaron a la histórica
Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde el ministro de Cultura inauguró la
muestra Arguedas y el arte popular.

En Andahuaylas, Apurímac, más de 5 mil personas desfilaron en un pasacalle por la ciudad desde las
siete de la mañana acompañados de bailes folclóricos y la Danza de tijeras. La celebración comenzó con
una misa a las 7 a. m. oficiada en quechua en la Iglesia de San Pedro, seguida de un repicar de
campanas.

En Bermillo de Sayago ―población que le sirvió de estudio para su tesis doctoral Las comunidades de
España y del Perú―, se realizó un homenaje con el lema «Perú en el “Alma sayaguesa”, Bermillo de
Sayago, 1958, a la luz de Arguedas».

Billete
En julio de 2022 se puso en circulación el nuevo billete de 20 soles con la fotografía de José María
Arguedas que fue tomada por el artista Baldomero Pestana, lo que fue polémico porque el BCRP no
pidió permiso al autor para reproducir la imagen.

Resumen

Los Ríos Profundos

Los ríos profundos comienza con la llegada de Ernesto y Gabriel, su padre, a la ciudad de
Cuzco. Padre e hijo han recorrido más de doscientos pueblos de las sierras peruanas debido al
trabajo de Gabriel: es abogado itinerante y va de pueblo en pueblo tomando casos de
trabajadores de las haciendas. Ambos arriban a Cuzco para pedirle un favor al Viejo. El Viejo es
pariente de Gabriel, y es conocido por ser un hombre rico pero avaro. Ernesto, por su parte, no
se deja afectar por el trato despectivo del Viejo, que dispuso hospedarlos en la cocina de los
arrieros. Está entusiasmado con conocer las ruinas incas, los muros antiguos que aún conserva
la ciudad. El joven tiene una gran sensibilidad y se conmueve ante los muros o el repicar de la
campana de la iglesia. A pesar de que no logran su cometido con el Viejo avaro, se van de
Cuzco a Abancay con la frente en alto.
Al pueblo de Abancay llegan con el objetivo de matricular a Ernesto en el Colegio. Los recibe allí
una multitud que reza por el Padre Linares, el cura del pueblo que representa casi una divinidad.
A los pocos días de comenzar sus estudios, Ernesto se da cuenta de que su padre partirá pronto
hacia otro pueblo. La despedida es difícil; sabe que a partir de ahora estará solo frente a los
obstáculos del futuro próximo.

Finalmente, Gabriel se va de Abancay con la promesa de conseguir una chacra donde recibir a
su hijo en verano. Ernesto comienza una convivencia con sus compañeros que no es fácil.
Algunos de los mayores tienen comportamientos abusivos con los más pequeños y, sobre todo,
con Marcelina, una mujer con una discapacidad mental a la que llaman “la opa”. Por las noches,
algunos de ellos abusan sexualmente de ella en los baños del patio, a la vista de los más
pequeños, entre quienes se encuentra Ernesto.
Para contrarrestar la opresión del Colegio, Ernesto va los domingos a recorrer la quebrada, la
hacienda de Patibamba, el río Pachachaca. Más adelante comienza a ir a las chicherías, donde
pasa los fines de semana escuchando a los músicos tocar huaynos de distintos pueblos. Todo
esto ayuda a despertar su memoria. Los recuerdos son para Ernesto su gran arma contra la
soledad, la desesperación y el maltrato.
En el Colegio se viven muchas situaciones de violencia social y racial que aplastan el espíritu de
Ernesto. Pero un día hay un gran revuelo en el pueblo: las chicheras de Abancay se rebelan
contra las autoridades porque en la hacienda se les da sal a las vacas y esa sal no está siendo
entregada a las personas. Armadas, van hasta la Salinera y se llevan los sacos de sal que
encuentran allí escondidos. Incluso, en un acto de justicia que emociona a Ernesto y lo hace
involucrarse en la acción, le llevan sal a los indios de la hacienda. Estos indios sumisos apenas
hablan; temerosos, reciben la sal de las chicheras casi sin salir de sus casas. A partir de esta
situación, y a pesar de que el éxito de la rebelión es efímero, Ernesto reafirma su identidad
andina y sus convicciones: descubre que puede haber justicia social a partir de la organización
colectiva.
Poco a poco, en el colegio va forjando amistades. Su primer amigo, Ántero, le regala un trompo
mágico, el zumbayllu. Luego entabla un vínculo con Palacitos y Romero. Los tres comparten el
pensamiento mágico y el sistema de creencias; hablan quechua y además comparten el gusto
por la música de origen incaico, los huaynos. Por otra parte, varias veces se enfrenta a
compañeros; al abusivo Lleras, o a Rondinel, que lo llama “indiecito”. Incluso se enemista con el
mismo Ántero cuando las diferencias entre ellos se acrecientan, a partir de las opiniones
contrapuestas alrededor de la rebelión de las chicheras y la actitud lasciva que Ántero tiene con
las niñas del pueblo.

Con la llegada del ejército a Abancay, con la función de reprimir la rebelión de las chicheras,
llega la peste. El tifus avanza rápido sobre el pueblo y llega al Colegio. Los indios que trabajan
en la hacienda, enfermos, a pesar de su temor y sumisión, y de la presencia del ejército,
avanzan sobre el pueblo para recibir la misa.
Por su parte, Ernesto, que asiste a Marcelina en su lecho de muerte, es encerrado por los
Padres, por miedo a que esté enfermo. Finalmente, para cuando el Padre Linares se da cuenta
de que Ernesto está sano, sus compañeros ya se han ido del pueblo sin despedirse, salvo
Palacitos, que le deja a Ernesto dos monedas de oro para que viaje a buscar a su padre, o para
que pague su propio entierro.
Finalmente, el Padre Linares libera a Ernesto y le dice que su pariente, el Viejo, lo espera en su
estancia y que debe irse caminando, solo. Ernesto se va, pero a último momento decide ejercer
su libertad y cambiar de rumbo hacia la cordillera.
Análisis literarios de sus obras

“Ríos Profundos”

ANÁLISIS LITERARIO DE "LOS RÍOS PROFUNDOS"

I.-DATOS DE LA OBRA LITERARIA

A.- TÍTULO DE LA OBRA: “Los ríos profundos”.

B.- AUTOR: José María Arguedas

C.- ESCUELA LITERARIA: Indigenismo.

D.- ÉPOCA: Contemporánea.

E.- GÉNERO LITERARIO: Narrativo

F.- ESPECIE LITERARIA: Novela

G.- FORMA DE EXPRESIÓN: La obra está escrito en prosa.

ANÁLISIS LITERARIO DEL CONTENIDO

A.- LOS PERSONAJES

a.- Personaje principal:

-Ernesto: Protagonista y es el que narra los hechos de la obra. Ernesto es José María Arguedas.
Muchacho de 14 años que vive entre dos mundos diferentes, el de los blancos y el de los indios.

b.- Personajes secundarias. En la obra “Los ríos profundos” participan muchos personajes
secundarios:

-Gabriel, padre de Ernesto: Abogado de profesión. Recorre con su hijo Ernesto gran parte de la
sierra del Perú ejerciendo su trabajo de abogado.

-El viejo: Tío de Ernesto y su nombre es Manuel Jesús. Gran terrateniente que se caracteriza
por ser avaro, violento y prepotente.

-La opa Marcelina: Mujer demente que es recogida por los padres y que es ayudante de cocina.
Es de contextura gruesa y de baja estatura. Muere de tifo.

-Padre Linares: director del colegio donde estudia Ernesto y es de edad avanzada.

-Padre Cárdenas; Docente del colegio y le encanta el deporte. Es de porte atlético.

-Doña Felipa: Líder de las chicheras. Mujer de contextura robusta, de grandes se

nos. Tiene la cara picada de viruela.

-Los colonos: indios que trabajan como contratados en la hacienda de Patibamba.


-Añuco: Compañero de colegio de Ernesto que tiene 14 años. Huérfano y amigo del Lleras, con
quien hace muchas mataperradas en el colegio y en la calle.

Lleras: Huérfano, amigo y protector del Añuco. Se caracteriza por ser altanero, violento y
abusivo con sus compañeros de colegio. Es pésimo en los estudios, pero le encanta los
deportes.

-Antero Samanez: Compañero de Ernesto. Es un muchacho que tiene cabellos rubios e hijo de
un hacendado. Sus compañeros le dicen Markaska por su lunar que tiene en su frente. Antero es
el que lleva al colegio el trompo o zumbayllu.

-Palacios: Compañero pequeño de Ernesto que proviene de una comunidad indígena. Le llaman
el “indio Palacios”. Es humilde y es maltratado física y psicológicamente por el abusivo Lleras y
otros compañeros de estudios.

-Romero: Muchacho de porte atlético y gran estatura que sobresale en salto y en los deportes,
Toca muy bien el rondín y le encanta cantar huaynos. Defensor de sus compañeros débiles ante
la agresión de Añuco y el Lleras.

Chauca: Compañero de Ernesto de 16 años de edad. Es de contextura delgada. Vive


obsesionado por la opa Marcelina.

-Peluca: Muchacho de 20 años e hijo de un peluquero. Es de contextura corpulenta, pero


cobarde. Siente una obsesión enfermiza por la opa Marcelina, a quien la obliga tener relaciones
sexuales.

-Valle: Estudiante elegante que le gusta la lectura. Cursa el quinto año de secundaria y se
caracteriza por ser muy enamorador ya que en la calle está siempre rodeado de bellas chicas.

-Rondoniel: Alumno de contextura delgada y de piel blanca. Le reta a una pelea a Ernesto por
envidia, pero se amistan.

-Hermano Miguel: Profesor y entrenador de los estudiantes. Es de raza negra y se pelea con el
Llera.

-Gerardo: Piurano e hijo del comandante de la guardia civil que llega a Abancay para sofocar el
levantamiento de las chicheras. Es deportista, amiguero y le encanta conquistar a las
muchachas.

-Salvina: Alumna del Colegio Nacional de las Mercedes que tiene 12 años y es enamorada de
Antero.

-Alcira: Amiga íntima de Salvina de 12 años. Ella tiene una hermosa cabellera y una mirada muy
triste.

-Alcilla: Amigo del padre de Ernesto y notario público de la ciudad de Abancay.

-Prudencio: Amigo entrañable de Palacitos. Es soldado y músico de la banda militar.

Clasificación de los personajes:

Los personajes se clasifican en tres grupos, según la doctora Elena Aibar Ray:
PERSONAJES DEL MUNDO BLANCO:

-Los hacendados

-Padre Linares

Soldados costeños

Señoras de la hacienda

-Gerardo, el costeño

Antero, hacendado

-Añuco y Lleras

Valle, estudiante elegante

PERSONAJES QUE SE ENCUENTRAN ENTRE LOS DOS MUNDOS:

-Ernesto, joven

-Hermano Miguel

-Soldados indios

-Felipa, la chichera

-Marcelina, la opa

-Chicheras mestizas

-Los mestizos

PERSONAJES DEL MUNDO INDIO:

-indios de la ciudad

-Cocinera del colegio

-Romero, indio transculturado

-Palacitos, indio transculturado

-Los músicos indios.


B.- ESCENARIO:

Las acciones de la novela de “Los ríos profundos” se desarrollan en diferentes escenarios o


lugares:

-Cusco

-La hacienda de Patibamba

-Abancay

-El colegio religioso

--Huanupata, el barrio de la chicheras.

C.- LAS ACCIONES

Las acciones más importantes de la novela “Los ríos profundos” son:

- La llegada de Ernesto y su padre al Cuzco, a la casa del viejo.

- Los viajes constantes del padre de Ernesto, un abogado de provincias.

-Ernesto en los viajes que hace con su padre conoce todas las manifestaciones culturales de
los pueblos andinos que visita.

- Ernesto y su padre, después de recorrer toda la sierra del sur del Perú deciden establecerse
en Abancay.

-Ernesto se queda en Abancay para estudiar en un colegio religioso y su padre prosigue su


viaje. Fue una triste despedida.

- En el colegio religioso donde estudia Ernesto es el lugar donde se dan los diferentes
problemas de los jóvenes estudiantes.

- Ernesto al no poder hablar con los indios de la hacienda se va encontrarlos en la chicherías.

- La historia del zumbayllu.

- La sublevación de las chicheras por el por la falta de sal.

- La represión del ejército contra las chicheras

- La terrible epidemia de la peste que se desata entre los colonos.

D.- TIEMPO

El tiempo que emplea el escritor José María Arguedas en la novela “Los ríos profundos” es
subjetivo, porque toda la acción se rememora en la conciencia del narrador adulto que recuerda
los sucesos en su etapa adolescente del protagonista. Por ese motivo, el tiempo no es lineal, ya
que la acción se mueve del pasado al presente, a saltos, escogiendo ciertos momentos de
acuerdo a las preferencias del narrador.

E.- EL TEMA

a) Tema principal:

El tema principal de la obra de “Los ríos profundos” es el conflicto entre el mundo indígena y el
occidental.

b) Temas secundarios:

- La violencia racial y social

- El sistema dominante y opresivo de la educación.

- Plena identificación con el mundo andino

F.- ARGUMENTO

El protagonista Ernesto y su padre, un abogado de provincias, llegan al Cuzco. Visitan al viejo,


tío de Ernesto y poderoso terrateniente que es avaricioso y malvado. El padre enseña a su hijo
Ernesto los hermosos palacios y los restos arqueológicos del imperio incaico. Ernesto queda
maravillado y asombrado de la grandeza de la cultura milenaria. Este acontecimiento hace que el
niño Ernesto se identifique plenamente con la cultura del mundo andino. El niño llega a conocer
la explotación y el maltrato que sufre los indios por parte de los terratenientes. Ernesto narra los
viajes que hace con su padre por toda la sierra del sur del Perú. Cuando llegan a Abancay, su
padre deja internado en un colegio religioso a su hijo Ernesto y prosigue su viaje. El adolescente
Ernesto conoce en el colegio a personas de diferentes razas y de clases sociales opuestas.
El centro escolar es escenario de los diferentes problemas juveniles. En los capítulos VIII, IX y X,
se narra la cruel represión del ejército contra la sublevación de las chicheras, encabezada por
doña Felipa y se presenta el ambiente de lucha y hostilidad creciente en la ciudad de Abancay y
en el colegio religioso donde estudia Ernesto. En el capítulo XI se narra la epidemia que se da
entre los colonos, pero lo más alarmante es que amenaza con extenderse hasta la ciudad. Los
estudiantes del colegio religioso y los pobladores deciden abandonar la ciudad para huir de la
epidemia que mata a los colonos. Los humildes colonos creen que la epidemia se puede
combatir con los rezos. Entonces, los colonos capturan la ciudad de Abancay para capturar al
director del colegio religioso a que realice misas y así alejar a la epidemia del pueblo. El
asustado Ernesto escapa del colegio confiando en los colonos que vencerán a la epidemia. Por
último, Ernesto recibe una carta de su padre en donde le dice que vaya a vivir con su tío, él
acepta muy gustoso porque sabe que allí estará junto a los colonos y los indios.

2.- ANÁLISIS LITERARIO DE LA EXPRESIÓN O FORMA

A.- EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR

En la obra literaria “Los ríos profundos” hay dos narradores. El primer narrador (principal) es el
hombre adulto que rememora su etapa de la niñez, mejor dicho, viene a ser la versión adulta
del protagonista Ernesto. El segundo narrador aparece en forma esporádica en la novela y es el
que se encarga de completar y mejorar la comprensión del lector respecto a los acontecimientos
que se dan en la obra literaria.

B.- LOS RECURSOS LITERARIOS

El escritor José María Arguedas valió de los recursos para escribir su obra literaria “Los ríos
profundos” que una reliquia de corte indigenista. En la novela podemos encontrar las siguientes
figuras literarias:

a.- Símil o comparación

-Ernesto se inclinó como un gusano que pidiera ser aplastado.

-Como una flor de pisonay era su cara.

-Odiaba a los forasteros como a las bandas de langostas.

b.- La metáfora

-En los ojos de Lleras había una especie de mina de poco fondo, sucia y densa.

-Parece un río de acero líquido de azul sonriente, a pesar de su solemnidad y de su hondura.

-Antero tenía cabellos rubios, su cabeza parecía arder en los días de gran sol.

c.-Epítetos:

-El sol arde sobre la miel seca, sobre los restos blancos de la caña molida.

-Vestidos de polacas ceñidas, raras, y esos kepis altos, de colores; las botas especialícimas…

-La montaña por donde sale el sol termina en un precipicio de rocas lustrosas y oscuras.

d.- Exclamativas:

-¡Manan! ¡Ama rimawaychu! (¡No quiero! ¡No me hablen!) - me contestaron.

-¡Estupideces de malcriados! ¡A dormir! ¡Largo de aquí todos!. ordenó el padre.

-¡No seas tonto, hijo! ¡Vuelve en tí! –le dijo el padre. Y con ambas manos le sacudió el polvo.

e.- Interrogativas:

-Oye, Ernesto, ¿qué te pasa? – me dijo-. ¿A quién odias?

-¿Tú lo has visto? ¿Tú mismo? –me preguntó anhelante.

-¿Quién reclamaría por ti? ¿No dices que tu padre está a cien leguas? ¿Y si te echan tu cuerpo
al Pachachaca, de noche?

f.- Hipérbole:
-Enloquecidas de entusiasmo, las mujeres cantaban cada vez más alto y más duro.

g.- Enumeración:

-Cae la lluvia, el begazo hierve, huele a aguardiente y su vaho cubre todo el caserío.

-La casa tenía arquería blanca, un corredor silencioso con piso de losetas brillantes y grandes
ventanas de rejas torneadas.

-Las autoridades departamentales, los comerciantes, algunos terratenientes y unas cuantas


familias antiguas empobrecidas vivían en los otros barrios de Abancay.

h.- reduplicación:

-¡Jesús! Jesús! ¡Dios mío!

-¡Apasankas, apasankas! –gritó.

-¡Eh, tú, vagabundillo, zorrillo, zorrillo! –me iba diciendo.

-¡Valle! ¡Valle! ¡Oye, zacuara! ¡Oye, pavo!

-¡Mentira, perro! ¡Mentira, ladrón! ¡Asqueroso! –le grité.

-La voz de los internos, la voz del padre, la voz de Antero y de Salvinia, la canción de las
mujeres, de las aves en la alameda de Condebamba, repercutían, se mezclaban en mi
memoria….

i.- Metonimia:

-No dejaba avanzar a los caballeros de corbata.

j.- La personificación:

-La voz del arpa parecía brotar de la oscuridad que hay dentro de la caja

-Las arañas pataleaban. No con movimientos convulsos y rápidos, sino lentamente,

C.- ESTILO LITERARIO

El estilo del escritor José María Arguedas que utiliza para escribir la novela “Los ríos
profundos” se caracteriza por ser sencillo, pero que tiene gran peso literario. El autor llega al
lector con una sencillez en la parte expresiva utilizando giros de la región andina para que
pueda comprender el maravilloso Perú profundo.

IV- APRECIACIÓN CRÍTICA

“Los ríos profundos” es la mejor obra literaria de José María Arguedas según los investigadores y
los críticos literarios. La novela goza de una gran calidad literaria y está constituida de once
capítulos. Los personajes están bien diseñados y cada uno de ellos cumple el papel que le
corresponde. El protagonista es el mismo autor de la obra y el narrador es el niño Ernesto. Las
acciones se desarrollan en diferentes lugares de la sierra del sur del Perú, mostrándonos la
belleza del ande. En el aspecto formal el autor tiene un buen dominio de las técnicas narrativas y
así como también el manejo de los recursos literarios con los cuales logra escribir una buena
novela.

V.- VALORES DE LA OBRA

a.- Valor literario

La novela “Los ríos profundos” tiene un gran valor literario. La obra se caracteriza esencialmente
por su sencillez y está alejado de los adornos retóricos. El escritor Arguedas utiliza los recursos
literarios con suma mesura, sin caer en la exageración y logra escribir una obra literaria de
excelente calidad.

b.- Valor humano:

El escritor Arguedas presenta en su obra literaria al indio como un personaje profundamente


humano. Para el autor, el indio es humilde, triste y de perfil bajo, pero también es altivo, valiente,
perseverante, tierno y amoroso, grande y poderoso.

c.- Valor cultural:

Arguedas nos ofrece una radiografía de la vida cultural del mundo andino. En la obra, el autor
nos habla de las costumbres, las fiestas tradicionales, las creencias religiosas de un pueblo
olvidado y sumergido en la ignorancia por la falta de educación.

VI.- MENSAJE DE LA OBRA

El mensaje que nos da la novela “Los ríos profundos” de José María Arguedas es
profundamente humano y nos pide que debemos revaloricemos y respetemos al hombre del
ande, que por siglos fue maltratado, humillado y explotado por las clases dominantes.

https://es.slideshare.net/slideshow/jose-maria-arguedas-23303754/23303754#2

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https://www.biografiasyvidas.com/obra/rios_profundos.htm

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