CODAGLIO
CODAGLIO
CODAGLIO
ESTAFA"
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En la ciudad de Paraná, Capital de la Provincia de Entre Ríos, a los tres días del mes de Abril
del año dos mil diecinueve, siendo las 8:35 hs horas, encontrándose en la Sala de Audiencias
JOEL CANEPA, en calidad de Juez Unipersonal, se presentaron el Sr. Fiscal Dr. Gonzalo
Badano y en calidad de Defensor el Dr. José Ostolaza en representación del Sr. Miguel
Angel Juarez. Conforme se encontrara previsto en el Legajo Nº 12050, en la causa:
el recurso interpuesto por el Dr. José Ostolaza, contra resolución del Sr. Juez de Garantías
Dr. Elvio Osir Garzón de fecha 24/03/2019 por la cual dispuso decretar la prisión preventiva
de Miguel Ángel Juarez por el término de cuarenta (40) días, en la Unidad Penal Nº1 de la
ciudad de Paraná. Abierto el acto son escuchadas las partes, en primer término el Dr. José
cuenta por el Sr. Juez de Garantías Nº5 en la resolución impugnada. Interesa el Sr. Defensor
que se revoque la resolución dictada por el Dr. Elvio Osir Garzón, y se le otorgue la libertad a
su defendido bajo caución personal y al cuidado de una persona, ofreciendo como garante a
la Sra. Gonzalez Alejandra Noemi, D.N.I. 27.358,331, con domicilio en calle Tacuarí 2070.
Barrio Güemes, de la ciudad de Corrientes, actual pareja del Sr. Miguel Angel Juarez.
esto aún fuere insuficiente, solicita el arresto domiciliario en el domicilio del Sr. Juarez o de
la Sra. Gonzalez Alejandra Noemí, con la cual tiene una relación de pareja. Seguidamente
S.S. solicita al Sr. Defensor, para cumplimentar una cuestion meramente formal, su número
de matrícula, respondiendo el Dr. Ostolaza que su matricula es la Número 4595 Tomo I Folio
124 -Caer. Consulta S.S. los datos de la Sra. Gonzalez y si la misma es pareja actual del Sr.
Gonzalez, haciendo saber los datos de la Sra. Gonzalez, informando la misma que no son
pareja conviviente, que reside cada uno en su casa, y que se encuentran en pareja desde hace
4 años, no poseen hijos en común. Pregunta S.S. en relación a algún bien para ofrecer como
caución real, informando el Sr. Defensor que podría ofrecer un automóvil Renault Fluence
del año 2012 y agrega que se podría buscar otro bien, de ser el automóvil insuficiente para
constituir caución real. Por último solicita el Sr. Defensor que en caso de no otorgársele a su
defendido libertad bajo caución, eventualmente peticiona la prisión domiciliaria del Sr.
Badano relata el hecho que se le imputó al Sr. Juarez, y brinda amplios fundamentos a fin
de que sea confirmada la resolución del Sr. Juez de Garantías, por ser razonable y ajustada
a derecho. Seguidamente el Sr. Fiscal exhibe filmación del imputado en los alrededores de la
casa donde reside la víctima. A lo manifestado por el Sr. Fiscal contesta el Dr. Ostolaza
expresando que la descripción efectuada del Sr. Juarez no es completa, que se hace una
libertad y está vinculada al hecho, al igual que otros coimputados, y el único que se
Sr. Fiscal que tiene 66 años y que la víctima tiene 85 años. A pedido de S.S. se exhibe la
filmación de la rueda de reconocimiento. Ante consulta de S.S. expresa el Sr. Fiscal que la
denuncia fué realizada por el hijo de la víctima, porque la misma padecía ataques de pánico
luego de producido el hecho. Siendo las 09: 30 horas, el Sr. Vocal dispone la realización de un
cuarto intermedio hasta las 12:30 horas. Siendo las 12.:35 horas se reanuda la audiencia con la
presencia del Sr. Fiscal, Dr. Gonzalo Badano y en calidad de Defensor el Dr. José Ostolaza
en representación del Sr. Miguel Angel Juarez. Acto seguido, el Señor Vocal expresa que la
libertad es la regla de todo proceso, la restricción cautelar de la misma durante este, bajo
por lo que se debe descartar por infundado todo agravio que predique una genérica
violación o afectación del principio de inocencia con asiento en la conculcación de ese estado,
contrario de ello, el encierro preventivo encuentra asidero solo bajo bajo determinados
supuestos –que en la Ley Procesal actual se engloban en los llamados riesgos procesales de
regla de la libertad durante la sustanciación del proceso. Con ello, el dictado de la prisión
preventiva requiere, si se quiere, de dos juicios de valoración: el primero tiene que ver con la
existencia objetiva y concreta de los riesgos invocados para fundarla; y el segundo consiste
en un juicio de proporcionalidad entre sus fines y elementos. Pero solo a partir de que se
constate el primero, podemos adentrarnos en el análisis del segundo. Veamos para ello que
el art. 353 CPPER, nos impone un primer requisito, cual es que existan elementos de
convicción suficientes para sostener como probable la participación punible del imputado en
el hecho investigado; aquí el estándar que nos fija el código es el de la probabilidad, la cual
ha sido definida como un punto medio entre certeza y duda; y como el estado mental del
juez en el cual no esta completamente convencido, sino que considera solo como “probable”
que el hecho haya existido y que el imputado haya sido su autor. Puede ser: 1) Probabilidad
positiva: los elementos existentes torna mas probable la tesis incriminatoria. Permite el
dictado de medidas cautelares personales o reales, así como las medidas limitativas de
exigible para la condena en la etapa del juicio. 2) Probabilidad negativa: los elementos
reunidos hacen pensar que es más probable que el hecho no haya existido o que el imputado
no haya sido el autor. También permite el dictado del sobreseimiento del proceso, cuando no
que marcara el Sr. Defensor respecto de la vestimenta del imputado descripta en la denuncia,
que no fue realizada por aquella, quedan salvadas al ser descripto Juarez como una persona
bien vestida y bien presentada, bien peinado, de cabello negro, de contextura corpultenta y
vestido de camisa (sin referir color alguno) y pantalón, tal y como se lo vio luego en la
fotografía mostrada por el Fiscalía en la audiencia. Tampoco son de recibo las alegaciones del
Sr. Defensor respecto de la conformación de la rueda, puesto que no solo que sus agravios no
se evidencian con las imágenes reproducidas -sin ir más lejos, la persona que Juarez tenía al
lado era de una contextura idéntica-, sino que el reconocimiento fue inmediato, espontáneo y
concreto, sin dubitación alguna por parte de la Sra. Galimberti, en función de que reconoció
el rostro de Juarez. Debe decirse también que en dicho acto Juarez contó con representación
suficiente, verificándose así su derecho a una debida defensa, quien no planteó -el Dr.
Acebal- ninguna objeción al acto en sí, ni a la forma en que en el mismo se procedió. Luego
fundan aquella probabilidad otros indicios también enunciados por la Fiscalía, como la bolsa
negra que llevaba Juarez bajo su brazo, descripta por el denunciante, quien a su vez era el
titular del dinero y quien lo había guardado en la casa de su madre, por lo que conocía su
envoltura -recordemos para ello que del video de la audiencia ante el Tribunal de Garantías,
se describe la maniobra empleada por Juarez y/o sus cómplices para hacer caer en error a la
Sra. Galimberti, indicándole donde estaba el dinero, ya que ella no sabía. El hecho de que a la
decirse- la única razón por la que advierto que no se encuentra en la misma situación que
Juarez es por su avanzada edad (67 años). Y el hecho de que Juarez no tenga, ni haya
brindado a través de su defensor, absolutamente ninguna razón para estar en Paraná, ya que
ciudad donde morigerar la cautelar que pesa sobre el mismo-, ni trabajo, ni ninguna otra
ocupación que pudiera justificar su visita o estancia en la ciudad, o siquiera su ronda por las
inmediaciones del domicilio de la víctima; sobre todo si ello se analiza bajo una visión ex
una persona relacionada con Juarez, y a la cual luego se le secuestran elementos que podrían
estar vinculados con el hecho. Es decir, que si nos manejamos con el estádar antedicho, el de
la "probabilidad", tal y como lo dice el CPP, para fundar el mérito sustantivo o verosimilitud
de la participación punible de Juarez en el hecho investigado, entiendo que el mismo se
"peligro de fuga, donde se establece que para decidir acerca del mismo, se tendrá en cuenta
someterse a la persecución penal; por supuesto que es la intensidad con la que se advierte
cada uno de ellos, y no su aparición conjunta, la que formará convicción en el Juez sobre el
riesgo invocado. Así, respecto de la pena en expectativa, no puedo sino coincidir con la
defensa del imputado, puesto que no se trata de uno de los delitos (mal) llamados
excarcelables, ya que su marco penal admite toda clase de definiciones del presente conflicto,
que van desde la suspensión a prueba del proceso, hasta la imposición de una condena
condicional; no siendo las razones que invoca la Fiscalía para esperar (o solicitar)
es de mérito, sino de una medida cautelar; pero aún así ha sido la propia Fiscalía quien ha
han invocado que existan otras causas que lo tengan a Juarez como imputado, por lo que
dicho parámetro no puede incidir en el mérito que del riesgo en cuestión se está realizando.
Sí voy a dar la razón a la Fiscalía en cuanto a la evidente falta de arraigo de Juarez en esta
jurisdicción, y a sus posibilidades de permanecer oculto, frustrando los fines del proceso
iniciado; ello por cuanto no solo resulta ya evidente que el centro de vida de aquel se
mantiene con la ciudad de Paraná ningún vínculo, en donde no hay ni un solo pariente o
amistad que pueda ofrecer su domicilio como para morigerar la situación carcelaria en la que
se encuentra. Pero no solo eso, en el caso se ha sustraído una muy alta cantidad de dinero,
cuya mayoría no ha sido localizado aún, por lo que permanece a disposición del imputado
y/o sus cómplices para poder sortear cualquier investigación o localización; cuestión que
ocultar, suprimir o falsificar cualquier elemento de prueba (art. 356 inc. a CPPER), o
intimidar o influir por cualquier medio a los testigos o eventuales cómplices que puedan
surgir del análisis de las evidencias en poder de la Fiscalía (art. 356 inc. b), y que Juarez
conoce -no olvidemos que es muy probable, de acuerdo a lo analizado que haya más
comportamientos (art. 356 inc. c). Por lo que entiendo entonces que el pronóstico efectuado
por el Juez de Garantías actuantes es el correcto, no habiendo -por el momento- ninguna otra
forma menos gravosa para morigerar los riesgos invocados, no siendo suficiente para ello el
domicilio a más de 700 km de esta ciudad, sin que pueda ser controlado eficazmente por
ninguna autoridad de esta jurisdicción. Tampoco la fianza real es de recibo por cuanto Juarez
Juzgado de garantías que percibía 10 mil pesos por mes por todo concepto, como fruto de su
trabajo, monto que resulta infinitamente inferior al dinero sustraído, por lo que no haría
ningún efecto de prevención o evitación del riesgo invocado, a la vez impone un límite a este
mayor sin afectar su supervivencia. Todo ello nos lleva al tercer agravio -que en realidad fue
debo decir que entiendo que la razón se halla del lado de la defensa, y ello más allá de que
partir del cúmulo de tareas a realizar -por ejemplo la cantidad de teléfonos a peritar-, sino
porque la misma podría llegar a trasladarse hacia otras provincias, con rumbos y magnitudes
ocultos, a partir de las evidencias que han sido producidas durante esta audiencia. Pero el
problema está en que el legislador ha dispuesto un marco penal específico para el delito en el
días de prisión, por lo que a priori, no puedo concebir una cautelar que tenga una duración
que exceda dicho mínimo, sin que ello viole el principio de proporcionalidad que debe regir
para este tipo de medidas. Debo decir también que tampoco ello es un entendimiento
caprichoso del suscripto, sino que surge de un estándar elaborado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, en el Informe Nº 35/07 - Caso Peyrano Basso, citado
por el defensor, y cuyo seguimiento para los tribunales nacionales se impone a partir del
fallo "Carranza Latrubese" de la CSJN (06/08/2013), entre otros, al cual incluso el suscripto
utilizaba ya en mis actuaciones como Fiscal previo al ejercicio de esta magistratura, como
parámetro racional para solicitar la misma medidas que hoy se apela. Recomienda allí el
citado organismo regional que "Es importante que los Estados pongan a disposición de este
tipo de procesos todos los recursos, materiales y humanos, para lograr que, en los supuestos
de peligro que justifiquen la prisión preventiva, las investigaciones se lleven a cabo con la
máxima premura y, así, evitar que toda restricción de derechos impuesta a una persona aún
no declarada culpable se extienda tanto como para constituir una pena anticipada, violando
contrario, dicha prisión adquiere el carácter de una pena anticipada, y constituye una
violación del artículo 8.2 de la Convención Americana. Una vez vencido el plazo considerado
por medio de la privación de la libertad del imputado. Es decir, la prisión preventiva podrá o
no ser sustituida por otras medidas cautelares menos restrictivas pero, en todo caso, se
deberá disponer la libertad. Ello, independientemente de que aún subsista el riesgo procesal,
es decir; aún cuando las circunstancias del caso indiquen como probable que, una vez en
razonable responde, precisamente, a la necesidad de establecer un límite más allá del cual la
prisión preventiva no puede continuar, en aquellos casos en los que aún subsisten las
condiciones que fundaron la medida cautelar. De no ser así, la prisión preventiva deberá
cesar, no ya por su razonabilidad temporal sino por su falta de fundamento. Dice también la
Comisión que el "plazo razonable" no puede ser establecido en forma abstracta porque
Convención. Las particularidades de cada caso determinarán cuándo ese plazo se habrá
cumplido, sin perjuicio de lo legalmente establecido. Sin embargo, la Comisión considera que
se puede fijar un criterio rector, indiciario, que configure una guía a los fines de interpretar
legislaciones penales de los países del sistema, la Comisión estima bastante el cumplimiento
de las dos terceras partes del mínimo legal previsto para el delito imputado. Esto no autoriza
al Estado a mantener en prisión preventiva a una persona por ese término sino que
constituye un límite, superado el cual se presume prima facie que el plazo es irrazonable.
Ello tampoco admite una interpretación a contrario sensu en el sentido de que, por debajo de
ese límite, se presuma que el plazo sea razonable. En todo caso habrá que justificar,
supuesto en que se haya superado ese término, esta justificación deberá ser sometida a un
examen aun más exigente". Como bien lo dice la Comisión, los dos tercios del mínimo de
pena no constituyen un límite automático, sino un estándar que prima facie no debe ser
cada caso. Aquí, las complejidades en cuestión han sido correctamente puestas de manifiesto
por la Fiscalía, lo que me permite elongar o salirme de aquel estándar, pero nunca podría,
bajo las mismas pautas de razonabilidad y proporcionalidad, extenderme más allá del
mínimo de la pena prevista legalmente, sobre todo cuando de acuerdo a la fecha de las
pericias informadas por el Dr. Badano, existe todavía un plazo razonable de tiempo como
para, a partir de sus resultados, puedan preverse otras medidas respecto de otras personas, o
incluso del mismo Juarez, si se confirma la tesis fiscal y se mantienen los riesgos
denunciados, por lo cual RESUELVE: HACER LUGAR PARCIALMENTE al recurso
interpuesto por el Dr. Ostolaza, en representación del Sr. Miguel Angel Juarez contra la
días, a contar desde el momento en que el mismo fue alojado en la Unidad Penal Nº 1 de
Paraná, bajo la misma coerción. Finalmente se deja constancia que la audiencia se realizó en
el art. 166 del C.P.P., requiriendo para su registro la grabación de 2 DVD identificándose
cada copia con número de Legajo, carátula, día de la audiencia y salón. Con lo que no siendo
para más, a las 12:50 horas se labra la presente acta que, previa lectura y ratificación, se
Asistente Vocalía