Clickbait Latina2019 EspaolRLCS-paper1323
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Pilar Sánchez-García
Universidad de Valladolid
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Abstracts
[ES] Introducción. El artículo aborda el clickbait, una estrategia del periodismo viral que busca
provocar que los usuarios accedan al vínculo de una página mediante una selección noticiosa y
estrategias de redacción que funcionan como cebo. La investigación aporta una definición más
completa que las registradas hasta ahora, así como una caracterización de las variables asociadas al
fenómeno. Metodología. En su fase empírica, recurre al análisis de contenido para comprobar la
presencia de clickbait en 2.266 mensajes emitidos en Facebook y Twitter por El País y El Mundo.
Resultados. La investigación detecta una alta presencia de contenidos clickbait en ambos medios
(41,6% de media), así como una prevalencia de técnicas como: información incompleta, preeminencia
de soft news, repetición y serialización o utilización de hipérboles. Discusión. La escasez de
investigaciones sobre clickbait exige intensificar el análisis de su evolución y vigilar las consecuencias
que tiene en la calidad de la información que circula en redes sociales.
[EN] Introduction. This article addresses clickbait as a strategy of viral journalism that seeks to lure
users into clicking on a link to a page through tactics such as sensationalist stories and eye-catching
headlines that work as bait. This research aims to provide a more complete definition of this
phenomenon, as well as a characterisation of the variables associated with it. Methods. In its empirical
phase, the study resorts to content analysis to check for the presence of clickbait strategies in 2,266
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[Investigación Financiada] DOI: 10.4185/RLCS-2019-1323| ISSN 1138-5820 | Año 2019
news stories posted on Facebook and Twitter by El País and El Mundo. Results. The research detected
a high presence of clickbait content in both newspapers (41.6% on average), as well as the prevalence
of techniques such as: incomplete information, pre-eminence of soft news, repetition and serialisation,
and use of hyperboles. Discussion. The scarcity of research on clickbait requires the intensification of
the analysis of its evolution and the monitoring of its consequences on the quality of the news
circulating on social networks.
Keywords
[ES] Clickbait; Periodismo viral; Redes sociales; Ciberperiodismo; Infoentretenimiento;
Sensacionalismo.
[EN] Clickbait; viral journalism; social networks; digital journalism; infotainment; sensationalism.
Contents
[ES] 1. Introducción. 2. Hacia una conceptualización de clickbait. 3. Variables caracterizadoras del
clickbait. 4. Metodología. 5. Análisis comparado de la presencia de clickbait en las redes sociales de
elpais.com y elmundo.es. 5.1. Análisis por secciones temáticas. 5.2. Principales estrategias de clickbait
en elpais.com y el mundo.es. 6. Conclusiones.
[EN] 1. Introduction. 2. Towards a conceptualisation of clickbait. 3. The defining variables of
clickbait. 4. Methods. 5. Comparative analysis of the presence of clickbait in the social networks of
elpais.com and elmundo.es. 5.1. Analysis by sections. 5.2. Main clickbait strategies in elpais.com and
mundo.es. 6. Conclusions. 7. Notes. 8. References.
1. Introducción
El entorno actual de los medios de comunicación registra una severa caída de las tiradas en papel de
los diarios y un número de suscripciones insuficiente para sostener las redacciones, de manera que la
prensa depende cada vez más de la publicidad on line que es la única partida publicitaria que se ha
visto incrementada en los últimos años. El informe InfoAdex sobre la inversión publicitaria en España
(2017) certifica que, aunque desde 2014 se viene produciendo un incremento de la inversión, superior
incluso a la subida del PIB, ha caído progresivamente el gasto en diarios y revistas mientras crece en
internet que se sitúa como segundo medio más atractivo tras la televisión [1].
Las fuentes de financiación de los medios digitales son, fundamentalmente, las visitas recibidas a sus
páginas web, que determinan el volumen y el coste en la compra-venta de publicidad. Ante esa
circunstancia, atraer lectores para incrementar el tráfico a la página resulta trascendental para la
subsistencia de cualquier medio.
En ese contexto económico, están cambiando también las formas de distribución on line de la
información, de manera que se reducen los lectores que acceden a las webs de los medios a través de
los buscadores y crece el número de quienes llegan a las noticias a través de las redes sociales:
Facebook, Twitter y Whatsapp principalmente, mediante los perfiles de los medios, pero también por
las recomendaciones que hacen agregadores de contenidos y contactos, y que tienen un carácter
prescriptor dominante. La Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (2017)
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constata en su informe “Navegantes en la red” que en 2016 el 56,5% de los internautas españoles
utilizó las redes para informarse, un 10,7% más que en 2013.
De este modo, la noticia aislada se divorcia del contexto mediático que suponía su ubicación en la
página, la jerarquía aplicada por el medio, la relación con otras informaciones dentro de una sección,
incluso la identificación de la cabecera que a menudo pasa desapercibida en las noticias difundidas a
través de las redes. El medio como unidad textual --“paratexto”, siguiendo la teoría de Genette
(2001)--, salta por los aires y cada noticia pasa a competir individualmente con el resto de
informaciones, pero también con una amalgama de contenidos no siempre ajustados al tradicional
criterio periodístico. La función tradicional de gatekeeping de la prensa aparece debilitada, al tiempo
que los ciudadanos adquieren protagonismo en la difusión de información, determinando qué quieren
compartir y promocionar, dando lugar así a un “gatekeeping mixto” (Luzón, 2000).
Junto a ello, las nuevas herramientas de software analítico que permiten a las empresas periodísticas
seguir las preferencias de su audiencia acaban por influir en la agenda temática. Se mide la acogida de
una información de forma instantánea identificando “qué fotos, titulares, autores, temas y enfoques
resultan más atractivos” (Rodríguez, 2013: 169). Conocidas esas preferencias, los medios digitales “no
pueden obviar los intereses de la ciudadanía y, en buena lógica, lo que los usuarios valorizan en esos
entornos sociales virtuales acaba por convertirse en noticia” (Túñez, Sixto-García y Guevara, 2011:
63). Es la “dictadura de la página vista” que mejora la posición de las noticias a medida que son más
compartidas (Borrego, 2016).
Este proceso ha generado en los medios una búsqueda de contenidos alternativos, incluso ajenos al
criterio periodístico tradicional, que se hacen más evidentes en el caso de las informaciones presentes
en las redes sociales que funcionan como una “catapulta” de tráfico web para los medios digitales
(Chen, Rubin y Conroy, 2015).
Salaverría (2015) bautiza como “periodismo viral” a este nuevo paradigma informativo que afecta a la
manera de seleccionar y elaborar la información, y lo identifica con un uso intensivo de las redes
sociales con fines periodísticos, pero también con determinados métodos que buscan incrementar el
éxito de las noticias en un entorno extremadamente competitivo: “los medios han depurado sus
técnicas de uso de las redes: titulan con trucos orientados a `obligar´ al usuario a hacer clic, difunden
noticias en Twitter en momentos estratégicos para multiplicar su eco en Twitter, incluyen vídeos
especialmente editados para su diseminación en Facebook... El objetivo, en fin, es hacer un periodismo
que se inocule con la facilidad de un virus” (Salaverría, 2015: 19).
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contenidos light, cuando no banales, y viralizables pero también de estrategias de titulación y redacción
que se acercan más al tabloide” (2016: 64). Estos ejemplos vienen a demostrar cómo muchos medios
están atrapados en el imposible equilibrio entre seguir las tendencias de internet y obtener así la
atención del público que permita la rentabilidad (y en los casos más dramáticos su mera supervivencia),
y conservar el prestigio informativo que les identifica como medios de comunicación dignos de crédito
(Silverman, 2015).
De hecho, Rodríguez (2013) alude a un “darwinismo informativo” en el que solo sobreviven las piezas
que se contagian y establece cuatro etapas en ese proceso:
1. El éxito viral es fruto de la casualidad y llega ligado a la calidad y la oportunidad del contenido
difundido.
2. Con la medición de audiencias en tiempo real, se comienzan a favorecer los contenidos “mejor
adaptados”, los que tienen más éxito y difusión.
3. Los medios se dedican a detectar los temas que más éxito generan en redes sociales,
agregadores o blogs. Después, los incorporan a su agenda convirtiéndolos en contenidos
informativos y los devuelven a las redes para que sigan su contagio.
4. Los medios “fabrican” contenidos viralizables de forma premeditada diseñados únicamente
para ser contagiados.
La autora propone una quinta etapa que plantea más como un deseo que como una posibilidad real:
“Aplicar todo lo aprendido sobre el meme para hacer un buen periodismo que atraiga de nuevo la
atención de la audiencia” (2013: 180).
En este contexto, la presente investigación se propone analizar el fenómeno conocido como clickbait,
“ciberancuelo” o “cebo de clics” entendido como el diseño de contenidos gancho que buscan atraer la
atención de los lectores y animar a los usuarios a hacer clic en el vínculo de una página mediante una
selección noticiosa, estrategias de redacción o uso de imágenes que hacen las veces de cebo (Chen,
Conroy y Rubin, 2015; Blom y Hansen, 2015).
El uso del término clickbait está muy extendido entre los productores de contenidos digitales y,
especialmente, entre los medios de comunicación. De hecho, el anglicismo clickbait se ha popularizado
recientemente de tal forma que parece existir un conocimiento ciudadano intuitivo que reconoce sus
técnicas (Chen y Rubin, 2017). Sin embargo, aún son limitadas las investigaciones académicas que
contribuyen a su definición y teorización, tanto en el ámbito español (Palau-Sampio, 2015; García-
Orosa, Gallur y López-García, 2017) como en el internacional (Blom y Hansen, 2015; Chen, Rubin y
Conroy, 2015; Potthast, Köpsel, Stein y Hagen, 2016; Chen y Rubin, 2017; Wiegmann, Völske, Stein,
Hagen y Potthast, 2018). Una escasez investigadora a la que se suma la dispersión de objetivos y
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perspectivas de estudio, dado que el fenómeno se ha abordado desde disciplinas distintas: informática,
lingüística (pragmática) y comunicación, con pretensiones diferentes [2].
La revisión de la literatura sobre el tema permite apuntar dos nociones o definiciones principales. Una
restrictiva que limita el clickbait a las estrategias seguidas en la formulación de los titulares de las
noticias y otra más general e inclusiva que alberga distintas fórmulas para captar la atención y
conseguir incrementar el tráfico a una página web.
Los estudios que identifican el fenómeno con la formulación de titulares gancho, lo analizan como un
enlace y explican su sentido como una estrategia de captación de receptores mediante “el titular de una
noticia que no responde a los criterios periodísticos tradicionales y cuyo objetivo final es mantener al
receptor en la página el mayor tiempo posible, no informar (…) Son, por tanto, titulares que apelan a
la curiosidad del usuario, aunque la información que hay detrás no tenga nada que ver con el titular y
no cumpla las expectativas generadas ofreciendo poca información” (García Orosa, Gallur y López
García, 2017: 1.265). En coincidencia con esta visión, los titulares aparecen definidos como
“instrumentos estilísticos y narrativos que funcionan como señuelos para inducir la anticipación y la
curiosidad en el lector de modo que haga clic en el titular y siga leyendo” (Blom y Hansen, 2015: 87).
Palau-Sampio identifica también clickbait con una modalidad de titulación que “a diferencia del titular
informativo, apela a la curiosidad desde el humor, la emotividad o cebos clásicos como el sexo” (2016:
68), pero pone este fenómeno en relación con el infoentretenimiento y la trivialización de los
contenidos, y asocia el clickbait con las “estrategias virales, desarrolladas en el campo del marketing
(…) un recurso importante a la hora de alimentar el tráfico digital y la capacidad de los nuevos medios
de captar publicidad” (2016: 67).
Frente a esta definición delimitada a los titulares de las informaciones, otros autores identifican el
fenómeno con un mayor espectro de técnicas de captación de atención en redes sociales que se ajustaría
al significado que la entrada clickbait registra en el diccionario Oxford en su edición digital: “contenido
cuyo propósito principal es llamar la atención y animar a los visitantes a hacer clic en un enlace a una
página web en particular” [3].
Chen, Conroy, y Rubin (2015) apuestan por este concepto inclusivo que se relaciona directamente con
el sensacionalismo informativo y el periodismo popular. De hecho, describen el clickbait como una
nueva forma de “tabloidización” de contenidos mediáticos identificando el fenómeno con cualquier
contenido que busque incrementar el tráfico a una página, incluidas las imágenes incongruentes y
emocionales.
En sintonía con esta interpretación, Potthast, Köpsel, Stein y Hagen (2016) definen clickbait como
“cierta forma de promocionar contenidos web diseñada para atraer a sus lectores a hacer clic en un
enlace de acompañamiento y que se difunde principalmente en las redes sociales en forma de mensajes
breves que sirven como reclamo” (2016: 810).
A partir de los estudios precedentes puede delimitarse el objeto de estudio del clickbait mediante una
definición integradora de sus características. En este sentido, se entiende como un fenómeno
comunicativo dinámico que recurre a contenidos pseudoinformativos elaborados mediante estrategias
de economía de la atención que se aproximan al sensacionalismo y al infoentretenimiento. Sus
mensajes se diseñan como gancho, con fines más propios del marketing, a través de recursos tales
como titulares llamativos, apelación directa al lector y contenidos superficiales o exagerados.
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Entre los elementos caracterizadores del fenómeno destaca el titular como principal señuelo dado que
es un criterio de selección informativa determinante, más si cabe en el contexto digital donde el lector
se ve desbordado por una “enorme cantidad de nuevas noticias que no tienen el tiempo ni la energía
para procesar. Los titulares ayudan a aprovechar al máximo esta inundación informativa, con una
inversión cognitiva mínima" (Dor, 2003: 172). De esta forma, se convierten en un elemento táctico de
cara no solo a resumir la noticia y encuadrarla como eran sus funciones tradicionales (Bell, 1991), sino
también a generar la selección de informaciones que hará el lector.
Se han descrito diferentes fórmulas gancho como elementos que identifican el clickbait. A
continuación, se detallan estas técnicas surgidas a partir de la revisión bibliográfica y de la observación,
y que se presentan aquí como variables de estudio aplicadas al análisis empírico posterior. Se ha
decidido incluirlas en este marco teórico por considerarlas una aportación de esta investigación que
busca la conceptualización del fenómeno.
Tabla 1. Modelo de análisis de las categorías definitorias del clickbait
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temática y, por tanto, hacen referencia a la realidad que el mensaje refiere; y la forma de presentación
(B) que tiene que ver con los recursos expresivos utilizados y el orden narrativo seguido. Las variables
de contenido y las de presentación que se proponen se interrelacionan entre sí sin resultar excluyentes,
como se explica más adelante a través de una conceptualización detallada de las seis variables que
ayudan a delimitar las características propias del clikbait.
A. Variables de presentación
A1. Información incompleta que impulsa a acceder al enlace para conocerla y/o comprenderla. El
fundamento psicológico de esta técnica fue abordado por Loewenstein (1994) en su análisis de los
mecanismos psicológicos que ponen en marcha la curiosidad. Según su teoría, la curiosidad es una
“forma de carencia, inducida cognitivamente, que surge de la percepción de un vacío en el
conocimiento o la comprensión” (1994: 75). A este vacío, lo denominó “brecha informativa o brecha
de conocimiento” (information gap). Cuando la atención se centra en una brecha informativa, se
produce en el receptor una sensación de privación que genera inquietud y malestar, y que solo se alivia
obteniendo los datos necesarios para suplir la carencia. Menon y Soman (2012), demostraron la
eficacia de la utilización de este recurso en el diseño de anuncios publicitarios.
Esta estrategia se concreta en varias fórmulas habitualmente aplicadas en los titulares informativos en
redes sociales.
A2. Expresiones apelativas que se dirigen directamente al lector reclamando una reacción. Se utilizan
vocativos o el modo imperativo como forma de instrucción. Este tipo de mensajes busca la interacción
con el receptor solicitando que realice una acción, normalmente que lea o acceda a la información
subsiguiente.
A3. Repetición y serialización: reiteración de una publicación para generar mayor interacción. Se
seleccionan aquellas noticias que reciben muchos comentarios y reacciones la primera vez que son
difundidas o que son susceptibles de interesar a un volumen de personas importante y se utilizan como
señuelo. La serialización permite, además, ofrecer la información fragmentada, dosificando los datos
u ofreciendo novedades, aunque sean nimias, a sabiendas de que el tema “vende”. Al repetir la
publicación durante varios días, la noticia pierde su condición de actual, pero puede seguir siendo
rentabilizada puesto que garantiza tráfico a la web. De este modo, la “presunción de comercialidad”
de la que habla Sánchez Noriega (1997: 68) se sitúa por encima de los valores-noticia tradicionales.
A4. Exageración: intensificación o énfasis de un rasgo o una acción para que se le preste mayor
atención de la que merecería. Es una técnica de marketing de la noticia para incrementar el valor
informativo de un hecho, convirtiéndolo mediante la hipérbole o la utilización de comparativos de
superioridad o superlativos en algo excepcional (Ekstrom, 2002; Molek-Kozakowska, 2012). En este
sentido, Palau-Sampio detectó la abundancia de neologismos introducidos con “super”, la utilización
del adverbio “más” y la “adjetivación intensificadora (extraño caso, accidentes épicos)” como rasgos
de clickbait (2016: 74). En ocasiones se utilizan mayúsculas o signos de exclamación o admiración
que refuerzan el sentido enfático de las palabras y simulan la expresividad del lenguaje oral.
B. Variables de contenido
B5. Utilización de contenidos blandos y sensacionalistas. La agenda noticiosa del clickbait abunda
en las denominadas soft news, aplicando la norma que Ramonet ya detectaba en el caso del medio
televisivo: “Insensiblemente, las leyes del espectáculo mandan sobre las exigencias y el rigor de la
información. Las soft news (sucesos, deportes, alegres notas finales, anécdotas…) son, a menudo, más
importantes que las hard news (temas políticos, económicos o sociales de verdadera gravedad)” (1999:
90). Investigaciones posteriores distinguen entre hard y soft news no solo por áreas temáticas sino
teniendo en cuenta también los marcos de representación que, en el caso de las noticias blandas, serían
B6. Elementos audiovisuales llamativos: utilización profusa de los distintos formatos de imagen que
permiten las redes sociales: fotografía, galería de imágenes, vídeos e incluso memes y gifs con
contenidos espectaculares, curiosos o impactantes, o que se anuncian como tales.
4. Metodología
Una vez delimitado desde un punto de vista teórico el fenómeno del clickbait con una propuesta de
definición y características conceptuales, se presenta un estudio empírico de tipo experimental que
permite poner a prueba, y en su caso validar, el modelo de análisis aplicado a los contenidos llamados
gancho. Para ello, se recurre a la metodología de análisis de contenido cuantitativo aplicado a las
noticias difundidas en las redes sociales Twitter y Facebook por los dos principales diarios digitales
españoles: elmundo.es y elpais.com (de acuerdo a los datos de comScore, 2017). Se han elegido las
redes sociales por su utilización por parte de los medios como soportes donde desarrollar estrategias
novedosas (Noguera, 2010) y como vehículos para atraer lectores a sus páginas.
El periodo de análisis comprende una semana natural, de lunes a domingo, entre el 15 y el 21 de mayo
de 2017, elegida aleatoriamente. En total se han analizado 2.266 publicaciones en ambas redes
sociales, con un reparto que queda del siguiente modo: 726 mensajes en Facebook (460 de @elpais y
266 de @elmundo) y 1.540 en Twitter (1.056 de @el_pais y 484 de @elmundo). A pesar de que el
periodo de una semana es muy limitado, se considera suficiente dado el carácter exploratorio de la
investigación y el elevado número de unidades analizadas.
De cara al cotejo de resultados se ha elaborado una plantilla de análisis de contenido para cada red
social donde se recoge: la información identificadora de la unidad (URL, día y hora de emisión y
sección en la que se incardina el mensaje), el texto de la publicación, información propia de cada red
social: número de retuits, me gusta, respuestas en Twitter, y en el caso de Facebook, número de
reacciones a la publicación, número de comentarios y veces compartido; y como elemento fundamental
para la investigación, las variables dicotómicas caracterizadoras de clickbait definidas en detalle en el
marco teórico de este estudio, marcando su presencia o ausencia. Cada mensaje puede contener más
de una variable, de hecho, esto ocurre en un alto porcentaje de casos, por ello el cómputo total de
variables identificadoras de clickbait excede el número de mensajes que comprende el corpus
seleccionado.
La cuenta de Twitter del diario elmundo.es tiene algo más de 3 millones de seguidores (3.079.391, a
24 de enero de 2018). Durante el periodo analizado publicó 484 tuits de los cuales, la investigación
constata que 185 contienen recursos de clickbait, lo que representa un 38,2% del total. La cuenta de
Facebook del mismo diario tiene un millón menos de seguidores (2.008.769 a 24 de enero de 2018).
Durante la semana analizada, el diario publicó 266 entradas de las que 72 contienen recursos de
clickbait (27% del total). Por tanto, la presencia de clickbait en las principales redes sociales utilizadas
por elmundo.es ofrece una media de 32,6% en frecuencia de aparición de este fenómeno.
Las cifras del diario El País resultan significativamente mayores en cuanto a volumen de seguidores,
emisión de mensajes y también frecuencia de utilización de recursos gancho. Con 6 millones y medio
de seguidores (6.535.983 a 24 de enero de 2018), la cuenta en Twitter del diario publicó durante la
semana analizada 1.056 tuits de los cuales 605 contenían estos recursos (un 53%), 14,8 puntos por
encima de su diario rival. Su cuenta de Facebook registra 3.863.971 seguidores (24 enero 2018). En la
semana analizada publicó 460 contenidos, de los cuales 223 contenían recursos de clickbait, lo que
representa el 48,4% del total, un 21,4 por encima que elmundo.es. Las cifras generales indican, pues,
una utilización significativamente más intensiva de los recursos gancho en el caso de El País, de forma
que algo más de la mitad de sus entradas en redes sociales (un 50,7% de media) introduce alguna
variable propia del diseño de este tipo de contenidos.
En este punto hay que hacer constar una limitación de la investigación dado que el periodo de la
muestra, una semana, resulta insuficiente para identificar unos parámetros confiables que permitan
detectar tendencias según el día de que se trate. A ello se une un hecho informativo que sin duda causó
una distorsión en los resultados: el domingo 21 de mayo de 2017 se celebraron las elecciones primarias
para elegir al secretario general del PSOE en un contexto de gran rivalidad entre los candidatos lo que
provocó una presencia mayor de contenidos políticos de actualidad durante ese fin de semana. De
hecho, las cuentas de Twitter y Facebook de elpais.com registraron ese domingo la proporción más
baja en cuanto a recursos de clickbait de toda la semana analizada. A pesar de estas limitaciones, se
considera que el estudio mantiene su validez con el objetivo de poner a prueba el modelo de análisis
propuesto, acompañado de ejemplos que refuerzan la definición de las categorías de estudio.
Los resultados se presentan a continuación agrupados en dos apartados: las secciones temáticas y las
estrategias de gancho detectadas, de acuerdo con el modelo de análisis planteado.
Respecto al reparto del clickbait por secciones, se aprecia una enorme variedad en las cuentas de ambos
medios. En el caso de elmundo.es, la sección con un mayor porcentaje de clickbait en Twitter es España
(26 tuits), seguida de Sociedad (25), Internacional (19) y Economía (18). Sin embargo, para la red
social Facebook, el reparto por secciones queda del siguiente modo: España (102), Internacional (78),
Sociedad (55) y Tecnología (31). En El País, sin embargo, la sección que genera más contenidos de
este tipo en Twitter es Internacional (100), seguida de Gente (86), Cultura (60) y Verne (53).
Resultados similares se presentan en la red social Facebook, con el siguiente reparto: Gente (29), Verne
(20), Cultura (19) e Internacional (17). Por lo tanto, en este aspecto no encontramos un patrón fijo, si
bien es destacable que, en el caso de elpaís.com, secciones como Gente destinada a la actualidad de
los famosos “actores y actrices, modelos, cantantes, políticos, la realeza, deportistas”, tal y como reza
la presentación de la sección, y Verne dedicada a descubrir noticias en internet “siempre con el
asombro como prisma para enfocar la realidad”, según señala el diario en su web, aparezcan entre las
cuatro primeras en cuanto a la presencia de contenidos anzuelo. Este hecho viene a confirmar la
investigación llevada a cabo por Palau-Sampio sobre el clickbait y las estrategias de periodismo
tabloide en El País. La investigadora destaca la sección Verne como modelo de éxito en la captación
de lectores: “siete meses después de su lanzamiento, representaba el 12% de accesos a la edición
digital, con un 75% de su tráfico originario de redes sociales, fundamentalmente de móviles” (2016:
67).
En los dos diarios se observa la presencia de la sección de Internacional entre las cuatro que más
utilizan clickbait en ambas redes sociales. Un análisis más pormenorizado alumbra que, en buena
medida, estas informaciones recogen asuntos banales, sucesos o hechos anecdóticos, propios de las
llamadas soft news (B5), lo que viene a demostrar el valor de las curiosidades sobre otros criterios de
noticiabilidad más propios de la información seria tales como la actualidad, la proximidad, la
notoriedad de los protagonistas, el conflicto, el número de personas afectadas o la trascendencia (Wolf,
1987).
Fuente: @el_pais
Sirva como ejemplo la noticia que recoge la Imagen 1 que da cuenta de un hecho noticioso ocurrido
en Estados Unidos donde un policía, tras someterse a una prueba de ADN, descubrió que era de origen
subsahariano y comenzó a sufrir discriminación.
El recurso más utilizado por ambos medios para favorecer el clickbait en redes sociales es presentar
una información incompleta (A1): el titular omite el hecho fundamental o el dato más relevante del
que da cuenta la noticia, generando una “brecha informativa” (Lowenstein, 1994) que desata la
curiosidad del lector y su acción de clicar en la web para hacer frente a la incertidumbre. El 46,25 %
de las noticias gancho registra esta característica.
Fuente: www.facebook.com/elpais
Dentro de esta variable se identifican otras estrategias que persiguen el mismo objetivo como la
utilización de lenguaje de suspense, un recurso bien conocido en la literatura y el cine, donde se altera
el orden y el ritmo de la historia narrada para generar una mayor expectación en el receptor. La imagen
3 muestra un ejemplo en el que el suspense se genera interrumpiendo la oración, haciéndolo constar
gráficamente mediante los puntos suspensivos.
Fuente: @elmundoes
Otra técnica utilizada abundantemente para hurtar al receptor información relevante y despertar su
curiosidad es la formulación de un titular en forma de pregunta, de modo que, solo accediendo al enlace
que vincula a la página del medio, el interrogante encuentra respuesta, como muestra la entrada en la
Imagen 4.
Fuente: @elmundoes
Esta entrada utiliza, además, el recurso a la repetición o serialización (A3) puesto que fue publicada
en dos ocasiones en la misma red social. El interés que tiene para una parte importante de la audiencia
conocer la fórmula que se va a seguir en los exámenes de ciclo, al ser una prueba que afecta a un buen
número de escolares, hace que se insista en esta noticia a sabiendas de que seguirá generando tránsito
hacia la web.
Dentro de las noticias blandas, se aprecia una abundante presencia de informaciones sobre celebrities,
personajes famosos que gracias a su visibilidad mediática acaparan la atención del público tanto sobre
aspectos de su vida profesional como personal. Es el caso que muestra la imagen 5, que ofrece
información sobre la boda de un conocido actor de una serie norteamericana de éxito, recogiendo una
fotografía de la ceremonia.
Fuente: www.facebook.com/elpais
− “Sofía irá vestida con el uniforme del centro educativo: falda gris peto, camisa blanca con
corbata y blazer azul” (@el_pais)
− “Los famosos también son fans, y estas 22 fotos lo demuestran” (@el_pais)
− Incluso algunas informaciones aprovechan la fama vicaria de las parejas de los famosos para
elaborar una información cuyo titular incorpore el nombre de personajes populares:
− “A fuerza de asados y mate, las parejas de Messi y Suárez se hicieron amigas. Y abren tienda
de zapatos en Barcelona” (@el_pais)
Las informaciones de sucesos también se incardinan en esta estrategia temática. Ya en 1982, De Fleur
y Ball-Rokeach identificaron el valor funcional que tenían los sucesos para atraer grandes volúmenes
de público, en coincidencia con Rodríguez Borges (2007): “Impelidos por el objetivo de maximizar
audiencias y beneficios, los medios descubrieron bien pronto que los relatos sobre sucesos, crímenes,
catástrofes y otras desgracias resultaban especialmente eficaces para captar y retener la atención de la
opinión pública”.
La repetición y serialización (A3) es el tercer recurso más utilizado por ambos medios para conseguir
mayor repercusión de sus publicaciones. Una información que haya resultado popular se reitera tiempo
después o se retoma añadiendo algún dato complementario para aprovechar el efecto gancho de un
asunto que resulta atractivo para los receptores. Un 23,7 % de las entradas en Facebook y Twitter ya
habían sido publicadas anteriormente en el transcurso de la semana analizada. El reparto por redes
sociales y medios arroja unos resultados dispares: la cuenta que más utiliza este recurso es la cuenta
de Twitter de El País con un 46,2% de las entradas repetidas o serializadas, seguido de la cuenta de
Twitter de El Mundo con un 28,6%. Muy lejos se sitúan las cuentas de Facebook de ambos diarios: la
de El Mundo registra un 13,8% de repetición y El País tan solo un 6,2%.
La noticia que muestra la Imagen 6 aparece por primera vez el lunes 15 de mayo, pero es repetida un
total de tres veces a lo largo de la semana, apareciendo por última vez el domingo 21.
El ciberataque que afectó a 150 países y que encriptaba la información de los ordenadores había
generado gran expectación dada la enorme cantidad de afectados potenciales. La noticia, mediante un
proceso de personalización, identificaba al joven que habría contribuido a neutralizar el ataque
presentándolo como un héroe. Dado el interés despertado por el tema, se constata que la estrategia de
repetición pretende conseguir más visitas a la página del diario y generar mayor interacción.
Las imágenes 7 y 8 muestran una noticia serializada (A3) con un gran potencial de interés. Se trata de
una información sobre la oferta de empleo que realizó una gran superficie que anunciaba la
contratación de 6.700 personas. La entrada se lanzó en dos días sucesivos, de este modo se aprovecha
la situación económica y laboral - la tasa de desempleo en España en el momento de emitir el mensaje
alcanzaba el 17,7%- para generar tráfico a la página. En la repetición (Imagen 8), el titular que la
acompaña refleja en gran medida la estrategia del medio de publicar la información incompleta para
fomentar el acceso a la noticia en la web.
Fuente: @el_pais
Fuente: @el_pais
La utilización de audiovisuales llamativos (B6) se sitúa en cuarto lugar como recurso estratégico de
clickbait. Está presente en el 7,4% de los mensajes, aunque con una diferencia acusada entre medios.
Resulta más frecuente en las redes sociales de elmundo.es que registran un porcentaje del 11,1% frente
a las de elpais.com cuya presencia se detecta en un 3,8% de las entradas.
Una de las publicaciones con elementos audiovisuales llamativos que se encuentra a lo largo de la
semana, es la que refleja la Imagen 9. En este caso se utiliza la captura del vídeo que se puede ver en
el interior de la noticia, donde aparece un niño que se suicidó en EEUU tendido en el suelo tras ser
acosado por sus compañeros. La publicación del vídeo no es necesaria para la comprensión de la
noticia, pero provoca curiosidad y morbo. Además, contraviene las normas en el tratamiento de
suicidios que recomiendan evitar emitir imágenes y detalles del suicida. Con esta publicación El
Mundo obtiene 1.569 reacciones, 91 comentarios y es compartido 216 veces.
Fuente: www.facebook.com/elmundo
Un 6,65% de los mensajes (8,6% en el caso de elmundo.es y 4,7% en elpaís.com) utiliza la exageración
(A4) con la intención de incrementar el valor, la importancia o trascendencia del hecho del que da
cuenta. En ocasiones la atribución exagerada de cualidades sobrepasa los límites de lo verdadero e
incluso de lo verosímil (Imagen 9).
Fuente: @el_pais
En algunos casos la hipérbole puede favorecer la alarma social al convertir un hecho negativo
infrecuente en un problema generalizado. Es el caso de la información que recoge la Imagen 10, un
efecto potenciado por el hecho de que la misma noticia apareció repetida (A3) en días distintos.
Fuente: @elmundoes
Son muchas las ocasiones en que varias de las técnicas analizadas aparecen simultáneamente en el
mismo mensaje. Es el caso que recoge la Imagen 11 que hiperbólicamente promociona el vídeo del
que califica como “el mejor gol en propia meta del mundo”. Al contenido soft (B5), se une la
exageración (A4) y el ofrecimiento de una imagen (B6) que, tal y como reza la entrada, “no tiene
desperdicio”. Para ver el vídeo y satisfacer la curiosidad es necesario acceder a la noticia completa de
la que solo se ofrece una fotografía a modo de cebo.
Fuente: @el_pais
6. Conclusiones
El clickbait, como fenómeno surgido del proceso de adaptación del negocio mediático al entorno
digital, es una estrategia que afecta a la calidad informativa al saturar de noticias banales, exageradas
y de recursos expresivos que sirven de gancho la información difundida por los medios en redes
sociales. En su práctica incurren no solo los medios populares, sino también los medios
tradicionalmente considerados serios.
El análisis de las entradas en las redes sociales Facebook y Twitter de los dos principales diarios
españoles: El País y El Mundo permite detectar una presencia destacada de informaciones incompletas,
titulares señuelo, hipérboles, preminencia de soft news en la construcción de la agenda, reiteración de
mensajes viralizables, como principales recursos destinados a generar expectación en el receptor y
estimular su curiosidad con el objetivo de incrementar el tráfico a la web. De este modo, el clickbait
se hace presente en un alto porcentaje de los mensajes y en una gran diversidad de secciones, con lo
que se puede reconocer como un fenómeno utilizado de forma funcional para ganar visitas.
La propuesta para el análisis del clickbait que aquí se presenta tiene como vocación generar una
metodología que permita ahondar en su detección, sin embargo, su carácter no puede ser más que
exploratorio dada la naturaleza novedosa del fenómeno y su mutabilidad. En este sentido, se proponen
como líneas de investigación futuras:
7. Notas
[3] https://en.oxforddictionaries.com/definition/clickbait.
8. Referencias bibliográficas
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- En el interior de un texto:
…A Bazaco, M Redondo, P Sánchez-García (2019: 94 a 115) …
o
…A Bazaco el al, 2019 (94 a 115) …