Tema 5 Inflamación Morfopatologia
Tema 5 Inflamación Morfopatologia
Tema 5 Inflamación Morfopatologia
La inflamación es una respuesta protectora en la que participan las células del huésped, los
vasos sanguíneos, y las proteínas y otros mediadores, que tratan de eliminar la causa inicial
de la lesión celular, además de las células y los tejidos necróticos causados por la agresión
inicial, e iniciar el proceso de reparación. La inflamación consigue su función protectora, en
primer lugar, diluyendo, destruyendo o neutralizando de algún modo los agentes lesivos. Si
no existiera la inflamación, las infecciones evolucionarían sin control y las heridas nunca se
curarían. Los componentes de la reacción inflamatoria que destruyen y eliminan los
microbios y tejidos muertos pueden también ocasionar daños en los tejidos normales. Por
tanto, las reacciones inflamatorias normales totalmente beneficiosas pueden producir
lesiones, las cuales pueden, incluso, convertirse en la característica más importante cuando
la reacción es muy intensa prolongada o inadecuada.
Las células y moléculas implicadas en la defensa del huésped, incluidos los leucocitos y las
proteínas plasmáticas, normalmente circulan por la sangre y el objetivo de la reacción
inflamatoria es localizarlas en el foco de infección o daño tisular.
• Reconocimiento del agente nocivo que es el estímulo inicial de la inflamación. Las células
implicadas en la inflamación (células centinela residentes en los tejidos, fagocitos y otras)
están equipadas con receptores que reconocen productos microbianos y sustancias
liberadas por las células dañadas.
Estos receptores se describen con detalle más adelante. La participación de los receptores
posibilita la producción de
• Los cuerpos extraños (astillas, suciedad, suturas) causan inflamación, por sí mismos o por
producir una lesión tisular traumática o transportar microorganismos. Incluso las sus-tancias
endógenas pueden ser nocivas si se depositan en los tejidos. Entre ellas se cuentan
cristales de urato (gota), cristales de colesterol (ateroesclerosis) y lípidos (síndrome
metabólico asociado a obesidad).
• Sensores de lesión celular. Todas las células tienen receptores citosólicos, como los
receptores de tipo NOD (NLR), que reconocen una diversidad de moléculas liberadas o
alteradas como consecuencia del daño celular. Dichas moléculas incluyen las de ácido úrico
(producto de degradación del ADN), trifosfato de adenosina (ATP; producido por
mitocondrias dañadas), concentraciones reducidas de K+ intracelular (que reflejan pérdida
de iones por lesión de la membrana plasmática), ADN, cuando es liberado al citoplasma y
no queda secuestrado en los núcleos, como debería suceder normal-mente, y muchas
oh·as. Estos receptores activan un complejo citosólico multiproteínico llamado inflamasoma
(v. capítulo 6), que induce la producción de la citocina interleucina 1 (IL-1). La IL-1 recluta
leucocitos y así da lugar a inflamación (v. más adelante). Las mutaciones de ganancia de
función en los genes que codifican algunos de los receptores son causa de una serie de
enfermedades raras agrupadas bajo el término síndromes autoinflamatorios, caracterizados
por producción e inflamación espontánea de IL-1. Los antagonistas de la IL-1 son eficaces
en el tratamiento de estos trastornos. El inflamasoma también se ve implicado en
reacciones inflamatorias ante cristales de urato (causantes de gota), lípidos (en el síndrome
metabólico y la diabetes de tipo 2 asociada a obesidad), cristales de colesterol
(ateroesclerosis) y también depósitos de amiloide en el cerebro (enfermedad de Alzheimer).
Tales alteraciones se analizan más adelante, en este y otros capítulos.
INFLAMACIÓN AGUDA
Vasodilatación: afecta primero a las pequeñas arteriolas y abre los lechos vasculares.
Además produce un estasis (demora del flujo) sanguíneo, lo que conlleva a una
acumulación de elementos celulares de la sangre (leucocitos y eritrocitos), aumentando la
viscosidad de la sangre (provoca un enrojecimiento localizado).
Acción de los vasos linfáticos: los vasos linfáticos drenan el líquido del edema acumulado
por el aumento de la permeabilidad vascular produciendo:
Linfangitis: o inflamación de los vasos linfáticos.
Emigración leucocitaria
c. Adhesión: cuando los leucocitos están unidos al endotelio y no pueden ser movido
(como guijarros en el fondo de un arroyo). Con el tiempo, el endotelio puede quedar
literalmente revestido por leucocitos, lo que se ha denominado pavimentación. La
adhesión depende de la expresión de citocinas, moléculas ICAM-1 (ligando de
integrinas LFA-1 y Mac-1) y VCAM-1 (Ligando de la integrina VLA-4).
III. Migración en los tejidos intersticiales hacia un estímulo quimiotáctico: una vez
dispersos en el tejido intersticial, los leucocitos buscan señales quimiotacticas, para
dirigirse a las distintas zonas.
Inflamación serosa
La inflamación serosa se caracteriza por exudación de líquido con bajo contenido de células
en los espacios creados por la lesión celular o en las cavidades corporales revestidas por el
peritoneo, la pleura o el pericardio. Habitualmente, en la inflamación serosa, el líquido no
contiene microbios o grandes cantidades de leucocitos (que tienden a generar inflamación
purulenta, descrita más adelante). En las cavidades corporales, el líquido puede proceder
del plasma (por incremen to de la permeabilidad vascular) o de secreciones de células
mesoteliales (por irritación local). Las ampollas cutáneas que se forman por quemadura o
por infección vírica se deben a acumulación de líquido seroso en la epidermis dañada, o
inmediatamente por debajo de ella.
Inflamación fibrinosa
Al ser mayor el aumento de la permeabilidad vascular, las moléculas grandes, como el
fibrinógeno, salen del torrente circulatorio, formándose fibrina, que se deposita en el espacio
extracelular. Cuando la extravasación vascular es importante o cuando hay un estímulo
procoagulante (p. ej., por células cancerosas), se desarrolla un exudado fibrinoso. Dicho
exudado es característico de la üúlamación en el revestimiento de cavidades corporales
como meninges, pericardio (fig. 3.14A) y pleura.
Los abscesos son acumulaciones localizadas de pus, causadas por supuración alojada en
un tejido, órgano o espacio delimitado. Se producen por diseminación de bacterias piógenas
en un tejido. Los abscesos tienen una región central licuada compuesta de leucocitos
necróticos y células tisulares. En torno a este foco necrótico suele haber un área de
neutrófilos preservados y, fuera de ella, se observan dilatación vascular y proliferación
parenquimatosa y fibrofibroblástica, indicativas de inflamación crónica y reparación.
Con el tiempo, los abscesos pueden quedar rodeados por una pared y, en última instancia,
ser reemplazados por tejido conjuntivo.
Úlceras
Ejemplos característicos son las úlceras pépticas de estómago o duodeno, en las que
coexisten inflamaciones aguda y crónica. Durante la fase aguda hay una intensa infiltración
de polimorfonucleares y dilatación vascular en los bordes de la anomalía. Al hacerse crónica
la lesión, los bordes y la base de la úlcera desarrollan proliferación fibroblástica,
cicatrización y acumulación de linfocitos, macrófagos y células plasmáticas.
INFLAMACIÓN CRÓNICA
Características morfológicas
• Destrucción de los tejidos, inducida por el agente causal persistente o por células
inflamatorias.
Las células predominantes en la mayoría de las reacciones inflamatorias crónicas son los
macrófagos. Estos contribuyen a la reacción secretando citocinas y factores de crecimiento,
que actúan sobre diversas células, destruyendo los agentes invasores y tejidos extraños, y
activando otras células, en especial linfocitos T. Los macrófagos son fagocitos profesionales
que eliminan microbios y tejidos dañados. También desempeñan importantes funciones en
la reparación de tejidos lesionados.
Normalmente, los macrófagos están distribuidos de forma difusa en la mayoría de los tejidos
conjuntivos. Además, se hallan en localizaciones específicas en órganos como el hígado
(donde se denominan células de Kupffer), el bazo y los ganglios linfáticos (donde se llaman
histiocitos sinusales), el sistema nervioso central (células microgliales) y los pulmones
(macrófagos alveolares). En conjunto, estas células configuran el sistema mononuclear
fagocítico.
Los productos de los macrófagos activados eliminan agentes lesivos, como los microbios, e
inician el proceso de reparación, aunque también son responsables de buena parte de las
lesiones tisulares en la inflamación crónica. Diversas funciones de los macrófagos son
cruciales para el desarrollo y la persistencia de la inflamación crónica y las consiguientes
lesiones de los tejidos.
• Los macrófagos, como el otro tipo de fagocitos, los neutrófilos, ingieren y eliminan
microbios y tejidos muertos.
Los microbios y otros antígenos ambientales activan los linfocitos T y B, que amplifican y
propagan la inflamación crónica.
• Las células Th1 producen la citocina lFN-y, que activa los macrófagos por la vía clásica.
• Las células Th2 secretan IL-4, IL-5 e IL-13, que reclutan y activan eosinófilos y son
responsables de la vía alternativa de activación de macrófagos.
• Las células Th17 secretan IL-17 y oh·as citocinas, que inducen secreción de las
quimiocinas responsables del reclutamiento de neutrófilos (y monocitos) en la reacción.
Inflamación granulomatosa
• Los granulosomas de cuerpo extrnifo son causados por cuerpos extraños inertes, que
inducen inflamación en ausencia de reacciones inmunitarias mediadas por linfocitos T.
Estos granulomas se suelen formar en torno a materiales como talco (asociado al consumo
de drogas por vía intravenosa) , suturas u otras fibras, lo suficientemente grandes como
para impedir la fagocitosis por parte de un macrófago y no son inmunógenos por lo que no
estimulan una respuesta inmunitaria específica. Las células epitelioides y gigantes se
yuxtaponen a la superficie del cuerpo extraño. Habitualmente, el material extraño es
identificado en el centro del granuloma, algunas veces dentro de las células gigantes, en
especial si se observa con luz polarizada con la que puede presentar un aspecto
refringente.
• Los granulomas inmunitarios son causados por diversos agentes, capaces de inducir una
respuesta inmunitaria persistente mediada por linfocitos T. Este tipo de respuesta
inmunitaria da lugar a granulomas generalmente cuando el agente inductor por ejemplo un
microbio persistente, es difícil de erradicar. En tales respuestas, los linfocitos Th1 activados
producen citocinas, como el IFN-y, que activa macrófagos. En algunas infecciones
parasitarias, como la esquistosomiasis, los granulomas se asocian a respuestas intensas de
Th2 y eosinófilos.