Torrente Mariano Política Ultramarina España 1854
Torrente Mariano Política Ultramarina España 1854
Torrente Mariano Política Ultramarina España 1854
P R OLOGO.
SECCION I.
MIRADA RETROSPECTIVA SOBRE LA POLITICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS CON LA ESPAÑA , DESDE EL RECONOCIMIENTO DE SU
INDEPENDENCIA HASTA EL PRESENTE.
CAPITULO I.
Primeros tratados que la Inglaterra , España y Francia
ajustaron con los Estados Unidos despees de reconocida
su independencia ; y sus primeras agresiones.
P eliminar de la política
COMOr P actual con los Es-
tados Unidos , considero que puede ser de suma con- ,
veniencia dar una idea , aunque sucinta , de nuestras
principales transaciones diplomáticas con aquella re-
pública , desde que se erijió en independiente de su
metrópoli , cuyo triunfo consiguió con el apoyo de la
Francia y tambien de la España : error fatal de nues-
tro Gobierno , quien por hostilizar á la Inglaterra con
la que se hallaba entonces en guerra , no previó que
estaba trabajando por la emancipacion de nuestras co-
lonias. En dicha época se hallaba la España en pose--
sion de los inmensos territorios de la Luisiana y de las
dos Floridas, que comprendian toda aquella península,
y se estendian hasta el rio Misisipí.
Dichos paises habian sufrido poco antes algunas
alteraciones por efecto de las guerras entre la-Francia
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y la Gran Bretaña. La Francia , que se consideraba
preferente dueña de la Luisiana por haber sido la pri-
mera que formó establecimientos sobre el referido rio
Misisipí , debiéndose el nombre que lleva al padre
Hennepin, que se lo dió gratuitamente en honor de
Luis XIV, cedió á la Gran Bretaña por el tratado defi-
nitivo de paz concluido en París en 4 763 , todos los
territorios que poseia en la izquierda del espresado rio,
esceptuando la ciudad é isla de Nueva Orleans , con la
condicion de que quedaria libre á ambas naciones la
navegacion de aquel rio.
Por otro tratado ó convenio del año siguiente
de 1764, cedió la Inglaterra á la España aquellos ter-
ritorios en la idéntica forma en que los habia recibido
de la Francia y con los mismos límites , que lo eran
una línea tirada en medio del rio Misisipí desde su na-
cimiento hasta el rio Iberville , y desde allí otra por
medio de este rio y por los lagos Maurepas .y Pont-
Chartrain hasta el mar.
Por el tratado de 1783 entre España y la Gran
Bretaña , se confirmó á aquella la posesion y propie-
dad de los territorios situados en la izquierda del Misi-
sipí y en la forma que acabo de describir.. Y por
el de 1795 , que lo fué de amistad , navegacion y lí-
mites entre España y los Estados Unidos , se estipuló
que el límite meridional de dichos estados , que sepa-
raba su territorio del de las colonias españolas, que-
dase demarcado por una línea que deberia empezar
en el rio Misisipí en la latitud de 31 grados , siguiendo
desde allí en derechura al E. hasta el medio del rio
Apalachicola ó Carahuche , y desde este punto por me-
dio de aquel rio hasta su union con el Flint ; y que
continuando en derechura hasta el de Santa María , ba-
jase por él hasta el Océano Atlántico. Se espresó asi-
mismo 'en dicho tratado de 1791 , que el limite occi-
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dental de los Estados Unidos, que los separaba de la
Luisiana , entonces colonia española , se hallaba erg;
medio del canal ó madre del rio Misisipí , desde el li-
mite setentrional de dichos estados hasta el comple-
mento de los 31 grados latitud N. ; y que la navega-
cion de este rio sería libre . en toda su estension desde
su origen hasta el Océano , tan solo á los ciudadanos
de los, mismos estados y á los súbditos españoles, per-
mitiéndose ademas un depósito á los primeros en Nueva
Orleans por el espacio de tres años , con la condicion
de que si causaba algun perjuicio á la real hacienda
de España la continuacion del referido depósito , lo
suspenderia S. M. C. , señalando en su lugar otro pun-
to á; las orillas del Misisipí.
Prévias estas aclaraciones que conceptúo necesa-
rias para graduar el mérito , ó la sinrazon de las recla-
maciones que se entablaron posteriormente por los
Estados Unidos ; y bien discernida por los tratados á
que me refiero, la separacion de las Floridas y de la
Luisiana por los limites que se prefijaron , empezaré
por hacerme cargo del estado de las elaciones en que
se hallaba la España con los Estados Unidos á princi-
pios del siglo actual.
Deseando el Rey de España proporcionar á S. A. R.
el duque de Parma un engrandecimiento que pusiera
sus estados en un pié mas conforme á su dignidad,
firmó en 1800 un tratado con la . república francesa,
por el cual se comprornetia ésta á constituir un estado
de un millon de habitantes con el titulo de Reino de
Etruria , á favor de dicho infante , y en cambio de este
servicio se obligaba la España á retroceder á la Fran-
cia la mencionada colonia de la Luisiana con la misma
estension que tenia entonces , y que era la que ha-
bia tenido cuando la poseyó la Francia , y tal como
habia sido deslindada en los tratados subsecuentes.
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Los Estados Unidos, que desde que vieron recono-
cida su independencia , y asegurado el órden y la tran-
'quilidad en su república , habian empezado á ocuparse
del modo y forma de arrojar de la América seten-
trional á las naciones que tuvieran posesiones en ella,
trataron de adquirir un conocimiento exacto de todo
aquel continente é islas contiguas. A este fin emplea-
ron agentes por todas partes , y aun espediciones mili-
tares para esplorar las provincias internas de Méjico , y
las colonias de Puerto-Rico y Cuba ; hicieron levantar
planos de aquellos dominios , reconocieron su suelo,
clima y producciones , se relacionaron con sus habitan-
tes , y procuraron sembrar entre ellos el gérmen de la
independencia. Entre dichos agentes se distinguieron los
capitanes Pike , Lewis y Craik , quienes hicieron esten-
sos trabajos geográficos de dichas provincias internas de
Méjico , y adquirieron todas las noticias que podían de-
sear sobre las ventajas del comercio con aquellos paises,
como tambien de su clima, poblacion civilizada é india,
de las tropas que guarnecian aquellos paises , y de los pa-
sos mal defendidos ó descuidados. Los comandantes es-
pañoles de las referidas provincias internas , careciendo
de la debida prevision , toleraron aquellas incursiones
por creerlas al principio de poca consecuencia , ó bien
porque obró en ellos el temor de disgustar á los Estados
Unidos si se oponian á los citados reconocimientos.
Desde que aquella república tomó posesion de la
Luisiana por cesion que le hizo la Francia en virtud del
tratado de 22 de mayo de 1803, aunque en los mismos
términos en que la habia recibido de la España , pues
no podia ser de otro modo , pidieron como parte de ella
el territorio que mediaba entre el rio Armenta y el Sa-
bina. Nuestros comandantes de Tejas , sin fuerzas para
defender aquellos territorios , hicieron un convenio con
los Estados Unidos , estipulando que tode aquel país
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quedase neutral, y sin poblar, entre las dos potencias; y
aunque nuestro Gobierno no sancionó este convenio, sin
embargo , en el hecho de no haber ocupado despues
aquel país , parece que lo reconoció tácitamente. Este
descuido por nuestra parte fué el origen de grandes ma-
les , porque envalentonados los Estados Unidos con aquel
abandono , que lo atribuyeron á debilidad é impotencia
por nuestra parte , se llegaron á figurar que podrian
apoderarse impunemente de los territorios de la nacion
española quemas lisonjearan sus deseos.; y desde enton-
ces fueron elegidos los países á que me refiero por
punto de.reunion , y centro de los armamentos, con los
que dichos Estados Unidos invadieron sucesivamente el
reino de Méjico.
La revolucion de España, y nuestra lucha por la in-
dependencia , les deparó la ocasion mas favorable para
principiar sus desafueros. Empezaron por fomentar un
partido en Baton-rouge contra las autoridades del Rey:
indujeron á sus habitantes á que declarasen su inde-
pendencia, y á que solicitasen su anexion á aquella re-
pública , la cual , muy dispuesta á aprovecharse de una
revolucion que habia 'fomentado para este fin , hizo en-
trar en aquel territorio sus tropas con el pretesto de res-
tablecer el órden , é incorporó sucesivamente aquel
distrito á sus dominios por una acta del congreso.
Trató de emplear la misma estrategia para apode-
rarse de la isla Amaba , Mobila y demas territorios de la
Florida occidental hasta el rio Perdido ; pero no habien-
do hallado en aquellos habitantes tan favorables dispo-
siciones como en los de Baton-rouge , recurrió dicho
gobierno anglo-americano al medio de obtener una
autorizacion del congreso para apoderarse de dichos ter-
ritorios á viva fuerza , si lo creia necesario. Con esta au-
torizacion , que fué otorgada fácilmente, mandó el pre-
sidente de los Estados Unidos poner sitio á Mobila , de
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cuya plaza se apoderó el general \Virkinson por cohe-
cho , y sin disparar un tiro.
Con esta adquisicion se estendieron los límites de la
república hasta el rio Perdido ; y á las vigorosas protes-
tas de nuestro ministro en Washington , contestó el pre-
sidente , que quedarian aquellos territorios en depósito,
y sujetos á una amistosa negociacion ; pero fueron desde
luego incorporados 'á los dominios de la república por
otra acta del congreso.
Por ahora no hago mas que apuntar rápidamente el
desarrollo de estos sucesos, proponiéndome desenvol-
verlos mas adelante de un modo mas estenso y mas
adecuado.
CAPITULO II.
Cuestion de indemnizaciones.
A. reserva de continuar en su oportuno lugar la re-
lacion de las invasiones proyectadas ó ejecutadas por los
Estados Unidos sobre los territorios españoles , me ocu-
paré ahora de la cuestion sobre reclamaciones , que
tantas amarguras costó á nuestro Gobierno desde el
principio del siglo actual , y que nos condujo á la nece-
sidad de firmar el tratado definitivo de 1819, de ningun
modo favorable á nuestros intereses, á pesar del estrema-
do celo é inteligencia de nuestros agentes diplomáticos.
En 1802 se dió principio á una negociacion amis-
tosa entre el ministro español y el americano , para el
arreglo de dos puntos esenciales , que lo eran, primero
el de deslindar las pérdidas , daños y perjuicios irroga-
dos á ciudadanos americanos y á súbditos españoles por
escesos recíprocamente cometidos durante la guerra
anterior á dicha fecha entre la Francia y la Inglaterra;
segundo , el de resolver si hablan de satisfacerse á los
Estados Unidos los daños y perjuicios causados en las
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costas y puertos de la monarquía española por los cru-
ceros y cónsules franceses.
En cuanto al primero , fué reconocida por ambos
Gobiernos la justicia de satisfacer completamente los
daños recíprocos , por lo cual se estableció un convenio
entre ambas partes , que lleva la fecha de 11 de agosto
de 1802 , para procederá dichas indemnizaciones. Con
respecto al segundo punto , no poclia haber acuerdo al-
guno , porque por el carácter de injusticia que en si en-
volvia , no podian menos de rechazarlo los agentes espa-
ñoles ; así que , y para no entorpecer el arreglo de las
reclamaciones principales , se acordó que cada Gobierno
se reservase para si y sus súbditos respectivamente los
derechos que pudieran asistirles , á fin de deducirlos en
mejor tiempo y lugar. Primer error , que sucesivamente
sirvió de asidero para formular intempestivas exigencias
con' resultados sumamente desfa*-orables á la nacion es.
pañola.
Sin embargo de que aquel convenio era ventajoso
á los Estados Unidos con el mero hecho de no haberse
denegado rotundamente por la España la reclamacion de
daños y perjuicios causados por los franceses , no fué
ratificado por dificultades que opuso á su aprobacion el
senado americano , ni se trató de él hasta dos años des.
pues. Este tiempo trascurrido sin que se sancionase el
referido convenio , creó nuevas dificultades para que
pudiera procederse á su ratificacion , ya que muchos de
los súbditos españoles , interesados en las reclamaciones,
sabedores'de la oposicion del referido senado americano,
se habian auserftado de España , y era preciso ampliar
el plazo señalado , y tambien porque habiendo adquirido
la España datos irrecusables para probar que no debía
de modo alguno satisfacer dichos daños y perjuicios
causados en las costas y puertos españoles á los ciudada-
nos de los Estados Unidos por corsarios y cónsules ó
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tribunales franceses , era preciso eliminar del convenio
aquel punto para no dejar en pié una controversia im-
pertinente.
Por estas razones , y por exigir el Gobierno español
que ante todas cosas habia de anularse el acta del con-
greso americano de 1804 , en la parte que violaba los
derechos de la corona de España , se suspendió la citada
ratificacion hasta que se hubieran solventado aquellas
dificultades. El Gobierno americano convino en que se
ampliase el plazo para admitir las réclamáciones de los
súbditos españoles ; y su presidente en una proclama de
30 de mayo del mismo año corrigió , aunque de un
modo equívoco , el sentido de el acta del congreso , que
habia sido tan combatida por la España ; y el secretario
de Estado americano dió una esplicacion algo mas es-
plícita , ofreciendo dejar las cosas iñ statu quo hasta que
se verificase un ajuste amistoso entre ambas partes , y
estableciéndose el puerto de entrada, al que se refería el
acta del congreso en Fuerte Stoderet , dentro del terri-
torio de los Estados Unidos. Aunque estas declaraciones
no eran bastantes para tranquilizar á nuestro Gobierno,
porque para penetrar hasta dicho fuerte , era preciso
navegar por los ríos de la Florida occidental , y atrave-
sar el territorio español , sin embargo , dispuesto nues-
tro Gobierno á hacer cualquier sacrificio por la paz , se
prestó á admitir las citadas esplicaciones , reservándose
solicitar amigablemente la solucion de las dificultades
que todavía quedaban en pié ; pero como insistiera la
España en que fuese admitida la cláusula declaratoria
sa4re su irresponsabilidad respecto de las reclamaciones
por los corsarios franceses , estuvo á punto de romperse
la negociacion por la negativa del ministro de los Esta-
dos Unidos.
Al parecer con la idea de vencer aquellas dificulta-
des nombró el Gobierno de la Union al ciudadano Mon-
9
roe para que pasara á Madrid , y un:do al ministro ame-
ricano en aquella corte , el .señor Pickney , continuasen
ambos la negociaciou. Mas era de suponer que esta rrai-
sion estraordinaria habla de seguir los mismos pasos ya
marcadcs ; y como que no quiso admitir ninguna mcdi.
ficacion á lo que espresaba el arti"u4o G. del convenio
de'1802 resputo de las presas hechas por los franceses,
abandonó do repente su encargo. Así quedaron suspen-
sas por entonces aquellas negociaciones.
En la misma época de 1804 y 1805 en que se de-
batió la citada cuestion en Madrid , se discutió asimismo
la muy importante sobre la indemnizacion que recla-
maban los Estados-Unidos por daños y perjuicios cau-
sados á ciudadanos americanos por la interrupcion del
depósito en Nueva-Orlearas , que por un acto particular
del intendente español en la provincia de Luisiana , !la-
bia sido suprimido sin órden ni conocimiento del Go-
bierno de S. M. ; y como tambien se probó con argu-
mentos incontestables quo los americanos careciau de
derecho para aquella exigencia , quedó del mismo modo
indeciso este punto con el abandono que hicieron los
ministros americanos de la negociacion pendiente ; sin
duda con el designio, ya formulado-desde entonces, de
reanudarla con mas vigor cuando se les presentase una
ocasion favorable en que pudieran adquirir por la fuerza
de las situaciones respectivas lo que no podrian alcanzar
nunca por las armas de la razon y de la justicia.
Siendo estos puntos tan interesantes, corno que en
ellos se han apoyado los americanos para causarnos es-
torsiones y males sin cuento, creo oportuno dar sobre
ellos una previa ilustracion para que mejor puedan
apreciarse los actos sucesivos de aquel Gobierno , tan
poco conformes con ios miramientos que se deben las
naciones que se dicen amigas , y que desean conservar
la opinion de rectas y justas.
2
lo
Dejando á un lado la cuestion de indemnizacion re-
cíproca á españoles y americanos por daños y perjuicios
causados en la guerra , sobre lo cual no ha habido
controversia , ya que la España ha estado siempre dis-
puesta á satisfacer toda exigencia justa y bien probada
por este lado , pasaré á la aclaracion de los,dos puntos,
que á falta de otros mas razonados, han sido tomados
por los Estados-Unidos como caballos de batalla para
llevar adelante sus planes de una ambicion desordenada;
y son los que versan sobre las indemnizaciones solicita-
das ardientemente por los daños que les hubieran
inferido los corsarios franceses , y por los que preten-
dian haber recibido con la suspension del depósito en
Nueva-Drleans ; ambas reclamaciones tan infundadas
como irracionales.
Es á la verdad muy de estrañar que el Gobierno
americano se hubiera empeñado en que la España ha-
bia de satisfacer todos los daños y perjuicios por las pre-
sas que los franceses habian hecho sobre el comercio
americano durante su alianza con la Francia , ya que la
España no podia menos de admitir en sus puertos di-
chas presas , ni le era dado impedir que los cónsules
franceses decretasen su validez , y mucho menos que
los tribunales franceses aprobasen aquellos fallos. Todo
cuanto podia hacer la España á favor de los Estados-
Unidos, de conformidad con el tratado de 1795 , que
no es por cierto de los que mas pueden honrarla memo-
ria de quien lo firmó , que fué D. Manuel Godoy , era
interponer sus buenos oficios para que la Francia in-
demnizase los perjuicios causados por sus cruceros á los
Estados Unidos por abusos que hubieran podido come-
ter en alta mar , si bien esta recomendacion podia ser
escusada en el caso presente , pues que estando la
Francia y la España en guerra tan solo con la Ingla-
terra y no con los Estados-Unidos , estos debian dirigir
t1
su accion en derechura al Gobierno francés, como en
efecto lo hicieron , y fueron atendidas sus reclamacio-
nes, y completamente satisfechas todas sus exigencias.
La muy interesante carta que. voy á trascribir por
ser tan terminante y decisiva , que debiera haber diri-
mido por sí sola la discordia de las reclamaciones, hará
ver la sinrazon de los americanos en esta parte , y su
tenacidad en no haber desistido jamás de sus primitivos
intentos. Dice así:
<<El caballero Mauricio Táilleyrand al señor almi-
rante Gravina , embajador de S. M. C.
»Bourbon l'Archambault 27 de julio de 1804. Se-
Ȗor embajador: He puesto en manos de S. M. I. la
»nota que me ha hecho V. E. el honor de dirigirme
»en 24 del corriente con referencia á la discusion que
»se ha suscitado entre la corte de España y el Gobierno
»de los Estados-Unidos. Me apresuraré asimismo á ele-
var á su consideracion las esplicaciones mas extensas
»que V. E. me anuncia trata de darme de viva voz .y
»por escrito sobre esa discordia , que parece puede po-
ner en peligro la buena inteligencia que existe entre
»los Estados Unidos y la corte de España. Aunque el
»anuncio que me hace V. E. del esclarecimiento que
»trata de dar á esta discusion debiera retraerme de
»dar mi opinion sobre ella, no puedo menos de ma-
»nifestarle que S. M. I. siente sobremanera la posicion
»incierta y penosa en que este principio de desacuerdo
»coloca respectivamente á dos Estados amigos de la
»Francia , y que hará todo lo posible para impedir que
»se llegue á un rompimiento desagradable.
»Hace ya muchos meses que por la correspondencia'
»de nuestro encargado de negocios cerca del Gobierno fe-
»deral he sabido las pretensiones de ese Gobierno á una
»porcion limítrofe de la Florida , que por miras fiscales
»y por favorecer á su sistema de aduanas se ha conver-
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»tido en objeto de ambicion para los americanos ; y que
»segun dichos informes , el Gobierno federal trataba de
»emplear todos los medios que estuvieran en su poder para
»conseguir la agregacion de dicha parte limítrofe de la
»Florida á la Luisiana ; pero la opinion que debe tenerse
»de la justicia y moderacion que distinguen el carácter
»personal del señor Presidente de los Estados-Unidos,
. »no me ha permitido ni me permite creer que haya
»puesto la amenaza , las provocaciones , y una guerra
»sin motivo en el primer rango de los medios que
»abran el camino á los Estados-Unidos para adquirir
»una parte de territorio estranjero que pueda conve-
»nirles.
»En cuanto al segundo objeto de la discusion de
»que trata la nota de V. E., debo decir que no habia
»tenido conocimiento alguno hasta el dia. Y en verdad
»que si hubiera sabido que los ministros de S. M. C. bu-
»hieran llevado la condescendencia cori el Gobierno de
»los Estados-Unidos hasta el punto de comprometerse á
»indemnizarlos por violaciones que se pretende haber
»sido hechas por la Francia , desde luego habría recibi-
do de mi Gobierno la órden de manifestar el desagrado
»que mi nacion debia esperimentar por una deferencia
»tan poco razonable ; y este desagrado se habría espre-
»sado mas vivamente todavía al Gobierno de los Estados-
»Unidos que al de España. Hay motivo para creer
»que por ceder la corte de España á una demanda tan
»irracional, ha envalentonado al Gobierno americano,
»y Ie ha dado alas para que sea ahora mas exigente y
»mas amenazador. Por lo demás , las esplicaciones que
»anteriormente se han dado á la corte de España sobre
»este negocio , y las que yo he estado autorizado á co-
municar al Gobierno de los Estados-Unidos por el En-
»cargado de negocios de S. M. I., podrán haber hecho
» comprender á V. E. el partido que S. M. ha tomado
13
»sobre esta cuestion , la cual habiendo sido ya objeto de
»una larga negociacion , y de un convenio formal entre
»la Francia y los Estados-Unidos , no puede abrirse so-
bre ella nueva discusion.
»Tales son , Sr. embajador , las observaciones
»que he creido de mi deber haceros en contestacion á
»vuestra nota preliminar. Debo añadir que las demos-
»traciones que han dado , al parecer, alguna inquietud
»al Gobierno de V. E. son un poco exageradas , bien sea
»por la impresion que hayan hecho en Madrid , ó bien
»por la interpretacion , tal vez demasiado estensa que
»el ministro americano cerca de S. M. C. haya creido
»que podria dar á sus instrucciones. No debe pensarse
»que un Gobierno como el de los Estados-Unidos , que
»desea establecer por todas partes la opinion de su sabi-
duría ,.y de su moderacion , trate de promover una
»guerra injusta y de pura codicia ; pero como dicho
»Gobierno está anhelando la adquisicion de una parte
»de la Florida, porque le conviene en alto grado, no
»debe dudarse que hará todos sus esfuerzos para conse-
guirlo. Este es el verdadero punto de la cuestion. Tal
»vez el Gobierno federal habrá creido que podria ase-
gurar el éxito de su negociacion , recurriendo á una
»querella diplomática. La sabiduría de S. M. C. le su-
gerirá , á no dudarlo, lo mejor que puede hacer en
»estas circunstancias, para terminar una escision que
»no eludo renacerá sin cesar, en tanto que no se haya
»hecho algun cambio en la posicion respectiva actual de
»la Luisiana y de las Floridas ; pero en este particular
»debe S. M. C. obrar esclusivamente por sus propias
»inspiraciones. Los Estados-Unidos no tienen derecho
»alguno que alegar; se les ha declarado del modo mas
»terminante que la Luisiana les labia sido entregada en
»igual forma y con la misma estension con la que la ha-
»hin adquirido la Francia ; y esta declaracion será re-
14
»novada del modo mas esplícito cuantas veces lo desee
»S. M. C. Soy de V. E., etc., etc. »
CAPITULO III.
CAPITULO IV.
Errores cometidos por nuestro Gobierno por esceso de
buena fe.
CAPITULO V.
CAPITULO VI.
CAPITULO VII.
CAPITULO. VIII.
CAPITULO IX.
CAPITUI,G X.
CAPITULO XI.
CAPITULO XII.
CAPITULO XIII:
(1) Muy sensible'ha sido que por el espacio de doce años haya.
intervenido en -los negocios diplomáticos con 'la República de
Washington uno délos hombres de mas negaciones que pueda pre-
sentarse en la escena política , como . lo es er. Sr. Calderon de la
Barca. Cualquiera otro que hubiera desempeñado tan importante
cargo, habria defendido los intereses de España con mas energía
y con mas decisión é inteligencia que la que podia eSperarse de,
quien carecia de especiales afecciones que lo adhiriesen á una,nacion
de la que parecia estar desligado por, mas de un ,conceptó. Empe-
ro en esta parte considero, mas censurables á los ministerios que
enterados de las nulidades del antedicho diplomático, le 'hubieran
confiado por tanto tiempo el, manejo de negociaciones tan delicadas
y de tanta trascendencia.
72
q ue han continuado hasta el dia , y que todavía tienen
suspensos y agitados los ánimos.. porque no se han es-
tinguido aun los elementos que clan pábulo á tan funes-
to pensamiento , que no puede menos de ser combatido
con cuanta energía cabe en pechos españoles.
Siendo tan conocidos los conflictos ocurridos des-
de dicha época de .184.8 , y habiendo tratado de ellos
en mi obra titulada 'Bosquejo económico político de la
isla de Cuba, publicado en el año anterior , no haré
mas que dar una rápida ojeada de dichos hechos para
venir á parar en reflexiones oportunas sobre la situa-
cion política de ambas naciones, y de lo que conviene
á sus respectivos intereses.
Los esfuerzos de algunos cubanos disidentes y á su
cabeza el malogrado é- ingrato general español D. Nar-
ciso Lopez comprometieron á .los ;Estados Unidos en
un plan de engrandecimiento _ que tanto lisonjea su
ambicion , cual era el de poder reunirá su república la
preciosa perla de las. Antillas. Con esta idea, aunque en-
cubierta, tuvieron los descontentos la mejor acogida en
dicho país , y escudarlos con la laxitud de sus leyes, se
formaron clubs revolucionarios, se desbordó la prensa
predicando la propaganda , se proclamó abiertamente
una cruzada contra el dominio español , se hicieron
alistamientos, se reorganizaron fuerzas militares , y se
aprestaron . buques para llevar á cabo temerarias espe-
diciones contra la isla de Cuba. La primera, cuyo punto
de reunion se habia fijado en la isla Redonda en 4849,
fue desbaratada en su origen , porque así lo tuvo por
conveniente el Gobierno americano , convencido de que
aquella empresa tan descabellada no podia tener sino
resultados muy funestos. La segunda , preparada ya
con mayores garantías aparentes, pues que se fundaba
en el apoyo que falsamente se creyó que pudiera tener
ne los habitantes del país . , se llevó á efecto en 1850,
•
á
desembarcando el referido Lopez con 500 bandoleros
en el puerto de Cárdenas , donde encontró muy pronto
el triste desengaño de sus locas esperanzas.
La tercera espelicion, , y fue la mas importante,
ocurrió en 1851 , habiendo desembarcado el mismo
Lopez con sus fvragidos en la playa (le Bahiahonda á
diez y. seis leguas Oeste de la Habana , y tuvo un desen-
lace todavía mas trágico que el anterior; ya que aquella
pudo sustraerse por una pronta fuga á la persecucion
de los leales , y en ésta fueron todos los que la com-
ponian víctimas de sus desvaríos y de sus alevosos in-
tentos.
Corno ya con la debida antelacion habia expedido
el Gobierno español, y hecho circular por los Estados
Unidos el edicto que irnponia pena capital á todo fili-
busteit espedicionario qué fuera aprehendido dentro
del territorio cubano , sufrieron esta desgraciada suerte
la mayor parte de los 'invasores en los primeros mo-
mentos de su agresion , si bien el Gobierno español lle-
vó al estremo su indulgencia suspendiendo los efectos
de dicha ley con los que sobrevivian á las primeras ca-
tástrofes , y cuando ay a consideró con-Spletamente des-
agraviada la vindicta pública.
Empero el necesario sacrificio de las primeras cin-
cuenta víctimas aprehendidas al siguiente dia de su des-
embarco , y el imponente aparato :de su ejecucion fuera
de las puertas de la Habana , produjo la mayor exalta-
cion en algunos puntos de la república americana, y
señaladamente en Nueva Orleans , en donde se propasó
la tumultuosa y desordenada plebe á los mayores este=
sos contra el cónsul y varios de nuestros nacionales re-
sidentes en aquella ciudad.
Estas repetidas trasgresiones é inauditos escándalos,
no podian menos de escitar la mas viva indignacion, i ti
solo en los españoles , sino en toda persona que ttiviera
6
74
sentimientos de honor y virtud. Con este motivo se sus-
citaron debates muy acalorados entre ambos Gobiernos,
y se hicieron las mas vivas y enérgicas reclamaciones,
que al parecer fueron, satisfechas con sinceridad y
buena fé. Así que indultados sucesivamente por la reina
de España todos los filibusteros á quienes se habla dado
cuartel , v acordadas : por el congreso americano las
competentes indemnizaciones por los perjuicios que hu-
bieran sufrido los súbditos españoles en los anteriores
desórdenes, debiera haber quedado terminado de un
modo absoluto aquella contienda, haber vuoito ambos
paises á sus antiguas relaciones de confianza recíproca,
y renunciado los angloamericanos á toda idea de con-
quista ó anexion de la isla de Cuba; mas por desgracia
no podernos entregarnos á tan lisonjeros cálculos , por-
que vemos que-se agitan elementos que claramen¿e de-
muestran la existencia de un partido que no ha desis-
tido de su primitivo intento. 4
CAPITULO XV.
CAPITULO XVI.
de 36.25J.
No es menor la rapidez con qué se han multiplicado
las fábricas y se . ha entendido el comercio ; pero antes
de 'aterrarme en estos 'c•zlcúlo , daré una idea aunque
muy sucinta, del estado actual de su agricultura. Uno
de los ramos de mayor riqueza para la república anglo-
americana, son las tierras de dominio nacional, las cua-
les se van vendiendo, con mucha"estimacion á las em-
presas agrícola s formadas con los brazos de tantos miles
de emigrados que entran todos los años.
Comprendiendo las tierras del Oregon,'California,
Nueva-Méjico Uta , Indiana y Nebraska se gradúa.
de 1584 millones de acres fanegas las tierras de los Es6
lados Unidos; pero separando los antedichos territorios de
reciente adquisicion , los cuales aunque los mas estera-
89
ros serán los últimos en poblarse por sus inmensas dis-
tancias, el área de los restantes es de 42 x.103,750 acres;
y corno hasta 30 de noviembre de 1850 no se ''labia ad-
judicado mas que la cuarta parte, ó » sea 106 ,025,957,
quedaban todavía disponibles 51Š.077,815, que á razon
(le 1 peso 25 centavos, que es su precie corriente, re-
presentan un valor de cerca de 400 millones de duros; y
si á ellos se agregan los 1,160 millones de acres que
abrazan los nuevos territorios arriba descritos, y que
indudablemente entrarán en cultivo, si las inmigracio-
nes continúan con tanto ardor como en el dia, subirá la
numeracion de la riqueza por este lado á una suma in-
creible. Las últimas relaciones estadísticas dan por ven-
didos desde 1.833 á'l850, es decir, en diez y ocho años,
74.729,986 acres, que hicieron entrar en las cajas na-
cionales 95.433,000 duros. Tomando el promedio
de 4.151,660 acres vendidos anualmente' desde 1835
á 1850 , quedarian ad;udicadós en setenta y ríete
años los 518.077,813, que son los primeros disponibles.
La tierra que hasta el dia se considera aprovecha-
da ó de cultivo, es tan solo de 11.2.042,000 acres. Las
máquinas y aperos de labranza empleados en dicho cul-
tivo , representan un valor de 154.820,273 duros; y
el ganado , comprendidas todas sus clases, se gradúa
en 552.705, 258 duros. Sus pricipales producciones son
el trigo, cuya cósecha se calcula de 105 millones de fa-
negas; el maiz, que entra por 600 millones (le idem; el
tabaco por 200 millones de libras; el algodon por dos
millones y medio de balas de á 1,000 libras; la lana
por 52 millones de libras; la manteca por 312 millones;
el queso por 104 millones tambien de libras ; el vino
por 140,000 galones ; el heno por 14 millones de to-
neladas de á 20 quintales ; el cáñamo por 75 millones
{le idem; la simiente de linaza por 567,749 fanegas el
azúcar de alerzo (maplo sugar) por 33 millones (le li=
7
90
bras; el azúcar de caña por 318,644 bocoyes de á4,000
libras.
Hay en el áia en los referidos Estados deja Union
4.559 manufacturas ð. que con un capital de
28.118,650 duros, y dando ocupacion á 22,678 ham-
bres y 16,574 mujeres, rinden un producto anual
de 42.207,555 duros.
Las ,de algodon, en número de 1,094, con un capi-
tal de 74.501,031 , y ocupando 33,150 hombres y
59,136 mujeres, rinden, 61.869,184 duros.
Las de hierro, en número de 2,190, con un capi-
tal de 49.258,006, y ocupando 57,021 hombres, rin-
den 54.604,006 duros.
, Los ferro-carriles planteados hasta abril de 1852,
recorren la enorme distancia de 10,808 millas. El cos-
to de las primeras 5,800 millas, de que da cuenta el
censo á que me refiero, se elevó á 208.213,901 duros,
tocapdo por término medio á cada milla 35,890.
Hay asimismo una línea de canales de 3,552 millas.
Las iinportaciones en el año de 1851 ascendieron á
216.224,932 duros, y las esportaciones á 218.588,011.
Los productos de esportacion que figuraron por
mayores cantidades en dicho año fueron :
C APITUL O X VIII.
CAPI7l'ULD. XIX. ,.
ïL%
CAPITULO
'•'
Il I
.ri.-
•
. salir con
Iiàc España `puede lietór cle iádb ° eonilictd 'ë^ófz
:
. l'`as ,; 'síados Unidos;
. . .
Procederé en este cápitulo á'dilù `eiclar'là cttirEa' Ma:
posicion sobre qu e ld España puede salir ce iibnor-pdr
si sola dé, todo'` Conflicto ;en 'qué!azarostis circiigtstaneias
=
y mal c alculaclàs ri,ilíiéhhies ; piicliérainn' erttio'°rroérlit : co^t
lés Estados Unidos':
Aunque esto y ru uy" distâbté de » creer
realizarse la antedicha -siiposicion ; porque por' ^a's ácl^+
raciones ciné se ban dado en los 'ëapítulos ant°é'rrlorés îc
vendri en cónocimiento -de 'gué los arialoarbe e >!ican'as 1fiei
han +_le quèrer perde'r'sn aEtuà-ctando
lugar^ à uñ'a., girerra ir^t3
i e cesari^a `y bajo ; tod4sc;on^eo t^;s
^
r°ui q nsa', voy á demostrar siri ; e^nbarge' las 'nus' ' pre4
hables consecuencias de ella, efr .él r casó de qüé alguno
de los politicos \ mas violentos `Ÿ aluç3rïádos pudiéra' úb.
dia pensar en promoverla.` :Y cuōrnó• -nó puéclé''répntaile
por tiempo perdido :, sino por Muy 'el qu.e se- eïrlplée
en a fianzar la pa2 , y = en :dar` barantrasrri:rs' f.firrnes 'á' 1a
buena in;téliácncia "entr e pueblos'qúe : debreran Métnt
pre amigos , así como•en.estrectiar' lós '*itiëulós (terne.
tua ConVel'liërleial, 'entraré en' estas esplieÁCiân'es; 'no
con el vano designio dé del`htie%tit
poder, menos con él' de lastimar lu -ssusceptililï'derit
otros Gobiernos, 1 `tW nirtgein' rnod;é : :cor[ el; :de
tempestivas `provoéacëàies^ :tá n 'ajenas `earaëter:
C
Con' - ssalvedades'iíb
ad , ,
a^ivedit 'n ^(^ riïal`^^lo.s"^^at^t^oá ^^
ricanas que ahoï^cl^
.
;,ésta: ctres^ion ,:^iiigïié
,
t sea há'b'tr^^
fase tan`ina[ata:n ^ fe't'cÁso' ^un ‘' ^tterra ;.4u6
admitir tan ^ sôlo ëot n b'rnern°hipdtesis , sí^Cía de^ s^rté^
que se armarian' 'tó'da's ' las escitadras de agiiellá^p n^l^'t
¡lee
y se levantarian numerosos cuerpos de tropa para guar-
necer dichas escuadras,, r par,a 'hççer desembarcos en
nuestras posesiones ultramarinas , que indudablemente
snfi• irianlos primeros a,taques.. Preséindiendo. de 1ds•irl-
mensos sacrificios que ,e,çsn esto s e,p,rest;os se impondrian al
pais ; cuya importante cuestion reservo para el artículo
i.rirp.eiiato dpy ; par ,^supuesioAue se presentarian ilnpo-
qeníeguerzas de mar .y tierra,, sobre . l a" isla de Gub.a>,,que
seria, seguramente el . ïblanc() :principal, de su puntería.
Qum?, lambien e s,. do ; suponer. nie los„enurnigos habian
de encontrar la citada isla bien defend ida ;,-;ya. q;ue_mn¡
dpr,aptemaya;hab:ria, e ^^1?:,e^•r^o:espa^^;ól.. tóinal.lo,dispo-
siTd}+vngs enérgié<as parar hacer una tiesésperada,, -resisten-
cia,, 'no foco, flabia de.serles verificar sus desern-
bareo. m.,, 4roler:0 aun.,admitienk esta- primera vegtaja,
quelnp drián,oprlseguir .
al favor .de dilatado de las cos-
^á,s ; ,q ;n^ . Carn.prender^ ^de 00_' 709 leguas, ,dquú hál^rian
adela-n^ás dpr^^en < Wn pais desierto• to
,., y; del çua^. seiriair alejan.
, . .
ç^Q;^eilñytilizando„
^ toda çlase :de auYrlios ; ? .I^ec,esitártarl
, ; cet^;dQ^. ; çtesde
:^o,rr^.^ri r^n: . l^ós Estaaos Unidos hasta el
p^a^tc^ , ó,pun^o^,de^desernharco, cuyo cordon babria de
c,Qrttinuar clesde estos.hasta los í c,^^áe fueran ocupando en
jq ieterrrór;de;la isla,,„ y sólo :por,este medio podiian re-
çlbk; prQv?sion;es ; ,.de;gtierra ,y boca,. y .cuanto pudieran
ngGes}Pr. ;p ^ ra= r^^dQlxan4ilt. ,Operaciene.. ;
,, Ahç^r^. >.^ien^ ^un,guer . .se ^ ,a,drñita por un, r^ornenLc^
, ^
r^ue.,^,parrsa,de,la .superioridad.tie las fuerzas marítimas
+1,04;19s iEsta,dos U rliid o s f pnen 4 s ç4 delogte, del puerto
4e 4s4abana., po ,puflie^a, la esGuadra lb espanola,
1 moverl
sp,k,aqwuelle ;,babia, queda ri a,n,f4rerá de:,ellrtlas:%erzzlis
sy,tiike; que,por; mi , poco ealatl?a ;tomariarō ,lwsicion ,egtre
.
^o
^^t^^l^ ^r,dáb ō^e^±^;^o ^ ,^at#Qtres, y„^ajo^, fopdos; q ue, iantg
^^^ 4k, ien ^^uella:s; , Fos;s,. y.;c^uek :,rpu ;iil_ō liçadas por
4ilR pit9§ bmeos cós,t,e^•,o,s; qu,e. s P tGnnYrGirlan ;en;otràs
1
^^'^ ^en^^^^s ^^! ^ ^oyrr)^e¢^^^^^=e1<,ári ehQ e000p con l=a
413
mayor facilidad, é interceptarian sus úonvoyes , y can-
sarian daños,. muy considerables , aunque algunos dp
ellos sufriesen la suerte de ser apresados. Estas son rá-
pidas indicaciones de los golpes que podrian darse per
mar , aun suponiendo que está fuera nuestra parta mas
débil. En cuanto á las operaciones de tierra , seria
nuestra po.sicion mucho mas favorable, porque'clisein ' i-
nados en columnas los treinta mil soldados que por 19
menos presentariamos en el campo:, porque los fuertes
y los grandes centros de poblacion serian guarnecidos
por el paisanaje regimentado , y obramio- dichas colum-
nas en perfecta combinacion , podrian sostener, el cam-
pó , y causar horribles destrozos en los invasores cogil,
dos ea detalle y fraccionados, porque no seria posible
que anduvieran reunidos sin morir muy pronto de ham-
bre „como sucedió á los filibusteros de Lopez , y por-
que si bien á una fuerza muy considerable se le abriria
paso ,, nuestras columnas se , tolocarian á retaguardia y
por los flancos ,.apoderándose de sus convoyes ; y fal-
tando éstos, seria irremediable su destruccion.
Despues . de bosquejados estos primeros planes
los cuales se les daria ,una regularidad y una estension,
cuyos detalles no SOL1 de este lugar , y paseándome
siempre ,por el campo ,de las suposiciones, quiero ad-
mitir que una cruzada d,e ros Estados Unidos , pues
tanto seria menester pará subyugar por su número
nuestras fuerzas militares, las obligase á retirarse ,del
campo, lo que no es tan- fácil. quedarla siempre el ar-
bitrio de reclutar voluntarios de la gente' de color, que
han sido constantemente fieles al trono español, y que
lo serian dobiemente desde el momento 'en que .se ape.-
lase,á su ,entusiasmo para arrojar los invasores, del pro,-
,fanado suelo ;•y no cabe duda que se presentarianit
inilires, los cuales mandados; por oficiales .europeos.,
h,troducirian,el terror la contusion en las lilas, de los
4-14
enemigos. Y todavía queda otro recurso estremo que
no juzgo prudente anunciar, pero que , para vencerlo,
seria preciso que la República de la Union en inasa ca-
yera sobre la isla de Cuba.
Procediendo siempre en el terreno de las gratuitas
suposiciones, quiero admitir por un momento , mas no
conceder ,• que á pesar de tantos y tan terribles élemen-
tos'de que puede disponer la España para defender la
preciosa Antilla.de la codicia estranjera , cayera en ma-
nos del enemigo ; ¿y qué habria éste adelantado? ¿ De
qué modo podría compensar tanto descalabro é indern-
nizarse de tantas pérdidas? Digo que nada habria ade-
lantado', porque entonces empezaria lo fuerte de la pe-
lea ofensiva. La España, desembarazada ya de éste pun-
to que absorbiera toda :su atencion , la dirigiria entonces
á generalizar las hostilidades 'contra los EstadoS Unidos.
¿Y de qué modo? No tanto arrojándose sobre algunos de
los puntos de aquel estenso territorio,. lo que tampoco
dejaria de intentarse , como cubriendo los mares de
corsarios que no dejaran cruzar barco alguno que no
fuera apresado. Y como seria tanto lo que habria de
ganar sobre el opulento comercio americano, esci-
tarja poderosamente la codicia de los estranjeros , los
cuales solicitarian patentes de corso, llenando las con-
diciones que prescriben las ordenanzas. De que así su-
cediera puedo dar fe por mi mismo, pues que hallán-
dome de cónsul en Liorna en. 1825, tenia Va repartidas
doce patentes que me habia remitido el Gobierno cons-
titucional de España- para hostilizar á la Francia ; y si
hubiera durado algun tiempo la guerra que el, duque
de Angulema llevó á la Península' en aquella época,
los corsarios armados por mi en, el citado puerto de
Liorna, hablan bastado para destruir el comercio
francés en Levante: No, tengo inconveniente ni reparo
en declarar estos hechos, porque se hallan de perfecta
415
conformidad con los mas rigurosos preceptos del dere-
cho. público.
A
Y aun sin necesitar del auxilio estranjero para esta
clase de hostilidades tenemos abundancia de marine-
ros nacionales, especialmente en las costas de Cataluña,
Islas Baleares y en el mar. de Cantabria , que son los
mejores del mundo , ó por lo menos nadie puede aven-
tajarles en inteliáencia, arrojo , fortaleza sufrimiento;
marineros que 'movidos por el, entusiasmo patrio , y ha=
lagados por el poderoso incentivo del interés., serian
capaces de las mayores, heroicidades.
La España abunda en buques veleros los mas aco-
modados al corso; abunda asimismo _en" inteligéntes, es-
perimentados y atrevidos pilotos ; y sobrarian fondos
para ésta clase cl,e armamentos , porque el comercio
paralizado en el caso que se presupone, dedicaria á. este
ramo una gran parte de los que habría retirado de su
acostumbrado tráfico : así que bien puede asegurarse
que el elemento que da vida . é importancia á la ` Repú-
blica de los Estados Unidos , que es la navegácion mer-
cante , quedaria completamente . aniquilado. Y .. como á
esta cuestion va unida la de gastos para los armamen-
tos, á cuyo ramo se'r'efere.la quinta proposicion que he
iniciado., reservo para el próximo capítulo la continua-
cion de mis reflexiones.
CAPITULO XXII.
CAPITULO XXIII.
'CAPITULO XXIV.
CAl'ITUI,O XXV.
í •-1-
• .Ev,entualidadqs lque,,puedeit pqr yrbOctós. de los
'vecinas,
filibusteros fraguadqs en , las, zslas mas
partiMarmeu,te bOmingo.-EsPloreknes
relativas á esta tdect, ensayadas sobre .la Macla' asta.—
Medios dqlravápr estos aajieSósr-deqígnios.
1 "' 111 ' 4':1H .») 'SS • ‹,f,f
SECCION PRIMERA.
MEMORIA. Pt1BLICADÁ ' EN LONDRES SOBRE 1 ESO AVITUI ,
•
'
ADVERTENCIA.L PRELIiIINAR.
//^^(
.
{ , .^11LJ1i3 ^^^C1. •.
/ ^
.. ' r ) r./ ♦ 15. . '. . . ^ .. .rrf .
t I"f „^,^;jl,^i.
II'
.,i- ^ r [1tr! ^
•^ .
. I^ .
.t
..
ll
^t^l. .
t .z _
Para que no se ,crea que estas pu utopias ó cálculos .gra-
tuitos., referire slo que he oido de labios de D. Francisco Soler,
rico hacendado ,de, la ;ida de, Puerto-Wco, «que hallándose en
.en la- costa de Calabar yiejo , vió de o-ollar 4190 prisione-
ros, cuando el. cacique,' titulado ligue de ',¿iallbar ,Vielo c9n
X50
- Pesen , pues.,, los abolicionistas en la: balanza de su
- humanidad., si ésta se halla mejor consultada dejando
que .se` degüellen con . crueldad los prisioneros , ó bien
dándoles salida para las coló inias, en las que reciben un
trato cordial , se fes instruye en la religion cristiana y
se ' les arranca de su vida . brutal y salvajeá, convirtién-
dolos en hombres útiles á la sociedad y si mismos.
La prueba mas positiva que puede aducirse de lo que
ganan con este cambio , aunque sea con la horripilante
nota, de esclavos es que ninguno de ellos se acuerda de
su,pais nativo., porque acostumbrados á la vida
zada, y á los goces que ésta proporciona aun en su es-
tado de esclavitud, de que tanto se lamentan sus mas
celosos defensores, ,no conservan deseo alguno de vol-
ver á su antigua vida errante , insegura ,, miserable y
llena de quebrantos.
Para que estos pueblos tuviesen algun a ego á su
p
primitiva coadicion, seria preciso que tos abolicionistas
se dedicasen á derramar su benefica influencia sobre su
Misma'; cuna ; mejor dicho, habria sido mas ventajoso y
CAPITULO XXVIII.
CAPITULO "XXIX.
CAPITLTLQ XXX
. ^ CAPITULO XXXI.
. ; . . .
Esplicacienes sobre la dignidad del pueblo es.patiol para
rec.ha z ar, ciertas: proposiciones sentadas en la Cámara
alta de Inglaterra sobre cs.ta.Guestion.
C A PITULO XXXII:
;..
,
9n^lto ?t ante
^..^
..
uñ co,^n2lc .de la Ca s' 'a
.,.:^^.. •,
de loCo^nunes..
s
• t .
f ,
CAPITULO XXXV.
M AIiIAt N O TORRENTE..,.
Londres, ,setiembre, 30 , 9 853.:.
ADICION.
SECCION : SE G UNDA.
CA.PITULO XXXVII.
CAPITULO XXXIX.
.-^: ..
Polémica sostenida con la prensa htglesa:--Modo de
iniCiar `lci éuestion° etrbre .la inmirj!racion africana. --Er-
p•or.e5'de la prensaangloamericana en'la:. , apreciación de
<< este proyecto:
F,
•
'Oèpiàés` de ` haberme . 'b'ci2prido . bn los cá.pítúlos' an-
tériorës de :las'intnigraïciones europea, asiática é_india,'
que sün'' las únicas de 11i6 hace- rnericion la Circular
delCapitan general' déla isla 'de Cuba ,y de haber di-'
cl^o lo Instante p'ará'que comprenda que no son aqtie-,
lias" suficientes para c;cibrir las necesidades de nuestras
poSésiones: ° . de ultramar» . la primera .por las paves:
cónsecuericias d-e`su'ejecuciorj
r en escala mayor, la se =
guñda ^or' /as núlidades que le dan 'por lo menos el ca.-
r^iieter clé' servicio iricom'pleto ,y la tercera por lbs obs-
tácrilós que se oponèn' á-su. adquisición, entraré de llenó
eti'ei' d,^^ettvolvitniento' de la parte pr'ác'tica de la eues-
,
tión' sóbír`e la iríinigración áfi + ica na , que es la que bajo
i
t^ridbs as lrectos -presérïta ventajas Mur superiores.
Con esta convicciori profunda , y considerando que,
para 'desVariecer todo 'rÑelo, y • desconfianza del -ríuimo
de los' guarda,clore`s del' 4tratado de abc^l'iciori de la : trata
de °esclavos ;"era pt^ecr^s^, ilustrar la opini o n' pública, 'y
probar de tin modo claro , Conveniente y satisfactorio,
que dicha inmibracion africana podia- hacerse` sin faltar
á ;las-condicioYies',cle'f'`referidó tratado`,' antes lien dári-
dble mayc^r fuerza.y • iáUr; ÿ destruyendo de raiz todo
córíato' de la codicia mercantil 'para . quebrantarlo , me°
dir^aí^ ^ Inglaterra.,' S i` y ai desde ef j primer dia de mi l^e =
bá Xlw; , 'qu'.e- fu6 en` 31 ;de ° agosto último publicó el Daily
Net s . tin ártíctrlo fiiiiliurr`do contra l a conducta del Go-
bierno español Ÿ 'de ':la's` a u torid ades 'de' Cuba' por faltas
223
de lealtad y delicadeza que .gratuita infnfidadamente
les atribuia e:n;la referida' cuestion. Y:co.riio detérmina-
damentè apelase' á mí para que diera solución' á cargds
tari injustos , corn.ó -iri.juriósos, 'que forrnabarl un ca'tál'óà-o
bastante ;es.tenso , suponienda que. corno.-yo. lrabia' dei-
empeñado algunas-connisiones (k1 Gobierna :én"làs Es-
fados UnidÓs ; y é11 la isla; de' Santo Doinir'rgo°ÿ podria
dicho rríi viaje touer igual objeto°;rme vi,precisado'Por
amor á Mi patria!,- , y para vindicar nuestro honor tan
sin razon' ultrajado, <í `recoger el guante ' que se me ha-
bit.' arrojado , dando en el' m:ismó periódico' trua pronta
y lacónica corrtbstacion como prélirninar de la 11lemo.ria
que va inserta. al frente de esta segunda , parte:; :y que
, . ,;
copio a contii^uacto.rt. Dec ^a ast .: .. •
.«Sefior editor- del. Daily News: En el momento de
»mi llegada á esta capital en: 1 .° del corriente se ine
»avisó que en el , clia de ayer hábia aparecido, en su°pe-
»riódico do V. unarticulo- relativo' á'mi> humilde. per-
, .
inaria
»sona ; y" .a:, una imag
maginarra com^ sion que ; pr, esurnia V.
»me habia sido' conferida por:el Capitan Seneral de
»Cuba , sobre la trata dé escla w os. Si V. : no liuhietia
»mancillado en dich6 articula ,el, c,arácter'de aquel dig-
»no funcionario , :y el del Goneral, de marina , y lo que
»es` todavía mas grave,, el, del Gobierno de S. 141.; liabria
»mirado con desde:n sus inexactos asertos; y no me .tó-
»Maria ahára .`la pena de, entrar en ninguna clase 'de
»esplicaciones;; pero sïendo terribles los cargos qu'à V.
»ha acumulado contra : todo5 ,,•no puedo meriós de salir
»á la palestra para convencer á rV., y,.espeí^o'que ;po-
»dré hacerlo sin gran trabajo , de clue V: está equivóeado
»en todos sus conceptos.
»Principio por` decirle que no soy agente del Exce-
elentísimo.Sr. D. Valentin Cañ ^édo-; Capitan genetul.cle
»la isla de Cuba, aunque me: honro con g a arniRstfld,a:qüe
»estoy viajando por mi propia Guenta y pot rnissieto,
226
»porque si bien tengo ,el caràcter de empleád'o civil al
nser,vicio. de S. M. la reina de España', -no ejerzo en
»la actualidad género alguno de funciones oficiales; pu.
Ddiendo por lo tanto "disponer de mi tiempo corno me-
rjor me plazca. Es verdad que por mi fuerte adhesion
»à mi Reina y á ini patria, me he presentado muchas
»veces al público corno un firme defensor de su honor
py de sus derechos; y aseguro à V. que estoy dispuesto
ȇ hacer lo mismo siempre y cuando misservicios pue-
»dan ser necesarios para sostener los intereses, y el bien-
»estar de mi pais, y la honra de mis amigos ; sobre todo
»cuando la opinion pública está . tan malignamente ès.-
»traviada como ai presente.
Como los ataques de V. :se dirigen principalmente
»contra personas:; principiaré por decir algo sobre ellas,
»y luego éntraré en la dilucidacion de :las cosas. El Ge-
»neral Cañedo no necesita de ninguna ' clase de espia-
»ción por ° su conducta en la cuestion de la trata dé es-
»clavos, porque en todos sus actos ha resplandecido su
»natural honradez y dignidad. Es por lo tanto una ca-
»lurnnia y:una falsedad horrible suponer que su res-
»pg tab,l •nornbre' pueda estar .asociado á ningun mane-
»jo impuro. Es asimismo_una villanía arrojar una man-
»cha tan denigrante sobré él General Bustillos, Ÿ sobre
»las ciernas autoridades subalternas. Si fuera cierto que
=él capitan. Hamilton hubiera hecho ante el comité de
»la Cámara -de los Corrrunes la declaracion que estam=
»pa V. al fin de su articulo, tendria gué dar una ám-
b p lia satisfaccion à las partes ofendidas, quienes le ense-
eñarian que no se les insulta impunemente.
»Siendo tan complicada la ctiestion de esclavitud,
Dy tan:diferentes los puntos dé vista bajo los cuales
»puede: serconsiderada, me decidiré publicar desde
»luego en español y en inglés una memoria que he ido
eed.a.cta,ndo durante la travesitr de la Habana á Sou-
22/
xithampton con la icfea', de'ique viera la luz ert Ngad'rich'-'y
»así quedará contestado su referido articulo ,agregan-
»do por apéndice la que publiqué en Esp ^àila en . i.$4/
»sobre esta materia tan importante:'
.»Ruego á V. se sirva ` empleari su . influencia con el
»público para que suspenda su juicio hasta' que .baya
allegado à sus manos mi viridicacion,' la , q'u'e ' no haré
'»esperar mucho tiempn; y me anticipo 'á interesar á V.
»para' entonces fin de que anuncie" su 'publicidad; y
Ase logre que circule mas estensamerite: En el entre-
»tanto me permitirá V. que siente las siguientes af rnlá-
»ciones dé cuya autenticidad respondo.
I . a » Que no soy agente dél• Capttan general dè Cuba',
»ni de nadie. 4.
2.' »Que el General Cai,eclo es un hombre de- iio-
» nor en todos conceptos, y que está dotado' "de las mas
»brillantes cualidades como militar y como político.
3: a »Que él General Ca ēledo ha hecho en la' cúes-
»tion de esclavitud mas de lo que le imponia su deber,
»sin reparar ' en lo que pudieran decir sus enemigos,
»porque su norte ha sido siempre el de obrar con rec=
»titud y justiGcacion, y de conformidad con las órdenes
Ȏ instrucciones de su Gobierno.
4: a »Que todos los cargos contra el ministerio esa
»pañol son tan infundadas como injustos y calumniosos;
»lo cual dejaré bien probado en la precitada óbrà'; 'ën
»la lue propondré asimismo los- seguros medios de des-
»truir de raiz el tráfico negrero en la isla ‘de Cuba, : ter-
»minando de una vez una cuestion tan larrientabl:e:,'°giië
»con la mayor frecuencia promueve los' mas sérios ' con-
rflictos entre ambos Gobiernos, é indispone clos r»crri-
»nes que quisiera ver unidas con los vinculos »mas `'es-
»trechos de amistad y rnútua conveniencia.
»Si tiene V. la bondad der publicar en 'su ap,reciá=
»ble periódico estas 'collas lineas; corno antiCipácl'a
2 8
contestacion á su artículo; de, .31.:de agosto, podrá V.
»contar co n . la mas espr-esiva gratitud y distinguida con-
»sideracion de, su afecto y seguro servidor Q. S. M. B.
»Mariano Torrente.--Lónd res 5 de setiembre de 1853. »
Uabiendo contenido con la insercion del articulo
que precede, las versiones desfavorables que pudieran
haberse hecho contra nuestro buen nombre., me dedi-
qué sin descanso á la impresion de la citada Memoria,
que pudo ya repartirse en los primeros días de octubre,
habiendo entregado yo mismo veinte y cinco ejem-
plares en las oficinas, de los veinte y cinco periódicos
mas autorizados de aquella capital, sin que ninguno de
ellos haya . salido ;á tomar parte en la ,lucha que ellos
hablan provocado , y que yo habia aceptado en el terre-
no de la franca y decorosa diseusion.
Este silenció tan significativo me llena de compla-
cencia porque me hace creer, que aquellos escritores, á
fuer de hombres honrados y de conciencia, no habrán
encontrado en el referido trabajo literario flanco alguno
vulnerable, en que cebar no ya su ira, pues no juzgo
que se hallen poseidos de ella, por lo cual-me absten-
dré de tai calificacion, pero por lo menos sus desfavo-
rables prevenciones. Esta sola inferencia , que tríe pa-
rece bien puede sacarse en sana lógica, satisface com-
pletamente mi orgullo nacional, y compensa todos mis
£taba}os . y.: sacrificios.:
Así, pues, establecidas como primordiales garantías
las que he dejado -anotadas en dicha Memoria, y adoptadas
cuantas puedan necesitarse para el. mejor ;desempeñó de
la ènunciada negociacion colonial, la España no necesita
reas que,esponer sencillamente este pensamiento á los
Gobiernos estranjeros, para que no, se le dé una forzada
y siniestra inter.pretacion, yen particular al de S. M. B.,
á , fm de que,s.us_cruceros y autoridades'en la costa de
Á^ riaa ano opongan tropiezo alguno á esta clase de es-
pediciones, siempre que lleven sus documentos perfec-
tamente arreglarlos para acreditar que hay en ellas toda
la rectitud y seguridad que es de desear , pudiendo á
lo sumo y en caso de duda ó de desconfianza de alguno
de los buques destinados á estos trasportes, acompaïna rlo
al referido puerto de la Habana, en' donde y aun á la
presencia del céō nsul británico si se creyese convenien-
te, ó con la intervencien de la comision mista, se com-
probase su legitimo origen y objeto.
Aplicando á este caso él antiguo refran 'español,
de que al buen pagador no le - duelen prendas , poco
podria importar á nuestras autoridades 'satisfaces' con la
publicidad de los hechos aun á las-exigencias menos
racionales de escesiva suspicacia, que pudieran pre-
sentarse por algunos agentes esti•aiijeros, que no hacien-
do toda la justicia que se debe al noble carácter` esp-a-
ñol, concibieran alguna duda de nuestra palabra solem-
ne y voluntariamente empeñada.
- Aun los Estados Unidos que se alarmaron con la pu .
de la que se ocuparon-blicaorndetMmia,
con calor todos los periódicos do aquélla república, por-
que le dieron la equivocada irrterpretacion de que . pu-
diera ser el primer desarrollo de un plan combinado
con la Inglaterra para africanizar la isla de Cuba , es
decir, para sustituir una poblacion libre á la esclava,
que pudiera alterar con él tiempo la tranquilidad de sus
Estados del Sur, se calmarian á no dudarlo, luego que
se convencieran de que son totalmente diversas' nues-
tras miras, ya que ni esta en nuestra conveniencia', ni
en nuestra política, permitir que quede en nuestras'po-
sesiones de Ultramar en la clase de libért.o, ni un solo in-
dividuo de los que se importen con el carácter de co-
lonos africanos.
.30
CAPITULO XL.
CAPITULO XLI.
CAPITULO X LII.
fi
147
12: Todo colono ya a{ljudicado' podria séru,tq;agfc =
rib1e concurriendo lti , voluntad de st;t primitivo patr'orio;
p ero en.tát caso el segundo'endosante‘ caraaria -cón° toi
das las obligaciones ane x as a l p rime r o y sin mas g a stos;
ap a rte de los _convenios particulares del cedente , y del
cesionario , que' los de. ' cuatro 'pes o s y.clos reata
fuer te s que habrran de a boxr a a'se' á lta cajá,dc-'Coli3niza-
cien por l as diligencias de -recon;vcirxaieirt o .que, te7nc1ria
que, pra cticar , y para c.lue':en sus -resp.ectivos regi"stros
se tornase razón y cuenta de- este c am bio, que tanrbien
'labia de ser autorizado por 'el Gobierno:,:.
-13.. Para el buen dese m pe ñ o de la 'delicada , córni-
sion confiada al 'empresario,- d€-bei•ian l a s autoridades
dispensarl e toda la pro 'tecci®ra compat.ible `eon la , regu-
laridad del servicio , y con la leg a lida d de sus 'actos ;`y
parca que mejor p ud iera hacer-frente á las g;r•aies- difi-
cultE des y adversas eUntlnáencías .de Cluc'traliria de`estzr
erizada una empre sa de tal naturaleza y deberia eximir-
se d e l derecho de toneladas á los buf:liacs d ed ica d os á es
tas es taediciones , siempre , que no e m ba r casen á su bor-
do mas que colonos, y lo,:; Víveres , ropas y de nla s efec-
tos correspondientes á los mismos.
14. • Dicha . proteccion deber •iri 'ester;derse , á ayndar
y 'facilit ar en lo posible todas sus operaciones, , "no oPo-
. niendo m a s tr a bas ni - demoras que las indispe'rrsáblés
para su examen y r•ectirioc'imierlto, y para a lejar toda
duda acerca de l a fidelidad Y ^
rectitud en el cran^aplir^aien-
to de sus compro mis os.
' S e me: 'ocurren ot ra p€ar°cion de für• mirlas -reglamen-
tarias ; pero las omi t o porque considero ,;:nEa,portiina. str
ariticipacion , y porq ue en.:caso .de;lie:varse efecto: el
plan de que me es:toy. ocupando ,.rio pcadrian ocrilt<uw
. . á: la fi na penetracion de la auio:r• idad superior y de::sus
•delegados.
ALconoluir estas prevenciones oficiosa&, ^.v rrl.sraspedl-
2411
der, por- ahora la discusion de tan importante . negocio,
no puedo menos de, dejar consignada mi opinion sobre
la conveniencia de que para su tiempo oportuno , que
no dudo ha de llegar, se hiciera estensiva la aplicacion
de este plan á 1a isla de Puerto Rico ., la cual debie-
ra disfrutar ,; aunque en escala proporcionada á. sus ne-
cesidades y á sus recursos , de una disliosicion tan be-
néfica. Estoy bien seguro de que'agtiellos habitantes
habían de recibir con n0 menos jubilo que los cubanos,
y con igual reconocimiento al Gobierno, la inmigracion
africana , ya que , segun se ha dicho en otro lugar, no
es allí menor la escasez de brazos para dar á su agri-
cultura todo el desarrollo de que es susceptible.
En el capítulo imnediato me ocupare de la segunda
de las grandes medidas económicas que me he propues-
to ventilar por ahora , que lo es la dt', un banco enlaza-
do con el ya discutido y utilísimo proyecto de la inmi-
.aracion africana.
CAPITULO
1J O XLIII.
ti A
t.
,
Surna,aitterior. . . 1.200,0(K)
idern por tótahingreso,del
/...»:40S-16,00,Wc.olono.s ,que se dan ,poy.
dosados en ef. 'primer laño ,H i.384,001?
s 4- :f I.
Total '1 584,000
,
abonarse por premios al 'fin - de los 'dós
. •
primeros años prestiptiestos„bará esta in-
migracion Siquiera el 2 *poi . '100 - en aidá-
-cion á que los Hdites s9 111p a3innu-
lando paulatinamente 51,680
En el tercer afXo'cntradan
,e1 tipo presoritü, ';'' re'li'ajand6
de 10'52,000 colonos 1,000 por falleci7
dos' (5‘ inútiles , ;--dejandolos' reducidos
31,0C°, á 2,4 pesos al año 744,000.
Po r premios'dela nteriortapital 'del 11,5,681'
so aunque solo sea al por, 4:0a..i , .
• 1'1
• •-•
,
.) 5.282,487
2.52
'Suma anterior . • • 5.282,48 7
En el quinto`aaa.por jornales sobre 29;000
colonos á-24 pesos.. . ••. : .. . : . : • . • • 696;0()0
Pi« : pee:mios sobre el .ca.pi:ta=l anterior- de
'3-.2'82,487 al 5 por 100 164,124
Total al fin del quinto año. . . 4.142,611
t `.;f., ;f . • a .;
En el sesto á^to por;^+^i'náles s'Q^)t^e 28.000
? ,
colonos á ^ 4 pesos.
P ,. 672,000
Por prernios':^lé
' ' 5^^ór ^0t1
^ 'Sobre cl capital
^^ntet ior de -#.. 1 . . • :. . .. . . . • • .
207,1 }0
7.'ó.4,l,arllinrdel ,904^o
, año. .. .6.840 809
.,,
En el novel»;. A' 40 Iaor. ¡ornabbs sobre '25,00(4,
tii3í^mos a 24 ,pesos. : ....: 600,000
tor premichile, 51 , prox: 400 ,s.óhze el capital.:
, ,,MtIttior d e. 6•$40.;8.69 pe s os;. .:.. . . 1,42;04 3
3 i^ TQtai a fin dot a no -tino/lo. 7. 782,91 2 .•
•
^; 1_
2 5.1
Suma 'ante$iQr.: .! :
Ertd.tlp ei'mo,ai9 por jornales ;sbl^re^2^,®p4^
k ^
^olo^toS ^A 24 pesos. ,4).
Pór pre.mio . cl{e- 5'.l:ior 100` sobre el;,capita1:
an t erior de 7.782 912 pes o s:;:
` „ '"••;
,•,,
7
3.
••••11,: .• . •
e
,
• • n ';4! 7».
• •i
• •
• ' •• )1*.'
255
1 • ! 1, • .
I !
XLIV "
CAI'ITULO X L V I.
Consideraciones que deben dej a r sin efecto los ben.Ep.
rios anunciados en el segundo decreto sobre . coloniza.
clon. A claraciones so b re el modo de que a l p lantear: el
Gobierno la inmigracion , africana , saque un p a r ti d o
sumamente beneficioso. s :^
C A PI T UL4 X L V II.'
SECCION P R I M E RA.
DESC'RIPCION GEOGRAFICA IIISTORICA Y POLITICA D E I.A
REPUBLICA DO M IPiICA N A.
CAPITULO XLVIII.
Total.
,~1~2mcgo~
Los estados que acompaño á continuacion darán
una idea mas completa del movimiento d,omercial.
•,;
.•„
: .110Z
01,1;flifY
49
cólu Eaclo DEL !UERTO lo
:
IMPORTACIONES Elli
.
; ;.z,,:
p :
.
1849. 1850.
^^_
AiI QUES• Número Valores Número Valores
de TONELADAS.] en de TONELADAS. en
buques. iibs. eslprl. buques... iibs. eslerl.
,,
, . . • -- =; . — . -
i
Totales. . . 130 42,428 28;177 1 h7 ^ "
1273 1 86,136
1 11
^
ESPORTAC lO NE S ËN
11849, ,. 1850.
BUQUE S . Número V;iloreS Número Valores
do TONELADAS. - en .de. TON ELADAS. ...-,... '-en
buques. tibs^. ^rtfrl. buques. liks. rsteri:.
115; ..^^ ir, ^i..
Bremeses . •. .
)) 141 335
•
g
b^n r co mercio re g ular de fletes entre Santo Domingo ySan Toma s' . Pues
as 1paila,
11 ,1 ES s i• no dicho punto d'e San Tomas.
de.
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Bremeses. . • . 4 g,749):
Hamburgueses •, •
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Suecos.. . . • • ""05.114 2
Sardos.. •
Genoveses. ••• • n
Franceses. • • •
,11..1154":1
-
Venezolanos.
Holandeses.
1; 211 y» , 41..3 i.:141.711
Oldemburgueseá: él }h'XIP:'1 1,14
40:tah-: • -15'0;000-
lenabarg~01511
C APIT U L O XLIX,.
•
CAPITULO LI.
CAPITULO LII.
CAPITULO L11I.
SEGCIGN SEGUND A .
DESCRIPCION FISTORICA, ESTAIé1STICA Y POLITIC41 ē DEL INIPEIē I®
- DE 4AITY. '
CAPITULO LV.
1 unrl
. ue 'la
e revolucíon
egI os çlylos^rrlulatós
negros es .
clavos y lihertos-de HIaity por emanciparse del dominio
de la Francia afines del siglo pasado, aterro á la'-Europa
á causa de las inauditas crueldades que se cometieron
para llevarla á cabo ; y aunque no pudieron menos de
resonar por todas partes estos hechos de tanta magnitud,
en España se conserva tari solo un recuerdo muy remo-
to de aquella época., y;.no tengo noticia- de que la plu-
ma de ningun escritor nacional se haya ocupado de es-
cribir su historia , por lo cual no es estraño que sean
muy poco conocidos aquellos sucesos,
Creo , pues , hacer un verdadero servicio con dejar
consignados en la presente ;obra los'rasgos principale s .
de dicho período tan lamentable,,,asi cono los de las re-
voluciones posteriores y de reciente fecha , porque si
ofrecen un interés à todo el mundo político y comere
cial , mucho mas deben interesar à la España, por es-
tar enclavado el referido imperio de Haity en medio de
sús posesiones ultramarinas.
Esta antigua colonia francesa habia seguido una
carrera de prosperidad hasta el año de 1780 , en que
habla llegado á todo su apogeo. En aquella época se ha-
3'47
llaba completamente asegurada su iranquilidad, ,sirimils,
ctarniciotl que:la de 3,000 soldados de línea, reforza,‘
dos con una Milicia sin sue ldo , compuesta de .algunos
blancos , y en sn mayor parte de negros libertas, y rnú=
latos : estos últimos se mecian entre l a libertad y la es-
clavitud , y aunque no podian ocupar empleo: alpino
público , estaban habilitados sin ernbai.go. para 'adquirtr.
propiedades. Los habia muy ri cos y dueños de : rrrtréha's
esclavos ; no pocos habian sido edlrcadós en Franéia. ; S
no eran inferiores en educacion á los mismos blancos:
hé aqui el primero y crasísimo error de la' metrópoli;'
que la tiizo derram:ar tantas lágrimas y tanta -sangre.
Tal era la . situacion -de la citada colonia- íi •ancesar
cuando un soplo pestilenciar,; salido de , este lado .del
Océano Penetró
por todas partes , y de squició pote sus
cimientos él deleznable edificio cólonial : este soplo fué
el de la revolucion de Fran c ia, cuyas terribles abstrae-
ciones de libertad é igualdad cayeron Lomo una Envia
de fuego sobre todo el mundo:
Desde luego el fanatismo revolucionario comutiea-
do por el ejemplo de la madre patria , infundió l as' }iri=
meras doctrinas de una libert0 indefinida á una pobla-
cion esclava , siendo l'o mas sorprendente que agÜéllós
mismos l'ombres', cuya existencia y bien estar estriba-
ban en el severo régimen de'esclavitud , fueran los pri-
meros que , abandonando sus ocupaciones industriales,
y sils trabajos ' agrícolas ; se trasformasen _ en tribun es
po'liticos , y encendiesen el p ropio fuego que debiá cle-
vo°rarlos. ; ; ..
S e marcó'en seguida otró' , partido^ de l lós''adretos -al
ántiguo sistema monárquico ó seá realistas, los;èúáles
por una aberracion ,` aunque de distinto Origen
cidierórl por fomentar la instirrecciori ; de , los- negros,
porque :pr•eferian que la coldnia se 'perdiese .paraetl'a
Francia , mas bien que verla :;sornetid'a al laCcbirrisnei;
•
54e:
yl nliasta tal ,punto neeeste .fanatismo politica que entre
los yebekles ,eselavossque:fueran hechos pr!sioneros por
las = de.1 Gobkerflo .reNr ofucionario , se encontraron
aluunos cléricras dicha flacon.
. Los, es,paiioles.y los ingleses „ que se hallaban anion.
ces.e. guerra, con ;la eranela , .conspiraben asimismo
poeis̀u, parte pare arrancar- nella colonia á su rival,
spotistrauda armas'ä los rebeldes', y fomentando la in-
surroceige pqr.dos los medlos posibles.
—e gritó de. regeneraeion social que arrojó al mundo
la asemblea de .17r,,ancia resonó mi brutal entusiasmo
por las playas,de SalnQ PotmiPgo , fué repetido por
una porcion, de,,obueqadas colanos que -no canoeian el
eismo que ' abrian rksus,piés:, en un pais en que se conta-
ban quinientas rni1 splayqs,•casi qtros tantos libertos, y
tan solo , cuarenta blancos. Se agitó la gran cuestion
dela emaucieacion, politica (de los mulátos y negros
perp ,no se tuvo tino .,para resolverla oportuna-
mente , y este fué el primer error que.oeasionó la pérdi-
da.,4,e, la ,colcnia despues de baiser sido anegada en
saAgre,,.
Pomingq,Centiéndase la , parte francesa ) qui.
§d'tçPe,r tuui)ieti, su ,asamblea nacional•, su, iribuna y
S; giadereS , sus; diarias políticos y. sus clubs. , En abril
dQ; îl,7,90,se,reunió, la , primera junta, en San. Marcos,
cou „el •Dgere ,,de Colonial. El ,gobernador , qpiso anu-
laria YA)1.10, ttr y o .fuerza para, hacer respetar su
autoritjad. ,A, trqs meses de sesion se cerró dicha jun-
ta, y la mayois parte de sus miembros salieron para Fran-
çia à, de, ,du,en ta, sps tra,bajcs, ,á in tr¡gar en los clubs
Oger.0e+ 4a,gente color,tpniar ei,Paris un comisiq
r!,adq,para defender: Ca.11SQ,pórel çiygano de los
Mpreellifetea ,irepublicangs.: la Asamblea sin
,greargo yogh lm ramones de francos, para,armar W.
,espf>die.it que yoJ:ase_rápidatnente 'à contener t la subie-
,
`140
vaeión.de la-referida colonia., y á s'ósterier'el dónliriio de
la rr3e trópoli^: ^ ^ :.. :..
Empéro^ ía ins
ii'rréecion'dé los-eseiá^^os iba' en átí-
m ento', y ;ya á fines" = cie 1 791 habián sitló-iricér rdraclas
muchas haciendas,. y lós' colonos p'oseidos" de terror.,:
bian empezado á emigrar del :pais,' ó por lo ,menos li fl -
bían tenido qUe abandonar' el campó, ÿ refúáiarsé en las
grandes poblaciones. Se perdia el' treMpo' en' fórrná'r
juntas y en entablar estériles discusiones , sin que salie-
:ra de sus manos ninguna providencia Salvadora ; como
lo hubiera sido á no dudarlo ,-de las mas eficaces la de
haber emancipado políticamente los mulatos y rríegrós
libres , ensanchando la esfera do sus garantías; >porque
con su apoyo , con el cual se habria podido contar Se-
guramente , si sé les hubiera presentado el indicado
aliciente , se hubiera podido enfrenar el desbordannien-
to de los esclavos.
La irresolucion de los colonos sobre este' vunto de
tanta trascendencia, cesó ya desde ' el rnomento en que
se recibió de París la ley de 4 de` abril de 1792; re-
lativa á este mismo objeto ; y aunque la asamblea co-
lonial declaró en 18 de mayo, que se sometia á aque-
lla disposicion superior , se vió que ' el 'eonferirnienio
de derechos políticos á los mulatos y negros libres, te-
nia todos los caracte.res de ser una medida arrancada
por la fuerza de las circunstancias , estando' muy disr
tanto de tener' por base la ' espontánea conviccion , y
menos las simpatías de aquella raza. Esta declaracior:,
desvirtuada asimismo pór la demora en dársele publici-
dad , así como el tiempo que se perdió 'Para hacer otra
declaraciori no menós irnportante:y aun :necesaria , cual
fue la de que sería mantenida la esclavitud, siquiera
por respeto á la propiedad , pues (lile no se publicó
hasta el 45 del mismo mes, causaron úri daño inmenso
á la colonia. :
35;50
4a asamblea nacional de Francia , espetEr la ci-
tada ley de 4 de abril, ordenaba la reeleccion -de las fu-
nestisimas, asambleas y municipalidades coloniales, dispo-
niendo ;al, mismo tiempo el nombramiento de tres comi-
sani9S republicanos para restablecer. el órden en Santo
Dorningo, los cuales llegaron al Cabo en 13 de setiem-
bre del referido año de 1792 con un ejército de seis
, á ocho mil hoMbreS, y revestidos , de los mas•árnplios
poderes.
No pudo ser mas impolítica ni mas, fatal la eleccion
de,tales hombres , quienes desde los primeros momen-
tos ,de su entrada en la isla. se mostraron ardientemen-
te decididos á reprimir la contrarevolucion , mas bien
que la, insurreccion de los negros ; y proclamando en
todas partes y en, todos sus discursosla libertad y la re-
generacion social , exaltaban furiosamente los ánimos
en vez de calmarlos. Si por los colonos juiciosos y pre-
visores fueron recibidos con desconfianza , no así por
la asamblea colonial, que llegó á figurarse que con aque-
Ilas.fuerzas podrian quedar reprimidos ambos partidos,
ó insistió en la conservacion de la esclavitud , porque
en medio' de sus.. aberraciones, no pudo ocultárseles
que no do otro modo podria aquella colonia salvarse, de
su ruina. Los 'comisarios nombrados para ,pacificaria,
apoyaron al principio .estas ideas , aunque sucesivamen-
te fué muy diferente su conducta.
Prevaleciendo la opinion de que cesaria el levanta-
miento de negros Si se lograba destruir el. partido con-
. traüevolucionario, que se suponia ser el único que lo
'fomentara , entraron en campaña las' tropas espedicio-
nulas ; y aunque al principio obtuvieron algunas ven-
tajasí, no ? pudieron áer de mucha duracion á cansa del
clima que les causaba mayores quebrantos todavía que
las5armas de los negros, y tambien porque lds colonos
se manifestaban con mucha flojed rad cuando se trataba
,3 51
de hacer sacrificios personales , y porque en sus discur-
sos tribunicios se evaporaba todo el valor y firmeza que
• se hubiera necesitado para pelear.
Se. formó .á este tiempo otro partido, llamado de los
independientes , que queriendo romper toda relacion.
con la . metrópoli , y establecer un gobierno nacional,
entró en negociacion con los ingleses sin cuyo apo-
yo consideraban que no les seria posible verificar su
emancipacion. Los comisarios, cuyos nombres conviene
que queden consignados en la historia por las desastro-
sas huellas que dejaron en pos de sí, eran San thonax,
Ailhaud y Polverel , los cuales seguian en el entretanto
introduciendo en la isla todas las innovaciones que se
iban planteando en Francia , y entre ellas las de abolir las
corporaciones religiosas , confiscar los bienes de los ,emi-
grados, suprimir la decoracion de S. Luis y demás atri-
butos de la soberanía , y predicar por todas partes la
igualdad de derechos, y el sistema del terror.
Polvercl habia logrado establecer cierta conciliacion
entre blancos y mulatos recorriendo las provincias del
Oeste y del Sur, al mismo tiempo que el fogoso Santho-
nax se habia dirigido á la cabeza dé un cuerpo de mula-
tos y de negros libres contra Puerto-Príncipe, por ha-
berse figurado que en aquella ciudad se iba preparando
una reacción contra su favorito sistema del terror ; y co-
mo la hubiera tornado por asalto, la entregó al saqueo y
á todos los escesos de la desenfrenada soldadesca. En su
consecuencia fueron arrestados muchos colonos sobre
los mismos buques de la república , fondeados en dicho
puerto , y otros huyeron para Jamáica con la idea de
ponerse bajo la ' proteccion inglesa: Los escl'aVos de la
provincia del Oeste ., cuya insurreccion habia cedido
en gran manera ante los esfuerzos reunidos de blancos
y mulatos, y bajo la acertada direccion de Polvterel se
aprovecharon de los desórdenes producidos por la mal-
352
halada espedicion de Santhonax , para sublevarse con
mayor violencia y encarnizamiento.
Esta fué una época de las mas calamitosas para la
colonia. Los escritores de aquella época la describen
con una viveza de colores que hace estremecer la hu-
manidad. Negros, mulatos y blancos , todos se 'entrega-
ron á las mas brutales represalias. Aunque parece que
los comisarios habian fijado ya el estado político d-e ca-
da raza declarando subsistente la esclavitud ,,y que tan
solo los mulatos debian ser emancipados, era fácil co-
nocer que se preparaba un cataclismo y la ruina ge-
neral del país , á la que no podian menos de condu-
cirlo los decretos incendiarios de la convencion y la
furiosa exaltación republicana de los citados comisarios.
Al retirarse estos de la referida sangrienta espedi-
cion de Puerto-Príncipe encontraron posesionado del
mando del Cabo al nuevo Gobernador general enviado
por el poder ejecutivo de Francia , el ciudadano, Gal-
batid. Deseosos de derrocar su autoridad , la cual no
podia menos de atravesar. sus aviesos designios , se va-
lieron del pretesto de que siendo propietario en la Co-
lonia, estaba inhabilitado para el mando , segun un ar-
tículo de la ley de 4 .de abril; y lo despojaron de él
obligándolo á embarcarse para volver á Francia.
Acompañado á bordo por un hermano suyo, oficial
del 'ejército , supo interesar á su favor á las tripulacio-
nes y soldados de los buques de la república, surtos en
aquellas aguas; y puesto á su cabeza volvió á desembar-
car en el Cabo para recobrar la autoridad que . le ha-
bian usurpado los comisarios. Esta agresion, mal calcu-
lada acabó de hundir al país en su destruccion. Los
mulatos con una parte de los blancos se pusieron al la-
do de aquellos : se rompieron las hostilidades con «el
mayor furor por ambas partes; mas no considerándose
os comisarios bactonte fuertes para salir triunfantes de la
555
lucha que hacia dos días que sostenían con muy poca
•ventaja ; concibieron el horrible proyecto de llamar en
su auxilió á los esclavos , publicando una incendiaria
proclama en 21 de junio de 1793 ; "en la que á nom-
bre de la república francesa ofrecían la libertad á todos
los que combatieran á sti lado', bien fuera contra los
españoles ó ingleses ó bien contra cualquiera otro ene-
migo interior ó esterior,' asegurándoles al mismo tiem-
po que disfrutarían de los derechos de ciudadanos fran-
ceses todos los que por sus proezas se hicieran dignos
de este beneficio.
Desencadenada por tan inicuo medio la tempestad,
corrieron los negros en tropel á recibir armas de los.
comisarios , con cuyo funestó refuerzo fueron derrota-
das las tropas de Galbaud , quien púesto en desordena-
da fuga logró salvarse á nado con una parte de sus tro-
pas y colonos en lós barcos de la república ; pero antes
de levantar el ancla , tuvo el desconsuelo de-presenciar
el incendio de la ciudad del Cabo, y la : matanza gene-
ral de blancos, á_que se entregaron las desalmadas hor-
das en cuyas manos habian sido puestas tan impolíti-
ca como pérfidamente las armas por dichos comisarios, y
aun ellos mismos hubieran espiado con su cabeza su ne-
fando crimen, si no se hubiesen refugiado prontamente á
uno de los barcos que se hallaba fondeado en aquel puerto.
Desde esta época puede decirse que quedaron due-
ños absolutos de la colonia los negros y mulatos. El go-
bierno inglés ar cual del mismo modo que al español
había la Francia declarado la, guerra desde algunos me-
ses antes, se puso de acuerdo con los colonos refugia-
dos en Jamaica para dirigir una espedicion á la provin-
cia del Oeste. Para ;'oponerse á ella los comisarios,
adoptaron la última de sus devastadoras providencias,
que fué la de proclamar la abolicion absoluta de la es-
clavitud.
.554
En esta guerra contra los ingleses , en la que toma-
ron,' parte negros ymulatos., se dió á conocer por su
genio militar . el famoso Toussaint l'Ouverture. Este ne-
gro' , á quien su amo 'labia hecho educar de un modo
distinguido , ejercia tanto influjo sobre la gente de cu
color, que en él habla depositado una ilimitada confian-
za.Así fué. que, puesto á la cabeza del ejército insur-
gente ,. sostuvo una guerra tan sangrienta con los ingle-
ses , que se vieron éstos precisados á evacuar la isla.
Como Toussaint , aunque absoluto en el mando , no se
Babia declarado independiente de la Francia fué nom-
brado por el directorio, en 1,797 general en jefe de los
ejércitos de Santo Domingo.
Ya á este tiempo la autoridad francesa era ilusoria. .
La de los agentes del directorio-quedaba eclipsada con
la de. Toussaint l'Ouverture , quien no permitia que se
pusiera en planta ninguna de .las disposiciones que
aquellos dictaban si no llevaban su aprobacion , hasta
que por último declaró su independencia , convocó los
diputados de los departamentos , y les presentó una
constitucion , que fué promulgada en 1.° de julio de
1801. En esta constitucion no se quitó enteramente la
máscara ya que el articulo,1.° declaraba que la colo-
nia baria parte del imperio francés , aunque sometida á
leyes particulares , quedando la adminístracion del país
al cuidado de un gobernador , cuyo título se lo confirió
á sí mismo con la facultad de designar su sucesor.
Este hombre notable , que habia -tenido que com.
batir primeramente la rivalidad de los mulatos, cuyo
partido era dirigido por el general. Rignaud, reinó co.
mo soberano absoluto desde dicha fecha de 1801. Civi-
lizado y bárbaro á la vez, conoció que la religion era
el mejor, resorte para dominar las masas: así que se
dedicó ;á protegerla con el mayor empeño abriendo las
iglesias, y venerando á sus ministros. Prescribió al mis-
355
ano tiempo , como obligacion legal , el trabajo de, los
campos , imponiendo castigos á la ociosidad ,; á cuyas
sabias medidas se debió la reanimacion de la agricultura,
y una prosperidad siempre creciente.
Investido Bonaparte de la dignidad de primer cón-
sul, ordenó en 1802 , que se aprestara una espedicion
formidable , y se embarcára un ejército nurnez'osó á las
órdenes del general Leclerc , para restablecerla so'be-
ranía de la Francia én Santo Domingo. Dicha espedi-
cion la cual, con los refuerzos que le fueron enviados
sucesivamente., llegó á reunir un total de 42,000 hom-
bres , tuvo al .principio algunas ventajas , siendo la
principal de ellas el haber sido hecho prisionero yen una
de sus batallas el formidable Toussaint y enviado á
Francia, donde murió á poco tiempo. Aniquilados los
espedicionarios por las enfermedades endémicas del
país , por la inclemencia del clima , por las dificultades
del terreno , y por los incesantes combates, hubieron
de evacuar la isla en noviembre de 1803 , habiendo
sido muy pocos los que regresaron á Francia.
Entonces. fué cuando Dessalines , que habla sucedi-
do á Toussaint en el mando, proclamó solemnemente
la independencia en 1.° de enero de 1804 ; , y entonces
fué cuando Santo Domingo. volvió :á tomar el : nombre
de Haity.
Nombrado Dessalines gobernador general, de la pro-
vincia trató de seguir las huellas de Toussaint; del
mismo modo que éste , hizó obligatorio el trabajo. En
8 de octubre de 1804 , y al regresar de una espedicion
acometida infructuosamente . pura conquistar la parte
española de la isla, tomó el _ título :de emperador con el
nombre de Jaime I y promulgó una constitucion , que
le conferia un poder casi absoluto del cual se valió para
imponer castigos.á su antojo á 'los holgazanes..Dessali-
nes pereció en 17 de octubre de 1806, víctima de una
356
coüspiracion que su feroz despotismo habia provocadd.
En 27 de diciembre del mismo año se reunió en Puerto-
Príncipe una asamblea constituyente , nombrada bajo
la influencia de Cristóbal y de Petion la cual decretó
la misma constitucion que con ' algunas modificaciones
fué- restablecida en 4 816.
La espresada asamblea ofreció la presidencia al ne-
gro Cristóbal que en 'otro tiempo habia sido teniente
de Dessalines ; • pero Cristóbal no quiso jurar la consti-
tucion porque le pareció que restringia demasiado el
poder ejecutivo y él quería poder disponer libremente
y sin trabas de las rentas públicas y aun ele la vida de
los sospechosos. Aunque la asamblea no convino con
tales exigencias, Cristóbal sin embargo retuvo la presi-
dencia por la fuerza de las armas , y estableció su des-
pótico dominio en' la parte setentrional de la isla, mien-
tras que el mulato Petion, que había defendido la cons-
titucion contra su :rival fué proclamado presidente en
Puerto-Príncipe.
Despues de una obstinada- Iucha , en la que ningu-
no de los contendientes obtuvo un triunfo decisivo , hi-
cieron la paz , y cada uno de ellos quedó mandando
en la parte de que habia tornado posesiona Cristóbal
adoptó en gran manera la política de Toussaint, y plan-
teó un dominio absoluto , pero ya en 1811 tomó el tí-
tulo de rey con el nombre de Enrique I, rodeándose
de una corte fantástica , y creando una nobleza que
enalteciera su dignidad. Arregló á su modo el poder
judicial organizó un ejército, y un simulacro de ma-
rina abrió escuelas de, las que proscribió la lengua
francesa , introduciendo en su lugar la inglesa , y tra-
tó de restablecer el órden en todos los ramos. Así pudo
ejercer un mando despótico sobre la poblacion negra,
ya por el terror, y ya por el fausto y ostentacion á que
tatuo se inclina la raza africana.
La parte de la . isla gobernada por Petion , estaba,
montada bajo un pie de muy distinto carácter; en lugar',
de las maneras elegantes de la corte de Cristóbal, se,
habian introducido en la de Petion usos groseros, crea-
dos por la escesiva tolerancia,, por la haraganería y por
la miseria. Sin embargo, llegó á hacerse tan, intolera-
ble el despotismo del primero, que su misma nobleza
se sublevó en 1820, y cuando se preparaba á salir al.
campo contra los rebeldes armadós, fué atacado de una
apoplejía ; y al verse en un estado tan miserable, se ma-
tó él mismo de un pistoletazo.
A la muerte de Cristóbal , trataron los jefes insur-
reccionados de elegir un nuevo soberano; mas no pu-
dieron ponerse de acuerdo, y mientras que estaban per-
diendo el tiempo en tales discordias, se presentó en el
Cabo con 10,000 hombres el general mulato Boyer,
que, habia sucedido á Petion en la presidencia de Puer-
to Príncipe, é hizo reconocer su autoridad en aquella
parte de la isla, así como en todos los ángulos de la
antigua colonia francesa. Faltábale á Boyer posesionarse
de la parte española, y lo consiguió con facilidad, apro-
vechándose, segun hemos indicado en los apuntes his-
tóricos de la República, dominicana, de la desaparición
del pabellón real, tan respetado por aquellos pueblos, de
la impotencia del revolucionario NuñeZ, y de las discor-
dias de sus habitantes.
Como Boyer pertenecia á una raza , contra la que
los negros han tenido siempre una antipatía invencible,
trató de hacerse popular á fuerza de concesiones. En
tiempo de Toussaint l'Ouverture y de Cristóbal, la po-
blacion negra habia sido compelida á cultivar las ha-
ciendas, mediante un salario prefijado en la cuarta par-
te de la renta; Boyer suprimió esta obligacion, y procla
mó la libertad del trabajo. Distribuyó al mismo tiempo,
á cada soldado diez aranzadas de tierra, esperando que
358
por 'este medio los'comprometería á un trabajo volun-
tario; ' pero se equivocó, porque lo que fomentó fué los
vicios y no la aficion al e trabajo. Entregados los negros
á' su libre albedrío, volvió de nuevo á tomar su imperio
la pereza, la holganza y la miseria; sus tierras merceda-
das quedaron sin cultivo; .y las grandes haciendas sin bra-
zos, porque dichos negros no querian trabajar, ni aun-
que se les pagase doble jornal.
Viendo Boyer la 'mala correspondencia de su pueblo
á süs,beriéficos planes, conoció que era preciso adoptar
algunas medidas coercitivas, y con efecto las puso en
planta en 1826, como parte de su código rural; y aun-
que remediaron en alguna manera l'os males antedichos,
no fueron sus efectos tan beneficiosos como debiera es
perarse, porque ni aun con amenazas salían los negros de
su apatía, ni Boyer por su calidad de mulato se atie-
via á hacer respetar sus disposiciones con el rigor que
hubiera convenido emplear para desterrar la inercia ge-
neral de aquella gente.
Sin embargo , y á-pesar de que el referido foyer
no podia ser-muy popular para los negros, á causa de
la diferencia de color y de raza, puede decirse que fue
quien fijó definitivamente la revolucion de 'aity, ya
que logró ejercer el poder por el espacio ` de veinte y
dos años con cuanta templanza y buen órderí cabe entro
gentes que carecen de cultura é i'lústracion. Esta con-
sideracion por si sola debe hacer la apología del referir
do jefe mulato, porque tan solo con talentos mas que
regulares, con una sagaz política y con acreditado valor
se puede mantener por tanto tiempo el prestigio y la
autoridad en Medio' de tantos .elementos ele oposicio
de contrariedad, casi invencibles.
No entrando en el plan de mi obra formar una
historia estensa y razonada de Haity, y si solo resellar sus
rásgos'principaleS 'mayormente desole que cesó esa gran
581
revolucion entre blancos y negros, quedando estos úl-
timos completamente dueños del campo, apuntar é tan
solo sus rasgos principales por el órden siguiente:
1.* La independencia consentida por la Francia
en 4825, mediante la estipulacion de un tratado de in.
demnizacion de 130 millones de francos' , de los cuales
se; pagaron 30 en el acto con un empréstito que se le.'
vantó al efecto. Empero reconociendo al poco tiempo.
el gobierno francés las grandes dificultades de que
Haity por su estremada 'pobreza pudiera pagar el resto,
redujo los 100 millones á 70, y- aun convino que es-
tos se pagasen paulatinamente, es decir; á razon de
4.700,000 francos cada año; pero aun así cuesta mu..
cho trabajo cobrar dicha cantidad, la cual como que
está hipotecada sobre ciertas entradas de las aduanas,
no se paga'con la debida puntualidad, al parecer por eU
mal manejo en la recaudacion de las, rentas públi-
cas ( 1 ). •
2.° La revolucion de 1843, llamada de la regene-
racion por el manifiesto de Praslin, que concluyó , por
espulsar del mando á 13oyer, despues de haberlo ejér.
culo, segun se ha dicho, por espacio de veinte y dos
años, y dió el triunfo á los Piquets, ó rebeldes del Sur;
y la nacionalidad á los dominicanos, qué desde enton-
ces quedaron independientes segun ha sitio consignado.
en la historia que á estos corresponde.
3.° La creacion de un gobierno provisional, en que
los dos hermanos Herard'Iliviere, 'que sé habian apode-.
rado del, mando, reformaronla constitucion é introdu-
CAPITULO LV.I
CAPITULO LVII.
Número 2.
Fraseos.
y 5.2.68, 580
36.214,977 1.047,688
NOTA.
La diferencia de 5.268,580 pies de caoba se deja en compensa-
cion de otras maderas que se esportan ahora , y no antes , como son palos
de tinte , pita gayac , brasil y madera amarilla; y aunque estos renglones , y
el tabaco que se cultiva , ascendieran á cinco ó seis millones de francos,
siempre resultaria un déficit en la totalidad , de cien millones de francos.
o;
,/
5
Aunque estos cuadros no son los mas recientes,
porque no creo quftplesl hpya ,pos,terions con tanta .ene.
titud , podrán servir sin embargo para formar una idea
del, pais, asegurando sin temor de equivocarme, que•- •
desde laschas
, . á que aquellos alcanzan, lejos de ha-
ber habido alguna mejora , debe suponerse mas bien
algun decremento en todos sus ramos.
CAPITULO
CAPITULO LI X.
CAPITULO LX.
gunos cañones.
Como que en dicha ciudad no bay mes que un
larga calle central, por la que puedan transitar carrua.
jes, tan solo se ve alguno que otro de dos ruedas,, que
pertenece á los europeos establecidos en el . pais, y. aun
el mismo Emperador, en las pocas veces que sale dze
,
su palacio, lo verifica siempre á caballa á pesar de lu
vejez y obesidad, y siempre con un acompañamiento
fantástico propio de aquellos pueblos. s,;
Como Faustino I, para dar un aparato mas irnpo
27
594
vente á su autoridad,
r ha creado, segun se ha dicho en
'otra parte, las dos g ! andes cruces de la legion de ho-
nor, y la qae lleva su propio nombro, y ha instituido
asimismo titulos ile nobleza capiandolos de los: imperio
.e lá vieja Europa, ha logrado atraer y comprometer
por este medió <á todos los hombres que valen algo en
;
aquél . país, pues que no hay uno que en proporcion de
'sü importancia no esté revestido de la pomposa repre-
Sentacion `de duque ; marqués , conde ó fiaron. El que
Conozca la innata inclinacion de los negros, á figurar
por el lujo y la vanidad, comprenderá que anduvo muy
acertado el emperador Soulouque con haber derramado
profusamente entre sus súbditos estas distinciones de
pompa y de esplendor, porque asi ha sabido ligar con su
Suerte aun á losjeres mas desafectos , y comprometer.
los á Ea defensa de un Gobierno, que premia los servicios
bn lá moneda mas agradable á aquellos pueblos , que
es'la distinción pública y el esplendor personal.
El carácterde estos pueblos, es sumiso y obediente,
y mas bien pacifico que guerrero, ya que para sacarlos
` de su estado de inercia e indolencia, que es su pasion
predominante, ` se necesita á veces usar de severidad
y rigor,' pues; no de otro modo trocarian su estado ha-
bitual de ociosidad y vagancia p ' or el incómodo, traba-
joso y lleno de penalidades que les ofrece el de la
guerra. Sin embargo'; es tan ciega su obediencia que
jamás se niegan á este servicio, por repugnante que
les sea; pero cómo son movidos por la fuerza, y no pue-
de' un estimulo noble y generoso en sus guer-
t as civiles ó perturbaciones domésticas, se nota en di-
`chás tropas haitianas' una propension á `dispersarse al
menor contraste que sufran. Solo asi se esplica cómo
`un puñado de dominicanos estimulados por sentimientos
't ías' elevados de su independencia y de la . defensa de
sus hogares, haya'podido con su temerario valor y des-
595
esperada resolucion desordenar cuerpos numerosos de
haitianos , empeñados en sujetarlos á su dominio.
No pueden menos de llamar la pública atencion las
anomalías que se han observado en la lucha de estos
dos pueblos. Aunque la mayor parte de los guerreros
que presentan los dominicanos contra los soldados de
Soulouque , son de la misma raza y de la misma clase
de hombres libres, es tan grande la elacion de los
primeros , y su figurada superioridad sobre los segun-
dos, que se lanzan contra ellos con la mayor decision y
confianza , segun se ha dicho en otro lugar, llenándo-
los de baldones y de apodos injuriosos , como el de
perro negro , con el que saludan á todo .individuo
que pertenece á las huestes del Emperador. Y al pre-
guntar á los referidos dominicanos la causa de diri-
gir aquellos denuestos, siendo unos y otros del mismo
origen y color, contestan con orgullo, que los perros
negros son los haitianos, y que ellos son morenos es-
pañoles.
Esta circunstancia , que al parecer sería insignifi-
cante , demuestra de un modo indudable el respeto y
veneracion que en la república dominicana profesan al
nombre español todas las clases de aquella sociedad. El
contraste que ofrece este país , comparado con otros
que dependieron en algun tiempo de la corona de Cas-
tilla , en los cuales se tuvo el mayor empeño en pros.
cribir cuanto pudiera recordar la (lominacion de su an-
tigua metrópoli , no deja de ser altamente lisonjero. ,De
cuantas colonias he visitado personalmente, ó por me-
dio de estudios hechos sobre ellas no hay una que se pre-
sente tan altiva como la dominicana , de su cuna y pro-
cedencia. Preguntado un dominicano por su nacionali-
dad , contesta lleno de altivez , que es español. Y de
tal modo está arraigada esta costumbre, que hasta los
mismos haitianos los consideran como tales ; y no son
396
pocos los que por su ignorancia creen iguales en un
todo y sin la menor diferencia á cuantos hablan la len-
gua de Castilla asi pues, y habiendo desembarcado
sobre las costas durante las contiendas de dichos pue-
blos un individuo de un buque de guerra español , y
caído en manos de los haitianos , lo trataron como pri-
sionero de guerra, porque lo tomaron por dominicano,
hasta que se convenció el Gobierno de que pertenecia
á la marina de S. M.
Estos puros sentimientos, que tan arraigados se ha-
llan en ambos pueblos á favor de la España , de cari-
ño y adhesion de parte de los dominicanos , y de res-
peto tradicional por parte de los haitianos, puede apro-
vecharlos útilmente nuestro Gobierno, tanto en las cir-
cunstancias actuales, como en eventualidades futuras,
convirtiendo en ventaja propia elementos que , descui-
dados y desatendidos, pudieran crear dificultades y es-
torbos para la conservacion de nuestros dominios tras-
atlánticos. Creo haber dicho lo bastante cori estos
apuntes para llamar la atencion del Gobierno , á quien
toca apoderarse de estos datos , cuya autoridad garan-
tizo , para tomar las disposiciones que crea mas opor-
tunas con la prudencia y circunspeccion qué le son ca-
racterísticas , á fin de sacar el partido natural con que
le brindan tan favorables circunstancias.
Siento que lo delicado de estas cuestiones no me
permita ser mas esplícito y menos arrojar al público
otras ideas que no sean de una clase inofensiva y dis-
creta , que no puedan crear género alguno de compro-
mise ; y concluiré este cuadro presentando una prueba
de las buenas disposiciones del Gobierno haitiano hácia
la España , la cual , si bien es á primera vista de muy
poca importancia , n.o deja- de tener alguna significa-
clon. En el momento de despedirnos de aquel Gobier-
no para volver á la Habana , se nos presentó el Ministro
597
de lo Interior con un recado muy cordial del Empe-
rador, suplicándonos que para la tripulacion (le nues-
tro vapor de guerra tuviéramos á bien aceptar el re-
galo de una vaca , de algunos carneros , y de una ca-
bra , con que S. M. I. q uecia obsequiarnos , como un
ligero testimonio de su distinguido aprecio liácia la na-
cion española , protestando que la mezquindad del ob-
sequio porfia desaparecer ante la buena voluntad y
afectuosa atencion de aquel soberano , únicas circuns-
tancias que pudieran tener algun valor. Fué recibida
aquella fineza con tanto mayor aprecio , cuanto que es
muy raro que los haitianos ejerzan actos de esta natura-
leza, aun con las naciones mas privilegiadas , lo cual nos
fué confirmado por el comandante de otro buque fran-
cés que se hallaba surto en aquellas aguas. Creerán al-
gunos que estas son pequeñeces que no debieran ocu-
par la atencion del historiador; pero rectificarian su
juicio , á no dudarlo, si se penetrasen de la importan-
cia que tienen entre pueblos corno los que acabo de
describir, ciertos actos por diminutos que aparezcan en.
la esfera política.
é
399.
SUPLEME1T
CAPITULO LXI.
ȇ,:1,137.02E,454:.
»tos gastos que en el antiguo presupuesto se gra-
p,du.ahan ;ele 937.460 ,320 rs.,.. de los cuales ; correspon=
pdian, á la deuda pública: por intereses y amortiza-
»cion 250.678,621, comparados con los ordinarios y es-
»rtraóri-iinarios presupuestados para 1352, que ascienden
»4 1,100:153,583, dan un 'aumento de 162.699,20`rs ^ :,
»es decir, que se halla en el . último presupuesto del
»Sr. Bravo Murillo Comparado con el de 1834, un au-
Amento de productos por un 50 por 1:'00, y de gastos
»por un 16 por 100.
»En :. esta sencilla demostracion aritmética hallará
»Y. M. el, mayor de.. los consuelos, cu al es el de que
»4 pesar de la guerra de siete años, emprendida y lle-
pvada á feliz term'inacion con el mayor denuedo - para-
»afianzar la corona de V. M. y las instituciones, la na-
no,ion ha progresado. maravillosamente , y que aun en
»el caso de .que el aumento comparativo entre ambos
»,presupuestos fuera tan' solo de un 25 por 100, porque
»se-hubiera dejado ó se dejase en'-adélante á beneficio
»dé," los p.ueblos por rebaja ° en sus contribuciones el
».otro 25 p or 1:00, que supone la cantidad respetable
»de 180 millones, siempre ofrecia> . un argumento in-
»contestable de que la nacion va en progreso ascenden;
»te en la carrera de su prosperidad.
: pEn,:estos mismos cálculos puede fijarse la creencia
n dé. , q.hie , siguiendo la Esj)a.ñá disfrutando del , benefi-
CAPITULO LXII,
Cuestiones de alto gobierno que tienen íntima conexion
con nuestros dominios de Ultramar. —Disczasion sobre la
ce7atrr.al iN acion del poder en aquellas regiones. — Recti-
ficacion de opiniones emitidas anteriormente sobre }esta
cuestion.
?^
MERA PARTE.
Política general de los Estados Unidos c on la
España.
SECCION E.
Págs.
:ECCI®N H.
POLETICA ACTUAL DE LOS ESTADOS UNIDOS CON LA ESPAÑA.
SEGUNDA PARTE.
Ce/test/iones ecoliómico-politiene.
SECCY®N Y,
TEIICE 4 IRTE,
~~911~M.
secxcin x
SECCEOñ@T XI.
SUNDIENTO.