Calama Imaginaria
Personajes:
Presentador:
Papa Atacameño:
Mama Atacameña:
Pequeña Atacameña:
Español Conquistador 1:
Español Conquistador 2:
Lautaro veterano 79”:
Felipe Minero:
Mario Hombre del sur:
Ana María Pobladora:
Violeta Pobladora:
Betty Pobladora:
Militar 1 y 2:
Presos 1 Y 2:
Mujer 1,2,3,4,5.
La obra trascurre en una ciudad imaginaria.
Acto primero
Cuadro 1
El público ve un escenario en penumbras, en eso se escuchan, voces de multitud. Un grupo de
actores entran en escena por los pasillos del teatro en dirección al escenario cuando comienzan
a subir por las escalerillas, se encienden gradualmente las luces. Aparece un señor tipo
presentador de espectáculos.
Presentador: ¡Allá vienen! (Apunta con el brazo derecho hacia los pasillos del teatro. Por los laterales de
la sala entra un grupo de activistas Calameños, en una marcha por los derechos de una ciudad postergada
por muchos años. Los vemos caminando con pancartas y banderas, van subiendo por la escalerilla hacia el
escenario, de pronto se detienen y se hacen una pregunta
Presentador: ¿Qué es Calama?
Personaje 1: La ciudad de las tres p.
Personaje 2: el sueldo de Chile.
Personaje 3: la ciudad más fea del país.
Personaje 4: ciudad de paso.
Personaje 5: oasis.
(Así vamos escuchando diferentes palabras que se refieren a la ciudad, los personajes se van retirando de
escena en el medio queda solo el presentador que le habla al público.)
Presentador: Buenas noches caballeros, damas, niños y niñas de esta vilipendiada ciudad ¿Han
escuchado la proclama del pueblo o también ustedes harán oídos sordos a sus peticiones como
los del gobierno, como los de la capital? Sí, porque ya son años, queridos vecinos, que la cosa
sigue igual y no sólo es en esta década, sino que viene de muchos años atrás, uuuuuuuhh
muchos muchos… pero en verdad quieren saber qué es Calama. Hoy quizás lo sabrán pero para
ello tendremos que comenzar desde un principio.
(Entran tres personajes, una familia indígena, el padre la madre, una pequeña. Los adultos traen bolsas en
sus hombros, se sientan en el centro del escenario, abren sus bolsas y comienzan a desgranar choclos
imaginarios, el presentador que no ha salido de escenario mira a los personajes, en eso se le acerca la
pequeña y le pregunta)
Pequeña: y usted, ¿quién es?
Presentador: Yo emm, yo soy el presentador, la persona más importante en esta obra, ¿acaso
no te dijo tu madre?
Pequeña: No (en voz baja le dice en la oreja) quiero ir al baño.
Presentador: pues entonces vaya que ya está por empezar la obra, vaya vaya. (Se retira y sale de
escena)
Papá: ay, negrita, si no fuera por la bendición del río que nos da su agüita no tendríamos qué
comer y los animales se morirían de sed. Y nosotros tendríamos que marcharnos de este bello
oasis.
Mamá: Eso es verdad, querido esposo, pero el taitita siempre nos da lo que necesitamos y para
ello nosotros debemos darles gracias por eso. (Pequeña entra corriendo) Y usted, ¿dónde andaba?
(Le da un beso y comienza a peinarla)
Pequeña: Mamá, ¿es verdad que los volcanes son nuestros protectores y que los animales son
nuestros hermanos pequeños?
Mamá: Y no sólo eso, además, toda la naturaleza que nos rodea.
Papá: Hija, nosotros somos afortunados de vivir en esta tierra bendita. Las estrellas nos guían
de noche, el sol nos da la luz, las aguas nos dan vida, la tierra es bendita y sus frutos han de ser
nuestro alimento, los animales cada uno de ellos tienen una finalidad en todo esto.
Pequeña: El abuelo me contó que pronto será un cóndor y volará entre las montañas. Desde allí
dijo que me guiará, ¿es verdad eso?
Mamá: Sí, hija, cuando los adultos llegan a cierta edad tienen que marcharse y se convierten
en animalitos.
Papá: es por ello que tienes que respetar a tus hermanos menores que son los animales.
(Sonidos de naturaleza, Los personajes se quedan sin moverse, entra el presentador)
Presentador: Bueno, bueno… hasta aquí todo es perfecto, ¿no creen ustedes? Pero como en
todas las historias siempre hay bellacos, ¿quiénes se imaginan que serán esos personajes? (Al
público y sale de escena en eso entran dos españoles abrazados muy cansados, se detienen en el centro del
escenario)
Español 1: Os he dicho que nos hemos perdió.
Español 2: Culpa tuya ha sido. Por tu cagadera, el capitán y la tropa nos ha dejado tirado en
este desierto desolado.
Español 1: ¡Madre mía y por todas las cruces! Debí quedarme en el Virreinato del Perú,
tomando pisco sour, comiendo ceviche de pescado y de postre un suspiro limeño.
Español 2: Sí, y en verano nos vamos a Tacna que dicen que allá es todo muy barato y el
cambio conviene.
Español 1: ¡Joder! con mi mala suerte de las cuatro carabelas que zarparon del puerto de palos
y que descubrieron América. Yo elegí la que se perdió en el océano.
Español 2: Espera un momento, yo que recuerdo eran tres carabelas: la Pinta, la santa María y
la niña.
Español 1: Pues por eso la cuarta nunca llegó, gillipollas, ¿no te dije que se perdió?
Español 2: ah, tenéis razón. Oye, ¿y por qué le pusieron América a estas tierras?
Español 1: No sé, ¿será porque uno se puede hacer la América acá?
Español 2: ah yo creía que era en honor a Américo Vespucio.
Español 1: Tú, siempre hablando tonteras, mejor piensa como vamos a salir de esta.
Español 2: ¿y si regresamos por el camino que yo marque con piedritas?
Español 1: (Tomándose la cabeza) ¡Un día de estos, válgame Dios! ¿qué haremos ahora? Sólo nos
queda encomendarnos a Dios.
Español 2: adiós… (Lo Abraza).
Español 1: ¡No! Al supremo, estúpido. (Ambos se ponen a llorar y suplicar. En eso escuchan una voz)
Pequeña: ¿Quiénes son ustedes?
Español 2: ¡Madre mía! ¡me he muerto, estoy viendo ángeles! (Zamarrea a su compañero dos
veces)
Español 1: Que quieres, gillipollas… dejadme moriiiiiiir (se levanta, ve a la familia que le ofrece agua
y alimentos, todos estos elementos son imaginarios.)
Papá: Bienvenidos, extraños, al paraíso de atacama. Esta es mi familia, tomen agua.
Español 1: (El español se fija que el hombre trae unas muñequeras de oro, el otro ve los aros a la mujer
que también son de oro)
Debe ser el agua más deliciosa que probado. Y, usted, ¿es dueño del agua?
Papa: No, el agua les pertenece a todos. Hay demasiada.
Español 1: Pero imagínese: tomamos una botella, la llenamos con esta agua, la cerramos con
una tapa rosca y ¡“voilá” ¡¡la vendemos a un real! ¡Negocio redondo, amigo mío!
Papá: (muy confundido) No le entiendo, ¿para qué encerrar el agua?
(Los españoles lo rodean como lobos)
Español 2: No se preocupe, es mejor que no entienda… después tomaremos sus tierras, sus
casas, sus pertenencias, hasta sus mujeres.
(Toma al indígena de las manos les saca las muñequeras y grita como loco) oro, oro, oro…
Papá: ¡Hija, corre, corre donde tu abuelo!
(La niña titubea un segundo y sale corriendo de escena, los españoles tiran al suelo a la pareja y los
amenazan con sus espadas, los amarran.)
Español 1: Por la potestad que me confiere el rey y la reina, tomo estas tierras bajo mi mando,
y todo lo que hay en ella, sea humano o animal, y sobre todo, el oro, el oro, el oro.
(Se llevan a la pareja amarrada. Salen de escena todos.)
Cuadro 2
Entra el presentador a escena.
Presentador: Y así fue, los extraños se adueñaron de todo; de las tierras, el agua, la luz, incluso
de la salud.
(En eso entra un hombre vestido con uniforme chileno de la guerra del pacifico tirando un saco)
Va, y usted, ¿quién es?
Lautaro: (Deja el saco en el suelo, se acerca al presentador) Lautaro Flores, para servirle.
(se escupe la mano y le toma la mano al presentador).
Presentador: Parece que viene de muy lejos. ¿De quién o de qué viene arrancando?
Lautaro: no po, amigazo, yo nunca he arrancado de naiden, ni siquiera en la guerra.
Presentador: usted, ¿estuvo en la guerra?
Lautaro: sí, caballero, este rotito es un veterano del 79”.
Presentador: y, usted, ¿sería tan amable de contarnos su historia con esta tierra?
(Escuchamos tambores militares y el presentador sale de escena)
Lautaro: (mientras relata, va sacando cosas del saco: un quepí, una pistola, una mochila)
Fue allá por el año del señor 1879, un 23 marzo, día caluroso… el care gallo picaba el pescuezo,
marchamos desde Antofagasta por toa la pampa, los jotes se caían asados al suelo calichero.
Delante de la tropa, el coronel Eleuterio Ramírez en su caballo nos guiaba a un pueblo llamado
Calama, un caserío que lo atravesaba el rio Loa. Después de descansar un par de horas, comer
un poco de charqui y tomar agua seguimos la marcha, llegamos de madrugada al pueblo. Yo
creía que no íbamos a luchar, que iba a ser como en el puerto, pero no, apenas aparecimos
comenzó la batalla. Una descarga tiró al suelo a siete camaradas de los cazadores a caballo,
después de unas horas de fuego cruzado, logramos cruzar el puente, yo entré con el 2° de línea
al pueblo. Me van a perdonar, pero no me acuerdo mucho, ya paso mucho tiempo. Si recuerdo
un hecho que me marcó… el de un señor boliviano, muy valiente. Cuando se le pidió la
rendición, contesto: “Que se rinda tu abuela, carajo”
(Todos gritan detrás de bambalinas)
Después, yo seguí con el ejército hasta Tacna, ahí un cholo me fregó la pata de un bayonetazo,
la pelaaa casi me lleva pal otro lao, volví y me puse a trabajar en las salitreras.
(comienza a cambiarse de ropa se saca el uniforme y se coloca un vestón de civil)
Pero allá, el trato es muy malo. Ustedes saben, “el pago de chile”. Nos desangramos en la guerra
y los ricos se llevaron la plata y a nosotros no dieron limosnas, por eso que volví a Calama, dicen
que el cobre va a ser el oro rojo ahora. En fin, esta tierra me lo ha dado todo. Bueno, me voy
será mejor
(Entra un hombre con una maleta y se cruzan con el veterano)
Mario: Oiga, gancho, ¿usted sabe si están recibiendo obreros en Chuqui?
Lautaro: Claro, yo voy pa allá ahora, pero primero, ¿cuál es su gracia?
Mario: Mario Castro, para servirle. Ovallino de tomo y lomo.
Lautaro: Y yo Lautaro Flores. ¿Ve? ahora si po, sígame
(Salen los dos de escena)
Cuadro 3
Entra en escena el presentador, trae en sus manos una botella de vino.
Presentador: ¡Va! ¿y el rotito? Se me fue y yo que le traía un regalo. Bueno, será para la otra.
Así vamos avanzando en esta historia, muchos sureños llegaron con una sola maleta bajo la
manga buscando oportunidades.
(Comienza a escucharse una canción vieja Moon River entra Mario vestido de minero viene llegando del
trabajo, el presentador le pide un cigarro)
Compañero, usted, ¿sería tan amable de convidarme un cigarrillo?
Mario: Pero claro, gancho, (Le pasa un cigarrillo) no faltaba más, ¿usted es de por acá?
Presentador: Se podría decir que si y que no.
(Mario se rasca la cabeza como no entendiendo)
Como todos en esta ciudad, venimos de aquí y de allá.
Mario: (Lo mira muy enredado) No le entiendo mucho.
Presentador: No hay nada que entender, pero cuénteme: ¿usted es de por acá?
Mario: Se podría decir que si y que no. (Se ríe) Era una broma ¿quiere que le cuente mi historia?
¿tiene tiempo?
Presentador: Cuente no más, soy todo oídos. (se sientan en una banca).
Mario: Yo llegué por estos lares en 1957, a la edad de 17 años, desde mi ciudad natal: Ovalle.
Con una muda de ropa, unos zapatos prestados y no más de cinco chauchas. Era todo lo que
tenía. Llegué a Calama buscando nuevas oportunidades: “Cuídate, que allá en el norte hace
mucho frio” (esto lo dice una mujer tras bambalinas) dijo mi mamita, al partir esa mañana. Dormí una
semana en la calle a un costado de la iglesia, pasé mucho frio y hambre, incluso me tomaron
preso por vagancia. Fue ahí cuando conocí al negro Pérez, un curicano de tomo y lomo, estaba
detenido por una riña, creo que le pegó como a tres ñatos y todo por una morena. Era bajito con
ancha espalda y gruesos brazos que terminaban en dos tremendos puños, por ningún motivo me
gustaría trenzarme a puñetazos con este cristiano. El me hizo una pregunta.
Curicano = Presentador: ¿y usted que hace por estos lares?
Mario: Buscando trabajo, gancho.
Curicano = Presentador: Ta mala la cosa por acá, iñor. Se labura de sol a sol y la paga es
poca. Y usted, ¿qué sabe hacer?
Mario: De todo un poco, pero le pego más a las cosas del campo.
Curicano= Presentador: Ahí estamos mal, pos hombre, aquí el fuerte es la minería y cuesta
entrar, si no se conoce a nadie que le eche una ayudita, difícil lo veo por ese lado, pero si quiere
trabajar en lo que sea, le voy a dar un dato… y ahora duerma un poco que un rato más nos
sueltan los pacos.
Mario: A la mañana siguiente, cuando salí en libertad, me dirigí a la dirección que el negro Pérez
me dio. Era una casa en el campamento de Chuquicamata, en una villa llamada “El Americano”
donde vivían puros jefes gringos, que trabajaban en la Chilex Exploration Company, ese era el
nombre de Codelco en esos tiempos; en fin, toqué el timbre y me abrió un hombre alto, vestía un
terno gris, llevaba un pañuelo de seda en el cuello y fumaba una pipa. Con un español muy malo
me hablo:
Gringo = Presentador: ¿Tú, erres el jardinerrou que mando el negro Perrez?
Mario: Fue allí que me enteré del trabajo que desempeñaría. Pase tres años siendo jardinero de
Mr. Johnson, pero él antes de partir a los EE.UU, me ayudó para que me contrataran en la
compañía y acá estoy 14 años después. Bueno, esa es parte de mi historia, ahora lo dejo porque
voy a una fiesta donde veré a mi futura esposa. Gusto en conocerlo.
(Se para y se va, el presentador lo ve alejarse y se pone de pie).
Presentador: Como dije antes, sureños en busca de oportunidades que no sólo encontraron
trabajo, si no que, el amor de su vida. Así se formaron familias, villas y las poblaciones de esta
ciudad bendita.
(Se escucha una cumbia de los fénix “taquito militar” unas mujeres entran con mesas y sillas a escena)
Ana María: Ya, niñas, apúrense que ya van a llegar los invitados. (Al ritmo de la música).
Betty: (Enamorada) Ojala que venga el Felipe.
Ana María: ¡¡Shii!! no va a venir, si ese es más bueno para los malones.
Violeta: Yo me conformo con el Mario. A ese lo llevo al altar sí o sí.
Ana María: Supongo que hoy están con descanso.
Betty: sí po, si hoy terminaban el turno.
Violeta: Es verdad, el Mario me prometió que este domingo me iba a llevar al cine a ver
Jesucristo Superstar.
Ana María: ¿Cuál?¿esa que cantan todo el rato? ¡Es más fome!
Betty: A mí me gustan esas de mexicanos, donde sale ese actor rebonito… ¡Pedro infante!
Ana María: ah otra custion fome, son mejor esas donde sale el Zorro, esa son güenas.
(Marca la z con una espada imaginaria).
Violeta: Oye, ¿fuiste a la reunión de anoche, sobre la toma?
Ana María: sí, poh, les tengo dos noticias: una mala y otra buena ¿cuál quieren primero?
Ambas: La mala. (Expectantes).
Ana María: tenemos que esperar hasta fin de año para regularizar los terrenos y que nos den
los títulos de dominio.
Betty: (Decepcionada) Otro año más. Pucha que cuesta tener la casita propia.
Violeta: ¿Y cuál es la buena?
Ana María: Que ya tenemos nombre (Hace un redoble de tambor en la meza) La población
llevará por nombre: 21 de Mayo. Shhhh, ¿no le gusto? ya mejor voy a buscar las galletas y
bebidas. (Sale de escena).
Violeta: Oye, Betty, ¿tú creí que el Mario se quiera casar conmigo?
Betty: Claro… se pasaría de leso, si vo soy más bonita. Una Calameña de verdad. Y si no, él se
lo pierde no más.
Violeta: Verdad, teni razón (Salen las dos abrazadas, por el otro lado entran Felipe Y Mario)
Mario: shuuu, cumpa, parece que llegamos muy temprano.
Felipe: ¿No nos habremos equivocado de casa o de número?
Mario: Nooo, ves acá dice bien clarito. (Mira un letrero imaginario) “Población 21 de Mayo”.
Felipe: (mira también el letrero imaginario, dice disimuladamente) Dice: toma 21 de Mayo. (Mario se
lleva el dedo índice a la boca como en señal de silencio, en eso entra Ana María).
Ana María: Caballeros, ¿cómo están?
Felipe: Buenas noches, señorita
Mario: Bella dama, ¿cómo está usted? Mis ojos se sienten halagos al ver tanta belleza (Hace una
reverencia)
Ana Maria: Missh… me salió poeta el niño, ¿la custion no era con la Violeta?
Mario: Ah, si usted sabe que es así. A propósito, ¿dónde está mi amada?
Ana María: por debe andar po.
Mario: Señora Ana María, ¿y su media naranja no va a venir?
Ana María: Esta de turno en la mina.
Felipe: mire el rotito dándole al cerro.
(Entran Violeta y Betty)
Ana María: ¿Va? ¿y ustedes se acordaron que tenían que ayudarme?
Ambas: es que estábamos pegándonos una manito de gato. (Muy mimosa).
Ana Maria: shiiii… de tigre diría yo po.
Mario: ¿Cómo está, Violetita? Usted tan hermosa como siempre.
Violeta: (Muy coqueta) oiga y usted cuando me va decir lo que yo quiero oír, mire que ya me está
dejando el tren.
Mario: ¿Y qué pajarito se lo dijo? Si se puede saber. (Los dos miran a Ana M, esta se hace a la tonta)
Violeta: Vahh.. se cuenta el milagro pero no el santo pué. No sea copuchento.
Mario: Mire, hace dieciséis años que llegué a Calama en busca de oportunidades.
Violeta: Y bien que lo ha tratado mi Calamita.
Mario: No, si no me estoy quejando. Yo estoy muy agradecido de Calama, me ha dado todo,
pero me falta lo más importante.
Violeta: (Haciéndose la interesada) ¿Y qué sería eso tan importante, si se puede saber, digo yo?
Mario: Una compañera que lo ayude a uno, que sea fiel, cariñosa (La abraza ella se le corre)
Violeta: Ya y que más. (Coqueta)
Mario: amable, mimosa y buena madre (la toma por la cintura y la acerca a él)
Violeta: tranquilo, todo a su tiempo, usted va muy rápido.
Mario: Ya pues, ¿se va a casar conmigo sí o no? (Serio)
Violeta: Lo voy a pensar. (Mario se voltea como niño taimado, ella lo abraza y le dice muy romántica) Si
quiero casarme con usted, Marito.
Mario: ¿Verdad?
Violeta: Vahh! ¿quiere la respuesta por carta? (Se besan y abrazan).
Ana María: (Entra a escena muy cabizbaja la pareja la mira con asombro, después de unos segundos ella
habla)
Bombardearon la moneda y mataron al presidente. (Todo se va a negro, se escuchan voces de
militares y sonido ambiente de disparos, autos frenando todo un caos, en esta escena se dejaran dos sillas
en escena y un atril con un foco que se encenderá y apagara en escena vemos en escena a dos militares y
dos prisioneros políticos).
Militar 1: Nombre.
Preso 1 y 2: José - Carlos.
Militar 2: Edad.
Preso 1 y 2: 17 - 30
Militar 1: Ocupación.
Preso 1 y 2: Estudiante - periodista (Queda todo en silencio, un soldado toma al preso le pone de pie y
lo lleva hasta el centro del escenario, se enciende un foco cenital)
Preso 1: Hermana, ¿has visto mis cuadernos? Anoche me quedé estudiando hasta tarde. ¡Ah
ya! ¡los encontré! Hoy tengo prueba de historia, ¿te conté que me eligieron presidente del Ceal?
Además, representare a mi liceo en las olimpiadas de matemáticas. Sí, ya tomé desayuno, me
comí un pedazo de queque estaba muy rico. El sábado tengo una ronda de Coca-Cola, ¿me das
permiso? Iré con Gloria. Por ahora somos amigos, nada más, el tiempo dirá si seremos el uno
para el otro. Sí, ella es muy importante para mí, se ha transformado en algo especial en mi vida.
(Sonríe) ¿qué?¿acaso se me nota mucho? ¿Sabes? La conocí en el parque de Granaderos, ese que
está a un costado de la comisaria. Deberían iluminarlo mejor, remodelarlo, me lo imagino con un
pequeño escenario con gradas, una sala de teatro, una cafetería pequeña con plantas, árboles
por todos lados y bancas para sentarse a pololear, donde la familia pueda pasear. ¿Te gusta la
idea, hermana? Tal parece que cuando uno se enamora todo lo ve mejor, en fin.
Ah, te aviso que hoy llegaré tarde porque tengo reunión en la asamblea. Hermana, ¿me estas
escuchando? (Cambia de ánimo) ¿por qué todo está oscuro?¿dónde estás, hermanita? (Aparece un
soldado y lo saca de escena) No iré con ustedes ¡Déjenme!¡déjenme!¡déjenme!
Preso 2: Carmen, nos vamos para Chuquicamata. ¡Estás viendo al nuevo director de la radio el
Loa! Siempre quise vivir en el desierto. Dicen que allá se sienten las cuatro estaciones en un día.
¿Tú sabías que el teatro Chile fue copia fiel de un cine de Virginia en Estados Unidos? Podremos
visitar San Pedro de Atacama. Calama está como a unos 15 kilómetros, debe ser mágica esa
tierra. Dicen que los llegan se quedan para siempre, yo creo que para vivir en un lugar así se
debe tener mucho coraje, amar al desierto. Imagínate: estaremos donde está la riqueza del país.
Mi amor, estoy tan contento, además, por fin podré ejercer mi profesión por vocación, la de
periodista. Hoy retiro el automóvil del garaje, nos espera un largo viaje, creo que son como 27
horas hasta Calama. Llevaré mi cámara fotográfica, haré un registro del viaje, ¡el paisaje es
maravilloso! ¿dónde está mi chaqueta?¿esa que me regalaste la pascua pasada? Sí, la roja. Ya sé
que está un poco usada pero es mi regalona, debería llevar mis botas de camping, ¿no crees tú?
Ah y obvio, mis lentes para el sol… que bueno que me hiciste recordar, no sé qué haría sin ti.
Anoche hable con el gerente de la empresa y me dijo que viajara tranquilo, que estaba todo listo,
incluso que ya nos asignó una casa en Chuquicamata, de verdad que estoy muy entusiasmado
con esta oportunidad, ya quiero conocer las instalaciones de la radio el Loa y conocer a mis
compañeros de trabajo ¿Sabes? Esto significa estar en contacto directo con los trabajadores en
uno de los más importantes centros de producción del país. Allá comenzaremos una nueva
vida… ¿estás escuchando, mi amor…? ¿Y, ustedes, quiénes son? ¡Suéltenme, no iré a ningún
lado sin mi esposa y mi hijo!
(Entran soldados a buscar al preso, se lo llevan, se apagan las luces y comienza un sonido de helicóptero.)
Cuadro 4
Entra el presentador en escena se encienden las luces.
Presentador: sin duda que nos cuesta hablar de la historia más triste de nuestro país, solo
pediremos que no vuelva a suceder, nunca más.
En eso entran en escena mujeres con maletas viejas, una tras otra, en silencio, caminando muy lentamente,
se van ubicando en el escenario en fila una al lado de la otra, dejan sus maletas en el suelo y todas llevan
pañuelos en la cabeza.
Presentador: Buenas noches damas, ¿de dónde vienen?
Mujer 1: Buenas noches señor, nosotras somos las ultimas mujeres de un campamento que ya
no existe.
Presentador: ¿y adonde se dirigen?
Mujer 2: A una nueva vida. De aquel campamento solo quedaron las calles vacías.
Mujer 3: Si se queda escuchara nuestra historia.
(El Presentador se sienta en una banca y escucha el relato en silencio.)
Mujer 1: Ya no hay vuelta, la compañía lo decidió y no nos preguntó.
Mujer 2: Así es, a mi marido le dijeron que era por la contaminación.
Mujer 3: Y, ustedes, ¿creyeron todo eso? Mi cuñado trabaja en gerencia y escuchó que debajo
de todo esto hay más mineral.
Mujer 4: Eso quiere decir que tendremos que marcharnos y dejar todo atrás.
Mujer 5: No podemos, es una vida entera en el campamento, no es tan fácil, ¿crees que es
dejarlo todo y ya?
Mujer 1: Ya lo dije, no podemos hacer nada, está decidido.
Mujer 2: ¿Por quién? ¿Por el gobierno o por la gerencia?
Mujer 3: Si es verdad lo del mineral de bajo de las casas, no podremos hacer nada.
Mujer 4: Pero yo no quiero dejar mi casa, ¿cómo se lo diré a mis hijos?
Mujer 5: Yo no me iré, mis padres están enterrados aquí.
Mujer 1: Y tú, ¿crees que te escucharan o que les importas tú y tu familia?
Mujer 2: Tiene razón, a la compañía le importa explotar el mineral y ya.
Mujer 3: Yo creo que no es para tanto.
Mujer 4: (Enojada) A ti te da lo mismo como llevas poco tiempo viviendo acá.
Mujer 5: (En forma despectiva) Así son las esposas de ingenieros.
Mujer 3: Típico comentario de una desclasada.
Mujer 5: Desclasada tu abuela.
Mujer 1: Ya córtenla, si la pelea no es entre nosotras.
Mujer 2: ¿y qué haremos? según yo entiendo, la bajada comienza a fin de año.
Mujer 3: Error, ya comenzó. Lo escuche de mi cuñado que trabaja en gerencia.
Mujer 4: shii, usted, parece que anda escuchando detrás de las puertas.
Mujer 5: (Malintencionada) Sí, y su cuñado parece que pasa mucho tiempo en su casa.
Mujer 3: (Enfadada) ¿Qué quiere decir con eso?
Mujer 1: (hastiada interrumpe) ¡Otra vez con la tontera! en mi opinión, ya no se puede hacer
nada más.
Mujer 2: Sí, tiene razón, sólo nos queda resignarnos y acatar.
Mujer 3: Empacar, trasladar, ordenar.
Mujer 4: (Apenada) Como si fuera tan fácil, se pueden empacar las cosas, pero las vivencias, los
recuerdos, la historia no.
Mujer 5: Si pudieran llevarse algo del campamento, ¿qué sería?
Mujer 1: ¿Cualquier cosa?
Mujer 5: Sí, es como un juego. Imagínense que nos pasaran un camión de esos gigantes en
donde cabe una casa, ¿qué se llevarían?
Mujer 2: Obvio, mi casa.
Mujer 3: Uy, qué original, (La 2° la mira enojada) es broma, yo me llevaría el Chilex Club (Todas la
miran con cara de asombro) obvio que por parte.
Mujer 4: Bueno, si es jugando, yo me llevaría la pulpería n° 1 y la pondría cerca de mi casa, así
sería la primera en llegar a las liquidaciones.
Mujer 5: y se pueden llevar dos cosas (Todas responden juntas con un sí) ¡Uuuh, qué difícil!! a ver..
¡¡eeehh, ah ya sé!! me llevaría el emporio la verbena. Es que ahí venden unos chocolates suizos
exquisitos, y obvio, la parroquia El Salvador… es que yo me casé ahí.
Mujer 1: Falto yo, me llevaría el hospital Roy H Glober, la Radio el Loa, el club de Empleados, El
Teatro Chile ¡ah! y el Colegio Chuqui, es que yo soy profesora de ahí.
(Todas se sientan en sus maletas en silencio y pensativas, luego de unos segundos la mujer 1 habla )
Y usted, ¿dónde vivía?
Mujer 2: En los hundidos.
Mujer 3: Villa John Bradford.
Mujer 4: Villa Atacama.
Mujer 5: Las Normac.
Mujer 1: Bueno, damas, me retiro. Tengo que empacar y comenzar una nueva vida en Calama.
(Todas se van retirando como llegaron, se topan con un niño de unos 8 años que entra vestido con una
camiseta de Cobreloa, también trae una bandera. Viene muy triste porque su equipo favorito descendió de
categoría, se sienta al lado del presentador que sigue sentado en la banca.)
Cuadro 4
Presentador: ¿Y tú por que estas tan triste?
Niño: le parece poco.
Presentador: ¿Qué cosa? no te entiendo.
Niño: Acaso no escucho el partido.
Presentador: ah era eso, perdón no pude escucharlo… ¿Y cuál fue el resultado?
Niño: (Casi llorando) descendimos a segunda.
Presentador: No es tan terrible, espérame aquí.
(Se pone de pie y sale de escena, después de unos segundos entra un jugador de futbol, con un buzo
deportivo, trae una pelota de futbol debajo del brazo)
Jugador de futbol: Hola puedo sentarme.
Niño: Si no hay problema.
Jugador de futbol: