Espacioytiempoenel Ritualdelos Bacabes
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Construyendo cosmologías: conciencia y práctica
Espacio, tiempo y creación en el Ritual de los Bacabes
2. De hecho es posible que el mecanismo de señalar los cuatro colores debiera considerarse implícito
en todos los casos en los que sólo se menciona el rojo, aunque no se incluya el yetel abreviado repetido
tres veces.
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3. En todas las referencias al Ritual de los Bacabes utilizo la transcripción de Ramón Arzápalo. En
cuanto a la versión española prefiero ofrecer la mía, preocupado por hacer más claro el significado reli-
gioso del texto.
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Construyendo cosmologías: conciencia y práctica
Espacio, tiempo y creación en el Ritual de los Bacabes
Es clara también la alusión a los dioses que sostienen los cuatro puntos
cardinales, los bacaboob: “Cex Cantul Ti Ku Cex Cantul Tii Bacab”: “A us-
tedes me dirijo Cuatro Deidad, a ustedes me dirijo Cuatro Bacab” [ibid.:272,
273, 274, 281, 321, 400, 401, 402, 403].
De esta manera es posible observar que el discurso, con sus mecanismos
de reiteración, establece referencias a los cuatro rumbos cardinales de tal
suerte que se hace pensar que el oficiante se dirige a cada uno de ellos en
tanto que se encuentra ubicado en el centro.
Las referencias al centro son mucho más claras. Predomina el centro del
cielo yol caan. Aunque también se alude al centro del inframundo, yol met-
nal; el centro de las aguas, yol haa; el centro de la tierra yol cab; el centro de
la flor, yol nicte, yol xuchit; el centro del mono, yol chuen; el centro del árbol,
yol che; el centro de la planta, yol aban; el centro del viento, yol ik; el centro
del mar, yol kaknab; el centro del caracol, yol hub; el centro de un periodo
de millones de años yol hab alau (yol haab alaw). En pareado se menciona
el centro de la ceiba, yol yaxché y los centros de tres de las direcciones: yol
lakin, centro del este, yol xaman, centro del norte, yol nohol, centro del sur.
En esos “centros” se encuentra el origen de la enfermedad y el origen de las
divinidades. El curandero, a través de sus expresiones orales, se remite a ese
sitio.
Un elemento más que debe considerarse es que las acciones del curande-
ro se multiplican por 13, número que corresponde al de los niveles celestes.
Pudiera ser que tal recurso permita la ascensión simbólica al cielo: Oxlahun
uaen / Cat ualhen […] / Oxlahun ch’aen / [ti] <tii> kakal moson […] /
Oxlahun ma hanen […]. Trece veces me erguí / y me puse de pie. / Trece
veces me apoderé / del torbellino de fuego. / Trece en ayunas [ibid.:314].
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4. He demostrado, en otro estudio, [Morales, 2002:204] que en el Ritual de los Bacabes la creación se
presenta como el “resultado de una pareja divina compuesta de elementos opuestos y complementarios:
cielo y tierra, día y noche, sol y luna, rojo y blanco, masculino y femenino”; asimismo, establecí que tal
pareja constituye una deidad única, hermafrodita, de tal suerte que el coito primigenio debe ser interpre-
tado como una autofecundación.
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Espacio, tiempo y creación en el Ritual de los Bacabes
Wayasba
Way —uay en la grafía colonial— es un rastro [Swadesh et al., 1991:88]. En
términos más precisos implica un indicio, y es por ello que también se utiliza
este término para denominar al sueño, entendido como un mensaje (ibíd). Way
también es el alter ego animal de los chamanes y ah way es “brujo, nigromán-
tico, encantador” (Calepino de Motul). De esta raíz deriva wayasba, “señal”,
“figura y parábola” [ibid.]; palabra que Arzápalo traduce, en su versión del
Ritual de los Bacabes, como “símbolo”.5
La pregunta Bax u uayasba, ¿Cuál fue su wayasba?, es un recurso retórico
para indicar diversos signos que identifican al dios creador. Ahora bien, el
curandero tiene, en primer lugar, que reconocer tales signos:
Heba [ti] <tii> / sacal u [uayesba] <uayasba> / chacal [uayesba] <uayasba> / tin
paci a kinam. Ha de descubrirse / el wayasba blanca / el wayasba rojo / para que
yo vaya destruyendo tu dolor [Arzápalo, op. cit.:338-339].
Además, tiene que apropiarse de este signo. Deja de ser u wayasba, “su
wayasba” para convertirse en in wayasba, “mi wayasba”: Bal tun bacin / in
uayasba / [ca] <caa> ualhen / in tup a kinam. ¿Cuál era entonces / mi wayasba
/ al ponerme de pie / para apagar tu dolencia? [ibid.:381].
En el diálogo que el curandero establece con las divinidades termina arre-
batándole sus insignias de poder: La a uayasba / in kab cen. He aquí tu wayas-
ba, lo tengo en mi propia mano [ibid.:313].
El discurso en lenguaje de Suyuá atestigua que el oficiante pretende con-
vertirse en la divinidad. En el Texto X, folio 63, el curandero expresa que ha
ayunado trece días para Tii Tzootz Bacab / in uayasbainte / uchic in pakaltic
[ibid.:315], es decir, para transformarse a sí mismo en un wayasba de Tzootz
Bacab y así “espantar al viento”, lograr la curación. En el Texto XXXVIII,
folios 179-180, el curandero se identifica con Itzam Caan, el Itzam del Cielo
para penetrar a Itzam Cab, el Itzam de la Tierra [Morales, 2002:210]. De
hecho, en otro pasaje, el oficiante se reconoce como: Kakken cabal / budzen
5. Símbolo es una libre interpretación de Arzápalo, muy útil si entendemos el término en sentido am-
plio y, por tanto, como sinónimo de signo o señal. Debe aclararse que el término también es traducido por
Arzápalo como “los elementos correspondientes”, lo cual no resulta claro [Ritual de los Bacabes:289].
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[canal] <caanal>. Soy el fuego de la tierra / soy el humo del cielo. [Arzápalo,
op. cit.:410]. Indudablemente, el discurso le ha permitido finalmente ser el
padre y madre: Cen u dzubal / Cen yaban / Uchic u sihil / Uchic ch’ab. Yo fui
su progenitor, yo fui, habrá de decirse. Y ocurrió el nacimiento, y ocurrió la
creación [ibid.:286].
Comentarios finales
El análisis del Ritual de los Bacabes es, indudablemente, de una gran com-
plejidad. En este trabajo se ha pretendido sólo destacar algunos aspectos
que permiten reconocer la estructura simbólica que anima al oscuro lenguaje
de Suyuá. Poseer tal lenguaje es lo que define, en primer lugar, al curande-
ro. Claro está que el uso de un código ininteligible al hombre común se ve
acompañado de las acciones rituales y del conocimiento de los tratamientos
adecuados a cada una de las enfermedades.6
El lenguaje de Suyuá es considerado una forma sagrada de discurso que
posee un enorme poder; su sola pronunciación se concibe como parte de la te-
rapia. De hecho, el discurso permite al curandero reproducir el espacio imagi-
nado que constituye el cosmos propio del pensamiento mesoamericano: cuatro
rumbos cósmicos y un centro. El vocabulario reiterativo, oscuro y plagado de
alusiones sexuales ubica al curandero en el centro del cosmos y en el primige-
nio Cuatro Ahau, al comienzo de los tiempos. Ahí le es posible apropiarse de
las insignias propias de los dioses para terminar convirtiéndose en ellos y así
conseguir restablecer la salud del enfermo.
Tal como es posible establecer en este somero análisis, el lenguaje de Su-
yuá, empleado en el Ritual de los Bacabes, tuvo un papel importante al inte-
rior de las creencias religiosas de los mayas, implicaba, para los creyentes, el
dominio de las fuerzas sagradas de la creación y la conservación del cosmos.
Bibliografía
Álvarez L., María Cristina
1976-1977 “Estructura del idioma en que se escribieron los códices mayas”, en Estu-
6. Puesto que el interés del presente estudio está en el análisis simbólico del lenguaje utilizado duran-
te el ritual curativo, he dejado de lado intencionalmente el tratamiento que utiliza el curandero y del que
hay muchas referencias en el documento: plantas curativas, masajes o baños.
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