Campanas Terrestres de La Guerra Del Pacifico

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LA GUERRA DEL PACÍFICO

Johann Santillan y Sebastián Gamboa

I.E Antenor Orrego Espinoza UGEL 05

Curso: Ciencias Sociales

20 de noviembre de 2024
LA GUERRA DEL PACÍFICO

La Vida en Lima Durante la Guerra del Pacífico: Prosperidad y Desigualdad

En 1879, la vida en la Lima republicana seguía tranquila. La


importación de artículos de lujo se sustentaba en la aparente
prosperidad generada por los préstamos y, más tarde, por el guano y
el salitre. Para Nicolás Fernández
Villena, el acuerdo con la casa
judío-francesa Dreyfus parecía
haber resuelto el problema de las
deudas y la crisis que los
préstamos habían causado. Sin
embargo, gastó sin control, se
impulsó la construcción de Perú en 1879 (Inicios de la guerra del pacífico)

infraestructura ferroviaria y, al final, se agotaron los recursos,


persistiendo las deudas y la crisis.

El Perú era Lima; las provincias eran ignoradas. Lima vivía ajena al
desarrollo de la sierra y la Amazonía, que parecían distantes. La vida
social, política y cultural se centraba en la capital, donde florecían los
negocios y el Club Nacional y el Hotel “Maury” eran puntos de
encuentro de la élite. Mientras tanto, en Tajamar y Santoyo, los
afrodescendientes observaban el derroche de lujos sin sentir envidia,
resignados a su pobreza. El principal puerto del país mostraba un
intenso movimiento comercial, generando grandes ganancias para
importadores y exportadores. La Casa Grace, que se fundó en Perú,
ya contaba con una sede en Estados Unidos.

DESARROLLO DE LA GUERRA DEL PACIFÍCO

La campaña marítima:
La fase comienza cuando el almirante chileno Juan Williams ordena dirigirse
hacia el Callao, dejando desprotegidas a otras embarcaciones. Grau aprovecha
esta oportunidad, lo que da lugar al primer enfrentamiento: el combate de
Iquique. Esta etapa termina cuando Chile decide enviar toda su flota para
enfrentarse a Grau, quien fallece en octubre de 1879. Así, Chile toma control del
mar peruano, finalizando esta fase.
La campaña terrestre:
El avance de Chile hacia Bolivia inició con las batallas de Pisagua, San
Francisco y Tarapacá, siendo esta última la única victoria que logramos obtener.
Estas luchas son parte de lo que se conoce como la campaña de Tarapacá.
Posteriormente, la batalla decisiva fue la del Alto de la Alianza, donde estaban
los ejércitos de Perú y Bolivia. Sin embargo, algunos errores de los bolivianos y
la deslealtad de un general arequipeño, quien, en lugar de brindar apoyo,
traicionó nuestra causa, llevaron a que la situación no resultara favorable.
Campañas Terrestres de la Guerra del Pacífico

A lo largo de los casi seis años de la Guerra del Pacífico, se llevaron a cabo varias
campañas en las que participaron tanto el ejército chileno como sus aliados. Dividiremos
la guerra en cinco campañas específicas: la Campaña de Tarapacá, la Campaña de Tacna
y Arica, la Campaña de Lima y la Campaña de la Sierra. A continuación, podrás explorar
los diferentes enfrentamientos en los que se derramó en abundancia la sangre de los
Héroes del Pacífico.

La Campaña de Tarapacá (1879)


El desembarco en Pisagua marcó el comienzo
del avance de las tropas chilenas en territorio
enemigo. De inmediato, los soldados se
adentraron en la pampa, donde se produjo un
enfrentamiento en pampa Germania el 6 de
noviembre, en el cual la caballería chilena salió
victoriosa.

Batalla de Dolores
Alrededor de seis mil hombres, bajo el mando del coronel Emilio Sotomayor,
partieron de Pisagua hacia las pampas de Tarapacá. Ante esta situación, las
fuerzas aliadas de Perú y Bolivia, dirigidas por el general Juan Buendía, se
desplazaron hacia el norte. Sotomayor ocupó el cerro de San Francisco en la
pampa de Dolores, dando inicio a la batalla la tarde del 19 de noviembre de
1879. Tras el combate, Buendía se retiró del campo, mientras que Sotomayor
reportó 62 muertos y 187 heridos.

Batalla de Tarapacá
A pesar de su reciente derrota, el general Buendía logró reunir alrededor de
cinco mil hombres, además de los 1.500 que estaban en la guarnición de
Iquique. El cuartel general chileno subestimó el tamaño de las fuerzas enemigas,
enviando solo a unos dos mil soldados al enfrentamiento. El 27 de noviembre de
1879 se llevó a cabo el combate de Tarapacá, donde las fuerzas chilenas
sufrieron una derrota. No obstante, esto no detuvo los planes chilenos, ya que
los peruanos y bolivianos se retiraron hacia la ciudad de Tacna, dejando el
camino despejado para la ocupación de Tarapacá.

Mientras tanto, en Perú estallaron desórdenes tras conocerse la noticia, lo que


llevó al presidente Prado a ceder el mando del ejército de Tacna al
contralmirante Lizardo Montero. Sin embargo, la revolución popular lo obligó a
dejar el cargo en manos del vicepresidente. Posteriormente, el 23 de diciembre,
una nueva revuelta otorgó el poder a Nicolás de Piérola. En Bolivia, el coronel
Eleodoro Camacho también destituyó al general Daza, y el pueblo finalmente
eligió al general Narciso Campero.
Campaña de Tacna y Arica (1880)
A finales de febrero de 1880, Chile organizó su ejército para llevar a cabo una
nueva invasión. Así, trece mil soldados desembarcaron en Ilo y Pacocha, al
norte de Arica, con el objetivo de atacar al ejército de Tacna, que estaba
respaldado por tropas bolivianas. Mientras tanto, el general Manuel Baquedano,
quien había asumido el mando en lugar de Escala, dio la orden de eliminar todas
las fuerzas peruanas posicionadas en la cuesta de Los Ángeles. Por lo tanto, el
21 de marzo, las tropas chilenas se lanzaron contra sus enemigos, logrando su
primer éxito. Sin embargo, la satisfacción fue breve, ya que el ministro de Guerra
en campaña, Rafael Sotomayor, falleció de manera inesperada.
Batalla de Tacna
En la mañana del 26 de mayo de 1880, diez mil chilenos al mando de Baquedano
lanzaron un ataque contra las fuerzas
peruanas y bolivianas, logrando derrotarlas
completamente. Mientras los peruanos se
replegaban hacia Arequipa, los bolivianos
se dirigieron al Altiplano, donde no
volverían a participar en el conflicto.
Baquedano sufrió la pérdida de dos mil
hombres, mientras que los aliados dejaron
un saldo de dos mil ochocientos entre
muertos y heridos, además de más de dos mil prisioneros.
La toma de Arica
Con el objetivo de lograr una victoria definitiva que garantizara el control de la región,
se planeó la captura de Arica, ocupando la plaza
fortificada de la ciudad. Así, el 7 de junio de
1880, las fuerzas chilenas, bajo el mando del
general Pedro Lagos, tomaron el Morro de Arica,
que era el bastión de las tropas peruanas. Esta
fue una de las acciones más brutales de la
campaña terrestre de la Guerra del Pacífico. En
este enfrentamiento, más del 30 por ciento de los hombres peruanos que defendían la
plaza murieron, así como el 10 por ciento de los soldados chilenos. Con la conquista de
los fuertes del Morro y los de la playa, el puerto de Arica quedó finalmente bajo control
chileno.
Conferencias de paz
Invitados por el gobierno de Estados Unidos, el 22 de octubre se iniciaron en
Arica las negociaciones de paz para alcanzar un acuerdo entre las tres naciones
en conflicto. Se reunieron representantes de los tres países; sin embargo, los
aliados no aceptaron la entrega de Tarapacá, que Chile demandaba como
compensación por los gastos. Así, las conversaciones concluyeron.

La Campaña de Lima (1880)


El gobierno del presidente Aníbal Pinto estaba satisfecho con los logros alcanzados hasta ese
momento, tras la conquista de los territorios
peruanos que comprendían las regiones de
Tarapacá, Tacna y Arica. Sin embargo, ante la
presión del Congreso y los partidos políticos,
Pinto decidió lanzar la campaña hacia Lima.
Así, en los primeros días de noviembre, la
primera división del ejército chileno partió de
Arica.
José Francisco Vergara, quien sucedió a Rafael
Sotomayor, fue responsable de organizar las fuerzas chilenas que entrarían a la capital peruana.
El 20 de noviembre, las tropas chilenas desembarcaron en Paracas, una localidad que se
encuentra a más de 200 kilómetros de Lima. Desde allí, comenzaron su avance, ocupando varios
pueblos sin gran resistencia, hasta que, el 13 de enero de 1881, las fuerzas comandadas por
Manuel Baquedano se enfrentaron a las tropas peruanas en tres combates sucesivos: la batalla
de San Juan, el asalto al morro Solar y la batalla de Chorrillos.

Batalla de Chorrillos (13 de enero de 1881)


Manuel Baquedano se dirigió al valle de Lurín, a
quince kilómetros al sur de Lima, con más de 20
mil hombres, mientras que Piérola comandaba a
30 mil, respaldado por más de cien cañones, en
San Juan, Chorrillos y Miraflores.

Baquedano decidió atacar directamente al


enemigo, mientras que Lynch llevó a cabo un
ataque a 400 metros de distancia. Sin embargo, no todas las divisiones del ejército estaban
presentes para apoyar la causa; aunque se retrasó un poco, la tercera división, bajo el
mando del coronel Arístides Martínez, finalmente se unió, y la segunda hizo lo mismo más
tarde. La batalla concluyó con la victoria absoluta de nuestro país.

El ejército peruano, liderado por Piérola, estaba prácticamente derrotado, con solo unos
cinco mil hombres de reserva quedando en Miraflores.

Batalla de Miraflores (15 de enero de 1881)


Chile había perdido muchos hombres en esta guerra, y Baquedano no estaba
dispuesto a continuar. Por eso, envió al estadista Isidoro Errázuriz, secretario del
ministro Vergara, a ofrecerle la paz a
Piérola. Sin embargo, el intento
fracasó, y Piérola, ya con sus hombres
preparados, lanzó un ataque contra el
ejército chileno. El enfrentamiento fue
desigual, pues Chile contaba solo con
cuatro mil hombres frente a quince mil
peruanos.

El general Pedro Lagos esperó la


llegada de más refuerzos hasta que finalmente logró asestar un fuerte golpe al
ala derecha del enemigo. Al final, el ejército chileno derrotó a las fuerzas
limeñas, obligándolas a retirarse tras una derrota total.
RESISTENCIA DE LA SIERR (1881-1884)
La Campaña de la Sierra fue la última y más extensa fase de la Guerra del Pacífico. Su
nombre alude a la región andina peruana, ya que, entre abril de 1881 y junio de 1884,
batallones chilenos libraron combates intensos en las elevadas mesetas contra fuerzas
enemigas. Bajo la presidencia de Domingo Santa María, y durante tres años y dos
meses, los soldados chilenos se jugaron la vida
por el triunfo de su país; esta fracción del
ejército, llamada "División de los Batallones
Solitarios", enfrentó a las tropas reorganizadas
del general peruano Andrés Avelino Cáceres.
En la sierra peruana, tropas regulares e
indígenas resistieron la ocupación. Allí
tuvieron lugar combates como el de Sangra (26 y 27 de junio de 1881), La
Concepción (9 y 10 de julio de 1882) y la Batalla de Huamachuco (10 de julio de
1883).
En su primera acción, Cáceres, con su Campaña de la Breña, usó tácticas de
guerrilla, ganando tiempo para armar un ejército de unos tres mil hombres, con
ocho piezas de artillería, un regimiento de caballería y el apoyo de campesinos,
que se unieron como guerrilleros.
Por esto, el jefe político-militar chileno, contraalmirante Patricio Lynch, decidió
que la paz solo llegaría al derrotar por completo al ejército peruano. Así, Lynch
formó la División del Centro, con tres mil hombres, para conquistar la Sierra
Central. En 1882, el ejército chileno, dirigido por el coronel Gana, logró reducir a
las fuerzas peruanas a poco más de mil hombres.

El 1 de febrero de 1882, el coronel Estanislao del Canto, líder del Regimiento


Segundo de Línea, tomó el mando de las fuerzas chilenas, mientras las tropas
peruanas se reorganizaban para atacar a la División del Centro, situada ya en
las riberas del río Mantaro, lugar que Del Canto eligió como su cuartel general.
Cáceres planeaba rodear a Del Canto en el valle de Mantaro, dividiendo sus
tropas en tres grupos: uno al mando de los coroneles Juan Gastó y Máximo
Tafur, y otro bajo su propio liderazgo.
El 5 de julio, Estanislao del Canto ordenó que la cuarta compañía del
Chacabuco, dirigida por el capitán Ignacio Carrera Pinto, relevara a otra fracción
del mismo regimiento.

Batalla de la Concepción
El Combate de La Concepción es
recordado hasta hoy como uno de los
eventos más trágicos de la Guerra del
Pacífico. Se libró el 9 y 10 de julio de 1882
en el pueblo peruano de La Concepción,
donde la guarnición del regimiento
Chacabuco, integrada por 77 jóvenes bajo
el mando del capitán Ignacio Carrera
Pinto, resistió por dos días el ataque de dos
mil soldados peruanos, lo que terminó con la muerte de todos los soldados chilenos.

La batalla comenzó el 9 de julio a las dos de la tarde, cuando un grupo de


jóvenes chilenos cayó en combate. Sin embargo, el ejército chileno obtuvo una
victoria decisiva sobre las fuerzas peruanas en la Batalla de Huamachuco, tras la
cual se firmó el Tratado de Ancón en 1883, que puso fin a la guerra con Perú.
Posteriormente, en 1884, se acordó un pacto de tregua con Bolivia, ya que este
país no accedió a firmar un tratado de paz.
Acuerdos que concluyen la Guerra del Pacífico.
Para poner fin a la guerra se firmaron dos tratados distintos. Uno con Bolivia y el otro con Perú.

La paz con Bolivia (4 de abril de 1884)


Bolivia se rehusó a firmar un tratado de paz con Chile, y en su lugar acordó solo un pacto
de tregua. En este acuerdo, se estipuló que Chile mantendría el control del territorio entre el
río Loa y el paralelo 23, correspondiente a la región de Antofagasta. Esta cesión se hizo
permanente con el tratado firmado el 20 de octubre de
1904.

Este pacto también incluyó la construcción del ferrocarril


entre Arica y La Paz, financiado por el gobierno chileno,
y estableció que la sección boliviana sería transferida a
Bolivia después de quince años.
Además, Chile otorgó a Bolivia un pago de trescientas mil libras esterlinas, junto con el
derecho de libre tránsito comercial a través del territorio chileno y los puertos del Pacífico
(en las regiones I y II). Bolivia también tuvo la posibilidad de establecer oficinas aduaneras
en dichos puertos.

Tratado de Ancón (20 de octubre de 1883)

Perú cedió a Chile, de forma definitiva e incondicional, el territorio de la provincia de


Tarapacá, que al norte limita con la quebrada y río Camarones, al sur con la quebrada y río
Loa, y al este con Bolivia.

Además, las provincias de Arica y Tacna, delimitadas al norte por el río Sama y al sur por la
quebrada y río Camarones, serían administradas provisionalmente por Chile, con la
soberanía pendiente de un plebiscito
previsto en diez años. Esta votación, sin
embargo, nunca se realizó. Finalmente, el 3
de junio de 1929, un nuevo tratado entre
ambos países asignó Tacna a Perú y Arica a
Chile.

La frontera quedó definida de oeste a este,


comenzando en el punto llamado Concordia
en la costa, ubicado a 10 km del puente sobre el río Lluta, paralelo a la línea férrea de Arica
a La Paz y a 10 km de esta, hasta llegar a la frontera con Bolivia.

EFECTOS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO


En Chile
Durante la Guerra del Pacífico, el desarrollo de Chile no se detuvo; al contrario, el
conflicto impulsó el crecimiento de la economía industrial, lo que ayudó a financiar al
ejército en combate. Al finalizar la guerra, Chile aseguró su presencia en el norte al
expandir su territorio, consolidándose como el país más relevante de Latinoamérica en
las costas del Pacífico.

La ampliación territorial trajo consigo valiosas riquezas naturales que


potenciaron la economía nacional. La inmigración creció tanto que la población
de Antofagasta aumentó de 5,384 habitantes en 1875 a 21,213 diez años
después, y la de Tarapacá, de 39,255 a 45,086 en el mismo periodo.
Además, los aranceles sobre el salitre beneficiaron notablemente la construcción
de infraestructura pública, como puertos, ferrocarriles y obras sociales, además
de fortalecer a las fuerzas armadas. Tras la guerra, también crecieron el cultivo
de trigo en el sur y la producción de vino en el centro, mientras que las industrias
de bienes de consumo se expandieron.

Finalmente, gracias a los créditos obtenidos por su sólida reputación, Chile


modernizó sus principales ciudades, mejoró los servicios de sanidad y
educación, y construyó grandes edificios.

En Bolivia
A diferencia de nuestro país, la Guerra del Pacífico representó uno de los momentos más
trágicos en la historia de Bolivia. Su ejército fue completamente vencido, lo que resultó en la
pérdida de su único acceso al mar. Desde entonces, la falta de
salida al océano ha sido un problema constante para Bolivia.
Además, perder este territorio ante Chile afectó gravemente su
economía, ya que también significó la pérdida de los recursos
de salitre, por lo cual el desarrollo de Bolivia fue muy inferior al
crecimiento experimentado en nuestro país.

En Perú
Como Bolivia, Perú tampoco guarda un buen recuerdo de su participación en la Guerra
del Pacífico, ya que sus fuerzas resultaron derrotadas. Mientras que Chile continuó
avanzando durante el conflicto, Perú sufrió profundas divisiones sociales; por un lado,
estaban los campesinos indígenas, y por otro, los terratenientes, lo que generó intensas
disputas entre ambos grupos. Además, las principales exportaciones del país, como el
guano, el salitre y el azúcar, se vieron gravemente afectadas, ya que el bloqueo de
Chile a las zonas productoras durante la guerra dejó a Perú en la ruina.

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