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TEMA 4.
AL-ÁNDALUS Y SUS PRINCIPALES ETAPAS:
1.1. CONQUISTA MUSULMANA (711-716):
La conquista musulmana de la península comenzó en el 711. Dos fueron las razones de la invasión: -El estado visigodo padecía una profunda crisis por los continuos problemas sucesorios de la monarquía. -El ímpetu expansivo del islam que, en menos de un siglo había conquistado un territorio que abarcaba desde el Magreb hasta el Imperio Persa. Un ejército bereber, dirigido por Tarik, cruzó el estrecho de Gibraltar en 711 para intervenir en la guerra entre los visigodos por los problemas sucesorios. Pocos meses después, derrotó al rey visigodo, don Rodrigo, cerca del río Guadalete. Debido a la escasa oposición, Tarik dedujo que la conquista peninsular sería fácil y, con refuerzos procedentes del Norte de África, se formó un nuevo ejército dirigido por Tarik y Muza. Este ejército se dirigió hacia Toledo, luego hacia Zaragoza y, de este modo, entre 711-716 se hicieron con el control peninsular, a excepción de la zona cantábrica y del oeste de los Pirineos. 1.2. EMIRATO INDEPENDIENTE (711-756): Córdoba se convirtió en la capital política de Al-Ándalus y el gobierno estuvo dirigido por un emir. El primer emir fue Abdelaziz, quien continuó la conquista hacia el norte llegando hasta el sur de la Galia. Tras su muerte, surgieron enfrentamientos intensos entre los propios musulmanes: -Rivalidades entre las principales facciones de la aristocracia árabe: qaysíes y yemeníes. -Conflictos con los bereberes, quejosos de la discriminación a la que los sometía la minoría dirigente. El imperio conquistador se extendió al otro lado de los Pirineos con incursiones hacia Narbona y Toulouse. La derrota de Poitiers (732) frente a los francos, puso fin al avance árabe sobre la Galia. Los diversos gobernadores que se sucedieron en este período tuvieron que enfrentarse a dos problemas importantes: la recaudación fiscal y el tema de la distribución de las tierras. En el año 740, en el Magreb, se produjo una revuelta que acabó con el dominio árabe de la zona. Sin embargo, la dinastía Omeya fue depuesta del poder y pasó a dirigir el califato la nueva dinastía: los abasíes. De hecho, uno de sus pricnipales objetivos fue la eliminación de la familia Omeya. 1.3. EMIRATO INDEPENDIENTE (756-929): Después de que la dinastía Omeya fuera destituída en el gobierno del Califato de Damasco, uno de sus miembros, Abd al-Rahmán, logró sobrevivir y huyó a Al-Ándalus y cerca de Córdoba derrotó al emir, ocupando la capital en 756. Éste se proclamó emir, creando así el emirato independiente de Córdoba, independiente en todos los ámbitos aunque sí respetaba su autoridad religiosa. La formación del nuevo Estado consolidó el poder del islam en la península. Se consiguió la organización administrativa y se reorganizó la recaudación de impuestos. A pesar de todo, surgieron fuertes conflictos entre el poder central cordobés y y los gobernadores de los territorios fronterizos de las marcas (Mérida, Toledo, Zaragoza), que cada vez deseaban más la independencia. A estos conflictos se sumaron los problemas sociales muladí y mozárabe. Los problemas sociales ocasionaron diversas revueltas a las que tuvieron que enfrentarse especialmente Hisham I y Al-Hakam I, quien tuvo que sofocar con gran dureza importantes revueltas internas como el motín del Arrabal en Córdoba. Con Abderramán II llegó el esplendor del emirato, aunque después sufrió una gran crisis, y es en este contexto de crisis donde llega al trono Abderramán III, quien, gracias a sus victorias militares sobre sus enemigos internos, le fue otorgado el privilegio necesario para plocarmarse califa en 929. 1.4. CALIFATO (929-1031): Después de que Abderramán III se proclamara califa, se desligó de toda sumisión del Califato de Damasco. Fortaleció la estructura del Estado gracias a su supermacía religiosa y militar, a la reorgaanización de la recaudación fiscal y en la administración, entre otros. Tras su muerte, le sucedió Al-Hakam II, que promovió el impulso intelectual y artístico, convirtiéndose Al-Ándalus en la civilización más avanzada del momento. Tras su muerte, se inició un período de pérdida de poder del califato. Lo sucedió Hisham II, pero quien gobernaba realmente era Almanzor, quien logró concentrar gran poder político y militar y que estableció un régimen dictatorial. Éste conformó un ejército formado por bereberes y mercenarios cristianos, realizando numerosas campañas militares contra los cristianos. Después de la muerte de Almanzor y Hisham, se inició un período de inestabilidad en el que se nombraron 10 califas en 20 años. Además, las numerosas guerras civiles provocaron el debilitamiento del poder y, a su vez, la desaparición del califato. 1.5. REINOS DE TAIFAS (1031-1246): A principios del S.XI, la debilidad del califato dio lugar a muchos Estados independientes denominados taifas. Las más importantes fueron la de Zaragoza, Sevilla, Granada y Málaga. Los Estados estaban enfrentados entre sí, lo que les hacía más vulnerables. Las taifas se redujeron en número ya que las más poderosas absorbían a las más pequeñas. Los reinos cristianos se aprovecharon de los enfrentamientos con el cobro de parias a fin de obtener protección militar y no ser atacados; además, aprovecharon para conquistar Toledo en 1085. Ante la amenaza cristiana, buscaron ayuda en los almorávides. <Los almorávides (1086-1144): Los almorávides eran bereberes procedenetes del norte de África, muy conservadores con los principios del islam. Estas diferencias inspiraron un movimiento político-religioso que les llevó a crear un verdadero imperio con capital en Marrakech. En 1086, los almorávides cruzaron el estrecho de Gibraltar y derrotaron a los castellanos en la batalla de Sagrajas. Tres años más tarde, los castellanos iniciaron la ocupación de diversas taifas. Su avance se frenó en Valencia, que fue conquistada en 1094 por el Cid. Las victorias cristianas y la mala gestión de los almorávides provocaron revueltas. La decadencia se inició en 1125 y supuso la fragmentación de nuevo de Al-Ándalus y la aparición de los segundos reinos de taifas hasta 1195. <Los almohades: La invasión almohade comenzó en 1146 y fue difícil y lenta. Ya en 1195, en la batalla de Alarcos, consiguieron reeunificar las taifas y situar la capital en Sevilla. Sin embargo, la derrota en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 frente a Fernando III supuso la decadencia de los almohades. Su debilidad se manifestó en la pérdida de Córdoba y en las revueltas de la población andalusí. La fragmentación del poder político provocó que solamente aguantara el reino de Granada. 1.6. EL REINO NAZARÍ DE GRANADA (1246-1492): Reinó la dinastía de los Nazaríes, que mantuvieron la independencia de Granada gracais a tres factores: -Una hábil gestión diplomática con los reinos cristianos y los reinos bereberes norteafricanos. -La cohesión que se logró establecer entre los diversos territorios que componían el reino nazarí de Granada (Almería, Granada y Sevilla). -La llegada masiva de andalusíes provenientes de otros reinos musulmanes que huían de la conquista cristiana. El reino alcanzó su máximo esplendor con Yusuf I y su hijo, Muhammad V, pero tuvo que aceeptar el vasallaje al rey castellano. A principios del S.XV, la situación comenzó a cambiar notablemente: los problemas sucesorios debilitaron el reino y Castilla aprovechó para esta situación para conquistar algunas ciudades. La unión de Castilla y Aragón en 1479, acentuó la dinámica cristiana conquistadora. Finalmente, los Reyes Católicos pactaron con el rey Boabdil la rendición de Granada, lo que suponía la desaparición del reino de Granada y, por tanto, todo vestigio del dominio musulmán en la península.