Papelucho Casi Huerfano Marcela Paz
Papelucho Casi Huerfano Marcela Paz
Papelucho Casi Huerfano Marcela Paz
PAPELUCHO 02
Antes yo siempre escribía mi diario, pero un cabro de la
clase me lo tiró a la basura y ya no escribí nunca más.
—No.
—Muchas gracias —le dije. Era una pena pensar que esas
tapas habían sido un verdadero jabalí y este señor lo aplastó
para hacerlo un puro cuaderno. ¿Por qué no me traería el jabalí
mejor?
—¿y el jabalí?
—¿Un negocio?
—¿Dónde, niño?
—Por ahí…
Doña Rosenda se lo mostró al Zoilo, y todos los
compradores estiraron el cogote para verla.
—Famoso de rico.
—¿Cómo adivinó?
—Era…
—¿Murió, seguramente…?
—¿Está en el hospital?
—Sí.
Ella movió la cabeza y casi se le cayeron los anteojos.
Y yo lo volví a sacudir.
Papelucho”