Mateos, M. Sensibilizando Al Visitante. Difusión Preventiva. 2011
Mateos, M. Sensibilizando Al Visitante. Difusión Preventiva. 2011
Mateos, M. Sensibilizando Al Visitante. Difusión Preventiva. 2011
Para citar se recomienda: Mateos, Santos M. (2011). Visitantes & Patrimonio cultural. Tanto monta, monta tanto, [en lnea] Miradas desde la copa. e-Revista de Comunicacin y Patrimonio cultural, n. 3, Vic: Grupo de Investigacin en Comunicacin y Patrimonio, Universitat de Vic, p. 2-3. Disponible en: www.comunicacionpatrimonio.net
SIN VISITANTES EL PATRIMONIO EST MUERTO, CUIDEMOS A LOS VISITANTES PARA QUE VIVA
Durante las ltimas dcadas hemos vivido un proceso de democratizacin educativa y cultural, junto a una expansin de la actividad turstica; un nuevo escenario que ha comportado que los museos, atractivos y equipamientos patrimoniales estn ms expuestos que nunca a la interaccin con los visitantes. Si ese uso cada vez ms intensivo de los productos patrimoniales es una de las muchas conquistas positivas del siglo pasado, no hay que negar que tambin ha generado desajustes y problemas en su conservacin. Ante este nuevo problema de gestin, la tendencia mayoritaria ha optado por la frmula ms sencilla: criminalizacin del visitante, dndole la espalda y limitndose a la utilizacin de un tipo de comunicacin basada en la prohibicin. No deja de ser curioso, pero este problema es algo positivo para las ciencias patrimoniales, que tienen en ello un verdadero reto: aportar soluciones comunicativas capaces de involucrar al visitante, informndole de todo aquello que se espera de l durante su visita y hacindole entender de su fragilidad. De hacerlo bien, se consigue un visitante sensibilizado, primer paso para el objetivo definitivo: el visitante como aliado y prescriptor. Un verdadero cambio en la percepcin del usuario, al partir de la premisa que en la pelcula de la gestin
patrimonial l es uno de los protagonistas principales. De las distintas posibilidades comunicativas para conseguir la cuadratura del crculo, conservar usando, este tercer nmero de la e-Revista hablar de la Difusin preventiva, una estrategia de comunicacin que puede ser la solucin al reto que deberan asumir los gestores de nuestros bienes culturales. Este tercer nmero se estructura en tres partes. Una primera que sirve de sostn terico (como la definicin de Difusin preventiva, un breve recorrido por su joven historia, etc.); una segunda que plantea el modelo estratgico ideal de aplicacin de la Difusin preventiva en los productos patrimoniales y una tercera y ltima donde se plantean grficamente una coleccin de pldoras comunicativas que responden a las aplicaciones que ahora se resuelven con pictogramas de prohibicin (No tocar, No hacer fotos con flash, etc.). Muestrario de fakes, de planteamiento guerrillero, que nos gustara que se tomasen como lo que son: una aproximacin provocativa al tema. Su misin es muy sencilla: estimular la reflexin y demostrar que su aplicacin es posible en el mbito de los museos y otros atractivos y equipamientos patrimoniales.
Para citar se recomienda: Mateos, Santos M.; Marca, Guillem; Attardi, Oreste (2011). Sensibilizando al visitante: la Difusin preventiva, [en lnea] Miradas desde la copa. e-Revista de Comunicacin y Patrimonio cultural, n. 3, Vic: Grupo de Investigacin en Comunicacin y Patrimonio, Universitat de Vic, p. 5-16. Disponible en: www.comunicacionpatrimonio.net
EL PUNTO DE PARTIDA
Si existe un mbito donde se debera aplicar el concepto de sostenibilidad (muy de moda sobre el papel pero escasamente elevado a la prctica), sin duda sera en el de los bienes patrimoniales. Una etiqueta nacida conceptualmente durante los aos ochenta del siglo XX, que serva para alertar del carcter insostenible del modelo de desarrollo econmico, capaz de satisfacer nuestras necesidades inmediatas pero comprometiendo seriamente las de nuestros hijos y nietos. Algo con una aplicacin totalmente pertinente para el tema que se trata: el uso pblico del patrimonio cultural, ya sea por el sistema educativo o por la industria turstica. Nadie dudar que en la sostenibilidad de los bienes culturales stos son una de las variables esenciales, pero muchos todava tendrn dudas que un papel similar lo deberan ostentar los propios visitantes. Craso error. Simplificando de forma extrema ese complejo conglomerado que llamamos visitantes, lo podramos dividir entre
visitantes motivados y no motivados. Mientras los primeros son consumidores habituales, que tienen como primera opcin la visita a los productos patrimoniales, los segundos no los tienen como algo prioritario, visitndolos como un elemento ldico ms de la oferta cultural o como parte de un rito social. Evidentemente, si la motivacin de partida incluye los productos patrimoniales, tendremos visitantes mayoritariamente sensibilizados sobre su fragilidad, actuando en consecuencia con una actitud respetuosa y colaborativa. El problema surge con aquellos visitantes que conforman la segunda posibilidad que, faltos de esa sensibilidad que los otros cargan en su mochila, son capaces de ocasionar autnticos estragos all por donde pasan y pisan, ms por escaso conocimiento y concienciacin que por mala fe. Teniendo en cuenta ese compuesto que forma parte del llamado visitante, no se debera simplificar el problema de
su relacin con los bienes culturales, a riesgo de ser simplista y un punto demaggico. Lamentablemente, todava est muy presente la idea que asimila a los visitantes con un feroz lobo que todo lo depreda. Otra actitud es considerar a los visitantes, tanto los de intencin como los incidentales, como corderos que se han tenido que calzar una piel de lobo, obligados por unas activaciones donde no se les ha tenido nunca en cuenta o se les ha menospreciado directamente. Como comentan dos especialistas vinculados estrechamente con la conservacin preventiva, Monica Ardemagni (1997 y 2003) y Gal de Guichen (2000), los visitantes no slo pueden dejar de ser lobos depredadores, sino que pueden incluso ser autnticos protectores. Obviamente, si se piensa en ellos a la hora de planificar los productos patrimoniales, tambin desde el punto de vista comunicacional.
Se percibe al visitante como a un aliado que puede y debe ayudar en la conservacin de los bienes culturales
1. 2. 3. 4. 5. 6.
Exposiciones no convencionales Medios multisensoriales/variedad Exposiciones interactivas Orientacin fsica/cognitiva Organizacin de contenidos Tesis abierta/mltiple
MINDFUL [CONSCIENTE]
1. 2. 3. 4. 5. 6.
Exposiciones tradicionales Medios unisensoriales/escasez Exposiciones estticas No orientacin fsica/cognitiva No organizacin de contenidos Tesis cerrada/nica
MINDLESS [INCONSCIENTE]
En este sentido, autores como la experta en psicologa del turismo Gianna Moscardo (1996 y 1999) han demostrado empricamente que se puede conseguir un tipo de visitante consciente (mindful) an partiendo de un tipo de visitante no motivado de inicio, inconsciente (mindless). Su modelo mindfulness parte de factores controlables (los comunicativos) y no controlables (los intereses y expectativas de los propios visitantes). Los primeros inciden directamente en los segundos, consiguiendo un estado cognitivo en los visitantes que tiene como consecuencia directa una mayor comprensin y aprendizaje, que reporta finalmente una mayor satisfaccin. Para potenciar ese cambio y mejorar la comunicacin con los visitantes, la misma autora (Moscardo, 1999) fija y desarrolla cinco premisas que deberan tener en cuenta los gestores de los productos patrimoniales: 1. Ayudar a los visitantes a encontrar su camino; 2. Conectar con los visitantes y hacer que participen; 3. Ofrecer variedad; 4. Contar buenas historias que tengan sentido; y 5. Conocer y respetar a los visitantes.
Hace unos aos, en el marco de un encuentro profesional celebrado en Barcelona cuyo objetivo era reflexionar y debatir sobre el presente y futuro del turismo cultural (Nuevas polticas para el turismo cultural: retos, rupturas, respuestas, Fundaci Caixa de Catalunya, 26-28 de mayo de 2005), el filsofo y antroplogo argentino Nstor Garca Canclini destil en dos posicionamientos antagnicos la relacin entre turismo y patrimonio. Aunque ceido al matrimonio de conveniencia de los recursos patrimoniales con la industria del turismo, es algo que se puede extrapolar perfectamente al tema que tratamos aqu. Hablaba Garca Canclini de dos posibilidades basadas en opiniones totalmente divergentes: la de los paranoicos y la de los utilitaristas. Mientras que para los primeros esa relacin supona la masificacin, mercantilizacin y frivolizacin del patrimonio, para los segundos era todo lo contrario, considerndose como una autntica oportunidad para difundirlo y conservarlo. Est claro que no todo es blanco o negro, pues muchos de los efectos negativos que ocasiona el uso del patrimonio, como el desgaste o la exposicin excesiva, pueden corregirse para evitar posibles problemas. Desgraciadamente existen otros, como el vandalismo, que son difciles de controlar.
Y si pueden corregirse, es que el equilibrio entre uso y conservacin es posible. Y si es posible, es que se pueden hacer cosas para conseguirlo. Este es precisamente el planteamiento de los pragmticos, una tercera posibilidad que sumamos a aqullas planteadas por Garca Canclini (Mateos, 2009). Situados a caballo entre paranoicos y utilitaristas, los pragmticos reconocen los efectos negativos generados por los visitantes pero, abandonando todo espritu crtico inoperante (en la prctica), centran sus esfuerzos en el establecimiento de frmulas correctoras que, finalmente, permitan su activacin y uso. Es decir, un trabajo proactivo para reducir a la mnima expresin los efectos negativos potenciando los positivos, conciliando uso y conservacin. Entre esas recetas correctoras, cuyo objetivo es planificar y controlar los impactos producidos por los visitantes, encontramos las puramente comunicativas, entre las que se encuentra la Difusin preventiva.
LA DIFUSIN PREVENTIVA
Pero, qu es eso de la Difusin preventiva? Qu objetivo persigue? Por qu debera utilizarse? Cundo y dnde nace?
Mensajes preventivos
Educacin / Divulgacin
Dimensin recreativa
Producto patrimonial
Mediante la utilizacin de recursos comunicativos, su objetivo esencial es la sensibilizacin entre los usuarios de los bienes culturales activados de su fragilidad y de las dificultades para mantenerlo en buenas condiciones de conservacin, potenciando entre ellos actitudes activas de respeto y proteccin. Como bien comentaba Monica Ardemagni, por aquel entonces responsable de proyectos para la sensibilizacin del pblico del ICCROM (Centro Internacional de Estudios para la Conservacin y la Restauracin de los Bienes Culturales): Prevenir no quiere decir solamente tomar determinadas medidas para impedir el deterioro del bien, sino tambin informar al pblico que ese bien es frgil, que puede desaparecer para siempre y que necesita particular atencin. La relacin con el bien cultural se limita todava al conocimiento de su existencia o de su importancia; hoy es necesario agregar otro elemento: la conciencia de su fragilidad (Ardemagni, 1997). Un nuevo planteamiento que supone un cambio de paradigma sobre el papel
y la responsabilidad de los usuarios: de consumidores predadores a consumidores protectores. En definitiva, una estrategia comunicativa de probada solvencia para conseguir ese cambio de actitud y comportamiento, junto con la creacin de una imagen positiva. Veamos cmo lo consigue: Cmo conseguir que el visitante colabore en el uso correcto y respetuoso del producto patrimonial que visita? Justificando con determinadas recomendaciones el comportamiento que se le invita a tener durante su visita. Cmo se consigue que su imagen sea ms positiva? Explicando determinadas polticas o acciones de conservacin preventiva que le permitan visualizar de manera explcita el trabajo activo y continuado para conseguir su preservacin. Los equipamientos y atractivos patrimoniales, ya sean museos, yacimientos
arqueolgicos o monumentos arquitectnicos, verdaderos espacios de transmisin educativa y cultural, no deberan continuar utilizando exclusivamente medidas restrictivas para alertar a sus usuarios de la actitud y comportamiento que se espera mantengan durante su visita. Las largas listas de prohibiciones pueden llegar a ser efectivas, pero sin lugar a dudas son nada o escasamente educativas. Cambiar el tono y explicar los motivos por los cuales se recomienda una determinada accin estn ms acordes con esos lugares de educacin y cultura. Aunque bien es cierto que no se debe pecar de ingenuos como para creer que se deba abandonar totalmente la actual poltica de control y seguridad, cuando con bastante asiduidad nos asaltan y sobresaltan noticias de actos vandlicos perpetrados contra bienes culturales. Ms bien lo que se propone aqu es la utilizacin conjunta de ambas estrategias, la coercitiva y la educativa, planteando un futuro idlico (y quiz utpico) en que la primera ya no fuera necesaria.
heritage together, de 1997, planificado para sensibilizar a los visitantes del sitio arqueolgico de Ostia Antica. Entre los preocupados por plantear la cuestin entre los profesionales de los medios de comunicacin, el premio Media Save Art, otorgado por vez primera el ao 1991 para premiar el mejor producto periodstico sobre el tema (Ardemagni, 2007). El ltimo de los esfuerzos del organismo internacional se centr en conseguir la inclusin de mensajes explcitos sobre la fragilidad del patrimonio en las guas tursticas de gran tirada y difusin, como las guas Lonely Planet, Michelin o Touring Club (Ardemagni, 2004). Prcticamente de forma paralela al ICCROM, el CCA (Centro di Conservazione Archeologica di Roma) inici una lnea de trabajo propia que agregaba esos aspectos comunicativos, con ejemplos como el del proceso de restauracin del Arco de Septimio Severo en el Foro Romano (el 1985) o el proceso de conservacin del Atrio del Museo Capitolino (entre 1990 y 1993), entre otros muchos. Quiz uno de sus proyectos de sensibilizacin ms interesantes fue Colosseo Mio, llevado a cabo en el Coliseo a finales de los aos 90, con seis programas pensados para seis tipos diferentes de pblico (Nardi, 1999). Experiencias que se exportaran a Espaa, donde fue pionero el Museo Arqueolgico de Granada con un proyecto, dirigido al pblico escolar, que se desarroll a partir del llamado Guerrero de Baza, muy en sintona con aqul del Marco Aurelio desarrollado por el ICCROM y el ICR (San Martn et al., 2001).
DO NOT TOUCH
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NO EATING
no smoking
El objetivo preventivo de la Difusin preventiva ya ha quedado claro, por lo que comentaremos a continuacin otro de sus objetivos: el de imagen. Como esas pistas ocultas que nos regala el mundo de la msica, la inclusin de mensajes preventivos en los discursos que se trasladan a los visitantes de nuestro patrimonio es una magnfica herramienta al servicio de la identidad corporativa, tanto de los propios productos patrimoniales como de sus gestores. Integrar en el relato que se traslada a los visitantes alguna de esas cuestiones del da a da que normalmente no se explicitan, favorece que aqullos tengan una idea cabal de esos esfuerzos, lo que redunda en la imagen que tendrn del equipamiento en cuestin y, por extensin, de sus gestores-conservadores. Por supuesto mucho ms positiva que en la situacin anterior en la que ese tipo de informacin se soslayaba.
Para conseguir proyectar esa imagen positiva en la mente de los visitantes, es necesaria la implicacin directa de los gestores-conservadores en los procesos de difusin que se establecen con los pblicos de la institucin, pasando del mayoritario papel de reparto que tienen en la actualidad al de protagonistas principales. Aquello que no se comunica no se conoce y, por tanto, no se valora. Y para ser visible, para pasar de un papel a otro, tiene que gestarse un cambio de mentalidad en las propias dinmicas profesionales. Por tanto, la labor de un gestor-conservador no debera limitarse a la tradicional vigilancia de los recursos patrimoniales bajo su responsabilidad, sino que tendra que extenderse ms all, llegando a incidir directamente, mediante la comunicacin, en los usuarios de esos bienes culturales. Seguramente eso ayudar a que se valore socialmente y con justicia su papel capital en la gestin de nuestro patrimonio cultural.
Si hacemos una radiografa de urgencia sobre la forma que tienen los productos patrimoniales de comunicar la actitud y el comportamiento que se espera de los visitantes, el resultado arroja un panorama desalentador: la gran mayora se sirve de un tipo de comunicacin basado en las prohibiciones.
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El sistema convencional es el uso de pictogramas que informan de aquello que no debe hacerse. Mensajes pictogrficos que el visitante se va encontrando en diferentes soportes durante su visita. Ya sea en la entrada, en el folleto informativo, en pequeas cartelas o grandes carteles, los mensajes siempre son los mismos: no tocar, no llevar mochilas, no gritar, no comer y beber, etc. Por ejemplo, aqu tenemos una muestra de lo que se espera del visitante durante su visita a un monumento, el Palazzo Ducale de Venecia (Italia). Se le indica todo aquello que no puede hacer mediante un catlogo de ocho pictogramas, avisndole que el edificio est vdeo-vigilado.
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Con suerte, en algunas ocasiones se ampla esa sinttica informacin, justificando el motivo por el cual se pide una determinada accin por parte del visitante. Si se pueden hacer fotos, pero no con nimo comercial, es algo que normalmente se resuelve de la forma ms fcil: prohibiendo directamente que todos los visitantes puedan sacar fotografas. En el caso que se ilustra, los gestores de la beguinera Ten Wijngaerde de Brujas (Blgica) han optado por informar al pblico de ese detalle, partiendo de la buena voluntad de aquellos que hacen fotos comerciales.
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Una opcin a medio camino es la que combina el mensaje prohibitivo (ya sea con un pictograma o mediante un breve texto) con el informativo. Por ejemplo, en el British Museum de Londres (Inglaterra), se incluyen cartelas donde se empieza por prohibir una determinada accin (Por favor no tocar los objetos), para a continuacin intentar involucrar al visitante en la conservacin de las obras expuestas (Aydenos a preservar estas esculturas para el futuro), junto con la explicacin de los efectos negativos que tiene no cumplir con la prohibicin (Con el tiempo, los aceites naturales y la suciedad de nuestras manos pueden daar incluso la piedra ms dura)
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En cuanto a la segunda posibilidad de la Difusin preventiva (la explicacin al visitante de determinadas polticas o acciones de conservacin preventiva), son an ms escasos los ejemplos, ya que simplemente es algo que no se tiene en cuenta. Mensajes que expliquen, por ejemplo, que en determinados espacios expositivos la intensidad lumnica baja para asegurar la correcta preservacin de lo que all se expone (obras que utilizan el papel como soporte, tejidos, etc.), brillan por su ausencia. Un tipo de mensaje que vemos aplicado en el ejemplo de la Tate Britain de Londres (Inglaterra), donde se le explica al visitante mediante un pequeo texto (Los niveles de luz se mantienen en un nivel bajo en esta exposicin, para la proteccin de las obras de arte) y un pictograma con la silueta de una bombilla (que incluye el texto Bajos niveles de luz).
Por desgracia, no conocemos ejemplos de productos patrimoniales donde se haya aplicado un proyecto integral de Difusin preventiva, ofreciendo al visitante un tipo de mensajes que margine la prohibicin para centrarse exclusivamente en informar en tono positivo y constructivo de aquello que se espera de l. Y menos an los que, adems de eso, tambin explican a sus visitantes determinadas acciones de conservacin preventiva.
Es tanto el camino por recorrer y tantas las posibilidades de innovacin que supone aplicar un proyecto global de Difusin preventiva, que los gestores que se atrevan a implementarlo en el producto patrimonial que gestionan lo convertirn en un referente de buen trato al visitante. Y recordamos que tratar bien a los usuarios es tratar bien a nuestros bienes culturales.
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PARA SABER MS
ARDEMAGNI, Monica (1997): La conservacin preventiva y el gran pblico. En: Hidalgo, Jos Manuel (coord.). Actas del Coloquio Internacional sobre la conservacin preventiva de bienes culturales. Vigo: Excma. Diputacin provincial de Pontevedra, p. 89-104. - (2003): Pblico predador o pblico protector? Cmo involucrar al pblico en la conservacin del patrimonio. Mus-A. Revista de las instituciones del patrimonio histrico de Andaluca, nm. 2, p. 99-103. - (2004): Atencin visitante!. ICCROM Boletn, nm. 30, p. 8. - (2007): Patrimonio y pblico. La labor de sensibilizacin a travs de los medios de comunicacin. En: DD.AA. Patrimonio cultural y medios de comunicacin. Sevilla: Consejera de Cultura, Junta de Andaluca, p. 71-79. - (2008): El pblico y la conservacin del patrimonio. En: Mateos Rusillo, Santos M. (coord.). La comunicacin global del patrimonio cultural. Gijn: Trea, p. 111-129. BLOND, Alice (ed.) (2000): Jeunes et sauvegarde du patrimoine. Cahier de sensibilisation des jeunes la fragilit et la conservation du patrimoine / Youth and the Safeguard of Heritage. Approaches to raising youth awareness of the fragility and the conservation of cultural heritage. Roma: ICCROM. GRATTAN, Naomi (2004): ICCROM & Public Advocacy [en lnea]. Roma: ICCROM. Disponible en: <http://www.iccrom.org>. GUICHEN, Gal de (2000): Introduction. Notre patrimoine est fragile: protgeonsle!. En: Blond, Alice (ed.). Jeunes et sauvegarde du patrimoine. Cahier de sensibilisation des jeunes la fragilit et la conservation du patrimoine / Youth and the Safeguard of Heritage. Approaches to raising youth awareness of the fragility and the conservation of cultural heritage. Roma: ICCROM, p. 13-23. MATEOS, Santos M. (2009): Patrimoni cultural i indstria turstica. La comunicaci com a estratgia per afavorir un matrimoni sostenible. En: de San Eugenio, Jordi (coord.). Manual de Comunicaci Turstica. Girona: Documenta Universitaria, p. 213233. MOSCARDO, Gianna (1996): Mindful visitors: Heritage and Tourism. Annals of Tourism Research, nm. 23 (2), p. 376-397. - (1999): Making Visitors Mindful: Principles for Creating Quality Sustainable Visitor Experiences through Effective Communication. Champaign, Illinois: Sagamore Publishing. NARDI, Roberto (1999): Implicar al pblico: un nuevo enfoque de la educacin para la conservacin. Museum international, nm. 201, p. 44-50. PARDO, Ghislaine (ed.) (2000): Presse et sauvegarde du patrimoine. Recueil darticles de presse abordant le thme de la fragilit du patrimoine et de sa conservation / The Press and the Safeguard of Heritage. Collection of press articles on the subject of the fragility of cultural heritage and its conservation. Roma: ICCROM. SAN MARTN, Concha et al. (2001): Sensibilizar para conservar: una experiencia con pblico infantil en un museo arqueolgico. PH. Boletn del Instituto Andaluz del Patrimonio Histrico, nm. 34, p. 138-145.
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Para citar se recomienda: Attardi, Oreste; Mateos, Santos M.; Marca, Guillem (2011). Modelo Batiscafo de interaccin preventiva para productos patrimoniales, [en lnea] Miradas desde la copa. e-Revista de Comunicacin y Patrimonio cultural, n. 3, Vic: Grupo de Investigacin en Comunicacin y Patrimonio, Universitat de Vic, p. 17-20. Disponible en: www.comunicacionpatrimonio.net
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El modelo aplicativo se basa en la ejecucin de mensajes de comunicacin preventiva que conviertan al visitante predador en visitante protector. Para lograrlo, cada arco de este modelo puede ejercer ms o menos presin (en funcin del objetivo, contenido, intencionalidad, creatividad y diseo del mensaje) sobre el visitante. Cada seccin de esta elipse representa un tipo de fuerza a la que someteremos al visitante. Y estas fuerzas tienen dos claros componentes en sus extremos: por un lado la estructura del mensaje (informativo y/o persuasivo) y, por otro, el nivel de interaccin (convencional y/o no convencional) del mismo. Segn el objetivo que se quiera asumir, se aplica-
r mayor, menor o igual fuerza en nuestra comunicacin dando mayor, menor o igual peso a cada uno de estos componentes. Para conseguirlo, tenemos un eje que divide dos grandes reas de intencionalidad a la que se vern sometidas estas fuerzas. La primera ser estratgica y se dar mayor peso a una comunicacin racional, estructurada e intencional. En la segunda, la emocional, se ofrecern inputs para crear vnculos afectivos entre el visitante y el espacio patrimonial en el que se ver inmerso. El nivel de las fuerzas siempre viene determinado por uno o varios objetivos a cumplir.
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Esta escalera supone un modelo de cambio de actitud y comportamiento, relacionados con las fuerzas de comunicacin preventiva y los diferentes niveles de interactividad que se aplican en funcin de las fases o estadios ante diferentes tipos de pblico objetivo. El modelo propone un paso a paso en la conversin de un visitante, desde su estado de iniciacin hasta crear una alianza preventiva en el que, l mismo, se convierte en prescriptor. Para ello, se han desarrollado tres niveles de actitud: iniciacin, compromiso y alianza, que actuarn sobre el eje emocional de nuestro mensaje. Y tres niveles en el eje estratgico: cobertura (nmero de receptores), frecuencia (nmero de mensajes o repeticin del mensaje) y plena interaccin (estadio en el que ya implementa la intencionalidad de nuestro mensaje).
Queda claro que, al inicio, se aplicarn tcnicas de identificacin, cualificacin y segmentacin de nuestro universo de prescriptores para observar en qu estadio se encuentran. A partir de ah se ejecutar la correspondiente fuerza de comunicacin para que vayan subiendo por esta escalera lo ms rpidamente posible. Sin embargo, no es necesario que pasen por todos y cada uno de estos escalones de forma consecutiva, pues podemos tener receptores que al primer impacto se conviertan en receptor proactivo o receptor prescriptor. Al igual que una escalera, los peldaos pueden subirse de dos en dos, de tres en tres... y esto depender de la fuerza de interaccin aplicada vs. la actitud receptiva.
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Este grfico desarrolla un modelo de implantacin de herramientas de comunicacin eficientes en funcin de la interaccin zonal a la que se ver sometido el mensaje preventivo y la actitud del pblico en cada una de esas zonas. Cada rea representa un espacio en el que la herramienta ms eficiente proporcionar los resultados deseados en los objetivos prefijados de cada mensaje. De esta forma y, aplicando un claro concepto convencional y no convencional 360, se ir incidiendo en la mente del consumidor progresivamente: mientras hace cola esperando a entrar en el recinto, mientras accede al mismo, en la recepcin y ya, ms adelante, en el mismo interior del espacio expositivo.
El efecto acumulativo espacial, con mensajes creativos y educativos, busca la concienciacin afectiva del visitante/ usuario del espacio (a todos los niveles y en todas las edades, adaptando el mensaje). De mayor presin en nuestro mensaje (exterior del recinto) a menor presin (interior del recinto), este modelo logra un claro e innovador objetivo: conseguir que el visitante de cada espacio patrimonial entre al mismo ya convencido de su actitud proactiva-preventiva (de manera ldica, creativa y educativa). Sin necesidad de imponer formas prohibitivas y coercitivas tradicionalmente utilizadas en estos recintos.
SELECCIN HERRAMIENTAS
Convencional: - Visibilidad: cartelera, areos, floor stickers, PLV, sealtica, etc. - Elementos grficos 3D. - Dispositivos audiovisuales: pantallas, reproductores audio. No convencional (online): - Mobile tools: descargas bluetooth, open wifi, apps, widgets, advergamings, sms, mms, vms, microsite (mobile), Cdigos QR, Marca de Agua Digital, NFC (Near Field Communication), etc. - Virtual 3D, Realidad Aumentada. No convencional (offline): - Interaccin face to face. - Ambientacin sensorial experiencial.
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Convencional: - Visibilidad: lonas fachada, elementos grficos 3D, PLV. - Dispositivos audiovisuales: pantallas, megafona. No convencional (online): - Cdigos QR, Marca de Agua Digital, NFC (Near Field Communication), etc. - Virtual 3D, Realidad Aumentada.
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Follow up messages (Mensajes de seguimiento/refuerzo) Convencional: - Visibilidad: PLV, sealtica, cartelera, folletos - Pantallas audiovisuales. No convencional (online): - Activacin Virtual 3D, Realidad Aumentada. - Pantallas interactivas. No convencional (offline): - Interaccin face to face.
Convencional: - Visibilidad: PLV, sealtica, cartelera, folletos, entradas. - Elementos grficos 3D. No convencional (online): - Pantallas interactivas. - Mobile tools - mensajes follow ups (seguimiento/refuerzo): sms, mms, vms, Cdigos QR, Marca de Agua Digital, NFC (Near Field Communication), etc. - Activacin Virtual 3D, Realidad Aumentada. No convencional (offline): - Interaccin face to face. - Ambientacin sensorial experiencial (apoyo).
REAS DE PRESIN
Exterior perimetral: calle, aceras, zonas ajardinadas exteriores, zonas de acceso exterior. Exterior recinto: zonas ajardinadas, escaleras, accesos, exteriores. Exterior edificio: fachadas. Interior edificio: acceso, vestbulo. Interior edificio: espacio expositivo.
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Para citar se recomienda: Marca, Guillem; Mateos, Santos M.; Attardi, Oreste (2011). Coleccin de pldoras de Difusin preventiva, [en lnea] Miradas desde la copa. e-Revista de Comunicacin y Patrimonio cultural, n. 3, Vic: Grupo de Investigacin en Comunicacin y Patrimonio, Universitat de Vic, p. 21-29. Disponible en: www.comunicacionpatrimonio.net.
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Con la pieza Flash incorporado de serie, dispuesta para mostrarse en la entrada del museo mientras los visitantes realizan la espera para la compra de la entrada, nos permitimos explicar el dao que realiza el flash en las obras con dos niveles de significacin. En un primer nivel, el interlocutor de la pieza se encuentra con el Pantocrator luciendo unas gafas de sol. La pieza consigue llamar la atencin a todos los pblicos y los emplaza a la lectura del redaccional del pie en el que se explica el dao causado por la luz del flash. Para pblicos ms avanzados, con el titular de la pieza Flash incorporado de serie se establece un doble sentido vinculado a la inscripcin Ego Sum Lux Mundi del libro sostenido en la mano izquierda de la divina figura.
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La pintura La maja desnuda permite dirigirnos al visitante emplazndolo a dejar bolsos y mochilas en la consigna expresndole un no hay para tanto definido con el titular No te pedimos que llegues a este extremo. La pieza se remata con la inclusin en la obra de Goya de una mochila que busca que el visitante siga interesndose por la pieza hasta digerir la informacin que explica las ventajas y los motivos preventivos de visitar el museo sin transportar objetos voluminosos.
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La consigna es el lugar ideal para que descansen mochilas y otros objetos voluminosos como paraguas o cascos. Disfrutars ms cmodamente durante tu estancia con nosotros. Adems, nos ayudars a evitar que las obras se puedan daar por un roce involuntario con alguno de esos objetos.
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En este caso, es el titular el que hace de gancho para llamar la atencin: Declrale tu amor en Facebook. Se presenta grficamente el maltrato al que son sometidos algunos de los monumentos con acciones de vandalismo, dando alternativas mucho mas productivas y enfocndolas positivamente con irona. Dirigindonos al target joven, les sugerimos la utilizacin de redes sociales en vez de las pintadas sobre la superficie de las obras. El mensaje, a travs de Facebook, sin duda llegar ms lejos que daando una obra maestra.
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Es bonito decirle a alguien que le quieres, pero lo es mucho ms si no se daa ninguna obra de arte al hacerlo. Dselo con poesa, con flores o por Facebook, pero evita rayar sobre las obras de arte. Son para todos, mejor cuidarlas. http://www.alhambra-patronato.es
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MEJOR EN LA CAFETERA
El apetito por conocer nuestras obras lo saciars en las salas. Pero si lo que te apetece es comer o beber algo, la cafetera es el lugar ideal. Piensa que el contacto fortuito de comida o lquido con las obras podra ser fatal.
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ISSN 2013-8601
Editor: Santos M. Mateos Rusillo Maquetacin: Sil Barrios Diseo de pldoras: Sil Barrios Publicacin: Octubre 2011
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