Conicet Digital Nro.25403
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Cervigni, Mauricio Alejandro; Stelzer, Florencia; Mazzoni, Cecilia Clara; Gómez, Carlos Dante; Martino, Pablo
Funcionamiento Ejecutivo y TDAH. Aportes Teóricos para un Diagnóstico Diferenciado entre una Población
Infantil y Adulta
Interamerican Journal of Psychology, vol. 46, núm. 2, 2012, pp. 271-276
Sociedad Interamericana de Psicología
Austin, Organismo Internacional
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Revista Interamericana de Psicología/Interamerican Journal of Psychology - 2012, Vol. 46, Num. 2, pp. 271-276
ARTICULOS
Mauricio Alejandro Cervigni1
Florencia Stelzer
Cecilia Clara Mazzoni
Carlos Dante Gómez
Pablo Martino
Instituto Rosario de Investigación en Ciencias de la Educación (IRICE-CONICET / UNR)
Universidad Nacional de Rosario (UNR ), Argentina
Resumen
Extrapolation of the nomenclature used to define disorders associated with deficits of executive
functioning in adults, has skewed the understanding of the processes that underlie the symptoms of
ADHD in children. Given that executive functions have a prolonged postnatal development, these
alterations in children and adults may differ in their etiology and the possibility of recovery. This
paper deals with the executive processes from a socio-historical approach. It concludes by pointing
out the importance of this approach for diagnosis and therapeutic management of ADHD in children.
It also suggests the use of the classification of “anexecutive syndrome” in adults and “dysexecutive
disorder” in children, in order to clarify the differences between the two disease entities.
Keywords: disexecutive disorder, anexecutive syndrome, infant neuropsychology, classical neuro-
psychology, theoretical study.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperac- o Trastorno Disejecutivo del adulto, el cual acaece
tividad (TDAH) constituye una demanda de atención tras un lesión frontal (Periañez & Barceló, 2004). Sin
clínica muy frecuente, cuyo abordaje ha impulsado embargo, las particularidades del sistema nervioso en
el estudio del desarrollo de las funciones ejecutivas desarrollo, vuelven necesaria la diferenciación entre
durante la infancia (Cardo, Barceló & Llobera, 2007; ambas alteraciones.
Culpepper, 2012; Wichstrøm, et al., 2011). Con el objetivo de contribuir a dicha diferenciación,
Las alteraciones en el funcionamiento ejecutivo en el presente artículo se analiza la especificidad de la
observadas en el TDAH se asemejan en gran medida neuropsicología infantil respecto de la neuropsicología
a la semiología del denominado Síndrome Frontal clásica, tradicionalmente basada en el estudio de su-
jetos adultos. En relación con este punto, se introduce
1
rof. y Psicólogo. Doctor en Psicología. Docente- Investigador
P el concepto clave de neuroplasticidad, contrastando la
IRICE-CONICET / UNR: [email protected] influencia del entorno en la organización de la estruc-
272 tura y funcionalidad del cerebro durante la infancia y del XX (Lipina & Álvarez, 2011). Desde un punto de
la vida adulta. vista histórico ciertos conceptos acerca del desarrollo
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cerebral adulta difiere notablemente de la organización a través del tiempo, mientras que por maduración se 273
cerebral en el niño. Esta particularidad reviste una entiende básicamente el curso inexorable –de orden
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importancia colosal, ya que en la organización cerebral biológico y genético- advertido en distintas áreas y
adulta, relativamente estable, los factores ambientales diferentes momentos del crecimiento del niño. Estos
no proporcionan grandes alteraciones a la misma, sin dos procesos interactúan mutuamente, conformando
embargo, en el caso del niño en proceso de desarrollo, una díada indisoluble que, sumando el aprendizaje,
los estímulos ambientales cobran un valor significativo. recíprocamente complementario, caracteriza la propia
Por otra parte, según afirma el mismo autor, en el naturaleza del proceso ontogenético del ser humano.
cerebro adulto existe un nivel de correlación anátomo- Desde el paradigma de la NP infantil se afirma que
funcional entre la maduración y la conducta, que no la dinámica de funcionamiento cerebral en la infancia
se presenta del mismo modo en el niño. La razón tiene una lógica particular y diferente a la del adulto. El
subyacente de dicha diferencia es que en el cerebro in- desarrollo temprano no consiste en un mero mecanismo
maduro interviene drásticamente una multicausalidad automático de crecimiento unidireccional, sino que más
de factores que regulan el correcto funcionamiento de bien constituye un proceso dialéctico entre la madu-
todo el sistema nervioso. De este modo, el desarrollo ración de las estructuras cerebrales y las influencias
del sistema nervioso es el resultado de una interacción socio-culturales (Vigotsky, 1978).
extremadamente compleja entre diversas variables
(Purves et al., 2003). El cerebro: un producto de la cultura y la
Siguiendo con esta distinción entre la NP clásica y educación
la NP infantil o del desarrollo, resulta necesario hacer El cerebro es un órgano que configura sus estructuras
mención de un concepto clave, que fundamenta dicha funcionales de acuerdo a la compleja imbricación de
diferenciación: el de plasticidad neuronal o neuroplas- factores biológicos y sociales. La estructura morfológi-
ticidad. La misma se define como la capacidad del ca del cerebro no asegura por sí misma la presencia de
cerebro de reorganizarse y modificar sus funciones, con la totalidad de las aptitudes psíquicas, sino que provee
el fin de adaptarse a los cambios externos e internos. la potencialidad para forjarlas en la experiencia socio-
Asimismo, permite la reparación de los circuitos neura- cultural. Asimismo, para que dicha funcionalidad se
les dañados y la integración de diversas áreas corticales manifieste se hace necesario que –mediado por un
para ejecutar funciones modificadas (Hernández- proceso de aprendizaje- se interiorice el mundo de los
Muela, Mulas & Mattos, 2004). El ambiente rico en objetos y fenómenos humanos (Azcoaga, 1985; Feld &
estímulos de diversa índole interviene positivamente Rodríguez, 2004; Luria, 1973, 1995; Vigotsky, 1982). A
en la adquisición de funciones cerebrales durante la su vez, cabe aclarar que las potencialidades cognitivas
infancia. Si bien la plasticidad cerebral no se limita y comportamentales están limitadas por la maduración
a las edades tempranas, sino que permanece hasta la cerebral. Dicho en otros términos, la maduración de
adultez, esta capacidad es mayor en los primeros años toda la arquitectura cerebral impone ciertas restric-
de vida y disminuye gradualmente con la edad. ciones al desarrollo cognitivo aunque dicho límite no
El aprendizaje y la recuperación de funciones que sea inamovible.
se han visto menguadas por alteraciones acaecidas en Las conexiones neuronales que se establecen depen-
el transcurso del desarrollo, se potencian si se propor- den de las experiencias con el entorno físico y social
cionan experiencias o estímulos precoces al sujeto, lo (Eisemberg, 1998; Pally, 2000; Tirapu Ustarroz, Rios
que introduce la noción de períodos críticos para la Lago, Maestú Unturbe & Arnaud, 2011). En estas
plasticidad neuronal (Hernández-Muela et al, 2004). conexiones intervienen tanto factores genéticos y ali-
En este sentido, la infancia, es un período crítico fun- mentarios, como la estimulación ambiental, el cuidado
damental, durante el cual las estructuras cerebrales se y la educación que recibe el sujeto.
encuentran en proceso de maduración, se configuran El cuidado que recibe el niño en las primeras etapas
permanentemente nuevas conexiones sinápticas, y tiene de la vida tiene un impacto duradero en el desarrollo,
lugar la mielinización creciente del tejido neural. En el en la capacidad de aprendizaje y en la habilidad de
transcurso de dicho período crítico, los circuitos cere- autorregulación afectiva y conductual. La ausencia de
brales poseen gran plasticidad y la ausencia de una ade- una adecuada estimulación o las experiencias negativas
cuada estimulación tiene importantes consecuencias acaecidas durante el desarrollo temprano, tienen serias
futuras (Fox & Rutter, 2010; Lipina & Álvarez, 2011). y sostenidas consecuencias en la vida del sujeto. Situa-
Asimismo, la especificidad de la NP infantil resulta ciones de maltrato, negligencia, desigualdad social,
comprensible cuando se distinguen los conceptos de impactan de manera adversa en el desarrollo cognitivo
maduración y desarrollo. Como afirma Azcoaga (1985) y afectivo y ponen de manifiesto la vulnerabilidad
el desarrollo remite al desenvolvimiento del organismo social del cerebro (Rodríguez-Arocho, 2000).
274 Sociogénesis de las funciones cognitivas de Las funciones ejecutivas emergen en la ontogenia
alto nivel probablemente hacia el final del primer año de vida
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Las funciones cerebrales superiores son producto del y experimentan importantes cambios entre los tres y
aprendizaje (Azcoaga, 1985) y se establecen en el trans- cuatro años de edad (Damasio, 1994; Kerr & Zelazo,
curso de la ontogenia (Vigotsky, 1978). Según Vigotsky 2004; Rolls, 2000; Zelazo & Müller, 2002).
(1982) cada función en el desarrollo infantil aparece en Durante los tres primeros meses luego del nacimien-
escena dos veces y en dos niveles diferentes: primero to, la emoción esta mediada por la estructura límbica
en el plano social y luego en el psicológico. Es decir, al subcortical y la amígdala. A partir del tercer mes el
principio es una categoría interpsicológica y luego una córtex órbito frontal se configura gracias a la interac-
categoría intrapsicológica. En concordancia con este ción materno-infantil. Entre los seis y los nueve meses
pensamiento, Luria (1966, 1972, 1978a,b) afirma que la intensa excitación afectiva multimodal (que incluye
los procesos funcionales en el niño comienzan siendo vocalizaciones, movimientos, cuidados, sonrisas,
extrínsecos por su origen y sociales por naturaleza, y miradas, etc.) estimula el crecimiento de circuitos
con el paso del tiempo se convierten en intrínsecos. dopaminérgicos. Aproximadamente, entre los diez y
La adquisición de las funciones cognitivas depende doce meses, aumentan los circuitos dopaminérgicos
tanto de la herencia genética como de las experiencias que acompañan los períodos con elevado nivel de ex-
históricas del sujeto. Esta interdependencia entre cere- citación afectiva positiva. En esta fase, los cuidadores
bro, cognición, cultura y educación tiene importantes del niño comienzan a inhibir las conductas infantiles
implicaciones a la hora de planificar intervenciones marcando límites por medio del discurso. Tal inhibición
tempranas en educación y prevención dentro del campo estimula el crecimiento de los circuitos noradrenér-
de la salud mental. gicos que regulan la actividad del sistema nervioso
Las funciones cognitivas de alto nivel más inves- parasimpático. La actividad de los circuitos dopami-
tigadas actualmente son las denominadas Funciones nérgicos y noradrenérgicos depende inicialmente de los
Ejecutivas. Estas funciones son definidas de diversas padres como reguladores externos. Al crecer el niño,
maneras según distintos autores. Se trata de un conjunto esos circuitos sirven como sistema autorregulatorio
de funciones cognoscitivas complejas interrelacionadas internalizado (Schore, 2001).
(Morris, 1996) que se orientan hacia la resolución de Solms y Turnbull (2002) también indican que las ca-
problemas (Pennington, Bennetto, McAleer & Rob- pacidades inhibitorias de la conducta son configuradas
erts, 1996). Denkla (1996) las define como procesos por quienes guían el desarrollo del niño durante los
de control que sirven para la organización temporal años críticos del desarrollo temprano. De modo que las
de la conducta. En términos generales, las funciones experiencias que configuran la actividad cerebral en la
ejecutivas son habilidades de planificación, generación infancia determinan la estructura individual posterior.
de estrategias, permanente monitoreo de las mismas
para alcanzar el logro de los objetivos propuestos, ca- Funcionamiento ejecutivo y TDAH
pacidad de inhibir acciones inapropiadas, y flexibilidad El estudio de las funciones ejecutivas en la infan-
cognitiva para modificar los planes en la medida en cia se vio impulsado por el creciente interés de los
que no resultan exitosos (Welsh, Huizinga, Granrud, investigadores en elaborar estrategias de intervención
Cooney & Adams, 2002). aplicables a los casos de niños que padecen Trastorno
Estas funciones cognitivas comprenden los siguien- por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).
tes componentes: Planificación, Flexibilidad Cogni- El TDAH corresponde a una demanda de atención
tiva, Memoria de Trabajo, Inhibición de Respuestas clínica muy frecuente (Cardo et al., 2007; Culpepper,
Auto-máticas e Impulsivas, Toma de Decisiones, Auto- 2012; Wichstrøm et al, 2011). Dicho cuadro clínico
rregulación Afectiva, Atención Sostenida y Selectiva, suele diagnosticarse cuando el niño presenta deficien-
Metacognición y Habla Privada o Lenguaje Interior. cias en la capacidad de sostener la atención, a esto se
La corteza prefrontal es la sede del funcionamiento le agrega hiperactividad improductiva y fragilidad en
ejecutivo. Estas funciones son las últimas en desa- los mecanismos de ajustes en las interacciones sociales
rrollarse completamente y la mielinización de estas o impulsividad (American Psychological Association
áreas no concluye hasta aproximadamente los treinta [APA], 2002). La sintomatología del TDAH consiste en
años de edad. dificultades para la inhibición de conductas impulsivas,
Schore (2001) advierte que la maduración de tales insuficiente capacidad de anticipación de las conse-
áreas corticales depende de la modalidad de interacción cuencias de las acciones emprendidas, poca habilidad
de la díada madre-hijo durante el período crítico del de planificación de actividades, restringida capacidad
desarrollo temprano. para evitar las interferencias que desvían la conducta
orientada hacia la meta, escasa memoria de trabajo,
retraso en la interiorización del lenguaje y déficit en en la consolidación del funcionamiento cerebral y, 275
la autorregulación afectiva. específicamente, de las funciones ejecutivas.
ARTICULOS
Esta sintomatología es propia del Síndrome Disejecu- Esta perspectiva histórico-cultural del funciona-
tivo del adulto (Periañez & Barceló, 2004). El síndrome miento ejecutivo infantil tiene importantes implica-
frontal o trastorno disejecutivo ha sido definido -en la ciones en el diseño de intervenciones clínicas y psico-
NP del adulto- como un conjunto de alteraciones apare- educativas para el tratamiento del TDAH.
cidas tras una lesión frontal. Las principales etiologías La sintomatología del TDAH se manifiesta en niños
del síndrome frontal corresponden a traumatismos de condiciones muy heterogéneas estando su etiología
craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, tu- determinada por múltiples causas que deben discrimi-
mores, drogodependencias, enfermedades y trastornos narse caso por caso. El diagnóstico de TDAH según el
degenerativos e infecciosos. La sintomatología del DSM- IV es apenas una descripción fenomenológica
síndrome frontal es múltiple según el área afectada del comportamiento infantil y proporciona una primera
por la lesión (Estévez-González, García Sánchez & aproximación al paciente en el campo de la clínica.
Barraquer-Bordas, 2000). A partir de allí se requiere de la elaboración de un
Dentro del paradigma de la NP infantil el trastorno diagnóstico diferencial exhaustivo sobre el cual se
disejecutivo en niños puede derivar, tanto de lesiones diseñe y desarrolle un abordaje terapéutico adecuado
orgánicas del tejido cerebral (hipoxias, parto prema- al contexto de desarrollo particular en el cual cada niño
turo, bajo peso al nacer, tumores, etc.), como de una se halla inmerso.
inadecuada estimulación ambiental (maltrato, negli-
gencia, deprivación afectiva, trastorno de la interacción Referencias
paterno filial, etc.).
La similitud en la sintomatología no justifica la American Psychological Association [APA] (2002). Manual diag-
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los trastornos asociados a déficits de funcionamiento Azcoaga, J. E. (1985). Alteraciones del aprendizaje escolar, dia-
ejecutivo en los niños, sino que por el contrario puede gnóstico, fisiopatología, tratamiento. Buenos Aires: Paidós.
sesgar la comprensión de los mismos. En este sentido Cardo, E., Barceló, M.S. & Llobera, J. (2007). Estimación de la
prevalencia del trastorno por déficit de atención/hiperactivi-
se sugiere utilizar la nomenclatura de “Síndrome Ane- dad en población normal de la isla de Mallorca. Revista de
jecutivo” cuando el déficit ejecutivo se presenta en Neurología, 44, 10-4.
adultos. Para el caso de que éste se presente en niños, Culpepper, L. (2012). Identifying, diagnosing, and managing
se sugiere el término “Trastorno Dis-ejecutivo”; de ADHD in college students. Journal of Clinical Psychiatry,
73(1), e02.
la misma manera en que, por ejemplo, se distinguen Damasio, A. (1994). El error de Descartes. Santiago: Editorial
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Fox, N. & Rutter, M. (2010). Introduction to the special section on
supone tomar en cuenta la amplia capacidad neuro- the effects of early experience on development. Child Devel-
plástica que el cerebro en desarrollo presenta durante opment, 81, 23-27.
el período crítico que constituye la infancia. Asimismo,
implica valorar el enorme influjo que el entorno ejerce
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