Una Filosofía para La Vida

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Una filosofía para la vida

Héctor Samour

Resumen

En este artículo, el autor analiza el pensamiento filosófico de Igna-


cio Ellacuría anees de su encuentro con la filosofía de Zubiri, pe-
ríodo en el que trata de dar una respuesta filosófica a los proble-
mas vitales y existenciales del ser humano en las sociedades capita-
listas contemporáneas. En este sentido, busca sentar las bases para
formular una filosofía integradora, con un profundo sentido hu-
manista, que corrija lo que de pensamiento inceleccualisca y abs-
tracto tiene la escolástica. Él piensa que la principal contribución
de la filosofía en el proceso de la liberación humana es lograr una
interpretación esencial del ser humano, que sea operativa en la
consecución de ese fin. Por canto, aquí se estudian las raíces de
este esfuerzo, sus características principales y sus resultados.

Este artículo lo dedtearemos al estudio y análi- respuesta filosófica a los problemas vitales y
sis de los aspectos principales del pensamiento fi- existenciales del ser humano en las sociedades ca-
losófico que Ignacio Ellacuría desarrolló en los pitalistas contemporáneas. En esta. línea, Ellacuría
primeros años de su vida intelectual, antes de su busca sentar las bases para formular una filosofía
encuentro pleno con la filosofía de Zubiri, a partir integradora, con un profundo sentido humanista, que
de 1962. En esos años, Ellacuría realizó sus estu- corrija lo que de pensamiento intelectualista y abs-
dios de humanidades y de filosofía en Quito, tracto tiene la escolástica. Para ello verá necesario
Ecuador (1950-1955); enseñó filosofía en el semi- partir de una filosofía cristiana como la desarrolla-
nario San José de La Montaña, en San Salvador da por santo Tomás, pero complementada existen-
(1955-1958), y realizó sus estudios de teología en cial y vitalmente por lo que él denomina "filosofía
Innsbruck (1958-1962). vitalista moderna", representada por Ortega y Ga-
Este período se caracteriza principalmente por sset. Su interés primario en este esfuerzo de com-
el intento de Ellacuría de construir una filosofía a plementación o conciliación es lograr una visión
la altura de los tiempos, a partir de la síntesis de unitaria del ser humano que conceptúe adecuada-
lo antiguo y lo moderno, con el fin de dar una mente la unidad de las dimensiones que están im-

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plicadas en la realidad humana: lo natural y lo so- dicho artículo, Ellacuría expresa su admiración
brenatural, la necesidad y la libertad, la esencia y la por la profunda penetración humana e intelectual
existencia, lo inmanente y lo transcendente. En esta de Espinosa en el terreno de las humanidades clá-
época, Ellacuría piensa que la principal contribu- sicas y por su forma de vivir el sacerdocio entron-
ción de la filosofía en el proceso de la liberación cado con el humanismo.
humana es lograr una interpretación esencial del
Ángel Martínez fue uno de los poetas más im-
ser humano, que sea operativa en la consecución
portantes de Nicaragua, también jesuita y navarro.
de ese fin. Las raíces de este esfuerzo, sus caracte-
Durante su estancia en Quito, en octubre de 1954,
rísticas principales y sus resultados es lo que estu-
Ángel Martínez dictó una serie de conferencias so-
diaremos a lo largo de las páginas siguientes.
bre metafísica, estética y poesía a los jesuitas que
hacían sus estudios de filosofía. A partir de este
l. Filosofar para humanizar
encuentro, Ellacuría supo reconocer el genio y la
Las características de la reflexión filosófica de vida poéticas de Martínez\ Desde entonces entabla-
Ellacuría en esta época reflejan, en parte, lo que ron una profunda amistad y se escribieron durante
era la Neoescolástica como movimiento intelectual algunos años. Ellacuría escribió dos artículos so-
dominante dentro de la iglesia católica de la épo- bre su poesía, uno de ellos redactado a mano pro-
ca. El intento de sintetizar lo antiguo (santo Tomás bablemente en 19564, y otro que fue publicado en
o en ocasiones Suárez) con lo nuevo (Kant prime- la Revista Cultura del Ministerio de Educación de
ro, después Blondel, Bergson. Husserl o Heidegger) El Salvador, en 1958, con el título "Ángel Martí-
era un rasgo característico del ambiente de la épo- nez, poeta esencial" 5 •
ca, del cual ciertamente participaba el joven Ella-
De Espinosa Pólit, Ellacuría aprendió a colocar
curía. Sin embargo, a mi juicio, no fue primaria-
mente la influencia de esta corriente la que deter- lo humano como raíz de la vida intelectual y cul-
minó las características de su filosofar. Las raíces tural, y la necesidad, por tanto, de enfocar las dis-
de la orientación de su pensamiento filosófico hay ciplinas, y sobre todo la filosofía, de un modo hu-
que buscarlas en sus estudios humanísticos y filo- mano, al colocar al ser humano en el centro de sus
sóficos de Quito, especialmente en el impacto que reflexiones. Ellacuría se refiere a él de la siguiente
causaron en él los magisterios de Aurelio Espinosa manera:
Pólit y Ángel Martínez Baigorri. No le despertaba interés, sino desasosiego, aque-
Espinosa Pólit fue uno de los maestros que tu- llas disciplinas que, aun objetivamente humanas,
vo Ellacuría durante sus estudios de humanidades no veía enfocadas de modo suficientemente
clásicas y filosofía en la Universidad Católica de humano. Allí donde había un predominio de
Quito. Era Rector de la Universidad, poeta y ase- facultades, sobre todo discursivas, con menos-
sor del gobierno ecuatoriano en asuntos culturales, cabo de otras, o una incapacidad de expresión
y una autoridad mundial reconocida en Sófocles y humana que no dejaba traslucir un fondo de
Virgilio. Era, además, un gran humanista muy apre- hombre íntegramente humano, se sentía a dis-
ciado por la sociedad ecuatoriana de la época, au- gusto. Ciertamente, admitía tales disciplinas,
tor de estudios sobre pensadores ecuatorianos y en especial la filosofía, como momentos parcia-
sobre temas religiosos, filosóficos y sobre teoría les en la fonnación integral del hombre, pero lo
de la educación 1• En ocasión de su muerte, en que no se le hacía tolerable era que el estilo
1961, Ellacuría escribió un artículo en homenaje a propio de ellas, tal como las había visto vivi-
su maestro, que se publicó en ECA, en 19632 • En das, llegase a ser el fundamental de una vida".

l. Cfr. R. Cardenal, "Ser jesuita hoy en El Salvador", Revista Estudios Centroamericanos (ECA) 493-494, 1989,
pp. 1013-1014; R. Cardenal, "De Portugalete a San Salvador", en J. Sobrino y R. Alvarado, Ignacio Ellacuría.
"Aquella libertad esclarecida", UCA Editores, San Salvador, 1999, pp 45 y ss.
2. "El p. Aurelio Espinosa Pólit, S. J.", ECA 178, 1963, pp. 21-24.
3. Cfr. R. Cardenal, "Ser jesuita hoy en El Salvador", op. cit., pp. 1013-1014.
4. "Ángel Martínez Baigorri".
5. Cfr. "Ángel Martínez, poeta esencial", Revista Cultura 14, 1958, pp. 123-164.
6. "El p. Aurelio Espinosa Pólit, S. J.", en Escritos Filosóficos/, UCA Editores, San Salvador, 1996, p 528 (En
adelante los citaremos como EF 1, antecedido del artículo de Ellacuría correspondiente).

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Otro aspecto relevante del magiste-
rio de Aurelio Espinosa fue el análisis
existencial de situaciones humanas lí-
mites, realizado en sus clases a través
de la lectura de textos clásicos. Esto no
sólo introdujo a Ellacuría en el conoci-
miento de la problemática existencial
del ser humano y de las corrientes
existencialistas que la abordaban, sino
que, además, le llevó a la convicción
de la necesidad de un contacto total y
directo con lo humano, como condi-
ción previa para su conocimiento ple-
no. Ellacuría expresa este aspecto así:
La profunda persuasión de que lo
humano -¿y qué de lo que es capi-
La insatisfacción con la escolástica como pen-
tal para el hombre no es humano?- sólo se
samiento desencarnado e intelectualista, la necesi-
llega a conocer si se logra un contacto total con
dad de humanizarla enderezándola hacia la proble-
ello; el ir, como a meta de su fonnación, a lo-
mática existencial y vital de los seres humanos con-
grar ese contacto, que no sólo da la vivencia
cretos y su apertura a las corrientes existencialistas
más rica, sino la posibilidad misma de viven-
y vitalistas, son todas características del pensa-
ciar potentemente; el llevarlo a cabo por medio
miento filosófico de Ignacio Ellacuría que encuen-
de un análisis existencial y una recreación
tran su raíz en el magisterio de Aurelio Espinosa.
efectiva de modelos egregios de plenitud vital,
son los reflejos y la comprobación más contun- Sin embargo, la influencia más decisiva en el
dente de su condición excepcional de persona estilo y en la dirección fundamental de la filosofía
y maestro 7• de Ellacuría, en esta etapa, la ejerció el poeta Án-
gel Martínez. En sus escritos juveniles se puede
Finalmente, hay que mencionar la vinculación
observar el poderoso influjo que ejerció el poeta
del humanismo con el cristianismo, como otro as- en su personalidad, en su visión de la realidad y en
pecto importante de la influencia de Aurelio Espi- el modo de filosofar sobre ella. Además, la obra
nosa. La idea de que se hace cristianismo constru- de Ángel Martínez dotó a Ellacuría de una visión
yendo lo humano y de que la mejor manera de ser
crítica de la civilización occidental y de los pro-
cristiano es ser plenamente humano, son aspectos
blemas humanos y sociales que padecían las socie-
fundamentales que marcarán a Ellacuría tanto en
dades capitalistas avanzadas y los países pobres
su vida personal y sacerdotal, como en la orienta-
que se encontraban bajo su órbita, en la década de
ción de su filosofía hacia la resolución del proble-
los cincuenta. Es a partir de esta crítica a la civili-
ma humano en las sociedades contemporáneas. Para
zación occidental que Ellacuría --dotado ya de
Ellacuría, el P. Espinosa no presentaba fisuras entre
por sí de un natural talante crítico 9 - empezará a
su vocación humana y el cristianismo:
sentirse insatisfecho con el pensamiento escolásti-
Ni su sacerdocio se presentaba sin humanismo co corno un pensamiento válido para responder y
ni su humanismo sin su sacerdocio [... ] Como solucionar los problemas humanos que causa el
el mismo Justino, veía la posibilidad de edifi- capitalismo contemporáneo. Por ello, sin abando-
car el cristiano, que nunca puede ni debe dejar nar el núcleo de la metafísica aristotélico-tomista
de ser hombre, con lo que de mejor han produ- --que él considera en este momento básicamente
cido los hornbres 8 • acertada para explicar la realidad-, Ellacuría in-

7. Ibídem, p. 531.
8. Ibídem, p. 532.
9. Cfr. Teresa Whitfield, Paying the price, 1995, pp 27 y ss.

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tentará actualizarla y vitalizarla, tratando de conci- las apariencias y de lo superficial. En el esfuerzo
Iiarla con el pensamiento filosófico contemporá- de filosofar para producir una filosofía verdadera,
neo en boga hasta ese momento. siempre hay que partir de la propia circunstancia
histórica y del contacto inmediato con la realidad,
Es interesante observar cómo muchos aspectos
y darle prioridad a éstas por encima de los concep-
de la visión crítica del Ellacuría maduro a la civili-
tos y de las teorías.
zación del capital tienen sus raíces en esta crítica,
que desarrolló tempranamente de la mano del poe- En su escrito de 1956 sobre la obra del poeta,
ta. En el análisis que realiza de su obra se presenta Ellacuría reconoce el impacto que tuvo Ángel
un diagnóstico de los males del capitalismo con- Martínez en su formación:
temporáneo, sobre todo del capitalismo estadouni-
[... ) me di cuenta que ha sido él el único hom-
dense, juzgado desde una visión cristiana 111• Para
bre, tal vez, que me ha hecho olvidanne de mí
Ellacuría, el juicio último, resultante del análisis de
mismo --de preocupaciones, de tendencias y
las sociedades actuales, es que la actual civilización,
aun de pasiones- y ha logrado que con todo
hegemonizada por Estados Unidos, somete a los se-
mi ser atienda el objeto que él presentaba 12•
res humanos a un modo de ser y de vivir que los
aliena de su ser verdadero, de su esencia religiosa, Y en la correspondencia que mantuvo con él,
al reducirlos a su ser sensitivo y apariencia) y al se expresa así:
cortarles "la posibilidad misma de lo espiritual". [...) pero usted puede ver en estos ligeros co-
En la civilización occidental predomina un "mate- mentarios[ ... ) como su vida resuena en la mía,
rialismo de la abundancia", que conlleva todo un en lo más hondo y en lo espiritual de ella [... ]
"sentido de dispersión, alienización y deshumani- Espero seguirle por toda su carrera ad montem
zación", por lo cual es "superficial, empobrecedor qui Christus est por la tierra llena de cielo que
de toda la existencia a la que impele a una forma luego se va al mar; y por el mar al río hasta la
de ser fácil, pero falsa e inauténtica" 11• otra tierra -Tierra Firme del Mar. Luego, otra
Esta crítica condicionó de tal manera su forma vez por el río al mar, al Ultramar, al Cielo, al
de entender la filosofía y la función que debe Ultracielo. Me parece que así vamos desde los
desempeñar en el ámbito personal y social, que es posibles que un día fuimos hasta los futuros
algo que Ellacuría no abandonará a lo largo de su que por otra eternidad seremos, pasando por
evolución intelectual. La filosofía debe ser un sa- este tiempo en que vamos siendo. Yo todavía
ber último y radical de la realidad, cuya principal no entiendo esto muy bien, pero pienso que
función es posibilitar que los seres humanos re- cuando lo comprenda, una vez que esté todo
orienten sus vidas racionalmente, en el sentido que realizado y lo pueda leer, sentir y vivir, me en-
actúen conforme a la verdad de su ser y del ser de contraré con una síntesis en que resonará mi
las cosas. La civilización contemporánea ha alie- vida. Como ve, mi vida también es querer llegar,
nado a los seres humanos de su ser verdadero, al querer llegar, pero sin convencerme todavía,
conducirlos por la vía de la superficialidad, el con- por lo menos en lo más íntimo debido a mis
sumismo y el hedonismo, hacia una existencia vacía años jóvenes que apenas no son sino una espe-
ranza, sin convencerme de que no llegaré nun-
e inauténtica, y a la negación de su esencia religiosa,
ca. También dentro de mí llevo un mundo de
que constituye el núcleo de su ser. Se trata, por
voces que aún no se pronuncian nítidas, que no
tanto, de que el hombre reconcilie su existencia vital
sé dónde nacieron y que todavía no aciertan
con su esencia verdadera, separadas en esta cir-
con su realización ni su expresión 1.,_
cunstancia histórica. En esta tarea, la filosofía jue-
ga un papel de primer orden debido a la naturaleza Estas afirmaciones muestran dos cosas, princi-
de su saber y a su enorme potencialidad para en- palmente. En primer lugar, la enorme influencia
contrar la verdad y el ser de las cosas, más allá de de la personalidad y la obra de Ángel Martínez en

10. Cfr. "Ángel Marlínez, poeta esencial", EF 1, pp. 130-151. Aquí Ellacuría analiza detalladamente el libro de
Martínez El Ángel en el país del águila, publicado en Madrid, en 1954.
11. Ibídem, p. 131.
12. "Ángel Martínez Baigorri, S. J.", EF I, p. 118.
13. Carta de l. Ellacuría a A. Martínez (Ecuador,julio de 1954), EF 1, p. 199.

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la vida personal y en el pensamiento de Ignacio me las veo y me las traigo es en el empeño de
Ellacuría. En segundo lugar, que Ellacuría se en- desentrañar esas palabras y esos conceptos, de
cuentra, en este momento, en una actitud de búsque- soplar sobre ellos el aliento de la verdadera
da y definición de su proyecto de vida y de su pro- verdad y de la vera vida. Y después en trans-
pia orientación intelectual y filosófica, y no tiene, mitir esa luz y vida. No quisiera ser mero repe-
por tanto, un proyecto filosófico nítidamente defini- tidor mecánico de esquemas muertos 15•
do con anterioridad, que fuera el centro en torno al
La síntesis filosófica que Ellacuría pretenderá
cual girara su actividad teórica. Se trata de una
realizar entre el pensamiento clásico y el moderno,
actitud de aprovechamiento, asimilación y de críti-
es algo que él fue definiendo a lo largo de sus
ca de todo lo recibido en el contexto cultural e
años de formación, a partir de su propia experien-
ideológico de su formación, y que le llevará a bus-
cia personal, de los problemas humanos y sociales
car un pensamiento más vital y humano, caracte-
que percibía y de lo que fue asimilando de sus
rísticas que él no percibía en las posturas escolás-
principales maestros. De hecho, no es sino hasta
ticas más ortodoxas de la época. Es importante tener
1958, cuando, por primera vez, Ellacuría habla ex-
en cuenta esto para no encajonar el pensamiento fi-
presamente sobre la necesidad de un pensamiento
losófico de Ellacuría en un presunto proyecto filosó-
nuevo, producto de la síntesis integradora de la
fico a priori, que estaría informando la mayor parte
filosofía escolástica y la filosofía vitalista moder-
de su obra filosófica y teológica, desde el propio na 1~. Los años anteriores habían sido de asimila-
arranque de su producción intelectual. Que esto es
ción, de descubrimientos, de crítica y de reflexión
así lo expresa con claridad el mismo Ellacuría:
personal hasta encontrar
Lo que trato es de la solución teórica que
buscar una base filo- él creía más acorde con
sófica de mi posición La obra de Ángel Martínez dotó las propias convicciones
ante la vida en el a Ellacuría de una visión crítica y que se le presentaba
sentido de exigir una más racional de cara a
de la civilización occidental
actitud vital de todo las exigencias de la rea-
el hombre y además y de los problemas humanos y sociales lidad y de su humani-
"recread ora", para que padecían las sociedades capitalistas zación.
uno mismo y para los avanzadas y los países pobres Un elemento crucial
otros, de las comuni-
que se encontraban bajo su órbita, en este proceso fue la in-
caciones vivas de
fluencia de la obra poéti-
cualquier ser sobre la en la década de los cincuenta. ca de Ángel Martínez.
propia alma. Ya sé
Precisamente uno de los
que esto trae muchos
aspectos que más valora
problemas y aun mis-
Ellacuría de la obra del poeta es que representa
terios que no he de poder resolver solo ni tal
una superación tanto de las posiciones escolásticas
vez acompañado, pero no será de escaso fruto
como de las expresiones vitales modernas, que
saber los límites del conocimiento en la mate-
Ellacuría juzga parciales e incompletas:
ria y los puntos fijos a qué atenerse •
14

En lo que al P. Ángel respecta, su poesía es mo-


Y en otra parte, dice:
derna por la autenticidad con que afronta los te-
Descubrir y declarar nominalmente las tesis en mas capitales y dolorosos del hombre en nuestro
todas sus partes, no es cosa que me traiga ma- tiempo, y por la sinceridad con que se aprovecha
yor dificultad, por más que aun en eso, al po- de las purificaciones estéticas y técnicas que el
nerse las cosas un poco más ásperas, los textos arte moderno ha ido ganando desde el final del
muy generalmente escabullen el cuerpo. Donde romanticismo hasta nuestros días. Pero, a su

14. Ibídem, p. 202.


15. Carta de l. Ellacuría a A. Martínez (San Salvador, 2 de agosto de 1955), EF 1, p. 208.
16. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", texto redac-
tado en junio de 1958, EF 1, pp. 223-244.

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vez, es poesía sin tiempo -como gusta mantienen las cosas y la parte más superficial, más
apellidarla el mismo poeta-, y aun sin espacio, camal, de nosotros mismos" 1~. El mismo esfuerzo de
porque a fuerza de ahondamiento se transciende indagar la esencia de lo real, implica una liberación
hasta donde le es dado al hombre, lo que nos del ser humano "que ni se extravía en solipsios (sic)
minimiza en momentos vacíos y en situaciones infructuosos ni se pierde ni se alieniza (sic) -se
excesivamente locales; es poesía intemporal e cosifica- entre ese lo otro que nos rodea" 211•
inespacial en cuanto está alimentada con lo per-
manente y universal de los mejores poetas de 2. La filosofía como forma de vida
las distintas literaturas 17•
En el planteamiento anterior se basa la idea
Ellacuría pretenderá realizar en el campo filo- ellacuriana de la filosofía como una forma de vida,
sófico la síntesis entre lo intemporal y lo moderno que es una constante en sus primeros escritos y
que ha realizado Ángel Martínez en el campo poé- desde la cual critica el modo escolástico de enten-
tico, es decir, realizar una filosofía que sea a la der la filosofía, y, en general, a "todos los escolas-
vez perenne y moderna; esto es, una filosofía con ticismos, llámense tomistas, marxistas, idealistas o
un profundo sentido humano y ético, dotada a la existencialistas" 21. El pensamiento filosófico debe
vez de un amplio y sólido bagaje metafísico. Para incluir como momentos intrínsecos suyos la acti-
Ellacuría quedarse sólo con lo moderno es resig- tud vital que lo posibilita como auténtica forma de
narse a una filosofía superficial, sin capacidad de vida y el conocimiento metafísico que se tiene de
ahondar en el ser de las cosas; pero, a su vez, sólo la realidad, condicionado en parte por aquella acti-
quedarse con lo permanente y universal de la filo- tud vital. No hay otra manera, para Ellacuría, de
sofía perenne, es ubicarse en una postura conser- producir filosofía auténtica. "Cuando la formula-
vadora, cerrada a las expresiones modernas y a los ción refleja y la explicitación última son en apa-
problemas más acuciantes del tiempo presente. riencia filosóficas, porque su formato y su técnica
lo son, pero no responden a aquella actitud proble-
Así como la poesía de Ángel Martínez es vital
mática y al conocimiento vital previos, entonces,
y esencial, la filosofía debe ser también vital y esen-
no es que la filosofía se desvitalice, es que deja de
cial, pero donde la "y" no es un mero añadido, sino
ser filosofía auténtica" 22. Y cuando esto sucede, la
algo que expresa la unidad intrínseca de los dos tér-
filosofía se convierte en pura discusión de razones
minos: una filosofía que pretende dar respuesta a los
o en manejo de teorías y conceptos que se antepo-
problemas vitales del ser humano, en una situación
nen a la realidad, y que la acaban sustituyendo.
histórica concreta, tiene forzosamente que ahondar
"Pero una realidad sustituida intencionalmente [...]
en la realidad hasta "ponerse en contacto con las
deja de ser lo que es y trastorna todo el sentido
cosas, con la esencia y vida de las cosas en orden a
profundo y vital de la filosofía" 2\
desvelarlas y revelarlas" 18; de otra manera, no ten-
dría el suficiente fundamento para iluminar y La filosofía como forma de vida significa, por
orientar la vida humana. A su vez, una filosofía, al tanto, adoptar la actitud radical del filosofar mis-
estar abierta al ser y buscar lo más esencial de la mo y extenderla "a la totalidad última de la exis-
realidad, tiene necesariamente que potenciar la exis- tencia"24, buscando la autoposesión plena de la
tencia humana por cuanto el posible saber esencial realidad subjetivada, que de esta manera cobra
que se va logrando representa una "liberación de la conciencia de sí 25. Esto implica, por encima de
esclavitud en que vivimos, esclavitud en que nos todo, filosofar a partir del contacto vital del filóso-

17. "Ángel Martínez, poeta esencial", EF 1, p. 152.


18. Ibídem, p. ljS.
19. Ibídem, p. 157.
20. Ibídem.
21. "Filosofía en Centroamérica", Revista de Humanidades, Universidad de El Salvador, No. 2-3, 1961, EF 1, p.
402.
22. Ibídem.
23. Ibídem.
24. "Introducción a la filosofía", texto introductorio de un curso que dictó en Bilbao en septiembre de 1966, EF 1, p.
603.
25. Cfr. "Filosofía en Centroamérica", EF 1, p. 402.

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fo con las cosas y de los problemas que tienen
significado existencial para él o que sean signifi-
cativos desde un punto de vista humano. La filo-
sofía no es, desde este punto de vista, un mero
ejercicio intelectual "extrínsecista", una actividad
ajena a la vida del filósofo y a los problemas que
enfrenta vitalmente en su situación; o, en otras pa-
labras, un mero ejercicio intelectual "externo" al
filósofo, en el que éste sería un mero contempla-
dor "objetivo" de la verdad. La filosofía es el pro-
ducto de una inteligencia vital en el que la subjeti-
vidad del filósofo está involucrada existencial-
mente con la desvelación y revelación de la reali-
dad que se le hace presente como problema en su
propia experiencia vital. Este es el significado pri-
mario que Ellacuría le asigna a la función intelec-
tual de la filosofía:
En este punto surge inmediatamente la cues-
tión de si puede llegar efectivamente la inteli-
gencia a una realidad, por ejemplo Dios, cuan-
do no ha llegado a la vida, prescindiendo aquí
de toda implicación sobrenatural refleja. La
respuesta es que a una inteligencia vital, no; como ocurre en los escolasticismos que "convier-
pero si no es vital, en filosofía al menos, no se ten la filosofía en ciencia transmisible y la privan
puede hablar tampoco de función intelectual en de ser camino del hombre por la verdad a la reali-
su pleno sentido. ¿ Y qué es o puede ser una dad", y donde "en el mejor de los casos, la mente
función intelectual si no alcanza el sentido que se pone a la altura de las ideas que se le presentan,
le corresponde? Esa realidad debe hacerse pre- pero éstas no aportan su contenido de realidad al
sente, ante todo, como problema, sin el que no hombre, no se interiorizan y vitalizan en él" 27 •
es posible ni encuentro verdadero ni profun- En la fonna escolástica de hacer filosofía, la fun-
dización filosófica, como, a su vez, la presen- ción intelectual se concibe como un mero proceso
cia de un verdadero problema es ya inicial en- intelectual, un encadenamiento riguroso de razo-
cuentro y logro filosófico 26 • namientos, alejado del proceso vital, y en el supues-
Ellacuría introduce este planteamiento para cri- to de que sólo existe un solo tipo de filosofía y un
ticar el enfoque escolástico sobre la existencia de solo modo de filosofar, válido para todas las épocas
Dios. Por más razones que aportemos para probar y lugares. Para Ellacuría, el sentido pleno de la fun-
su existencia, nuestra inteligencia no llegará a Dios, ción intelectual sólo se alcanza cuando se orienta
si antes no lo hemos encontrado en nuestra vida hacia la vida. Se filosofa desde la vida y para la
como problema. Esto nos da una idea de lo que vida, en orden a desarrollar y plenificar la vida hu-
debe ser la filosofía y la manera en que debe mana. Y esta es una idea que Ellacuría extenderá a
enfrentarse filosóficamente la realidad, si realmen- todas las dimensiones de su vida intelectual, como
te queremos producir conocimiento metafísico con filósofo, teólogo y como analista político. En esto
un sentido vital y humano. Se trata de filosofar a fue consecuente hasta lo último, pues el intelectual
partir de los problemas que afectan vitalmente al Ellacuría llegó a ser asesinado por asumir y defen-
filósofo, de tal forma que no haya disociación al- der en su biografía aquello que inspiraba su pro-
guna entre el sistema filosófico y la propia vida, ducción intelectual en todas sus dimensiones 28 •

26. Ibídem, p. 403.


27. Ibídem, p. 402.
28. En este sentido, Martin Maier señala: "Si analizamos el quehacer teológico de Ignacio Ellacuría [... ] en él se da
un caso especial de una "biografía existencial teológica", pues el teólogo llegó a ser asesinado por defender en
su vida histórica aquello que inspiraba su teología". Martin Maier, "La influencia de Karl Rahner en la teología

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3. Filosofía y poesía poético y quiere vivirlo todo poéticamente para
potenciar al máximo la existencia humana"J 1• Y esto
Si bien la idea de la filosofía como forma de
es justamente lo que le da el carácter vital a su poesía:
vida coincide con la idea zubiriana de la filosofía
como resultado de una vida intelectual, y que La poesía del P. Ángel no tiene por propósito
Ellacuría hará suya posterionnente, en realidad su inmediato el ser taracea (sic) de palabras
raíz se encuentra en el modelo de hacer poesía de novedosas o imágenes brillantes [...] Pretende
Ángel Martínez. La concepción de la poesía como decir cosas o, mejor aún, que las cosas se digan
una forma de vida es uno de los aspectos que Ella- a sí mismas de un modo esencial y vital, lle-
curía más destaca en el análisis que realiza de la gando así a una enonne densidad no solamente
obra de Ángel Martínez y fue uno de los aspectos conceptual --en la que reside su propio mérito
que tuvo mayor influencia en él. "Estos dos pun- de pensador vital-, sino también en el orden
tos de la poesía, como una nueva forma de vida y de la imagen, de la insinuación y la anécdotan.
de las relaciones que guarda con la filosofía, son
En esta línea, la captación y posesión del ser
transcendentales en la concepción estética del au-
de las cosas no se logra ni por abstracción de la
tor, y se palpan a lo largo de toda su producción" 29•
realidad concreta y vital, ni por una ideación inte-
Es, precisamente, la relación entre poesía y vida lo
lectualista donde se sustituya la realidad existen-
que llevará a Ellacuría a establecer la conexión en-
cial de las cosas por ideas y conceptos abstractos.
tre filosofía y vida:
Tampoco supone un empirismo o un sensismo don-
Respecto del problema de filosofía y vida tuve de se identifica la apariencia sensible de las cosas
ante todo el gran consuelo de ver que lo era, con su esencia. Es una captación concreta y vital
pero que también se descubre y se vive su solu- de la esencia viva de lo existente, que supone una
ción de una manera sincera y real[ ...] he visto su actitud y un modo de vida que permiten posesio-
solución radical en aquel "las cosas -siempre narse del ser que se manifiesta en la experiencia
las cosas- por sus causas --en su raíz de co- vital. Se trata, según Ellacuría, de un esfuerzo por
sas". Ciertamente que todo lo demás es esque- encontrar en cada ser lo esencial de su mani-
leto y ni siquiera eso, sino palabras que resue- festación sensible, lo que de su figura sensitiva
nan sin sentido como incógnitas de una ecua- puede desprenderse como significado y como
ción sin realidad [...] Claro que para este enfo- símbolo [...] Se viven así las consecuencias de la
que de la filosofía --el único verdaderamente mejor tradición filosófica, que ve en lo acciden-
filosófico y, en consecuencia, el único genui- tal una manifestación de lo esencial; que, prin-
namente verdadero-- hace falta mucha hom- cipalmente, no confunde el realismo con nin-
bría, mucha plenitud de ser en el propio inte- guna de las formas de sensualismo y, por tan-
rior, y también mucha sinceridad de ir a las to, no juzga en ningún momento que las cosas,
cosas como se debe ir, sin engaños en los que la realidad profunda y verdadera de las cosas,
tan voluntariamente caemos -porque son fáci- es sólo -o principalmente siquiera- cual la
les-, mientras que en la verdad y en la vida perciben los sentidosJ\
los caminos son mucho más angostosJ 11_
Se puede concluir del análisis precedente que
Y por esta orientación esencial, su poesía "es re- Ellacuría extrae su modelo inicial de filosofía del
sultado de una fonna de ser abierta a todo el ser -y modelo de hacer poesía esencial de Ángel Martí-
aun a la nada- que quiere encontrar en todo su ser nez. La necesidad de producir una palabra eficaz

de Ignacio Ellacuría", Revista latinoamericana de Teología 36, 1996, p. 234. En la misma línea, Antonio
González destaca que "lo característico de la labor intelectual de Ignacio Ellacuría no consiste tanto en haber
puesto la praxis histórica de liberación en el centro de sus reflexiones filosóficas, sino en haber hecho de la
filosofía un elemento constitutivo de una existencia dedicada a la liberación". A. González, "Aproximación a la
obra filosófica de Ignacio Ellacuría", Revista Estudios Centroamericanos (ECA) 505-506, 1990, p. 980.
29. "Ángel Martínez, poeta esencial", EF I, p. 155.
30. Carta de l. Ellacuría a A. Martínez (Ecuador, julio de 1954), EFI, pp. 200-201.
31. "Ángel Martínez, poeta esencial", EF 1, p. 154.
32. Ibídem, p. 155.
33. Ibídem, pp. 180-182.

1136 ESTUDIOS CENTROAMERICANOS (ECA) 625-626

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para sí mismo y los demás, exige que ésta exprese más vibrante, viva y manifestativa, es lo propio de
el ser esencial de las cosas y la profunda unidad la poesía" 37• Es decir, filosofía y poesía coinciden
entre ellas. En este sentido, la misión del filósofo, por ponerse en contacto con las cosas en orden de
al igual que la del poeta, será la de recrear esta desvelarlas y revelarlas. La diferencia entre ellas
visión del mundo, en su vida y en su producción radica en el modo como ejecutan dicha desve-
intelectual, y comunicarla a los otros con la pre- lación y revelación del ser: "si se lleva a cabo ilu-
tensión de que éstos la interioricen y puedan así minada y vitalmente por contacto y presencia, por
desalienarse y humanizarse en un sentido cristia- re-creación del objeto que se transmite en la línea
no. Esto supone que el filósofo haga de la filosofía misma en que integralmente ha sido posesionado
una forma de vida, comprometiéndose y dedicán- por el poeta, estamos frente a un fenómeno de
dose vital y existencialmente a la búsqueda perma- poesía; y si, por su parte, se lleva a efecto por ex-
nente de la verdad más radical de la realidad. Para presión puramente conceptual, razonada y en un
ello tiene que hacer un esfuerzo de purificación y plano de ultimidades, estamos en la esfera de lo
ascésis de su vida personal, tratando de superar lo filosófico" 38 •
"superficial" y "muerto" de la vida cotidiana, "de
lo aparente de las mismas cosas que nos aprietan a 4. La tarea humanizadora de la filosofía
cada instante" 34• Si en la cotidianidad lo que pre- Este enfoque de la filosofía, de una filosofía
domina es lo "superficial y lo vano", "esas sombras vinculada a la vida, con un profundo sentido hu-
de objetos" que encubren la realidad, el filósofo, manista, que busca la máxima posesión de la ver-
al igual que el poeta, "tiene que romper con ese dad para humanizar la propia vida y la de los
muro que defiende y esconde la verdad mediante otros, se explica y justifica, ante los ojos de Ella-
ese ahondamiento en el ser, que necesariamente curía, por el mundo social e histórico desde el que
implica una honda penetración y desarrollo de sí se pretende hacer filosofía y hacia el cual está diri-
mismo" 35 • Se trata, por tanto, de hacer una filosofía gida la reflexión filosófica. Este enfoque, pues, su-
que, parafraseando la propia labor del poeta, sea pone un diagnóstico y un juicio ético del mundo
resultado de una forma de vida abierta al ser, que actual. Y es sobre la base de éstos que Ellacuría
pretenda encontrar en todo su ser esencial y quiera define cuál debe ser la filosofía más adecuada en
vivirlo todo filosóficamente para potenciar la exis- esta circunstancia histórica de la humanidad, y
tencia humana. cuáles modelos de filosofía y de filosofar deben
Este tránsito del ámbito poético al ámbito filo- desecharse por ser poco heurísticos y poco
sófico se justifica, según Ellacuría,· por el mismo operativos en función de la humanización y salva-
carácter metafísico de la poesía de Martínez: ción del mundo presente.

[ ... ] en su misma poesía veo dos modos de En esta época, como ya se señaló, Ellacuría
poesía: una que llamaría psicológica y, otra, tiene una visión crítica del capitalismo y, en gene-
ral, de la civilización contemporánea, en el que ve
metafísica [ ... ] la psicológica me parece que se
el predominio de un "materialismo burgués", de
da cuando el poeta nos dice tan sólo la reac-
un "materialismo de la abundancia", que deshu-
ción vital que la realidad produjo en él. La me-
maniza y aliena a los seres humanos de su esencia
tafísica, que me parece más honda y verdadera,
religiosa, al reducirlos a su ser sensitivo y aparien-
es en la que ya no se deja ver la reacción psi-
cia!, imposibilitándoles así su acceso a lo espiri-
cológica del poeta, sino aquella por la que el
tual y sobrenaturaP' 1• El ser humano ha perdido su
poeta descubre el ser, la realidad viva en sC6 •
capacidad para transcender el mundo y cada vez
Y este ámbito del ser manifestándose, "perte- más se ve arrastrado hacia una vida hecha, carac-
nece a la filosofía, mientras que la palabra interior terizada por el predominio de "apetencias sensiti-

34. Ibídem, p. 157.


35. Ibídem.
36. Carta de l. Ellacuría a A. Martínez (Ecuador, julio de 1954), EF I, p. 203.
37. Ibídem.
38. "Ángel Martínez, poeta esencial", EF I, p. 155.
39. Cfr. Ibídem, pp. 131-135 (véase también "Bruselas, saldo negativo", EF I, pp. 253 y 263 y "Marcelino, pan y
vino", EF 1, p. 113).

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1137

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vas, de intereses y gustos mundanos, de aparien- y que, por tanto, dejan de ser vitales y huma-
cias fáciles"4(1• Es un tipo de vida naturalizada y nas [...] Que los fabricantes susciten con su
maquinizada, que no tiene nada de "invención autó- propaganda las necesidades y los deseos,
noma, de deseo original y personal, de proceso crea- muestra cuán empobrecido ha quedado el hom-
dor"41.Los individuos se enfrentan al mundo de una bre en su facultad de desearse y ser él mismo,
manera superficial y despersonalizada por cuanto en y cómo tiende la técnica a hacer vivir desde
"la vida de cada uno casi todo procede predetermi- fuera, es decir, a ser cosa muerta 45.
nadamente, o de factores biológicos y psicológicos
Este predominio desmedido de lo técnico es
necesitantes, o de incitaciones exteriores que dejan
uno de los factores principales que inciden en la
sin actuación auténtica a nuestra libertad: se carece
irreligiosidad del ser humano actual, en lo que
de intimidad, de reclusión meditativa y solitaria
Ellacuría llama "ateísmo de la vida", que consiste
dentro de sí y, por lo tanto, de mismidad" 42.
en "la negación en la vida de la existencia de
En consecuencia, "los hombres no son mejores Dios", es decir, de "una vida que se desarrolla en
ni más grandes ni más felices, aunque, quizá, se todas sus manifestaciones ignorando absolutamen-
encuentren más entretenidos" 43. El desarrollo tec- te lo que Dios es en sí y, sobre todo, respecto de
nológico y el bienestar material han empequeñeci- ella" 4fi. Así, la irreligiosidad del hombre actual se
do al hombre en la misma medida que han crecido agudiza porque el mundo en el que necesariamen-
sus recursos mecánicos. El ser humano se ha te tiene que hacer su vida es hoy especialmente
deshumanizado "por la habituación a cosas de irreligioso, debido a su doble característica de "su-
siempre sabidas que le dan seguridad, por la pro- perficialidad" y "alteración":
tección superficial recibida de manos extrañas,
que ya le es imposible enfrentarse desnudo y soli- Nuestra época está llena de dos clases de hom-
tario frente a lo desconocido e imprevisto. Más bres: unos masificados, que no operan sino
aún, se ha empobrecido tanto en lo interior por la conforme a los estímulos de fuera y, otros, psi-
agitación de su vida falsamente excitada desde fue- cológicamente tarados, inseguros de sí mis-
ra, que ya le es imposible vivir quieto y a solas, mos, clientes potenciales de alienistas y psi-
porque su vivienda personal está vacía -ya no sólo quiatras, cuyas reacciones de altivez, de falsa
para descansar, aun para vivir necesitamos entrete- energía frente a los que creen débiles, no son
nemos con lo que viene de fuera" 44 • Es una situa- sino movimientos de náufragos para sobrena-
ción donde la técnica ha perdido su radicación en dar en un medio en el que son incapaces de
la vida humana y tiende a solidificarse, a distan- sostenerse por la sencilla afirmación de un ser
ciarse más y más de lo auténticamente humano: auténticamente desarrollado 47 •
La técnica que nació para facilitar la vida hu- La situación de irreligiosidad predominante
mana va convirtiéndose, por su propia dinámi- agrava aún más la alienación del ser humano por
ca, en elemento productor de unas exigencias cuanto le refuerza el extrañamiento de su ser esen-
nuevas, que ya no nacen de dentro del hombre cial y verdadero y le oscurece el carácter transcen-

40. "Sobre la irreligiosidad", manuscrito redactado en lnnsbruck, en 1959, EF 1, p. 276.


41. "Técnica y vida humana en Ortega y Gasset: Estudio de Meditación de la técnica", manuscrito redactado en
Innsbruck entre marzo y mayo de 1961, EF I, p. 507.
42. "Sobre la irreligiosidad", EF 1, p. 276.
43. "Ángel Martínez, poeta esencial", EF 1, p. 132. En su artículo "Utopía y profetismo desde América Latina", de
1989, Ellacuría emplea esta misma idea para criticar el modelo de ser humano que promueve la civilización del
capital: "el orden cultural consumista es un producto del orden económico consumista ... No es por el camino del
cambio permanente de entretenimientos como se va engrandecer el acervo cultural. Confundir el ser feliz con el
estar entretenido, favorece y promueve el producto consumista a través de necesidades inducidas por la vía del
mercadeo, pero al mismo tiempo descubre y fomenta el mayor de los vacíos interiores", en "Utopía y profetismo
desde América Latina", Revista Latinoamericana de teología 17, 1989, p. 180.
44. Ibídem, p. 133.
45. "Técnica y vida humana en Ortega y Gasset", EF 1, p. 507.
46. "Sobre la irreligiosidad", EF 1, p. 272.
47. Ibídem, p. 278.

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dente de su realización personal, lo que provoca 5. La revitalización del tomismo
que permanezca en una vida "levantada sobre la
A partir de estos presupuestos se entiende me-
negacióny la muerte de nuestro ser auténtico"48 .
jor el intento de Ellacuría por sintetizar lo clásico
En este sentido, la irreligiosidad contemporánea es
y lo moderno en orden a "estructurar una cabal fi-
al mismo tiempo reflejo y causa de la alienación
losofía integradora, en verdad, perenne"5\ que alien-
que manifiesta el ser humano en su existencia his-
te e ilumine el proceso de desalienación y humani-
tórica actual: es reflejo, por cuanto es expresión de
zación del hombre actual. Se puede decir que Ella-
un tipo de vida superficial y cosificado; pero, a su
curía busca sentar las bases para formular un au-
vez, es causa, porque la irreligiosidad, cuyas raí-
téntico humanismo cristiano que llene los vacíos e
ces no derivan sólo de la situación histórica del
mundo, sino también de la propia situación origi- insuficiencias de la escolástica en cuanto pensa-
nal y personal del existente humano, justifica, re- miento abstracto, desencarnado y alejado de los
produce y universaliza el tipo de vida alienada que problemas humanos concretos.
llevan los seres humanos. Congruente con este esfuerzo, Ellacuría consi-
De cara a esta situación, la filosofía se hace dera necesario partir de una filosofía cristiana
necesaria para "despertar el alma de los hombres" como la desarrollada por santo Tomás, pero corre-
y orientarlos "hacia lo que constituye la vida ver- gida vital y existencialmente por lo mejor de la
dadera, el ser auténtico del hombre, sin dejarse en- filosofía contemporánea, especialmente por las fi-
gañar por anuncios de colores o encendidas apa- losofías vitalistas y existencialistas en boga, con-
riencias"49. Ahora bien, no se trata de proponer cretamente, por el raciovitalismo de Ortega y Ga-
"utópicamente una imposible vuelta a la negación sset. En concreto, se trata de realizar una síntesis o
de todo lo mecánico, sino de la superación de lo conciliación entre la filosofía escolástica y la filo-
puramente corporal por la vivificación y exaltación sofía vitalista moderna, cuyo propósito primario sea
del espíritu" 50. Se trata, por tanto, de proponer el renovar y actualizar la filosofía tomista con el fin
paso de la vida falsa a la vida auténtica: "la vida de hacerla plenamente conciliable con el cristia-
falsa y la vida auténtica no son dos formas diver- nismo, al enderezarla hacia la resolución del pro-
sas de una misma vida, sino que son dos cosas blema vital y existencial del ser humano en la ci-
esencialmente distintas: frente a los escaparates, la vilización contemporánea:
reconcentrada verdad de un ser escondido, pero ¿Por qué no se va a poder dar un recto sentido
operante" 51. Y el filósofo debe "mostrar el paso a a la reducción de la filosofía a la vida más allá
la verdadera vida, por la muerte de ·1a falsa", me-
del sentido sustentado por el tomismo? ¿Ni se
diante el logro de una interpretación esencial del ser
ve por qué no se pueda afirmar nada más pro-
humano que sea operativa en la consecución de ese
fundo ni más serio como origen del filosofar
fin. El fin es posibilitar la superación de esta situa-
que la admiración, porque así lo dicen Aristó-
ción de alienación levantada sobre la negación y
teles y santo Tomás o a eso empujase el uni-
muerte de nuestro ser auténtico, mediante la recu-
vocismo de la esencia humana? 54.
peración del sentido religioso de la vida humana.
Desde esta óptica, la tarea ética de la filosofía con- Es un esfuerzo de síntesis o de conciliación que
siste, según Ellacuría, en "libertar el alma de esta está motivado primariamente, pues, por razones
civilización atenazada por un superdesarrollo de lo prácticas y vitales, urgido --como afirma el mismo
superficial y lo material, de lo presente y vistoso, Ellacuría- por una necesidad vital de marcado ca-
de lo accesorio y pasajero, de la prisa y las vuellas rácter intelectual, por cuanto busca dar con la verdad
a lo mismo sin ningún avance positivo" 52 • para saber y así orientar y dirigir la vida humana:

48. Ibídem, p. 277.


49. "Ángel Martínez, poeta esencial", EF 1, p. 135.
50. Ibídem, p. 136.
51. Ibídem, p. 137.
52. Ibídem, p. 140.
53. "El despertar de la filosofía", Revista Cultura 11, 1956, San Salvador, EF 1, p. 48.
54. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF 1, p. 243.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1139

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A la filosofía, en efecto, se llega cuando se va a Ellacuría destaca, en primer lugar, su modo de
ella auténticamente por una necesidad vital de filosofar y su talante filosófico de tipo esencialista
marcado carácter intelectual. En esto convienen y universalista, "anclado decisivamente en lo pro-
unos y otros: porque sea el inicio de la filosofía fundo y radical, sin concesiones a los reclamos de
la admiración como quieren los aristotélicos y superficialidades o accidentalismos" 58 • En segundo
platónicos; sea la angustia de quedarse a la deri- lugar, Ellacuría resalta su "ascetismo religioso"
va sin suficiente luz y seguridad para orientarse como condición para la persecución de la verdad
en la vida, según los existencialistas; en ambos total de las cosas y su intento por inteligirlas y ex-
casos nos encontramos ante una necesidad vi- plicarlas a través del contacto sumiso y activo con la
tal de profundo carácter intelectual: necesidad realidad5~. En tercer lugar, Ellacuría se refiere a los
vital, porque es todo tres principios cristianos
el hombre quien se que definen la personali-
siente impelido por La tarea ética de la filosofía consiste, dad intelectual del aqui-
una inquietud que le nate: amor a la verdad,
desasosiega y le urge según Ellacuría, en "libertar el alma
necesidad de profundi-
por entero; de carác- de esta civilización atenazada por un dad esencial y repudio
ter intelectual, por- superdesarrollo de lo superficial y lo de toda forma de mani-
que trata de formular
material, de lo presente y vistoso, queísmo. El ansia de
ideológica y sistemá-
verdad como principio
ticamente una con- de lo accesorio y pasajero, de la prisa
de una vida intelectual
cepción del mundo, y las vueltas a lo mismo lleva a ésta a un dina-
porque trata de inves-
tigar intelectualmente sin ningún avance positivo". mismo esencialmente
las cosas como son, positivo y creador, que
de tener dentro claro consiste en ir más a las
lo que fuera está escondido, lo que a los demás cosas que a los concep-
se les ofrece superficial y oscuro 55• tos o los dogmas y en profundizar en todo, en bus-
ca de "la última y total profundidad"h 11•
5.1. El tomismo como fundamento de un autén- Además, su rechazo del maniqueísmo se expresa
tico humanismo en una libertad de prejuicios absoluta, que le da una
En este esfuerzo es importante desiacar la va- amplitud mental para asumir "todas las briznas de
loración que Ellacuría hace de santo Tomás. luz que la mente humana ha irradiado sea de donde
Ellacuría escribió sobre él con el fin de mostrar el sea, y sea por quien sea"h1• En este sentido, la re-
núcleo tomista rescatable para construir una visión creación y revitalización de la metafísica aristotélica
más existencial y humanista del mundo, haciendo ejemplifican una cualidad notable de un intelectual
más efectivo el tomismo en nuestro tiempo 5h. Para cristiano: su rechazo a la ortodoxia y su "positivis-
Ellacuría, santo Tomás representa el modelo de in- mo salvador de recoger todo lo que de bueno se
telectual cristiano, válido para la época actual, ca- encuentre, valorándolo en la mejor de sus direccio-
paz de sintetizar la fe y la razón, la filosofía y la nes posibles. ¿Qué hubiera sido de Aristóteles en
teología, lo profano y lo religioso, la naturaleza y manos de los negros celadores de la ortodoxia? Tal
la gracia, el humanismo y el cristianismo en fun- vez hubiera quedado repudiado para siempre, si hu-
ción de "encontrar y fundamentar esencialmente bieran prevalecido los negativistas que se ensañaban
esa verdad que hará libre y personal al hombre" 57 • con sus discrepancias del dogma y la rutina"h2 •

55. "El despertar de la filosofía", EF I, p. 50.


56. "Tomás de Aquino, intelectual católico", ECA 146, 1960, EF 1, p. 329.
57. Ibídem.
58. "Santo Tomás, hombre de su siglo", ECA 135, 1959, EF 1, p. 217.
59. Ibídem, p. 219.
60. "Tomás de Aquino, intelectual católico", EF 1, p. 331.
61. Ibídem, p.332.
62. Ibídem, p. 335.

1140 ESTUDIOS CENTROAMERICANOS (ECA) 625-626

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Para Ellacuría, estos son elementos valiosos ca, me tentaba a investigar la realidad de su
para fundamentar un humanismo cristiano válido obra y la explicación de ese resultado tan dis-
para el mundo actual. Pero esto pasa por entender par que su obra ha producido 66 •
adecuadamente la actitud personal de santo Tomás, Frente a la actitud negativa y destructora de la
sumergiéndonos en su mundo, para después traerlo obra de Ortega de parte de algunos autores escolásti-
al nuestro. Es decir, "síntesis nueva de lo permanen- cos, Ellacuría busca en su estudio valorar "todo lo
te con la forma de nuestro tiempo" 6\ Esto no lo han bueno, que es el único modo de entender, de supe-
realizado sus seguidores y comentaristas que se han rarlo y de amenguar el posible daño. Este ha sido
dedicado a transmitir mecánicamente su doctrina, mayor porque no se ha profundizado en Ortega has-
abstrayéndola de la realidad concreta, "sin llegar a la ta allí donde se ven sus logros y sus fallos'"' 7• Desde
penetración ontológica de la realidad, ni mucho me- esta óptica, Ellacuría considera necesario
nos a la captación de su significado vital" 64 • Se ha introducirse, de la mano de Ortega, en el mundo
desvirtuado la naturaleza escolar de su obra, no se cultural-cóiífemporáneo para buscar transformarlo y
ha captado su mundo propio y se ha interpretado humanizarlo en un sentido cristiano. "Es preferible
inadecuadamente su angelismo, dando pie a la padecer el escándalo de algún escrupuloso que, per-
acusación de desprecio y aniquilación de lo huma- maneciendo inactivo o, simplemente, obtuso a la
no, que ha sido la objeción histórica que se le ha comprensión, dejar que se nos escape de las manos
imputado a la doctrina tomista. De hecho, algunos este mundo cultural que, por exigencia de su consti-
pensadores escolásticos han consumado una "ver- tución y de su historia particular, debe ser cristiano''ÓH.
dadera deshumanización" de la obra tomista y se
han vuelto incapaces de "presentarse como autén- En este esfuerzo, no se trata de asumir todo lo
ticos representantes del mundo actual" 65 • que Ortega ha planteado ni de tener por bueno
todo lo afirmado por él; se trata de asumirlo, apre-
5.2. Ortega: intelectual de la vida ciando sus valores y ponderando, a la vez, sus
"deficiencias radicadas en la proclividad de sus es-
Hay que destacar aquí la valoración que Ella- critos hacia un relativismo filosófico y hacia un
curía hace de Ortega y Gasset, en cuanto represen- humanismo laico, descristianizado y antropocen-
tante de la filosofía vitalista moderna. El conoci- trista"6". En este sentido, Ortega, según Ellacuría,
miento de Ellacuría sobre el pensamiento de Orte-
no es maestro perfecto por su misma contextura
ga se inició en los años que estudió en Quito y se
psicológica, como por la circunstancia cultural
consolidó inmediatamente después, en San Salva-
que le tocó vivir, que coartaron muchas de las
dor, donde realizó un estudio de su cibra para es-
dimensiones que un pensador y un filósofo de-
cribir un artículo sobre su filosofía:
ben poseer en cuanto dedicación, concentración
Me pidió el P. Garrido un Artículo para ECA y profundidad, rigor y sistema. No lo es, en fin,
y, aunque ya tenía algún conocimiento de Or- porque su cerrazón a los horizontes religiosos le
tega, pues había leído bastante de sus obras escamoteó muchas soluciones, decisivas solucio-
principales, me decidí a meterme de bruces en nes, más aún, muchos y decisivos datos del pro-
él, intentando ponerme un poco claro sobre un blema humano tanto individual como social e
caso tan discutido. La disparidad de juicios en- histórico, aun beneficiándose en su educación y
tre sus críticos y sus amigos, la eficacia de su en enfoques posteriores de los valores culturales
obra en tantos hombres de España y de Améri- del cristianismo 711•
63. "El tomismo, ¿es un humanismo?", ECA 157, 1961, EF 1, p. 392.
64. Ibídem, p. 390.
65. Ibídem, p. 392.
66. Carta de l. Ellacuría a A. Martínez (San Salvador, 11 de febrero de 1956), EF 1, p. 212.
67. Ibídem, p. 213. Aquí Ellacuría tiene presente la polémica que hubo en España en esta época en torno a la obra de
Ortega, especialmente con grandes detractores nacional-católicos como el p. Santiago Ramírez, un dominico que
había editado la obra de santo Tomás, y los simpatizantes de Ortega, entre los cuales se encontraba Julián
Marías, quien salió a defender públicamente a Ortega frente a las críticas de Ramírez. C'fr. S. Ramírez, la
filosofía de Ortega y Gasset, Barcelona, 1958.
68. "Ortega y Gasset: hombre de nuestro ayer", EFI, p. 20.
69. Ibídem.
70. Ibídem, p. 22.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1141

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La valoración y el entendimiento adecuados vorece el desarrollo de ella será aceptada; si, al
del pensamiento de Ortega exige que se le estudie contrario, pone trabas al impulso vital, será recha-
"desde dentro", adentrándose en su vida y en su zada como inauténtica y pemiciosa" 75 •
obra. Esto que es válido para la comprensión de
Este principio repercute también en la orienta-
cualquier pensador, es más pertinente en el caso
ción ética que debe dársele a la vida intelectual en
de Ortega y su obra, "tan entreverada con la tra-
función de construir una cultura de la vida y para
yectoria de su vida, preocupada de ser· sí misma,
la vida, y que le permite a Ellacuría ~riticar el mo-
actualísima y circunstancial, original y distinta, re-
delo de filósofo escolástico y, a la vez, exponer su
ferida al yo y a la circunstancia, primeramente al
visión de lo que debe ser la función del filósofo en
yo que Ortega era y a la circunstancia que perso-
el mundo actual:
nalmente le oprimía" 71•
[Ortega] repudió para sí todo carácter de
En efecto, la razón vital y la razón histórica
especialismo estrecho, de sabio que, prisionero
orteguianas son fundamentalmente una indagación de la teoría muerta, no sabe nada de la vida. An-
en la profundidades de la propia vida, formuladas tes que ser profesional o investigador, quiso ser
luego lo más vitalmente posible, y cuya compro- hombre. Ortega, profesión: hombre. Porque si
bación se reduce a pedir a los demás que compa- son necesarios los especialistas que investiguen
ren sus propias vivencias e intimidades para cali- un campo estrechamente acotado, lo son mucho
brar y apreciar las realidades iluminadas por él. más, ante todo para dirigir este mundo en crisis,
Esta característica y este estilo de proceder sobre los hombres poderosamente vitales, con un siste-
su propia vida, "sobre lo más vivido del yo y so- ma cultural completo y vivo desde el que puedan
bre lo más punzante de la actualidad circunstan- enfrentarse, con verdad, al mundo de hoy 76 •
te"72, trae consigo una serie de logros y virtudes,
Estas afirmaciones nos ilustran el tipo de inte-
por encima de lo practicado por el escolasticismo
lectual y de filósofo que Ellacuría pretende ser en
más ortodoxo: contacto inmediato con la realidad,
este momento y que no encuentra en los moldes
actualidad, vitalismo, intuiciones de contenido rico
escolasticismo ortodoxo: filosofar para construir
y denso, presencia de realidades humanas. Todo
una cultura para la vida, con función vitalizadora y
esto le lleva a la constitución de un pensar sólido,
humanizadora; una cultura que brinde "seguridad
de gran contenido vital y humano, en el que !as
y luz con un sistema vital de ideas que traiga y
ideas "son signos vivientes de lo que cada uno lleve un mensaje penetrante y cálido del mundo al
lleva consigo, aun sin percatarse de ello" 7~. yo y del yo al mundo" 77 • En este sentido, mérito
En esta línea, Ellacuría resalta un aspecto de la de Ortega, a los ojos de Ellacuría, es que
filosofía de Ortega, que coincide con lo que ya trató de evitar el pecado que ha desvinculado
había asimilado de los magisterios de Aurelio Es- al mundo presente del intelectual: el haberse
pinosa y de Ángel Martínez: su "preocupación ra- dedicado a una cultura de ideas, el haber traba-
dical por la vida y la cultura, junto con los proble- jado por una cultura erudita e ineficaz para la
mas que su necesaria unión plantean" y en la que vida y no por una cultura humana que poten-
"el elemento primero y fundamental es la vida" 74• ciase la vida. Él, al contrario, será intelectual
La importancia de esta tesis es que lleva a postular de la vida y para ella, con afán de proselitismo,
como obligación ética fundamental el acrecenta- para hacer de el Otro, el ser alterado sin inte-
miento de la vida "sin sometimiento alguno a nor- rioridad, un nuevo ser adentrado en sí, ensimis-
ma distinta de la misma vida", y a valorar toda mado, que goza de aquella plenitud que el
norma o institución en función de la vida: "si fa- mundo no abre, sino al intelectual que, por

71. "Ortega y Gasset desde dentro", ECA 105, 1956, EF 1, p. 27.


72. Ibídem, p. 30.
73. Ibídem.
74. "¿Quién es Ortega y Gasset?", ECA 110, 1956, EF 1, p. 36.
75. Ibídem, p. 37.
76. Ibídem, p. 38
77. Ibídem.

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serlo, contempla transfigurado todas las co- foca el estudio del ser humano abstraído de toda
sas 78. situación y que le da, por tanto, primacía a los mé-
todos deductivos frente a los inductivos o intuitivos,
Pero lo que Ortega gana en vitalismo lo pierde
en superficialidad e incontinuidad, "quedando man- Ortega está persuadido de que no es la línea rec-
cos sus esfuerzos filosóficos" 79 • El problema es ta deductiva el camino más corto entre dos extre-
que Ortega no explica adecuadamente las realida- mos humanos, pues las realidades humanas no
des "derivadas y contingentes" desde las realida- están distantes, sino presentes, aunque enigmáti-
des y principios metafísicos que las fundamentan. cas y escondidas; que es menester ir bien carga-
Y es que "si no se investiga, sino lo que se vive y do de realidades para que la visión de Jo que es
mientras se vive, no tendrá el pensamiento aquel ca- realidad sea efectivamente real, sin lo cual no es
rácter de ultimidad y sistematización definitiva posible la filosofía ni aun el verdadero conoci-
que exige la filosofía. En Ortega, de hecho, faltan miento, por lo menos respecto de aquellos entes
esos temas últimos y en el modo de desarrollar los que respecto al hombre pueden entrar en contac-
elegidos por él se echan de menos, ordinariamen- to inmediato, en presencia existencial 84 •
te, la seriedad, plenitud y profundidad que de sus En realidad, para Ellacuría la fenomenología
capacidades filosóficas se podían esperar" 80 • orteguiana no se diferencia mucho del sentido que
En la obra de Ortega, según Ellacuría, se refle- Heidegger da a la fenomenología. Ambas compar-
ja una especie de "inautenticidad ontológica" pro- ten lo común a toda fenomenología que consiste
pia de las vidas que pretenden vivir con seriedad y en ir "a las cosas mismas" buscando desvelar lo
plenitud, aunque no en un plano de absoluta ver- que está oculto en aquello que se muestra, esto es,
dad objetiva, y que es paralela a la inautenticidad el sentido y fundamento de lo que aparece, del fenó-
psicológica, propia de las vidas superficiales que meno. La diferencia de Ortega con Heidegger ra-
viven "en la cosificación dispersa de una vida dica en que aquél no pretende construir una onto-
desvivida por las cosas" 81• La razón es que Ortega logía general, sino "mostrar el ser del hombre his-
no ha "superado el ensimismamiento de la propia tórico". El supuesto orteguiano es que "es imposi-
vida" y no ha "alcanzado, por tanto, la dimensión ble entender filosóficamente el ser del hombre his-
ontológica de la religación ni la subjetivización re- tórico, que es a su vez un ser histórico aun en cuanto
ligiosa que es su correlato de vida" 82 • En él se ex- ser, sin arrancar fenomenológicamente de su mos-
presa una vida "que se la vive con las propias fuer- trarse como es y no como pudo ser en abstracto" 85 •
zas sin fin distinto que ella misma; se la vive con De esta manera, la fenomenología en Ortega se
radical confianza en esas propias fuerzas que la convierte en razón histórica por cuanto el ser que
van haciendo, con lo que adquiere un carácter ab- pretende mostrar es constitutivamente histórico. El
solutamente absoluto que de ninguna manera le método fenomenológico no consiste en "contar
compete: es la soberbia de la vida por la que el cuentos, aportar datos y garantizar detalles, sino
hombre se fundamenta a sí mismo" 8\ mostrar el hacerse de aquellas cosas que son lo que
Estas críticas no impiden que Ellacuría valore son haciéndose, que están en perpetuo status
positivamente la fenomenología orteguiana como nascendi"86 • Es un método estrictamente filosófico,
método de acceso para captar la realidad humana a porque el proceso de descubrir las cosas en su ha-
partir de lo que los seres humanos concretos mani- cerse no se reduce a indicar el proceso empírico de
fiestan en las sitúaciones cotidianas en las que es- su origen, sino revelar los supuestos más radicales
tán inmersos. Frente al método escolástico que en- de ellas, que son precisamente los más ocultos y los

78. Ibídem, p. 42.


79. Ibídem, p. 40.
80. Ibídem.
81. "Ortega, existencia desligada", manuscrito redactado en lnnsbruck, a finales de 1958, EF 1, p. 268.
82. Ibídem.
83. Ibídem.
84. "Técnica y vida humana en Ortega y Gasset", EF 1, p. 419.
85. Ibídem, p. 426.
86. Ibídem.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1143

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que suelen pasar desapercibidos. Este modo de en- como método válido para hacer una filosofía sólida
tender el método fenomenológico representa una y actual, con contenido real y humano, a diferencia
superación del idealismo que subyace en la del método escolástico, caracterizado por su excesi-
fenomenología de Husserl por cuanto ésta supone vo intelectualismo y su orientación hacia la abstrac-
una "contemplación que des-existencializa, des- ción y la deducción, y de poco contenido vital.
vitaliza y des-yoiza". Por ello, sin abandonar la
Hay que notar que esta preferencia por el con-
exigencia de necesidad esencial propia del pensa-
tacto directo con las cosas, como primer momento
miento husserliano, "Ortega pretende realmente,
del acceso filosófico a la realidad, es una dimensión
sobre todo al tratar de cosas humanas, que la reali-
que Ellacuría ya había asimilado del poeta Ángel
dad se presente como es, vale decir, ejecutivamen-
Martínez, como un elemento esencial para hacer de
te, pero sin olvidar que el filósofo no puede per-
la filosofía una forma de vida, según lo apuntamos
derse en explicaciones meramente fácticas" 87 •
antes. Para Ellacuría, tanto en la poesía de Ángel
La utilización de estos métodos por parte de Or- Martínez como en la filosofía de Ortega, "el fin será
tega se explica por el significado que adquiere en su que el objeto se interiorice en el sujeto, pero para
obra la "razón vital", que supone un nuevo concepto ello no hay otro medio efectivo que lograr la pene-
de realidad y un nuevo tración efectiva del suje-
concepto de filosofía. to en la realidad, ante-
Frente a naturalismos e riormente a su posible
En la obra de Ortega, según
idealismos, Ellacuría se- desfiguración como ob-
ñala que Ellacuría, se refleja una especie jeto'"~'. Esto significa una
Ortega necesita salvar de "inautenticidad ontológica" nueva forma de realismo
ambos extremos en propia de las vidas que pretenden que supera el realismo
los que frecuentemen- vivir con seriedad y plenitud, que sustentan los pensa-
te se han "extremado" dores escolásticos e, in-
las corrientes filosófi-
aunque no en un plano de absoluta cluso, de un realismo
cas de todos los tiem- verdad objetiva, ... más consecuente con el
pos. Esto supone que viejo principio clásico
necesita traer a su "de que no hay nada en
pensamiento la realidad en su max1ma riqueza el pensamiento que no haya comenzado por los sen-
para que no deje de ser precisament.e realidad, tidos". Y es que, a diferencia del método escolásti-
sino mero fantasma de sí misma, pero, a la vez, co, aquí, según Ellacuría,
encontrando la dimensión precisa en que esa
el postulado fundamental siempre operante, al
realidad cobra su logos, su verdadero sentido
que todo se subordina, es que se precisa el con-
intelectual, sin el que tal vez fuera cosa, momen-
811
tacto con la realidad y no con sustitutivos, un
to vital, pero no realidad, ente que es como es • contacto que muchas veces exigirá un nivel sen-
Según Ellacuría, la lección que se puede sacar sitivo que nunca, claro está, puede ser en el
de este planteamiento de Ortega para la filosofía es hombre meramente tal. En otras ocasiones exigi-
que si se pretende hacer una filosofía que sea, a la rá un paso hacia el campo empírico en busca de
vez, razonable y vital, necesaria y real, "se precisa la reconstrucción psicológicamente presumible
acercarse a la realidad de aquel modo preciso en que de un efectivo proceder [...] Más allá será la
ésta abra todo su secreto, de manera que no se la constatación con otras realidades similares en su
deforme al buscar en ella su efectivo nivel filosófi- contraste con lo diferenciativo, de lo que es
co"IW.Buscar la máxima posesión de la realidad a específicamente humano [... ] donde no se parte
través del contacto directo, preconceptual y fenome- de una noción previa para deducir desde ella lo
nológico con las realidades concretas, es una carac- que puede ser específico del hombre a diferen-
terística que Ellacuría asume del método orteguiano cia del animal, sino de la penetración en la do-

87. Ibídem, p. 428.


88. Ibídem, p. 431.
89. Ibídem.
90. Ibídem, p. 434.

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ble realidad que representan trascendiendo las
diferencias empíricas [... ] para dar con la con-
dición ontológica existencial del hombre, que
se nos descubre como inesperadamente una
vez atravesados los velos 91 •
Ellacuría no abandonará esta orientación rea-
lista en su filosofía posterior, una orientación que
encontrará su pleno desarrollo cuando, más tarde,
Ellacuría adopte el realismo zubiriano basado en
la inteligencia sentiente. En estos momentos está
convencido, por el impacto del método fenome-
nológico orteguiano, de que
la razón, si de verdad quiere ser lo que es, no
puede eludir el contacto con la realidad [...) es
la realidad la que tiene que dársenos, aunque
no lo hará en realidad de verdad, sino respecto
de un espectador dinámico que vaya actuali-
zando en sí las diferentes perspectivas en que
la realidad también consiste. Y esto dentro de
las directrices de un método fenomenológico
purificado de sus posibles desviaciones idealis-
tas por el carácter ejecutivo de todo lo que es
vital 92 •
Ahora bien, para Ellacuría el método fenome-
nológico sólo es válido como un primer momento que la condición iluminadora de mi vida es
en el acceso filosófico a la realidad, pero no lo muy distinta respecto de una realidades que
agota. Si bien el análisis fenomenológico nos da otras. Por consiguiente, el método apto para de-
un acceso primario a la realidad, es necesario su- sentrañar, desde su apariencia en mi vida, su
perar este nivel para alcanzar los estratos más ra- hipotética realidad en sí debe ser muy distinto.
dicales y últimos. Esta superación consistirá en un La distinción estará condicionada tanto por la
proceso estrictamente racional que permita trans- forma de su presencia en mi vida como por la
cender el ámbito del "ser para nosotros", determi- naturaleza prevista en mi vida de la realidad en
nado por el análisis fenomenológico de las realida- cuestión tal como es en sí. Esto implica, a su
des que se nos presentan en nuestra experiencia vez, que si el método fenomenológico es el co-
vital, hacia el ámbito del "ser en sí" de las mis- mienzo indispensable para descubrir lo que las
mas, que sería el propiamente metafísico. Se trata realidades anuncian en mi vida, tiene que ser
de pasar de la realidad tal y como es percibida y superado para pasar del "ser para" de las cosas
vivida por nosotros a la realidad tal y como es en a su realidad en sí93.
sí de las cosas.
Para ilustrar esta posición se puede decir que
La razón principal que Ellacuría aduce para una cosa es el análisis de las cosas reales tal y
ello es que las realidades presentes en la propia como se nos dan en nuestra percepción y otra es la
vida tienen distinta proximidad ontológica y psico- construcción de una teoría metafísica que pretenda
lógica respecto a ella, por lo decirnos qué son ellas en sí mismas allende del

91. Ibídem.
92. Ibídem, pp. 436-437. Cfr. J. Ortega y Gasset, "Creencia y verdad", en La idea de principio en Leibniz y la
evolución de la teoría deductiva, Buenos Aires, 1958, p. 349.
93. Ibídem, p. 484.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1145

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campo real percibido. Ellacuría no ve contradic- Cualquier pensador vital siente que en las fór-
ción entre los dos niveles de conocimiento, sino mulas clásicas se escapa lo existente y se
complementariedad. El análisis fenomenológico difumina el problema particular; esa distancia
una vez que nos ha posibilitado el acceso a la rea- entre la naturaleza universal, unívoca para to-
lidad y nos ha pennitido detenninar críticamente dos, y la realidad concreta bien diferenciada
de qué realidad se trata, no excluye el esfuerzo ra- aun dentro de sus marcos generales, la realidad
cional de buscar su fundamento, aunque con la humana con su peculiar y próximo vivir, puede
conciencia de que ese esfuerzo es una búsqueda ser salvada hasta cierto punto por los análisis
abierta y, por tanto, histórica. preñados de contenido vital con que los mo-
dernos logran poner en contacto a sus lectores
5.3. La conciliación jerárquica entre la esco- con la vida tal como es y se vive 97 •
lástica y el vitalismo Los elementos de la filosofía perenne que pue-
En su proyecto de conciliación, Ellacuría pro- den ayudar a esta integración superadora, según
pone realizar una conciliación jerárquica, que con- Ellacuría, se reducen a dos: "una gran potencia de
siste en una superación de las posturas encontra- procedimiento lógico, crítico y sistemático, y un sis-
das de las dos corrientes, pero sobre la "base fun- tema amplio que enfoca decisiva y aceptablemente
damentalmente apta e imprescindible de la filoso- muchos de los problemas capitales y básicos de la
fía perenne" 94 • No se trata, por tanto, de realizar naturaleza y la esencia de las cosas"<nl_Los filósofos
un eclecticismo sin jerarquía, sino de una amplia- escolásticos, a su vez, si pretenden perfeccionar la
ción de campos a partir de lo ya logrado por la filosofía perenne, deben procurar un "espíritu efecti-
filosofía tomista. En otras palabras, no se trata de vamente abierto que no se comporte prácticamente
abandonar el tomismo para hacerse vitalista, sino como si la escolástica no tuviese defecto alguno", y
de potenciar la propia filosofía tomista con el fin deben acomodarse a lo actual, "dejando accidenta-
de hacerla más eficaz en la búsqueda de solucio- lidades propias de tiempos pasados". En este senti-
nes teóricas y prácticas a los problemas del mundo do, lo importante es que hagan "un esfuerzo por ir a
contemporáneo. En este sentido, Ellacuría busca la realidad misma como medida de intelección del
vitalizar el tomismo, encarnarlo vitalmente: sistema para que aquélla configure a éste, y no sea
[...] el tomismo no debe aspirar tan sólo a revi- éste quien desfigure a aquélla e impida un real acer-
vir el santo Tomás medieval, sino que su mi- camiento y posesión de la vida humana'""'. El pro-
sión específica es traerlo a la altura del propio blema es que estos filósofos han convertido el to-
tiempo, revivirlo, pero con la modulación ca- mismo en "un tomismo intemporal y repetitorio, es
racterística del propio mundo 95 • decir, un tomismo que ni siquiera reproduce el valor
filosófico de su origen, sino tan sólo la inteligencia
Es una posición de conciliación y comple-
de sus fónnulas" 11M1• De hecho, "ni el tomismo ni el
mentariedad que busca solidificar lo moderno y am-
suarecianismo, en cuanto son dos sistemas contra-
pliar y humanizar lo antiguo, y que específicamente
puestos y en cuanto se presentan como dos inten-
se traduce en el intento de dotar de una sólida base
tos de devorarse mutuamente en una interminable
metafísica a la realidad asegurada por Ortega y de
discusión dialéctica, no tienen mucho que hacer en
vitalizar y humanizar la realidad presentada por el
· el campo de una auténtica filosofía" 101 •
pensamiento aristotélico-tomista 96 • Si al vitalismo
le falta un sólido fundamento metafísico, al tomis- Sin embargo, la obra realizada por el neoto-
mo le falta un complemento vital, contacto inme- mismo alemán es notable por cuanto ha abandona-
diato con la realidad humana tal como es: do ese nivel de planteamiento dialéctico para

94. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF 1, p. 244.
95. "El tomismo, ¿es un humanismo?", EF 1, p. 388.
96. Cfr. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF 1,
p. 245.
97. Ibídem, pp. 246-247.
98. Ibídem, p. 249.
99. Ibídem.
100. "Filosofía en Centroamérica", EF 1, p. 404-405.
101. Ibídem, p. 405.

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abrirse a las nuevas filosofías que han enriquecido tegre lo "que han dejado de aceptable tantos filó-
el pensamiento filosófico, desde Kant hasta nues- sofos". Como veremos en el siguiente apartado,
tros días. Los autores de esta corriente, según Ellacuría abandonará este proyecto de conciliación
Ellacuría, ya no tratan "de buscar comprobaciones al caer en la cuenta de las dificultades de su con-
nuevas al esquema perfecto ya poseído, sino de creción y de las mismas insuficiencias teóricas y
enriquecer el mismo esquema, de abrirlo e inyec- prácticas del tomismo y del vitalismo como tales.
tarle nueva vida" 1112• Sus obras "constituyen un con- El encuentro pleno con Zubiri, a principios de los
junto de libros verdaderamente filosóficos, abiertos sesenta, será decisivo en este aspecto.
al pensamiento contemporáneo, muy influidos por
éste, sin perder por ello ninguna de las tesis to- 6. Más allá de la escolástica y del vitalismo
mistas fundamentales ni la radical actitud de santo Es en el ámbito antropológico donde Ellacuría
Tomás ante la realidad" 111\ Lo destacable es que despliega sus esfuerzos intelectuales por tratar de
ya no consideran "el tomismo como algo perfecta- sintetizar la escolástica y el vitalismo, buscando
mente acabado, al que no le queda sino trans- fundamentar filosóficamente una visión unitaria y
mitirse y defenderse -las más de las veces ata- abierta del ser humano que concilie su esencia con
cando lo que no se entiende-, sino más bien su existencia, su naturaleza con su ser histórico, su
como un esfuerzo filosófico para reconquistar en dimensión de ente natural con su realización vital.
nuestro tiempo una realidad cada vez más múlti- Y es que, a su juicio, las dos posturas parcializan
ple. Pero un esfuerzo filosófico actual, lo cual un aspecto fundamental de la realidad humana,
ineludiblemente importa pensar --como forma de con lo cual no sólo la falsifican y la encubren, sino
pensamiento, como preocupación, como objetos que, además, las incapacita para iluminar y contri-
del pensamiento-- como hoy se piensa" 104 • buir a la resolución del problema existencial hu-
Por este camino, piensa Ellacuría, se podrá po- mano en las sociedades contemporáneas. La esco-
tenciar a la filosofía y se hará un bien al ser huma- lástica, al absolutizar la dimensión natural-esencial
del ser humano, se cierra a la dimensión histórica
no de hoy:
del ser humano y se aísla de los problemas vitales
Si todavía no ha aparecido en el campo del cotidianos del individuo concreto; el vitalismo, al
pensamiento quien integre lo que en el discu- absolutizar su dimensión vital, existencial e histó-
rrir de muchos siglos han dejado de aceptable rica, y al obviar su radicación esencial y natural,
tantos filósofos, bueno fuera que se preparara su se le escapa el fundamento real de la realidad hu-
advenimiento y la posibilidad de su obra con una mana y, por tanto, el sentido transcendente que
actitud abierta y con logros parciales respecto a posee el proyecto humano concreto, de acuerdo a
algunas conciliaciones y superaciones más ob- lo que el ser humano es esencialmente.
vias111s_
Esta afirmación deja traslucir que, para Ellacu-
6.1. La fundamentación de la apertura del ser
ría, la conciliación de la escolástica con el vitalis- humano
mo es lo menos que se puede hacer para producir En esta línea, Ellacuría busca fundamentar fi-
una filosofía aceptable, a la altura de los tiempos. losóficamente la apertura constitutiva del ser hu-
Sería una filosofía con una considerable base mano hacia la transcendencia, sin recaer en postu-
tomista, orientada a reflexionar, iluminar y diseñar ras naturalistas o esencialistas ni en posturas pura-
soluciones a los problemas vitales y humanos de mente vitalistas o existencialistas. Ahora bien, esto
las sociedades capitalistas. Sin embargo, Ellacuría pasa por dar respuesta al problema de la unidad de
no ve este proyecto de síntesis como algo plena- esencia y existencia: ¿cómo conciliar la visión del
mente satisfactorio para lo que realmente busca, y ser humano como ser personal, dotado de una
por eso expresa su deseo de que se creen las con- esencia creada y fundamentada en Dios, con la vi-
diciones para que surja una nueva filosofía que in- sión del ser humano como existente libre y crea-

102. Ibídem. Aquí Ellacuría se refiere expresamente a K. Rahner, E. Coreth y Lotz.


103. Ibídem. Ellacuría destaca, especialmente, Geist in Welt de Karl Rahner y Metaphysik de Coreth.
104. Ibídem, p. 406.
105. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista ªmoderna", EF 1, p. 249.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1147

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dor, capaz de hacer su existencia y modificar su forma está dado bajo la forma del ofrecimiento de
ser a través de actos concretos libres? una autocomunicación de Dios.
Este esfuerzo de fundamentación coincide con Por otro lado, hay que destacar la influencia
el esfuerzo que ha realizado el neotomismo alemán, que también pudo tener en el esfuerzo filosófico
sobre todo en lo realizado por el método trans- de Ellacuría la filosofía de Blondel y su postura
cendental de Karl Rahner, y que consiste en mos- ante lo sobrenatural, que es uno de los temas capi-
trar que el ser humano en todos sus actos de exis- tales de su filosofía 110• El hombre está abierto a lo
tencia y de conocimiento está remitido al misterio sobrenatural y, por tanto, desde su inmanencia
absoluto de Dios 1116• Rahner expone esta concep- vive de la trascendencia, en ella y por ella. Su pri-
ción en su tesis del "existencial sobrenatural", una mer movimiento ante Dios no es sólo probar su
idea que introduce con el fin de superar una visión existencia, sino apoderarse de Él. Para probar bas-
extrinsecista de la gracia divina, en relación con la tará seguir las reglas de la demostración, pero para
naturaleza humana 1117• De acuerdo con ella, el ser apoderarse de Él, es necesario vencer toda forma
humano tiene la capacidad fundamental para reci- de naturalismo. La verdadera acción quiere infini-
bir una posible autocomunicación de Dios debido tamente el infinito, pero sin poderlo conquistar.
a que, en cuanto espíritu, está abierto por la gracia No puede uno apoderarse de Dios, sino tan sólo
al horizonte infinito del esperar a que Él se dé.
ser: "La naturaleza abier- Blondel no pretende
ta del hombre es, por ra- mostrar que la sobrena-
La escolástica, al absolutizar
zón de su transcendencia turalización es necesaria
(potencia obediencial), la dimensión natural-esencial y que, por tanto, se nos
un posible destinatario del ser humano, se cierra a la dimensión debe dar, sino que lo
de la autocomunicación histórica del ser humano y se aísla natural es completamen-
libre del mismo Dios en te insuficiente y que,
la gracia y en la visión de los problemas vitales cotidianos por ello, es preciso si-
de Dios intuitiva" •1118
del individuo concreto; el vitalismo, tuarse más allá de lo na-
al absolutizar su dimensión vital, tural y de lo inmanente
Esta posibilidad en el
esperando la llegada del
ser humano de recibir existencial e histórica, y al obviar don.
una eventual autocomu-
su radicación esencial y natural,
nicación divina, preserva Lo sobrenatural es,
la dimensión de la liber- se le escapa el fundamento real en primera instancia, un
tad en el acontecimiento de la realidad humana ... movimiento inmanente
de la revelación. Dios se al hombre precisamente
comunica libremente al bajo la forma de impul-
ser humano, y éste recibe libremente la gracia di- sarlo fuera de sí a la espera del don divino, siem-
vina. Desde esta perspectiva, contraria a la doctri- pre libre por parte de Dios. Querer lo sobrenatural
na neoescolástica, "la gracia no es sino una radica- es querer esperar de Dios la divinización, en vez
lización de la esencia del hombre y no constituye de buscarla por nuestro propio esfuerzo. La dialéc-
un piso adicional que se superponga a la naturale- tica de la acción muestra que ésta queda inacabada
za humana" 111~. El existencial sobrenatural es así si no sale de sí esperando ser acabada por la gra-
un libre don de la gracia divina, pero, de hecho, es cia. Así, el hombre se ve empujado a una opción:
un elemento constitutivo y ontológico de la exis- el hombre siente una necesidad invencible de apo-
tencia humana en su realidad concreta, que de esta derarse de Dios, aspira a hacerse dios. Y aquí vie-

106. Cfr. Martin Maier, "La influencia de Karl Rahner en la teología de Ignacio Ellacuría", Revista Latinoamerica-
na de Teología 39, 1996, p. 247 y ss.
107. Cfr. Martin Maier, "La influencia de Karl Rahner en la teología de Ignacio Ellacuría (11)", Revista Latinoame-
ricana de Teología 44, 1998, pp. 171 y ss.
108. K. Rahner, citado por M. Maier, ibídem, p. 171.
109. Martin Maier, "La influencia de Karl Rahner en la teología de Ignacio Ellacuría (11),op. cit., p. 172.
110. Cfr. "Introducción al problema del milagro en Blondel", manuscrito redactado en 1964, EF I, pp. 545-558.

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ne la elección: o ser dios sin Dios y contra Dios, o la antropología de Ortega para después criticarlos
ser dios por Dios y con Dios. "Si se escoge la y complementarlos con los aportes de la escolásti-
primera parte del dilema, la acción humana fraca- ca. Veamos cómo procede.
sa; si se escoge la segunda, es que se ha situado en
Ellacuría señala que, si bien las dos filosofías
el plano más allá de lo natural, en el plano sobre-
apuntan al mismo objeto globalmente considerado,
natural, en el recto camino para esperar a Dios,
ambas se refieren a niveles distintos de la realidad
como don gratuito, la sobrenaturalización real"'''.
humana. Ortega se refiere al ser humano como
Sin embargo, es importante destacar en este vida, mientras que la escolástica enfoca al ser hu-
punto la influencia adicional de Zubiri a través del mano como ente del que procede esa vida y es
concepto de religación, utilizado expresamente por detenninado por ella. "Ortega no toma como obje-
Ellacuría en su análisis sobre el ateísmo y la irreli- to de su cuestión y, por lo tanto, como correlato de
giosidad en las sociedades contemporáneas 112• La esa denominación ser del hombre todo lo que en
religación es una dimensión fonnalmente constitu- éste hay, ni siquiera aquel principio ontológico del
tiva de la existencia. Dios ha fundamentado al que pudiera explicarse, porque en algún modo de
hombre de tal modo que su ser pueda separarse de él procede todo lo que en el hombre hay. Lo cual
su existencia para poderla ir haciendo libremente; sería el caso de la filosofía escolástica, que en el
así, ésta se ofrece como existencia liberada que nivel de la esencia física apela a la composición
puede tener verdadera transcendencia y vida, ya de cuerpo y alma, y en el nivel de la esencia meta-
que le es factible separarse de las cosas para desde física, a la composición de animal racional" 114.
sí misma detenninar qué hacer con ellas; con lo que,
Conforme con este planteamiento, la escolásti-
finalmente, goza de actos libres concretos, mediante
ca habla del yo como una hipóstasis racional,
los que va haciendo concretamente su existencia y, a
mientras que el vitalismo habla de proyecto de
través de ella, modificando su ser 113. Somos, pues,
existencia, de pretensión de ser. La escolástica
seres constitutivamente religiosos, abiertos a la co-
apunta a "lo que de sustancialidad independiente
municación con Dios, lo reconozcamos o no a nivel
de todo sujeto y de sustancialidad racional hay en
consciente. Todo nuestro ser está abierto y orien-
los seres humanos", mientras que Ortega a lo que
tado a lo transcendente, que se nos aparece así
de "mutación, vitalidad y posible realización de un
como una realidad que nos fuerza a asumirnos
ser ideal" hay en ellos 115• Pero el que ambas filo-
personalmente y, por consiguiente, a ser más.
sofías no coincidan en su enfoque sobre la reali-
dad humana, no significa que el nivel afirmado
6.2. La vida humana como naturaleza e historia
por una implique la negación del otro. La cuestión
Ellacuría está influido por estas concepciones de la esencia física o metafísica del ser humano, si
de la apertura constitutiva del hombre a lo religio- bien es algo que no le interesa a Ortega, tampoco
so, y lo que pretende, entonces, dentro de su pro- es algo que éste niegue. Simplemente lo que indi-
yecto de conciliación es fundamentarla en una an- ca es que "el objeto de su interés y de su cuestión
tropología que conceptúe adecuadamente la uni- no es el mismo que el de la escolástica. A su vez,
dad de las dimensiones que están implicadas en la escolástica, cuando recalca como ser del hom-
esa apertura humana: lo natural y lo sobrenatural, bre sus principios físicos [... ] no niega que se dé,
la necesidad y la libertad, la esencia y la existen- claro está, esa vida realmente nueva y específica
cia, lo inmanente y lo transcendente. El método del hombre, aunque el objeto de su interés sea más
que Ellacuría utiliza para construir esa antropolo- bien el ser del hombre aún existente, que su exis-
gía consiste en exponer los aspectos centrales de tencia en el sentido de vida humana"' 16•

111. Ibídem, p. 556.


112. Cfr. "Ortega, existencia desligada" y "Sobre la irreligiosidad". En estos artículos, Ellacuría sigue muy de cerca
el planteamiento contenido en el artículo de Zubiri "En torno al problema de Dios", en Naturaleza, Historia,
Dios, 6" edición, Madrid, 1974, pp 361-39.
113. Cfr. "Ortega, existencia desligada", EF 1, pp 266-267.
114. "Técnica y vida humana en Ortega y Gassct", EF 1, p. 458.
115. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF 1, p.
244.
116. "Técnica y vida humana en Ortega y Gassct", EF 1, p. 459.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1149

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Aparentemente, según Ellacuría, Ortega niega con su puro sostenerse en la naturaleza, con su
la existencia de una sustancialidad permanente, pero vida animal, le sobra todavía vida [...] su vida no
más bien su oposición va contra una sustancialidad se entiende sin hacer, vida humana sin hacer hu-
fija, de tipo parmenídeo. Y, aparentemente, también mano [...] Inicialmente, el hombre arranca en cero
ésta es la posición de la escolástica, cuando combate existir humano, pues lo que de humano hay en su
las tesis de la filosofía vitalista. "Pero el negar cual- existencia no le es dado, como la vida natural del
quiera de las dos realidades sería falso, ya que ma- animal, sino que tiene que hacérselo" 119• En este
nifiestamente se requieren, la una en virtud de una sentido, la vida humana se presenta en forma de
demostración basada últimamente en el principio de hueco, algo que debe estar lleno y no lo está toda-
razón suficiente, y la otra en virtud de una expe- vía, que debe llenarse "porque no es un ámbito
riencia inmediata que no puede ser negada" 117• contradictorio respecto de las posibilidades huma-
Desde esta perspectiva, Ellacuría cree que es nas, sino de una positiva posibilidad que es, ade-
posible la conciliación de ambas antropologías en más, urgencia existencial" 120•
muchos aspectos, aunque no lo sea en todos. Por Frente a esta afirmación, Ellacuría apunta que
ejemplo, la doctrina escolástica sobre lo racional la invención de la propia vida implica, en el ser
"puede ser completada, y precisamente, con mu- humano, la existencia previa de "un algo que no es
chas de las observaciones de Ortega". El que unos animal" y que fundamenta la urgencia que se pre-
hablen de la naturaleza y del estado real-potencial senta en él de trascender el ámbito puramente ani-
del ser humano, y el otro de historia vital, en un mal. En otras palabras, el hecho de que el ser hu-
proceso de actualización del yo ideal, "ilumina el mano ejecute actos que no son biológicos, que él
sentido de complementariedad que se puede dar mismo va inventando, supone necesariamente la
entre la concepción intelectualista de la escolástica existencia de un yo, que es la instancia "que tiene
y la vitalista de Ortega". Además, "la corrección que atender las urgencias biológicas, pero también
que supone el aristotelismó de la doctrina parme- el que puede apartarse de ellas para vacar a queha-
nídea es ya un avance, como lo es el tomismo res-
ceres no biológicos" 121• El ser humano aparece así
pecto del racionalismo extremo" 118• dotado de elementos vitales y de condiciones
Delimitados los dos niveles de realidad elegi- esenciales de posibilidad para inventar su propia
dos por las dos filosofías, la primera cuestión por vida, dotado, por tanto, de potencias y facultades
resolver es lo de la radicalidad de esos niveles específicas que le posibilitan realizar actos estric-
para dar con el ser del hombre y determinar cuál tamente humanos. No es que estas potencias sean
de los planos --el del ser humano como vida y del ya el ser del hombre, ni vida formalmente huma-
ser humano como ente que origina esa vida- cu- na, ya que ésta no es tal por proceder de facultades
bre mejor la realidad integral del ser humano. La específicas del ente que es el hombre, sino por su
respuesta pasa por entender adecuadamente el propio carácter de no dada, de no impuesta; de
planteamiento de Ortega sobre la vida humana y la actualización de un proyecto.
especificidad que la caracteriza. A continuación Una de estas facultades es la imaginación, que
analizaremos los aspectos centrales que Ellacuría no es una facultad sensitiva ya que de ella provie-
destaca de dicho planteamiento. ne lo que va a ser totalmente distinto y superior a
la vida animal, la vida humana. Por esta facultad
6.2.1. La vida humana como proyecto
"la vida humana no tiene el carácter de un reperto-
La vida humana, a diferencia del animal, tiene rio fijo de actos dado e impuesto" y la que hace,
que ser inventada. "Al hombre después de cumplir por tanto, que ésta no aparezca como una mera

117. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF I, p.
245.
118. Ibídem, p. 246.
119. "Técnica y vida humana en Ortega y Gasset", EF I, p. 450.
120. Ibídem, p. 451.
J21. Ibídem.

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realidad natural inmersa en un dinamismo con una Desde aquí se puede deducir a priori que lo
trayectoria irremediable desde dentro de sí misma. que el mundo ofrece al ser humano no puede ser
Por ella, pues, la vida humana trasciende de la un cúmulo de facilidades sin dificultad alguna,
realidad natural. El ser humano tiene así una natu- porque entonces sus seres serían coincidentes, lo
raleza que es superada y de la que se libera la vida que contradiría la experiencia vital. Esto se puede
humana. Esto es evidente "desde el momento en comprobar por la presencia de necesidades como
que se apela a una imaginación que nos es dada y expresión de la "menesterosidad del hombre", pre-
con la que nos encontramos, de la que proviene la cisamente por su relación con el mundo. Se ilumi-
invención de lo que será la vida humana" 122• nan así las estructuras ontológicas del ser humano
y del mundo, lo que a su vez permite prever cuáles
El punto central que Ellacuría quiere resaltar
aquí, contra Ortega, es que la vida humana, con pueden ser las relaciones entre ambos entes y el
toda su especificidad que le es propia, no es inteli- modo de concretizarse su ser diverso. "El hombre
gible si no se la hace radicar en la propia es.encia y siente el mundo como algo distinto de él porque a
estructura del ser humano, en su realidad física y cada momento le ofrece resistencia [...]
que, por tanto, la posibilidad misma del proyecto y No se trata, sin embargo, de cualquier resisten-
de tal proyecto está condicionada por el ente que cia; también las piedras y las plantas encuentran
es el hombre: resistencias, y, con todo, son presentadas por Orte-
En ese sujeto psíquico es donde se sitúa la vida ga como ejemplos de coincidencia con su mundo
humana, allí radica la condición de posibilidad de ausencia de necesidades" 126• El ser humano
de retirarse de las exigencias biológicas, allí es siente sus necesidades como imposiciones que vie-
donde cada quien puede ensimismarse, allí nen de fuera a su ser auténtico. Y esto nos hace
principalmente se fundamenta lo que de gené- ver, según Ellacuría, que las necesidades humanas
rico tiene la pretensión que es el hombre en son cualitativamente distintas a las necesidades
cuanto especie 123. animales, por lo que el ente humano tiene una re-
lación con el mundo muy distinta que la que tiene
el animal, que da origen a un tipo de vida cualita-
6.2.2. La vida humana como choque dialéctico tivamente distinta.
entre hombre y mundo
El mundo tampoco puede ser para el ser huma-
El ser humano "es ese ente extraño[ ...] a quien no un ofrecimiento de puras dificultades, o dicho de
se pone la condición necesaria, si quiere seguir otra manera más radical, "el ser del mundo y el ser
existiendo, de estar y de hacer su vida con otro
del hombre no pueden ser totalmente antagónicos",
ente que llamamos mundo o naturaleza" 124• ¿En
de lo contrario, la vida humana no sería posible:
qué relación se encuentra este mundo con el hom-
bre? Ante todo como algo distinto, pero a su vez Si vida humana es lo que hace un ente que nece-
como algo necesario y como condición de posibi- sariamente, para hacerla, debe estar en otro ente
lidad de arranque de la vida humana. "Donde la y debe hacerla con este otro, el ente que llama-
filosofía aristotélica señala que sin sensibilidad no mos mundo no puede ser lo totalmente antagó-
le es posible al hombre el ejercicio de su vida inte- nico, porque entonces el ente que es el hombre
lectual, Ortega va más allá por los dos extremos, carecería de aquello sin lo que no puede vivir,
diciendo que sin mundo no es posible la vida hu- ya que él en esta línea de la vida humana es
mana que es de por sí actualización y ejercicio" 125• una mera posibilidad. Por otra parte, dos entes
El ser humano necesita, pues, del mundo como que por naturaleza están tan estrechamente li-
base de su existencia, pero también como incenti- gados, necesariamente deben contar con cierta
vo de vida y como material de construcción. comunidad de ser 127 •

122. Ibídem, p. 453.


123. Ibídem, p. 475.
124. Ibídem, p. 453.
125. Ibídem, p. 454.
126. Ibídem, p. 455.
127. Ibídem.

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La conclusión es que "el mundo es, en cierto en Ortega con un esencial carácter práxico: "Al
sentido un conjunto de cosas, pero su ser fonnal hombre Je sucede que para ser tiene que actuar,
con relación al hombre es ser un conjunto de faci- que no es sino esa actuación; es Jo que se haga de
lidades y dificultades; las facilidades que nos ofre- sí mismo, Jo que se autofabrique" 133 .
ce hacen posible la vida, las dificultades con que
Frente a la escolástica, que ve la realización
nos estorba nos demuestran su ser distinto y nos
humana como mera actualización de lo que el ser
incitan, consecuentemente, a una vida distinta" 128 .
humano ya es por naturaleza, Ellacuría resalta Jo
El mundo se Je presenta al hombre como algo con
incierto y problemático de esa realización debido a
Jo que puede realizar el proyecto que es y como
que es algo que no está asegurado por la mera
algo que va a servir como una especie de máquina
actuación de potencias naturales. La realización
instrumental para producir su propia vida. "En su
plena del ser humano descansa en Jo que él pueda
materia lleva el mundo una posibilidad de máqui-
na, y el hombre va a empeñarse en aprovechar el hacer, según las posibilidades que le ofrece su cir-
ser de máquina propio del mundo para encontrar cunstancia:
más facilidades que dificultades, aunque nunca el Radicalmente, el vivir humano apunta a reali-
mundo podrá realizar sin más el ser del hom- zar precisamente ese yo
bre"12~.Pero es el mundo que somos sin todavía
el que ofrece al ser hu- realizarlo, con los ele-
mano la posibilidad de mentos reales que ya
existir y a éste Je es ab- El punto central que Ellacuría tiene un ser efectivo,
solutamente imposible quiere resaltar aquí, contra Ortega, pero que todavía no ha
realizar su proyecto vital, es que la vida humana, con toda cobrado categoría de ser
sino es en una y con una humano. Mientras yo no
naturaleza. "La naturale-
su especificidad que le es propia,
hago algo, no me en-
za podrá y tendrá que ser no es inteligible si no se la hace cuentro a mí mismo, y
transformada, pero nun- radicar en la propia esencia en vista de que tengo
ca dejará de ser naturale- que hacer algo, necesito
y estructura del ser humano, ...
za y nunca dejará de ser de diferentes elementos
indispensable para la reales para ello. Mas
existencia humana" 13º. ciertamente aquello que
ya hay, aquello que se me da para que con ello
6.2.3. La vida humana como problema haga mi vida, no realiza por sí y sin más el ser
El hecho es que el ser humano "no es de ante- del hombre 134.
mano una esencia detenninada a la que no le que- El que el ser humano posea ya una esencia de-
de más que actualizarse, sino que es un proyecto terminada, con unas potencias y facultades especí-
de difícil realización; no tiene que efectuar un conte- ficas, no Je garantiza que realice su ser pleno y
nido ya determinado, sino, ante todo, tiene que auténtico. Afirmar lo contrario supone una visión
darse un contenido, realizar el programa que, por abstracta del ser humano, que soslaya su radical
Jo pronto, representa aquello en que consiste" . 131
instalación en unas circunstancias determinadas y
Esto, efectivamente, resulta ser un problema, y que considera que sólo sus principios físicos ga-
"como la vida es formalmente la invención y la rantizan automáticamente la realización de su hu-
realización de un proyecto en una circunstancia manidad. El que el hombre sea un compuesto de
determinada, r~sulta que es, a un tiempo, proble- alma y cuerpo, que lo determina metafísicamente
ma y quehacer"rn. La realidad humana aparece así como animal racional, es algo que le capacita para

128. Ibídem, pp. 455-456.


129. Ibídem, p. 477.
130. Ibídem.
131. Ibídem, p. 479.
132. Ibídem.
133. Ibídem.
134. Ibídem, p. 480.

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realizar, como un yo personal, actos libres y hu- Pero lo que olvida es que "será forzoso sólo en la
manos e inventar, por consiguiente, su vida a tra- medida en que el yo quiera seguir viviendo, y
vés de un programa o proyecto, pero ello no defi- quiera seguir viviendo como hombre, es decir,
ne completamente su ser; la realización plena de quiera ser algo más de lo que le es impuesto desde
su ser se juega en lo que pueda o no hacer en su fuera y quiera serlo en busca de lo que él perso-
vida concreta, de acuerdo al proyecto o ideal que nalmente tiene que ser" 1J 7•
se ha trazado:
En este sentido, para Ellacuría lo importante en
En su última expresión fonnal, pues, la vida hu- la definición de la vida humana es la capacidad y
mana consiste en realizar el ser extranatural del disposición del ente humano para ensimismarse y
hombre. Así se entiende por qué la vida para ser actuar en función de lo que quiere ser o lo que ha
tiene que actuar, y no es sino en esa actuación, proyectado ser, lo cual está determinado por el
a diferencia de las cosas que tienen ya de por tipo de ente que es, con su propia estructura y con
sí su ser fijo o plenamente actualizado o ya todas las potencias y facultades específicas que lo
determinado para su futura actualización iJs_ diferencian del mero ente animal o vegetal. Por
tanto, no está de acuerdo con Ortega quien consi-
Sin embargo, Ellacuría vuelve a enfatizar, con-
dera que "el hombre, en cuanto cuerpo y alma, es,
tra Ortega, que la realización del proyecto de ser
respecto del yo programático, naturaleza, circuns-
supone un sujeto real, un yo con una estructura
tancia o mundo", obviando que
ontológica determinada, que es
el hombre no puede realizarse por sí mismo,
el centro al que todo se atribuye y del que
más aún, necesita un alguien que lo realiza,
todo, en última instancia procede, pues regu-
además de un algo con que realizarlo; y ese
lándose a sí mismo todo lo regula; el centro
que, por de pronto, es el motor que se afana y alguien, que no es todavía el yo auténtico, es el
el ideal o proyecto conforme al cual todo el yo psíquico con sus posibilidades, con sus
resto de lo humano se mueve [...] Gracias a ese energías peculiares que le permitirán no sólo
yo, no es la vida un azar derrochador de ener- atender a sus necesidades biológicas, sino tam-
gías, sino una actuación conforme a un plan. bién a su verdadera vida. Verdadera vida [ ... ]
Vale decir que, gracias a él, la vida encuentra porque es la que plenamente corresponde a sus
tareas efectivamente humanas bajo la gran ta- mejores posibilidades entitativas, a la esencia,
rea radical de hacer efectivamente un hombre a la estructura y al dinamismo que le es propio,
con lo que no es sino posibilidad imaginaria, a su esfuerzo que no queda cumplido si se
encuentra una fuerza y un plan para realizar pierde sólo en actividades biológicas o en acti-
esa tarea, y se sirve de lo que no es yo para vidades humanas devaluadas, al deseo real de
constituir el yo como enteD6 • lo que aún es irreal, a su personal y efectiva
capacidad de imaginarse y de quererse. Como
Ortega resalta el carácter problemático y pro- ser todavía no es, pero como ente está dotado
yectivo de la existencia humana, peto no explica con lo requerido para ser 1JH_
adecuadamente el fundamento real que la posibili-
ta, regula y orienta, y que se identifica con el ente
6.2.4. La vida humana como la realidad radical
que actúa y que asume la tarea de realizarse como
ser humano, tratando de realizar su ser extra- La cuestión que Ellacuría pretende resolver aho-
natural con el material de la naturaleza en la que ra es "cuál de los dos planos antes diferenciados, el
está inserto. Ortega describe bien la peculiaridad del hombre como vida y el de hombre como ente
de la vida humana, porque esa vida es radicalmen- del que procede esa vida y es determinado por ella,
te la forzosidad de hacer su vida en el mundo, con cubre mejor ese fenómeno integral que llamamos
todas las dificultades y facilidades que le ofrece. hombre" 1w. O formulado de otra manera:

135. Ibídem, p. 481.


136. Ibídem, pp. 480-481.
137. Ibídem, p. 481.
138. Ibídem, p. 476.
139. Ibídem, p. 459.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1153

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[ ... ] el ser del hombre tiene la extrañísima para atender a la realidad tal como se da; por
condición, tantas veces apuntada, de ser afín al lo tanto no atiende in recto al yo sujeto y a su
ser de la naturaleza, pero sin llegar a coincidir estructura ontológica, aunque no niega que la
con el de ella; de tener media porción inmersa tenga 142•
en la naturaleza, pero con otra media que tras-
Se puede, decir, en este sentido, que en la rea-
ciende de ella. Como ser metafísico tiene afini-
lidad lo que se da es el yo total, es decir, el yo
dad y diferencia con el ser de la naturaleza,
inmerso en unas circunstancias determinadas que
como ente que hay tiene como parte suya un
"integra bajo la forma de vida ingredientes o cons-
ente que es natural. Lo que nos enfrenta con la
titutivos muy diversos hechos uno" 14\ El problema
pregunta capital: ¿a qué de todo esto llamare-
con Ortega es que apunta a esta totalidad, pero
mos el ser sin más del hombre? 1411•
sólo resalta sus aspectos vitales sin atender los as-
Para darle respuesta, pectos ontológicos de
Ellacuría reinterpreta la sus dos momentos cons-
famosa frase orteguiana Para Ellacuría, lo importante en la titutivos, en especial los
"yo soy yo y mi circuns- del yo sujeto, que está
tancia", tratando de con- definición de la vida humana mucho más atendido por
ciliarla con la visión es- es la capacidad y disposición del ente la escolástica. Bajo este
colástica. El primer yo humano para ensimismarse punto de vista, "los cri-
de la frase, según Ella- terios orteguianos son
curía, hace referencia al
y actuar en función de lo que quiere justos, pero no acabados
yo total, a la totalidad de ser o lo que ha proyectado ser, explícitamente. Son aco-
la persona, "uno de cu- lo cual está determinado modados para valorar en
yos ingredientes es el yo por el tipo de ente que es ... ese yo total su elemento
entendido como sujeto cimero de vida, de exis-
del vivir, como el centro tencia humana, que, una
de una circunstancia, que vez alcanzada, permite
es el otro ingrediente de aquella totalidad" 141• preguntar por sus condiciones de posibilidad, tanto
Ellacuría señala que este último yo es ya de por sí en el orden físico como metafísico; pero no dan
alguien capaz de ser sí mismo, con la capacidad de apoyatura explícita para desde ellos dar con el ser
hacer suya a su circunstancia, aunque no es en ple- total del hombre" 144•
no sentido persona, por cuanto es una abstrácción,
La consecuencia de este análisis es que ni el yo
un yo considerado como contradistinto de la cir-
orteguiano ni el yo escolástico, considerados por
cunstancia. Por el contrario, el yo primero es la
separado, nos dan el nivel donde se encuentra el
persona total, en cuanto es un yo en sí mismo cir-
ser del hombre. El nivel donde se encuentra el ser
cunstancial, algo plenamente concreto. Ortega se
del hombre es en el yo total que integra a los dos
refiere al yo total que es lo que cada uno es con su
bajo forma de vida. En esta totalidad, la escolásti-
ser concreto, vinculado intrínsecamente con su cir-
ca le da preeminencia a la raíz sobre los frutos,
cunstancia. En este sentido, Ortega se pregunta
Ortega al fruto que está en la cima. En efecto, Or-
por algo más amplio que aquello por lo que se
tega resalta la dimensión de la vida bajo la forma
pregunta la escolástica, que sólo centra su aten-
de programa o proyecto de ser; la escolástica,
ción sobre la determinación del yo separado de la
"aquel último fondo, efectivo y total, al que se
circunstancia:
refiere todo lo que el sujeto hace y del que proce-
Ortega habla del yo vivo, del yo que cada uno de últimamente todo lo que hace" 145• Los dos pun-
de nosotros viviente es, que, en cuanto deno- tos de vista son unilaterales porque la vida ni es
minación, evita todo momento de abstracción sólo esencia o naturaleza ni sólo proyecto o histo-

140. Ibídem, p. 457.


141. Ibídem, p. 460.
142. Ibídem, p. 461.
143. Ibídem. Cfr. J. Marías, Ortega. Circunstancia y vocación, op. cit., pp. 408-410, 427-430.
144. Ibídem, p. 462.
145. Ibídem, p. 467.

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ria. La vida humana es, a la vez, esencia y existen- Así, desde la óptica ellacuriana, el ser humano
cia, naturaleza e historia; es la unidad dinámica y aparece sumergido en la realidad de su mundo, op-
efectiva de un yo en un mundo y de un mundo en tando y actuando con el fin de construir su vida de
un yo, y sólo desde esta perspectiva total se la acuerdo a las posibilidades efectivas que le ofrecen
puede considerar como la realidad radical. las circunstancias, esforzándose por realizar su yo
ideal, su personalidad, que representa su auténtico
Desde esta última consideración, la vida "se
ser. Expresado esto mismo en ténninos de conci-
presenta como una interrelación íntima de un yo
liación de las dos posturas, se podría fonnular así:
con lo no yo, una interrelación que admite las for-
mas más diversas; una interdependencia, por otra Nuestro yo-hipóstasis, frente al mundo que lo
parte, tan fundamental y estrecha que, tal como oprime y con el cual necesariamente tiene que
aparecen en mi vida, cada uno de los extremos no habérselas, construye su vida que debe alcanzar
es lo que es sino desde el otro y con el otro" 146• En la medida del yo-ideal, que es su autentico yo,
este esquema, el yo en cuestión no agota todo lo el que debe ser. Por eso hay drama, porque tene-
que es la vida de cada cual, porque a ella pertene- mos que ir haciendo nuestra vida y nuestro yo,
ce también la otra mitad que es el mundo; por otra trayéndolo desde su idealidad posible a su actua-
parte, dentro de la unidad total que es mi vida se lización en nuestro tiempo; por eso hay tragedia,
presenta "como posibilidad de subjetivación y porque muchas veces no llegamos a coincidir
ensimismación todo lo que tiene que ver conmi- con ese nosotros-mismos que somos, pero que
go" 147. Así, la vida no es "el resultado de lo que el estamos llamados esencialmente a ser 151•
yo hace con el mundo, esto es, como un conjunto
de actos que ni son el yo ni son el mundo, sino En este sentido, vida es la actualización diná-
que es la realidad total, comprehensora del yo y mica de un yo en un mundo, la realización de po-
del mundo en su mutuo intervenirse" 148• sibilidades de un sujeto en el mundo que lo cir-
cunda y con el que va ejecutando el proyecto de
Se puede afirmar, por tanto, que la vida huma- su vida. Y esto significa que si bien la personali-
na es la realidad radical, siempre y cuando se la dad virtual del yo-sujeto se actualiza y formaliza
entienda desde este nivel total. En otras palabras, en la vida y por la vida, la vida, a su vez, surge
la vida humana es el ser del hombre si por ser del como actualización de ese yo-sujeto, actualización
hombre "se entiende aquello que comprehende que es posible por la incitación y el condiciona-
bajo sí todo lo que en el hombre hay bajo la fonna miento de unas circunstancias.
y unidad en que es". El mismo Ortega da pie para
esta afirmación al sostener que "el punto de arran- Y en esta actualización, lo que de ente hay en
que de la filosofía no es ya un principio abstracto, el yo-sujeto es algo con lo que éste cuenta como
sino mi ser individualísimo, es decir, lo que en posibilidad para ir realizando el proyecto en forma
concreto es cada uno" y al hacer "parte de la vida concreta y total. Si en este aspecto, eso que de
de cada uno al yo que hace en la vida, al hacerse y ente hay en el yo-sujeto --en cuanto es algo ya
a lo hecho en la vida" 149• El problema es que en dado-- tiene el carácter de mundo, en otro aspecto
sus textos la vida aparece "como si no fuera más se contradistingue de lo que es puramente mundo,
que la unión de los actos sucesivos en que va "porque la posibilidad ofrecida por él al proyecto
desenvolviéndose mi vida", sin hacer intervenir al se presenta con una tesitura totalmente diversa a la
"yo que los vive y la unidad nuevamente vista del que es propia de la circunstancia en su carácter
yo en el mundo, lograda precisamente en el hacer- puro de tal" 152• Por esta razón, la jerarquía del yo-
se de la vida" 15". sujeto y de la circunstancia, según Ellacuría, es

146. Ibídem, p. 485.


147. Ibídem.
148. Ibídem.
149. Ibídem, p. 489. Cfr. J. Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía?, Madrid, 1957, pp. 250-251.
150. Ibídem.
151. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF 1, p. 245.
152. Ibídem, p. 495.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1155

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muy distinta en la estructura total de la vida huma- animal racional, precisamente por desatender lo
na. Y esto significa que sólo un ente que metafísi- que en cada individuo y en la especie hay de natu-
camente se define como persona tiene la potencia- raleza fija; por eso, sin mucha seriedad científica,
lidad para desplegar una vida nueva y distinta en pretende sustituir la antigua con una nueva defini-
unidad con unas circunstancias que le condicionan ción, ya que le parece inválida aquélla por equi-
y limitan, pero que, a la vez, le posibilitan la reali- pararla con la res cogitans cartesiana" 156
. Por ello,
zación de su ser verdadero, de su personalidad 153. si se la entiende adecuadamente, es perfectamente
compatible con sus análisis de la vida humana y
6.3. Las aporías del proyecto de conciliación que concretizan "el unívoco e indiferenciado ani-
mal racional como potencialidad de muy distintas
Como podemos apreciar en todo este análisis
actualizaciones posibles" 157.
de la antropología orteguiana, Ellacuría asume la
visión aristotélica-tomista de la esencia humana Congruente con esta postura, Ellacuría afirma
como una concepción adecuada para explicar la que el proyecto representa la plena realización de
estructura del ente humano y su especificidad co- las mejores potencialidades y posibilidades de
mo persona y no ve mayores problemas para con- nuestra naturaleza racional; es decir, el proyecto
ciliarla con la visión antropológica de Ortega, representa el yo actualizado y perfecto -el yo
siempre y cuando se la entienda adecuadamente. ideal- que sería la "vocación con la que Dios lla-
En este sentido, Ellacuría aclara que "no se haría ma a cada uno de nosotros p.ara que realicemos
justicia a esta concepción si se estimase la unión ese proyecto que aún no somos -pero que debe-
del cuerpo y el alma como una juntura cualquiera mos intentar ser" 158
.
de dos fardos atados el uno al otro; al contrario,
se trata de una unión sustancial de dos principios Aquí se vislumbra un problema teórico que in-
incompletos, que no se completan sino en una uni- fluirá decisivamente en el abandono posterior de
dad superior, intrín~eca y esencial" 154
. Entendida este intento de Ellacuría por conciliar las posturas
así la unidad de los dos principios que confonnan escolásticas con las vitalistas. El problema radica
la realidad física µel ser humano, se hace posible en que busca fundamentar una antropología de ti-
pensar la naturaléza humana como una naturaleza po historicista a partir de una antropología de tipo
nueva y como principio de unas acciones y de una naturalista. ¿Cómo fundamentar el carácter vital e
vida nueva, compatible, por tanto, con la concep- histórico del ser humano a partir de una presunta
ción orteguiana de la vida humana. esencia o naturaleza de carácter inmutable, que es-
tá determinándolo por debajo de sus manifestacio-
Frente a la afirmación de Ortega de que el ser nes y actuaciones?
humano no es su cuerpo ni su alma, Ellacuría ale-
ga que "tampoco ningún escolástico diría nunca El problema básico es que la visión escolástica
que yo soy mi cuerpo o yo soy mi alma, porque en de la esencia humana no es adecuada para funda-
su sentido concreto yo soy algo más que mi cuer- mentar el carácter histórico del ser humano. En su
po y mi alma, y en su sentido abstracto de perso- análisis, Ellacuría, siguiendo a Ortega, afirma que
nalidad, aquello por lo que la persona es persona, en el ente humano, a diferencia de los otros entes,
por la misma razón formulada más abstracta- su potencialidad no coincide con su realización;
mente"155."Ortega -señala Ellacuría- no ha en- que su ser no es algo ya dado, sino un proyecto,
tendido bien nuestra definición del hombre como algo que el ser humano tiene que ir inventando y

153. Cfr. Ibídem, pp. 494. Ellacuría cita aquí a K. Rahner: "Con el término 'persona' nos referimos al hombre, en
cuanto que puede disponer y dispone de sí mismo (como naturaleza) en libertad. Con el término 'naturaleza'
nos referimos a aquello que antecede a este actuar libre del hombre como su condición de posibilidad, y que
entraña una norma que limita la soberanía autónoma de la libertad". K. Rahner, Schriften zur Theologie, vol. 2,
3 Aufl., 1958, Benzinger, p. 86.
154. Ibídem, p. 459.
155. Ibídem, p. 470.
156. "Posibilidad y modo de aproximación entre la filosofía escolástica y la filosofía vitalista moderna", EF 1, p.
239.
157. Ibídem, p. 240.
158. Ibídem, p. 239.

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haciendo en su vida biográfica. Sin embargo, por aplicar, al espíritu, la doctrina antigua sobre el ser,
muy específica que sea la esencia humana respec- y que se refleja en la utilización del concepto de
to de los otros entes, es una esencia cerrada en el res, que está vinculado, en la ontología tradicio-
sentido de que ella contiene potencialmente todo nal, a natura, la cual es entendida desde Aristóte-
lo que un ser humano puede dar de sí en su des- les como physis, esto es, el principio o arjé inva-
pliegue vital. Por muy diversas y variables que riable de los cambios y las variaciones de las co-
sean las concreciones que puede alcanzar el ani- sas: "La res es concebida como algo que tiene su
mal racional en su vida, a través de sus actos li- entraña -en su arjé- la misma condición
bres y opcionales, ninguna de ellas representa una ontológica que el concepto y el triángulo: la iden-
verdadera novedad respecto a lo que ya es en sí el tidad, la invariabilidad radical, la estabilidad, la
ente humano por naturaleza. La esencia fija de an- profunda quietud que para el griego significa el
temano los límites de la variabilidad de las concre- vocablo ser" 15~. Por esta razón, Ortega se resiste a
ciones vitales y lo que el ser humano pueda actua- definir el ser humano como naturaleza o como es-
lizar en ellas --que nunca será algo mas de lo que píritu y trata de pensar la vida humana, tal y como
ya está contenido potencialmente en la naturaleza se presenta en su primaria desnudez, mediante
humana-. conceptos novedosos
fuera del marco de la
Aun entendida en to-
ontología tradicional.
da su unidad y concre- Ellacuría asume la visión
ción, la vida humana se El intento de Ellacuría
convierte así en una me- aristotélica-tomista de la esencia por conciliar la escolás-
ra actualización y revela- humana como una concepción tica con el vitalismo se
ción de lo mismo, de lo adecuada para explicar la estructura justifica por cuanto pre-
que ya es en sí; deja de tende fundamentar el
ser la "realidad radical" del ente humano y su especificidad modo humano de ser
en la que se inventa y se como persona y no ve mayores mostrado en los análisis
crea el "ser del hombre problemas para conciliarla fenomenológicos de Or-
histórico", para conver- tega desde la propia es-
tirse en un mero espacio
con la visión antropológica de Ortega ... tructura y esencia del
de desvelación de una ente humano. En su opi-
esencia inmutable; algo nión, Ortega no ha lle-
así como una especie de "colchón"· en el que se gado siquiera a los planos penúltimos en su expli-
despliega una misma esencia aunque con diversos cación de la vida humana como realidad radical,
ropajes y vestidos. debido a que ha confundido el plano fenome-
nológico con el plano ontológico o metafísico, y ha
El punto central de esta crítica es que el esque-
absolutizado, por tanto, las determinaciones vitales
ma aristotélico de acto-potencia o su equivalente
del ser total del ser humano. Pero si el intento se
materia-forma, son esquemas que han sido forja-
justifica, el modo de realizarlo deja mucho que de-
dos para explicar la estructura y el cambio de rea-
sear por los problemas que hemos apuntado antes.
lidades naturales, pero no para explicar realidades
que se constituyen históricamente, como es el caso Debido a las aporías que implica semejante
de la realidad humana. Ellacuría intenta funda- síntesis, Ellacuría abandonará en poco tiempo esta
mentar el carácter histórico de la existencia huma- postura, aunque permanecerá con la inquietud de
na a partir de una esencia que, por definición, es encontrar una filosofía nueva que explique unita-
cerrada y ahistórica; que, aunque posea una "por- riamente la totalidad de la realidad humana y su
ción extranatural", ella ya contiene en sí, virtual- apertura a la transcendencia.
mente, todo lo que el ser humano puede ser y ha-
cer con su vida. 7. Zubiri como modelo de un filosofar vital y
auténtico
En está línea, el mismo Ortega ya había seña-
lado que el idealismo no ha sido capaz de superar Estos aspectos y orientaciones son los que de-
las concepciones naturalistas del ser humano, por terminan los intereses filosóficos de Ellacuría en

159. J. Ortega y Gassct. La Historia como Sistema, Revista de Occidente, Madrid, 1970, VI, p. 30.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1157

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esta etapa, y desde ellos se comprenden mejor los En relación con la idea de filosofar, lo que
motivos que lo llevaron a tratar de fundamentarlos Ellacuría aprecia de Zubiri es su visión de la filo-
y desarrollarlos desde la filosofía de Zubiri. Antes sofía como resultado de una vida filosófica, de un
de conocer personalmente a Zubiri, en septiembre filosofar personal, y que es un planteamiento pare-
de 1961, Ellacuría ya tenía conocimiento de su fi- cido al que había apreciado en el modelo de vida
losofía través de Naturaleza, Historia y Dios, obra intelectual de Ángel Martínez. La filosofía no es
que cita en sus primeros escritos filosóficos 1641• A una ciencia que se aprende, ni un conjunto siste-
partir de las referencias que hace de Zubiri en es- matizado de tesis; tampoco se identifica con el es-
tos escritos, se puede deducir que éste no sólo le tudio culturalista de la historia de la filosofía, ni
proporcionó un modelo de filosofía y de filosofar, mucho menos con un sistema filosófico determi-
congruente con el proyecto de síntesis integradora nado. La filosofía se identifica con la actitud radi-
que estaba intentando realizar, sino también le cal del filosofar mismo 16J:
dotó de conceptos y enfoques novedosos para pen-
Lo que Kant decía, que no se puede aprender
sar la problemática existencial del ser humano.
filosofía sino que únicamente puede aprender-
Esto nos estaría indicando que la decisión de se a filosofar, y que Zubiri complementa di-
Ellacuría de realizar posteriormente su tesis docto- ciendo que sólo se aprende filosofía poniéndo-
ral sobre Zubiri, no fue algo casual, sino algo que se a filosofar, es algo que no puede pasarse por
ya se venía incubando en su mente desde media- alto. No se llega a la filosofía sin filosofar y,
dos de la década de los cincuenta y que se decantó consecuentemente, no se transmite filosofía sin
después, en el transcurso de sus estudios teológi- filosofar por parte del transmisor y por parte del
cos, en Innsbruck, cuando las aporías inherentes al receptor. Pero el filosofar no es sólo un proceso
esfuerzo de síntesis de la escolástica y el vitalismo intelectual, un encadenamiento riguroso de ra-
se le hicieron evidentes. zones específicas, sino, antes que todo, una
forma de vida; y esto no en el sentido pura-
En este momento, Ellacuría ve en la obra de
mente óntico, conforme al cual en todo ejerci-
Zubiri "una muestra espléndida de un filosofar vi-
cio de la inteligencia hay una realización vital,
tal, auténtico" 161, y la interpreta como "un modelo
sino en un sentido mucho más radical y total, en
de juntura entre lo clásico y lo moderno, entre lo
cuanto, sin dejar de ser lo que es como función
esencial y lo existencial" 162• Concretamente, son
teórica, es presencia de la realidad subjetivada
tres los temas de Naturaleza, Historia, Dios que le
que cobra conciencia -luz- de sí, en una
causan mayor impresión: La idea sobre el filoso-
autoposesión plena 1M.
far, la historicidad del ser humano como acontecer
y el concepto de religación, al que aludimos ante- En otro artículo, Ellacuría plantea la misma
riormente. idea en el contexto de su crítica a la escolástica:

160. Cfr. "El despertar de la filosofía", "Ortega, existencia desligada", "Sobre la irreligiosidad" y "Filosofía en
Centroamérica", op. cit.
161. "Filosofía en Centroamérica", EF I, p. 403.
162. Primera entrevista de Ellacuría con Zubiri, San Sebastián, 8 de septiembre de 1961. Archivo Ignacio Ellacuría,
UCA, San Salvador.
163. Zubiri lo explica así: "Lo difícil del caso es que la filosofía no es algo hecho, que esté ahí y de que baste echar
mano para servirse a discreción. En todo hombre, la filosofía es cosa que ha de fabricarse por un esfuerzo
personal. No se trata de que cada cual haya de comenzar en cero o inventar un sistema propio. Todo lo
contrario. Precisamente, por tratarse de un saber radical y último, la filosofía se halla montada, más que otro
saber alguno, sobre una tradición. De lo que se trata es de que, aun admitiendo filosofías ya hechas, esta
adscripción sea resultado de un esfuerzo personal, de una auténtica vida intelectual. Lo demás es brillante
"aprendizaje" de libros o espléndida confección de lecciones "magistrales". Se pueden, en efecto, escribir
toneladas de papel y consumir una larga vida en una cátedra de filosofía, y no haber rozado, ni tan siquiera de
lejos, el más leve vestigio de vida filosófica. Recíprocamente, se puede carecer en absoluto de "originalidad", y
poseer, en lo más recóndito de sí mismo el interno y callado movimiento del filosofar". X. Zubiri, "Nuestra
situación intelectual", Naturaleza, Historia, Dios, op. cit, pp 27-28.
164. "Filosofía en Centroamérica", EF I, p. 402.

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Si la filosof(a ha adquirido ciertas verdades so- hombre como ente histórico. El estudio de los
bre la realidad, pudiera parecer que bastaría filósofos en su biografía profunda, que es la
con conocerlas y entenderlas para ser filósofo, única auténticamente biográfica, es la única
es decir, para estar efectivamente dentro de forma de entrar a la intelección honda de las
ella. Y si embargo, no es así. Conviene recal- filosofías y, tras ellas, a la integración de la
car esto con toda violencia delante de la gente filosofía. No que la filosofía se reduzca a su
que va a estudiar filosofía, predominantemente historia, pero sí que la historia de la filosofía
dentro de la escolástica, entendida como un sea aporte indispensable para entender lo que
conjunto sistematizado de tesis que están ahí ha sido la filosofía y para estructurar una cabal
como soluciones anteriormente a estar como filosofía integradora; en verdad perenne 1fi 7 •
ignorancias y problemas [...] La filosofía no es
En esta misma línea, se encuentra la distinción
algo hecho de una vez o de muchas veces por
que hace Ellacuría entre lo que es planteamiento y
todas las restantes. O, si se prefiere, lo hecho
lo que es solución; entre lo que es visión de reali-
en filosofía no puede "conocerse" sino en su
dad y lo que es su objetivación en conceptos:
hacerse, en su esforzado hacerse 1fi 5 •
Siempre he estimado que lo decisivo en el
La historicidad del ser humano es otro concep-
mundo de la cultura es acertar con las pregun-
to que Ellacuría asimila de Zubiri, y que tiene simi-
tas, con el planteamiento hondo de los proble-
litudes con el planteamiento de Ortega sobre la vida
mas. Logrado eso, la hondura de las soluciones
humana como proyecto. Es en su artículo sobre los
es mera consecuencia de aquel esfuerzo origi-
presocráticos donde más explícitamente aparece su
nal y primitivo. La pregunta, en efecto, es la
utilización y aplicación lfifi_ El tema está planteado
que nos instala en una u otra profundidad, la
con relación a la historicidad y situacionalidad in-
que abre un ventanal a unos horizontes estre-
trínsecas del filosofar y de la filosofía: una filoso- chos e indefinidamente extendidosH•K.
fía no nace del vacío; necesita de un determinado
tipo de individuo, de un determinado contexto y La distinción está hecha para resaltar que, tras
de una precisa evolución histórica: las apariencias balbucientes de los presocráticos,
se dan en ellos logros importantes. Uno de ellos
[...] es imposible la intelección de un sistema
es, justamente, que sitúan el preguntar en un nivel
filosófico, en toda su proyección de respuesta
nuevo, desde el que se van a descubrir perspecti-
mental a un problema enfrentado con autentici-
vas desconocidas de la realidad. Si bien sus res-
dad y aun con trágico dramatismo, sin internar-
puestas y soluciones son pobres por falta de técni-
se en la historicidad, al menos condicionante,
cas y recursos, no se puede decir lo mismo de su
de la vida del filósofo en cuanto tal y de su
planteamiento de los problemas. Algo similar se
filosofía como resultado de una vida filosófica,
puede decir de su visión de la realidad, a diferen-
de un filosofar personal. Es indudable la nece-
cia de lo que es la objetivación de esa realidad en
saria disparidad que habrá entre un presocráti-
conceptos:
co, sirva de ejemplo, y un positivista del siglo
pasado: las circunstancias históricas, con dife- Las ideas, desde luego, tienen un haz abstracto,
renciadísimos horizontes espirituales y aun cuya validez como significado es independien-
materiales, prestan un cúmulÓ de problemas, te de toda subjetividad; pero, por el otro haz,
unos utensilios para el trabajo mental, unos son indudablemente una cuestión humana, re-
principios de solución, unas necesidades espiri- sultado de un habérselas el hombre con las co-
tuales totalmente dispares [...] no se pretenda sas, de un efectivo trato con ellas. Para captar
ver en lo anterior ningún pórtico al historismo aquella vertiente abstracta viene bien enfras-
relativista, pero sí un fuerte reclamo a enfocar carse en esta otra concreta de la que fueron
la historia históricamente, a recalcar el ser del histórico resultado; sin embargo, no se agota

165. "Introducción a la filosofía", EF I, p. 598.


166. Los artículos de Zubiri que Ellacuría cita son: "El acontecer humano. Grecia y la pervivencia del pasado
filosófico" y "Sócrates y la sabiduría griega", en Naturaleza, Historia, Dios, op. cit.
167. "El despertar de la filosofía", EF I, p. 48.
168. Ibídem, p. 57.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1159

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ahí la eficacia, ya que además de lo que se dice con lo que los clásicos habían escrito [... ] El
puede importar lo que se pretendió decir, en asombro ha sido, entonces, que Ud. ha dado
cuanto tal pretensión descubre una visión todo esto de una forma superior, como quien
primigenia a la que los conceptos que la pre- da una solución no al problema mal propuesto,
tenden explicar no acaban de amoldarse por su sino a un problema que primero había que re-
tosquedad primitiva 16~. plantear [ ... ] Desde luego no se dirá que su
filosofía, ni aun siquiera su filosofar, sea
El concepto presupone una cierta visión inte-
aristotélico o escolástico [ ... ] La prueba mejor
lectual previa, sin la cual no pasaría de ser una
está en los resultados: allí donde la escolástica
forma vacía de contenido. Por otro lado, se puede
se ha detenido en sus soluciones sea porque no
tener una visión o intelección espléndida de reali-
ha visto más realidad discutible, sea porque se
dad y no lograr, sin embargo, una conceptuación
ha contentado con explicar la realidad entrevis-
que esté a la altura de aquella visión. Para Ellacu-
ta de un modo negativo, Ud. va adelante en pre-
ría este es un fenómeno que ocurre en todos los
sentar más realidad -no sólo realidades- y
niveles de la vida personal y de la vida cultural,
en presentarla en su ser positivo [ ... ] Así como
pero que aparece con peculiaridad en la filosofía.
el escolasticismo está tantas veces trascendido,
El secreto del exegeta estará en descifrar tras las
así lo está también la filosofía que hoy corre más
objetivaciones conceptuales las visiones de realidad
como moneda corriente [ ... ] Lo que en este as-
que se esconden en ellas. Redescubrir la plenitud de
pecto asombra es su radical modernidad y su
la visión intelectual encubierta o recortada por
radical despreocupación por parecer moderno,
ciertas objetivaciones debidas al carácter histórico
su radical independencia de lo que pudiera lla-
del pensamiento es, para Ellacuría, la tarea del his-
marse moda filosófica. Su libro está escrito sin
toriador de la filosofía y de todo filósofo que reco-
concesiones, sólo atento a una consideración
nozca el carácter histórico de su ciencia.
independiente de la realidad, tal como la reali-
Son estos elementos de la filosofía zubiriana dad se presenta a un hombre que, además de su
los que hacen que Ellacuría perciba en Zubiri a un extraordinario talento filosófico, está equipado
filósofo que le puede dar un avance y profundiza- para hacer una filosofía -y no cualquier par-
ción en el terreno de los existencialismos e histo- cial discusión filosófica- desde hoy en la lí-
ricismos como base para hacer realmente una sín- nea de siempre. Sobre el ordinario pensar mo-
tesis -y no un mero conglomerado-- entre la fi- derno yo caracterizaría al suyo con la palabra
losofía clásica y la filosofía moderna, percepción totalidad: totalidad para abarcar todo lo que el
motivada por la lectura de Naturaleza, Historia, tema encierra en sí frente al permanente inaca-
Dios, obra en la que, según Ellacuría, Zubiri se bamiento e inconclusión de muchos libros filo-
muestra en posesión de ambas filosofías y en la sóficos de hoy, y totalidad para radicar las apa-
que se apunta la posibilidad de esa síntesis, "por riencias y los análisis fenomenológicos en la
su capacidad crítica, de profundización, de equili- estructura misma de la realidad 172•
brio y unificación" 1711• Y es con esta motivación
De hecho, Sobre la esencia representa una de
con la que se decide hacer la tesis doctoral sobre
las obras más importantes del pensamiento de
su pensamiento. Pero, como el mismo Ellacuría le
Zubiri y en la época de los años sesenta y setenta
confiesa a Zubiri, su asombro fue mayor, después
fue considerada como la obra definitiva del filóso-
de la lectura de Sobre la esencia 171, pues encontró
fo vasco, cosa que actualmente, después de la pu-
más de lo que esperaba:
blicación de la trilogía zubiriana de la inteligencia,
Lo que me pasó fue que el libro fue un des- a principios de los años ochenta 17\ ya no se puede
lumbramiento en un terreno en el que me pare- considerar sin más. En el pensamiento filosófico
cía que ni ya cabía en él deslumbramiento o, al de Zubiri se pueden reconocer tres etapas funda-
menos, no respecto a una persona familiarizada mentales: una primera etapa fenomenológica u

169. Ibídem, p. 74-75.


170. Carta de l. Ellacuría a X. Zubiri, 23 de febrero de 1963. Archivo Ignacio Ellacuría, UCA, San Salvador.
171. X. Zubiri, Sobre la esencia, Madrid, 1962.
172. Carta de l. Ellacuría a X. Zubiri, 23 de febrero de I 963, op. cit.
173. Cfr. X. Zubiri, Inteligencia sentiente, Madrid, 1980.

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"objetivista" (1921-1931) en la que recibe la in- 1 y sólo la conciencia, como ente en el cual y sólo
fluencia sucesiva de E. Husserl, J. Ortega y Gasset en el cual se dan las cosas en lo que ellas verdade-
y Martin Heidegger, autores que le abren un hori- ramente son. Heidegger supera la idea de concien-
zonte de un pensamiento decisivamente crítico de cia mediante la idea de comprensión, y supera la
la modernidad 174 • Una segunda etapa "ontológica" idea del darse de las cosas mediante la idea del
(1932-1944), en la cual la influencia de Heidegger phainestai, de aparecer en el sentido de mostrarse.
se hace más patente, aunque ya Zubiri comienza a Este mostrarse es mostrarse como siendo. Ser es
tomar distancia de la "comprensión" heideggeria- entonces la posibilidad de que las cosas se mues-
na y orienta su pensamiento hacia la búsqueda de tren y de que el hombre las comprenda. Con lo
una lógica de la realidad y no del ser. Zubiri ya cual, lo radical en el hombre se torna en compren-
está instalado en la "aprehensión de realidad", que sión del ser. Ahora bien, esto es insostenible, pri-
lo sitúa más allá de la "conciencia fenomeno- mero, porque la función primaria del hombre no
lógica" husserliana, la "vida" orteguiana y la "com- es comprender el ser, sino enfrentarse sentiente-
prensión del ser" heideggeriana. Aquí se ubican mente con la realidad de las cosas, y segundo, por-
los artículos recogidos en Naturaleza, Historia, Dios que el ser carece de toda sustantividad; el ser sólo
(1944). En la tercera y última etapa (1945-1983), es respectivamente; y esta respectividad no es la
propiamente zubiriana, se da una clara superación respectividad al hombre, sino a la realidad de
de las posturas mantenidas en las etapas previas: todo. Por tanto, es la realidad y sólo la realidad lo
"en ella se consuman las dos grandes metamorfo- que tiene sustantividad" 176•
sis ya preludiada en la etapa anterior: una primera
Así, Ellacuría encuentra en esta obra de Zubiri
es la metamorfosis epistemológica, el abandono de
un nuevo horizonte filosófico y una nueva filoso-
la idea de conciencia por la de intelección sen-
fía, que efectivamente supera las anteriores, "no
tiente, y otra la metafísica, el paso definitivo desde
sólo en su modo sino también en su contenido", lo
el ser a la realidad" 175 •
cual permite "edificar sobre ella un cuerpo entero
Sobre la esencia pertenece a esta etapa y en de filosofía" a partir de un apoderamiento efectivo
ella Zubiri desarrolla una filosofía de la realidad y radical de la realidad 177• En primer lugar, Ellacu-
distanciado tanto de la filosofía moderna de la ría ve en el nuevo concepto de la esencia y de la
subjetividad como de la tradición escolástica, pero realidad que propone Zubiri, una base para hacer
también del idealismo fenomenológico de Husserl una consideración existencial e histórica del hom-
y de la filosofía de Heidegger: "En el fondo, toda bre, una dimensión ignorada por la escolástica. En
la filosofía de Heidegger es un coméntario a esta segundo lugar, frente al existencialismo y el vita-
idea de que el hombre es el comprensor del ser. lismo, que entienden la vida humana como puro
No es de extrañar. Heidegger ha partido de la Feno- suceso, Ellacuría resalta la radicalidad del plantea-
menología, y pese a las hondas, radicales, transfor- miento zubiriano al presentar la vida humana co-
maciones que en ella introduce, permanece, sin mo radicada en una realidad o esencia, cuyo rasgo
embargo, en el ámbito fenomenológico. Para la esencial no es primariamente su ser histórico o su-
Fenomenología, lo primario y fundante es siempre cesivo, sino su carácter de autoposesión 178 •

174. Cfr. D. Gracia, Voluntad de verdad. Para leer a Zubiri, Editorial Labor, Barcelona, pp. 33-74.
175. Cfr. Ibídem, p. 100.
176. X. Zubiri, Sobre la esencia, op. cit., pp. 456-457.
177. Carta de l. Ellacuría a X. Zubiri, 23 de febrero de 1963, op. cit.
178. Cfr. Entrevista con X. Zubiri, Madrid, 18 de octubre 1963, Archivo Ignacio Ellacuría, San Salvador. En esta
entrevista, Ellacuría define el tema de su tesis en la dirección de la novedad radical que percibe en el plantea-
miento zubiriano: "El tema que le propuse como tesis era el de la principialidad de la esencia frente a la
presunta principialidad de la existencia, lo cual me permitiría familiarizarme con algún existcncialista serio, y
frente a la principialidad del ser lo cual me obligaría a meterme con el tomismo alemán hoy [ ... ] le propuse
entonces el plan de mi tesis: 1) Sustancia y sustantividad: la filosofía de Zubiri frente al aristotelismo y la
metafísica clásica; 2) Ser y realidad: su filosofía frente al neotomismo alemán; 3) Existencia y esencia: su
filosofía frente al existencialismo, para concluir con lo que es el tema de la tesis: Principialidad de la esencia;
exposición del problema mediante el pensamiento de Zubiri".

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1161

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Pero el hallazgo radical de Zubiri en Sobre la hecho más. Mostrar cómo no se trata de dos
esencia reside, a juicio de Ellacuría, en la idea de aspectos meramente yuxtapuestos y señalar
realidad entendida como esencia y desde la esen- cómo ambos aspectos se radican en una unidad
cia, en el caso de la realidad humana, haber en- esencial. La verdadera dificultad era, por de
contrado el modo de radicar, respetándolas en su pronto, presentar al hombre que es naturaleza e
respectivo carácter, lo que hay de naturaleza y lo historia no quedándose en la parcialidad de
que hay de historia en la realidad que es una. A ninguno de los dos extremos; y, después, in-
juicio de Ellacuría, no se trata de una conciliación tentar mostrar la unidad de esos dos momen-
ni menos de una mera yuxtaposición, sino de una tos, trascendiéndolos, en la estructura esencial
profundización que lleva a Zubiri a transformar la de la que nacen. Por ser el hombre última y
idea misma de esencia para que en forma coheren- unitariamente lo que es, es, a la vez, naturaleza
te y unitariamente pueda ser en su caso naturaleza e historia, hecho y suceso 18º.
e historia: Este es el punto que
[... ] su nueva concep- marca el momento en
ción de la esencia y que Ellacuría abandona
de la realidad da una ... más que un sistema filosófico su proyecto de concilia-
magnifica e inmedia- definitivo, en Zubiri [Ellacuría] ción y el de su ruptura
ta base para una nue- encontró el tipo de filosofía con proyectos similares
va consideración exis- como el del neotomis-
tencia I del hombre, que le suscitó su facultad
mo alemán 181• A partir
cosa que no ocurre personal de filosofar. de aquí y hasta su muer-
con la escolástica. Y te, la base de su filoso-
esto porque ha ra- far será la teoría de la
dicalizado de tal modo la cuestión que presenta realidad, la teoría de la inteligencia, la antropolo-
el fondo de una esencia capaz de abarcar tanto gía y la filosofía de la historia de Zubiri.
las esencias naturales como las esencias histó-
ricas, consecuentemente al hombre como natu- La relación de Ellacuría con Zubiri no se reduci-
raleza e historia. Por eso se puede decir con rá sólo a la profunda influencia que ejerció la filo-
verdad que su pensamiento es transescolástico sofía zubiriana en su pensamiento filosófico, sino
y trans-filosofía actual. Y en este_sentido me también se traducirá en una estrecha colaboración
pone de bruces en el tema central que me inte- intelectual y una íntima amistad que se extenderá
resaba tratar en Zubiri: la superación de dos por más de veinte años, hasta el deceso de Zubiri
filosofías que como resultados son inconci- en 1983. Desde que hizo su tesis doctoral con él se
Iiables17q. hicieron amigos y Zubiri decidió que Ellacuría
fuera en adelante su estrecho colaborador. A partir
Y en otro texto, afirma: de ahí, Zubiri no daba ningún curso ni publicaba
Porque Zubiri no ha considerado al hombre tan nada que no hubiera sido revisado antes por
sólo como un trozo de la naturaleza que puede Ellacuría 182• "Ellacuría viajaba todos lo años a Ma-
ser captado adecuadamente por lo que se ha drid, se hospedaba en casa de su hermano peque-
dado en llamar ciencias naturales. Es también ño, Juan Antonio, y de su cuñada, Manuela Balen-
historia. Y Zubiri ha hecho justicia a este as- ciaga (incluso durante el período en que éstos vi-
pecto esencial del hombre. No era poco aten- vieron en París, Ignacio Ellacuría utilizó su aparta-
der equilibradamente a estos dos aspectos del mento madrileño), pasaba la jornada entera junto a
hombre, y Zubiri lo realizó ya desde los tiem- Zubiri, incluida la cena en casa de éste, seguía sus
pos de Naturaleza, Historia, Dios. Ahora ha seminarios, leía los escritos preparados por Car-

179. Carta de l. Ellacuría a Luis Achaerandio, Bilbao, 22 de marzo de 1963, Archivo Ignacio Ellacuría, San
Salvador.
180. "Antropología de Xavier Zubiri", Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina 6-7,
Año XII, Tomo VI, Barcelona, 1964, pp 5-6. _
181. Cfr. "Fundamentación de la metafísica", Razón y Fe 806, 1965, EF 1, pp 589-592.
182. Cfr. R. Cardenal, "Ser jesuita hoy en El Salvador", op. cit., p. 1015.

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men Castro, los rehacía, los criticaba junto a consecuente con su idea de filosofía como forma
Zubiri y los dejaba a punto de su publicación. Así de vida: más que un sistema filosófico definitivo,
surgieron los numerosos artículos de Zubiri de en Zubiri encontró el tipo de filosofía que le susci-
aquellos años y la importante trilogía: Inteligencia tó su facultad personal de filosofar.
sentiente (1980), Inteligencia y logos (1982), Inte-
ligencia y razón (1983), sin duda su obra mag- 8. Conclusión: aspectos principales de la filo-
na"IBJ_ sotia juvenil de Ignacio Ellacuría
Pedro Laín Entralgo ha descrito elocuentemente A manera de conclusión, expondremos, a con-
esta relación durante los años en que Ellacuría tra- tinuación, los rasgos o aspectos principales de la
bajó más de cerca con el filósofo vasco: filosofía de Ellacuría que hemos analizado, con el
fin de trazar los puentes con su filosofía madura,
¿Qué haces en Madrid? Ante todo, ayudas fi-
la cual se empieza a desarrollar después de la rea-
lial y fraternalmente a Xavier Zubiri. Con tu
lización de su tesis doctoral sobre la filosofía de
gran inteligencia, tu ancho saber y tu fino dis-
Zubiri 185 •
cernimiento, sirves de apoyo intelectual y afec-
tivo a Zubiri, para que éste, en la plenísima y l. La filosofía como forma de vida. Esta es una
luminosa madurez de sus setenta y ocho años, de las dimensiones más características del pensa-
siga haciendo filosofía [...] Y tú, consciente, miento filosófico de Ellacuría, y es la que ha sido
como Hegel, como el propio Zubiri, de que sin más resaltada por los autores que han estudiado su
'filosofía pura' no es posible la plena dignidad pensamiento. La filosofía como forma de vida sig-
histórica de los pueblos, aunque esa filosofía nifica adoptar la actitud radical del filosofar mis-
sea doloridamente crítica, porque al filósofo no mo y extenderla a la propia vida. La filosofía no
le sale de otro modo, tú, con la enorme autori- es un mero ejercicio intelectual extrínseco a la
dad personal que te dan esos meses anuales de vida del filósofo y a los problemas que enfrenta
residencia en El Salvador, donde tan ejemplar vitalmente en su situación. Esto lleva a que el filó-
y eficazmente sabes poner teoría válida al ser- sofo se involucre vital y existencialmente con la
vicio de una praxis liberadora, con no menos desvelación y revelación de la realidad que se le
ejemplaridad y eficacia ayudas a que Zubiri hace presente como problema en su propia expe-
haga filosofía pura, la suya 1114• riencia vital e histórica.
Una buena parte de sus escritos filosóficos los 2. El punto de partida: el problema existencial
dedicará Ellacuría a exponer y divulgar el pensa- del hombre contemporáneo dentro de la civiliza-
miento de Zubiri, en los que buscará deshacer ción occidental. Su insatisfacción con la escolásti-
cualquier interpretación escolástica que se pudiera ca y su apertura a las modernas corrientes vitalis-
hacer de su filosofía y mostrar así la novedad filo- tas y existencialistas se explica por la orientación
sófica y la crítica radical de Zubiri a la tradición humanista que Ellacuría quiere imprimirle a la fi-
filosófica occidental. Sin embargo, Ellacuría nun- losofía, a partir de su visión crítica de la civiliza-
ca se limitará a ser un mero divulgador del pensa- ción occidental y de los problemas humanos y so-
miento zubiriano. ·Su producción filosófica distará ciales de las sociedades capitalistas. Estas socieda-
mucho de constituir una simple repetición o una des someten a los seres humanos a un modo de ser
mera exégesis de la filosofía de Zubiri, sino que y de vivir que los aliena de su ser verdadero, les
siempre tratará de ir más allá de ella mediante su cierra su apertura a la trascendencia y les corta la
prolongación y proyección hacia nuevos campos y posibilidad misma de lo espiritual. Se trata, por
nuevas situaciones; en otras palabras, intentará tanto, que la filosofía se oriente a la superación de
historizarla para sacarle el máximo provecho con la alienación humana en esta circunstancia históri-
miras a la estructuración de una filosofía libera- ca, buscando que el ser humano reconcilie su exis-
dora y con el fin de resolver los problemas que tencia vital con su esencia verdadera, que es fun-
plantea la realidad latinoamericana. En esto fue damentalmente una esencia religiosa.

183. José Sois Lucia, la teología histórica de Ignacio E/lacuría, op. cit., p. 28.
184. P. Laín Entralgo, "Carta a Ignacio Ellacuría", Revista Estudios Centroamericanos (ECA)346, 1977, p. 610.
185. Principialidad de la esencia en Xavier Zubiri, tesis doctoral en la Universidad Complutense, Madrid, 3 tomos,
1965, 1094 pp.

UNA FILOSOFÍA PARA LA VIDA 1163

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3. La filosofía como metafísica. Esta tarea hu- cidad. Esto es justo lo que Ellacuría busca y en-
manista y liberadora de la filosofía es posible de- cuentra en la filosofía de Zubiri, y es lo que ex-
bido a la naturaleza de su saber y a su enorme plica, finalmente, el entusiasmo y la pasión con la
potencialidad para encontrar la verdad y el ser de que asumió la filosofía zubiriana a lo largo de su
las cosas, más allá de las apariencias y de lo su- trayectoria intelectual.
perficial. Por ello es necesario que la filosofía se 5. Orientación hacia la consideración de la
constituya como un saber radical, total y último si historia como lugar pleno de realidad. No es que
es que pretende iluminar y orientar la vida huma- se afirme que en esta primera fase de su evolución
na. Se trata de hacer filosofía hoy en la línea de filosófica, Ellacuría tuviese claro y fundamentado
siempre; es decir una filosofía que afronte los te- lo que será después una de las tesis centrales de su
mas capitales que afectan al ser humano en nues- pensamiento maduro. Lo que se afirma es que en
tro tiempo, aprovechando los aportes y las técni- la búsqueda de una visión unitaria y abierta de la
cas de las filosofías contemporáneas, pero que a su realidad, y por influjo principalmente de Ortega y
vez se alimente con lo permanente y universal de del Zubiri de Naturaleza, Historia, Dios, Ellacuría
los filósofos clásicos. Para Ellacuría, la filosofía es empieza a tomar conciencia de la importancia me-
un modo excepcional del bios theoretikós, y lo tafísica de la historia. La historicidad, como di-
que la distingue de otros saberes es justamente su mensión real de la realidad humana, y la historia,
propósito de ir más allá de la realidad dada por como dimensión de la realidad en la que se produ-
medio de la lucha crítica contra las apariencias y ce la imbricación de hombre y mundo, se convier-
los pensamientos ideologizados que encubren la te en la realidad radical y en el lugar por antonoma-
realidad. Sistematicidad, radicalidad y ultimidad sia de revelación de la realidad. Esta es una idea que
son las características que debe tener una filosofía si Ellacuría no ha logrado perfilar totalmente en este
es que pretende ser filosofía, y, además, ser filosofía momento, pero que, de alguna manera, ya está in-
con una función vitalizadora y humanizadora. coada en su pensamiento y en su búsqueda filosó-
4. Búsqueda de una visión unitaria, dinámica y fica. Es una idea que está formulada incipientemente
abierta de la realidad que integre adecuadamente en los análisis que Ellacuría hace de la antropología
su momento natural y su momento histórico. En el orteguiana y que, por lo mismo, está formulada
intento de vitalización del tomismo se expresa la con las categorías y conceptos propios de esa an-
insatisfacción de Ellacuría con las soluciones filo- tropología, pero yendo más allá de Ortega: la vida
sóficas que se han dado históricamente al proble- humana tomada en su concreción es, a la vez, esen-
ma de la realidad. Si se ve la realidad como siendo cia y existencia, naturaleza e historia; es la unidad
sólo naturaleza, no se explica adecuadamente la es- dinámica y efectiva de un yo en un mundo y de un
pecificidad de la realidad humana, su apertura y su mundo en un yo, y sólo. desde esta perspectiva to-
intrínseca dimensión histórica, con lo que se recae tal se le puede considerar como la realidad radical.
en un naturalismo; y si sólo se la ve como siendo Estos aspectos encontrarán su desarrollo y
puro suceso, existencia e historia, se pierde de vis- transformación en las siguientes etapas de la evo-
ta su fundamento real y su radicación en la reali- lución filosófica de Ellacuría, hasta culminar en su
dad física, con la consecuente recaída en el idea- filosofía de la realidad histórica, cuya génesis y
lismo del sujeto. La realidad no es sólo naturaleza constitución, así como sus tesis centrales, serán
(naturalismo, fisicismo, positivismo, materialismo) objeto de otros artículos. El objetivo primario de
ni es sólo historia (subjetivismo, historicismo, vi- este estudio ha sido conocer su filosofía temprana
talismo, existencialismo, idealismo). Se trata de con el fin de identificar las raíces de su filosofía
encontrar una filosofía que fundamente la tota- madura, así como los temas e intereses filosóficos
lidad de la realidad como siendo, a la vez, natura- que le llevaron a asumir la filosofía de Zubiri
leza e historia, pero determinada en última instan- como base de su reflexión filosófica y de su filo-
cia por su radical apertura, dinamicidad e histori- sofía más original.

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