Notas Primera Semana

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1.

NOCIONES DE DERECHO AMBIENTAL


Los cambios que tan vertiginosamente se han presentado en el mundo a partir de la
Revolución industrial han hecho que el ser humano se preocupe por la situación que
guarda el ambiente. En poco más de 200 años, el hombre ha logrado afectar de manera
notoria las constantes físicas del planeta y la existencia de las especies que habitan en él.

Por ello surge en el ser humano la necesidad de dar atención a los problemas
ambientales que presentan en el lugar que habita. Como respuesta a tal necesidad surge
la ecología, la cual desempeña el papel de ciencia que sirve como medio para conocer los
sistemas de vida, su crecimiento y desarrollo en la naturaleza, así como las relaciones de
los organismos entre sí y entre éstos y el medio ambiente.

La palabra ecología proviene de las raíces griegas oikos, que significa casa, y logos, que
alude a ciencia o tratado. Este término aparece por primera vez en 1868, cuando el
biólogo alemán Ernst Haeckel, en su obra Historia de la creación natural, propuso
designar con dicho nombre una disciplina que se derivaría de la zoología y que tendría
como finalidad investigar tanto las relaciones entre todos los organismos que viven juntos
en la misma localidad, como las adaptaciones a sus ambientes.

El derecho, entendido como el instrumento por excelencia que regula las conductas
humanas, no podía quedar rebasado por la problemática ambiental inmersa en la
cotidianeidad de la vida humana; luego entonces, tratando de revalorizar su función como
el mecanismo más adecuado para normar y regular las conductas atentatorias contra el
ambiente, su desarrollo obviamente en las cuestiones ambientales es novedoso y de un
carácter técnico y científico muy profundo. Novedoso, porque rompe con las estructuras
tradicionales del Derecho, encuadradas en los aspectos civilistas, penales,
administrativos, o en las grandes ramas del Derecho, clasificado como Público y Privado,
para dar lugar a un objeto que, si bien no es nuevo para la sociedad, si lo es para la
ciencia jurídica, como lo es el rescatar la propia supervivencia del planeta. En este orden
las definiciones que se han desarrollado en torno al Derecho Ambiental, han encontrado
como antecedentes, varias elaboradas por la Comunidad Económica Europea (CEE),
España, Venezuela, Bolivia, Perú.
La riqueza natural de México es una de las más grandes del planeta. Nuestro país ocupa
el cuarto lugar entre los países considerados con mega diversidad biológica, ya que
posee aproximadamente el 10 % del total de las especies conocidas; ocupa el quinto sitio
a nivel mundial en especies de plantas, el primer lugar en especies de pinos, el quinto
lugar en mamíferos y el primero en especies endémicas de reptiles, es decir, que no
existen en otro lugar.

La vegetación natural va desde bosques, selvas, vegetación hidrófila y halófila, y


vegetación en zonas áridas. Se estima que la superficie forestal representa el 72% del
territorio nacional, incluyendo áreas perturbadas. Descontando estas últimas, la superficie
forestal desciende al 55% de la superficie del país. Además, México cuenta con 11 mil
122 kilómetros de litoral y 319 cuencas hidrológicas, en donde se han identificado 2 mil
500 especies de peces, de los cuales 350 son explotadas. La riqueza ecológica se
complementa con lagunas costeras, humedales, manglares y arrecifes coralinos.

Sin embargo, el proceso de desarrollo del siglo anterior, la urbanización, y el impacto de


las actividades productivas han ocasionado un deterioro importante del medio ambiente,
agotamiento de los recursos, afectaciones de salud y pérdida de productividad en el
campo. En el país enfrentamos la contaminación atmosférica, la destrucción y
degradación de bosques y selvas, la contaminación de mantos acuíferos, la pérdida de
recursos hidrológicos, la desaparición de especies de flora y fauna, la afectación de zonas
costeras, el agotamiento y sobreexplotación de la pesca comercial, la degradación y
desertificación de suelos, y el manejo inadecuado de residuos sólidos y tóxicos.

La conversión a pastizales o áreas de cultivo, los incendios forestales y la


sobreexplotación han afectado la superficie de bosques y selvas existentes; se estima que
al inicio de la década sólo quedaban tres cuartas partes de lo que originalmente ocupaba
este tipo de vegetación.

Los factores que deterioran la calidad del agua son las descargas de aguas residuales,
tanto urbanas como industriales, el manejo inadecuado de residuos sólidos, el arrastre de
sedimentos generados por deforestación de suelos en cuencas del país, y los
contaminantes de fertilizantes utilizados en actividades agropecuarias. En 2000, sólo el 27
por ciento de las aguas monitoreadas no estaban contaminados o presentaban niveles de
calidad aceptable, lo que limita el uso del recurso, ya que el agua contaminada pone en
riesgo la salud de personas, de la flora y fauna, y en general de los ecosistemas.

Aunado a lo anterior, existe un rezago normativo que integre plenamente el aspecto


ambiental en los temas de desarrollo económico y social. Aunque el aprovechamiento de
la vida silvestre y el manejo de residuos peligrosos desechados por la industria se
encuentran regulados, existen vacíos legales que dificultan la gestión de la dependencia
para regular o sancionar actividades. La ganadería, la pesca, la agricultura, las empresas
de servicio, el crecimiento urbano, la generación de energía eléctrica, el sector carretero y
la actividad petrolera continúan sin una regulación adecuada o no están contempladas por
las políticas ambientales.

La normatividad para el manejo de residuos sólidos está rezagada, sobre todo en el


desecho de basura de origen doméstico. De igual forma, no hay regulación adecuada
para el manejo de residuos no peligrosos de origen industrial y para el tratamiento de
sitios contaminados por residuos peligrosos. Además, no se han implementado políticas
que fomenten la aplicación de tecnologías limpias que estimulen la modernización integral
de los sectores productivos.

Es decir, la normatividad ambiental se ha restringido a regulaciones de carácter


correctivo: obligaciones, restricciones y sanciones, pero no se ha enfocado al carácter
preventivo de conservación del ambiente y a la sinergia del aspecto ambiental y del
desarrollo económico y social.
1.1. Concepto, de Derecho Ambiental y Ecológico.

En México el doctor Raúl Brañes Ballesteros, lo ha conceptualizado en los siguientes


términos: “El conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que
pueden influir de una manera relevante en los procesos de interacción que tienen lugar
entre los sistemas de los organismos vivos y sus sistemas de ambiente mediante la
generación de efectos de los que se espera una modificación significativa de las
condiciones de existencia de dichos organismos”.

Conceptualizáremos al Derecho Ambiental, tomando en cuenta el objeto de su


especificidad al margen de las modificaciones significativas o no que el mismo pueda
entrañar se define como:
El conjunto de normas que tienen por objeto regular las conductas que inciden directa o
indirectamente en la protección, preservación, conservación; explotación y restauración
de los recursos naturales bióticos y abióticos.
O a partir de su especificidad como ciencia jurídica, y entonces lo definiríamos como:
El conjunto sistemático y ordenado de leyes que regulan la protección, conservación
preservación y utilización de los recursos naturales y del equilibrio ecológico del hábitat.

Los conceptos anteriores son asumidos por el tratadista español, Martín Mateo quien
define al Derecho Ambiental de la siguiente manera:
El derecho ambiental se entiende a partir de la realidad sistemática en que incide; y un
sistema es un conjunto de elementos interrelacionados y pueden ser simples o
enormemente complejos y se caracterizan:
a) Constituyen el soporte de la vida.
b) Interaccionan con los organismos naturales.
c) Tienen ámbito planetario.
Los sistemas ambientales, son materiales, físico, químicos, suministran los elementos
necesarios para que la vida se tenga y evolucione.

1.2. Relación con otras ramas del Derecho

Algunos autores consideran que el derecho ambiental es una rama autónoma del
derecho, debido a que cumple con los requisitos que suelen apuntarse como necesarios
para considerar que una disciplina es autónoma. Estos requisitos, según Jesús Jordano
Fraga, son los siguientes:
• Presencia de principios propios.
• Que existan técnicas jurídicas propias.
• Referencia a determinada categoría de personas, de objetos o de relaciones.

En primer término, para quienes defienden la autonomía del derecho ambiental, en esta
disciplina existen principios propios que incluso han recibido consagración legislativa. Por
ejemplo, la Declaración de Río, contiene una serie de principios retomados por la
legislación interna de diversos Estados, que se han convertido de esta manera en
derecho vigente.

Por otra parte, se dice que en el derecho ambiental existen técnicas jurídicas propias,
como la evaluación del impacto ambiental o los marketables permits del derecho
norteamericano. Asimismo, para defender la referencia a determinada categoría de
personas, se ha argumentado que, aun cuando el derecho ambiental está dirigido a una
pluralidad indeterminada de sujetos, encuentra un sustrato social directamente implicado.

Podría decirse entonces que el derecho ambiental se dirige a las personas privadas en
cuantos sujetos detentadores o agresores del medio ambiente como bien jurídico. Las
personas públicas pueden aparecer también como sujetos capaces en función de su
obligación de defender y restaurar el ambiente.

La administración pública ocupa, en este orden de ideas, un primer plano en cuanto sujeto
público, autor y destinatario, al mismo tiempo del derecho ambiental. Por tanto, este
requisito es cumplido también por la disciplina jurídica de la que nos ocupamos. Cabe
señalar también que, ubicándonos en esta postura teórica, el derecho ambiental se refiere
además a un objeto propio que, en este caso, constituiría el medio ambiente como bien
jurídico por tutelar. Finalmente, el derecho ambiental cumpliría el último de los
requerimientos para determinar la autonomía de una rama del derecho, ya que regula
relaciones jurídicas específicas. Si entendemos una relación jurídica como una situación
de poder y deber concretos que vincula a sujetos determinados, de modo que alguno de
ellos puede exigir a otro una determinada conducta que éste ha de observar y a cuya
observancia le compete el ordenamiento, es claro que el derecho ambiental regula una
relación jurídica propia. Esto es así porque la relación jurídica ambiental crea derechos
subjetivos protegidos por las leyes (por ejemplo, el derecho a disfrutar de un medio
ambiente adecuado).

Por otro lado, el derecho ambiental como rama del derecho público se compone del
conjunto de normas que regulan el ejercicio de la autoridad estatal, determinando y
creando el órgano competen para ejercitarla, el contenido posible de sus actos de
autoridad estatal y el procedimiento mediante el cual dichos actos deberán realizarse. En
este tenor, el derecho ambiental ha sido colocado por diversos autores en el campo del
derecho público, debido a la relevancia que el Estado tiene en la regulación del
comportamiento del hombre en relación con el ambiente. En efecto, al encontrarse el
Estado en una relación de supra-subordinación con los particulares en lo que se refiere a
la materia ambiental. se ha establecido que el derecho ambiental debe situarse dentro del
derecho público. Tal afirmación se refuerza si tomamos como base la teoría de los
intereses en juego que pretende fundar la división del derecho en público y privado de
acuerdo con el beneficio particular o colectivo que procura la norma. En este sentido, si el
derecho ambiental tiene como fin regular las conductas humanas que pueden influir de
manera significativa en el ambiente para evitar la degradación de éste y así hacer posible
que las futuras generaciones disfruten de un ambiente adecuado. nos damos cuenta de
que esta disciplina tiene como finalidad proteger intereses colectivos. Situándonos
entonces en una postura ius publicista, no cabe duda que, al buscar la protección de los
derechos de la colectividad (no sólo presente sino también futura) el derecho ambiental
puede ser considerado una rama del derecho público.

El derecho ambiental como rama del derecho económico, otra tendencia en torno a la
naturaleza jurídica del derecho ambiental, es situarlo como una rama del derecho
económico. Al respecto, Zarkin señala que el derecho económico se concibe como un
derecho de síntesis o reagrupamiento que se asocia a la idea de derecho de protección al
ambiente, concebido como una rama de este nuevo derecho a partir de las distintas
lecturas que el sistema jurídico permite en sus diferentes ramas. Dentro de esta visión. Se
establece también que el objeto de estudio del derecho económico se nutre tanto de las
ciencias que estudian el ambiente como de las económicas. Las cuales condicionan el
modelo de desarrollo que subyace a los regímenes económicos que pretenden ser
regulados por un sistema jurídico. Así, el derecho ambiental es considerado por algunos
como una rama del derecho económico.

El derecho privado ha sido definido como el conjunto de normas que regulan las
relaciones jurídicas entre personas que se encuentran legalmente consideradas en una
situación de igualdad, en virtud de que ninguna de ellas actúa en dichas relaciones
investida de autoridad estatal.
Con esta definición podríamos deducir que el derecho ambiental no forma parte del
derecho privado; sin embargo. Si bien es cierto que el derecho ambiental siempre tiene
presente los intereses colectivos, "... sucede también que aparecen Implicados en las
relaciones que regula intereses y derechos individuales. Para cuya defensa el derecho
privado ofrece cauces específicos.

1.3. Objeto, sujeto y fines del derecho ambiental.

Al referirnos a los sujetos de derecho ambiental, debemos tener en cuenta el ámbito de


aplicación de la normatividad ambiental en relación con los individuos o entidades que
tienen algún tipo de derecho, obligación, atribución o función derivada de este conjunto
normativo. De esta manera, podremos saber quiénes están obligados en materia
ambiental y cómo se presenta el régimen de protección y respeto de sus derechos.
Con estas bases, podemos colegir que los sujetos públicos de derecho ambiental pueden
ser:

• La Federación, proyectada como el Estado mexicano.


• Las entidades federativas.
• Los municipios.
• Los organismos descentralizados.
• Los organismos desconcentrados.
• Los organismos internacionales públicos.
• En general, todos aquellos organismos del sector público que tengan injerencia en
materia ambiental.

Por su parte, los sujetos privados de derecho ambiental, en la medida en que realicen
actividades reguladas por esta disciplina jurídica, pueden ser:

• Personas físicas.
• Personas morales.
• Organismos no gubernamentales.
• Organizaciones sociales.
• Universidades.
• Centros de Investigación.
• Organismos y fundaciones internacionales.

En principio, esos serían los sujetos que contemplaría el derecho ambiental; sin embargo,
en la actualidad se ha gestado una nueva teoría que atribuye un interés legítimo en las
relaciones jurídico-ambientales a los grupos sociales. Esta teoría es la del interés difuso,
la cual podría decirse que ha sido adoptada por el ordenamiento jurídico. En efecto, al
establecerse en el artículo 4to. Constitucional, que a la letra dice: "Toda persona tiene
derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar", la expresión
toda persona se refiere a la colectividad, es decir, a un número indeterminado de
personas, el cual, como grupo, es titular del derecho mencionado. Con tal interpretación,
en nuestro sistema jurídico se contempla que la colectividad sea también un sujeto de
derecho ambiental. No obstante, esta situación no partió originariamente de las reformas
a la Constitución política, pues la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (LGEEPA) desde 1996 -cuando fue modificada sustancialmente en diversas
disposiciones prevé tanto el derecho de toda persona a un medio ambiente adecuado
como mecanismos e instrumentos jurídicos para que ese derecho tenga vigencia.

1.4 Conceptos básicos

1.4.1. Equilibrio ecológico


En un mismo lugar como la Tierra, convivimos diferentes poblaciones de seres vivos, que
compartimos recursos, como el agua, la luz y el territorio. Frente a esta realidad,
el equilibrio natural o estabilidad de la naturaleza, se refiere a las relaciones entre los
seres, con el medio y entre ellos.
La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su
artículo 3º, fracción XIV, define el equilibrio ecológico como: “La relación de
interdependencia entre los elementos que conforman el ambiente que hace posible la
existencia, transformación y desarrollo del hombre y demás seres vivos”.
1.4.2. Áreas Naturales protegidas

Otra manera de preservar el medio ambiente y los recursos naturales, para asegurar el
equilibrio ecológico y la continuidad de los procesos de la evolución biológica, es la
creación de áreas naturales protegidas. Los organismos internacionales han
recomendado la creación de reservas de la biosfera en espacios lo suficientemente
extensos y no deteriorados en su evolución biológica a efecto de conservar especies
vegetales y animales que de otra forma desaparecería con gran pérdida de la riqueza
biológica patrimonio de la humanidad. El programa de las Naciones Unidas sobre el
Hombre y la Biosfera ha recomendado a los países con bosques y selvas ecuatoriales la
creación de reservas. México fue uno de los primeros en atender tales recomendaciones
creando reservas de la biosfera en los estados del sureste del país y la LGEEPA las
enumera como las primeras y principales áreas naturales protegidas. A fines del siglo
pasado se inicia en México el movimiento proteccionista con la creación de varios tipos de
zonas protegidas: reservas forestales, nacionales, zonas protectoras forestales y parques
nacionales, que tenían como objetivo primario la protección de cuencas hidrográficas para
asegurar el abastecimiento de agua a las poblaciones, requiriendo de declaración
presidencial para su formación.

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción II, define las áreas naturales protegidas, como: “Las zonas del
territorio nacional y aquéllas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en
donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad
del ser humano o que requieren ser preservadas y restauradas y están sujetas al régimen
previsto en la presente Ley”.

1.4.3. Contaminación y Contaminante

Contaminación significa todo cambio indeseable en algunas características del


ambiente que afecta negativamente a todos los seres vivos. Estos cambios se generan en
forma natural o por acción del ser humano.

Causas de la contaminación

 Desechos sólidos domésticos.


 Desechos sólidos industriales.
 Exceso de fertilizante y productos químicos.
 Tala.
 Quema.
 Basura.
 El monóxido de carbono de los vehículos.
 Desagües de aguas negras o contaminadas al mar o ríos.

Resulta muy útil diferenciar los contaminantes en dos grandes grupos, con el criterio de si
han sido emitidos directamente a la atmósfera por fuentes de emisión, como los
automóviles, las chimeneas de la industria, entre otros, o si se han formado en la
atmósfera.
Así, tenemos:
 Contaminantes primarios.- Aquellos procedentes directamente de las fuentes de
emisión, por ejemplo: plomo (Pb), monóxido de carbono (CO), óxidos de azufre
(SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos (HC), material particulado, entre
otros.
 Contaminantes secundarios.- Aquellos originados en el aire por la interacción
entre dos o más contaminantes primarios, o por sus reacciones con los
componentes naturales de la atmósfera. Por ejemplo: ozono (O3), peroxiacetil-
nitrato (PAN), hidrocarburos (HC), sulfatos (SO4), nitratos (NO3), ácido sulfúrico
(H2SO4), material particulado (PM) , entre otros.
 También hay especies contaminantes que pueden ser emitidas directamente y/o
se forman durante su transporte aéreo. Por ejemplo, los hidrocarburos, el material
particulado, entre otros

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción VI, define contaminación, como: “La presencia en el ambiente de uno
o más contaminantes o de cualquier combinación de ellos que causé desequilibrio
ecológico”;

Y en su fracción VII, contaminante, como: “Toda materia o energía en cualesquiera de sus


estados físicos y formas, que al incorporarse o actuar en la atmósfera, agua, suelo, flora,
fauna o cualquier elemento natural, altere o modifique su composición y condición
natural”.

1.4.4. Control Ambiental

Implica la inspección, vigilancia y aplicación de las medidas legales y técnicas que se


aplican y son necesarias para disminuir o evitar, cualquier tipo de afección al medio
ambiente en general, y a un ecosistema en particular, producto de las actividades
humanas, o por desastres naturales; lo mismo que para disminuir los riesgos para a la
salud humana. Se incluyen inventarios, muestreo, censo, etc. El caso más conocido de
control ambiental es el relacionado con la emisión de contaminantes, provenientes de
procesos creados por el hombre al medio ambiente, ya sea al aire, agua o suelo, y
aquellos diseñados para disminuir los riesgos sobre la salud humana.
1.4.5. Impacto Ambiental

Alteración en los ecosistemas originada por actividades humanas, por tanto, toda obra o
actividad que afecte al ambiente o a los recursos naturales, para hacer autorizado, deberá
fundarse en estudios de impacto ambiental. Estos tienen por objeto identificar las
modificaciones al ambiente que puedan resultar de toda obra o actividad, durante su
construcción o su operación, y detectar áreas de conflicto entre diferentes intereses por el
uso alterno o potencial de los recursos; así como tipos o niveles de contaminación que
serían generados en cada una de las fases del proyecto y la capacidad del medio para su
amortiguamiento. Cumplen una función preventiva de riesgos potenciales de la obra o
actividad a realizar e identificar fenómenos naturales que pueden dañar o inferir con la
acción planeada.

Por su naturaleza técnica y científica, los estudios deben ser realizados por especialistas,
los cuales para prestar asesoría profesional deberán demostrar su capacidad y medios
ante la SEMARNAT para obtener su registro como prestadores de este servicio. Los
estudios técnicos deberán acompañarse a la solicitud de aprovechamiento de recursos
naturales, para fundamentar la manifestación de impacto ambiental en toda obra que
pueda causar desequilibrio ecológico o rebase los límites y condiciones señalados en los
reglamentos. Corresponde al gobierno federal a través de la SEMARNAT, evaluar el
impacto ambiental que causen obras o actividades que se refieran a campos regidos por
leyes federales como obras hidráulicas, vías generales de comunicación, conducción, y
procesamiento de hidrocarburos, industrias químicas, siderurgia, papelera, azucarera, del
cemento, automotriz, conductora y productora de electricidad y atómica; desarrollos
turísticos, aprovechamiento de bosques y selvas y uso de zonas federales como playas y
aguas de propiedad federal. Las autoridades estatales y municipales les corresponden la
evaluación en las áreas no reservadas a la federación en sus materias y competencias.
La manifestación de impacto ambiental es el documento formulado por el interesado en
un proyecto por el cual, con base en estudios técnicos, se da a conocer tanto el impacto
ambiental significativo y potencial del proyecto como la forma de evitarlo o atenuarlo en
caso de que sea negativo, señalando las medidas de mitigación y atenuación que se
recomienda. Los niveles de estudio de impacto ambiental deben ser preventivo, general e
intermedio: específico y de riesgo. Cada uno con un nivel mayor de concreción y
especialidad de acuerdo con los puntos de conflicto que sean identificados en los estudios
anteriores.

1.4.6. Emergencia ecológica

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción XVI, define emergencia ecológica, como: “Situación derivada de
actividades humanas o fenómenos naturales que, al afectar severamente a sus
elementos, pone en peligro a uno o varios ecosistemas”.
1.4.7. Recurso natural.

Son todos aquellos componentes de la naturaleza susceptibles de ser aprovechados para


la satisfacción de las necesidades de los seres humanos y que tienen un valor —actual o
potencial— en el mercado.

Esta definición permite establecer 4 características básicas de lo que constituye un


recurso natural: (a) es un componente de la naturaleza que cumple determinadas
condiciones para ser reconocido como tal; (b) puede ser aprovechado porque se lo
conoce; (c) su aprovechamiento se orienta a la satisfacción de necesidades, lo que
implica un nivel de valoración que se refleja en (d) su valor actual o potencial.

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción XXX, define recurso natural como: El elemento natural susceptible de
ser aprovechado en beneficio del hombre.

1.4.8. Región Ecológica

Una eco región, región ecológica, es un área geográfica relativamente grande que se
distingue por el carácter único de su morfología, geología, clima, suelos, hidrología, flora y
fauna.

Es una eco región como un área extensa de tierra o agua que contiene un conjunto
geográficamente distintivo de comunidades naturales que comparten la gran mayoría de
sus especies y dinámicas ecológicas, comparten condiciones medioambientales similares
e interactúan ecológicamente de manera determinante para subsistencia.

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción XXXI, define región ecológica como: La unidad del territorio nacional
que comparte características ecológicas comunes.

1.4.9. Aprovechamiento racional

Establece los límites dentro de los cuales deben ser explotados los recursos naturales, de
los cuales surgen tres reglas básicas en relación con los ritmos de desarrollo sostenible y
su aprovechamiento:
1. Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.
2. Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado,
neutralizado o absorbido por el medio ambiente.
3. Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria
para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción III, define el aprovechamiento sustentable como: La utilización de los
recursos naturales en forma que se respete la integridad funcional y las capacidades de
carga de los ecosistemas de los que forman parte dichos recursos, por periodos
indefinidos.

1.4.10. Recursos renovables y no renovables

El concepto de ambiente designa, no solamente el ambiente del sistema humano, sino de


manera más concreta, todos los ambientes posibles de los sistemas de los organismos
vivos en general, considerando todas las formas de vida posibles. El ambiente de cada
organismo consiste en los alrededores de éste, incluyendo el mundo físico de su entorno
y a otros organismos que formen parte de éste entorno. El ambiente humano en
particular, se integra de los recursos naturales que tenemos a nuestro alcance, tanto los
renovables como los no renovables, incluyendo la fauna, la flora, y los demás elementos
intangibles pero reales.

a) Recursos no renovables.- son aquellos que se localizan en minas y yacimientos, y


como no pueden regenerarse su explotación se debe efectuar basándose en el criterio de
que pueden agotarse para siempre. Son aquellos que una vez usados, no pueden
reproducirse, como los minerales, combustibles, fósiles (hulla, petróleo, gas).

b) Recursos renovable.- son aquellos que dada su naturaleza tienen posibilidad de


regenerarse después de un tiempo determinado.

1.4.11. Prevención y Protección

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en su


artículo 3º, fracción XXVI, define prevención como: El conjunto de disposiciones y
medidas anticipadas para evitar el deterioro del ambiente; y en su fracción XXVII, define
protección como: El conjunto de políticas y medidas para mejorar el ambiente y controlar
su deterioro.

1.4.12. Restauración

La importancia que tiene la restauración ecológica se deriva de la existencia generalizada


de distintas formas de degradación de los recursos naturales y las condiciones
ambientales, que tienen su manifestación en aspectos tales como la pérdida de
vegetación y suelos, aguas contaminadas; contaminación atmosférica; pérdida de
recursos genéticos; pérdida o destrucción de partes vitales de hábitat; erosión genética;
mortalidad y baja reproducción de las especies; cambios climáticos, geológicos y
evolutivos; extinción de la especies y en general, el deterioro progresivo de distintos tipos
de sistemas : naturales, modificados, cultivados y construidos.

Existen tres formas básicas de restaurar un área degradada (Machlis 1993):

• Recuperarla: volviendo a cubrir de vegetación la tierra con especies apropiadas,


• Rehabilitarla: Usando una mezcla de especies nativas y exóticas para recuperar el área,
y
• Restaurarla: Restableciendo en el lugar el conjunto original de plantas y animales con
aproximadamente la misma población que antes.

La restauración ecológica implica un conjunto de mecanismos aplicables según se trate


de suelos degradados por la pérdida de la cobertura vegetal o la simplificación de un
sistema por la pérdida de ciertos componentes de la flora o de la fauna. La aplicación de
los mecanismos está en función de varios elementos entre los que deben considerarse:
las características particulares del sistema a restaurar, la intensidad del deterioro, el
objetivo del área, las especies involucradas, los resultados esperados, entre otros.

La LGEEPA, en su artículo 3°, fracción XXXIV, define restauración como: Conjunto de


actividades tendientes a la recuperación y restablecimiento de las condiciones que
propician la evolución y continuidad de los procesos naturales.

La meta de los procesos de restauración ecológica es imitar la estructura, función,


diversidad y dinámica del ecosistema específico a restaurar. En este contexto, no todos
los sistemas son susceptibles de ser restaurados naturalmente, ya que muchos han
sobrepasado ciertos límites ecológicos en términos de productividad, diversidad,
habitabilidad y potencial evolutivo. En muchos de estos casos donde la restauración
natural sería demasiado lenta o no ocurriría, los mecanismos existentes pueden ser
determinantes.

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