Notas Primera Semana
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Por ello surge en el ser humano la necesidad de dar atención a los problemas
ambientales que presentan en el lugar que habita. Como respuesta a tal necesidad surge
la ecología, la cual desempeña el papel de ciencia que sirve como medio para conocer los
sistemas de vida, su crecimiento y desarrollo en la naturaleza, así como las relaciones de
los organismos entre sí y entre éstos y el medio ambiente.
La palabra ecología proviene de las raíces griegas oikos, que significa casa, y logos, que
alude a ciencia o tratado. Este término aparece por primera vez en 1868, cuando el
biólogo alemán Ernst Haeckel, en su obra Historia de la creación natural, propuso
designar con dicho nombre una disciplina que se derivaría de la zoología y que tendría
como finalidad investigar tanto las relaciones entre todos los organismos que viven juntos
en la misma localidad, como las adaptaciones a sus ambientes.
El derecho, entendido como el instrumento por excelencia que regula las conductas
humanas, no podía quedar rebasado por la problemática ambiental inmersa en la
cotidianeidad de la vida humana; luego entonces, tratando de revalorizar su función como
el mecanismo más adecuado para normar y regular las conductas atentatorias contra el
ambiente, su desarrollo obviamente en las cuestiones ambientales es novedoso y de un
carácter técnico y científico muy profundo. Novedoso, porque rompe con las estructuras
tradicionales del Derecho, encuadradas en los aspectos civilistas, penales,
administrativos, o en las grandes ramas del Derecho, clasificado como Público y Privado,
para dar lugar a un objeto que, si bien no es nuevo para la sociedad, si lo es para la
ciencia jurídica, como lo es el rescatar la propia supervivencia del planeta. En este orden
las definiciones que se han desarrollado en torno al Derecho Ambiental, han encontrado
como antecedentes, varias elaboradas por la Comunidad Económica Europea (CEE),
España, Venezuela, Bolivia, Perú.
La riqueza natural de México es una de las más grandes del planeta. Nuestro país ocupa
el cuarto lugar entre los países considerados con mega diversidad biológica, ya que
posee aproximadamente el 10 % del total de las especies conocidas; ocupa el quinto sitio
a nivel mundial en especies de plantas, el primer lugar en especies de pinos, el quinto
lugar en mamíferos y el primero en especies endémicas de reptiles, es decir, que no
existen en otro lugar.
Los factores que deterioran la calidad del agua son las descargas de aguas residuales,
tanto urbanas como industriales, el manejo inadecuado de residuos sólidos, el arrastre de
sedimentos generados por deforestación de suelos en cuencas del país, y los
contaminantes de fertilizantes utilizados en actividades agropecuarias. En 2000, sólo el 27
por ciento de las aguas monitoreadas no estaban contaminados o presentaban niveles de
calidad aceptable, lo que limita el uso del recurso, ya que el agua contaminada pone en
riesgo la salud de personas, de la flora y fauna, y en general de los ecosistemas.
Los conceptos anteriores son asumidos por el tratadista español, Martín Mateo quien
define al Derecho Ambiental de la siguiente manera:
El derecho ambiental se entiende a partir de la realidad sistemática en que incide; y un
sistema es un conjunto de elementos interrelacionados y pueden ser simples o
enormemente complejos y se caracterizan:
a) Constituyen el soporte de la vida.
b) Interaccionan con los organismos naturales.
c) Tienen ámbito planetario.
Los sistemas ambientales, son materiales, físico, químicos, suministran los elementos
necesarios para que la vida se tenga y evolucione.
Algunos autores consideran que el derecho ambiental es una rama autónoma del
derecho, debido a que cumple con los requisitos que suelen apuntarse como necesarios
para considerar que una disciplina es autónoma. Estos requisitos, según Jesús Jordano
Fraga, son los siguientes:
• Presencia de principios propios.
• Que existan técnicas jurídicas propias.
• Referencia a determinada categoría de personas, de objetos o de relaciones.
En primer término, para quienes defienden la autonomía del derecho ambiental, en esta
disciplina existen principios propios que incluso han recibido consagración legislativa. Por
ejemplo, la Declaración de Río, contiene una serie de principios retomados por la
legislación interna de diversos Estados, que se han convertido de esta manera en
derecho vigente.
Por otra parte, se dice que en el derecho ambiental existen técnicas jurídicas propias,
como la evaluación del impacto ambiental o los marketables permits del derecho
norteamericano. Asimismo, para defender la referencia a determinada categoría de
personas, se ha argumentado que, aun cuando el derecho ambiental está dirigido a una
pluralidad indeterminada de sujetos, encuentra un sustrato social directamente implicado.
Podría decirse entonces que el derecho ambiental se dirige a las personas privadas en
cuantos sujetos detentadores o agresores del medio ambiente como bien jurídico. Las
personas públicas pueden aparecer también como sujetos capaces en función de su
obligación de defender y restaurar el ambiente.
La administración pública ocupa, en este orden de ideas, un primer plano en cuanto sujeto
público, autor y destinatario, al mismo tiempo del derecho ambiental. Por tanto, este
requisito es cumplido también por la disciplina jurídica de la que nos ocupamos. Cabe
señalar también que, ubicándonos en esta postura teórica, el derecho ambiental se refiere
además a un objeto propio que, en este caso, constituiría el medio ambiente como bien
jurídico por tutelar. Finalmente, el derecho ambiental cumpliría el último de los
requerimientos para determinar la autonomía de una rama del derecho, ya que regula
relaciones jurídicas específicas. Si entendemos una relación jurídica como una situación
de poder y deber concretos que vincula a sujetos determinados, de modo que alguno de
ellos puede exigir a otro una determinada conducta que éste ha de observar y a cuya
observancia le compete el ordenamiento, es claro que el derecho ambiental regula una
relación jurídica propia. Esto es así porque la relación jurídica ambiental crea derechos
subjetivos protegidos por las leyes (por ejemplo, el derecho a disfrutar de un medio
ambiente adecuado).
Por otro lado, el derecho ambiental como rama del derecho público se compone del
conjunto de normas que regulan el ejercicio de la autoridad estatal, determinando y
creando el órgano competen para ejercitarla, el contenido posible de sus actos de
autoridad estatal y el procedimiento mediante el cual dichos actos deberán realizarse. En
este tenor, el derecho ambiental ha sido colocado por diversos autores en el campo del
derecho público, debido a la relevancia que el Estado tiene en la regulación del
comportamiento del hombre en relación con el ambiente. En efecto, al encontrarse el
Estado en una relación de supra-subordinación con los particulares en lo que se refiere a
la materia ambiental. se ha establecido que el derecho ambiental debe situarse dentro del
derecho público. Tal afirmación se refuerza si tomamos como base la teoría de los
intereses en juego que pretende fundar la división del derecho en público y privado de
acuerdo con el beneficio particular o colectivo que procura la norma. En este sentido, si el
derecho ambiental tiene como fin regular las conductas humanas que pueden influir de
manera significativa en el ambiente para evitar la degradación de éste y así hacer posible
que las futuras generaciones disfruten de un ambiente adecuado. nos damos cuenta de
que esta disciplina tiene como finalidad proteger intereses colectivos. Situándonos
entonces en una postura ius publicista, no cabe duda que, al buscar la protección de los
derechos de la colectividad (no sólo presente sino también futura) el derecho ambiental
puede ser considerado una rama del derecho público.
El derecho ambiental como rama del derecho económico, otra tendencia en torno a la
naturaleza jurídica del derecho ambiental, es situarlo como una rama del derecho
económico. Al respecto, Zarkin señala que el derecho económico se concibe como un
derecho de síntesis o reagrupamiento que se asocia a la idea de derecho de protección al
ambiente, concebido como una rama de este nuevo derecho a partir de las distintas
lecturas que el sistema jurídico permite en sus diferentes ramas. Dentro de esta visión. Se
establece también que el objeto de estudio del derecho económico se nutre tanto de las
ciencias que estudian el ambiente como de las económicas. Las cuales condicionan el
modelo de desarrollo que subyace a los regímenes económicos que pretenden ser
regulados por un sistema jurídico. Así, el derecho ambiental es considerado por algunos
como una rama del derecho económico.
El derecho privado ha sido definido como el conjunto de normas que regulan las
relaciones jurídicas entre personas que se encuentran legalmente consideradas en una
situación de igualdad, en virtud de que ninguna de ellas actúa en dichas relaciones
investida de autoridad estatal.
Con esta definición podríamos deducir que el derecho ambiental no forma parte del
derecho privado; sin embargo. Si bien es cierto que el derecho ambiental siempre tiene
presente los intereses colectivos, "... sucede también que aparecen Implicados en las
relaciones que regula intereses y derechos individuales. Para cuya defensa el derecho
privado ofrece cauces específicos.
Por su parte, los sujetos privados de derecho ambiental, en la medida en que realicen
actividades reguladas por esta disciplina jurídica, pueden ser:
• Personas físicas.
• Personas morales.
• Organismos no gubernamentales.
• Organizaciones sociales.
• Universidades.
• Centros de Investigación.
• Organismos y fundaciones internacionales.
En principio, esos serían los sujetos que contemplaría el derecho ambiental; sin embargo,
en la actualidad se ha gestado una nueva teoría que atribuye un interés legítimo en las
relaciones jurídico-ambientales a los grupos sociales. Esta teoría es la del interés difuso,
la cual podría decirse que ha sido adoptada por el ordenamiento jurídico. En efecto, al
establecerse en el artículo 4to. Constitucional, que a la letra dice: "Toda persona tiene
derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar", la expresión
toda persona se refiere a la colectividad, es decir, a un número indeterminado de
personas, el cual, como grupo, es titular del derecho mencionado. Con tal interpretación,
en nuestro sistema jurídico se contempla que la colectividad sea también un sujeto de
derecho ambiental. No obstante, esta situación no partió originariamente de las reformas
a la Constitución política, pues la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (LGEEPA) desde 1996 -cuando fue modificada sustancialmente en diversas
disposiciones prevé tanto el derecho de toda persona a un medio ambiente adecuado
como mecanismos e instrumentos jurídicos para que ese derecho tenga vigencia.
Otra manera de preservar el medio ambiente y los recursos naturales, para asegurar el
equilibrio ecológico y la continuidad de los procesos de la evolución biológica, es la
creación de áreas naturales protegidas. Los organismos internacionales han
recomendado la creación de reservas de la biosfera en espacios lo suficientemente
extensos y no deteriorados en su evolución biológica a efecto de conservar especies
vegetales y animales que de otra forma desaparecería con gran pérdida de la riqueza
biológica patrimonio de la humanidad. El programa de las Naciones Unidas sobre el
Hombre y la Biosfera ha recomendado a los países con bosques y selvas ecuatoriales la
creación de reservas. México fue uno de los primeros en atender tales recomendaciones
creando reservas de la biosfera en los estados del sureste del país y la LGEEPA las
enumera como las primeras y principales áreas naturales protegidas. A fines del siglo
pasado se inicia en México el movimiento proteccionista con la creación de varios tipos de
zonas protegidas: reservas forestales, nacionales, zonas protectoras forestales y parques
nacionales, que tenían como objetivo primario la protección de cuencas hidrográficas para
asegurar el abastecimiento de agua a las poblaciones, requiriendo de declaración
presidencial para su formación.
Causas de la contaminación
Resulta muy útil diferenciar los contaminantes en dos grandes grupos, con el criterio de si
han sido emitidos directamente a la atmósfera por fuentes de emisión, como los
automóviles, las chimeneas de la industria, entre otros, o si se han formado en la
atmósfera.
Así, tenemos:
Contaminantes primarios.- Aquellos procedentes directamente de las fuentes de
emisión, por ejemplo: plomo (Pb), monóxido de carbono (CO), óxidos de azufre
(SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos (HC), material particulado, entre
otros.
Contaminantes secundarios.- Aquellos originados en el aire por la interacción
entre dos o más contaminantes primarios, o por sus reacciones con los
componentes naturales de la atmósfera. Por ejemplo: ozono (O3), peroxiacetil-
nitrato (PAN), hidrocarburos (HC), sulfatos (SO4), nitratos (NO3), ácido sulfúrico
(H2SO4), material particulado (PM) , entre otros.
También hay especies contaminantes que pueden ser emitidas directamente y/o
se forman durante su transporte aéreo. Por ejemplo, los hidrocarburos, el material
particulado, entre otros
Alteración en los ecosistemas originada por actividades humanas, por tanto, toda obra o
actividad que afecte al ambiente o a los recursos naturales, para hacer autorizado, deberá
fundarse en estudios de impacto ambiental. Estos tienen por objeto identificar las
modificaciones al ambiente que puedan resultar de toda obra o actividad, durante su
construcción o su operación, y detectar áreas de conflicto entre diferentes intereses por el
uso alterno o potencial de los recursos; así como tipos o niveles de contaminación que
serían generados en cada una de las fases del proyecto y la capacidad del medio para su
amortiguamiento. Cumplen una función preventiva de riesgos potenciales de la obra o
actividad a realizar e identificar fenómenos naturales que pueden dañar o inferir con la
acción planeada.
Por su naturaleza técnica y científica, los estudios deben ser realizados por especialistas,
los cuales para prestar asesoría profesional deberán demostrar su capacidad y medios
ante la SEMARNAT para obtener su registro como prestadores de este servicio. Los
estudios técnicos deberán acompañarse a la solicitud de aprovechamiento de recursos
naturales, para fundamentar la manifestación de impacto ambiental en toda obra que
pueda causar desequilibrio ecológico o rebase los límites y condiciones señalados en los
reglamentos. Corresponde al gobierno federal a través de la SEMARNAT, evaluar el
impacto ambiental que causen obras o actividades que se refieran a campos regidos por
leyes federales como obras hidráulicas, vías generales de comunicación, conducción, y
procesamiento de hidrocarburos, industrias químicas, siderurgia, papelera, azucarera, del
cemento, automotriz, conductora y productora de electricidad y atómica; desarrollos
turísticos, aprovechamiento de bosques y selvas y uso de zonas federales como playas y
aguas de propiedad federal. Las autoridades estatales y municipales les corresponden la
evaluación en las áreas no reservadas a la federación en sus materias y competencias.
La manifestación de impacto ambiental es el documento formulado por el interesado en
un proyecto por el cual, con base en estudios técnicos, se da a conocer tanto el impacto
ambiental significativo y potencial del proyecto como la forma de evitarlo o atenuarlo en
caso de que sea negativo, señalando las medidas de mitigación y atenuación que se
recomienda. Los niveles de estudio de impacto ambiental deben ser preventivo, general e
intermedio: específico y de riesgo. Cada uno con un nivel mayor de concreción y
especialidad de acuerdo con los puntos de conflicto que sean identificados en los estudios
anteriores.
Una eco región, región ecológica, es un área geográfica relativamente grande que se
distingue por el carácter único de su morfología, geología, clima, suelos, hidrología, flora y
fauna.
Es una eco región como un área extensa de tierra o agua que contiene un conjunto
geográficamente distintivo de comunidades naturales que comparten la gran mayoría de
sus especies y dinámicas ecológicas, comparten condiciones medioambientales similares
e interactúan ecológicamente de manera determinante para subsistencia.
Establece los límites dentro de los cuales deben ser explotados los recursos naturales, de
los cuales surgen tres reglas básicas en relación con los ritmos de desarrollo sostenible y
su aprovechamiento:
1. Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.
2. Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado,
neutralizado o absorbido por el medio ambiente.
3. Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria
para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
1.4.12. Restauración