Monografia Cultivo de Café

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UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

FACULTAD DE INGENIERÍA–PROGRAMA INGENIERÍA AGRONÓMICA


CURSO DE NUTRICIÓN VEGETAL DE ACTIVIDAD DE PRACTICA “MONOGRAFIA DEL
CULTIVO DE CAFE”

PROFESOR: Milciades Nain Pizarro Marrugo


ALUMNO: Ronald Covo, Felipe Pestana, Andrés Vizcaíno, Juan Pertuz

1. Introducción
Según López y Martínez (2023), el cultivo de café es una de las actividades
agrícolas más importantes en Colombia, no solo por su impacto económico, sino
también por su relevancia cultural y social. Reconocido a nivel mundial por la
calidad de su grano, el café colombiano es un símbolo del país y un producto
insignia en mercados internacionales. La caficultura, además de ser una fuente
significativa de ingresos, genera empleo a miles de familias y constituye un eje
fundamental en la preservación de ecosistemas y tradiciones campesinas.
A lo largo de los años, el cultivo de café en Colombia ha evolucionado en respuesta
a desafíos como el cambio climático, la aparición de enfermedades y plagas, y las
fluctuaciones del mercado internacional. Estos retos han llevado a la
implementación de tecnologías innovadoras, la selección de variedades mejoradas y
el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles. Sin embargo, el éxito de esta
industria no depende únicamente de la calidad del grano, sino también de un manejo
agronómico integral que considere aspectos como el tipo de suelo, los sistemas
agroforestales y el cumplimiento de requerimientos nutricionales específicos.
En esta monografía se realiza un análisis exhaustivo de los principales factores que
inciden en la producción de café en Colombia. Se abordan elementos técnicos como
las variedades de café más utilizadas, las enfermedades y plagas que afectan el
cultivo, las épocas y densidades de siembra, los sistemas agroforestales y las
características de los suelos idóneos. También se incluyen reflexiones sobre las
tendencias actuales en la producción sostenible y el impacto del café en el medio
ambiente y las comunidades rurales.
El objetivo de esta investigación es proporcionar una herramienta útil y analítica
para comprender las dinámicas que rodean al cultivo del café en Colombia.
Enfocado tanto en estudiantes como en profesionales del sector agrícola, este
documento busca ser una guía que fomente prácticas agrícolas responsables,
optimice los rendimientos y garantice la sostenibilidad de uno de los patrimonios
más valiosos de Colombia.
2. Variedades de Café Cultivadas en Colombia
En Colombia, las variedades de café se seleccionan con base en criterios como productividad,
calidad en taza, resistencia a enfermedades y adaptación a condiciones climáticas. Entre las
principales variedades destacan
 2.1 Variedades tradicionales (Ej. Typica, Bourbon)
El Typica y el Bourbon son variedades históricas que sentaron las bases de la caficultura
colombiana. El Typica, originario de Etiopía y llevado a América a través de Asia, destaca
por su calidad en taza con perfiles suaves y balanceados. Sin embargo, su baja
productividad y vulnerabilidad a enfermedades como la roya limitaron su sostenibilidad.
Por su parte, el Bourbon, originario de la isla de Reunión, sobresale por su dulzura y acidez
brillante, con perfiles de sabor que incluyen notas frutales y caramelizadas. En Colombia,
ambas variedades son reconocidas por su capacidad de adaptarse a alturas entre 1.200 y
2.000 metros sobre el nivel del mar, donde expresan su máxima calidad (Cenicafe, 2024).
 2.2 Variedades modernas y resistentes (Ej. Castillo, Cenicafé 1)
Ante la amenaza de enfermedades como la roya, el Centro Nacional de Investigaciones del
Café (Cenicafé) desarrolló variedades como Castillo y Cenicafé 1. Estas variedades han
sido diseñadas para resistir plagas y enfermedades comunes en Colombia. El Castillo, por
ejemplo, combina alta productividad con un perfil en taza que incluye notas frutales y una
acidez moderada, lo que asegura una calidad competitiva en mercados internacionales.
Cenicafé 1, por su parte, es una variedad reciente que maximiza la resistencia a la roya
mientras mantiene características sobresalientes de producción y calidad (Cenicafe, 2024).
 2.3 Híbridos y su adopción en el país
Los híbridos, como el Tabi y el Híbrido F1, representan una respuesta innovadora a los
desafíos del cambio climático y la necesidad de mejorar la calidad en taza. El Tabi, que
combina genes de Typica, Bourbon y Timor, es altamente resistente a la roya y ofrece un
perfil de sabor complejo con notas de frutos rojos y caramelo. Aunque prometen ser una
solución sostenible, los híbridos enfrentan una adopción limitada debido a la falta de
familiaridad y costos más elevados de establecimiento. Sin embargo, su potencial de
rendimiento y adaptabilidad a diferentes microclimas los posiciona como una alternativa
viable para el futuro (Cafés de Colombia, 2024).

3. Plagas que Afectan el Cultivo de Café

 3.1 Broca del café (Hypothenemus hampei)


La broca del café es considerada la plaga más destructiva del cultivo de café en Colombia y
otras regiones productoras del grano a nivel mundial. Este pequeño escarabajo perfora los
granos de café para depositar sus huevos en el interior, lo que provoca daños directos al
endospermo. Como consecuencia, se reduce la calidad física y organoléptica del café,
además de disminuir significativamente los rendimientos. Según Aristizábal et al. (2016), el
manejo integrado de esta plaga incluye:
 Prácticas culturales: La recolección de frutos infestados, conocida como "pepena", ayuda
a reducir las poblaciones de broca en el campo.
 Control biológico: Se promueve el uso de hongos entomopatógenos como Beauveria
bassiana, efectivos para controlar las poblaciones de la broca.
 Uso de insecticidas específicos: Aunque se recomienda minimizar su uso para evitar
resistencias, los productos químicos pueden ser aplicados de manera dirigida, respetando
las buenas prácticas agrícolas.

 3.2 Minador de la hoja (Leucoptera coffeella)


El minador de la hoja es un insecto cuyas larvas forman galerías en las hojas del café,
interfiriendo con el proceso de fotosíntesis y debilitando las plantas. Esto puede ocasionar
una disminución en la productividad de los cafetales, especialmente en condiciones de
estrés hídrico o baja fertilidad. Según Souza et al. (2019), el manejo integrado del minador
incluye:
 Monitoreo: La instalación de trampas y observación directa en campo permite identificar
picos poblacionales y programar medidas de control.
 Control biológico: Involucra la preservación de enemigos naturales como avispas
parasitoides del género Encarsia y Proacrias, que regulan las poblaciones del minador de
manera efectiva.
 Prácticas culturales: Mantener las plantas en óptimas condiciones nutricionales y eliminar
hojas infestadas puede disminuir el impacto de la plaga.

 3.3 Otras plagas relevantes

Los nematodos, especialmente del género Meloidogyne spp., representan un desafío


importante para los cafetales al atacar las raíces de las plantas. Esto reduce la capacidad de
absorción de agua y nutrientes, debilitando severamente a las plantas y haciéndolas más
susceptibles a otras enfermedades. Según Bridge y Starr (2007), el manejo de nematodos
incluye:
 Rotación de cultivos: La alternancia con cultivos no hospedantes reduce las poblaciones de
nematodos en el suelo.
 Uso de variedades resistentes: El empleo de materiales genéticamente mejorados
disminuye la incidencia de nematodos.
 Mejoras en el manejo del suelo: La adición de materia orgánica y el uso de
microorganismos antagonistas como Pasteuria penetrans han mostrado ser efectivos en el
control de nematodos.
4. Enfermedades que Afectan el Cultivo de Café

 4.1 Roya del café (Hemileia vastatrix)


La roya del café es una de las enfermedades más importantes y devastadoras para los
cultivos de café, tanto en Colombia como en otras regiones productoras del mundo. Este
hongo ataca principalmente las hojas de las plantas, formando pústulas de color amarillo-
anaranjado en su parte inferior. Estas pústulas liberan esporas que se dispersan fácilmente
por el viento, causando una rápida propagación de la enfermedad. La roya afecta la
capacidad fotosintética de las plantas al reducir la superficie foliar, lo que provoca una
disminución en la producción y, en casos severos, la muerte de las plantas. Según Cenicafé
(2016), las condiciones climáticas cálidas y húmedas favorecen el desarrollo de esta
enfermedad, haciendo que sea un problema recurrente en zonas de baja altitud.

 4.2 Antracnosis (Colletotrichum spp.)


La antracnosis es una enfermedad causada por un complejo de hongos del género
Colletotrichum. Ataca diferentes órganos de la planta, como hojas, frutos y ramas, pero su
impacto es mayor en los frutos en desarrollo y en las ramas jóvenes. Las lesiones aparecen
como manchas oscuras, necróticas y hundidas, lo que reduce la calidad de los granos. Esta
enfermedad es particularmente problemática en zonas con alta humedad relativa, ya que
estas condiciones favorecen la germinación de las esporas y la infección del tejido vegetal
(Aristizábal et al., 2015).
 4.3 Otras enfermedades fúngicas, bacterianas y virales
Ojo de Gallo (Mycena citricolor). El ojo de gallo es una enfermedad común en regiones
cafeteras con precipitaciones constantes y alta humedad ambiental. Se manifiesta como
manchas circulares marrones con bordes más oscuros, similares a un ojo de gallo, en hojas
y frutos. Esta enfermedad provoca defoliación severa, lo que afecta el desarrollo de la
planta y, en consecuencia, reduce la productividad. Cenicafé (2018) reporta que su
presencia es más notoria en cultivos sombreados, pero también puede ser problemática en
sistemas de cultivo intensivo, si no se gestionan adecuadamente las condiciones
microclimáticas.

Mal Rosado (Corticium salmonicolor). El mal rosado, conocido también como “la costra
rosada,” es causado por el hongo Corticium salmonicolor. Afecta ramas y tallos, formando
lesiones que inicialmente son de color marrón claro y, con el tiempo, desarrollan una
apariencia rosada debido a la producción de esporas del hongo. Estas lesiones debilitan los
tejidos afectados, reduciendo la capacidad de transporte de agua y nutrientes, lo que resulta
en pérdida de vigor y, eventualmente, muerte de las ramas afectadas. Es más prevalente en
cafetales viejos o con poda deficiente, y en condiciones de alta humedad (Montoya y
González, 2017).
5. Épocas y Densidades de Siembra

 5.1 Calendario de siembra por región

En el departamento del Magdalena, la siembra de café se realiza principalmente en


las épocas de lluvias. Se recomienda hacer las siembras entre los meses de abril y
mayo, cuando las lluvias comienzan, y también durante el periodo de lluvias que
ocurre entre octubre y noviembre. Esta práctica asegura que el suelo tenga la
humedad necesaria para el establecimiento adecuado de las plantas de café. En otras
regiones cafeteras de Colombia, como el Eje Cafetero, el calendario de siembra es
similar, con dos períodos principales recomendados: uno al inicio de la temporada
de lluvias en los meses de marzo a mayo, y otro en septiembre a noviembre. La
siembra se alinea con las temporadas de lluvia para maximizar el crecimiento de las
plantas. Este tipo de calendarización es crucial para asegurar un desarrollo adecuado
del cultivo y mejorar los rendimientos a largo plazo.

 5.2 Densidades de siembra óptimas según variedad y sistema de producción

La densidad depende de la variedad, sistema de manejo y condiciones climáticas:

Densidad Tradicional: 2.000 a 3.000 plantas/ha (en sistemas de sombrío).

Densidad Alta: Hasta 10.000 plantas/ha (en cultivos tecnificados).

6. Sistemas Agroforestales y Sombreamiento

 6.1 Ventajas del sistema agroforestal

Los sistemas agroforestales mejoran la biodiversidad, reducen la erosión y regulan el


microclima, lo que beneficia al café y a los cultivos asociados.

 6.2 Especies utilizadas como sombrío

Se utilizan árboles como el guamo (Inga spp.) y el nogal cafetero, que proporcionan
sombra y mejoran el suelo mediante la fijación de nitrógeno.

 6.3 Efectos del sombrío en la productividad y calidad del grano

El sombrío favorece una maduración más lenta del fruto, lo que mejora la calidad en taza.
Sin embargo, un exceso de sombra puede reducir la productividad.
7. Características del Suelo y Manejo del Cultivo

 7.1 Tipos de suelos ideales para el cultivo de café

El café es un cultivo altamente exigente en términos de calidad del suelo, lo que


influye directamente en su desarrollo y productividad. Los suelos volcánicos,
característicos de las regiones cafetaleras de Colombia, son ideales para este cultivo
debido a su elevada fertilidad natural y contenido de minerales esenciales como
potasio, calcio y magnesio. Estos suelos suelen ser profundos, bien estructurados y
con buen drenaje, condiciones fundamentales para evitar encharcamientos que
pueden afectar negativamente las raíces.

El pH del suelo, ligeramente ácido (5.5-6.5), es otro factor crucial, ya que favorece
la disponibilidad de nutrientes esenciales como fósforo y hierro. Según Cenicafé
(2015), estas condiciones son comunes en zonas como el Eje Cafetero, Nariño y
Cauca, donde las pendientes y altitudes entre 1,000 y 2,000 metros sobre el nivel del
mar complementan las características edáficas para un desarrollo óptimo del cultivo.

 7.2 Prácticas de conservación del suelo

La preparación del suelo es una etapa esencial que influye directamente en la


productividad del cafetal. Una adecuada limpieza inicial del terreno incluye la
eliminación de malezas y restos vegetales para evitar competencias por nutrientes.
El análisis de suelo previo permite identificar deficiencias nutricionales y ajustar la
fertilidad mediante la aplicación de cal agrícola para corregir la acidez y
fertilizantes orgánicos o químicos según los resultados obtenidos. Además, en zonas
de alta pendiente, la preparación debe realizarse con precaución para minimizar el
riesgo de erosión. Según Álvarez y Giraldo (2016), el uso de labranza mínima es
altamente recomendado, ya que conserva la estructura del suelo, favorece la
infiltración de agua y reduce la compactación. Esta práctica puede complementarse
con la incorporación de abonos orgánicos, como compost y estiércol, que mejoran la
actividad biológica del suelo y aumentan su capacidad de retención de agua.

 7.3 Preparación del terreno para la siembra

La conservación del suelo es clave para garantizar la sostenibilidad de los sistemas


de producción cafetera, especialmente en zonas montañosas donde la erosión puede
ser severa. El uso de coberturas vegetales vivas, como gramíneas y leguminosas,
ayuda a proteger el suelo de la erosión, mejora la infiltración de agua y contribuye a
la fijación de nitrógeno, enriqueciendo la fertilidad del suelo. La construcción de
terrazas y barreras vivas en laderas es otra práctica ampliamente utilizada en
Colombia para controlar el escurrimiento de agua y minimizar la pérdida de suelo
fértil. Además, la incorporación de los residuos de cosecha, como hojas y ramas, no
solo ayuda a mantener la humedad del suelo, sino que también aporta materia
orgánica que mejora su estructura. Según Franco y Restrepo (2017), estas prácticas
son fundamentales para la regeneración de suelos degradados y el mantenimiento de
su productividad a largo plazo.

8. Requerimientos Nutricionales del Café


 8.1 Macronutrientes esenciales (N, P, K)
El nitrógeno es crucial para el desarrollo vegetativo, mientras que el fósforo promueve el
enraizamiento y el potasio mejora la resistencia al estrés y la calidad del grano. Se
recomiendan aplicaciones fraccionadas según el ciclo del cultivo.
 8.2 Micronutrientes relevantes
Micronutrientes como el zinc, boro y magnesio son esenciales para el crecimiento
equilibrado del café y la formación de frutos de calidad. Su deficiencia puede causar
deformaciones en hojas y frutos.
 8.3 Prácticas de fertilización en diferentes etapas del cultivo
La fertilización debe basarse en análisis de suelo y foliar, combinando fertilizantes
orgánicos e inorgánicos. El uso de biofertilizantes y compost mejora la sostenibilidad del
sistema.
9. Producción y Cosecha
 9.1 Ciclo productivo del cultivo

El ciclo de producción del café se caracteriza por ser un proceso a largo plazo que
requiere un manejo cuidadoso desde la siembra hasta la producción de frutos. En las
variedades más comunes cultivadas en Colombia, como Coffea arabica, el
desarrollo inicial de la planta toma entre 2 y 3 años antes de que se produzca la
primera cosecha. Durante este período vegetativo, la planta establece su sistema
radicular y estructura foliar, esenciales para sostener la producción futura. Posterior
a este tiempo, las plantas entran en una fase de producción anual, con dos cosechas
principales en las zonas cafetaleras colombianas: la cosecha principal (o "mitaca") y
una secundaria, cuya intensidad varía según el clima local y las prácticas de manejo.
Según Cenicafé (2018), la variabilidad en el ciclo productivo también está
influenciada por factores como la altitud, la temperatura y la cantidad de luz solar,
lo que puede adelantar o retrasar las fases fenológicas de la planta. En regiones con
altitudes superiores a 1,800 metros, el ciclo productivo puede ser más lento, pero
con una calidad de grano superior debido a las condiciones climáticas favorables.
 9.2 Métodos de cosecha: manual vs. Mecánica

En Colombia, la cosecha manual es la práctica predominante debido a la topografía


montañosa de las zonas cafetaleras, lo que limita el uso de maquinaria. Este método
permite realizar una recolección selectiva, donde se eligen únicamente los granos
maduros (conocidos como cerezas), lo que garantiza una mejor calidad en el
producto final. Este enfoque, aunque intensivo en mano de obra, es clave para
preservar la reputación del café colombiano como uno de los mejores del mundo
(González y Pérez, 2016). En contraste, en países como Brasil, con terrenos más
planos y aptos para maquinaria, se utilizan cosechadoras mecánicas que recogen
tanto frutos maduros como inmaduros, lo que puede impactar la calidad del grano.
En Colombia, la mecanización de la cosecha se encuentra en etapas exploratorias y
se implementa principalmente en fincas con superficies menos accidentadas, pero su
uso sigue siendo limitado debido a los altos costos iniciales y las características del
terreno.

 9.3 Postcosecha y manejo del café

Los procesos postcosecha son determinantes para la calidad final del café, ya que
cualquier error en esta etapa puede afectar las propiedades sensoriales del producto.
Una vez recolectadas las cerezas, el café pasa por un proceso de despulpado para
eliminar la pulpa y exponer los granos. Posteriormente, se realiza la fermentación,
un paso crítico en el que las enzimas naturales eliminan los restos de mucílago
adheridos al grano. Según Restrepo et al. (2017), la duración de la fermentación
varía dependiendo de factores como la temperatura y la humedad, y es esencial
controlar este proceso para evitar sabores indeseables en el café. El secado es otro
paso fundamental. Tradicionalmente, se realiza al sol en patios o camas elevadas, lo
que permite un secado uniforme. Sin embargo, en zonas con alta humedad o durante
la temporada de lluvias, se recurre a secadores mecánicos para garantizar que el café
alcance un contenido de humedad óptimo del 10-12%. Una vez seco, el café se
almacena en sacos de yute en condiciones frescas, secas y bien ventiladas para
preservar su calidad. Una mala gestión en esta etapa puede provocar la aparición de
defectos como el "olor a moho" o pérdida de características sensoriales (Rodríguez
y Ortiz, 2015).
10. Impacto Ambiental del Cultivo de Café
 10.1 Efectos del cultivo intensivo

El cultivo intensivo de café puede generar impactos ambientales significativos. La


pérdida de biodiversidad es uno de los principales problemas asociados al
monocultivo, especialmente cuando se eliminan árboles y arbustos para aumentar la
densidad de las plantaciones. Además, la erosión del suelo es común en áreas con
pendientes pronunciadas y manejo inadecuado, lo que resulta en la pérdida de suelo
fértil y la sedimentación de fuentes hídricas. Otro problema importante es la
contaminación por agroquímicos. El uso excesivo de fertilizantes y pesticidas puede
contaminar los suelos y las fuentes de agua cercanas, afectando tanto los
ecosistemas locales como la salud humana. Adicionalmente, los residuos de la pulpa
y el mucílago del café, si no se manejan correctamente, pueden generar
contaminación orgánica en los ríos, causando problemas de eutrofización y
disminución de oxígeno en el agua (Franco y Cardona, 2019).

 10.2 Prácticas sostenibles en caficultura


La adopción de sistemas agroforestales, manejo integrado de plagas y fertilización orgánica
son estrategias clave para minimizar el impacto ambiental. Programas como "Más
agronomía, más productividad" buscan fomentar la sostenibilidad en la caficultura
colombiana.

 10.3 Certificaciones ambientales en Colombia


Certificaciones como Rainforest Alliance, Fair Trade y Orgánico están ganando
popularidad entre los caficultores colombianos. Estas certificaciones promueven prácticas
agrícolas sostenibles, como el manejo responsable del suelo, la conservación de recursos
hídricos y el fomento de la biodiversidad. Además, ofrecen beneficios económicos al
facilitar el acceso a mercados especializados y garantizar precios más altos para los
productores que cumplan con los estándares ambientales (Aristizábal et al., 2020).

11. Conclusiones y Recomendaciones


El cultivo de café en Colombia enfrenta importantes desafíos relacionados con la sostenibilidad, la
productividad y la calidad. Las plagas y enfermedades, como la broca del café (Hypothenemus
hampei) y la roya del café (Hemileia vastatrix), representan amenazas significativas que afectan la
rentabilidad y salud de los cultivos. Además, las características del suelo, como su riqueza en
materia orgánica, buen drenaje y un pH ligeramente ácido, juegan un papel fundamental en el
desarrollo óptimo del café. Sin embargo, la erosión y la pérdida de fertilidad son problemas
recurrentes que requieren atención mediante estrategias de conservación y manejo adecuado.
En términos de requerimientos nutricionales, el equilibrio en la aplicación de macronutrientes como
nitrógeno, fósforo y potasio, junto con micronutrientes esenciales como zinc, magnesio y boro, es
vital para el crecimiento saludable del cultivo y la producción de granos de alta calidad. Estos
aportes deben basarse en análisis técnicos de suelo y tejido foliar para evitar deficiencias o excesos
que comprometan el rendimiento.
El ciclo productivo del café inicia con un periodo vegetativo de dos a tres años antes de la primera
cosecha, tras lo cual se establece una producción anual influenciada por el clima y las prácticas de
manejo. En Colombia, la cosecha manual selectiva es predominante debido a su precisión en la
recolección de granos maduros, lo que asegura la alta calidad por la que es conocido el café
colombiano. Posteriormente, los procesos postcosecha, como la fermentación, el secado y el
almacenamiento en condiciones controladas, son determinantes para preservar las propiedades
organolépticas del grano.
El cultivo intensivo, por otro lado, genera impactos ambientales significativos, como la pérdida de
biodiversidad, la erosión del suelo y la contaminación por agroquímicos. La implementación de
sistemas agroforestales, el uso eficiente de recursos y la gestión adecuada de residuos contribuyen a
mitigar estos efectos. Adicionalmente, la certificación ambiental, como Rainforest Alliance y Fair
Trade, fomenta prácticas sostenibles y ofrece acceso a mercados especializados, lo que beneficia
tanto al medio ambiente como a los productores.
En conclusión, el manejo integral y sostenible del cultivo de café es esencial para mantener la
competitividad del sector en Colombia. Esto implica no solo adoptar prácticas agrícolas
responsables y respetuosas con el medio ambiente, sino también promover la innovación, la
capacitación de los caficultores y el fortalecimiento de políticas públicas que respalden su
implementación. Estos esfuerzos garantizarán la sostenibilidad económica, social y ambiental del
café colombiano, asegurando su relevancia a nivel nacional e internacional.
12. Referencias

López, J., & Martínez, R. (2023). El cultivo de café en Colombia: Retos y sostenibilidad. Editorial
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