El Directorio para La Catequesis 2020-2

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EL

DIRECTORIO
PARA LA
CATEQUESIS
2020
El presente Directorio está en
continuidad dinámica con los dos
anteriores, publicados en 1971 y
1997, reafirmando una vez más la
centralidad de la catequesis para
la vida de la Iglesia

La publicación de un Directorio para la Catequesis es un acontecimiento


en la vida de la Iglesia. Para todos los que están comprometidos en la
gran aventura de la catequesis, es un motivo de satisfacción porque
tienen la oportunidad de hacer un balance del camino recorrido y de
buscar vías y modalidades inexploradas para anunciar el Evangelio,
renovando su voluntad de ponerse al servicio del Señor en la comunidad
cristiana.
El directorio

En marzo de 1971, San Pablo VI En 1992, San Juan Pablo II publicaba el el Pontificio Consejo para la
aprobaba el Directorio Catecismo de la Iglesia Católica, y el 15 de Nueva Evangelización decidió
Catequístico General, agosto de 1997 salía a la luz el Directorio elaborar un nuevo Directorio. El
que intentaba dar una primera General para la Catequesis, un directorio 23 de marzo de 2020 el Papa
sistematización de la enseñanza espléndido que nos ha permitido comprender Francisco aprobó el Directorio
en la fe, fruto del Concilio mejor la exigencia pedagógica y formativa de para la Catequesis.
Vaticano II. la catequesis, sobre todo, a la luz de una
renovada interpretación del Catecumenado,
favoreciendo una fuerte renovación en la
catequesis.
¿Lo conoces?
En estos últimos tiempos, el
camino de la catequesis ha
buscado un doble objetivo: hacer
madurar la fe inicial y educar al
discípulo de Cristo, mediante un
conocimiento más profundo y
sistemático de la persona y
mensaje de Cristo Jesús, nuestro
Señor.
Cambio de época
La época de la cristiandad ha cambiado y nos
encontramos en un tiempo nuevo en el que hay
que ofrecer a la sociedad el encuentro con
Cristo más que doctrinas, la vida cristiana y no
solamente la preparación a los sacramentos, la
inserción comunitaria y el compromiso social
más que el enfoque meramente moral.
Que se pretende:

Con este Directorio de uso pastoral pretendemos ayudar a


los sacerdotes, agentes pastorales y, sobre todo,
catequistas, a afrontar los tres grandes retos que se nos
presentan: abandonar el estilo escolar de la enseñanza de
la catequesis, poner la recepción sacramental como
parte del itinerario en la formación en la fe y no como
meta, y colocar la catequesis y las demás pastorales al
servicio de la evangelización y no al revés.
Formar personas que conozcan íntimamente
al Señor y la alegría que proviene de pertenecerle
viviendo como
Él, es la razón más profunda del compromiso de cada
catequista.
Rino Fisichella
Presidente del Pontificio Consejo
para la Promoción de la Nueva Evangelización
Capítulo I: Jesucristo, revelador
La Revelación del plan providente de Dios
y revelación del Padre Todo lo que la Iglesia es, todo lo que hace la Iglesia,
encuentra su fundamento último en el hecho de que
Dios, en su bondad y sabiduría quiso revelar el misterio
de su voluntad comunicándose a las personas. La
Revelación es iniciativa del amor de Dios y está orientada
a la comunión. La plenitud de la revelación es Jesucristo:
Viviendo como hombre entre los hombres, Jesús no sólo
muestra los planes de Dios, sino que lleva a
cumplimiento la obra de salvación.
Como cristianos estamos llamados a comunicar el plan
divino, que es:
– Un misterio de amor
– La revelación de la verdad íntima de Dios como
Trinidad
– La ofrenda de salvación a todos los seres humanos
– La llamada definitiva a reunir a la humanidad dispersa
en la Iglesia
Jesús anuncia el Evangelio
de la salvación

Jesús inaugura y anuncia el Reino de


Dios para cada persona. Él, con su
vida, es la manifestación plena de la
misericordia de Dios y, al mismo
tiempo, de la llamada al amor que
es la ley fundamental de la
humanidad creada por Dios.
La fe en Jesucristo:
Cuando la persona es tocada por Dios, está llamada también a
respuesta a Dios responder prontamente desde la fe, entregándose
totalmente, acogiendo con libertad «la buena noticia de la
que se revela gracia de Dios» (Hch
20,24). Decirle sí a Jesucristo implica dos dimensiones: el
abandono confiado en Dios y la aceptación amorosa a todo lo
que Él nos ha revelado
Creer comprende una doble referencia: a la persona y a la
verdad;a la verdad por confianza en la persona que la atestigua
y a la persona porque ella misma es la verdad auténtica. Es pues
una adhesión del corazón, de la mente y de la acción. Entonces el
creyente, aceptando el don de la fe, es transformado en una
creatura nueva, recibe un nuevo ser, un ser filial que se hace
hijo en el Hijo.
La fe tiene un carácter relacional y comunitario, por ello,
cada creyente está llamado a unirse a la comunidad de los
discípulos y hace suya la fe de la Iglesia y junto con ella
participa de su misión.
La transmisión de la revelación en
la fe de la Iglesia
El Espíritu Santo continúa fecundando a la
Iglesia que vive de la Palabra de Dios y la hace
crecer siempre en la comprensión del
Evangelio, enviándola y sosteniéndola en la
obra evangelizadora del mundo y, junto con la
Tradición y la Sagrada Escritura, hacen
presente y fecundo todo el misterio de Cristo.
Revelación y Evangelización
La Iglesia, como sacramento universal de salvación, siendo
dócil a las indicaciones del Espíritu Santo, escucha la
Revelación, la transmite
y acompaña la respuesta de la fe.
Evangelizar no es otra cosa
que anunciar y hacer presente a Jesucristo en el mundo.
La evangelización es un proceso por el que
la Iglesia, movida por el Espíritu Santo, anuncia el
Evangelio que se difunde por todo
el mundo. En este proceso existen varias dimensiones que
configuran un itinerario de iniciación a la vida cristiana:
1. El testimonio de la alegría del Evangelio acogido en la vida, incluso sin tantas palabras, que
también se hace diálogo en el momento oportuno del encuentro con el otro.
2. La disposición a la fe y a la conversión inicial tiene como objetivo despertar el interés por el
Evangelio a través del primer anuncio.
3. El tiempo de búsqueda y de maduración es necesario para transformar el primer interés por el
Evangelio en una elección consciente. Este tiempo, llamado en la Iglesia antigua
precatecumenado, acompaña al interesado en su respuesta y conversión inicial.
4. La acción catequística-iniciática es el deseo de conocer a Jesús más íntimamente: conocimiento
de la fe y aprendizaje de la vida cristiana. Esta etapa corresponde al tiempo del catecumenado
que es denominado como purificación e iluminación en esa iniciación cristiana. Es un tiempo
breve pero intenso, en el cual los catecúmenos acrecientan su deseo de renovarse interiormente,
para vivir como hijos y discípulos de Jesucristo, disponiéndose así para la celebración de los
Sacramentos de Iniciación.
5. La acción pastoral alimenta la fe de los bautizados y los ayuda en el proceso permanente de
conversión a la vida cristiana, en su camino de santidad. El comienzo de este paso corresponde
al tiempo de la mistagogía en el itinerario de la iniciación cristiana.
La catequesis al servicio de
la nueva evangelización:
…Una catequesis «en salida misionera»
Siendo la acción misionera el paradigma de toda la obra de la Iglesia,
la catequesis también prepara para la misión, acompañando
a los creyentes en el crecimiento de las actitudes de fe y los hace
conscientes de ser discípulos misioneros, llamados a participar
activamente en el anuncio del Evangelio para hacer presente el
Reino de Dios en el mundo.
…Una catequesis en el signo de la misericordia
La misericordia es el ideal evangélico de vida, el verdadero criterio
de la credibilidad de la fe, el centro más profundo de la experiencia
de la Iglesia: no hay anuncio de fe si no hay un signo de misericordia,
para que todos aprendamos a ser “misericordiosos como
el Padre” (Lc 6,36).
…Una catequesis como “laboratorio” de diálogo
La catequesis debe adoptar un estilo de diálogo, capaz de alcanzar
el corazón de las personas con sus deseos y búsquedas, limitaciones
y errores.
¡Gracias!

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