El Derecho de Ginebra y El Derecho de La Haya
El Derecho de Ginebra y El Derecho de La Haya
El Derecho de Ginebra y El Derecho de La Haya
analiza los diferentes principios en que se basan esas dos ramas del derecho
las dos ramas jurídicas. Mientras que el CICR ha sido indudablemente el principal
Todos los conflictos de los últimos años, desde la guerra de Vietnam hasta los
Israel, pasando por la guerra del Golfo y los recientes acontecimientos en Kosovo, nos hacen
considerar de nuevo tanto la distinción tradicional entre el " derecho de Ginebra " –es decir,
el conjunto de normas sobre la protección debida a las personas que se encuentran en poder
del adversario– y el " derecho de La Haya " –es decir, el conjunto de normas relativas a la
Roja y esas dos ramas del derecho internacional humanitario, si en verdad se trata de dos
ramas diferentes [1 ] .
En este sentido, se puede decir que todas las civilizaciones se han dotado de normas de
la divinidad. Sin embargo, el origen religioso de las normas también limitaba su ámbito de
formaban parte de la misma cultura y que honraban al mismo dios (o a los mismos dioses).
Socorro a los Militares Heridos, el fu turo Comité Internacional de la Cruz Roja; su objetivo
era que se prestara protección a los heridos y al personal sanitario de los ejércitos en el
campaña. El Convenio original fue revisado en 1906, 1929 y 1949. Además, se extendió la
protección a los heridos y a los enfermos de las fuerzas armadas en el mar mediante los
los principios del Convenio de Ginebra a la guerra marítima (Convenio III de La Haya, de
1899, y Convenio X de La Haya, de 1907) y el Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que
corren los heridos, los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar, del 12 de
agosto de 1949 (II Convenio). La protección se extendió también a los prisioneros de guerra
27 de julio de 1929, y más tarde, mediante el Convenio de Ginebra del 12 de agosto de 1949
relativo al trato debido a los prisioneros de guerra (III Convenio). Los horrores de la
tiempo de guerra (IV Convenio). Por último, tras la experiencia de la guerra civil española,
El Comité Internacional de la Cruz Roja ha sido el principal impulsor del desarrollo del
derecho internacional humanitario. Ejerció presión sobre los Estados para que aprobaran
las extensiones sucesivas de la protección convencional y elaboró los proyectos que las
Conferencias Diplomáticas de 1864, 1868, 1929 y 1949 aceptaron como base para sus
La cuestión central del derecho de Ginebra ha sido siempre la protección de las víctimas:
por extensión los mismos principios, se fue ampliando cada vez más la categoría de víctimas
protegidas. Dado que todas las etapas significativas del desarrollo de ese derecho tuvieron
La otra iniciativa es la del zar Alejandro II. Preocupado por el hecho de que los británicos,
con los que el imperio ruso estaba entonces en un estado de guerra larvada por la posesión
de Asia central y el acceso al Océano Índico, habían desarrollado un tipo de balas huecas
prohibir el empleo de tales balas por sus ejércitos. Sin embargo, por temor a que sus tropas
estuvieran en inferioridad de condiciones si las privaba de esa temible arma, decidió que
prohibiría su empleo sólo si los otros soberanos también se comprometían a hacerlo. Así
Unos años más tarde, tras la guerra franco-alemana de 1870, la Alianza universal del orden
invitaciones para una conferencia internacional que debía reunirse en Bruselas, a fin de
aprobar un convenio para proteger a los prisioneros de guerra, cuando el Gabinete de San
Petersburgo retomó el proyecto de Dunant y lo incoporó en otro más amplio, que se refería
al conjunto de las leyes y las costumbres de la guerra terrestre. El Gabinete remitió sus
propias invitaciones para un congreso que se reunió en Bruselas, el verano de 1874, y que
aprobó una Declaración Internacional sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestre
Paz, reunida en La Haya, el año 1899, actualizó la Declaración de Bruselas. Se llegó así al
Convenio II de La Haya sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestre, del 29 de julio
de 1899. Este Convenio fue revisado por la segunda Conferencia Internacional de la Paz,
reunida en La Haya, el año 1907, que también aprobó otros convenios relativos a la
reunido en 1914, no pudo hacerlo a causa de la guerra. Pero los Estados hallaron otras
oportunidades para reafirmar y elaborar normas sobre las conducción de las hostilidades.
Como los Convenios de La Haya de 1899 y de 1907 siguieron siendo los pilares principales
del derecho de la conducción de las hostilidades, se suele designar esa rama como derecho
de La Haya .
Si bien el objetivo fundamental del derecho de La Haya, al igual que el del derecho de
Ginebra, es la protección de las víctimas, los métodos para prestar esa protección son
persona civil en poder del adversario, mientras que el derecho de La Haya se propone
proteger a los combatientes y a los no combatientes, restringiendo los métodos y los medios
antes que el derecho de Ginebra y que hace hincapié, ante todo, en la prevención.
Ginebra del 12 de agosto de 1949, que actualizaron y desarrollaron no sólo las normas
relativas a la protección de las víctimas de la guerra, sino también las que rigen la
Sea como fuere, la distinción entre el derecho de Ginebra y el derecho de La Haya nos lleva
relaciona con cada uno de ellos. Sin embargo, antes de analizar estas cuestiones, es
Distinciones y distinciones
El término distinción puede desi gnar dos fenómenos que difieren por completo. Algunas
Por el contrario, en otros casos, la mente humana se confronta a una multitud de fenómenos
científico o para la seguridad del derecho, pero que no están impuestas por los fenómenos
un continuum o como una evolución progresiva. Al proyectar sobre el objeto una distinción
que éste no impone, la mente humana puede modificar sus términos cómo y cuándo quiere.
evidente que entre un niño y un adulto existen diferencias indiscutibles, pero no es menos
cierto que nadie se transforma en adulto de un día para el otro. Todo individuo pasa por una
evolución progresiva que, de un niño, termina haciendo –a veces– un adulto. Sin embargo,
para la seguridad del derecho, los legisladores fijan, arbitrariamente, una línea divisoria
entre un menor de edad y un mayor de edad. Como es arbitraria, esta línea puede variar
según la época, el país, la necesidad (edad de finalización de la escolaridad obligatoria,
aptitud para ciertos trabajos o para el ejercicio de algunas profesiones, edad mínima para el
Uno de los errores más frecuentes en ciencias sociales se debe a que la mente humana, que
proyecta distinciones o categorías en los ob jetos con los que se confronta, olvida con
demasiada frecuencia que gran parte de las distinciones que cree descubrir en el objeto han
sido proyectadas por ella misma. Se cree que ciertas distinciones existen por sí mismas,
comprueba que no existe ninguna línea divisoria claramente definida entre esas dos
normativas, sino que se trata de un continuum de normas, agrupadas bajo dos nombres
distintos.
a los prisioneros de guerra, Dunant y sus amigos, en el marco de la Alianza universal del
empleado unos años antes para lograr la aprobación del primer Convenio de Ginebra. Más
tarde, el Gabinete de San Petersburgo tomó esa idea e incorporó los proyectos de los
artículos que había redactado Dunant, en el proyecto de Declaración sobre las leyes y
guerra de 1929, y más tarde, en el III Convenio de Ginebra de 1949. De todos modos, según
el artículo 135, este Convenio completa el capítulo II del Regl amento de La Haya de 1907.
Lo mismo ocurre en relación con el IV Convenio de Ginebra de 1949, que completa las
Haya. Es el caso de las normas que protegen los hospitales militares o civiles, así como a la
población civil, de los bombardeos aéreos: dichas normas pueden analizarse en el marco del
hostilidades, si se toma el punto de vista del aviador. Pero también se trata de normas
Ginebra– si se tienen en cuenta los efectos en tierra de los bombardeos aéreos, así como a la
con las normas que obligan a los miembros de los movimientos de resistencia, de las milicias
captura [7 ] .
En gran medida, los principios que subyacen a las normas del derecho de Ginebra y a las del
Asimismo, las disposiciones sobre la represión de los crímenes de guerra englobaron en una
misma definición la violación de las normas del derecho de Ginebra y la de las normas del
derec ho de la conducción de las hostilidades. Así pues, el artículo 6, letra b, del Estatuto
del Tribunal Militar Internacional, adjunto al Acuerdo sobre el juicio y el castigo de los
" Crímenes de guerra : violaciones de las leyes y las costumbres de la guerra. Estas
violaciones abarcan, entre otras modalidades, el asesinato, los tratos crueles y las
deportaciones de la población civil de los territorios ocupados, cuya finalidad sea el trabajo
forzoso o cualquier otra, el asesinato o los malos tratos de los prisioneros de guerra o de los
Se puede hacer la misma comprobación con respecto a los Estatutos del Tribunal Penal para
El recorrido que acabamos de hacer demuestra que no hay una frontera hermética entre el
completan recíprocamente y que, por comodidad, agrupamos bajo dos nombres diferentes.
entre el derecho de Ginebra y el derecho de La Haya tiene, sobre todo, un valor histórico
[9 ] .
" Estas dos ramas del derecho aplicable en los conflictos armados han desarrollado vínculos
tan estrechos que se considera que, en forma gradual, han formado un único sistema
Como se dijo antes, el CICR ha sido el principal impulsor del desarrollo del derecho de
Ginebra. Se ocupó de persuadir a los Estados para que participaran en las consultas y,
luego, en las negociaciones necesarias para la aprobación de nuevos tratados; dirigió los
trabajos preparatorios y redactó los proyectos de convenios que las Conferencias de 1864,
1868, 1929, 1949 y 1974-77 tomaron como base para sus trabajos.
En comparación, parece mucho más modesta la participación que tuvo en el desarrollo del
tampoco fue representado en las dos Conferencias de la Paz, reunidas en La Haya los años
Tras la Primera Guerra Mundial, el CICR tomó las primeras iniciativas para instar a los
limitación de la guerra aérea con objet ivos exclusivamente militares " , " la prohibición
absoluta de los gases asfixiantes, medio cruel y bárbaro que inflige terribles sufrimientos a
las víctimas " , " la prohibición del bombardeo de ciudades abiertas o no defendidas " y " la
Cruz Roja, reunida en Ginebra del 30 de marzo al 7 de abril de 1921. La Conferencia aceptó
sin dudar las propuestas del CICR y solicitó, particularmente, " la prohibición absoluta del
empleo de gas como medio de combate, ya sea que se lo emplee en nubes, mediante
proyectiles o de alguna otra manera " [13 ] . El CICR prosiguió su labor con miras a prohibir
Más tarde, la Conferencia para el control del comercio internacional de armas, municiones y
aprobación del Protocolo sobre la prohibición del uso en la guerra, de gases asfixiantes,
CICR no participó directamente en esta última etapa de la negociación [15 ] . No hay duda,
El CICR retomó sus iniciativas para lograr el desarrollo de normas sobre la conducción de
Diplomática de 1949 había actualizado por completo, y el derecho de La Haya, que había
había dejado, en 1907. Diez años después de la destrucción de Coventry, cinco años después
de Hiroshima, las normas relativas a los bombardeos aéreos todavía databan de la época de
En un llamamiento del 5 de abril de 1950, titulado Armas atómicas y armas ciegas , el CICR
hacía notar que las normas del derecho de la guerra eran de la competencia de las
Potencias y que no estaba facultado para examinar los problemas que planteaba su
desarrollo. Observaba, sin embargo, que no era posible proporcionar ninguna protección
contra la bomba atómica en el radio de acción de esa arma, dado que implicaba una
fundamentales del derecho humanitario. " Con las bombas atómicas, con las armas ciegas,
toda distinción se vuelve imposible " . Ubicándose luego en la intersección entre el derecho
de La Haya y el derecho de Ginebra, el CICR preguntaba: " ¿Cómo podrían estas armas
evitar los hospitales, los campos de prisioneros de guerra, la población civil? Conducen, lisa
y llanamente, a la exterminación " . Además, subrayaba que la bomba atómica causa a sus
víctimas sufrimientos " desproporcionados en relación con las necesidades tácticas, ya que
muchas víctimas fallecen a causa de las quemaduras, tras semanas de agonía " . En
conclusión, el CICR solicitaba a los Gobiernos que acababan de firmar los Convenios de
Ginebra de 1949 que, " como complemento natural de esos Convenios (...) " hicieran todo lo
posible para lograr un acuerdo sobre la prohibición de la bomba atómica y de las armas
y de las otras víctimas de la guerra contra los peligros de la guerra aérea y el empleo de
principio de inmunidad de la población civil contra los efectos de la guerra, tantas veces
( target area bombing ), así como las armas cuya acción nociva, particularmente la
salirse del control de quienes las empleaban y poner en peligro a la población civil.
reunida en Nueva Delhi, los meses de octubre y noviembre de 1957. La cuestión relativa a la
prohibición de las armas atómicas fue central en los debates. Las delegaciones de la Unión
Soviética y de sus aliados criticaban la falta de audacia del proyecto del CICR y reclamaban
la prohibición lisa y llana de las armas nucleares y termonucleares. Los occidentales, por su
parte, denunciaban que era ilusoria una prohibición del empleo de tales armas, si no se la
solicitó al Comité Internacional de la Cruz Roja que remitiera el proyecto a los Gobiernos, a
Pasaron diez años antes de que el CICR se decidiera a considerar de nuevo la cuestión. A
partir de 1969, inició las consultas que conducirían a la aprobación, el 8 de junio de 1977, d
e los dos Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, que actualizaron una parte
Los Estatutos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja,
Haya por lo que respecta al reconocimiento de la competencia del CICR en el desarrollo del
Hasta la Primera Guerra Mundial, el CICR no se consideraba facultado para velar por el
respeto del Convenio de Ginebra [25 ] . Al comienzo de esa guerra, alarmado por las
Haya sobre la protección de los prisioneros de guerra y por las represalias que originaban
esas recriminaciones, el CICR se preocupó por ejercer algún tipo de control acerca del
respeto de las disposiciones del Convenio . Así pues, durante el primer otoño y el primer
actualmente sigue utilizando: establecimiento de listas con los nombres de los prisioneros
desaparecidos; visitas a los centros de detención; entrevistas sin testigos con los reclusos;
No cabe recordar aquí la importancia que tuvieron estas actividades en el transcurso de las
dos guerras mundiales, que favorecerían el reconocimiento del papel del CICR en
Durante la Primera Guerra Mundial, el CICR también efectuó las primeras gestiones para
audaz de esas intervenciones fue, sin duda, el llamamiento contra el empleo de gases
venenosos, del 6 de febrero de 1918 [27 ] . Esa intervención situaba claramente al CICR en
de proteger a los soldados sanos contra un método de guerra prohibido por el Reglamento
de La Haya.
diciembre de 1943, relativos a los bombardeos aéreos [28 ] , sus comunicados del 31 de
enero y del 2 de junio de 1967 relativos al empleo de gas de combate en Yemen [29 ] , sus
Sin embargo, es necesario observar que la práctica del CICR en relación con la denuncia de
efectuado con el mismo rigor. Así, a pesar de los bombardeos norteamericanos cada vez más
consecuencia inevitable del recurso a los bombardeos sistemáticos a gran altitud desde
mediante gestiones confidenciales [31 ] . Sólo en julio de 1972 el CICR hizo su primera
gestión formal ante el Gobierno de Estados Unidos por el tema de los bombardeos aéreos
[32 ] , y apenas en diciembre de 1972, después de una nueva escalada de los bombardeos,
se decidió, por primera vez, a tomar posición públicamente [33 ] . Pero, en ese entonces la
durante la guerra civil en Yemen [34 ] , pero se abstuvo de hacerlo en el caso de la guerra
entre Irán e Irak, aun cuando existen razones para pensar que el empleo de armas químicas
fue mucho mayor, y causó muchas más víctimas, en este último conflicto [35 ] .
En cambio, desde el fin de la guerra fría, el CICR ha seguido de cerca, y de manera mucho
más metódica, las cuestiones relativas al respeto del derecho de la conducción de las
protección de la población civil contra los efectos de las hostilidades. Mediante gestiones
que, en su mayoría, se efectuaron en forma confidencial, el CICR intervi no ante los Estados
correspondientes para señalarles las violaciones de las normas del derecho de la conducción
de las hostilidades, de las que sus delegados habían tenido conocimiento o de las que habían
sido testigos.
Sea como fuere, mediante una práctica de más de 80 años, aceptada por los miembros de la
por el respeto del derecho de la conducción de las hostilidades. Dicha práctica está
obliga al CICR a " asumir las tareas que se le reconocen en los Convenios de Ginebra,
trabajar por la fiel aplicación del derecho internacional humanitario aplicable en los
conflictos armados y recibir las quejas relativas a las violaciones alegadas contra dicho
derecho " .
podía cumplir su cometido en relación con los Convenios de Ginebra y, al tiempo, negarse a
alegando que, por su negativa a condenar los bombardeos norteamericanos [36 ] , el Comité
El fracaso en Vietnam enseña una lección que no se limita a ese conflicto, a saber, que el
protección de los heridos y de los servicios sanitarios, de los hospitales, de los prisioneros o
de las víctimas civiles de la guerra, si no se respetan las normas sobre la conducción de las
Ginebra, únicamente, cerr ando los ojos a las violaciones del derecho de La Haya.
Sin embargo, aunque el CICR debe preocuparse por el respeto tanto del derecho de La
Haya como del derecho de Ginebra, es necesario observar que en el caso del derecho de La
Si bien a menudo puede evaluar las consecuencias, sobre todo mediante sus
actividades médicas, por lo general, sólo tiene conocimiento de los hechos mismos
de las normas que protegen a los heridos, los enfermos, los prisioneros de guerra o
su facultad para ocuparse del respeto y del desarrollo del de recho de La Haya, en
particular cuando cuestiona desarrollos tecnológicos o armas que sólo esos Estados
aprobadas por unanimidad o por consenso [39 ] . Por lo tanto, la competencia del
frecuentemente, con más dificultades que las que encuentra el derecho de Ginebra,
tales como las intenciones del comandante militar al que se imputan ciertos
militar prevista en el marco de una operación dada y las pérdidas y los daños que
formación que les permita conocer suficientemente las normas y los mecanismos
del derecho de la conducción de las hostilidades, lo que limita sus posibilidades
Estas dificultades, reales, no deben servir como pretexto para no hacer nada, sino que, por
el contrario, deben inducir al CICR a prepararse mejor para seguir de cerca las cuestiones
de su competencia y para dotarse de los medios necesarios para velar por el respeto de las
normas relativas a la conducción de las hostilidades, del mismo modo que lo hace para las
normas relativas a la protección de las personas en poder del adversario, según el derecho y
las responsabilidades que tiene en virtud del cometido que la comunidad internacional le ha
asignado.
Conclusiones
Convenios de Ginebra, que actualizaron las normas del derecho de la conducción de las
Las modalidades de aplicación de esas dos ramas, en cambio, son tan diferentes, como las
posibilidades de acción de que dispone el CICR para velar por el respeto de las normas que
Estas diferencias, sin embargo, no deben ocultar el hecho de que ambas ramas del derecho
Notas
1. " La expresión derecho de Ginebra se utiliza con bastante frecuencia en la doctrina para
designar las normas de derecho humanitario que establecen el derecho de las víctimas a la
protección; y la expresión derecho de La Haya , para designar las normas de derecho
humanitario que rigen la conducción de las hostilidades. Esta distinción es hoy un poco
artificial, dado que los Protocolos contienen normas de los dos tipos " . Y.Sandoz, C.
adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, Tomo I, pág. 28, 2000.
" , RICR n° 674, febrero de 1975, pp. 71-96; Roger Durand, " Les prisonniers de guerre aux
temps héroiques de la Croix-Rouge " , in Roger Durand (ed.), De l´utopie à la réalité, Actes
du Colloque Henry Dunant (Ginebra, 1985), Sociedad Henry Dunant, Ginebra, 1988, pp.
225-297.
4. Desde un punto de vista filosófico, se podría argumentar que toda distinción resulta de
que se establezca. También se puede distinguir entre una distinción real y una distinción
8. Estatuto del Tribunal Militar Internacional, anexo al Acuerdo para el juicio y el castigo de
los principales criminales de guerra del Eje europeo, firmado en Londres el 8 de agosto de
9. Véase también Éric David, Principes de droit des conflits armés, segunda edición,
10. Licitud de la amenaza o del empleo de armas nucleares, Opinión consultiva del 8 de julio
11. Por lo que sabemos, el CICR no fue invitado a participar en la Conferencia de San
Petersburgo de 1868, ni a las Conferencias de la Paz de 1899 y 1907. Sin embargo, Édouard
Odier, miembro del CICR, participó en la primera Conferencia de la Paz en calidad de
12. Limitation de la guerre , carta del CICR a la Asamblea de la Sociedad de las Naciones,
Archivos del CICR, expediente B CR 82, reproducida en RICR , n° 24, diciembre de 1920,
pp. 1348-1349.
13. Resolución 12, X Conferencia Internacional de la Cruz Roja, Ginebra, 1921, Informe del
14. Carta de Gustave Ador a Charles Evans Hughes, secretario de Estado de Estados
Unidos, 16 de febrero de 1922, reproducida enRICR, n° 38, febrero de 1922, pp. 161-162.
15. Protocole de 1925 , Nota del expediente d e Isabelle Vonèche Cardia del 26 de abril de
16. " ... el CICR dirigió, en 1917, el movimiento de opinión que culminó con la firma del
Protocolo del 17 de junio de 1925, denominado Protocolo de Ginebra, que prohibía el uso de
armas químicas y bacteriológicas " , André Durand, Historia del Comité Internacional de la
Científica del Instituto Henry Dunant, 1998, p. 223; véase también pp.71-77.
armas nucleares.
18. Armes atomiques et armes aveugles (Armas atómicas y armas ciegas), Llamamiento a
las Altas Partes Contratantes de los Convenios de Ginebra para la protección de las víctimas
de la guerra, 5 de abril de 1950, RICR , n° 376, abril de 1950, pp. 251-255. Cabe señalar
que el CICR ya había planteado la cuestión de una prohibición eventual de las armas
después de Hiroshima: " La fin des hostilités et les tâches futures de la Croix-Rouge " (El fin
21. Resolución XIII, XIX Conferencia Internacional de la Cruz Roja, Nueva Delhi, 1957,
Informe, p. 170; IXI Conferencia Internacional de la Cruz Roja, Actes concernant le Projet
de règles limitant les risques courus par la population civil en temps de guerre(Actas sobre
el Proyecto de normas para limitar los riesgos que corre la población civil en tiempo de
Lugano, 1976).
23. Louis Maresca, Stuart Malsen (eds), The Banning of Anti-Personnel Landmines: The
Legal Contribution of the International Committee of the Red Cross, Cambridge University
Luna Roja , aprobados por la XXV Conferencia Internacional de la Cruz Roja (Ginebra,
25. " Algunos creyeron, erróneamente, que el Comité Internacional estaba facultado para
imponer a los beligerantes el respeto del Convenio de Ginebra. Nuestra iniciativa para la
aprobación de este tratado, nuestra participacion activa en las tareas de redacción, pueden
explicar hasta cierto punto la existencia de tal prejuicio, pero nuestro deber es combatirlo y
recordar que no tenemos ningún control jurídico sobre la conducción de los ejércitos en
campaña. Dado que el Convenio es un acuerdo bilateral, la parte que se ve damnificada por
la inobservancia de dicho acuerdo debe recordar sus compromisos a la otra parte y luego
hacerla saber a la opinión pública, que es la única jurisdicción a la que pertenece " , in " Les
Sociétés de secours pendant la guerre de 1870 " (Las Sociedades de Socorro durante la
guerra de 1870), Bulletin international des Sociétés de secours aux militaires blessés, N° 5,
Asimismo, el CICR escribía unos treinta años después: " En 1877, se solicitó
ruso-turca, a fin de seguir de cerca la aplicación del Convenio por los beligerantes; pero el
CICR se negó rotundamente, pues consideraba que sólo los Estados contratantes tenían
derecho a ejercer un control de ese tipo y, si fuera necesario, a hacer las observaciones
pertinentes a quien las mereciera. Por cierto, era un honor para el CICR que se le
atribuyera tanto prestigio como para que sus delegados pudieran realizar una encuesta de
esa envergadura, pero el Comité mismo no compartía esa ilusión " , in " La part du Comité
Ginebra), ibid ., n° 123, julio de 1900, pp. 136-147 y n° 124, octubre de 1900, p. 217.
26. Op.cit. (nota 16), pp. 25-105, y François Bugnion, Le Comité International de la Croix-
Rouge et la protection des victimes de la guerre (El Comité Internacional de la Cruz Roja y
la protección de las víctimas de la guerra) , segunda edición, CICR, Ginebra, 2000, pp. 88-
129; François Bugnion, " La p rotection des prisonniers de guerre " (La protección de los
prisioneros de guerra), Roger Durand (ed), Gustave Ador, 58 ans d´engagement politique et
28. RICR, n° 234, junio de 1938, pp. 555-556; n° 256, abril de 1940, pp. 321-328; n° 258,
junio de 1940, pp. 483-484; n° 296, agosto de 1943, p. 607; n° 301, enero de 1944, pp. 1-2.
30. CICR, Comunicados n° 1479, 1489, 1506, 1530, 1532, 1533 y 1563.
international de la Croix-Rouge dans la guerre du Viet Nam, (La Cruz Roja y la Revolución
32. Nota verbal del CICR a la Misión Permanente de Estados Unidos, 17 de julio de 1972,
Archivos del CICR, expediente 202 (69) III. Aunque la gestión se hizo en forma confidencial,
incluido ninguna referencia a los motivos que habían provocado la intervención en Vietnam,
es decir la invasión de Vietnam del Sur por el ejército de Vietnam del Norte. Véase el Acta
de la entrevista entre Pierre Micheli y el embajador Rimestad, 20 de julio de 1972, Archivos
del CICR, expediente 202 (69) III, y el Informe de Actividad del CICR 1972, p. 41.
33. Llamamiento del 29 de diciembre de 1972, Archivos del CICR, expediente 202 (69) I a,
34. CICR, Comunicados n° 824 y 829 del 31 de enero y del 2 de junio de 1967
respectivamente.
35. Frits Kalshoven, " Prohibitions or restrictions on the use of methods and means of
guerra " ), Ige F. Dekker, Harry H.G. Post (eds), The Gulf War of 1980-1988: The Iran-Irak
37. Por lo demás, los hechos mismos no son necesariamente suficientes para determinar si
se violaron las normas del derecho de la conducción de las hostilidades. Para poder efectuar
38. Por cierto, la solución no consiste en actuar clandestinamente, actitud que las normas
de funcionamiento del CICR prohíben y que sólo aumentaría la sospecha, sino en guardar
prudencia y reserva, sobre todo cuando los riesgos son mayores. Conviene renunciar a
recoger ciertas informaciones o a verificar ciertos hechos, antes que ponerse en peligro o
hacer correr riesgos a colegas o a personas pro tegidas. Por lo demás, el papel del CICR no
es investigar sobre eventuales violaciones del derecho, sino transmitir las quejas o las
denuncias que recibe ante las autoridades pertinentes, las que, según del derecho
humanitario, deben efectuar las investigaciones necesarias para establecer los hechos. Un
delegado que creyera poder actuar en forma clandestina siempre estaría a merced de una
39. XII Conferencia Internacional de la Cruz Roja (Ginebra, 1925), resolución 5; XIII
Conferencia (La Haya, 1928), resolución 5; XIV Conferencia (Bruselas, 1930), resolución 5;
XV Conferencia (Tokio, 1934), resolución 36; XIX Conferencia (Nueva Delhi, 1957),
resolución 13; XX Conferencia (Viena, 1965), resolución 28; XXI Conferencia (Estambul,
1969), resoluciones 13 y 14; XXII Conferencia (Teherán, 1973), resolución 14; XXIII
Conferencia (Bucarest, 1977), resolución 12; XXIV Conferencia (Manila, 1981), resolución 9;