OTTO KERNBERG Revisión

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Otto Kernberg

Integrantes: Monserrat Astete, Martina Alvarado, Geraldinne Erices, Estefanía


Grant, Scarleth Venegas.
Actividad Curricular: Enfoque Psicoanalítico.
Docente: Claudia Fahrenkrog Reyes.
Biografía

Otto Kernberg nació en Viena el año 1928, originario de una familia judía, lo cual les trajo
problemas en aquellos años debido a la persecución realizada por el régimen totalitario establecido
por Hitler en la 2da guerra mundial. Debido a esto se vieron acorralados a huir y buscar refugio
como exiliados en Chile (Nos, 2011).

Kernberg consumó la carrera de Medicina en la capital, además de esto también se formó


en el psicoanálisis dentro del Instituto de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis, en donde el
fundador de esta, Ignacio Matte-Blanco, tenía inclinación a las teorías kleinianas, la psicología del
yo, la psiquiatría alemana, la fenomenología y el análisis existencial, todo esto debido a la
formación que recibió Ignacio en Londres (Nos, 2011).

Otto se vio influenciado por este, adquiriendo grandes conocimientos sobre la psicología
del yo clasica, y del modelo de Melanie Klein, el cual fue adquiriendo fuerza en Chile gracias al
Psicoanálisis Argentino (Nos, 2011)

Además de las 2 perspectivas teóricas mencionadas en el párrafo anterior, Otto pudo


contrastarlas con la Escuela Interpersonal Norteamericana de H.S Sullivan, viéndose interesado
por las ideas de Frieda Fromm-Reichmann sobre el tratamiento de psicóticos y pacientes graves
(Nos, 2011).

En la Universidad John Hopkins, donde fue becado por la Fundación Rockefeller, Otto se
familiariza con las técnicas de psicoterapia psicoanalítica de Frieda y otros autores de esa
orientación teórica. Durante el año que se mantuvo ahí pudo visitar otros hospitales de tratamiento
psicoanalítico de gran renombre en EEUU, donde tuvo acceso a contactar con autores tales como
Erikson, Wallerstein y Baltimore (Nos, 2011).

Después de esto Otto volvió a Chile. A principio de los 60´s recibió una oferta para
participar en un proyecto de Wallerstein, sobre la eficacia y las indicaciones del psicoanálisis y la
psicoterapia psicoanalítica en diferentes tipos de pacientes, realizado en The Menninger
Foundation Psychotherapy Research Project, Kansas (Nos, 2011).

Durante este periodo, Kernberg estudió, elaboró e integró varias ideas desarrolladas por
autores de diferentes corrientes teóricas, comparándolas con la psicología del yo, los modelos de
relaciones de objeto interno y de desarrollo temprano. Al basarse en estos modelos desarrolló el
concepto de organización borderline de la personalidad (Nos, 2011).

En este concepto logra describir características sobre las estructuras comunes y el origen
genético-dinámico en el espectro clínico de pacientes con trastornos graves de personalidad y de
nivel intermedio entre neurosis y psicosis. Además de diferenciar estructuralmente las formas y
grados de la patología narcisista, incluyendo el narcisismo infantil normal, hasta la personalidad
narcisista (Nos, 2011).

En 1973, Kernberg se mudó a Nueva York, donde fue nombrado director de la Universidad
de Pacientes Graves del Instituto de Psiquiatría y analista docente en el Instituto Psicoanalítico de
la Universidad de Columbia. En aquella época, a finales de los años 1970, Otto ya impartía
seminarios sobre el modelo kleiniano en el instituto de la Universidad de Columbia (Nos, 2011).

Desde 1976, Otto es profesor de Psiquiatría de la Universidad Cornell de Nueva York y


director del Instituto de Trastornos de la Personalidad del New York-Presbyterian Hospital,
Westchester Division (Nos, 2011).

A lo largo de las últimas décadas, Kernberg ha publicado numerosos artículos, algunos de


los cuales se han convertido en clásicos de la literatura psicoanalítica, en los que desarrolló diversas
áreas teóricas y técnicas (Nos, 2011).
Obras

“Trastornos graves de personalidad” Publicado por Manual Moderno en México en 1992:


Ofrece un enfoque integral para diagnosticar y tratar casos difíciles, como los trastornos límite y
las estructuras narcisistas. Detalla técnicas diagnósticas y terapéuticas, abordando problemas
específicos como el manejo de pacientes no responsivos y difíciles, y proporciona un modelo de
tratamiento hospitalario adaptado a estas condiciones.

“Relaciones amorosas” Publicado por Editorial Paidós en Buenos Aires en 1997:


Examina las interacciones emocionales conscientes e inconscientes de los miembros de la pareja
y las interacciones del superyó, activadas inconscientemente, y sugiere que la pareja establece un
yo ideal, que desempeña un importante papel en el éxito de la relación.

“La agresión en las perversiones y en los desórdenes de la personalidad” Publicado por


Editorial Paidós en Buenos Aires en 1997: Se investiga el papel de la agresión en trastornos graves
de la personalidad y en la sexualidad, y se fusionan avances recientes de la teoría psicoanalítica
con descubrimientos obtenidos en la terapia de pacientes con regresión severa.

“La teoría de las relaciones objetales y el psicoanálisis clínico” Publicado por Editorial
Paidós en México en 1998: Desarrolla su perspectiva de un modelo estructural de la mente
centrado en la internalización de las relaciones objetales.

“Ideología, conflicto y liderazgo en grupos y organizaciones” Publicado por Editorial


Paidós en Barcelona en 1999: Destaca cómo la interacción de impulsos libidinales y agresivos
puede manifestarse en grupos y organizaciones, ofreciendo perspectivas para resolver conflictos y
lograr cambios efectivos. Analiza procesos regresivos en grupos, liderazgo institucional y
fundamentos racionales para proteger a las organizaciones. Aplica su modelo a terapia de grupo,
comunidades terapéuticas y problemas en organizaciones psicoanalíticas, y extiende su marco
teórico a la psicología social.

“Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico”. Publicado por Editorial Paidós en


Barcelona en 2001: Habla sobre el estudio de los trastornos de la personalidad borderline y la
patología narcisista.

“Agresividad, narcisismo y autodestrucción en la relación psicoterapéutica” Publicado


por Manual Moderno en México en 2005: Destaca los avances más significativos en psicoterapia
psicoanalítica. Centrándose en la etiología, psicopatología y tratamiento de trastornos graves de la
personalidad, Kernberg explora cómo los procesos de transferencia y contratransferencia, así como
las relaciones objetales internalizadas, influyen en la expresión de la agresividad, el narcisismo y
la autodestrucción en los pacientes.
“Controversias contemporáneas de las teorías psicoanalíticas, sus técnicas y
aplicaciones”. Publicado por Manual Moderno en México en 2007: Explora desarrollos
contemporáneos del psicoanálisis, incluyendo la visión actual sobre la homosexualidad y la
bisexualidad, así como la aplicación del psicoanálisis fuera del ámbito clínico. También aborda
temas como la investigación psicoanalítica, la validación de intervenciones clínicas y los desafíos
en la educación psicoanalítica. Kernberg destaca la relevancia continua de la teoría de las
relaciones objetales y su compatibilidad con el psicoanálisis contemporáneo.
Teoría de las relaciones objetales

Otto Kernberg es uno de los principales exponentes de la teoría de las relaciones objetales,
basándose en los desarrollos conceptuales de Melanie Klein, Fairbairn, Jacobson y Margaret
Mahler. Esta teoría psicoanalítica estudia la naturaleza y el origen de las relaciones interpersonales,
así como la estructura intrapsíquica derivada de las relaciones internalizadas del pasado, las cuales
se modifican y reactivan en el contexto de las relaciones interpersonales presentes.

La teoría explica cómo adquirimos y desarrollamos representaciones de nosotros mismos


y del mundo externo, enfatizando los objetos humanos significativos a través de la internalización
de aspectos perceptivos. Este desarrollo se divide en varias etapas comunes para todos los seres
humanos:

1. Primera etapa: "Autismo" normal: Desde el nacimiento hasta el primer mes de vida, el bebé
no diferencia entre sí mismo y el mundo externo, crucial para establecer una relación
simbiótica con la madre. Problemas en esta etapa pueden llevar a trastornos como la
psicosis autista.

2. Segunda etapa: "Simbiosis" normal: Desde el segundo hasta el octavo mes, el bebé
desarrolla una imagen placentera de sí mismo y del objeto (generalmente la madre),
fundamental para el desarrollo del yo. Dificultades en este proceso pueden resultar en
problemas para distinguir entre el sí mismo y los objetos, predisponiendo a la psicosis
simbiótica infantil o esquizofrenia.

3. Tercera etapa: Diferenciación: A partir de los ocho meses, el bebé comienza a diferenciar
entre imágenes “buenas” (agradables) y “malas” (desagradables) de sí mismo y de los
objetos. Esta etapa concluye con la integración de estas imágenes en una concepción total
del sí mismo y de los objetos. Dificultades en la integración pueden dar lugar a
personalidades fronterizas, caracterizadas por la alternancia entre estados emocionales
opuestos.

4. Cuarta etapa: Integración: Desde el tercer año y durante la fase edípica, el niño integra las
representaciones libidinales (afectuosas) y agresivas de sí mismo y de los objetos,
formando las estructuras intrapsíquicas del yo, superyó y ello. Problemas en esta etapa
pueden llevar a neurosis o trastornos de personalidad como la histérica u obsesivo-
compulsiva.

5. Quinta etapa: Consolidación: Desde la edad de 5 a 6 años, en esta etapa final, el niño logra
una integración completa del yo y el superyó, estableciendo la estructura tripartita del
aparato psíquico (ello, yo y superyó). Esto permite una mejor correlación entre la
percepción del sí mismo y la realidad. Los objetos internos integrados facilitan una
apreciación más realista de los demás y mayor capacidad para manejar experiencias de
pérdida, soledad o fracasos.

La teoría de las relaciones objetales, Kernberg proporciona un marco integral para entender
cómo las primeras interacciones con figuras significativas, especialmente la madre, moldean no
sólo nuestras percepciones internas de nosotros mismos y los demás, sino también nuestras
habilidades para establecer relaciones saludables y adaptarnos a las demandas del entorno. A través
de estas etapas, desde la indiferenciación inicial hasta la integración final, se delinean los procesos
cruciales que subyacen a la formación del yo y la estructura psíquica, fundamentales para el
desarrollo emocional y el bienestar psicológico a lo largo de la vida.
Organización Estructural de la Personalidad

Otto Kernberg a partir de una perspectiva psicoanalítica, desarrolla el diagnóstico


estructural en busca la comprensión de las características estructurales intrapsíquicas de las
personas. Desde Freud en 1923 al concepto de estructuras mentales se ha anunciado a la división
de la psique del yo, superyó y ello.

“En forma reciente he usado el término de análisis estructural para describir la


relación entre las derivaciones estructurales de las relaciones objetales interiorizadas
(1976) y los diversos niveles de organización del funcionamiento mental” (pp. 3). Es así
como Kernberg menciona “desde mi punto de vista, las relaciones objetales interiorizadas
constituyen subestructuras del yo, que son, a su vez, ordenadas jerárquicamente” (pp.3).

La internalización es fruto de un proceso que comprende la introyección, la identificación


y la formación de la identidad del Yo. Toda relación objetal internalizada comprende tres
elementos: una representación de sí mismo, una representación del objeto y la disposición afectiva
que “colorea” la relación entre la representación de sí mismo y la representación del objeto.

Así describe Kernberg en 1980: “La identidad nace de la identificación con la relación con
un objeto antes que con el objeto mismo” (Vittigni, 2010, pp.3)

Es decir, estas representaciones interiores, de la infancia en adelante se desarrollan y se


elaboran en el Yo, luego de la introyección de las relaciones entre Yo y mundo externo. Gracias a
la elaboración interior de los modelos relacionales adquiridos, la estructura del Yo se desarrolla,
se diferencia, se organiza progresivamente.

Por lo tanto, organizarse siempre mejor significa internalizar modelos relacionales


(cognitivos-afectivos conductuales), siempre mejores y más precisos, modelos relacionales
con los otros y con los objetos del mundo externo, hasta el punto de llegar a reconocer al
objeto en su independencia (como entidad autónoma en su existir y actuar), y en su
totalidad (como entidad compuesta de elementos buenos y malos, agradables y
desagradables, fuertes y débiles, todos formando parte de un mismo y único objeto).
(Vittigni, 2010, pp.3)

Esta capacidad de mantener unidos aspectos diversos, pero todos pertenecientes al mismo
objeto, es un presupuesto para que el Yo llegue a una relación totalmente satisfactoria consigo
mismo y con la realidad circundante.

En oposición, cuando la capacidad de percibir y de reaccionar a los objetos totales se ve


reducida, el sujeto se detiene en “objetos parciales” y, por tanto en organizaciones menos
evolucionadas (comprendido el propio Yo). El sujeto selecciona solamente los aspectos agradables
o, a la inversa, solamente aquellos desagradables (por ejemplo, una persona sabe captar solamente
el aspecto sexual, o de simpatía, inteligencia...) y desvaloriza los opuestos o hasta llegar a no
verlos.

Kernberg es su obra “Trastornos Graves de la Personalidad: Estrategias psicoterapéuticas”


hace mención hacia el análisis estructural también se refiere al análisis de la organización
permanente del contenido de los conflictos inconscientes (ICC), particularmente el complejo de
Edipo como un rasgo organizacional de la mente, a partir de su dinamismo incorporando consigo
experiencias tempranas y organizaciones de impulso.

A través de sus teorías, se puede advertir cómo los niveles de organización de la


personalidad y su diagnóstico son un hilo conductor subyacente caracterizado por una actitud de
búsqueda conciliadora entre la psiquiatría y el psicoanálisis.

Las estructuras desde un punto de vista psicoanalítico, son configuraciones o modos de


organización relativamente estable o duradera de los procesos mentales.

La organización estructural de la personalidad es entonces un ordenamiento


interno, que tanto puede ser normal como patológico, que se configura como un modo
permanente y profundo de resolver las situaciones conflictivas a las cuales está siempre
expuesto el psiquismo. Kernberg distingue tres organizaciones estructurales amplias:
neurótica, límite (borderline) y psicótica. Asimismo estas se reflejan en las características
predominantes del paciente, particularmente respecto a (1) su grado de integración de la
identidad, (2) lo tipos de operaciones defensivas que habitualmente emplea, y (3) su
capacidad para la prueba de realidad. ( p. 3)

Kernberg establece los siguientes criterios para la clasificación propuesta y su evaluación


clínica:

Identidad del yo: Organización global de las identificaciones e introyecciones bajo la guía
de la función sintética del yo. Es característica de la organización de personalidad de tipo
Neurótico. Implica, la consolidación de las estructuras del yo con la sensación de continuidad del
self, la concepción global y consistente del “mundo de los objetos” derivada de la imagen objetal
de las introyecciones e identificaciones con consistencia de las interacciones interpersonales
propias, y el reconocimiento de esta consistencia en las interacciones por parte del contexto y
percepción del sujeto de este reconocimiento, consiste en la presencia de un concepto integrado
del Yo a través del tiempo (presente- pasado y futuro) y de situaciones diferentes, un concepto
integrado de personas importante, significativas en su vida. La ausencia de la identidad del Yo se
llama síndrome de difusión de identidad y significa la pérdida o ausencia de integración del
concepto de sí mismo y del concepto de integración de personas significativas.

Juicio de Realidad: Consiste en la capacidad de diferenciar el yo del no-yo, diferenciar el


origen intrapsíquico de ciertas percepciones del origen externo de los estímulos (por ejemplo,
diferenciar fantasías de percepción), mantener empatía con criterios sociales comunes a la realidad
contextual, o sea, con criterios de realidad socialmente aceptados en una cultura. Predominio de
mecanismos de defensas primitivas: tienden a aparecer en conjunto, en constelaciones específicas.

Mecanismos de defensa: Estrategias que se utilizan para afrontar las complejidades de la


realidad (externa y psíquica), y que usan el concepto de “defensa” para (1) evitar o afrontar
sentimientos y/o angustias que pueden ser intolerables, como la vergüenza, la pérdida, la envidia,
etc., y (2) para sostener la autoestima frente a las complejidades que se van afrontando durante
situaciones específicas.

Es así cómo se caracterizan las estructuras de la siguiente manera:

En la organización neurótica de la personalidad la identidad se conservará integrada, las


representaciones del sí mismo y de los objetos se encontrarán precisamente delimitadas,
implicando que se puedan tolerar imágenes contradictorias del sí mismo y de los demás integradas
en concepciones comprensivas. Por otra parte, la prueba de realidad se preservará, permitiendo la
diferenciación del sí mismo y del no sí mismo (yo/ no yo), y lo intrapsíquico de los orígenes
externos de las percepciones y estímulos. Habrá capacidad por parte de la persona para evaluarse
a sí mismo y a los demás en forma realista y con profundidad. Los mecanismos de defensa
protegerán al paciente del conflicto intrapsíquico, las operaciones defensivas serán de alto (buen)
nivel, predominará por mecanismos tales como la represión que es la operación por medio de la
cual el sujeto intenta rechazar o mantener en el inconsciente representaciones (pensamientos,
imágenes, recuerdos) ligados a una pulsión. Se produce en aquellos casos en que la satisfacción de
la pulsión ofrecería el peligro de provocar displacer en virtud de otras exigencias, así como también
la formación reactiva es la actitud psicológica opuesta a un deseo reprimido (pudor que se opone
a tendencias exhibicionistas, por ejemplo). La intelectualización, en donde la persona para
controlar sus conflictos y emociones da un discurso racional. La Racionalización, donde la persona
da coherencia y lógica a actitudes, pensamientos, actos, cuyos motivos reales no percibe
(Kernberg, 1987).

A diferencia en la estructura límite de la personalidad, las representaciones del sí mismo y de


los objetos se encontrarán precisamente delimitadas pero se producirán ciertas fallas que
producirán problemas de difusión de la identidad, donde los aspectos contradictorios del sí mismo
y de los demás resultarán pobremente integrados. La capacidad de la prueba de realidad se
preservará, aunque se producirán alteraciones en relación con la realidad y en los sentimientos de
realidad. (Kernberg, 1987)

En la organización psicótica se producirán groseros fenómenos de difusión de la identidad


apareciendo aspectos contradictorios del sí mismo y de los demás pobremente integrados y
mantenidos aparte; las representaciones del sí mismo y de los objetos estarán delimitados
pobremente, o de otro modo emergerá una identidad de delirio. Ocurrirán alteraciones en relación
con la realidad y en los sentimientos de realidad, la capacidad de prueba de realidad se perderá.
Las defensas de bajo nivel protegerán al paciente de la desintegración y de la fusión del sí
mismo/objeto, presentando idealización primitiva, identificación proyectiva, negación,
omnipotencia, devaluación, etc. (Kernberg, 1987; Gomberoff, 1999)

(Vittigni, 2010, p.4)

Estos criterios estructurales pueden complementar las descripciones ordinarias de conducta o


fenomenológicas de los pacientes y aumentar la precisión del diagnóstico diferencial de la
enfermedad mental, en especial en casos difíciles de clasificar.

Finalmente, se puede observar que Otto Kernberg establece su obra sobre la base de la
psiquiatría dinámica, un enfoque en el que predominan los objetivos de la psiquiatría como
disciplina, pero cuya perspectiva es enriquecida por los desarrollos del psicoanálisis freudianos y
kleinianos principalmente.
La entrevista estructural como método de diagnóstico.

En colaboración con S. Bauer, R. Blumenthal, A. Carr, E. Goldstein, H. Hunt, L. Pessar, y M.


Stone, he desarrollado lo que Blumenthal (comunicación personal) ha sugerido se llame una
"entrevista estructural" para destacar las características estructurales de los tres principales tipos
de organización de la personalidad. Esta, se centra en los síntomas, conflictos o dificultades que
presenta el paciente, y los modos particulares en que los refleja en la interacción de aquí y ahora
con el entrevistador.

Otto F. Kernberg afirma que asume que la concentración del entrevistador sobre los principales
conflictos del paciente creará suficiente tensión, de modo que surja la organización "estructural" y
defensiva del funcionamiento mental del paciente. Al destacar estas operaciones defensivas en la
entrevista, obtenemos datos que nos permiten clasificarlo en una de las tres estructuras de
personalidad con base en el grado de integración de identidad (la integración del sí mismo y las
representaciones objetales), en el tipo de operaciones defensivas predominantes, y la capacidad de
prueba de realidad. (p.5)

Es así como, Kernberg combina el examen tradicional del estado mental, con una entrevista
orientada psicoanalíticamente que se centra en la interacción paciente-terapeuta y en la
clarificación, confrontación e interpretación de los conflictos de identidad, mecanismos defensivos
y distorsión de la realidad, que el paciente revela en esta interacción, particularmente al expresar
estos elementos identificables de la transferencia.

Determina que la clarificación es el primer paso cognoscitivo en el que lo que el paciente dice
se discute en una forma no cuestionadora para traer a flote todas sus implicaciones y descubrir el
grado de su entendimiento o confusión respecto a lo que permanece poco claro, esto en función de
evocar material consciente y preconsciente sin imponer un reto al paciente. Siendo de esta manera,
él mismo quien nos clarifica su conducta y experiencia intrapsíquica, guiándonos así a los límites
presentes de su autoconocimiento consciente y preconsciente.

Añade la confrontación como segundo paso en el proceso de la entrevista, presenta al paciente


las áreas de información que parecen contradictorias o incongruentes. La confrontación significa
señalar al paciente aquellos aspectos de la interacción que parecen indicar la presencia de un
funcionamiento conflictivo y, por implicación, la presencia de operaciones defensivas,
representaciones contradictorias del sí mismo y de los objetos, y una reducida conciencia de
realidad.

Esta técnica de entrevista, así definida, requiere tacto y paciencia; no es una forma agresiva de
inmiscuirse en la mente del paciente ni una maniobra para polarizar la relación con él.

La interpretación, en contraste con la confrontación, establece lazos entre el material


consciente y preconsciente y las funciones o motivaciones inconscientes del aquí-y-ahora
asumidas o bajo hipótesis. Explora los orígenes conflictivos de estados de disociación del yo
(representaciones del sí mismo dividido y de los objetos), la naturaleza y motivos para las
operaciones defensivas activadas, y el abandono defensivo de la prueba de realidad. En otras
palabras, la interpretación se centra en las ansiedades subyacentes y en los conflictos activados.

Por ejemplo, señalar a un paciente que su conducta parece manifestar sospecha y explorar la
conciencia que tiene de este patrón, es una confrontación; sugerir que la suspicacia del paciente, o
su temor, se deben al hecho de que atribuye al entrevistador algo "malo" de lo que él está tratando
de deshacerse dentro de sí mismo (de lo cual el paciente no ha estado consciente antes), es una
interpretación.

Y finalmente, la transferencia significa la presencia, en la interacción diagnóstica, de una


conducta inapropiada que refleja la reconstrucción de relaciones patogénicas y conflictivas con los
demás significativos en el pasado del paciente. Las reacciones transferenciales facilitan el contexto
para interpretaciones que ligan el malestar del aquí-y-ahora con las experiencias del paciente en el
allá-y-entonces.

Este tipo de entrevista permite hacer un diagnóstico diferencial del nivel de severidad de la
personalidad (personalidad normal, organización neurótica de la personalidad, organización
borderline de la personalidad y psicosis) y proporciona una información muy valiosa sobre el
pronóstico y las indicaciones del tratamiento idóneo de cada paciente (Nos, 2011, p.10).
Referencias bibliográficas.

• Kernberg, O. (1987). Trastornos graves de la personalidad. Estrategias psicoterapéuticas.

• Kernberg, O. ( s/f). El Diagnóstico Estructural y la Entrevista Estructural para los Trastornos de


Personalidad.

• Nos, J. (2011). Entrevista al Dr. Otto Kernberg.


https://www.temasdepsicoanalisis.org/2011/07/12/entrevista-con-el-dr-otto-kernberg-2/

• Reyes, L. y Russo, A. (2008). Descripción de la organización estructural de la personalidad de los


adolescentes que cursaron primer semestre en un programa de psicología de la ciudad de
Barranquilla. Psychologia. Avances de la disciplina, vol. 2, no. 2, 2008, pp.65-91.
Redalyc, https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=297225162002

• Yasky P., J. (2000). Teoría de las relaciones objetales de Otto Kernberg. Universidad Santo Tomás.
Recuperado de https://tuvntana.wordpress.com/wp-content/uploads/2015/06/apunte-t-r-o-de-
kernberg-jaime-yasky.pdf

• Vittigni, G. (2010). La personalidad borderline según el modelo estructural de Otto Kernberg.


https://www.isfo.it/files/File/Spagnolo/e-Vittigni10.pdf

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