El Medio Tempore
El Medio Tempore
El Medio Tempore
EL MEDIO TEMPORE
Héctor Ricardo Fragapane
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Sobre esas cuestiones, como así también sobre los efectos que tiene la
presentación del concurso preventivo durante el tiempo previo a la apertura (y en su
caso hasta la publicación de edictos) respecto del deudor y de los acreedores, intentaré
el abordaje indagando sobre las soluciones que la jurisprudencia –en mayor medida- y
la doctrina han propuesto; y, ofreciendo en lo posible una opinión propia a partir de las
decisiones que, como juez concursal tomé al respecto.
Así los artículos 16; 19 y 32 dan cuenta del valladar que se impone tanto al
deudor como a los acreedores por la sola presentación, privándole a aquél alterar de
algún modo la situación de sus acreedores de causa o título anterior a ese momento; y a
éstos suspendiendo el curso de los intereses de sus acreencias e imponiéndoles la carga
de ocurrir por alguna de las vías que el ordenamiento les ofrece para ser incluidos entre
los acreedores concurrentes.
Por otra parte, recién con la apertura del concurso rigen la mayoría de los efectos
del estado de concursado del deudor, viéndose sujeto a la vigilancia del síndico en
cuanto a la gestión ordinaria de su patrimonio, a la previa autorización judicial respecto
de los actos extraordinarios de administración y a la prohibición de realizar actos a título
gratuito (art. 16); como así también desde ese momento rigen las disposiciones
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vinculadas al ausentamiento del deudor con destino al extranjero (art. 25). Restricciones
todas éstas que vienen acompañadas del apercibimiento legal sobre la ineficacia
respecto de los acreedores de los actos llevados a cabo en violación a tales
disposiciones, e inclusive con la posibilidad cierta que el juez concursal imponga
limitaciones a la administración, que pueden ir desde la designación de un veedor hasta
la propia intervención si así lo considerare procedente el magistrado (art. 17). A más de
las estipulaciones propias del artículo 20, que previsiona regímenes específicos respecto
de los contratos con prestaciones recíprocas pendientes, de los contratos de trabajo y de
los servicios públicos; todos a partir de la apertura.
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Por mi parte, considero que si bien es cierto que en principio existiría un vacío
legislativo (o en todo caso el legislador habría dejado al arbitrio del deudor su buen
comportamiento durante el medio tempore), resultan acertados los criterios
jurisprudenciales antes mencionados, en particular porque en cabeza del deudor recae el
deber de cooperación (art. 102)5, el que en caso de incumplimiento, además de
posibilitar al juez el rechazo del concurso (como propicia Provinciali), también lo
facultaría para disponer alguna de las medidas sancionatorias del artículo 17 ni bien
abierto el concurso preventivo tales como la designación de un veedor o un
coadministrador e inclusive, según la gravedad, de un interventor; considerando
asimismo ineficaces los actos realizados durante dicho tiempo en violación a lo
dispuesto por el artículo 16, cuya retroacción al momento de la presentación es
indiscutible.
2
Provinciali R., Tratado de derecho de quiebra, AHR, Barcelona 1958-1959, T. III, pg. 314, nota 2,
citado por Heredia, op. Cit. Nota 9.
3
CNCom. Sala E, 3/2/88, Kestner S.A. Ed, t. 129, p. 442.
4
CNCom. Sala A, 24/2/77, ED, t. 74 p. 300.
5
Norma que si bien está inserta en el capítulo II del título III que trata sobre los efectos de la quiebra,
reviste carácter general y es aplicable no solo al deudor fallido sino a todo sujeto en estado concursal,
cualquiera fuera la vía que se siga.
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De todos modos a estas situaciones concretas es a las que apuntan los sujetos
cuando se presentan en concurso e impetran al juez concursal que despache medidas
que impidan a los acreedores alterar la par conditio creditorum, preservando la
integridad de su patrimonio para garantir a todo el elenco y no sólo a los que por
ostentar créditos exigibles autoliquidables, o en su caso que hayan avanzado por las vías
judiciales adelantándose a los efectos enervantes del estatus concursal.
6
Moro Carlos E., Ley de concursos comentada anotada y concordada T. I, ed. Ad Hoc, Bs. As. 2005, pg.
200.
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6
Como se verá en cada caso, las medidas que se impetran junto con la solicitud de
apertura del concurso preventivo responden a la tipología de las tutelares anticipatorias,
desde el momento en que lo que se persigue con las mismas es adelantar los efectos del
concurso, que sitúa al deudor sujeto a las previsiones de los artículos 15 y 16 LCQ en
cuanto al régimen de gestión de los bienes; y a los acreedores a las cargas y sobre todo
restricciones que les impone el ordenamiento concursal, concretamente enervar el
progreso de las acciones individuales direccionando sus pretensiones a través de las vías
7
Ver Peyrano, Jorge W., “Los nuevos ejes de la reforma procesal civil”, en “Sentencia Anticipada”, Ed.
Rubinzal-Culzoni, 2000, pág. 15; Morello, A.M., “La Tutela anticipatoria ante la larga agonía del proceso
ordinario”, en El Derecho, T* 169,1341; Peyrano, J.W., “Lo urgente y lo cautelar”, en J.A. 1995-I-699;
Berizonce, R. O., “Tutela anticipada y definitoria” en J.A.1996-IV-741; etc.
8
Por la negativa Peyrano, Arazi, Kaminker, Berizonce, Vázquez; y por la positiva, Palacio,
Kielmanovich, Kozusnik, entre otros.
9
Cfr. Código Procesal Civil de la Provincia de Mendoza comentado anotado y concordado, coord..
Horacio C. Gianella, ed. La Ley Bs. As. 2009, pg. 823.
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que la ley propone para la satisfacción de sus acreencias en la medida que corresponda
según la naturaleza de sus créditos.
En ese orden recuerda Baracat que debe tenerse presente que si bien no puede
interferirse en los pronunciamientos judiciales dictados por otros jueces, ni suspender el
trámite de procedimientos distintos sustanciados ante otro tribunal por medio de
medidas cautelares, “…en la materia concursal la prohibición de invadir jurisdicción
ajena, se aliviana mediando concurso o quiebra, sea por cuanto lo manda una
disposición de la propia LCQ, sea en virtud de criterios doctrinarios o jurisprudenciales
aplicables al caso”13
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supuesto requiriendo una contra cautela ante los eventuales perjuicios que la suspensión
temporaria podría ocasionar.
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fondos que pudieren ingresar a esas cuentas sin limitación y hasta la satisfacción total
del embargo ordenado; y que, cuando el deudor posee dos o más cuentas corrientes en
distintas instituciones bancarias puede inclusive a llegar a duplicar la suma
presupuestada.
No hay dudas de que esa ejecución fiscal se verá alcanzada “sí o sí” por los
efectos del fuero de atracción por el aplicación del ya referido primer párrafo del
artículo 21 de la ley concursal. No obstante hasta que lo propio ocurra la situación de
ahogo financiero a que es sometido el sujeto por ese embargo puede aparejarle la
frustración de cualquier expectativa de reorganización y salida del estado de cesación de
pagos.
Adviértase que, como en los casos anteriores, por lo general cuando se abre el
concurso y opera el fuero de atracción luego de la publicación de edictos, arriba al
tribunal concursal el expediente proveniente del fuero federal con los depósitos
efectuados por las instituciones bancarias, que de ninguna manera podrá retirar la AFIP
y que serán restituidos al deudor mediante el mecanismo del mismo artículo 21.
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Procesal de Mendoza18, sin que se recepcionara planteo de ninguna naturaleza del Ente
Fiscal, ya sea directamente o a través del juzgado federal, por lo que quedaron firmes y
se ejecutoriaron19.
18
Norma equivalente a la segunda parte del art. 198 C.P.C. y C. N. que dispone que si el afectado no
hubiese tomado conocimiento de las medidas con motivo de su ejecución, se les notificarán
personalmente o por cédula dentro de los tres días. Más aún, en el ordenamiento procesal mendocino esa
notificación está a cargo del propio tribunal, quien deberá efectuarla de oficio e inmediatamente después
de cumplida.
19
Primer Juzgado de Procesos Concursales de Mendoza, resol. del 7/7/10 fs. 61 autos 52.487 carat.
“Heredia José Luis p/conc. Prev.” (inédito).
20
Favier Dubois Eduardo (h), Las medidas cautelares concursales, RDCO T. 24, p. 122.
21
Rivera-Roitman-Vítolo, Ley de concursos y quiebras, cuarta edición actualizada, T. I, ed. Rubinzal-
Culzoni, Bs. As. 2009, pg. 554 y sgte.
22
vgr. resol. del 1/11/04 Expte. 44.779 carat. "Aquapark S.A. p/Conc. Prev; del 23/6/08
Expte. Nº 50.137 carat. "General Vegetables S.A. p/conc. Prev." (inéditos).
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concursal para abrir el concurso, momento a partir del cual se tornará operativa la
norma invocada más arriba que, como señalé, no contiene la previsión del artículo 21
respecto de que se requiere la publicación de edictos para que rija el fuero de atracción;
sino que mantiene el criterio general referido a que el concurso preventivo surte sus
efectos desde la misma sentencia de apertura.
Mientras que del otro lado el juzgador se encontrará con la prédica del sector
financiero en cuanto a que se trata de un contrato intuitae personae y que por tanto el
banco no puede ser obligado por el juez a mantener en funcionamiento la cuenta
corriente, violentándose inclusive su libertad de contratación (art. 1197 C. Civ.).
Por ello es que el abanico jurisprudencial sobre este tópico va desde quienes han
rechazado las cautelares solicitadas con la finalidad de mantener operativa la cuenta con
fundamento en que “no es dado al Tribunal imponer jurisdiccionalmente a una entidad
bancaria la reapertura de una cuenta corriente para que la concursada continúe
23
Ley 25.413, “de competitividad” que redujo a $1.000,oo los $10.000,oo que establecía la ley N° 25.345
“para combatir la evasión tributaria y previsional”.
24
Cfr. Maza Miguel A., El pago de salarios mediante depósito en cuenta bancaria y la ley 26.590, nada
nuevo bajo el sol” en Revista de Derecho Laboral 2010-2 Actualidad, ed. Rubinzal-Culzoni, pg. 317.
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operando, pues resulta que una disposición de tal naturaleza importaría tanto como
imponerle a la citada entidad que abandone, en cierto caso, la aplicación de las normas
legales y reglamentarias que regulan la circulación de los cheques, omitiendo la
consecuencia derivada del rechazo de cheques” 25. Quienes las han admitido “atendiendo
a la necesidad de que la empresa concursada pueda continuar normalmente con su
operatoria, máxime teniendo presente que en el tráfico moderno actual, y especialmente
a partir de las nuevas disposiciones vigentes en nuestro país el pago en efectivo
constituye una excepción de modo que la titularidad de una cuenta corriente bancaria
resulta ineludible26. Y finalmente, quienes han admitido la cautelar aunque acotando su
uso, como es el caso resuelto por la Cámara Nacional Comercial Sala E, donde autorizó
a la concursada a librar cheques comunes con determinadas limitaciones que
expresamente comunicó a la entidad bancaria, concernientes al número de cheques
autorizados, monto máximo y control por el síndico de las partidas27.
25
030631/2006 - “Intecel SA s/ concurso preventivo s/ incidente de apelación art. 250 CPCC” - CNCOM
- SALA A - 14/08/2007
26
Juzgado 1° Inst. CNCom. N° 13 de Mar del Plata, 5-12-2001, “Camaronera Patagónica S.A. s/concurso
preventivo”, ED del 17-7-2002; en Rivera-Roitman-Vítolo, op. Cit. T. I, pg. 493.
27
CNCom. Sala E, 2-12-2004, “Videtec SA P/Conc. Prev. L.L. 2005-C-116, en Baracat Edgard op. Cit.
Pg. 244.
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Por tanto para esta posición no hay ninguna apoyatura jurídico positiva en el
derecho cambiario ni en el derecho concursal para que el juez del concurso pueda
ordenar que no se paguen los cheques emitidos con anterioridad a la presentación (tanto
los cheques comunes como los de pago diferido). Más aún cuando cierta jurisprudencia
penal ha calificado esa decisión como una frustración maliciosa del pago de cheque y
por ende atribuido consecuencias criminales al hecho 31, extendiendo inclusive la
responsabilidad al magistrado que ordenó la medida en los términos del art. 302 inc. 3
del Código Penal.
28
Grispo Jorge Daniel, Tratado sobre la ley de concursos y quiebras ley 24522, ed. Ad Hoc, Bs. As. 1997,
T. 1, pg. 277.
29
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala A, 20/12/2000 Talleres Maestra Rodríguez
S.A. s/conc. prev. s/inc. de piezas por separado LA LEY 2001-D, 200 - DJ 2001-2, 546.
30
Heredia Pablo, op. tic. T. 1, pg. 433 y nota 18.
31
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico, sala B, 24/06/2003 “Patrón Costas, Héctor A.
s/inc. de apel. en: Centenary S.A., Patrón Costas, Héctor Adolfo s/art. 302 del C.P.” LA LEY 2004-a, 285
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De todos modos y como en estas etapas primeras del concurso –aún sin síndico-
la tensión entre los relatos del deudor y la previsión del juez de que se trate de
situaciones como la descripta es difícil, sino imposible, de resolver; una solución que
aparece como viable es hacer saber que no se deberán cerrar las cuentas corrientes del
solicitante de su concurso por el rechazo de los cheques exclusivamente indicados en la
presentación inicial, debiendo reabrirlas si ya las han cerrado 32, requiriendo al deudor la
contra cautela necesaria para atender a los eventuales perjuicios que pudiere ocasionar
al banco y dejando a su merced la solicitud a la entidad financiera para que no pague
las cambiales.
32
C. Nac. Com., sala A en fallo del 15/11/2005 en autos “Sol de Brasa., S.A v. Concurso preventivo -
Inc. de apelación art. 250 Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”.
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En todos los supuestos considero que procedería despachar una cautelar como la
dispuesto por la juez salteña, de modo tal que en el interregno que va desde la
presentación a la apertura del concurso, no pueda este acreedor por sí, modificar su
situación creditoria debitando directamente de la cuenta corriente del deudor las sumas
necesarias para saldar las acreencias a esa altura “preconcursales”. De no mediar dicha
medida, como ya dije más arriba, tal actividad sustentada en acuerdos previos vendría a
constituir “hechos del acreedor” irrevisables “en principio” en el marco del futuro
concurso preventivo.
33
Juzgado de 1a Instancia de Quiebras, Concursos y Sociedades de 2a Nominación de Salta
“Dinar Líneas Aéreas S.A. s/concurso preventivo”1ª Instancia. - Salta, agosto 9 de 2002. L.L.2003-D,19.
16
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Por eso mismo, el plazo de 30 días lo considero más que atinado desde el
momento en que en ese acotado tiempo el tribunal ya habrá resuelto sobre la apertura
del concurso y en su caso, la prohibición regiría por imperio de lo que dispone el art. 16
de la ley concursal en su primer párrafo; constituyendo la medida un adelantamiento de
esos efectos en miras al futuro concurso. Y para el caso que se rechazare o quedara
desistido, está la contra cautela que debe exigirse ineludiblemente para compensar los
perjuicios que pudieren ocasionársele a la entidad financiera.
Por ello recuerda Roitman, quien cita a Vélez Funes, que al contrato
administrativo se lo ha caracterizado “como una modalidad jurídica de transferencia del
poder limitado del Estado concedente al concesionario particular, cuyo objeto y
destinatario es necesariamente el bienestar común de los ciudadanos en general y del
usuario en particular34.
Para Roitman –con quien coincido- “el contrato de concesión pública vigente al
momento de la presentación concursal es un contrato con prestaciones recíprocas
pendientes en curso de ejecución, y por lo tanto queda comprendido en la previsión de
la norma mencionada35.
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Concretamente el caso que llegó a los tribunales fue el de una sociedad que
administraba farmacias y que solicitó al juez del concurso que dispusiera que las
droguerías proveedoras de medicamentos continuaran suministrándolos contra el pago
de contado y con arreglo a las condiciones de plaza. La Cámara Nacional Comercial
Sala D consideró que a pesar no haberse probado los extremos del artículo 2° de la ley
25.156 en cuanto a que las droguerías involucradas ejercían una posición dominante en
el mercado, la misma aparecía en el caso como obvia, razón por la cual y entendiendo
que la concursada no tenía más posibilidades de adquirir los medicamentos a otras
droguerías (lo que le evitaría la relación conflictiva) y que no habría ninguna razón
legítima para que las droguerías suspendieran la provisión de medicamentos, ordenó a
estas últimas a continuar con la provisión siempre que abonen su precio en las
condiciones actuales de mercado37. Rivera-Roitman-Vítolo justifican la intervención de
la Justicia Comercial en que se trata de un supuesto no previsto específicamente por la
36
Fallos citados por Roitman en la obra citada, notas 15 (CNCom. Sala D, 31-3-92; Ingenio y Refinería
San Martín del Tabacal S.A.), nota 16 (CNCom. Sala E, 7-10-2003, “Yacimientos carboníferos Río
Turbio S.A. s/conc. Prev.).
37
CNCom. Sala D, 11-10-2001, “Medic Woprld Mandatary S.A. s/concurso preventivo” (ED del 19-3-
2002)
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Por ello diversos fallos de los tribunales nacionales y provinciales y por sobre
todo de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación, han considerado inconducente
esa interpretación en razón de que la normativa que la sustenta no está vigente.
Continúa diciendo la Sala que “En un precedente posterior donde se suscitó una
cuestión análoga a la planteada en el caso y con ese mismo razonamiento, el Máximo
Tribunal consideró que el inc. f del art. 97 -en el que se funda la suspensión de la
concursada- también había sido tácitamente derogado (CSJN, "Muresco S.A. s/
concurso preventivo s/ inc. de apelación por Administración Nacional de Aduanas"
[Fallo en extenso: elDial.com - AA1040] del 21/05/02). Resaltó en ese caso la Corte que
el art. 97 inc. f) del Código Aduanero contempla la suspensión en el Registro de
Importadores y Exportadores de quienes "fueren deudores de obligación tributaria
aduanera exigible o de obligación emergente de pena patrimonial aduanera firme" hasta
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que se extinga la respectiva obligación. Agregó que esa norma es correlativa con el art.
94 del mismo cuerpo legal en cuanto establece, como requisito para la inscripción en el
mencionado registro, que el interesado no sea "deudor de obligación tributaria aduanera
exigible o de obligación emergente de pena patrimonial aduanera firme" (punt. 1 inc. d)
ap. 9). Y concluyó el Supremo Tribunal que, eliminado este requisito, aquella norma
pierde su razón de ser".
41
CNCom. Sala E, 14-7-2010, en El Dial Express del 13-10-2010
42
CNCom. Sala C, 30-4-2009, Finca Marilia S.A. s/conc. Prev. (inc. de apelación art. 250), El Dial
Express 2-7-2009.
43
Rivera-Roitman-Vítolo, op. Cit. T I, Pg. 578.
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respecto de las ejecuciones de garantías reales, que recién quedó resuelto a través de
sucesivos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y del plenario “Avan” de
la Cámara Nacional Comercial 44, se ocurría a esa vía para sustraer desde un inicio las
causas a los tribunales de origen.
Hoy, como dije, esa “tentación” cautelar ya no existe por cuanto al haber
quedado determinada la no atracción de tales ejecuciones, ni la presentación ni la
apertura del concurso tendrían efectos sobre la radicación de la causa.
10. Cese de los descuentos voluntarios sobre los haberes cuando se trata de
un deudor con ingresos regulares provenientes de empleo público o privado
He dejado para el final este tema que, si bien podría considerarse “prima facie”
como una cuestión circunstancial y sólo sostenida por una suerte de malversación de la
legislación concursal, atañe y aqueja a un gran número de sujetos cuya única
justificación para solicitar la apertura de su concurso preventivo es obtener lo más
pronto posible el bálsamo que significa recuperar la totalidad del sueldo. Disminuido no
ya por embargos, sino por descuentos que practican sus empleadores en razón de la
previa autorización escrita del titular de los haberes para ello, aunque en la práctica –
como se verá- pueda afectar la totalidad del salario, situando al trabajador en aquella
hipótesis de “laboratorio concursal” que explica a la cesación de pagos como un “estado
44
Sin dudas en su momento la cuestión atinente a si regía el fuero de atracción sobre las ejecuciones de
garantías reales abrió el debate entre los doctrinarios y fue fuente de resoluciones divergentes en la
jurisprudencia de las distintas provincias y los tribunales nacionales. El fallo del 4-11-2001 “Avan S.A.
s/conc. Prev. s/inc. conc. Especial por Aceros Zapla” de la Cámara Nacional Comercial en pleno (cfr.
Colección de análisis jurisprudencial, Derecho Concursal, coord.. Julio C. Rivera, Ed. La Ley, Bs. As.
2006, pg. 91 y sgtes., con comentario del suscripto), que dispuso que quedaban excluidas del fuero de
atracción este tipo de causas, siguiendo lo resuelto por la C.S.J.N. en los casos “Casasa”, “Musacchio”,
“Pedro y José Martín”, entre otros; terminó la contienda.
45
Así, mientras que el Primero y Segundo Juzgado de concursos no aceptaban el fuero de atracción, sí
sostenía lo propio el Tercer Juzgado a cargo del Dr. Guillermo G. Mosso. Y en segunda instancia,
también existían posiciones disímiles.
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del patrimonio para hacer frente a las obligaciones” y que consiste que en un momento
determinado podría el deudor estar en cesación de pagos, pero no deberle a nadie
actualmente (ya que al cobrar el sueldo, le descontaron todas sus deudas, pero no tiene
para el pan de hoy o de mañana).
Desde luego que corresponde en este momento rendir homenaje al Dr. Héctor
Alegría, quien como en muchas otras cuestiones del derecho, avizoró proféticamente el
tema allá por 2005 en su trabajo monográfico “Los llamados pequeños concursos…” 46;
pero que no se contentó con sólo plantear el problema, sino que ensayó propuestas el
caso de las personas físicas vinculadas a ingresos fijos (asalariados, retirados, etc.),
tanto para la emergencia como para el fondo de problema y que han constituido el
disparador de otras proposiciones en el mismo sentido47. El cual se complementa con
otro trabajo monográfico, a mi modo de ver profético, donde plantea la necesidad de
consideración de los aspectos humanos no patrimoniales en la insolvencia, deteniéndose
en particular en los aspectos psicológicos del deudor concursado que deben ser motivo
de consideración por el legislador al momento de proyectar la norma concursal48.
46
Alegría Héctor, “Los llamados pequeños concursos. Concursos de personas físicas, consumidores,
patrimonios reducidos” LL 2005-E 1.353.
47
A guisa de ejemplo pueden consultarse las conclusiones de la Primera Reunión de Profesores de
Derecho Concursal de Mendoza y de las Jornadas de Derecho Concursal Mendoza 2006, publicadas en
Actualidad Jurídica Región Cuyo N°5, pg. 626 y sgtes.
48
Alegría Héctor, Aspectos humanos no patrimoniales en la insolvencia, L.L.2008-f.1134.
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24
Esa medida, que algunos tribunales despachan con la sola presentación y otros
aguardan a la apertura del concurso, es sin dudas procedente e incardinable en los
conceptos vertidos más arriba respecto de la cautelar de adelanto de la jurisdicción,
desde el momento en que no es posible que tras la presentación del concurso “todos” los
acreedores continúen percibiendo sus acreencias a través del “empleador” y con el
cuestionable recurso del “código de descuento”; eludiendo el control sindicatural,
multidireccional de los demás acreedores en periodo informativo y finalmente
jurisdiccional al tiempo del dictado de la sentencia de verificación.
VI.- Conclusiones
Como puede colegirse del muestreo precedente, la presentación del concurso
preventivo va acompañada por lo general de solicitudes cautelares que con sustento en
el mantenimiento de las actividades del deudor o de la par conditio creditorum, o de
ambos, ponen al juez concursal desde el inicio en el centro de la escena respecto del
patrimonio cesante. Quien, además de los principios infrascritos podrá ocurrir para
resolver el caso concreto a la directriz general que mana del art. 159 de la ley de
concursos que establece la manera de decidir judicialmente los conflictos concursal-
patrimoniales para los cuales no existiesen previsiones específicas en la ley concursal o
en otras leyes49; esto es aplicando las normas que sean análogas, atendiendo a la debida
protección del crédito, la integridad del patrimonio del deudor y de su empresa, el
estado de concurso y el interés general.
Principios éstos que rigen no sólo cuando el concurso ya está en trámite sino que
confrontan con la situación de insolvencia en que se encuentra el sujeto que solicita la
solución preventiva, desde el mismo momento en que ocurre a los tribunales para ello.
49
Cfr. Rouillón Adolfo A. N., Régimen de concursos y quiebras ley 24522 y modif. Ed. Astrea, 11°
edición actualizada, pg. 244.
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