Revista N11 - Ojeda Carpintero
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EL CARPINTERO GIGANTE
GIGANTE::
ESPECIE CLAVE DEL BOSQUE ANDINO P
CLAVE ATAGÓNICO
PA
Estudios realizados desde 1998 permiten conocer aspectos de la biología y el
comportamiento de Campephilus magellanicus , la especie de carpintero más
grande de América del Sur.
Foto: M. Lammertink.
mientras circula, bajo tierra,
el idioma de las raíces:
de pronto en el silencio verde
el carpintero toco toc.
hembra PPablo
ablo Neruda, Arte de Pájaros
Pájaros,, 1966 macho
¿Por qué estudiar pájaros carpinteros? dad interna en forma de cilindro (ver Figura 1). Su
Los pájaros carpinteros están agrupados en la fa- alimento principal lo constituyen larvas de insectos y
milia zoológica Picidae. Ésta comprende más de 200 otros artrópodos que extraen mayormente de árboles
especies que se distribuyen en todo el mundo, con ex- caídos y en pie. Para comunicarse emiten vocalizacio-
cepción de Australia, Madagascar y las regiones pola- nes y producen golpes (con su fuerte pico) sobre tron-
res. En general, habitan bosques y selvas y muestran cos resonantes, lo que los distingue del resto de las
gran sensibilidad a la modificación de estos ambien- aves.
tes. Excavan sus nidos y dormideros en troncos, abrien- Varias especies de pájaros carpinteros son consi-
do una entrada circular u oval y horadando una cavi- deradas «especies paraguas» por científicos y admi-
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El gran percusionista
El carpintero gigante puede ser detectado a gran milia, similares al sonido de una bisagra oxidada. Las
distancia debido a las vocalizaciones y golpes que rea- vocalizaciones de demanda de alimento de los juveni-
liza. Esta característica lo hace aparecer como una les durante su primer año fuera del nido son muy ca-
especie frecuente o abundante, cuando en realidad racterísticas y audibles: son notas agudas en diferen-
no lo es, solamente es muy conspicua. El repertorio de tes tonos que emiten insistentemente durante todo el
vocalizaciones que realizan ambos sexos es muy vas- día (ya lo enuncia el dicho popular: «el que no llora no
to. Las dos voces principales son los «tsie» (similares a mama»).
trompetas) y los «cacareos»; los primeros suelen emi- Los golpes, también emitidos por ambos sexos, co-
tirse en tandas de hasta diez repeticiones, mientras que rresponden a diferentes comportamientos: búsqueda
los segundos, que son en sí una secuencia de notas y captura de alimento (golpes a ritmo intermitente y de
breves y descendentes, suelen ser individuales y emiti- variada intensidad), excavación de cavidades (golpes
dos durante el vuelo y el aterrizaje. También hay notas rítmicos y en tandas, intercalados con limpieza de as-
sutiles para comunicación entre miembros de una fa- tillas) y comunicación a larga distancia mediante un
característico doble golpe, «toco-toc», producido nor-
malmente en puntas secas en lo alto de los árboles (a
este sonido hace referencia el poema de Pablo Neruda,
citado al inicio de este artículo). El doble golpe, si bien
es utilizado comúnmente para la defensa territorial ante
intrusos que no son bienvenidos, es también usado a
veces entre los miembros de una familia que se han
distanciado circunstancialmente. El doble golpe es
característico y exclusivo del género Campephilus. Esto
sugiere que es un comportamiento innovador en el
contexto de los pícidos, pero muy antiguo entre las
especies de este género.
Foto: M. Lammertink.
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Fotos: M. Lammertink.
Figura 9: Carpintero garganta estriada (Dryocopus lineatus, izquierda) y gigante (derecha) mostrando sus
picos en forma de cincel.
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Apartado 3
Hongos creadores de refugios para la
fauna
Los hongos, que pertenecen al Reino Fungi, son
organismos muy importantes porque contribuyen
a mantener procesos primordiales a través de sus
relaciones con otros organismos. Un caso parti-
cular dentro de este reino es el de las especies
degradadoras de madera caída y en pie
(xilófagas). Sus «pudriciones» afectan principal-
mente el duramen (porción interna de los troncos
formada por células muertas con función de sos-
tén) de árboles vivos, sin matarlos directamente,
Foto: M. Lammertink.
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Apartado 4
Leyendas del carpintero gigante producto de una convivencia ancestral
Las aves cantan en los bosques templados de Sudamérica desde hace millones de años; los pueblos
mapuche, yagán y otros, transmiten historias de pájaros, de generación en generación desde hace cientos
a miles de años, e incluso portan aves en sus nombres (por ejemplo, Ñanco o Ñancu, que significa aguilu-
cho). Estas voces heredan una larga historia de co-existencia entre aves y seres humanos, acercándonos
una visión de parentesco entre esos dos grupos.
Este conjunto de elementos antropológicos representa un obsequio bio-cultural que ha sido bien valo-
rado e interpretado por el matrimonio del biólogo Ricardo Rozzi y la antropóloga Francisca Massardo,
mentores de una guía multicultural de aves que rescata, entre otras, la historia yagán (o yámana) del
carpintero negro contada por la familia Calderón, oriunda de la isla Navarino. Esta historia afirma que los
carpinteros negros, quienes acompañaban a las mujeres yaganes cuando recolectaban dihueñes (llao-
llaos) en los bosques del archipiélago del Cabo de Hornos, son descendientes de una pareja de hermanos
yaganes.
Historia yagán: El abuelo yagán Juan Calderón relataba que el origen de esta hermosa ave de los
bosques australes se remontaba a tiempos ancestrales, cuando todavía los pájaros eran humanos. En
aquellos tiempos, un joven se enamoró de su hermana y procuraba cualquier triquiñuela para encontrarse
y dormir junto a ella. Su hermana había notado esa intención y esquivaba a su hermano cada vez que él la
buscaba, evitando relaciones prohibidas. Pero en el fondo, ella estaba dividida: quería estar junto a él y a
la vez no.
El hermano seguía pensando en pretextos para atraerla fuera del akar o ruca. Un día descubrió gran-
des frutos de chaura roja (amai, Gaultheria mucronata) en el claro de un bosque y fue a contarle a su
hermana: «he encontrado enormes chauras en un lugar del bosque, deberías ir y recogerlas». La hermana
tomó su canasto y se internó en el bosque, mientras su hermano la siguió sin que nadie lo notara y se
escondió a su acecho. Al pasar ella, él se lanzó abrazándola y juntos cayeron al suelo dando curso a su
amor.
Cuando se levantaron se convirtieron en pájaros y volaron, como carpinteros negros (lána). Desde
entonces viven juntos en los bosques y el hermano lleva sobre su cabeza un penacho rojo que recuerda el
color de aquellos grandes frutos de chaura.
Rozzi, R. (Ed.) (2003). Guía multiétnica de aves de los bosques templados de Sudamérica austral.
Santiago de Chile: Editorial Fantástico Sur/Salesianos S.A.
Fotos: V. Ojeda.
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Apartado 5
Desmitificando falsas creencias, producto de la desinformación
Mata o daña a los árboles con sus picoteos de alimentación y con la excavación de
nidos.
No los mata directa ni inmediatamente, sino que contribuye a su desmoronamiento natural. La
excavación de la cavidad implica el ahuecamiento de una buena porción del tronco o fuste, lo cual casi
no afecta el tejido vivo (por donde pasan los vasos de conducción), pero reduce significativamente la
resistencia mecánica del árbol. Asimismo, mientras se alimenta, el carpintero lesiona el tejido vivo
exterior vulnerando las barreras químicas del árbol y facilitando el ingreso de hongos xilófagos y de un
conjunto de microorganismos al interior del tronco.
Considerando la escala de un árbol puntual, es innegable que existe un perjuicio derivado de la
actividad conjunta de hongos, insectos y carpinteros, que facilitan procesos de pudrición y desmoro-
namiento de los árboles, generando así oportunidades de creación de hábitats para los carpinteros,
para otros animales usuarios de huecos en árboles y para las larvas que son alimento de los carpinte-
ros. En un contexto ecológico, el hecho de que algunos árboles se debiliten y eventualmente mueran
por la acción conjunta de estos organismos responde a un proceso natural y necesario que permite
que se recicle la materia contenida en los árboles moribundos, se establezcan nuevos árboles y se
desarrollen aquellos que estaban suprimidos bajo las copas, garantizando así la regeneración del
bosque.
monitoreo de nidos de día completo, utilizando un te- en el extremo sur del bosque subantártico (Tierra del
lescopio de gran aumento y siguiendo a individuos Fuego); este consumo parece ser un complemento de
adultos durante varias horas en sus rondas de alimen- la dieta principal que, en esas latitudes, también se
tación. También existen observaciones de consumo de basa en larvas.
savia en árboles de guindo (Nothofagus betuloides)
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1. Provincia de Río Negro. Declaración Nº 815/2009 (Provincia de Río Negro) «de interés provincial,
científico, ecológico y social el proyecto de investigación denominado «Conservación de un símbolo del
Bosque Andino Patagónico: el Carpintero Gigante»», llevado adelante por investigadores de la Univer-
sidad Nacional del Comahue y del Parque Nacional Nahuel Huapi en la ciudad de San Carlos de
Bariloche.
Este mismo proyecto fué declarado de interés por el Parque Nacional Nahuel Huapi, Disposición Nº
754/10.
2. Municipalidad de San Carlos de Bariloche. Proyecto de Ordenanza del Consejo Municipal: «Estable-
cer Especies de Valor Especial», entre las que se encuentra el Carpintero Gigante. Proyecto actualmen-
te en evaluación.
Requerimientos de hábitat
Entre los años 2003 y 2005 estudiamos la selec- dencias de mortalidad parcial de copas (como ser pun-
ción de hábitat de nidificación y dormidero en bos- tas blancas y ramas faltantes) y avanzados en
ques de lenga (Nothofagus pumilio) cercanos a la ciu- pudriciones internas por la acción de hongos, a juzgar
dad de San Carlos de Bariloche. Encontramos que los por una mayor frecuencia de aparición de las
carpinteros utilizaron árboles casi siempre vivos de ta- fructificaciones del hongo (con forma de estantes, ver
maño intermedio (~45 cm de diámetro a la altura del Figura 14) en los árboles con cavidades respecto de
pecho), de edades mayores a los 170 años, con evi- otros seleccionados al azar.
Lecturas sugeridas
Arango, X., Rozzi, R., Massardo, F., Anderson, C. y Ibarra, T.
(2007). Descubrimiento e implementación del pájaro carpin-
tero gigante (Campephilus magellanicus) como especie
carismática: una aproximación biocultural para la conserva-
ción en la Reserva de Biosfera Cabo de Hornos. Magallania
(Chile), 35(2), pp. 71-88. En URL: www.scielo.cl/
s c i e l o . p h p ? p i d = S 0 7 1 8 -
22442007000200006&script=sci_arttext
Pozzi, C. (2007). Redes de vida. Ecos del Parque, año III (5), pp.
Foto: V. Ojeda.
4. En URL: www.nahuelhuapi.gov.ar/Paginas/ecos/
ecos_del_Parque_N_5.pdf
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