Com Incompleto
Com Incompleto
Com Incompleto
Este fragmento se incluye en la novela Crónica de una muerte anunciada, escrita por el
autor colombiano Gabriel García Márquez y publicada en 1981. Ésta es quizá la obra más
“realista” de este autor, pues se basa en un hecho histórico ocurrido en la tierra natal del escritor en
el que él mismo fue testigo y personaje. La obra relata la muerte de Santiago Nasar a manos de los
gemelos Vicario, porque parece ser el causante de la deshonra de Ángela Vicario, hermana de los
gemelos, quien había contraído matrimonio el día anterior con Bayardo San Román y había sido
rechazada por no ser virgen. Los hechos que se narran en este fragmento pertenecen al final del
capítulo IV (el regreso de Bayardo San Román muchos años después y su reencuentro con Ángela),
pero cronológicamente son posteriores al capítulo siguiente, el V, en el que se cuentan los detalles,
anécdotas y sucesos que rodearon el asesinato, hecho con el que finaliza la novela. Este fragmento
es muy significativo en la obra, porque demuestra que Ángela ha evolucionado psicológicamente
para enfrentarse por primera vez al hecho de que solo ella puede ser la dueña de su destino, de su
libertad interior, de su vida, aunque no lo logre del todo. Por una parte, su decisión implica una
toma de conciencia de sus emociones, una aceptación de que su vida había sido tiranizada por las
órdenes de su madre a quien no respeta aunque obedezca. Por otra, llega un momento en que a ella
le resulta indiferente que las cartas amorosas dirigidas a Bayardo surtan efecto, porque lo más
importante ya lo ha logrado: reconocer y aceptar que está apasionadamente enamorada de su marido
aunque este no le corresponda, y hacer algo por primera vez en su vida porque quiere hacerlo,
porque lo ha decidido ella: “cuando su madre se acostaba permanecía en el cuarto escribiendo cartas
sin porvenir hasta la madrugada”. También se menciona en este fragmento un tema trascendente en
el desarrollo de la obra: el concepto del honor familiar materializado en la virginidad de la mujer.
Ángela Vicario pierde la virginidad y con ella desaparece la honra de su familia, su dignidad.
Ángela desaparece socialmente, como si nunca hubiera existido. Sin embargo, García Márquez
enriquece notablemente el tema porque añade una noción nueva al término: “se volvió lúcida,
imperiosa, maestra de su albedrío, y volvió a ser virgen solo para él”. Es decir, la virginidad aquí no
tiene el estrecho significado físico que todos reconocen, sino uno más grandioso y espiritual que
tiene que ver con la pureza del espíritu de una persona, con su sinceridad y autenticidad, con su
grandeza de alma que rompe todas las prisiones sociales que el mundo quiera imponerle. Ella
decide ser pura por primera vez solo para él, aunque no le corresponda.
García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1928 y falleció en 2014 en México DF
(México). Fue galardonado en 1982 con el Premio Nobel de Literatura. Estudió Derecho y
Periodismo e inició su vida profesional con colaboraciones periodísticas en el diario El espectador.
Esta profesión influye indiscutiblemente en su obra, como sucede en Relato de un náufrago o
Crónica de una muerte anunciada. A partir de los años 50 se dedicó de manera más intensa a su
labor como narrador, aunque sin dejar del todo de lado su labor como periodista. Si bien Cien años
de soledad está considerada como su obra insuperable y la que supuso la consagración de Márquez
como uno de los grandes autores del “boom” de la narrativa hispanoamericana, al tiempo que la
obra más representativa del realismo mágico; no es la única: otras novelas suyas han adquirido la
categoría de obras maestras: El coronel no tiene quien le escriba, El amor en los tiempos del cólera
o el primer volumen de sus memorias: Vivir para contarla.
Gabriel García Márquez es un autor asociado al “boom” de la literatura hispanoamericana,
realismo mágico, etiqueta con la que se agrupa a un heterogéneo conjunto de narradores de todo
el continente hispanohablante –Juan Rulfo, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Cristina Peri Rossi…-
cuya obra se populariza en los años 60 y 70 y que presentan ciertas características comunes. García
Márquez junto a otros autores del boom (Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes),
asimiló las innovaciones técnicas que se habían producido en la novela universal a lo largo del siglo
XX (Proust, Joyce, Kafka o Faulkner). Además, también es deudor de la tradición narrativa
hispanoamericana anterior (Juan Rulfo) e incluso de la narrativa española, especialmente,
Cervantes. Como autor consagrado ha dejado su huella en escritores posteriores como Salman
Rushdie, Peter Carey o Ben Okri, quienes han confesado que la lectura de Cien años de soledad fue
una revelación útil, provechosa y apasionante. Todos los autores del “boom" están vinculados, en
mayor o menor medida, a la posmodernidad y han sido educados en sociedades poscoloniales. La
situación política, social y cultural de cada uno de los países de América Latina en el siglo XX es
distinta, pero, sin embargo, se puede hablar de una serie de circunstancias comunes que explican
muchos de los aspectos de su literatura: el atraso económico y las desigualdades sociales han sido
fuente de continuas tensiones. Todos ellos tratan de compaginar con maestría la experimentación y
la tradición a través de la mezcla del elemento autóctono con las nuevas corrientes estéticas y las
nuevas técnicas narrativas. Esta idea queda patente en algunas de las características de la narrativa
del momento como la importancia del subconsciente o la crítica a la lógica y a la razón y, por
supuesto, el realismo mágico, con el que se intenta mostrar lo irreal, esotérico o extraño como algo
cotidiano y común, pues, como el propio Márquez llega a afirmar, a veces no acierta a distinguir
dónde termina lo real y empieza lo imaginario.
Características de la literatura de la época que se pueden observar en el fragmento son
el realismo mágico: “escribió una carta semanal durante media vida", ruptura del tiempo lineal:
“Dueña por primera vez de su destino…”, “Se me revolvían las tripas de sólo verla…”; habla el
narrador cronista desde el presente y Ángela Vicario desde el pasado. El subjetivismo y el
multiperspectivismo son otras de las características de la novela de esta época presentes en este
fragmento. Esto queda reflejado en la presencia de un narrador que participa en los acontecimientos.
Los hechos se reconstruyen desde varias perspectivas, por lo que consideramos que Crónica de una
muerte anunciada presenta un narrador múltiple. En esta ocasión, además del narrador cronista, es
Ángela Vicario quien cuenta los hechos en primera persona.
En cuanto al lenguaje, es interesante destacar que los diálogos son escasísimos en este
pasaje, como también sucede a lo largo de la novela y como, de hecho, se corresponde con el estilo
de la crónica. Márquez hace que los personajes hablen de forma indirecta o bien de manera directa.
“Se me revolvían las tripas de sólo verla -me dijo-, pero no podía verla sin acordarme de él”;
“-Bueno -dijo-, aquí estoy”, etc. La expresión es sencilla, directa, hecho que observamos en este
fragmento, lleno de oraciones concisas, simples en muchos casos, en las que podemos destacar
algunos recursos retóricos, propios de la función poética. La expresión sencilla se combina con la
presencia de un estilo denso y a la vez poético, con detalladas descripciones.
Este tratamiento peculiar de la lengua se observa a través del empleo de las antítesis: “el
odio y el amor son pasiones recíprocas”, para contraponer ambos conceptos y al mismo tiempo
hacerlos complementarios, amor y odio se dan sentido el uno al otro; del oxímoron: “rencor feliz”,
para mostrar lo absurdo del sentimiento de la protagonista hacia su madre; de las metáforas: “más
encendía las brasas de su fiebre”, “En prueba de mi amor te envío mis lágrimas”, gracias a las que
destaca la pasión amorosa y el dolor del rechazo; paralelismos: “Seis veces cambiaron la empleada
del correo, y seis veces consiguió su complicidad”, para destacar el hecho de haber escrito cartas
durante un periodo de tiempo muy largo; los polisíndeton: “y volvió a ser virgen solo para él, y no
reconoció otra autoridad que la suya…”, para aportar lentitud a la narración de los hechos y
resaltarlos. No son ajenas al texto, tampoco, figuras como la personificación: “carta febril” o la
hipérbole: “una carta semanal durante media vida”, ambas para poner de manifiesto la pasión
amorosa que sentía el personaje. En definitiva, se trata de una prosa cuidada y especialmente rica en
matices e ideas que convierten un hecho cotidiano sin más en un auténtico canto a la recreación
literaria.
Desde el punto de vista del nivel léxico semántico, el empleo de un registro coloquial
(“muerta de risa, escribiendo sin cuartel, carajo”) junto con algunas pinceladas de elevado
retoricismo, producto del ya citado multiperspectivismo. Asimismo, encontramos campos
semánticos relacionados con la labor de escribir que desvela Ángela (“papelitos”, “billetes”,
“memoriales”) la presencia de términos relacionados con la vestimenta (“camisa”, “correa”,
“alforjas”) que nos descubren el aspecto y las acciones de los personajes, o los ligados a la pasión
amorosa (“odio”, “amor”, “brasas de su fiebre”) También aparecen antónimos, formas intrínsecas a
la expresión del amor (“casada”/”soltera”; “novia”/”esposa”;…) y sinónimos como
“locura”/”delirio”, que son esencialmente los sentimientos que conducen al cierre de la historia.
Con respecto al nivel morfosintáctico, se observan adjetivos especificativos: “pasiones
recíprocas”, “rencor feliz”, “billetes perfumados”, que literariamente matizan y restringen el
significado del sustantivo al que acompañan. Abundan los sustantivos abstractos puesto que se trata
de retratar el mundo interior de Ángela Vicario y el cambio radical que experimenta su carácter:
“destino”, “rencor” o “certidumbre”, que contrastan con algunos concretos como “carta” o
“maleta”, términos absolutamente imprescindibles dentro de este fragmento. Por lo que se refiere a
los verbos, existen formas verbales en pretérito perfecto simple: “descubrió”, “volvió”, “despertó”,
que utiliza el narrador para relatar los hechos finalizados y localizados en el pasado, así como el
pretérito imperfecto que indica acción inacabada, tiempo que emplea el narrador para referirse a
acciones con cierta continuidad en el tiempo: “bastaba”, “inventaba”, tiempo que también usa para
referirse a acciones habituales y durativas. Solo la acción acometida por la llegada de San Román
con la maleta llena de cartas, está en presente (“-Bueno- dijo, aquí estoy”), de manera que la acción
se percibe como si se estuviera produciendo.
En cuanto a la modalidad oracional utilizada, es la enunciativa y se pueden señalar
diversos tipos de oraciones simples: “Escribió una carta semanal durante media vida”, “En prueba
de mi amor te envío mis lágrimas”. Junto a una sintaxis simple, también encontramos algunos
ejemplos de oraciones compuestas, subordinadas causales, comparativas, que utiliza para contrastar
las diferencias entre lo que ella sentía y la realidad que se le presentaba, muchas coordinadas
copulativas con las que añade matices al aspecto de los personajes, a las acciones, etc. “Estaba
gordo y se le empezaba a caer el pelo, y ya necesitaba espejuelos para ver de cerca”, etc.