Rmi. Ut 6. Entrenamiento en Autonomía Personal y Social - Habilidades Sociales y Cognitivas

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RMI – PROMOCIÓN A LA AUTONOMÍA PERSONAL Y SOCIAL

UT. 6. – ENTRENAMIENTO EN AUTONOMÍA PERSONAL Y


SOCIAL: HABILIDADES SOCIALES Y COGNITIVAS

SECCIÓN 1. ENTRENAMIENTO Y ADQUISICIÓN DE LAS


HABILIDADES SOCIALES

6.1 LAS HABILIDADES SOCIALES


Definición
Las habilidades sociales son un conjunto de capacidades y
destrezas que nos ayudan a funcionar con mayor eficacia en las
relaciones interpersonales.

6.1.1. Tipología de habilidades


Según Goldstein, se pueden clasificar en...
 Básicas.
 Avanzadas.
 Afectivas.
 Alternativas a la agresión.
 Para hacer frente al estrés.
 De planificación.

6.1.2. Componentes de las habilidades sociales


El comportamiento de una persona en situaciones sociales
implica tres tipos de componentes (conductuales, cognitivos y
fisiológicos) que se presentan integrados y relacionados entre sí
y que es necesario dominar adecuadamente para alcanzar una
conducta habilidosa.

A. Componentes conductuales
Están relacionados con la comunicación y son de tres tipos:
 Componentes verbales
Son los elementos relacionados con el código lingüístico.
 Componentes no verbales.
Son los elementos no lingüísticos que transmiten información.
 Componentes afectivos.
Son los elementos que expresan el grado de afinidad que se
establece entre las personas interlocutoras.

B. Componentes cognitivos
Son los conocimientos y capacidades personales que permiten
percibir, procesar y utilizar la información en una situación
comunicativa.

Algunos componentes cognitivos son: competencias cognitivas,


constructos personales, expectativas, valores subjetivos de los
estímulos, sistemas y planes de autorregulación, locus de control,
percepción de la situación.
C. Componentes fisiológicos
Los componentes fisiológicos son las reacciones orgánicas a la
situación comunicativa.

6.1.3. Capacidades para la competencia social


Existen algunas habilidades que tienen un papel destacado en la
competencia social, ya que facilitan la gestión de las relaciones
interpersonales. Algunas de ellas son la empatía, la escucha
activa, la asertividad y la capcidad de resolución de conflictos.

6.1.4. Dificultades en la competencia social


Unas habilidades sociales deficitarias comportan dificultades para
relacionarse en cualquier ambiente, lo que genera falta de
aceptación y puede provocar aislamiento o exclusión social.

Estas dificultades pueden ser de dos tipos según su puesta en


práctica,
 Déficit en las habilidades
 Interferencia en las habilidades

6.1.5. Los programas de entrenamiento en habilidades


sociales
Definición
Un programa en entrenamiento en habilidades sociales es el conjunto
de actividades orientadas a dotar a la persona usuaria de destrezas
que le permitan desenvolverse con mayor eficacia en diferentes
entornos sociales.

Al igual que otros programas, los de entrenamiento en habilidades


sociales se organizan en cuatro fases
 Valoración del déficit en habilidades sociales.
 Planificación de la intervención.
 Ejecución de las actividades.
 Evaluación de la intervención.

6.2 VALORACIÓN DE LAS HABILIDADES SOCIALES


Como el resto de los programas, en el entrenamiento de las
habilidades sociales es necesario valorar el nivel de desempeño
de la persona, es decir, el déficit en las habilidades y su
capacidad potencial para desarrollarlas.

Por eso, es necesario llevar a cabo una evaluación exhaustiva de


las distintas habilidades en las tres dimensiones (conductual,
cognitiva y fisiológica) para valorar con precisión la competencia
social de la persona usuaria.

La elección de las técnicas e instrumentos adecuados


proporcionará la información necesaria para formular un
diagnóstico preciso a partir del cual diseñar el programa.
Técnicas e instrumentos de valoración
 La entrevista personal
 La observación
 Los índices o escalas estandarizadas

6.3 PLANIFICACIÓN DEL PROGRAMA


A partir del diagnóstico de la competencia social derivado del
análisis de la información obtenida en la fase de valoración, se
puede pasar a planificar el entrenamiento individualizado.

Para esto, se deben formular los objetivos del programa y a partir


de ellos realizar el diseño de la programación u ordenación de las
actividades en sesiones. Se detallarán así mismo las técnicas de
intervención y los recursos necesarios para su puesta en
práctica.
6.3.1. Objetivos del programa
A nivel general, alguno de los objetivos más habituales son:
 Adquirir las habilidades sociales de las que carecen o perfeccionar
las que figuran en el repertorio personal y aprender a ponerlas en
práctica en el contexto adecuado.
 Mejorar la comunicación en situaciones interpersonales, utilizando
adecuadamente los recusos verbales, no verbales, afectivos y
cognitivos.
 Aprender a identificar y gestionar adecuadamente sentimientos y
emociones.
 Mejorar la autoestima, el autoconcepto y al autoconfianza de la
persona.
6.3.2. Diseño del programa
Teniendo en cuenta los objetivos, se puede diseñar el prgorama.
Su elaboración se lleva a cabo en una sucesión de acciones.
 Establecer el marco temporal del programa. Definir el número
de sesiones del programa.
 Delimitar los bloques de actividades o módulos.
 Planificar cada sesión y establecer cronograma del programa
de entrenamiento en habilidades sociales.
6.3.3. Técnicas de intervención
Dada la gran variedad de habilidades sociales que se pueden
entrenar, hay una gran diversidad de técnicas para llevarlas a
cabo. Algunas de ellas son:
 Técnicas de dramatización
 Role playing
 Las dinámicas de grupo
6.3.4. Recursos
El entrenamiento en habildades sociales no suele requerir
recuros especializados, más allá de apoyos que la persona
pueda requerir. De hecho, en muchas actividades solo es
necesario un espacio suficientemente amplio y estimulante

6.4 LA EJECUCIÓN DEL PROGRAMA


Los programas de entrenamiento en habilidades sociales suelen
realizarse en sesiones en grupo, aunque paralelamente puedan
desarrollarse otras individuales complementarias para reforzar lo
aprendido en las grupales.

En la ejecución del programa, hay que tener en cuenta:


 El desarrollo de las sesiones
 La actuación profesional
 Orientaciones para el desarrollo de habilidades
comunicativas (comunicación verbal, comunicación no
verbal, desarrollo de la escucha activa, desarrollo de la
asertividad, gestión de conflictos)

6.5 EVALUACIÓN DE LA INTERVENCIÓN


El objetivo final del programa para desarrollar las habilidades
sociales es que la persona usuaria sea capaz de poner en
práctica, en situaciones reales y contextos variados todo lo que
ha aprendido en las sesiones.

Los diferentes aspectos que se han de evaluar son…


 La evaluación de las actividades (del resultados y de las
personas)
 La evaluación del programa

UT. 6. – ENTRENAMIENTO EN AUTONOMÍA PERSONAL Y


SOCIAL: HABILIDADES SOCIALES Y COGNITIVAS

SECCIÓN 2. ESTIMULACIÓN, MANTENIMIENTO Y


REHABILITACIÓN DE LAS FUNCIONES COGNITIVAS

6.6 LAS FUNCIONES COGNITIVAS


Las funciones cognitivas son las capacidades que hacen posible
que una persona adquiera, procese, almacene, transforme y
recupere la información del entorno.
6.6.1. Las funciones cognitivas básicas y superiores
Según la complejidad de los procesos que se llevan a cabo, las
funciones cognitivas se organizan en dos niveles:
 Funciones cognitivas básicas: regulan procesos elementales. Lo
son la percepción, la atención y la memoria, además de la
orientación espacio temporal.
 Funciones cognitivas superiores: son de mayor complejidad y
específicas del ser humano. Lo son el pensamiento y el lenguaje
6.6.2. El estado de ánimo
El estado de ánimo es una tendencia emocional de larga
duración, que impregna los sentimientos, pensamientos y
comportamientos de la persona.
6.6.3. La personalidad
La personalidad es el conjunto de características emocionales, de
pensamiento y de conducta que definen globalmente a una
persona.
6.7 EL DÉFICIT EN HABILIDADES COGNITIVAS
La intervención en personas con déficit en habilidades cognitivas
deberá afrontarse a partir del tipo de disfunciones que presenten.
6.7.1. Disfuncionalidad cognitiva
Una disfunción cognitiva es una alteración en alguna función que
limita la competencia cognitiva de la persona.
La alteración puede ser debida a un déficit por una afectación
cerebral o a una disonancia originada por una situación conflictiva
o por un proceso psicológico o patológico.
Tipos de disfuncionalidad cognitiva:
• Disfunción por déficit
• Disfunción por disonancia
6.7.2. Características cognitivas en distintos colectivos
Cualquier persona puede, en algún momento de su vida, tener
dificultades en las funciones cognitivas. Sin embargo, en algunos
colectivos estas alteraciones son más frecuentes y presentan
unas características comunes. Este es el caso de:
• Persona con discapacidad sensorial o motora
• Persona con discapacidad intelectual
• Personas mayores
• Persona con trastorno o enfermedades mentales
• Persona con estados de ánimo depresivo
6.7.3. La intervención en las funciones cognitvas
Como el resto de habilidades humanas, las funciones cognitvas
se pueden mejorar u optimizar mediante la práctica o el
entrenamiento.
Siempre es importante llevar a cabo una buena valoración de la
capacidad cognitiva y del estado de ánimo de la persona. Y a
continuación se establecerían las fases de la planificación que
como el resto de programas de habilidades de autonomía
personal y social (HAPS) se debe:
• Formular los objetivos en función del diagnóstico
• Establecer el marco temporal del programa
• Determinar los contenidos que se trabajarán en el programa
• Seleccionar las técnicas y estrategias que se aplicarán
• Planificar cada sesión, estableciendo los objetivos y actividades
concretas.
Los recursos de intervención
La intervención en las funciones cognitivas suele requerir algunos
recursos tradicionales como juegos de mesa, adivinanzas,
canciones y pasatiempos, entre otros.

Cuando hay un trabajo más estructurado y sistemático, podemos


contar con otros recursos más específicos como:
• Cuadernos de ejercicios de estimulación cognitiva
• Aplicaciones de juegos de entrenamiento cerebral
• Plataformas en línea de ejercicios de estimulación cognitiva

6.8 LA VALORACIÓN DE LA CAPACIDAD COGNITIVA


En los programas de intervención de las funciones cognitivas, el
primer paso es evaluar la competencia cognitiva de la persona.
Se hace necesario conocer el déficit cognitivo y el estado de
ánimo, ya que según la alteración existente será necesario incidir
en una u otra área.
Instrumentos para obtener la información:
• La entrevista
• La observación
• Escalas o índices estandarizados
El instrumento básico para obtener información cualitativa en
ambos casos es la entrevista personal a la persona usuaria o a la
familia. Esta fuente de información es puede completar con la
observación y sobre todo con el uso de escalas o índices
estandarizados.

6.9 TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN DE LAS FUNCIONES


COGNITIVAS
Para estimular, mantener y rehabilitar las funciones cognitivas se puede
recurrir a técnicas específicas como:
• Las técnicas de estimulación cognitiva
• Las técnicas cognitivas
Así mismo, se presentan otras técnicas que, sin estar concebida para
este cometido, contribuyen a mantener en buen estado las funciones
cerebrales o a mejorar el estado de ánimo. Un ejemplo de ellas son:
• La psicomotricidad
• Las técnicas de relajación (respiración profunda, relajación
progresiva, mindfullness, musicoterapia)

6.10 LA EVALUACIÓN DE LA INTERVENCIÓN


La evaluación de una intervención de estimulación cognitiva sigue los
mismos principios y usa las mismas herramientas que ya se han visto
en unidades anteriores.
Así pues, los aspectos que deben valorarse son:
• El proceso de intervención: la planificación y realización de las
actividades, los recursos utilizados, el nivel de participación,…
• La progresión, comparando la situación inicial y la situación al
finalizar el programa.
• Los resultados de la intervención: si se han alcanzado los
objetivos específicos previstos y en qué grado.
• La satisfacción de la persona usuaria.
• El desempeño de los y las profesionales: su labor, su
competencia,...
La evaluación se puede realizar desde dos vertientes no excluyentes:
• Desde una perspectiva informal, cualitativa, observando el
coportamiento y las respuestas de la persona en las distintas
situaciones cotidianas.
• Desde una perspectiva formal, cuantitativa y más objetiva,
mediante escalas de estimación o listas de control.
Con los resultados de la evaluación, el equipo interdisciplinario
elaborará un informe; comunicará a la persona usuaria y / o a su familia
las conclusiones y les planteará la continuidad del programa, su
modificación, o bien su retirada o sustitución por otro más acorde con
las nuevas necesidades.

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