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Libertad de Expresión

- Introducción y concepto

RESTRICCIONES A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN (GABRIELA)

CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

ARTÍCULO 13. LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de


expresión.Este derecho comprende la libertad de buscar recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de
fronteras, ya sea oralmente por escrito o en forma impresa o artística o
cualquier otro procedimiento de su elección.

2. EL EJERCICIO DEL DERECHO PREVISTO EN EL INCISO


PRECEDENTE NO PUEDE ESTAR SUJETO A PREVIA CENSURA
SINO A RESPONSABILIDADES ULTERIORES, LAS QUE DEBEN
ESTAR EXPRESAMENTE FIJADAS POR LA LEY Y SER
NECESARIAS PARA ASEGURAR:

A) EL RESPETO A LOS DERECHOS O A LA REPUTACIÓN DE LOS


DEMÁS, O

B) LA PROTECCIÓN DE LA SEGURIDAD NACIONAL, EL ORDEN


PÚBLICO O LA SALUD O LA MORAL PÚBLICAS.

3. NO SE PUEDE RESTRINGIR EL DERECHO DE EXPRESIÓN POR


VÍA O MEDIOS INDIRECTOS, TALES COMO EL ABUSO DE
CONTROLES OFICIALES O PARTICULARES DE PAPEL PARA
PERIÓDICOS, DE FRECUENCIAS RADIOELÉCTRICAS, O DE
ENSERES Y APARATOS USADOS EN LA DIFUSIÓN DE
INFORMACIÓN O POR CUALESQUIERA OTROS MEDIOS
ENCAMINADOS A IMPEDIR LA COMUNICACIÓN Y LA CIRCULACIÓN
DE IDEAS Y OPINIONES.

4. LOS ESPECTÁCULOS PÚBLICOS PUEDEN SER SOMETIDOS


POR LA LEY A CENSURA PREVIA CON EL EXCLUSIVO OBJETO DE
REGULAR EL ACCESO A ELLOS PARA LA PROTECCIÓN MORAL DE
LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA, SIN PERJUICIO DE LO
ESTABLECIDO EN EL INCISO 2.
5. ESTARÁ PROHIBIDA POR LA LEY TODA PROPAGANDA EN
FAVOR DE LA GUERRA Y TODA APOLOGÍA DEL ODIO NACIONAL,
RACIAL O RELIGIOSO QUE CONSTITUYAN INCITACIONES A LA
VIOLENCIA O CUALQUIER OTRA ACCIÓN ILEGAL SIMILAR
CONTRA CUALQUIER PERSONA O GRUPO DE PERSONAS, POR
NINGÚN MOTIVO, INCLUSIVE LOS DE RAZA, COLOR, RELIGIÓN,
IDIOMA U ORIGEN NACIONAL.

El ejercicio de los derechos, en general, puede sujetarse a


determinadas limitaciones o restricciones, que contempla la propia
Convención Americana. Se ha explorado frecuentemente el alcance de
las restricciones, su fuente, sus consecuencias, su legitimidad, así como
los efectos que acarrea el abuso o exceso en una conducta que pudiera
ampararse, en principio, por un derecho nacional e internacionalmente
reconocido. Esto atañe también a la libertad de expresión. El artículo 13
del Pacto de San José contiene reglas de carácter específico a este
respecto.

La expresión restricción alude a la conducta definida legalmente como


generadora de responsabilidad por el abuso de la libertad de expresión.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos por su parte destacó en


varias oportunidades que la libertad de expresión debe ser entendida
desde una doble perspectiva, por un lado como derecho individual de
las personas de expresar sus propios pensamientos e ideas y por otro
lado como derecho colectivo de la sociedad de recibir ideas y
pensamientos de los demás y de estar bien informados, es decir, poder
conocer la opinión de otros es tan importante como conocer la de los
demás pero dar nuestra propia opinión o que otra persona pueda
hacerlo no significa que se pueda emitir sin ningún tipo de restricción
sino que va a incurrir en responsabilidades que lo establece el artículo
19 de la constitución nacional:

LAS ACCIONES PRIVADAS DE LOS HOMBRES QUE DE NINGÚN


MODO OFENDAN AL ORDEN Y A LA MORAL PÚBLICA, NI
PERJUDIQUEN A UN TERCERO, ESTÁN SÓLO RESERVADAS A
DIOS, Y EXENTAS DE LA AUTORIDAD DE LOS MAGISTRADOS.
NINGÚN HABITANTE DE LA NACIÓN SERÁ OBLIGADO A HACER LO
QUE NO MANDA LA LEY, NI PRIVADO DE LO QUE ELLA NO
PROHÍBE.

Es decir que puede haber restricciones siempre y cuando estén fijadas


por la ley. Para que se respete los derechos de los demás y que guarde
correlación con el orden nacional. Tenemos como regla general con las
restricciones que el estado no puede prohibir opiniones lo que si puede
hacer es fijar restricciones que estén fijadas por la ley.

En segundo lugar la restricción establecida por la ley debe responder a


un objetivo permitido por la convención americana, el artículo 13.2 de
ésta permite las restricciones necesarias para asegurar “el respeto a los
derechos o a la reputación de los demás” o “la protección de la
seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

En cuanto a la restricción de CENSURA PREVIA La Convención


establece —como principio— la prohibición de la censura previa por
cualquier medio, ya sea en forma directa o bien a través de vías
indirectas como las citadas en el inciso tercero del artículo a modo de
ejemplos. La única excepción prevista a la prohibición precedente se
encuentra contemplada en el mismo artículo y sólo permite ser
interpretada en un sentido muy limitado. Así, la norma de la convención
autoriza la regulación por parte del Estado del acceso a los
espectáculos públicos para la protección moral de la infancia y
adolescencia. En tal sentido, se sostiene que los entes estatales
respectivos podrían realizar una calificación previa de una película, obra
o programa televisivo como apto o no apto para menores de
determinada edad, pero en ningún caso podrían sugerir ni imponer
cortes o modificaciones bajo el pretexto de la mencionada excepción a
la censura previa.

La condena a la censura previa fue puesta particularmente de resalto


por la Corte Interamericana en oportunidad de resolver el caso “Olmedo
Bustos”; en donde el Estado Chileno fue condenado por haber prohibido
a través de su censura la exhibición de la película “La última tentación
de Cristo”. En efecto, allí la Corte resaltó que en tanto la libertad de
expresión había sido lesionada, dicho Estado había incumplido con sus
obligaciones previstas en el art. 2º de la Convención (HABLA QUIEN DE
LA ULTIMA TENTACION)

En cuanto a la RESPONSABILIDAD ULTERIOR El gran énfasis que la


Convención ha puesto en la consagración del derecho de expresión no
implica reconocer que sea absoluto ni que cualquier restricción a los
medios de comunicación o, en general, a la libertad de ex- presión sea
necesariamente contraria a la norma internacional vigente. El abuso de
la libertad de expresión, si bien no puede ser objeto de medidas de
control preventivo, si por el contrario puede ser fundamento de
responsabilidad ulterior para quien lo haya cometido.
El artículo 13 de la Convención prevé en forma explícita la posibilidad de
que el Estado, en ejercicio de su poder reglamentario, pueda establecer
válidamente normas internas que regulen la responsabilidad en la
medida de que se reúnan varios requisitos. En primer lugar, resulta
fundamental la definición previa, expresa y taxativa, de las causales que
configuran tal abuso. En segundo lugar, es imprescindible atender a la
legitimidad de los fines per- seguidos al establecerlas. En este sentido,
la Convención sólo señala como fines el respeto de los derechos o la
reputación de los demás y la protección de la seguridad nacional, el
orden público o la salud o la moral pública. Final- mente, esas causales
de responsabilidad deben “ser necesarias para asegurar los
mencionados fines”

De este modo, la Corte Interamericana sostiene que el juicio sobre si


una restricción a la libertad de expresión impuesta por el Estado es
necesaria para atender a los fines previstos en la convención, debe
guardar estricta relación con la satisfacción de un interés público
imperativo, que se vincule con necesidades legítimas de las sociedades
e instituciones democráticas y que resulte proporcional y razonable al
interés o finalidad que la justifica. Con estas reglas, el sistema
interamericano persigue evitar cualquier acto u omisión discrecional por
parte del Estado que pueda llevar irremediablemente a la supresión,
alteración o desnaturalización del derecho garantizado por la
Convención.

Un ejemplo claro de la aplicación de esta postura puede observarse en


el reciente caso “Kimel” (HABLA QUIEN EXPONGA KIMEL)
- Sistema Interamericano de Derechos
Humanos (Elisabeth)
En la Organización de Estados Americanos, existen varios instrumentos en donde
proclaman al derecho de la libertad de expresión como derecho fundamental e
inalienable. Un ejemplo es el artículo 4 de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y el artículo 13 de la Convención Americana de
Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión, buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda
índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma
impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección. Dicho derecho
no puede estar sujeto a previa censura, ampliaremos más adelante sobre esto.
A su vez, existen tratados especializados sobre derechos de pueblos o
comunidades específicas, como por ejemplo la Declaración Americana sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas en donde se destaca el deber de los Estados de
garantizar el acceso de estas comunidades a medios de comunicación en su idioma
y a expresarse según sus prácticas culturales y costumbres.
La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos realiza declaraciones conjuntas junto a otras relatorías de
otros instrumentos internacionales con el fin de que tanto individuos como el Estado
puedan contribuir a la protección, garantía y cumplimiento de diversos derechos.
Las declaraciones conjuntas han contribuido al establecimiento de normas
autorizadas que abordan una variedad de asuntos y desafíos como preponderar la
importancia que tiene el derecho a la libertad de expresión para la democracia, el
desarrollo sostenible y en general la protección de todos los demás derechos.
Algunas de estas declaraciones son la Declaración Conjunta sobre la Promoción de
la Libertad de Expresión de 1990 y la más reciente del 2019; la Declaración
Conjunta del Vigésimo Aniversario: Desafíos para la libertad de expresión en la
próxima década
Dentro de los desafíos propuestos por esta última declaración, de la que formaron
parte organismos como el de Naciones Unidas y la Comisión Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos, está el de crear un ambiente que permita el ejercicio de
la libertad de expresión, consolidar y mantener una Internet libre, abierta e inclusiva,
y el de establecer medidas para proteger el entorno de la libertad de expresión
frente al dominio privado de, un enorme poder concentrado en unas pocas
empresas. Algunas de esas medidas son desarrollar mecanismos de supervisión,
transparentes y que cuenten con garantías de independencia e involucren múltiples
partes interesadas, para abordar las reglas privadas de moderación de contenido
que podrían ser contrarias al derecho internacional de los derechos humanos o
interferir con el derecho de las personas a ejercer su libertad de expresión,
establecer medidas regulatorias que aborden los modelos de negocios de ciertas
empresas de tecnología digital que dependen de modelos de publicidad que
fomentan un entorno que puede ser utilizado para la viralización de engaños,
desinformación y expresiones de odio, e implementar un marco de
responsabilidades de las empresas según los Principios Rectores sobre las
Empresas y los Derechos Humanos de la ONU, respaldado por regulaciones o la
supervisión del Estado para mitigar los daños a los derechos humanos, mediante el
desarrollo de compromisos, políticas y evaluaciones públicas del impacto
persistente en los derechos humanos, entre otras.
La Relatoría Especial sobre la Libertad de Expresión también realiza informes
anuales sobre el cumplimiento de este derecho en los estados partes y en algunos
casos, realiza informes especiales para aquellos estados que lo solicitaron ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En el apartado sobre Argentina, la relatoría mencionó diversos casos de agresiones
físicas y verbales contra trabajadores de la prensa en Argentina durante 2021. Un
ejemplo de ello fueron los hechos ocurridos en Formosa durante Marzo del 2021,
sobre el alegado deterioro de las garantías para ejercer el derecho a la libertad de
expresión y el debilitamiento del Estado de Derecho. efectivos de la policía habrían
utilizado balines de goma, gases lacrimógenos y golpes contra manifestantes y
periodistas, lo que habría resultado en al menos 30 personas detenidas y varias
heridas. La Relatoría también ha recibido información sobre la persistencia de
señalamientos estigmatizantes contra la prensa por parte de personas que ejercen
la función pública en Argentina. La Relatoría recuerda que el principio 9 de la
Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH señala que “[e]l
asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así
como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos
fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es
deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y
asegurar a las víctimas una reparación adecuada”. En los sistemas democráticos, el
Estado se somete al escrutinio social a la par que le corresponde asumir el deber de
garante de la libertad de expresión de todas las personas que participan del debate
público. En este sentido, la CIDH y su Relatoría han señalado que quienes ostentan
posiciones de liderazgo público deben asegurarse que con sus pronunciamientos no
están lesionando los derechos de quienes contribuyen al debate mediante la
expresión y difusión de su pensamiento, como las y los periodistas y los medios de
comunicación. Según la Corte Interamericana de Derechos, este tipo de
declaraciones provenientes de funcionarios públicos podrían constituir una
restricción indirecta al derecho a la libertad de expresión. Mientras el cruce de
argumentos y la exposición pública de los desacuerdos enriquecen el debate, los
discursos que alientan a la estigmatización de la prensa erosionan el sistema
democrático y contribuyen a crear un clima de autocensura.
La Relatoría llama al Estado argentino a reforzar las garantías a la prensa en todo el
país, y particularmente en aquellos territorios provinciales que enfrentan obstáculos
particulares, como lo muestran los casos mencionados en el presente informe.
Asimismo, la Oficina observa que una parte considerable del respeto y garantía al
ejercicio de la libertad de expresión y prensa en Argentina está depositada en sede
judicial, por lo que se recomienda al Estado que tome en cuenta los estándares del
sistema interamericano de derechos humanos.
El informe “Mujeres periodistas y libertad de expresión” sostiene que, además de
los riesgos de amenazas y violencia que enfrentan todas las personas defensoras
de derechos humanos y periodistas en la región, las mujeres que pertenecen a
estos grupos están expuestas a riesgos adicionales o específicos. Al desafiar
estereotipos machistas que reprueban su participación en la vida pública, se
enfrentan a la violencia y la discriminación, así como a formas diferenciadas de
violencia por parte de actores estatales y no estatales. Asimismo, el informe
menciona que las periodistas conforman uno de los grupos de mujeres
particularmente afectados por la violencia en línea, que conduce a la autocensura y
es un ataque directo contra la visibilidad de las mujeres y su plena participación en
la vida pública. En este sentido, la CIDH y su Relatoría han llamado a los Estados
de las Américas a fortalecer y aplicar las medidas jurídicas, políticas públicas y de
otra índole que fomenten y protejan liderazgo de las mujeres en la sociedad y su
participación en el debate público en condiciones de igualdad, incluso en el ejercicio
del periodismo y manejo de medios de comunicación.

- Sudh

- Fallos y doctrina

DOCTRINA “REAL MALICIA”. Leading case “New York Times Co. vs. Sullivan”. (NADIA)

Esta doctrina fue elaborada por la Corte Suprema de los EE.UU y se establece que un medio
no es responsable por la información falsa que publique acerca de un funcionario público
salvo que éste pruebe que la publicación se hizo a sabiendas de su falsedad o con una total
despreocupación o desinterés de comprobar su veracidad. Es decir, para ser pasible de
resarcimiento, la carga de la prueba es invertida y es el funcionario público el que debe
probar la mala fe o la imprudencia del medio al publicar esa información no verdadera.
En nuestro país, la "Real malicia" ha sido incorporada a nuestra jurisprudencia con El fallo
"Morales Solá", dónde uno de los jueces afirmó que: el derecho de prensa no ampara la
injuria, la calumnia ni la difamación. No protege la falsedad ni la mentira. Pero, ampara sí a
la prensa, cuando la información se refiere a cuestiones públicas, a funcionarios, figuras
públicas o particulares involucrados en ella, aun si la noticia tuviera expresiones falsas o
inexactas, en cuyo caso los que se consideran afectados deben demostrar que el periodista
conocía la falsedad de la noticia y obró con real malicia con el propósito de injuriar o
calumniar”.
Esto ha generado una tensión entre la libertad de prensa, de jerarquía constitucional (art.
14 CN: "... de publicar sus ideas sin censura previa") con otros derechos constitucionales
(derechos personalísimos, por ejemplo el derecho al honor art.19 CN).

La Corte Suprema, de forma continua, ha sostenido el criterio de que los derechos


reconocidos en nuestra Constitución Nacional no tienen jerarquía interna entre ellos, y en
caso de colisión, corresponde armonizarlos según las circunstancias del caso,siendo
imposible establecer a priori la supremacía de uno sobre otros.

II.I. La doctrina "Campillay".

En el caso “Campillay”, la Corte Suprema reconoció la responsabilidad de tres diarios por


haber violado una máxima básica en el periodismo: citar la fuente de información.
Los diarios involucrados fueron La Razón, Crónica y Diario Popular transcribieron sin
mencionar su origen un comunicado policial en el cual se le imputaba al actor un delito que
resultó ser falso porque había sido sobreseído en sede penal. Como eso generó un daño en
su reputación, Julio César Campillay demandó a los diarios por daños y perjuicios. La Corte
Suprema reconoció la responsabilidad de los medios porque al no citar la fuente hicieron
suya la imputación del delito que se hacía en el comunicado policial y, por lo tanto,
aceptaron las
consecuencias que podía generar esa publicación.
Lo interesante del fallo “Campillay” es que el Máximo Tribunal desarrolló una doctrina para
eximir de responsabilidad a los medios que publican informaciones falsas, total
o parcialmente erróneas y que pueden afectar el honor de terceros. Para eso, deben citar la
fuente de información y reproducirla fielmente (en caso de ser anónima se debe aclarar tal
situación), utilizar un tiempo de verbo potencial o mantener en reserva la identidad de los
implicados. Estas condiciones
no son acumulativas sino que con cumplir con alguna de las tres ya queda excluida la
responsabilidad del medio.
Además la Corte sostuvo, que "el honor de las personas puede verse afectado no sólo por
los delitos penales de injuria y calumnias, sino también por cualquier otra lesión
injustificada, que resulte de un acto meramente culpable o aún del ejercicio abusivo del
derecho de informar".

Fallo "La última tentación de Cristo" (Bustos y otros vs. Chile)

Entre otras cosas, de este fallo podemos destacar que en cuánto al contenido de la libertad
expresión, tiene una dimensión individual y una social.
Por un lado, la primera dimensión se refiere a que nadie sea menoscabado o impedido de
manifestar su propio pensamiento y representa un derecho de cada individuo. La segunda
dimensión, implica un derecho colectivo a recibir cualquier tipo de información (por ej.
opiniones, relatos y noticias) y a conocer la expresión de pensamiento ajeno. Las dos
dimensiones mencionadas deben ser garantizadas en simultáneo.
En nuestra Constitución el derecho a la libertad de expresión está conformado por una
especie de "bloque" junto con otras normas constitucionales para evitar una limitación o
restricción y preservar nuestro sistema republicano (que surge del Art.1 CN y art.32), es por
eso que recibe una protección más amplia que los derechos individuales. Este derecho es
uno de los pilares fundamentales para el sostenimiento de la democracia.

Incumplimiento de los arts. 1.1 y 2 cadh.


La Corte consideró en el caso, al mantener la censura cinematográfica en el ordenamiento
jurídico chileno, el Estado incumplió con el deber de adecuar su derecho interno a la
convención.
Siguiendo este punto, el Estado de Chile también ha incumplido con los deberes de respetar
y garantizar los derechos protegidos x la convención, sin embargo, a pesar del proyecto de
reforma que propuso el Estado para eliminar la censura cinematográfica, no fue adoptado al
momento de la sentencia y no se permitió la exhibición de la película "la última tentación de
Cristo". Por lo mismo, la Corte decidió que en el plazo de 6 meses, de haber sido notificado
de la sentencia, brinde un informe sobre las medidas tomadas al respecto.

Por último, de acuerdo a la aplicación del art.63.1 CADH, la Corte estableció como medida
de reparación pertinente para las víctimas, el reintegro por los gastos realizados en el
proceso en jurisdicción interna y ante el sistema interamericano de protección. La Corte
estimó la suma total de $4.300 dólares americanos.

- Art. 29 y 32. Opinión consultiva n° 05/85. (FRANCO)


Art.29 CADH.- Normas de interpretación.
Ninguna disposición de esta Convención puede ser interpretada en el sentido de:
A) Permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio
de los derechos y libertades reconocidos en la CADH o limitarlos en mayor medida
que la prevista en ella.
B) Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes o de
acuerdo con otra convención.
C) Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se
derivan de la forma democrática representativa de gobierno.
D) Excluir o limitar el efecto que puedan producir la DADDH.

Art.32.- Correlación entre deberes y derechos.(...) 2. Los derechos de cada persona


están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas
exigencias del bien común, en una sociedad democrática.

Oc. 05/1985. "La colegiación obligatoria de los periodistas"

El gobierno de Costa Rica, solicitó ante la Comisión idh una opinión consultiva acerca de la
interpretación de los arts.13 y 29 de la convención y, sobre la compatibilidad de la ley
n°4420 de 1969 (ley del Colegio de periodistas de Costa Rica). En concreto, se solicitó

La Corte Interamericana en la mencionada opinión consultiva estableció que “por tanto,


cuando se restringe ilegalmente la libertad de expresión de un individuo, no sólo es el
derecho de ese individuo el que está siendo violado, sino también el derecho de todos a
recibir informaciones e ideas, de donde resulta que el derecho protegido por el art.13 tiene
un alcance y carácter especiales".

La Corte Interamericana en la mencionada opinión consultiva estableció que “por tanto,


cuando se restringe ilegalmente la libertad de expresión de un individuo, no sólo es el
derecho de ese individuo el que está siendo violado, sino también el derecho de todos a
recibir informaciones e ideas, de donde resulta que el derecho protegido por el art.13 tiene
un alcance y carácter especiales".

La cuestión que se plantea entonces es si los fines que se persiguen con tal colegiación
entran dentro de los autorizados por la Convención, es decir, son necesarios para asegurar:
a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o b) la protección de la
seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas" (art. 13.2).

Igualmente, la Corte indicó que las reglas consagradas en el artículo 13.2 de la CADH
deben interpretarse de acuerdo con las disposiciones del artículo 13.3 del mismo
instrumento y que explícitamente prohíbe las restricciones a la libertad de expresión a
través de “vías o medios indirectos […] encaminados a impedir la comunicación y la
circulación de ideas y opiniones”.

La Corte consideró respecto de la colegiación obligatoria para periodistas, que la misma


involucraba una restricción para los no colegiados a expresarse libremente. En este sentido,
procedió a examinar si dicha restricción perseguía un fin legítimo conforme a lo consagrado
en la Convención.

Al respecto indicó que el Estado señaló:«la colegiación obligatoria es el modo normal de


organizar el ejercicio de las profesiones en los distintos países». Finalmente, el Colegio de
Periodistas de Costa Rica indicó que la colegiación era «un medio para garantizar la
independencia de los periodistas frente a sus empleadores». Para la Corte, las anteriores
justificaciones estarían encaminadas “a justificar la colegiación obligatoria como un medio
para asegurar el orden público como una justa exigencia del bien común en una sociedad
democrática “.
Para la Corte, la aplicación del artículo 32.2 de la CADH, que permite limitar los derechos
con el fin de garantizar el «bien común», no es aplicable de la misma forma a todos los
derechos.

Al respecto indicó que el Estado señaló:”la colegiación obligatoria es el modo normal de


organizar el ejercicio de las profesiones en los distintos países». Para la Corte, las
anteriores justificaciones estarían encaminadas «a justificar la colegiación obligatoria como
un medio para asegurar el orden público como una justa exigencia del bien común en una
sociedad democrática “.

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