Comentario Libro Isaías - Elena White
Comentario Libro Isaías - Elena White
Comentario Libro Isaías - Elena White
CAPÍTULO 1
1. (Heb. 11: 37). Isaías fue cortado con una sierra.-
Isaías, a quien el Señor permitió que viera cosas maravillosas, fue aserrado en dos
partes porque reprendió fielmente los pecados de la nación judía. Los profetas que
vinieron para cuidar la viña del Señor fueron ciertamente maltratados y muertos.
"Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada;
anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados"; hombres de quienes el mundo no era digno. Fueron
tratados cruelmente y desterrados del mundo (ST 17-2-1898).
2-3. Un pueblo que aparentaba servir a Dios.-
[Se cita Isa. 1: 2-3.] La forma en que Israel se portó con Dios demandaba esas
palabras. Una prueba de la perversidad del pueblo era el hecho de que manifestara
menos gratitud.... menos sumisión hacia Dios que las que los animales del campo
manifiestan a sus dueños...
El primer capítulo de Isaías es una descripción de un pueblo que aparentaba servir a
Dios, pero que caminaba por sendas prohibidas (MS 29, 1911).
4. La separación indujo a una locura insolente y temeraria-
El que pretendía ser el pueblo de Dios se había separado del Eterno, y había perdido
su sabiduría y pervertido su entendimiento. No podía ver muy lejos, pues se olvidó de
que había sido limpiado de sus antiguos pecados. Se movía inquieta e inseguramente
en la oscuridad, procurando borrar de su mente el recuerdo de la libertad, seguridad
y felicidad que antes había tenido. Se hundieron en toda clase de locuras insolentes
temerarias; se opusieron a las providencias de Dios, y ahondaron la culpa que ya
pesaba sobre ellos. escucharon las acusaciones de Satanás contra el carácter divino, y
representaron a Dios como desprovisto de misericordia y perdón. El profeta los
describe diciendo:
"¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos
depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás"
(RH 6-8-1895).
19. La obediencia conduce a la perfección.-
No podemos estimar demasiado el valor de la fe sencilla y la obediencia
incondicional. El carácter se perfecciona al seguir con fe sencilla por senda de la
obediencia (MS 5a, 1895).
CAPÍTULO 3
18-23 (1 Ped. 3: 1-5). La belleza del alma es un reproche permanente.-
En el capítulo tercero de la profecía de Isaías se menciona el orgullo prevaleciente de
"las hijas de Sión", con su "atavío del calzado.... los collares, los pendientes y los
brazaletes, las cofias, los atavíos 1160 de las piernas, los partidores del pelo, los
pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala,
los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados"
(vers. 18-23). Cuán diferente es este cuadro del que presenta el apóstol Pedro de la
mujer temerosa de Dios que, estimando en su verdadero valor el "atavío... externo de
peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos", prefiere cultivar la
belleza del alma, el "ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios". Así era como "se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres
que esperaban en Dios", y su "conducta casta y respetuosa" (1 Ped. 3: 1-5), tal como
se manifestaba en la vida diaria, siempre era un reproche permanente para sus
hermanas que procedían neciamente (RH 4-3-1915).
CAPÍTULO 5
18-23. (cap. 8: 12). La confianza en el hombre estorba los mensajes de Dios.-
[Se cita Isa. 5: 18.] Los hombres pueden tratar de robustecer sus fuerzas uniéndose
para constituir lo que según ellos, son sociedades fuertes para llevar a cabo los planes
que han trazado. Pueden ensalzar sus almas con orgullo y suficiencia propia, pero
Aquel que es poderoso en consejo no concuerda con ellos. Su incredulidad en los
propósitos y en la obra de Dios, y su confianza en el hombre, no les permitirán recibir
los mensajes divinos (RH 22-12-1896).
19-23. (cap. 50: 11). Los hombres llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo.-
[Se cita Isa. 5: 19-23.] A fin de exaltar sus propias opiniones, los que aquí se
representan emplean un razonamiento que no está autorizado por la Palabra de
Dios. Andan a la luz de las antorchas que han encendido. Mediante sus
razonamientos engañosos confunden la distinción que Dios desea que se haga entre
lo bueno y lo malo. Se rebaja lo sagrado colocándolo al mismo nivel de las cosas
comunes. La avaricia y el egoísmo reciben nombres falsos: se los llama prudencia. Su
actitud independiente y rebelde, su venganza y terquedad son, ante sus ojos, pruebas
de dignidad, evidencias de un pensamiento noble. Proceden como si el ignorar las
cosas divinas no fuera peligroso y aun fatal para el alma; y prefieren sus propios
razonamientos antes que la revelación divina, sus propios planes y sabiduría humana
antes que las admoniciones y las órdenes de Dios. La piedad y rectitud de otros son
llamadas fanatismo, y los que practican la verdad y la santidad son vigilados y
criticados. Ridiculizan a los que enseñan y creen en el misterio de la piedad: "Cristo
en vosotros, la esperanza de gloria". No disciernen los principios que sostienen estas
cosas, y continúan en su mal camino, dejando abiertas las defensas para que Satanás
encuentre fácil acceso al alma (RH 22-12-1896).
20. Observad para alabar, no para condenar.-
Los labios que han pronunciado cosas perversas contra los siervos enviados por Dios
y han menospreciado el mensaje dado por ellos, han hecho de las tinieblas luz y de la
luz tinieblas. Si en vez de buscar, como hacían los fariseos, algo para condenar en el
mensaje o en los mensajeros, algo de qué mofarse y burlarse, hubieran abierto el
corazón a los brillantes rayos del Sol de justicia, habrían estado ofreciendo una grata
alabanza y no fijándose en algo que pudieran interpretar mal o torcer para encontrar
faltas (Carta 31a, 1894).
Los hombres capaces pero inconversos, hacen un gran daño.-
[Se cita Isa. 5:20.] Los hombres pueden poseer capacidades que les han sido
confiadas por Dios; pero si no son humildes y diariamente demuestran que están
convertidos, si no son vasos de honra, harán un daño mayor debido a sus facultades.
Si no están dispuestos a aprender de Cristo Jesús, si no oran y mantienen en sujeción
sus tendencias naturales heredadas y cultivadas, algunos rasgos de carácter que Dios
aborrece pervertirán el juicio de los que se relacionan con ellos (Carta 31a, 1894).
CAPÍTULO 6
1-7. (Apoc. 11: 19). La experiencia de Isaías representa a la iglesia de los últimos
días.-
[Se cita Isa. 6: 1-4.] Mientras el profeta Isaías contemplaba la gloria del Señor, quedó
asombrado y abrumado por el sentimiento de su propia debilidad e indignidad, y
exclamó: "¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey,
Jehová de los ejércitos".
Isaías había condenado los pecados de otros; pero ahora se vio a sí mismo expuesto a
la misma condenación que había pronunciado contra ellos. En su culto a Dios se había
contentado con tina ceremonia fría y sin vida. No se había dado cuenta de esto hasta
que recibió la visión del Señor. Cuán pequeños le parecieron entonces sus talentos y
su sabiduría al contemplar la santidad y majestad del santuario [celestial]. ¡Cuán
indigno era! ¡Cuán incapaz para el servicio sagrado! "forma en que se vio a sí mismo
podría expresarse en el lenguaje del apóstol Pablo: ¡Miserable de mí! ¿quién me
librará de este cuerpo de muerte?" (Rom. 7: 24).
Sin embargo, se envió alivio a Isaías en su angustia. [Se cita Isa. 6: 6-7.]...
La visión que le fue dada a Isaías representa la condición del pueblo de Dios en los
últimos días. Este tiene el privilegio de ver por fe la obra que se está realizando en el
santuario celestial: "Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto
se veía en el templo". Mientras el pueblo de Dios mira por fe dentro del lugar
santísimo, y ve la obra de Cristo en el santuario celestial, percibe que es un pueblo de
labios inmundos; y pueblo cuyos labios con frecuencia han hablado vanidad, y cuyos
talentos no han sido santificados y usados para la gloria de Dios. Bien podría
desesperarse al contrastar su propia debilidad e indignidad con la pureza y el encanto
del glorioso carácter de Cristo. Pero si lo desea, recibirá como Isaías la impresión que
el Señor quiere hacer en el corazón. Hay esperanza para él si quiere humillar su alma
ante Dios. El arco de la promesa está por encima del trono, y la obra hecha para Isaías
se hará para el pueblo de Dios. Dios responderá a las peticiones que se eleven de los
corazones contritos (RH 22-12- 1896).
Isaías recibió una maravillosa visión de la gloria de Dios. Vio la manifestación del
poder de Dios, y después de haber contemplado su majestad recibió el mensaje de ir
y realizar cierta obra; pero se sintió completamente indigno para ella. ¿Qué hizo que
se considerara indigno? ¿Pensó que era indigno antes de tener la visión de la gloria de
Dios? No. Se imaginaba que era recto delante de Dios; pero cuando se le reveló la
gloria del Señor de los ejércitos, cuando contempló la inexpresable majestad de Dios,
dijo: "¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey,
Jehová de los ejércitos Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un
carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca,
dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado". Como
seres humanos, ésta es la obra que necesitamos que se haga por nosotros.
Necesitamos que el carbón encendido tomado del altar sea colocado sobre nuestros
labios. Necesitamos escuchar las palabras: "Es quitada tu culpa, y limpio tu pecado"
(RH 4-6-1889).
1-8. La gloria de la Shekina* revelada a Isaías.-
Cristo mismo era el Señor del templo. Cuando lo abandonara, desaparecería su
gloria: esa gloria que una vez fue visible en el lugar santísimo, sobre el propiciatorio,
donde el sumo sacerdote sólo entraba una vez en el año, en el gran día de la
expiación, con la sangre de la víctima sacrificado (símbolo de la sangre del Hijo de
Dios derramada por los pecados del mundo), y la asperjaba sobre el altar. Esta era la
Shekina: la habitación [movible, temporal y] visible de Jehová.
Fue esta gloria la que se reveló a Isaías, cuando dijo: "En el año que murió el rey Uzías
vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo"
[se cita Isa. 6: 1-8] (MS 71, 1897).
Una visión de la gloria lleva a una convicción genuina de indignidad.-
En el año en que murió el rey Uzías se le permitió a Isaías que mirara en visión dentro
del lugar santo y dentro del lugar santísimo del santuario celestial. Fueron abiertas
las cortinas del compartimiento interior del santuario, y pudo contemplar la
revelación de un trono alto y sublime que se alzaba, por así decirlo, hasta los mismos
cielos. Una gloria indescriptible emanaba de un personaje que ocupaba el trono, y sus
faldas llenaban el templo así como su gloria finalmente llenará la tierra. Había
querubines a cada lado del propiciatorio , como guardianes alrededor del gran rey, y
resplandecían con la gloria que los envolvía procedente de la presencia de Dios. A
medida que sus cantos de alabanza resonaban con profundas y fervientes notas de
adoración, se estremecieron los quiciales de las puertas como si hubieran sido
sacudidos por un terremoto. De estos seres santos brotaban la alabanza y la gloria a
Dios con labios sin contaminación de pecado. El contraste entre la débil alabanza que
había estado acostumbrado a elevar al Creador y las fervientes alabanzas de los
serafines, asombró y humilló al profeta. En ese momento tenía el sublime privilegio
de apreciar la inmaculada pureza del excelso carácter de Jehová.
Mientras escuchaba el canto de los ángeles que clamaban "Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria", la gloria, el poder
infinito y la insuperable majestad del Señor pasaron ante su visión, y su alma fue
impresionada. A la luz de ese resplandor sin par que puso de manifiesto todo lo que
podía soportar de la revelación del carácter divino, se destacó ante él con asombrosa
claridad su propia contaminación interior. Sus propias palabras le parecieron viles.
Cuando al siervo de Dios se le permite que contemple la gloria del Dios del cielo,
cuando el Eterno se quita su velo ante la humanidad, y el hombre comprende aunque
sólo sea en pequeñísima medida la pureza del Santo de Israel, hará también
sorprendentes confesiones de la contaminación de su alma antes que jactarse con
altivez de su propia santidad. Isaías exclamó con profunda humillación: "¡Ay de mí!
que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios... han visto mis ojos al Rey,
Jehová de los ejércitos". Esta no es esa humildad voluntaria y ese servil
remordimiento de conciencia que tantos parecen manifestar como si fuera una
virtud. Ese vago remedo de humildad brota de corazones llenos de orgullo y
autoestimación. Hay muchos que se rebajan a sí mismos con palabras, pero al mismo
tiempo se sentirían chasqueados si este proceder suyo no produjera expresiones de
alabanza y aprecio de otros. Pero la contrición del profeta era genuina. Se sintió
completamente insuficiente e indigno cuando la humanidad, con sus debilidades y
deformidades, fue puesta en contraste con la perfección de la santidad, de la luz y la
gloria divinas. ¿Cómo podía ir y presentar al pueblo los santos requerimientos de
Jehová, que era alto y sublime y cuyas faldas llenaban el templo? Mientras Isaías
estaba temblando y su conciencia lo acusaba debido a su impureza en la presencia de
esa gloria insuperable, dijo: "Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su
mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él
sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu
pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por
nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí" (RH 16-10-1888).
2. Los ángeles se sienten plenamente satisfechos de glorificar a Dios.-
Los serafines delante del trono están tan llenos de temor reverente al contemplar la
gloria de Dios, que ni por un instante sienten complacencia propia, o se admiran a sí
mismos o unos a otros. Su alabanza y gloria son para el Señor de los ejércitos, que es
alto y sublime y cuyas faldas llenan el templo. Al contemplar el futuro, cuando toda la
tierra se llenará con la gloria divina, el canto triunfante de alabanza resuena de uno a
otro en cantos melodiosos: "Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos". Están
plenamente satisfechos de glorificar a Dios; y en la presencia divina, aprobados por la
sonrisa de Dios, no desean nada más. Su más excelsa ambición se realiza plenamente
al llevar la imagen divina, al estar al servicio de Dios y al adorarlo (RH 22-12-1896).
5-7. (Mat. 12: 34-36). Considerad las palabras a la luz del cielo.-
Que cada alma que declara ser hijo o hija de Dios se examine a sí misma a la luz del
cielo; que considere los labios inmundos que la harán exclamar: "Soy muerta". Los
labios son el medio de comunicación. [Se cita Mat. 12: 34-35.] No los uséis para sacar
del tesoro del corazón palabras que deshonren a Dios y desanimen a los que os
rodean, sino usados, para la alabanza y gloria de Dios que los creó con ese propósito.
Cuando se aplique el carbón purificador del altar resplandeciente, la conciencia
quedará purificada de obras muertas y servirá al Dios viviente; y cuando el amor de
Jesús sea el tema de meditación, las palabras que procedan de los labios humanos
estarán llenas de alabanza y agradecimiento a Dios y al Cordero.
¡Cuántas palabras son pronunciadas con 1163 liviandad y necedad, en forma de
chanzas y de bromas! Esto no sucedería si los seguidores de Cristo comprendieran la
verdad de las palabras: "De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus
palabras serás condenado".
Los que afirman que son hijos de Dios se permiten usar palabras ásperas y
despiadadas, palabras de censura y crítica a la obra de Dios y a sus mensajeros.
Cuando esas almas descuidadas disciernan la grandeza del carácter de Dios, no
mezclarán su propio espíritu y sus propios atributos con el servicio divino. Cuando
nuestros ojos miren por fe dentro del santuario y admitan la realidad, la importancia
y la santidad de la obra que allí se está haciendo, aborreceremos todo lo que sea de
naturaleza egoísta. El pecado aparecerá tal como es: la transgresión de la santa ley de
Dios. Se entenderá mejor la expiación, y mediante una fe viviente y activa veremos
que cualquier virtud que posea la humanidad sólo existe en Jesucristo, el Redentor
del mundo (RH 22-12-1896).
5-8. Cuando uno está dispuesto a trabajar con Dios, lleva un mensaje.-
Isaías tenía un mensaje del Dios del cielo para darlo al apóstata pueblo de Israel, y le
dio ese mensaje. Sabía con qué elementos tenía que tratar; conocía la obstinación y
perversidad del corazón, y cuán difícil sería impresionarlos. El Señor se le reveló
cuando estaba en el pórtico del templo. Fue abierto el velo del templo, la puerta fue
alzada, y tuvo una visión del lugar santísimo dentro del velo. Vio al Dios de Israel ante
el trono alto y sublime y sus faldas que llenaban el templo. Cuando Isaías comprendió
su propia pecaminosidad, clamó: Soy "hombre inmundo de labios" y habito "en medio
de pueblo que tiene labios inmundos". Y se vio la mano que tomó el carbón encendido
del altar, le tocó los labios y lo proclamó limpio. Entonces estuvo listo para ir con el
mensaje, y dijo: "Envíame a mí", porque sabía que el Espíritu de Dios estaría con el
mensaje.
A los que se ocupan en la obra de Dios en la conversión de las almas, les parecerá
como si fuera imposible alcanzar al corazón obstinado. Así se sintió Isaías, pero
cuando vio que había un Dios por encima de los querubines y que éstos estaban listos
para trabajar con Dios, estuvo dispuesto a llevar el mensaje (RH 3-5-1887).
6. El carbón encendido simboliza pureza y poder.-
El carbón encendido es símbolo de purificación. Si toca los labios, ninguna palabra
impura saldrá de ellos. El carbón encendido también simboliza la potencia de los
esfuerzos de los siervos del Señor. Dios odia toda frialdad, toda vulgaridad, todos los
esfuerzos ordinarios. Los que trabajen aceptablemente en su causa deben ser
hombres que oren fervientemente y cuyas obras sean efectuadas con Dios; y nunca
tendrán por qué avergonzarse de su registro. Tendrán plena entrada en el reino de
nuestro Señor Jesucristo, y se les dará su recompensa: la vida eterna (RH 16-10-
1888).
CAPÍTULO 8
12. (ver EGW com. cap. 5: 18-23). Satanás procura ampliar la distancia entre el cielo
y la tierra.-
Los agentes satánicos trabajan constantemente sembrando y regando las semillas de
rebelión contra la ley de Dios, y Satanás está reuniendo almas bajo su negro
estandarte de la rebelión. Forma una confederación con seres humanos para luchar
contra la pureza y la santidad. Ha trabajado diligente y perseverantemente para
aumentar el número de los que se unirán con él. Mediante la forma en que presenta
las cosas procura aumentar la distancia entre el cielo y la tierra, y crece su convicción
de que puede agotar la paciencia de Dios, extinguir su amor por el hombre y hacer
que sea condenada toda la raza humana (RH 21-10-1902).
No debe haber unión con los que se oponen a la verdad.-
Que los centinelas que están en los muros de Sión no se unan con los que están
invalidando la verdad tal como es en Cristo. Que no se unan en la confederación de la
incredulidad, el papado y el protestantismo, para exaltar la tradición por encima de
las Escrituras; la razón por encima de la revelación, y el talento humano por encima
de la influencia divina y del poder vital de la piedad (RH 24-3-1896).
Se necesita el toque divino.-
En todas partes existe ahora una oposición directa al Evangelio. Nunca fue mayor la
confederación del mal que en el momento actual. Los espíritus de las tinieblas se
están combinando con los instrumentos humanos para afianzarlos firmemente
contra los mandamientos de Dios. Tradiciones y falsedades se exaltan por encima de
las Escrituras; la razón y la ciencia por encima de la revelación; el talento humano por
encima de las enseñanzas del Espíritu; las formas y ceremonias por encima del poder
vital de la piedad. Necesitamos el toque divino (RH 19-3-1895).
Hombres y ángeles caídos en la misma conspiración.-
A causa de su apostasía, hombres caídos y ángeles caídos están unidos en la misma
conspiración, para trabajar contra el bien. Se han unido en desesperada compañía.
Satanás se esfuerza para formar, con la ayuda de sus malos ángeles, una alianza con
hombres que afirman que son piadosos, y así [los] deja [en] la iglesia de Dios. El sabe
que si puede inducir a los hombres, como indujo a los ángeles, a que se unan en
rebelión mientras aparentan ser siervos de Dios, tendrá en ellos sus mejores aliados
en su empresa contra el cielo. Bajo el nombre de piedad puede inspirarles con su
propio espíritu acusador, y los induce a acusar de mal y engaño a los siervos de Dios.
Son sus detectives especializados; su obra es la de crear rencillas familiares,
presentar acusaciones que engendran discordia y amargura entre los hermanos de la
iglesia, hacer que las lenguas sirvan activamente a Satanás, sembrar semillas de
disensión observando lo malo y comentando lo que produzca discordia.
Suplico a todos los que se ocupan de la obra de murmurar y quejarse porque algo ha
sido dicho o hecho que no les agrada, y que, de acuerdo con lo que piensan, no les da
la debida consideración, que recuerden que están haciendo la misma obra que
Satanás comenzó en el cielo. Están siguiendo sus huellas, sembrando incredulidad,
discordia y deslealtad, pues nadie puede abrigar sentimientos de traición y
guardárselos sólo para sí. Tiene que decir a otros que no lo tratan como corresponde.
Y así son inducidos a murmurar y a quejarse. Esta es la raíz de amargura que surge y
por la cual muchos son contaminados.
Así procede Satanás hoy por medio de sus malos ángeles. Forma una coalición con los
hombres que pretenden estar en la fe; y los que se esfuerzan por llevar adelante la
obra de Dios con fidelidad, sin dejarse deslumbrar por ningún hombre, trabajando sin
hipocresía ni parcialidad, pasarán por las pruebas más duras que pueda Satanás
infligirles a los que sostienen que aman a Dios. El éxito de Satanás está en proporción
con la luz y el conocimiento que tienen estos opositores. La raíz de amargura se
arraiga profundamente y se comunica a otros. Así se contamina a muchos. Sus
declaraciones son vagas y engañosas, son inescrupulosos en sus principios, y Satanás
encuentra en ellos los instrumentos que precisamente necesita (RH 14-9- 1897).
¿Qué es una conspiración?-
Se ha hecho la pregunta: "¿Qué quiere decir usted cuando habla de una conspiración?
¿Quiénes han formado conspiraciones?" Ustedes saben lo que es una conspiración:
una unión de personas en una obra que no tiene el sello de una integridad pura, recta,
invariable (MS 29, 1911).
(2 Cor. 6:17.).-
Los impíos se unen estrechamente en sociedades, en consorcios comerciales, en
sindicatos o uniones, en confederaciones. No tengamos nada que ver con esas
organizaciones. Dios es nuestro Soberano, nuestro Gobernante, y nos llama a que
salgamos del mando y estemos separados. "Salid de en medio de ellos, y apartaos,
dice el Señor. Y no toquéis lo inmundo". Si rehusamos hacer esto, si continuamos
vinculándonos con el mundo y si consideramos cada asunto desde el punto de vista
del mundo, llegaremos a ser como el mando. Cuando los procedimientos del mundo y
las ideas del mundo rigen nuestras transacciones, no podemos estar en la elevada y
santa plataforma de la verdad eterna. (MS 71, 1903).
Ángeles buenos y malos en forma humana, en acción.-
Instrumentos satánicos en forma humana tomarán parte en este último gran
conflicto para oponerse al establecimiento del reino de Dios. Y también actuarán
ángeles celestiales con apariencia humana. nombres y mujeres se han confederado
para oponerse al Señor Dios del cielo, y la iglesia sólo está despierta a medias en
cuanto a esta situación. Se necesita que haya mucho más oración, muchos más
fervientes esfuerzos entre los que profesan ser creyentes.
Los dos bandos antagónicos continuarán existiendo hasta la terminación del último
gran capítulo de la historia de este mundo. En cada ciudad hay instrumentos
satánicos. No podemos permitirnos el bajar la guardia ni por un momento (Carta 42,
1909).
CAPÍTULO 14
12-14. (ver EGW com. Eze. 28:13-15). La rebelión de Satanás es muy antigua.-
Los registros de algunos son similares al del excelso ángel cuya categoría seguía a la
de Jesucristo en los atrios celestiales. Lucifer, como querubín protector, estaba
rodeado de gloria. Sin embargo, este ángel a quien Dios había creado dotado de
poder, llegó a sentir deseos de ser como Dios. Lucifer ganó la simpatía de algunos de
sus compañeros sugiriéndoles pensamientos de crítica hacia el gobierno de Dios. Esa
mala semilla fue esparcida de una manera sumamente seductora; y después de que
brotó y se arraigó en la mente de muchos, recogió las ideas que él mismo había
sembrado primero en la mente de otros, y las presentó ante las cortes más excelsas
de ángeles como los pensamientos de otras mentes contra el gobierno de Dios. Así
introdujo Lucifer la rebelión en el cielo mediante hábiles métodos diseñados por él
mismo.
Dios deseaba que hubiera un cambio y que la obra de Satanás se manifestara tal
como era. Pero el excelso ángel que seguía a Cristo en jerarquía se oponía al Hijo de
Dios. La acción subversiva era tan sutil que no podía hacérsela aparecer delante de la
hueste celestial como lo que en realidad era; y por eso hubo guerra en el cielo y
Satanás fue expulsado con todos los que no quisieron ser leales al gobierno de Dios.
El Señor Dios se presentó como Soberano supremo.
Este estado de cosas existió por largo tiempo antes de que Satanás fuera
desenmascarado y se expulsara a los rebeldes (Carta 162, 1906).
CAPÍTULO 25
1-4. Fijad sus misericordias en el recinto de la memoria.-
[Se cita Isa. 25:1-4.] ¿En dónde mostramos nuestra gratitud a Dios? Sus beneficios
para nosotros son indeciblemente grandes. ¿Enmarcamos sus misericordias y
bendiciones, y las colgamos en el recinto de la memoria, donde podemos verlas y ser
inducidos a ofrecer agradecimiento a Dios por su bondad y amor? Hay miles y miles
que no tienen ojos para ver, ni oídos para oír, ni corazones para apreciar la obra de
Dios en su favor. Pasan por alto las bondades del Señor como si tuvieran derecho a
ellas (MS 145,1899).
CAPÍTULO 26
19. Los santos que duermen son guardados como joyas preciosas.-
[Se cita Isa. 26:19.] El Dador de la vida reunirá en la primera resurrección a su
posesión comprada, y hasta que llegue esa hora triunfante, cuando resuene la última
trompeta y el inmenso ejército surja para victoria eterna, cada santo que duerme
será conservado con seguridad, y será guardado como una joya preciosa a la que Dios
conoce por nombre. Mediante el poder del Salvador que estuvo en ellos mientras
vivían y porque fueron participantes de la naturaleza divina, son sacados de entre los
muertos (Carta 65a, 1894).
20. (cap. 49:16). Cómo prepararse para tener la protección futura.-
Cuando seamos tentados a pecar, recordemos que Jesús está intercediendo por
nosotros en el santuario celestial. Cuando repudiamos nuestros pecados y vamos a él
por fe, toma nuestros nombres en sus labios y los presenta a su Padre diciendo: "Los
he esculpido en la palma de mis manos; los conozco por nombre". Y se da la orden a
los ángeles para que los protejan. Entonces, en el día de la terrible prueba, él dirá:
"Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un
poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación". ¿Cuáles son los
aposentos en los que se han de ocultar? Son la protección de Cristo y de los santos
ángeles. Los hijos de Dios no estarán todos en un mismo lugar en este tiempo.
Estarán en diferentes grupos y en todas partes de la tierra; y serán puestos a prueba
individualmente y no por grupos. Cada uno deberá soportar la prueba por sí mismo
(RH 19-11-1908).
21. La copa de iniquidad de la tierra pronto se llenará.-
Se acerca rápidamente el punto cuando llegará al máximo la iniquidad de los
transgresores. Dios da a las naciones un determinado tiempo de gracia. Les envía luz
y evidencias que las salvarían si las recibieran. Pero si las rechazan como los judíos
rechazaron la luz, pronto caerán sobre ellas la indignación y el castigo. Si los hombres
rehusan recibir la gracia y escogen las tinieblas antes que la luz, cosecharán los
resultados de su elección. "He aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al
morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre
derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos". El llamado mundo
cristiano, así como lo hizo la nación judía, está avanzando de un grado de
pecaminosidad a otro mayor, rechazando amonestación tras amonestación y
despreciando un "Así dice Jehová", mientras que cree en las fábulas de los hombres.
El Señor Dios pronto se levantará con su ira y derramará sus castigos sobre los que
están repitiendo los pecados de los habitantes del mundo de Noé. Aquellos cuyos
corazones están plenamente decididos a hacer el mal, como lo estuvieron los
corazones de los habitantes de Sodoma, serán destruidos como éstos. El hecho de
que Dios haya tenido por mucho tiempo tolerancia, paciencia y misericordia, y el
hecho de que sus juicios se hayan demorado mucho, no hará que el castigo sea menos
severo citando sobrevenga (MS 145, sin fecha).
CAPÍTULO 30
15. La utilidad no se demuestra con ruido y bullicio.-
Necesitamos confiar en Dios con serenidad. Es imperiosa la necesidad de esto. El
ruido y el bullicio que hacemos en el mundo no es lo que demuestra nuestra utilidad.
¡Ved cuán silenciosamente obra Dios! No oímos el ruido de sus pasos, y sin embargo
está caminando alrededor de nosotros, obrando para nuestro bien. Jesús no buscó
notoriedad; su poder vivificante fluía hacia los necesitados y los afligidos por medio
de acciones silenciosas cuya influencia se extendía ampliamente por todos los países,
ni se sentía y expresaba en la vida de millones de seres humanos. Los que desean
trabajar con Dios necesitan cada día de su Espíritu; necesitan caminar y trabajar con
mansedumbre y humildad de espíritu sin procurar hacer cosas extraordinarias, sino
satisfechos con hacer la obra que está ante ellos, y hacerla fielmente. Quizá los
hombres no vean o aprecien sus esfuerzos, pero los nombres de estos fieles hijos de
Dios están escritos en el cielo entre los más nobles obreros del Señor, como los que
esparcen la semilla divina teniendo en cuenta una gloriosa cosecha. "Por sus frutos
los conoceréis." (MS 24, 1887).
Tomad tiempo para descansar, pensar y apreciar.-
El Señor desea que los seres humanos tomen tiempo para descansar, tiempo para
pensar y apreciar las cosas celestiales. Los que no dan suficiente valor a las cosas del
cielo como para dedicarles tiempo, al fin perderán todo (Carta 181, 1903).
CAPÍTULO 40
1-2. Algunos judíos firmes en los principios influyeron sobre sus compañeros
idólatras.-
El pacto de misericordia que Dios había hecho lo llevó a intervenir en favor de su
pueblo Israel, después de que éste fue severamente castigado delante de sus
enemigos. Israel había elegido seguir su propia sabiduría y justicia en lugar de la
sabiduría y justicia de Dios, y como resultado la nación fue arruinada. Dios permitió
que sufriera bajo un doble yugo para que pudiera ser humillado, y se arrepintiera.
Pero los judíos dispersos y cautivos, no fueron dejados sin esperanza. Se les animó,
pues mediante esa humillación serían inducidos a buscar al Señor. Dios le dio a Isaías
un mensaje para este pueblo [se cita Isa. 40:1-2].
Cuando los judíos fueron dispersados desde Jerusalén, había entre ellos jóvenes y
señoritas que eran firmes como una roca a los [buenos] principios; hombres y
mujeres cuya conducta no hacía que el Señor se avergonzara de llamarlos su pueblo.
Su corazón se entristecía por la apostasía que no podían impedir. Esos inocentes
debían sufrir con los culpables; pero Dios les daría fortaleza suficiente para su día.
Fue a ellos a quienes se envió el mensaje de ánimo. La esperanza de la nación residía
en que esos jóvenes y señoritas conservaran su integridad. Y en su cautiverio esos
obedientes influyeron sobre sus compañeros idólatras. Si todos los que fueron
llevados cautivos se hubieran aferrado firmemente a los principios correctos, habrían
impartido luz en cada lugar donde fueron esparcidos. Pero permanecieron en su
impenitencia, y les sobrevino un castigo todavía mayor. Sufrieron esas calamidades
para su purificación. Dios quería colocarlos en una situación donde pudieran ser
instruidos (MS 151, 1899).
9-11. Israel fue plenamente instruido en cuanto al Salvador venidero.-
Isaías vio la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén en medio de las alabanzas y del
regocijo del pueblo. Sus palabras proféticas son elocuentes en su sencillez. [Se cita
Isa. 40:9-11.]
Se manifiesta la inspiración en este registro de la obra de Cristo. Estos capítulos
finales del libro de Isaías debieran ser estudiados diligentemente, pues están llenos
del Evangelio de Cristo. Nos revelan que Israel fue plenamente instruido en cuanto al
Salvador venidero (MS 151, 1899).
10. Nuestra recompensa diaria.-
Siempre que Dios viene a nosotros, su recompensa está con él. No la deja en el cielo,
sino que nos la da cada día. Diariamente nos da confianza, 1167 luz y bendición.
Diariamente nuestros corazones laten al unísono con su gran corazón de infinito
amor (MS 116, 1902).
12-14. El hombre no le puede enseñar nada a Dios.-
[Se cita Isa. 40: 12-14.] Los hombres a veces suponen que descubren nuevas
verdades científicas; pero no pueden enseñarle nada a Dios. Nuestro Dios es un Dios
de conocimiento infinito (MS 116, 1902).
12-27. Preguntas para meditar.-
Estas preguntas son dirigidas a nosotros tan ciertamente como lo fueron a los
israelitas. ¿Podemos contestarlas? (MS 116, 1902).
18-28. Los hombres adoran diversos dioses.-
El Señor presenta su supremacía. Pero Satanás bien sabe que el culto del Dios
viviente eleva, ennoblece y ensalza a una nación. El sabe que el culto a los ídolos no
eleva, sino que degrada las ideas de los hombres al asociar con el culto lo que es vil y
corrupto. Se empeña continuamente en apartar la mente del único Dios verdadero y
viviente. Induce a los hombres a honrar y glorificar objetos que han hecho las manos
humanas o a las criaturas inanimadas que ha creado Dios. Los egipcios y otras
naciones paganas tenían muchos dioses extraños: criaturas de su propia imaginación
caprichosa.
Los judíos no hicieron más imágenes después de su largo cautiverio. Llamaban
abominación a la imagen que ostentaban las insignias o estandartes romanos,
especialmente cuando esos emblemas eran colocados en un lugar prominente para
ser reverenciados. Consideraban que esa reverencia era una violación del segundo
mandamiento. Cuando la insignia romana fue erigida en el lugar santo del templo, la
consideraron como una abominación...
Deshonra a Dios el que se haga una imagen de él. Nadie debiera usar el poder de la
imaginación para adorar lo que empequeñece a Dios en la mente y lo relaciona con
cosas vulgares. Los que adoran a Dios deben adorarlo en espíritu y en verdad. Deben
practicar una fe viva. De esta manera su culto será regido por una fe genuina y no por
la imaginación.
Que los hombres adoren y sirvan al Señor Dios, y sólo a él. No se ensalce el orgullo
egoísta ni sea servido como un Dios. No se haga del dinero un Dios. Si la sensualidad
no es mantenida bajo el control de las facultades superiores de la mente, las bajas
pasiones gobernarán al ser. Cualquier cosa que se convierta en objeto de atención y
admiración indebidas, que absorba la mente, es un Dios que se escoge antes que al
Señor. Dios es un escudriñador del corazón. El distingue entre el verdadero servicio
del corazón y la idolatría (MS 126, 1901).
26. (Sal. 19: 1). Los ángeles iluminan la mente mientras estudiamos las obras de
Dios.-
Dios invita a los hombres para que contemplen los cielos. Vedlo en las maravillas de
los cielos estrellados. [Se cita Isa. 40: 26.] No sólo debemos contemplar los cielos;
debemos considerar las obras de Dios. El quiere que estudiemos las obras de lo
infinito y que por ese estudio aprendamos a amarlo, reverenciarlo y obedecerlo. Los
cielos y la tierra, con sus tesoros, deben enseñar las lecciones del amor, el cuidado y
el poder de Dios.
Satanás procurará distraer a los hombres para que no piensen en Dios. El mundo,
lleno de entretenimientos y de amor al placer, siempre está sediento de alguna
novedad. Y cuán poco tiempo y atención se le dan al Creador de los cielos y de la
tierra. Dios exhorta a sus criaturas para que aparten su atención de la confusión y
perplejidad que las rodean, y adoren su obra. Los cuerpos celestes merecen ser
contemplados. Dios los ha hecho para el beneficio del hombre, y mientras estudiamos
sus obras, ángeles de Dios estarán a nuestro lado para iluminar nuestra mente y
guardarla del engaño satánico. Cuando contempléis las maravillosas cosas que ha
hecho la mano de Dios, que vuestro orgulloso y necio corazón sienta su dependencia
e inferioridad. Cuando consideréis estas cosas, comprenderéis la condescendencia
de Dios (MS 96, 1899).
Todas las mercedes vienen al hombre por medio de la cruz.-
Dios hizo el sol y la luna. No hay una estrella que embellezca los ciclos que él no haya
hecho. No hay ningún alimento en nuestra mesa que él no haya provisto para nuestro
sustento. El sello y sobrescrito de Dios están sobre todo. Todo está incluido y
proporcionado con abundancia al hombre mediante el Don inefable, el Unigénito de
Dios. Fue clavado en la cruz para que todas esas mercedes pudieran fluir hasta la
obra de Dios (Carta 79, 1897).
CAPÍTULO 42
1-4. Cristo fomentaría la fe y la esperanza. -
[Se cita Isa. 42: 1-2.] El [Cristo] no era como los maestros de sus días. La ostentación,
exhibición y jactancia de piedad reveladas en los sacerdotes y fariseos no eran
propias de él. [Se cita Isa. 42: 3-4.] Cristo veía la obra de los sacerdotes y los
gobernantes. Los afligidos y angustiados, precisamente los que necesitaban ayuda,
eran tratados con palabras de censura y reproche; pero él se abstuvo de pronunciar
cualquier palabra que quebrantara la débil caña. Estimulaba el débil pabilo humeante
de fe y esperanza, y no lo apagaba. Alimentaba su rebaño como un pastor; tomaba las
ovejas en sus brazos y las llevaba en su seno (MS 151, 1899).
5-12. La fidelidad hace que los hombres alaben a Dios.-
[Se cita Isa. 42: 5-12.] Esta obra había sido confiada a Israel; pero éste había
descuidado la obra que Dios le señaló. Si hubiera sido fiel en todos los aspectos de la
viña del Señor, almas se habrían convertido. Las alabanzas del Señor se habrían
escuchado desde los confines de la tierra. Desde desiertos y ciudades y desde la cima
de las montañas, los hombres habrían alabado a Dios en alta voz y narrado su gloria
(MS 151, 1899).
13. Con su poder conquistamos la victoria.-
El resultado de la batalla no depende de la fortaleza del hombre mortal. "Jehová
saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se
esforzará sobre sus enemigos". El hombre, débil y limitado, puede ganar la victoria
con el poder de Aquel que sale venciendo y para vencer (MS 151, 1899).
21. El ejército de Dios magnífica la ley.-
Los que pertenecen al ejército de Cristo deben actuar en acción concertada. No
pueden ser soldados fieles a menos que obedezcan órdenes. Es esencial una acción
unida. No tiene verdadera fuerza un ejército en el que cada parte actúa por su
cuenta. A fin de conquistar nuevo territorio para el reino de Cristo, sus soldados
deben actuar en forma concertada... El exige que su ejército sea unido, que avance
constantemente, no como un grupo constituido por átomos independientes. El poder
de su ejército debe usarse con un gran propósito ... : magnificar las leyes del reino
divino ante el mundo, ante los ángeles y los hombres (MS 82, 1900).
CAPÍTULO 43
6-7.-
Ver EGW com. Gén. 2:16-17. t. I, 1096.
10.-
Ver EGW com. Prov. 1:10, t. III, p. 1173.
CAPÍTULO 48
10. Los hijos de Dios son probados siempre.-
Los hijos de Dios siempre están siendo probados en el horno de la aflicción. Si
soportan la primera aflicción no es necesario que pasen por segunda vez por una
prueba semejante; pero si fracasan se les presenta la prueba una y otra vez, y en cada
ocasión en forma más dura y severa. Así se pone delante de ellos una oportunidad
tras otra para que ganen la victoria y demuestren que son fieles a Dios. Pero si
continúan manifestando su rebelión, al fin Dios es obligado a retirar de ellos su
Espíritu y su luz (MS 69, 1912).
Dolores y aflicciones deben sobrevenir a todos y esto sólo es bello cuando actúa para
pulir, santificar y refinar el alma a fin de que sea un agente adecuado para que sirva al
Señor (Carta 69, 1897).
CAPÍTULO 49
16.-
Ver EGW com. cap. 26:20.
CAPÍTULO 50
10-11. (ver EGW com. cap. 5:19-23).Caminad en la luz de Dios, no en la de vuestras
propias teas.-
El Señor ha presentado ante mí que aquellos que, en alguna medida, han estado
cegados por el enemigo y no se han restaurado plenamente de la trampa de Satanás,
estarán en peligro porque no pueden discernir la luz del cielo, y estarán inclinados a
aceptar una falsedad. Esto afectará todo el contenido de sus pensamientos, sus
decisiones, sus asuntos, sus consejos. Las evidencias que Dios ha dado no los
convencen porque han cegado sus propios ojos al escoger las tinieblas antes que la
luz. Después dan origen a algo que llaman luz, la que el Señor llama teas, que ellos
mismos encendieron y por las cuales dirigen sus pasos. Declara el Señor: ,"¿Quién hay
entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas
y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que
todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego,
y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis
sepultados". Dijo Jesús: "Para juicio he venido yo a este mundo; 1169 para que los
que no ven, vean, y los que ven, sean cegados". "Yo, la luz, he venido al mundo, para
que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas... El que me rechaza, y no
recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en
el día postrero".
Las palabras que el Señor envía serán rechazadas por muchos; pero las palabras que
pueda hablar el hombre serán recibidas como luz y verdad. La sabiduría humana
apartará de la abnegación, de la consagración, e ideará muchas cosas que tienden a
invalidar el efecto de los mensajes de Dios. No podemos tener ninguna seguridad si
dependemos de hombres que no están en estrecha relación con Dios. Ellos aceptan
las opiniones de los hombres; pero no pueden discernir la voz del verdadero Pastor, y
su influencia descarriará a muchos aunque ante sus ojos se acumule prueba sobre
prueba que testifiquen de la verdad que el pueblo de Dios debe tener para este
tiempo (Carta lf, 1890).
CAPÍTULO 53
1-3. La gracia y la virtud de Cristo no atrajeron a los judíos.-
[Se cita Isa. 53: 1-3.1 Estas palabras no significan que la persona de Cristo fuera
repulsiva. Ante los ojos de los judíos, Cristo no tenía belleza para que ellos lo
desearan. Buscaban un Mesías que viniera con ostentación externa y gloria terrenal;
que hiciera grandes cosas para la nación judía; que la ensalzara por encima de toda
otra nación de la tierra. Pero Cristo vino con su divinidad oculta por la vestidura de la
humanidad: modesto, humilde, pobre. Compararon a ese hombre con los jactanciosos
alardes que habían hecho, y no pudieron ver belleza en él. No discernieron la
santidad y pureza de su carácter. La gracia y la virtud reveladas en su vida no
tuvieron atractivos para ellos (MS 33, 1911).
2-3.Un cuadro que subyugará y humillará.-
La profecía predijo que Cristo había de aparecer como una raíz que sale de tierra
seca. "No hay parecer en él, ni hermosura escribió Isaías-; le veremos, mas sin
atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombros, varón
de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos". Este capítulo debiera ser estudiado. Presenta a
Cristo como el Cordero de Dios. Los que están enaltecidos por el orgullo, cuyas almas
están llenas de vanidad, debieran contemplar este cuadro de su Redentor y
humillarse en el polvo. El capítulo entero debe aprenderse de memoria. Su influencia
subyugará y humillará el alma contaminada por el pecado y enaltecida por la
exaltación propia.
Pensad en la humillación de Cristo. Tomó sobre sí la naturaleza caída y doliente del
hombre, degradada y contaminada por el pecado. Tomó nuestros dolores, llevó
nuestro pesar y nuestra vergüenza. Soportó todas las tentaciones con las que es
acosado el hombre. Unió la humanidad con la divinidad; un espíritu divino moraba el
un templo de carne. Se unió a sí mismo con el templo. "Aquel Verbo fue hecho carne,
y habitó entre nosotros", porque al hacer eso podía relacionarse con los pecaminosos
y dolientes hijos e hijas de Adán (YI 20-12-1900).
5.Cristo puede rescatar a cada alma.-
No fue sólo por su muerte en la cruz como Cristo realizó su obra de salvar a los
hombres. Ignominia, sufrimiento y humillación fueron una parte de la misión: "El
herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos todos nosotros curados". Cristo llevó
este castigo por los pecados del transgresor. Ha llevado el castigo por cada hombre y
por eso puede rescatar a cada alma, no importa cuán caída sea su condición, si acepta
la ley de Dios como su norma de justicia (MS 77, 1899).
7, 9. Cristo atacado por Satanás, no promovió ninguna represalia.-
Satanás lo atacó [a Cristo] en todo su sentido, sin embargo Cristo no pecó en
pensamiento, palabra y acción. No hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Mientras
caminaba en medio del pecado era santo, inocente e incontaminado. Fue acusado
injustamente, sin embargo no abrió la boca para justificarte. ¿Cuántos hay ahora que
cuando son acusados de algo de que no son culpables, creen que llega un momento
cuando la paciencia deja de ser una virtud, y perdonando
el control propio, pronuncia palabras que contristan al Espíritu Santo? (MS 42. 1901)
11.-
Ver EGW com. Zac. 9:16.
CAPÍTULO 54
Se cumplirá cada especificación.-
Todo 1170 el capítulo 54 de Isaías es aplicable al pueblo de Dios, y se cumplirá cada
especificación de la profecía. El Señor no abandonará a su pueblo en el tiempo de su
prueba. El dice: "Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes
misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con
misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor". Estas palabras
de consuelo, ¿sois pronunciadas para los que estáis invalidando la ley de Dios? No, no.
La promesa es para los que, en medio de la apostasía general, guardan los
mandamientos de Dios y ensalzan la norma moral ante los ojos del mundo que ha
abandonado la ley y ha quebrantado el pacto eterno [se cita Isa. 54:9-13] (RH 20-8-
1895).
CAPÍTULO 57
14. Todo obstáculo debe ser quitado.-
[Se cita Isa. 57:14.] ¿No es ésta precisamente la obra que el Señor nos ha dado para
que hagamos en relación con los que ven y sienten la importancia de la obra que debe
ser hecha en la tierra, a fin de que la verdad triunfe gloriosamente? Todo el que se
ocupa en poner obstáculos en la senda de los siervos de Dios, atándolos con
restricciones humanas de modo que no puedan seguir la dirección del Espíritu de
Dios, está estorbando el avance de la obra de Dios.
El Señor envía el mensaje: "Quitad los tropiezos del camino de mi pueblo". Deben
hacerse fervientes esfuerzos para contrarrestar, las influencias que han retrasado el
mensaje para este tiempo. Debe hacerse una obra solemne en un corto tiempo (Carta
42, 1909).
15-19. Paz únicamente para los humildes.-
[Se cita Isa. 57:1 5-19.] Estas palabras están dirigidas a los que, atentos a su
verdadera situación y susceptibles a la influencia del Espíritu de Dios, se humillan
delante de Dios con corazón contrito. Pero Dios no puede ofrecer la paz a los que no
quieren escuchar el reproche divino, que son voluntariosos e indóciles, y que se han
propuesto continuar en sus propios caminos. No puede curarlos porque no quieren
reconocer que necesitan curación. Dios declara de la verdadera condición de ellos:
"Los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas
arrojan cieno y lodo" (Carta 106, 1896).
CAPÍTULO 58
Se abre una amplia y extensa viña.-
La piedad, el conocimiento espiritual superior y el crecimiento de una iglesia, están
en proporción con el celo, la piedad y la inteligencia misionera que se han infundido
en ella y que emanan de ella, a fin de que sea una bendición precisamente para
aquellos que más necesitan nuestra ayuda. Otra vez os insto a que consideréis Isaías
58, el cual abre una amplia y extensa viña que debe trabajarse de acuerdo con las
pautas que el Señor ha señalado. Cuando se haga esto habrá un incremento de las
fuentes morales, y la iglesia no permanecerá más casi estancada. Habrá bendiciones y
poder que acompañarán a sus labores. Han vencido el egoísmo que ata sus almas, y
ahora están dando su luz al mundo con los claros y brillantes rayos de una fe viva y un
piadoso ejemplo. El Señor tiene sus promesas para todos los que cumplan con sus
requerimientos. [Se citan Sal. 41:1-3; 37:3; Prov. 3:9-10; 11:24-25; 19:17; Isa. 58: 10-
11.]
La palabra de Dios está llena de preciosas promesas como las ya presentadas (MS
14a, 1897).
En nuestra obra encontraremos una alta profesión de piedad y mucha rectitud
externa ligadas con una gran impiedad interior. El pueblo representado en Isaías 58
se queja de que el Señor permite que su servicio pase inadvertido. Esta queja es la
expresión de corazones que no han sido subyugados por la gracia, rebeldes contra la
verdad. Los que reciben la verdad que obra mediante el amor y purifica el alma, son
leales a Dios honrándolo con la obediencia a su ley que es santa, justa y buena. El
espíritu del verdadero ayuno y la verdadera oración es el espíritu que rinde la mente,
el corazón y la voluntad a Dios.
Los ministros de Dios han sido culpables del pecado de no obedecer un "Así dice
Jehová". Han acostumbrado a los miembros de sus iglesias a observar ritos que no
tienen fundamento en la Palabra de Dios, y que más bien estáis en oposición directa
con la ley divina. Al pervertir y tergiversar la Palabra de Dios han hecho que la gente
peque. Dios les pagará de acuerdo con sus obras. Son culpables, como los sacerdotes
y gobernantes del tiempo de Cristo, de hacer que la gente yerre. Cristo dice de ellos
como dijo de los dirigentes judíos: "En vano me honran, enseñando 1171como
doctrinas, mandamientos de hombres" (MS 28, 1900).
1. El único proceder seguro.-
Mis hermanos, necesitáis estudiar más cuidadosamente el capítulo 58 de Isaías. Este
capítulo destaca el único proceder que podemos seguir con seguridad...
El profeta recibe esta palabra del Señor; un mensaje sorprendente por su fuerza y
claridad:
"Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi
pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado". Aunque la casa de Jacob es
llamada pueblo de Dios, y aunque declara que está unida con Dios en obediencia y
comunión, se encuentra alejada de él. Le han sido dados promesas y privilegios
maravillosos; pero ha sido desleal a ese cometido. Sin palabras halagüeñas debe
dársele el mensaje: "Anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado".
Muéstrale dónde se está equivocando. Pon ante él su peligro. Dile los pecados que
está cometiendo, mientras que al mismo tiempo se enorgullece de su rectitud.
Aparenta que busca a Dios; pero lo está olvidando, está olvidando que es un Dios de
amor y compasión, de paciencia y bondad, que procede con justicia y ama la
misericordia. Procedimientos mundanos han entrado en sus actividades y su vida
religiosa. Su corazón no está purificado por la verdad. Dios estima que sus
ceremonias de humildad externa son una solemne burla. Considera todo su
fingimiento religioso como un insulto contra él.
El pueblo a quien habló el profeta creía que era muy piadoso, y destacaba su ayuno y
otras ceremonias externas como una evidencia de su piedad. Pero sus actos estaban
manchados por la lepra del egoísmo y la ambición. Todo lo que tenían lo habían
recibido primero de Dios. El les prodigaba sus bienes para que pudieran ser su mano
ayudadora, para que hicieran lo que Cristo habría hecho si hubiera estado en su
lugar, representando debidamente los principios del cielo (Carta 76, 1902).
1-2. Un mensaje desembozado.-
Nos corresponde la obra de despertar a la gente. Satanás con todos sus ángeles ha
descendido con gran poder para emplear todo engaño posible a fin de contrarrestar
la obra de Dios. El Señor tiene un mensaje para su pueblo. Ese mensaje será
predicado, ya sea que los hombres lo acepten o lo rechacen. Como en los días de
Cristo, habrá astutas conspiraciones de los poderes de las tinieblas; pero el mensaje
no debe ser encubierto con palabras suaves o discursos atrayentes que pregonen
paz, paz, cuando no hay paz para aquellos que se están apartando de Dios. " No hay
paz, dijo mi Dios, para los impíos". [Se cita Isa. 58: 1-2.]
Todo el capítulo se aplica a los que viven en este período de la historia de la tierra.
Considerad atentamente este capítulo porque se cumplirá (MS 36, 1897).
1-4. Los pecados de Israel son pecados hoy día.-
[Se cita Isa. 58: 1- 4.]... En el tiempo en que Isaías recibió esta amonestación la casa de
Jacob aparentaba ser un pueblo muy celoso, que buscaba diariamente a Dios y se
deleitaba en conocer sus caminos; pero en realidad estaba lleno de presuntuosa
confianza propia. No caminaba en la verdad. No se practicaban la bondad, la
misericordia y el amor. Entretanto que manifestaban apariencia de dolor por sus
pecados, acariciaban el orgullo y la avaricia. Al mismo tiempo que hacían ostentación
de humildad, exigían un duro trabajo de aquellos a quienes so juzgaban o empleaban.
Daban valor excesivo a todo lo bueno que habían hecho, pero menospreciaban en
gran manera los servicios de otros. Despreciaban y oprimían al pobre. Y su ayuno
sólo les daba una opinión más elevada de su propia bondad.
Hoy día hay entre nosotros pecados de esta misma naturaleza, los cuales traen el
reproche de Dios sobre su iglesia. Dondequiera que haya tales pecados, no hay duda
de que se necesitan días de ayuno y oración; pero deben ser acompañados de sincero
arrepentimiento y decidida reforma. Sin una contrición tal del alma, esas ocasiones
sólo aumentan la culpabilidad del transgresor. El Señor ha especificado el ayuno que
ha elegido y que aceptará. Es el que da frutos para su gloria, de arrepentimiento, de
consagración y de verdadera piedad. [Se cita Isa. 58: 6-7.]
En el ayuno que Dios ha escogido se pondrán en práctica misericordia, ternura y
compasión. Se repudiará la avaricia y habrá arrepentimiento del fraude y de la
opresión, y se renunciará a ellos. Se usarán toda la autoridad e influencia para ayudar
a los pobres y oprimidos. Si esta fuera la condición del mundo, no existiría más el
proverbio: "La verdad tropezó en la plaza, y la equidad no1172 pudo venir... Y el que
se apartó del mal fue puesto en prisión" (RH 13-10-1891).
1-5. Se necesita una influencia reformadora procedente de Dios.-
-[Se cita Isa. 58: 13.] El pueblo que aquí se describe comprende que no cuenta con el
favor de Dios; pero en vez de buscar el favor divino de acuerdo al Señor, está en
conflicto con Dios. En vista de que observan tantas ceremonias, preguntan por qué el
Señor no les manifiesta un reconocimiento especial. Dios responde a su queja: "He
aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos
vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir
con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo
alto". Estos ayunos son sólo ostentación, mera máscara, un remedo de humildad. Esos
adoradores lloran y se lamentan, pero retienen todos sus rasgos objetables de
carácter. No han humillado su corazón ni lo han limpiado de la contaminación
espiritual. No han recibido la lluvia enternecedora de la gracia de Dios. Están
destituidos del Espíritu Santo, destituidos de la dulzura de la influencia celestial. No
manifiestan arrepentimiento ni la fe que obra por el amor y purifica el alma. Son
injustos y egoístas en sus tratos, oprimen sin piedad a los que consideran que son sus
inferiores. Sin embargo, acusan a Dios de que se descuida en manifestar su poder
para con ellos, y de ensalzarles por encima de otros debido a su propia justicia. El
Señor les envía un claro mensaje de reproche para mostrarles por qué no son
visitados por su gracia (MS 48, 1900).
5-7. Los cristianos no son un conjunto de plañideras.-
Tenemos mucho por lo cual estar agradecidos. Los cristianos nunca debieran
comportarse como un conjunto de plañideras de un cortejo fúnebre. Dios no pide
esto de sus seguidores. No les pide que hagan cama de cilicio y de ceniza. Pregunta:
"¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su
cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día
agradable a Jehová?" Dios nos dice qué clase de ayuno ha escogido: "¿No es más bien
el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de
opresión, y dejar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?" Este es el
ayuno que él desea que observemos. [Se cita Isa. 58:7.] En estas palabras se bosqueja
nuestro deber. Dios nos muestra dónde debemos colocar nuestros tesoros. Al seguir
en la senda de la abnegación y del renunciamiento, ayudando a los necesitados y
dolientes, colocaremos nuestro tesoro ante el trono de Dios (MS 31, 1901).
No tienen valor las manifestaciones externas solas.-
Sin un espíritu quebrantado y contrito, las manifestaciones externas de ayuno y de
oración no tienen ningún valor ante la vista de Dios. Se necesita la obra interior de la
gracia. Es esencial la humillación del alma. Dios tiene esto en cuenta.
Bondadosamente recibirá a los que humillen el corazón ante él. Escuchará sus
peticiones y curará sus rebeldías.
Los ministros y la gente necesitan la obra de purificación en su alma para que los
castigos de Dios puedan ser apartados de ellos. Dios está esperando, esperando
humillación y arrepentimiento. Recibirá a todos los que se vuelvan a él de todo
corazón (MS 33, 1903).
Ayudad a los que sufren por causa de la verdad.-
[Se cita Isa. 58:5-7.] La causa de Dios abarca a cada santo necesitado y que sufre. No
debemos elegir egoístamente a unos pocos parientes y amigos para ayudarles,
permitiendo que nuestra obra termine con esto. Debemos ayudar a todos los
necesitados de que tengamos noticia, pero especialmente a los que están sufriendo
por causa de la verdad. Dios nos hará responsables si descuidamos esta obra. Como
pueblo que obra justicia, ¿no obedeceremos las condiciones que Dios ha establecido
y seremos hacedores de su Palabra? (MS 145, 1899).
6. No se deben colocar yugos.-
El Señor no ha dado al hombre la obra de colocar yugos sobre el cuello de su pueblo,
atándolos de tal manera que no estén en libertad de acudir a Dios para ser
conducidos y guiados a él. No es el propósito del Señor de que su pueblo se sujete a
sus prójimos, quienes a su vez dependen completamente de Dios (Carta 76, 1902).
8. (ver com. de EGW de Zac. 4:12). Dios necesita instrumentos humanos.-
Debemos poner en práctica los preceptos de la ley, y así nuestra justicia irá delante
de nosotros y la gloria de Dios será nuestra retaguardia. La luz de la justicia de Cristo
será nuestra vanguardia, y la gloria de Jehová será nuestra retaguardia.
Agradezcamos al Señor por esta seguridad. Constantemente estemos en una 1173
condición tal como para que el Señor Dios del cielo pueda favorecernos.
Consideremos que tenemos el elevado privilegio de estar en relación con Dios, de ser
su mano ayudadora.
En el gran plan de Dios para la redención de la raza perdida, él se ha colocado en la
necesidad de usar agentes humanos como su mano ayudadora. Debe tener una mano
que lo ayude para alcanzar a la humanidad. Debe contar con la cooperación de
quienes sean activos; prontos para ver las oportunidades, prontos para discernir lo
que debe ser hecho para sus prójimos (NL N.º 23, p. 1).
Se requiere una justicia visible.-
Véase la promesa inspirada del profeta para los que hacen todo lo que pueden para
aliviar la desgracia, tanto física como espiritual. [Se cita Isa. 58:8.]
Como cristianos debemos tener una justicia que se desarrolle y sea vista; una justicia
que represente el carácter de Jesucristo cuando estuvo en nuestro mundo (MS 43,
1908).
8-14. Características de los verdaderos reformadores.-
Aquí se presentan las características de los que serán reformadores; de los que
llevarán el estandarte del mensaje del tercer ángel; de los que son reconocidos como
el pueblo que observa los mandamientos de Dios, que honran a Dios y, ante la mirada
de todo el universo, están fervientemente ocupados en reconstruir las ruinas
antiguas. ¿Quién es el que los llama "reparadores de portillos, restauradores de
calzadas para habitar"? Es Dios. Sus nombres están registrados en el cielo como
reformadores, restauradores, como los que edifican los cimientos de generación y
generación (RH 13-10-1891).
9-10. La compasión hace nacer la luz.-
[Se cita Isa. 58:9-101 Por todos lados nos rodean almas afligidas. Busquemos para
descubrir a esos dolientes, y digamos una palabra oportuna para consolar su corazón.
Aquí y allí -por donde quiera- los encontraremos. Seamos siempre los canales por los
cuales fluyan hasta ellos las refrigerantes aguas de la compasión. Para los que
atienden las necesidades de los hambrientos y afligidos, la promesa es: "En las
tinieblas nacerá tu luz".
Muchos están en tinieblas. Han perdido el rumbo. No saben qué camino tomar. Los
que están perplejos busquen a otros que están en perplejidad, y háblenles palabras
de esperanza y ánimo. Cuando comiencen a hacer esta obra, la luz del cielo les
revelará la senda que deben seguir. Serán consolados ellos mismos por sus palabras
de consuelo a los afligidos. Al ayudar a otros ellos mismos serán ayudados a salir de
sus dificultades. El gozo toma el lugar del pesar y de la lobreguez. El corazón lleno del
Espíritu de Dios brilla con cordialidad para con cada prójimo. Todo el que haga esto
no estará más en oscuridad, pues su "oscuridad" será como "el mediodía (MS
116,1902).
11. La dirección de Dios da un claro discernimiento.-
El profeta Isaías declara del que camina en la senda de la vida eterna usando sus
bendiciones para bendecir a otros: "Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías
saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como
manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan".
Necesitamos estas bendiciones. Necesitamos el agua de vida que fluye de Jesucristo,
que será en nosotros un manantial de aguas que broten para vida eterna. "Jehová te
pastoreará siempre". Cuando seamos conducidos por el Señor, tendremos claro
discernimiento. No llamaremos justicia a la injusticia, ni pensaremos que es correcto
lo que el Señor ha prohibido. Entenderemos el proceder del Señor.
Muchos no han entendido esto. Conozco a algunos que han sido descarriados por el
enemigo. Pero Dios desea hacer de vosotros participantes de la naturaleza divina. No
quiere que haya un yugo de autoridad humana sobre vuestro cuello, sino que acudáis
a Aquel que puede salvar hasta lo sumo a todos los que se acercan a él en justicia y
verdad. No tenemos tiempo para mezclarnos con los asuntos del enemigo, pues
estamos muy cerca de la terminación de la historia de esta tierra (MS 43, 1908).
12-14. (Apoc. 11:19; 14:9-12). Los observadores del sábado reparan la brecha.-
¿Dónde encontramos a la gente a la cual aquí se alude? ¿Quién es el que edificará las
ruinas antiguas y levantará los cimientos de generación y generación? ¿Dónde está el
pueblo que ha recibido la luz del cielo para ver que se ha abierto una brecha en la ley
de Dios?
Juan dice en el Apocalipsis: "El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su
pacto se veía en el templo' (Apoc. 11:19). Juan vio en visión al pueblo del Señor que
esperaba su venida y que buscaba la verdad. Cuando el templo de Dios fue abierto
para su pueblo, brilló la luz de la ley de Dios que estaba en el arca. En la proclamación
del mensaje del tercer ángel aparecen en escena los que reciben esta luz.
Se ve a ese ángel que vuela por en medio del cielo "diciendo a gran voz: Si alguno
adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él
también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su
ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del
Cordero... Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de
Dios y la fe de Jesús".
Este es el pueblo que está reparando la brecha de la ley de Dios. Ven que el sábado
del cuarto mandamiento ha sido suplantado por un falso día de reposo, un día que la
Palabra de Dios no autoriza. Son leales a su Dios en medio de gran oposición, y se
alistan bajo el estandarte del tercer ángel (MS 48, 1900).
A medida que se aproxima el fin, los testimonios de los siervos de Dios se harán más
decididos y más poderosos; proyectarán la luz de la verdad sobre los sistemas de
error y de opresión que por tanto tiempo han tenido la supremacía. El Señor nos ha
enviado mensajes para este tiempo a fin de establecer el cristianismo sobre una base
eterna, y todos los que creen la verdad presente no deben apoyarse en su propia
sabiduría, sino en la de Dios; y deben levantar los cimientos de generación y
generación. Ellos serán registrados en los libros del cielo como reparadores de
portillos, restauradores de calzadas para habitar. Debemos sostener la verdad
porque es la verdad, haciendo frente a la más intensa oposición. Dios está influyendo
en las mentes humanas; el hombre no actúa solo. El gran poder iluminador procede
de Cristo; el brillo de su ejemplo ha de mantenerse delante de la gente en cada
conversación (Carta 1 f, 1890).
Hombres íntegros deben estar en la brecha.-
Escribo esto porque se me ha mostrado que hay muchos en la iglesia que ven a los
hombres como árboles que caminan. Deben tener otra y más profunda experiencia
antes de que disciernan las trampas colocadas para llevarlos a la red del engañador.
Ahora no se debe hacer una obra a medias. El Señor necesita hombres y mujeres
firmes, decididos e íntegros que estén en la brecha y reparen el vallado . [Se cita Isa.
58:12-14.]
Todos nuestros ministros y todas nuestras iglesias deben dar un testimonio decidido.
Dios ha permitido que hubiera apostasías para mostrarnos cuán poca confianza se
puede poner en el hombre. Siempre debemos acudir a Dios. Su palabra no es Sí y No,
sino Sí y Amén (NL N.º 19, pp. 2-3).
13-14.-
Ver EGW com. Exo. 20:1-17, t. I. pp. 1117-1120.
CAPÍTULO 59
13-17. (Apoc. 12:17). Satanás pone en acción instrumentos preparados.-
El profeta Isaías describe adecuadamente las condiciones del mundo en el tiempo de
Cristo. Dice que la gente prevaricaría y mentiría "contra Jehová" y que se apartaría
"de en pos de nuestro Dios". [Se cita Isa. 59: 13-17.]
La condición del mando antes de la primera venida de Cristo es un cuadro de la
condición del mundo precisamente antes de su segunda venida. Existirá la misma
iniquidad. Satanás manifiesta el mismo poder engañoso en la mente de los hombres.
Pone en acción sus instrumentos preparados y los emplea con intensa actividad.
Dispone su ejército de instrumentos humanos para que participen en el último gran
conflicto contra el Príncipe de la vida, para derribar la ley de Dios que es el
fundamento de su trono. Satanás hará milagros para afirmar a los hombres en la
creencia de que él es lo que pretende ser: el príncipe de este mundo, y que la victoria
es suya. Empleará sus fuerzas contra los que son leales a Dios; pero aunque pueda
causar dolor, angustia y agonía humana, no puede mancillar el alma. Puede afligir al
pueblo de Dios como lo hizo con Cristo; pero no puede hacer que perezca uno de los
pequeñitos de Cristo. El pueblo de Dios debe esperar en estos últimos días que
entrará en lo más recio del conflicto, pues dice la palabra profética: "El dragón se
llenó de ira contra la mujer; y se fue hacer guerra contra el resto de la descendencia
de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo" (Carta 43, 1895)
CAPÍTULO 60
1.(Sal. 8: 3; 147: 4; Dan. 12: 3). Cada uno debe dar su medida de luz.-
Cada brillante1175 estrella que Dios ha colocado en los cielos obedece sus órdenes,
y da su característica medida de luz para embellecer los cielos por la noche. Así
mismo, que cada alma convertida refleje la medida de luz que le fue dada y a medida
que refulja aumentará la luz y se hará más brillante. Dad vuestra luz... emitid vuestros
rayos reflejados desde el cielo. Oh, hija de Sión, "levántate, resplandece; porque ha
venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti" (Carta 38, 1890).
2. (Mal. 2: 7-8). Sólo la luz puede disipar las tinieblas.-
Cuando Cristo vino al mundo, las tinieblas cubrían la tierra y densa oscuridad los
pueblos. Los oráculos vivientes de Dios rápidamente se estaban convirtiendo en letra
muerta. La apacible vocecita de Dios era oída sólo a veces por los más consagrados
adoradores, pues había sido abrumada y silenciada por los dogmas, las máximas y las
tradiciones de los hombres. Las largas y enredadas explicaciones de los sacerdotes
convertían en misterioso, confuso e incierto lo que era completamente sencillo y
simple. Las argumentaciones de las sectas rivales confundían el entendimiento, y sus
doctrinas se hallaban completamente apartadas de la teoría correcta de la verdad.
La verdad contemplaba desde el cielo a los hijos de los hombres, pero no hallaba
respuesta, pues tinieblas cubrían la tierra y densa oscuridad los pueblos. Si la
oscuridad del error que ocultaba la gloria de Dios de la vista de los hombres tenía que
ser despejada, la luz de la verdad debía brillar en medio de las tinieblas morales del
mundo. En los concilios de Dios se había decretado que el unigénito Hijo de Dios
debía abandonar su excelso gobierno celestial, que debía revestir su divinidad con
humanidad y venir al mundo. Ningún esplendor externo debía acompañar sus
pisadas, salvo el de la virtud, la misericordia, la bondad y la verdad, pues tenía que
representar ante el mundo los atributos del carácter de Dios. Sin embargo, el mundo,
que no estaba habituado a contemplar la verdad, se volvió de la luz a las tinieblas del
error, pues su gusto depravado prefería el error antes que la verdad (RH 6-8-1895).
CAPÍTULO 61
1, 3. Cuidad el semblante, las palabras, el tono de la voz.-
[Se cita Isa. 6 1: 1] Al Señor no le agrada que los suyos sean un grupo de plañideras. El
quiere que se arrepientan de sus pecados para que puedan disfrutar de la libertad de
los hijos de Dios. Entonces serán llenados con las alabanzas de Dios y serán una
bendición para otros. El Señor Jesús también fue ungido para dar "a los afligidos de
Sión... gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en
lugar del espíritu angustiado", y para que fueran llamados "árboles de justicia, plantío
de Jehová, para gloria suya".
"Para gloria suya", de Cristo Jesús. ¡Ojalá éste pudiera ser el propósito de nuestra
vida! Si fuera así, cuidaríamos aun la expresión de nuestro semblante, nuestras
palabras y hasta el tono de nuestra voz. Todas nuestras transacciones comerciales se
efectuarían con fe e integridad. Entonces el mundo se convencería de que hay un
pueblo que es leal al Dios del cielo...
Dios exhorta a todos para que se pongan en armonía con él. Los recibirá si abandonan
sus malas prácticas. Mediante una unión con la naturaleza divina de Cristo, pueden
escapar de las influencias corruptas de este mundo. Es tiempo de que cada uno de
nosotros decida en qué lado está. Los agentes de Satanás trabajarán en cada mente
que les dé cabida. Pero también hay agentes celestiales listos para comunicar los
brillantes rayos de la gloria de Dios a todos los que estén dispuestos a recibir al
Señor. Lo que necesitamos es la verdad, la preciosa verdad en todo su encanto. La
verdad impartirá libertad y alegría (MS 43, 1908).
CAPÍTULO 64
8. Permitid que Dios trabaje la arcilla.-
El instrumento humano sufre mientras proyecta y hace planes para sí con algo que
Dios le ha negado que haga. Se queja y lamenta, y todavía se alimentan las
dificultades. Pero cuando se somete para ser como arcilla en las manos del alfarero,
entonces Dios convierte al hombre en un vaso de honra. La arcilla se somete para ser
moldeada. Si se permitiera obrar a Dios, centenares serían moldeados y convertidos
en vasos como a él mejor le pareciera.
Permitid que la mano de Dios trabaje la arcilla para su servicio. El conoce
exactamente qué clase de vaso necesita. A cada hombre ha dado su obra. Dios
conoce cuál es el lugar para el cual el hombre es más idóneo. Muchos 1176 están
trabajando en contra de la voluntad de Dios, y echan a perder el diseño. El Señor
desea que cada uno esté sumiso bajo su dirección divina. El colocará a los hombres
donde se sometan para ser modelados en unidad con Cristo, llevando su semejanza
divina. Si el yo se somete para ser moldeado, si cooperamos con Dios, si oramos en
unidad, si trabajamos en unidad, si todos ocupamos nuestro lugar como hebras en la
trama de la vida, nos desarrollaremos convirtiéndonos en un bello tejido que
regocijará al universo de Dios (Carta 63, 1898).
El Alfarero no puede moldear y modelar para honra lo que nunca ha sido colocado en
sus manos. La vida cristiana es tina vida de entrega diaria, de sumisión y continuo
triunfar. Cada día se ganarán nuevas victorias. El yo debe perderse de vista, y el amor
de Dios debe cultivarse continuamente. Así crecemos en Cristo. Así la vida se forma
de acuerdo con el modelo divino (MS 55, 1900).
Cada hijo de Dios debe empeñarse hasta lo sumo para elevar la norma de la verdad.
Debe trabajar de acuerdo con Dios. Si el yo es exaltado, Cristo no es magnificado.
Dios se compara a sí mismo en su Palabra con un alfarero, y los suyos son la arcilla. Su
obra es la de modelarlos de acuerdo con su propia semejanza. La lección que deben
aprender es una lección de sumisión. No debe exaltarse el yo. Si se presta la debida
atención a la instrucción divina, si el yo se somete a la voluntad divina, la mano del
Alfarero producirá sin vaso simétrico (Carta 78, 1901).
CAPÍTULO 65
2.-
Ver EGW com. Jer. 17: 25.
21-23.-
Ver EGW com. Prov. 31: 27, t. III.