Artículo La Importancia de La Traducción Literaria.
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Artículo La Importancia de La Traducción Literaria.
RESUMEN
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………...1
OBJETIVOS……………………………………………………………………………………………3
METODOLOGÍA………………………………………………………………………………………3
RESULTADOS………………………………………………………………………………………...3
CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………..7
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………………..8
INTRODUCCIÓN
Desde una edad temprana, los idiomas y su traducción me han atraído y han llevado a mi
actual deseo como estudiante de bachillerato de escoger traducción e interpretación como
carrera universitaria. Esta ha sido la principal motivación de elección al tema sobre mi proyecto
de investigación, ya que pensé que al realizar un trabajo acerca de este tema me supondría
de mayor facilidad al serme de agrado y utilidad para el futuro. Pero al principio estaba
enfocado de forma más general, y tras determinar la importancia e impacto que ha causado
a lo largo de los años la traducción literaria, me decidí a decantarlo por esa rama. Además,
esta especificación se vio influenciada por mi deseo de llegar a traducir al menos una obra
literaria.
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varios que enfocan distintos aspectos e incluso compaginan con otros temas como la historia
y la filosofía (Núñez, 1952; Agud, 1993; Mueller-Vollmer e Irmscher, 1998). Núñez (1952)
escribió sobre la teoría y práctica de este tipo de traducción. Explica su definición y de qué
forma ha beneficiado a la sociedad, añadiendo ejemplos de épocas y escritores. Cabe
mencionar su aspecto histórico narrativo tan informativo y su apartado de la interpretación del
traductor. Sin duda, con este trabajo se puede llegar a un vasto entendimiento de la traducción
literaria y su proceso. Agud (1993) proporciona un conocimiento completo sobre la traducción,
haciendo hincapié en el aspecto lingüístico, además de explicar su proceso como en el trabajo
anterior. Agud menciona la perspectiva objetiva y subjetiva que puede llegar a tener,
ofreciendo puntos de vista. Es de gran ayuda en cuanto al sentido teórico y práctico. Sin
embargo, Mueller-Vollmer e Irmscher (1998) dieron un punto diferente. En su trabajo se habla
de cómo la traducción literaria también afecta el sentido histórico; considerando la obtención
de un conocimiento histórico y cultural cuando se estudia. Con trabajos de la década del 2000
podemos encontrar aquellos que se recogen en manuales o libros informativos (García y
Yebra, 2005), o que aprovechan para explicar el vínculo entre la traducción y literatura
(Vázquez, 2004) o en el ámbito de la enseñanza (Rodríguez, 2010). García y Yebra (2005)
escribieron un manual de ayuda para los traductores acerca del género literario. En él explican
lo que el traductor tiene que tener en cuenta antes de ponerse a trabajar. Siguiendo una trama
más cercana a la literatura encontramos a Vázquez (2004); hizo un estudio sobre la relación
entre traducción y literatura en el plano hispanoamericano. Cabe mencionar la
complementación del rasgo político, y luego centrarse en un periodo de tiempo específico con
sus autores. Finalmente, Rodríguez (2010) quiso enfocarse en la traducción literaria en las
actividades didácticas del alumno, además de añadir un aspecto crítico y modelo de
traducción literaria.
Para darle un soporte a mi investigación, llevé a cabo una indagación para construir el marco
teórico. La traducción es la acción de entender un texto en un idioma de origen, y producirlo
de forma y significado equivalente en el idioma deseado. Tiene varios tipos: la científica,
técnica, de software, jurídica, literaria, y audiovisual. También se encuentra presente la
interpretación, solamente usada en ambientes y situaciones de comunicación verbal. En mi
trabajo, trato sobre la traducción literaria. Según Núñez (1952), es considerada un vehículo
para la intercomunicación espiritual y cultural entre sociedades de idiomas distintos. Yebra
(1982), piensa que tiene un sentido muy amplio, abarcando lo ensayístico, filosófico;
incluyendo la poesía. Agud (1993) explica cómo este tipo de traducción, ligada a la lingüística,
hace hincapié en la capacidad de empatía con el autor y de aspectos que no pueden ser
introducidos por sistema de enseñanza o adiestramiento. Mueller-Vollmer e Irmscher (1998)
piensan que tiene un papel fundamental pero poco reconocido, además de poder desarrollar
e incluso expandir culturas enteras. Menciona cómo las traducciones literarias individuales se
clasifican como obras de beneficio propio, siendo adoptadas por los cánones literarios de la
cultura anfitriona. En cuanto a la literatura presente en la traducción, crean su propio término
llamado Schattenkultur (cultura en las sombras) en referente a su infravaloración e ignorancia
aun teniendo gran relevancia cultural y apariencia común. Refiriéndose al ámbito de
traductores literarios, encontramos estos autores de gran importancia: Edward FitzGerald,
mayormente conocido por su traducción al inglés de El Rubaiyat de Omar Khayyam; Gideon
Toury, con la publicación de libros y artículos en inglés y hebreo, además de un trabajo acerca
de la traducción de la biblia al presente; y Julio César Santoyo, mencionando sus traducciones
de diversos clásicos ingleses como Marlowe, Tolkien, Wilde… y también de artículos y libros
acerca de estos.
Como hipótesis de partida asumo que la traducción literaria es necesaria para poder acceder
a obras universales y adoptar su riqueza intelectual además de un impacto cultural. Este
proyecto de investigación servirá para razonar y hacer ver la importancia de la traducción
literaria ante la sociedad contemporánea, ayudando a personas de todos los idiomas y
culturas a tener acceso a todo tipo de obras de este género. También es imprescindible para
promocionar las instituciones del patrimonio inmaterial como la UNESCO, dándole mérito e
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incluso ayuda para continuar su existencia. Cabe mencionar de forma general el aumento de
apoyo a la asociación Asetrad. Causará un sentimiento de consciencia propia y curiosidad
innata por sus raíces.
OBJETIVOS
El objetivo general de este trabajo es demostrar la importancia que ha tenido y sigue teniendo
la traducción en su ámbito literario y respecto a su historia; en beneficio de personas que no
hablan el idioma para poder tener acceso fácil.
Como objetivos específicos, en primer lugar, este estudio pretende razonar la importancia de
la traducción literaria hoy en día. Además, comparar y determinar la evolución de la
importancia de la traducción desde la época grecolatina hasta la contemporánea, y finalmente
indagar la traducción de qué clase de obras literarias generó una fase de importancia en
España.
METODOLOGÍA
Para realizar mi trabajo de investigación he realizado búsquedas documentales y
bibliográficas a través de fuentes primarias como las obras literarias originales, además de
fuentes secundarias como sus traducciones y artículos sobre estas, para realizar
comparaciones. También ha sido necesario el manejo de bases de datos como google scholar
y google books. El trabajo de campo ha consistido en una entrevista a Natalia Carbajosa,
traductora relevante en el panorama actual. Los medios empleados han sido: la sala de
ordenadores y biblioteca del IES Isaac Peral y mi propio portátil.
RESULTADOS
Importancia de la traducción literaria hoy en día
Principalmente, la importancia de la traducción literaria se empareja junto con la existencia de
la escritura y se refleja en su habilidad de engendrar culturas u obras clave en el desarrollo
de estas. Además, tiene un rasgo actualizador y comparativo, puesto que las lenguas van
evolucionando y cambiando, exigiendo la traducción de documentos u obras de generación a
generación; teniendo en cuenta distintas traducciones ya que ninguna es la solución perfecta.
Esto implica su necesidad constante ya que si no fuese relevante, no se mantendría la
urgencia de continuar traduciendo.
Su importancia afecta a una gran cantidad de aspectos, uno de ellos la forma en la que
impacta a la sociedad. Si no existiese, todo el mundo se encontraría disponiendo de una
fuente de información cultural muy limitada y local; cerrando puertas. No se podrían analizar
obras de otras culturas que puedan ayudar a extender los valores universales de cada uno.
Algo como traducir un simple libro, ayuda a desarrollar el conocimiento cultural, aunque
parezca insignificante. También lo hace de este modo en lugares que poseen distintos niveles
de desarrollo culturales; pues donde haya más personas ilustradas, más traducciones se
realizarán, generando mayor conocimiento para el enriquecimiento de esa sociedad; aunque
esto no sirva en relación a su gobierno.
Por lo tanto, para poder lograr este conocimiento a través de la lectura de estas traducciones
se necesita un autor que tenga especialización técnica (lingüística, filológica, traductológica),
y se debe tener tanto conocimiento como intuición. Se considera un trabajo completo, y esto
simplemente demuestra una vez más su importancia esencial ahora, y desde siempre.
Además, Nord (1993) afirma que la función de un texto traducido es una interrelación entre el
autor productivo y el lector receptivo, llevando a la obligación de que el lector terminal tenga
que enlazar los significados del texto con otros conocimientos previos al lector original.
Según Benjamin (1923) las obras literarias tenían que traducirse teniendo en cuenta que el
matiz esencial de estas es su complejidad, evadiendo el hacerlas más entendibles para el
lector de otro idioma. El objetivo debe ser expresar esa extrañeza y tensión expresiva
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originales que caracterizan estas obras. Pero Nord (1993) determinaba que también existía la
elección de la adaptación. Por ejemplo, en una novela, puede aparecer un texto que tiene
rasgos que lo caracterizan dentro de una clase de textos; y para que el lector terminal
reconozca esta categoría, el traductor tiene que adaptar su forma estilística a las normas
presentes en la cultura terminal. Para poder mostrar esta importancia se necesita acreditar al
autor y al traductor juntos en todas partes, dándole valor profesional y económico adecuado.
Cabe mencionar el papel que este adopta, ya que hoy en día existen diversas formas por las
que se pueden beneficiar haciendo su trabajo: asociaciones, premios, becas e incluso
congresos; algo que no existía antes. Esto también indica cómo ha aumentado la importancia
de las traducciones literarias.
De acuerdo con sus géneros literarios, su importancia sobrepasa las novelas, llegando a la
poesía. Según Carbajosa (2019), la traducción puede llevar a la estimulación tanto de
traductores como de aquellos que leen; haciendo visible su importancia. El rastro de lo que
no se ha podido traducir es la parte más traducida, por lo tanto, se considera que la mejor
forma de entender un poema es traducirlo.
Comenzando con un gran ejemplo, el libro Y el lugar era agua. Antología poética (Niedecker,
2018), en él se pueden ver los matices que desarrollan esta importancia. Contiene rasgos
biográficos de la autora para llegar a entender más su poesía.
Destaca su pasión por los sonidos y musicalidad, donde la traducción entra en juego; pues en
muchas ocasiones hay que eliminar o añadir elementos para poder tener un resultado fiel y
fluido. Si se opta por una traducción literal, se pierde el matiz de peculiaridad, llegando a la
posible eliminación de emociones ocultas; ignorando el objetivo principal: traducir estos
aspectos. Un gran detalle a la hora de traducir estos poemas, es la licencia semántica,
necesitada para poder elegir qué aspecto considera más importante. En este caso es el
sonido, y se ha llegado a una fluidez gracias a la investigación sobre esta autora, pero es
imposible asumir su biografía a partir del prólogo, forzándose la necesidad de estudiar la
técnica del poeta. Según Carbajosa (2019), un objetivo importante en la traducción y
composición de este libro ha sido la creación de un tono sostenido presente en toda la
colección.
Continuando con un ejemplo de menos relevancia, Si llegamos a eso, (Tanning, 2019) tiene
una gran influencia artística, con aspectos afectados por inclinación y estímulos, y
surrealismo. En su poema “Woman waving to the trees” no hay metáforas ni técnicas, en
principio siendo fácil, pero posee la esencia de la autora. Hay que entender cada poema con
diferencia de puntos de vista, uno puede adaptarse al estilo del autor o jugar otros papeles.
En obras como Poemas 2004-2014 (Armantrout, 2014) es necesario tener mucho contacto
con la autora; ya que para traducir se tiene que tener el mayor conocimiento acerca de la
persona, entorno, e incluso tener consciencia de que las versiones cambian por cuestiones
de la esencia de la autora. Cabe mencionar la importancia de la conexión entre autores, ya
que muchos están influenciados entre sí, y haber traducido obras de bastantes autores puede
servir de ayuda en estos casos. Este libro posee una gran contextualización ya que el autor
se ve obligado a estudiar sobre la época que rodea la autora para poder alcanzar una
traducción fiel; presente en “Geografía”, “Espónsor” y “Naturaleza”.
De ello resulta necesario decir que en comparación con la novela, la poesía tiene menos
apoyo y demanda; sin embargo poseen mayor complejidad. Esto da paso a la regla de oro, la
cual consiste en que la invisibilidad del traductor es la tarea más importante, en el sentido de
hacer todo el proceso invisible para el lector. La traducción abre caminos entre idiomas, vidas,
y entre lo muerto y lo viviente.
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Por consiguiente podemos afirmar que es extremadamente importante, y no solo lo es hoy en
día, lo ha sido desde el nacimiento de la escritura; cambiándose y adaptándose a la época,
llegando a lo que son las distintas sociedades actualmente. Con sus diversos métodos y
estilos ha tenido la capacidad de engendrar el mundo de hoy en día en cuanto a sociedades
y culturas, y cada género literario ha tomado parte en este proceso.
Continuando con su evolución, Puerta (2017) explicó que cada época tuvo sus fundamentos.
En la Edad Media tuvieron mayor impacto los monasterios, universidades y escuelas en la
literatura. Estaba en manos de los monjes, con su preparación intelectual, que podían traducir
obras antiguas además de escribir otras nuevas con temas de su interés. Aparece un nuevo
foco de cultura con el surgimiento de más centros enseñantes siglos después, siendo un gran
ejemplo la Escuela de Traductores de Toledo en España fundada por el Arzobispo de Toledo
Raimundo. Cabe mencionar la importancia de la cultura popular en la literatura, aquella que
no necesitaba de escritura para poder ser expandida.
Por otra parte, las traducciones grecolatinas han sufrido una censura en el desarrollo de
nuestra sociedad actual. Según González (2006), existen tres categorías de traducciones:
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Aquellas destinadas a las aulas y realizadas por clasicistas, las destinadas a un público
entendido, y realizadas al margen de la academia y para un público culto en general. Antes
se buscaba la ortodoxia, ahora la facilidad para transmitir y libertad de creación de variadas
versiones.
Volviendo a La Odisea, Livio Andrónico fue su primer traductor, del griego al latín, y fue
considerado el fundador de la epopeya latina. Según Moncada (2014) Andrónico tenía como
objetivo expresar un contenido novel para los romanos, acercándolo con una envoltura verbal
que les era conocida. Llegó a latinizar todos los rasgos de cultura griega para negar su entrada
a la cultura romana, y se llegó a considerar el modelo por su éxito; esto se puede enlazar a la
censura hablada previamente; pero no presente en traducciones contemporáneas como la de
Pabón (2000), se opta por lo más cercano del griego.
Según Tapia (2004), ninguna traducción de esta obra será considerada la perfecta, pues no
se darían tantas versiones existentes. Homero usaba fórmulas más que palabras, pero esto
no se ve reflejado en las traducciones al creerse algo de carácter monótono en nuestro idioma
en escrito, pues originalmente fue hablado. Uno de los aspectos más distintivos es el cambio
de sintaxis a la hora de traducir, pues hay rasgos e interpretaciones distintas al español. Entre
los versos 50 y 55 del libro VII aparece la palabra τoxήων que significa genitor o padre, sin
embargo en variadas traducciones como en Pabón, se usó "linaje"; pero Calvo en 1978 utilizó
“padre”, algo que es una contradicción que lleva a distorsionar la realidad histórica.
Clase de obras literarias cuya traducción generó una fase de importancia en España
Centrándome en un periodo específico, la literatura española durante el siglo XVIII estaba
caracterizada por el desinterés. Según Rodríguez (2004), poseía una literatura excesivamente
rígida, dominada por la razón y el normativismo de la poesía; y cuando los historiadores de la
literatura quisieron deshacerse de estos, se dieron cuenta de un proceso cultural lleno de
interés y originalidad llamado la Ilustración. Lafarga (1999) calificó cómo al principio la
elevación de traducciones en España se atribuyó a la debilidad del sistema literario por la
dependencia de otros países como Francia, y desgraciadamente no existe un catálogo o
repertorio que contenga todas las traducciones de esta época; pero si están presentes listas
referidas a un autor, género literario, periodo; una de las más importantes es la bibliografía de
Francisco Aguilar Piñal (1981). Esto se debe a que en el siglo XVIII, el concepto de traducción
era muy distinto al de ahora, debido a la inexistencia de propiedad intelectual y derechos de
autor que llevaban a la ocultación del nombre del autor y título originales.
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García (1999) explica que durante unos años, la traducción se enfrentaba a un obstáculo
ideológico (la Corona y la Inquisición), y otro lingüístico (un sector de la intelectualidad); y
ambos temían que la traducción de obras extranjeras pusiese en duda la monarquía y fe
católica. Debido a esto, se intentó llevar un sistema de control de obras procedentes de
Europa, pero no llegó a realizarse con tanta eficacia; sin embargo sí estuvo presente la
examinación de estas para llegar a una censura y sumisión ideológica.
Asimismo, Lafarga y Pegenaute (2004) calificaron los retos a los que se enfrentaron cada
género literario durante el siglo XVIII, uno de estos grandes retos es replicar el carácter poético
del autor, mayormente presente en estas traducciones de obras literarias, en concreto la
poesía. Los traductores dudaban de cómo se debían traducir, en verso o en prosa, pero sí
coincidían en que traducir del verso es lo más complicado. Como ejemplo existe Poema de
San Próspero contra los ingratos traducida del latín por Villanueva (1783).
Otro campo que sufrió dificultades específicas fue la traducción de obras clásicas como la de
Los cuatro primeros libros de la Eneida de Virgilio realizada por Tomás de Iriarte (1787) debido
a las diferencias gramaticales, léxicas y retóricas entre la lengua y poesía clásica con las de
lenguas vulgares. Además este tipo de traducciones conllevan el estudio de la realidad
sociocultural grecolatina, y la traducción de la traducción para rectificar errores y evitar la
crítica.
Respecto a las traducciones de obras teatrales, se podía ver a través de ellas el pensamiento
traductor de esta época. Cabe mencionar que fue la modalidad que recibió mayores escritos
en torno a sí, como críticas o artículos de prensa. Como punto clave, el traductor teatral debe
decantarse por el respeto a las reglas y características propias de cada género (tragedia y
comedia), y a la tradición dramática del país de origen, o bien por las modificaciones de
contenido y forma que atraigan a un público español y las acerquen a la tradición nacional;
todo esto presente en la traducción del Zaïre de Vicente García de la Huerta (1784). La
cuestión de los autores de absorber la técnica y rasgos del autor fue una de las más
importantes en la historia de la traducción dieciochesca, además de la idoneidad de la prosa
para la expresión dramática, y la aceptación o no de novedades dramáticas llegadas del
extranjero.
A partir de esto se puede determinar, como hizo García (1999) a través de los resultados de
una de sus gráficas, que el género literario que se llegó a traducir en mayor cantidad y marcó
una época de relevancia fue el teatral. Y esto llevó a la gran atención por parte de los
estudiosos gracias a la gran difusión teatral que se vivió en España en el siglo XVlll, el elevado
número de traducciones, las propias modalidades que adoptaron las versiones, la complejidad
de la traducción teatral, que lo hicieron la parte más atractiva del ámbito literario de la época.
Por lo tanto, la cantidad de trabajos bibliográficos y repertorios sobre este género aumentó;
pero un estudio de estas traducciones no puede basarse exclusivamente en los textos,
necesita el complemento vivo de la representación, más que de matiz, de éxito o de fracaso.
CONCLUSIONES
La importancia de la traducción literaria se ha compaginado con el nacimiento de la escritura,
y ha sufrido cambios y adaptaciones dependiendo de la época; pero es la base de las distintas
sociedades actuales y siempre ha tenido como rasgo principal su mantenimiento de la
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extrañeza original, y cada género literario ha aportado a este proceso en distintos niveles.
Además la traducción literaria ha sido influenciada e incluso saboteada desde la época
grecolatina a través de su contexto histórico y medidas como la censura o a lo largo de los
años, pero su importancia se ha demostrado al siempre deshacerse de estos retos y
mantenerse constante y continua para mejorar su calidad; y finalmente ha logrado adquirir su
libertad de expresión. Incluso se ha visto presente al poder generar una fase de relevancia en
un país, llevando desde una sumisión ideológica al enriquecimiento los estudios y difusión del
género literario determinado, generando beneficios lingüísticos y culturales; con el ejemplo
del teatro en España del siglo XVIII. De modo que se puede afirmar que mi hipótesis principal
es cierta, ya que el motivo de que su relevancia se haya mantenido hasta ahora es para poder
transmitir diferentes culturas que ayudan al desarrollo intelectual de los lectores que
desconozcan el idioma original, y esto se ve reflejado en su persistencia descrita
anteriormente. Esta premisa es la que ha conseguido que a través de la obtención de estos
nuevos conocimientos, se hayan podido continuar creando obras de la misma e incluso mayor
importancia, que luego nos han ayudado en el desarrollo de nuestra propia sociedad y mejora
de nuestra propia cultura.
BIBLIOGRAFÍA
- Aguilar, F. (1981). Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII. Madrid, España: Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
- Benjamin, W. (1923). Angelus Novus. La tarea del traductor. Barcelona, España: Editorial
Edhasa.
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- Lafarga, F. (1999). Hacia una historia de la traducción en España (1750-1830). Recuperado
de http://www.cervantesvirtual.com/obra/hacia-una-historia-de-la-traduccin-en-espaa-
17501830-0/
- Niedecker, L. (2018) Y el lugar era agua. Antología poética. León, España: Eolas Ediciones.
- Rodríguez, F. (2003). Noticias sobre traducciones al español del drama griego: mi papel en
este movimiento (pp. 387-394). Secretariado de Publicaciones y Medios Audiovisuales.
- Tapia, P. (2004). Traduciendo (?) la Odisea de Homero. Acta poética, 25(1), 45-68.
- Yebra, V. (1982). Teoría y práctica de la Traducción, 2 vol. Madrid, Gredos, últ. ed.
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APÉNDICE 1. ENTREVISTA A LA TRADUCTORA NATALIA CARBAJOSA
Preguntas:
P1. ¿Por qué cree usted que es importante la traducción literaria hoy en día?
P3. Según usted, ¿los traductores de obras literarias o poéticas necesitan una especialización
literaria, poética o incluso cultural para poder traducir de forma acertada?
El traductor literario tiene que combinar una preparación técnica (lingüística, filológica,
traductológica) con una cultura lectora lo más amplia y variada posible. Yo por ejemplo estudié
Filología Inglesa; la licenciatura de Traducción e Interpretación se creó después. Pero de
todos modos creo que volvería a estudiar lo mismo porque la segunda se centra muy pronto
en los lenguajes de especialidad, mientras que la primera, al menos cuando yo la cursé, era
mucho más generalista y ofrecía una visión amplia de las literaturas tanto hispanas como
angloamericanas. En el caso del traductor de poesía, es muy común que además de traductor
o filólogo sea poeta o que termine siéndolo, y tiene todo el sentido. Al fin y al cabo, lo que
traducimos es poesía en poesía, con permiso de los elementos que la conforman (ritmo,
metáforas, etc.). Para abordar los elementos semánticos, figuras de dicción y demás del
poema original, actúa el filólogo-traductor; para entenderlo en su contexto y llevarlo así con
más fidelidad al contexto propio, interviene el lector empedernido; pero para verterlo en su
lengua, necesita del poeta. Es una mezcla de conocimiento e intuición, por eso se trata de un
trabajo tan completo.
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No es que yo lo piense, es que es absolutamente necesario. Dado que en traducción ninguna
solución es del todo definitiva, puesto que cada una implica ganar algo a costa de perder otro
tanto, es imprescindible seguir traduciendo, ofrecer versiones que se puedan comparar. Y
además nuestra propia lengua va evolucionando y requiere de traducciones adaptadas a su
registro cambiante, por eso los clásicos no se dejan de traducir nunca.
P5. Si no existiese la traducción de obras literarias, ¿cómo cree que se vería afectada la
sociedad actual?
Contesto con otra pregunta: si a un solo lector no le da de sí la vida para conocer a fondo
lenguas muy dispares, ¿cómo podría asomarse a las obras de Dostoyevski, Catulo, Arquíloco,
Dante, Basho, Rumí, Shakespeare, Flaubert, Holan, Kafka, Shirazí, Pessoa, Cavafis y
tantísimos otros si no fuera por las traducciones?
Es un supuesto imposible, porque no existiría la cultura salvo en un contexto eminentemente
local, muy reducido. Pero son precisamente las conexiones felices entre autores de distintas
lenguas y épocas las que fortalecen, por su recurrencia, nuestra propia noción de los valores
compartidos, esto es, universales.
Me gustaría que los lectores sintieran que han entrado plenamente en los textos traducidos,
que no se queden con la sensación de que detrás de una traducción se vislumbra un autor
interesante, pero que no llegan a poder apreciar por sí mismos. Lo digo porque a mí me ha
sucedido esto: leí el Réquiem de Anna Ajmátova en una traducción que me dejaba en el
umbral, y después cayó en mis manos otra maravillosa, sin trabas de ninguna clase. Me
gustaría que mis traducciones fueran así, como una casa con las puertas y las ventanas bien
abiertas. Desde el punto de vista meramente personal, mi objetivo con cada nueva traducción
es seguir exponiéndome a una adicción que ya dura quince años. El privilegio del traductor es
que puede jugar a ser múltiple (algo que todos los seres humanos somos, consciente e
inconscientemente) con toda premeditación. De cada traducción no sale igual que entró: algo
esencial se ha transformado en él, algo que va del lenguaje a la vida y viceversa.
P7. ¿Cómo cree usted que se puede hacer visible la importancia de la traducción literaria?
Mencionando el nombre del traductor junto al del autor, tanto en los propios libros como en
las reseñas o estudios que se hagan y, desde el punto de vista profesional, valorándola
económicamente, lo mismo que se hace con las traducciones técnicas, jurídicas o de otros
campos especializados. Lo primero ya se va logrando, lo segundo hoy por hoy es una utopía
en la mayoría de los casos.
Creo que el traductor literario, a pesar de su aparente invisibilidad, goza de cierto prestigio
como figura profesional: existen asociaciones, revistas especializadas, premios y becas para
su actividad, se celebran congresos, se ha avanzado bastante. Una vez más, la traducción de
poesía tiene sus particularidades dentro de la traducción literaria en general. Del mismo modo
que el poeta no vive de su poesía, el traductor de poesía no se gana la vida con ello. Es por
tanto muy difícil que la escritura y la traducción de poesía se “profesionalicen” y, aunque pueda
sonar contradictorio, no estoy segura de que fuera deseable.
P9. ¿De qué forma piensa usted que el nivel de desarrollo de un país pueda afectar al grado
de desarrollo de las traducciones literarias?
Cuantos más ciudadanos ilustrados haya en un país, más y mejores traductores habrá, lo
mismo que lectores interesados en esas traducciones. De todos modos, el concepto de “nivel
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de desarrollo” puede ser engañoso: si hablamos de desarrollo meramente tecnológico y
económico, ni los estudios de Filología y Traducción, ni la lectura exigente y de horizontes
amplios, ni el apoyo a los editores y libreros volcados en la literatura de verdad van a ser una
prioridad entre la población y las instituciones. Todo empieza en el amor a la lectura y, salvo
excepciones, éste se da en la infancia y es indispensable para formarse un criterio lector
adulto. Cuando yo era pequeña, España era más pobre que ahora y sin embargo los niños
leíamos todo lo que caía en nuestras manos, libros y tebeos, aunque sólo fuese porque los
estímulos y la ocupación del tiempo libre eran bastante menores. Esto ha cambiado. Es verdad
que la formación de los traductores objetivamente ha mejorado, pero me pregunto si todavía
existen lectores ahí afuera interesados en los libros que estos les ofrecen.
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