Tema 12. La Lírica y La Poesía Narrativa en La Edad Media
Tema 12. La Lírica y La Poesía Narrativa en La Edad Media
Tema 12. La Lírica y La Poesía Narrativa en La Edad Media
Se considera que la Edad Media se inicia en el año 476, con la caída del Imperio
romano de Occidente. Un milenio después, tres hitos históricos delimitan la frontera
entre la Edad Media y el Renacimiento: la caída de Constantinopla (1453), la invención
de la imprenta (h. 1440) y el descubrimiento de América (1492).
A finales del siglo X o a principios del XI se documentan los primeros textos escritos en
romance peninsular: las Glosas emilianenses y las glosas silenses, halladas,
respectivamente, en los monasterios de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo
Domingo de Silos (Burgos). Se trata de un conjunto de anotaciones que pretenden
aclarar el significado de algunos pasajes o de palabras.
En el ámbito de la literatura española, los primeros testimonios que se conservan son las
jarchas, cancioncillas amorosas que pueden datarse a mediados del siglo XI. La
literatura medieval alcanza hasta La Celestina (1499-1502).
La literatura peninsular de este período está condicionada por tres importantes factores:
las particularidades de la sociedad medieval, la interculturalidad y la mentalidad
teocéntrica.
La sociedad medieval estaba organizada en tres estamentos, con los que es posible
vincular las distintas manifestaciones de la literatura de la época:
La plebe o estado llano. Sus miembros, dedicados mayoritariamente a la
agricultura y la ganadería, cantaban y bailaban las composiciones de la lírica
tradicional, y escuchaban los poemas épicos y los romances declamados por los
juglares.
Con el paso del tiempo, el auge de la vida urbana favoreció el surgimiento de la
burguesía, un nuevo grupo social formado por artesanos y mercaderes que provocó
la lenta transformación del sistema estamental y preparó el cambio de
mentalidad que dio lugar al Renacimiento.
El clero. Durante gran parte de la Edad Media, la Iglesia fue la depositaria única de
la cultura. Las órdenes monásticas copiaban y guardaban los manuscritos en los
monasterios, donde surgirá el mester de clerecía.
A partir del siglo XIII aparecieron en la península las primeras universidades,
vinculadas inicialmente al clero: Palencia, Salamanca y la universidad Complutense,
en Alcalá de Henares.
La nobleza. Desde finales del siglo XIII, las cortes reales o nobiliarias se
convirtieron también en centros de cultura. Obras como El conde Lucanor
perseguirán como objetivo la educación de los nobles; y la poesía cancioneril, los
libros de caballerías o la novela sentimental reflejarán la ideología y los gustos de
la nobleza cortesana del siglo XV.
1.2. La interculturalidad
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Los primeros siglos de la Edad Media europea están marcados por dos amplios
movimientos migratorios:
Desde el siglo III, los pueblos germánicos de la Europa central y septentrional se
desplazaron hacia el oeste y sur del continente. Allí, en los siglos V y VI, fundaron
reinos que son la semilla de los modernos Estados europeos: los francos en la actual
Francia; los hérulos y ostrogodos, en la península itálica; los visigodos, en la
península ibérica; y los anglos y sajones, en Gran Bretaña.
En el año 711, se produce la invasión de la península por los árabes y bereberes,
que llegaron hasta los Pirineos. En la franja cantábrica y pirenaica se configuraron
pequeños reinos y condados cristianos que, comenzaron una lenta expansión hacia
el sur -la Reconquista- que culminó con la toma de Granada en 1492.
Debido a los factores interculturales, la Edad Media peninsular presenta
características específicas:
Pluralidad lingüística. En torno al siglo X, quedan constituidos los primitivos
romances peninsulares: gallego-portugués, astur-leonés, castellano,
navarroaragonés y catalán. Habría que añadir el mozárabe, hablado por los
cristianos de Al-Ándalus, y las lenguas no románicas de la península, como el vasco
y el árabe.
Coexistencia de las culturas cristiana, judía y musulmana. Las relaciones entre
ellos fueron a menudo conflictivas. Sin embargo, se produjo también un fecundo
intercambio cultural que favoreció el desarrollo de la literatura, el pensamiento
filosófico, etc.
Las características de la Edad Media peninsular que se derivan de factores
interculturales explican las diferentes manifestaciones de la lírica peninsular:
El asunto de numerosos romances, como los noticieros o fronterizos, que narran
los acontecimientos ocurridos en el frente o la frontera durante la Reconquista.
El surgimiento de la prosa castellana, impulsada por la labor de la Escuela de
Traductores de Toledo y por las traducciones del árabe de colecciones de cuentos
orientales.
La cosmovisión medieval está marcada por el teocentrismo. Así, buena parte del arte y
la cultura de la época llevarán la impronta del cristianismo.
La religiosidad es un rasgo característico de los personajes que, desde la literatura, se
proponen como modelo para la comunidad.
Existen una serie de rasgos que se aprecian en buena parte de la literatura de este
periodo:
Oralidad. Algunas manifestaciones literarias fueron concebidas para su difusión
oral, como la lírica popular, la lírica culta, la poesía épica, los romances e, incluso,
algunas obras del mester de clerecía.
Anonimia. En los inicios de la literatura, el concepto de autoría carece de
importancia.
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Didactismo. Hasta el siglo XV, la mayor parte de la literatura medieval pretende
transmitir valores o conocimientos a los receptores. Esta intención se aprecia en el
mester de clerecía o en los repertorios de cuentos vinculados a la predicación o a
la educación de nobles y príncipes.
Predominio del verso. Las obras literarias medievales se destinan habitualmente al
canto o a la recitación. El verso será el modo de expresión de la lírica, de distintos
subgéneros narrativos -como poemas épicos, romances y poemas narrativos del
mester de clerecía-.
2. LA LÍRICA POPULAR
Las jarchas
El primer vestigio conocido de poesía lirica en una lengua románica son las jarchas.
Son cancioncillas compuestas en mozárabe, que los poetas cultos insertaban al final de
composiciones escritas en hebreo o árabe clásico llamadas moaxajas.
El tema consiste en una queja amorosa, puesta en boca de una voz femenina, que se
dirige, a menudo, a un confidente -la madre o las hermanas- para expresar su
sufrimiento por la ausencia, la enfermedad o la partida del amado -al que se designa
con el arabismo Habib o habibi-.
Predominan las jarchas de cuatro versos hexasílabos u octosílabos con rima
consonante en los versos pares.
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Los villancicos
3. LA LÍRICA CULTA
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Lírica culta galaicoportuguesa. En gallego-portugués se cultivaron las cantigas de
amor -en las que un emisor masculino expresa sus cuitas amorosas por la
indiferencia o el rechazo de la dama- y las cantigas de escarnio y maldecir.
Poesía cancioneril castellana. Desde mediados del siglo XIV se desarrolla en
Castilla la poesía de cancionero, concebida para ser leída, cantada o recitada en las
cortes.
El marqués de Santillana
Juan de Mena
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tiempo: la rueda del pasado y la rueda del futuro están quietas, mientras que la rueda del
presente gira sin cesar.
El poema parece una reflexión sobre la variabilidad de la fortuna y su relación con la
Providencia divina.
Está compuesto en coplas de arte mayor. Cada una está formada por ocho versos
dodecasílabos con rima consonante según el esquema ABBAACCA.
4. JORGE MANRIQUE
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La originalidad y autenticidad de esta obra justifican su lugar destacado en la
literatura en castellano.
Un poema épico o epopeya es un texto literario que narra en verso a las hazañas de un
héroe.
Todas las manifestaciones de la épica presentan rasgos comunes:
Oralidad. Las epopeyas se difunden por medio del canto o la recitación pública.
Con frecuencia, se trata de poemas de autores cultos que reelaboran un material
legendario anterior.
Exaltación del héroe. El protagonista es un guerrero que representa los valores de
una comunidad y que se ofrece como modelo de conducta.
Recreación de un mundo aguerrido y violento. Estos poemas surgen en los
periodos de expansión bélica de una comunidad. En ellos imperan cualidades como
el valor, la fuerza, la astucia, la lealtad, etc.
Carácter legendario. Presentan, con frecuencia, un remoto trasfondo histórico.
Sobre este sustrato se configura una leyenda que sirve de base para el poema épico.
La poesía épica resurge en Europa durante la Edad Media, con dos áreas:
Épica germánica. A ella pertenecen obras como el Beowulf anglosajón, las sagas y
los edda islandeses y escandinavos y el Cantar de los nibelungos alemán.
Épica románica. Se diferencian a su vez dos ramas:
Épica francesa. Destaca el Cantar de Roldán, que narra las hazañas de Roldán,
sobrino del emperador Carlomagno, que lucha heroicamente en la batalla de
Roncesvalles contra los musulmanes.
Épica castellana. Los poemas medievales de la épica castellana reciben el
nombre de cantares de gesta. La obra más representativa es el Cantar de mio
Cid.
Solo una mínima parte de los cantares de gesta castellanos han llegado hasta nosotros: el
Cantar de mio Cid, un centenar de versos del Cantar de Roncesvalles y fragmentos de
las Mocedades de Rodrigo. Además, se han rastreado refundiciones en prosa de otros
poemas: Cantar de Sancho II y el cerco de Zamora y Cantar de los siete infantes de
Lara (o de Salas).
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Cantar se caracteriza por su verosimilitud, basada, por ejemplo, en las referencias
concretas a una geografía real.
Autoría y difusión
El Cantar fue compuesto a finales del siglo XII o comienzos del XIII por un autor
culto. La obra se concibió para su difusión oral por los juglares. Ha llegado hasta
nosotros en un manuscrito copiado a mediados del siglo XIV.
Argumento y estructura
El Cid presenta las virtudes propias de los héroes épicos: valentía, astucia, etc. Sin
embargo, se trata de un personaje profundamente humanizado, con rasgos poco
habituales en la épica: mesura -Rodrigo se conduce con prudencia y serenidad-,
sentido del humor y ternura.
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Rasgos formales del Cantar de Mio Cid
Los rasgos de estilo son acordes con las características del subgénero narrativo al que
pertenece la obra:
Empleo de fórmulas o expresiones fijas. Destaca el uso del epíteto épico para
enaltecer al héroe.
Empleo, por parte del narrador, de apelaciones al receptor, de exclamaciones y de
verbos en segunda persona del plural.
Abundancia de diálogos.
6. LOS ROMANCES
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Romances novelescos o romances de invención. Son aquellos que ni derivan de
una fuente escrita anterior ni están vinculados con hechos históricos.
7.1. Características
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El autor de este libro del siglo XIV fue Juan Ruiz, arcipreste de Hita.
Estructura
Interpretación