Comunicacio&#769 Ndiscurso Pag113-117

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

© Editorial UOC 113 Discurso y Comunicación

los intereses reales que los hablantes tienen: hay que observar
cómo las personas se tratan unas a otras como interesadas,
y buscar las regularidades en la forma en que estos intereses
son arreglados al hablar y escribir.
El estudio de Wooffitt (1992) es un buen ejemplo de aná-
lisis de todos estos elementos en las construcciones factuales.
Este autor insertó anuncios en un periódico para localizar
a personas que hubieran tenido experiencias paranormales
(acontecimientos sobrenaturales, poltergeist, telequinesis, etc.)
y les hizo entrevistas abiertas. Wooffit, como los psicólogos
discursivos, se fijó en las relaciones entre la construcción de
hechos y la construcción de la mente tal y como los entrevista-
dos las trataban. Ambas cosas estaban muy relacionadas entre
sí: los entrevistados tenían que construir un relato factual de
su experiencia, como algo que ocurrió realmente, y al mismo
tiempo debían construir su estatus de perceptores fiables,
racionales y no locos. Wooffit vio que los hablantes utiliza-
ban técnicas recurrentes para arreglar estos aspectos. Así, por
ejemplo, a menudo los entrevistados utilizaban la fórmula “Al
principio pensé que era (X)... pero entonces me di cuenta de
que era... (Y)”. En estos casos, X es algo ordinario y normal, lo
que todos asumiríamos como habitual, e Y es el acontecimien-
to paranormal. De esta forma el hablante se construye como
alguien que, en principio, piensa lo que cualquier persona
normal y racional pensaría y crea las condiciones para contra-
rrestar la incredulidad potencial de quien le escucha.

3.4.5. Preguntas desde la perspectiva discursiva

Se ha visto que cuando hablamos tenemos a nuestra


© Editorial UOC 114 Comunicación y discurso

disposición múltiples maneras de caracterizarnos y de carac-


terizar a los demás, construir acontecimientos, mostrar y
describir estados psicológicos, crear y defender argumentos,
etc. Todo ello lo hacemos mediante el lenguaje y el discurso.
Podemos preguntarnos, pues, qué efectos producen las dife-
rentes maneras en que construimos la realidad en nuestras
interacciones cotidianas, y cómo y por qué lo hacen.
En el siguiente cuadro se encuentran algunas de las pre-
guntas que pueden formularse al analizar un discurso, junto
con algunos recursos que la Psicología Discursiva utiliza para
hacerlo y para interpretarlo.

Para analizar el discurso se puede preguntar... Recursos y


aproximaciones de la
perspectiva discursiva
¿Qué hacen estas versiones? Acción y función
¿Qué se cumple cuando se denominan las cosas de esta del discurso
manera?
¿Qué efectos producen?
¿Qué réplica se está respondiendo, negando o previniendo Retórica
cuando se denominan las cosas de esta manera?
¿Con qué otra versión está dialogando?
¿Qué tipos de recursos y estrategias discursivas se Repertorios interpretativos
utilizan para construir estas versiones?
¿Cómo se relacionan las descripciones de los Construcción de hechos
acontecimientos o de los hechos del mundo con las y dilemas de interés
descripciones de las personas y sus estados psicológicos
o mentales?
¿Cómo arregla la persona que habla o escribe la
posibilidad de que su versión de los hechos se considere
“interesada” o parcial, o pueda ser descartada o
debilitada por el hecho de evocar prejuicios, motivos
ocultos, implicaciones emocionales, etc.?
© Editorial UOC 115 Discurso y Comunicación

3.5. Ideología

A lo largo de este capítulo hemos insistido reiteradamen-


te en que nuestra sociedad y nuestra cultura nos proveen
mediante distintos medios y en diferentes entornos de dis-
cursos o repertorios que nos permiten formular versiones,
defender argumentos y posicionarnos ante distintas lecturas
posibles de la realidad.
Sin embargo, precisamente mencionar distintas versiones
e, incluso, versiones alternativas de la verdad, nos lleva nece-
sariamente a hablar, aunque sea con brevedad, de una noción
extraordinariamente compleja y controvertida, no sólo en las
ciencias sociales, sino también en la vida cotidiana: la ideología.
La noción de ideología, como la de discurso, se ha defi-
nido de muchas formas diferentes. Se trata de una noción
polémica y polisémica, de la que se encuentran un montón
de formulaciones que frecuentemente se complementan, se
contradicen, se niegan o se interpretan entre sí.
A menudo se utiliza la noción de ideología para hacer
referencia a los patrones o sistemas de ideas y creencias que
sirven para mantener como inevitables las concepciones
dominantes de un determinado orden social. Sintéticamente,
podríamos decir que la función que se asigna a esta acepción
es la de servir para perpetuar unas determinadas relaciones
de poder. Esta visión de la ideología la hace aparecer como
una entidad gigante y compacta situada por encima de los
individuos, ejerciendo un dominio absoluto sobre sus con-
cepciones del mundo, en la medida en que se considera que
determina sus pensamientos y sus creencias.
La concepción que la psicología discursiva tiene de la
ideología nos sitúa en una visón de ideologías vividas, es
© Editorial UOC 116 Comunicación y discurso

decir, las conformadas por los valores, las creencias y las acti-
vidades de una determinada sociedad o cultura a través de las
prácticas cotidianas.
De alguna manera se acerca bastante a la idea que tene-
mos de sentido común. Estas ideologías vividas o este sentido
común no son sistemas coherentes y homogéneos, sino que
se caracterizan por la inconsistencia y la contradicción.
En este sentido, las ideologías no tienen un significado
unitario y no proveen a las personas con maneras unívocas y
claras sobre que deben pensar o hacer. De hecho, las personas
tenemos muy presente que existen argumentos contrapues-
tos en relación en cualquier tema: conocemos las posturas a
favor y en contra, los dilemas, que pueden darse en lo que
respecta a cualquier cuestión.
No sólo los conocemos y los tenemos presentes para argu-
mentar una postura determinada, sino que según nuestros
interlocutores, y según el contexto, somos capaces de articu-
lar argumentos o contraargumentos de un mismo tema. De
acuerdo con esto, autores como Billig (1991), nos sugieren
que prestemos atención a los dilemas ideológicos: al hecho
de que el sentido común contiene temas opuestos que se
deben resolver juntamente con las circunstancias.
Las afirmaciones, las opiniones, están situadas en un
contexto argumentativo más amplio: un contexto retórico.
Hacemos afirmaciones, damos opiniones o efectuamos des-
cripciones respecto a temas que presentan debate y desacuer-
do: respecto a dilemas. Así pues, cuando hacemos descrip-
ciones o afirmaciones o manifestamos opiniones estamos al
mismo tiempo, de forma más o menos implícita, posicionán-
donos en contra del punto de vista opuesto. De hecho, este
punto de vista opuesto es parte integral de una descripción
© Editorial UOC 117 Discurso y Comunicación

o una opinión.
No podemos, por lo tanto, tomar las opiniones o ideas ais-
ladamente, sino como parte de polémicas, de contextos argu-
mentativos. Precisamente, el carácter dilemático que obliga a
pensar en la controversia y, eventualmente, en la oposición,
hace que la gente tenga que utilizar la ideología para pensar
y discutir. Al mismo tiempo, la ideología determina los argu-
mentos y la forma retórica que éstos adoptan.
Así pues, podemos pensar la ideología como aquello que
nos aporta temas de debate y de argumentación. Obsérvese
que si nos aporta unos determinados dilemas, se deja de pres-
tar atención a otros.
Así, también puede valorarse la ideología por lo que deja
de constituir un tema de debate o de argumentación intere-
sante.

3.6. Identidad

A lo largo de los diferentes apartados que hemos dedicado


a la perspectiva discursiva, hemos argumentado la idea de
que las personas se sirven de los discursos disponibles en su
cultura y en su sociedad para no sólo hacer inteligible la rea-
lidad, sino también construirla. Quizá a estas alturas esta idea
no resulte extraña y haya tenido la posibilidad de reflexionar
sobre ella y examinar cómo las prácticas lingüísticas constru-
yen realidades que se articulan en discursos que circulan en
la sociedad.
De todos modos, si ha estado atento, seguro que se habrá
preguntado por quiénes son, cómo deben entenderse y qué
sentido tienen las personas en el discurso.

También podría gustarte