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    de 1

    6.

    2 El establecimiento de un sistema coordinado de fuentes

    Si avanzamos en el tiempo, después de Alfonso X, en esta nueva Castilla hay distintas


    fuentes por las que se rigen los castellanos:

    -Los fueros locales: fueros altomedievales, Fuero juzgo (extendido por los territorios de
    Andalucía y Murcia) y el Fuero Real.

    -Las costumbres y la legislación real (puede ser del rey solo o del rey con las cortes).

    -También está el Derecho común (derecho romano justinianeo + derecho canónico).

    En este paso de la baja Edad Media a la Edad Moderna, llega un momento en el que a los
    reyes les parece necesario coordinar este conjunto de fuentes.

    Las leyes que dan las Cortes en Castilla se llaman “ordenamiento de leyes''. Y para
    coordinar estas fuentes, en 1348 se reúnen unas cortes en Alcalá de Henares que
    dictaron el Ordenamiento de Alcalá de Henares. En este ordenamiento, además de tratar
    temas de distinta índole, una de las leyes establece un orden de prelación de las fuentes del
    Derecho castellano: primero de todo se aplicarían leyes reales, en ausencia de éstas,
    se aplicarían las de Corte, y, por último, la costumbre. Y, en defecto de existencia o de
    mención del caso determinado, se acudiría a las Partidas (adquieren valor de aplicación
    jurídica por primera vez), y sino, se acudiría al rey, el cual establecería una ley para poner
    solución al conflicto.

    Este orden de prelación confirma que el rey tiene potestad legislativa y que los jueces
    castellanos deben de aplicarla.

    Para las normas reales que son contrarias a las costumbres, en Castilla existe el
    contrafuero. Este es un instrumento jurídico débil que pretende solucionar lo que sucede
    cuando una norma del rey es contraria a una costumbre. El contrafuero lo tiene cualquier
    corporación castellana y hace que se obedezca la norma, pero que no se cumpla hasta
    que se resuelva el recurso.
    (En castilla, el recurso lo soluciona el Rey, lo que nos indica que el poder del rey cada vez
    es más fuerte).

    Otro instrumento que manifiesta la potestad tan relevante de los reyes castellanos es la
    pragmática. La pragmática es una ley del rey que en Castilla los reyes castellanos la
    aprueban con la ficción de haberla aprobado en cortes.
    Es decir, a partir del siglo XIV, algunos reyes castellanos hacen unas leyes que llaman
    pragmática y dan una ley sobre un asunto determinado y lo aprobaban como si hubiesen
    sido aprobada en cortes. Son leyes que valen como las de las cortes.

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