Guia Jurídica Telemedicina - 2015

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2015

GUÍA JURÍDICA
Telemedicina

MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA MINISTERIO DE ECONOMÍA Y FINANZAS


REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
GUIA JURIDICA

Telemedicina

Salud.uy

Versión 1.0 – AÑO 2015

Este documento ha sido elaborado por el Programa Salud-uy.

Usted es libre de copiar, distribuir, comunicar y difundir públicamente este documento así como hacer
obras derivadas, siempre y cuando tengan en cuenta citar la obra de forma específica y no utilizar esta
obra para fines comerciales. Toda obra derivada de esta deberá ser generada con estas mismas
condiciones.
Índice
1. Introducción

2. Las Tecnologías de la Información en el ámbito sanitario

3. ¿Qué es Telemedicina?

a. Importancia

b. Beneficios

c. Posibles riesgos

4. Modalidades en Uruguay

a. Consultas a especialistas a distancia

b. Segundas opiniones

c. Interpretación e informe de estudios y procedimientos

d. Ateneos

e. Consulta médica telefónica

5. Aplicación del marco normativo nacional

a. Relación médico – paciente

b. Derechos en la Ley Nº 18.335

c. Reserva, confidencialidad y protección de datos

d. Intercambio de información

6. Rol de los prestadores

7. Responsabilidad

a. Régimen general de la responsabilidad

b. Previsiones aplicables del Código de Ética Médica


8. Recomendaciones para la implementación de Planes o Programas de
Telemedicina
Introducción
La presente Guía surge como respuesta al estudio sobre la telemedicina que
viene desarrollando estos últimos años el Programa Salud.uy.

En este marco, en el mes de octubre del año 2013 se realizó la 3º Ronda


Jurídica del Programa Salud.uy que abordó el tema, adentrándose en aspectos
tales como el tratamiento dado al tema en otros países, y cómo se debería
abordar la temática en nuestro país.

Por otra parte, en el año 2014, y como respuesta a algunas de las inquietudes
surgidas en la Ronda Jurídica, se realizó el informe denominado “Relevamiento
normativo nacional e internacional en materia de Telemedicina. Conclusiones”.

De ambas instancias, surge la necesidad de que se elabore una Guía que


aborde los principales aspectos jurídicos que deben tenerse en cuenta para
instrumentar planes o programas de Telemedicina en nuestro país.
Las Tecnologías de la Información en el
ámbito sanitario
El impacto de las Tecnologías de la Información constituye una realidad a la
cual no es ajena el ámbito de la salud y se manifiesta a través de nuevas
herramientas que tienen como objetivo mejorar la calidad de la atención de los
pacientes.

Sus principales manifestaciones están dadas por la historia clínica electrónica,


la gestión administrativa electrónica de los pacientes, la receta médica
electrónica, la gestión electrónica de imágenes, entre otros múltiples aspectos.

Debemos resaltar que la tecnología no es un fin sí mismo sino que es un


facilitador que permite logar el objetivo primario que es garantizar el derecho a
la salud y brindar asistencia de mayor calidad a todas las personas.

Entre las nuevas posibilidades que brindan las Tecnologías de la Información a


la medicina, se encuentra la Telemedicina que se ha instalado en el mundo
como una nueva manera de hacer y organizar los servicios de salud en
beneficio de los pacientes, profesionales y servicios sanitarios.
¿Qué es la Telemedicina?
Según la Organización Mundial de la Salud la telemedicina es la “(…) provisión
de los servicios de atención sanitaria, donde la distancia es un factor crítico, por
todos los profesionales de atención sanitaria utilizando tecnologías de la
información y comunicación para el intercambio de información válida para el
diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y heridas, investigación
y evaluación, y para la educación continua de los proveedores de atención
sanitaria, todo en interés de mejorar la salud de sus individuos y sus
comunidades”.

La Asociación Médica Mundial en su 58ª Asamblea General que se realizó en


Copenhague, Dinamarca, en octubre de 2007, consideró que la telemedicina es
el ejercicio de la medicina a distancia, cuyas intervenciones, diagnósticos,
decisiones de tratamientos y recomendaciones están basadas en datos,
documentos y otra información transmitida a través de sistemas de
telecomunicaciones.

El concepto de Telemedicina ha ido evolucionando con los años de estar


asociado únicamente a la utilización de las telecomunicaciones para mejorar la
calidad de asistencia en zonas remotas, hacia un concepto de Telemedicina
concebida como una nueva forma de hacer y organizar los servicios de salud
en pro de mejorar la calidad de la asistencia médica.

Es importante destacar que en nuestro país el Código de Ética Médica,


aprobado por Ley Nº 19.286, de 25 de setiembre de 2014, refiere a la
telemedicina en su artículo 24 indicando que:

“El ejercicio clínico de la medicina requiere el


vínculo directo con el paciente. La complementación
de la asistencia médica a distancia a través de los
medios de comunicación como telemedicina,
seguirá los principios de este Código”.
De acuerdo con estas definiciones las principales premisas de la telemedicina
apuntan a que es un medio para ofrecer apoyo clínico, superar las barreras
geográficas, conectando usuarios que no están en el mismo espacio físico,
utilizar varios tipos de tecnologías de la información y de las comunicaciones y
promover la mejoría en los resultados de las acciones sanitarias.

a. Importancia

Sin dudas la Telemedicina implica una nueva forma de prestar atención


sanitaria a los pacientes.

Generalmente los principales beneficios se asocian al acortamiento de las


distancias geográficas y a la disminución de los tiempos de espera. Asimismo,
y con especial énfasis, la telemedicina permite acceder a profesionales y
centros especializados en los casos en que no es posible la asistencia
presencial. Por ejemplo, a través del uso de videoconferencias para realizar
consultas, o la transmisión de imágenes a distancia para ser informadas por un
experto en la materia.

b. Beneficios y ventajas

El uso de la Telemedicina redunda en importantes beneficios, tales como:

- La reducción de la distancia en el acceso a servicios médicos.

- La mejora en la calidad del cuidado y atención integral del paciente.

- El incremento de los canales de comunicación para la atención médica.

- La potencial reducción en los costos de salud.

- La mejora de la eficiencia de los centros de atención terciaria.

Los beneficios mencionados son disfrutados por los diferentes actores que
forman parte del proceso: el Sistema de Salud, los prestadores de salud, los
profesionales y los pacientes.

Para el Sistema de Salud el uso de la Telemedicina le confiere un aumento en


la calidad de las prestaciones y de la eficiencia a través de la optimización de
los recursos asistenciales, la mejora de la gestión de la demanda, la reducción
de las estancias hospitalarias, la disminución de la repetición de actos médicos
y de los desplazamientos a través de la comunicación entre profesionales.

Para los profesionales intervinientes hay una serie de ventajas entre las que se
encuentran una mejor comunicación entre los profesionales de un mismo y
diferente ámbito asistencial, una mejora en la accesibilidad de los datos del
paciente e importantes recursos de formación e investigación.

Para los pacientes las ventajas giran en torno a una mayor accesibilidad a los
recursos sanitarios, a la información sobre sus problemas de salud y una
concepción más integral sobre su situación de salud y su asistencia.

Debemos destacar en este punto, la importancia y los beneficios que implica


tanto para pacientes como para los profesionales, el registro de los actos de
telemedicina en la historia clínica, cómo medio de acceder a información más
completa y veraz sobre la salud del paciente.

c. Posibles riesgos
Así como en la Telemedicina existen una serie de beneficios y ventajas
también existen una serie de riesgos relacionados con la implementación de
planes y programas de Telemedicina que debemos considerar.

Cuando se instrumenta un plan de Telemedicina debe pensarse como un


modelo sostenible y rentable para la institución pero en ningún caso ello debe
redundar en una disminución en la calidad de atención a los pacientes y
usuarios.

Además, se requiere una infraestructura organizacional, administrativa y


tecnológica que le de soporte al proyecto (software, hardware y red de
comunicaciones). A ello se suma la necesidad de contar con personal
especializado y de soporte, capacitar al personal médico y no médico en la
aplicación de los nuevos sistemas que la Telemedicina ofrece, y contratar la
conectividad necesaria.
Además se debe evaluar la adopción de estándares, protocolos o normas que
permitan el flujo seguro de la información y la interoperabilidad de los sistemas
así como una política de seguridad de la información.

No menos importante es analizar cómo la Telemedicina puede impactar en la


relación médico – paciente. Sin dejar de lado los beneficios respecto a la mejor
comunicación y atención del paciente, debemos señalar posibles factores que
pueden cambiar esta relación. Fundamentalmente están asociados a la
despersonalización o interacción indirecta con los pacientes, las diferencias en
el proceso de consulta, y la imposibilidad de realizar por parte del médico
consultado una consulta médica completa, por ejemplo por la falta de examen
físico.
Modalidades en Uruguay
La Telemedicina admite ser prestada de diferentes modalidades. Dentro de
ellas en la práctica nacional podemos destacar:

a. Consultas a especialistas a distancia

Dentro de esta modalidad se pueden diferenciar dos escenarios, que el médico


consultado se encuentre a distancia pero dentro del territorio nacional, o que el
médico consultado se encuentre en el exterior. Esta modalidad se realiza por
ejemplo a través de videoconferencias que permiten vincular a los
profesionales en tiempo real y realizar una consulta casi presencial dado los
adelantos tecnológicos existentes.

En el primer caso, donde el médico consultado se encuentra dentro de nuestro


país, para poder brindar su opinión va a tener que estar habilitado conforme
con los requerimientos legalmente vigentes. Para esta modalidad es deseable
que el paciente atendido se encuentre bajo el control presencial de su médico
tratante. Ello implica una garantía respecto a la existencia de interlocutores
válidos. Asimismo, el profesional tratante será quien asuma la decisión final
sobre el proceso asistencial a seguir con el paciente.

En el segundo caso, el médico consultado se encuentra en el exterior. Aquí


también se considera necesario que para poder brindar su opinión el médico
extranjero se encuentre habilitado conforme con los requerimientos legales que
nuestro país establece. Si la consulta se realiza a través de una institución
médica será responsabilidad de ésta controlar que el médico se encuentre
habilitado para ello. Es de interés indicar que respecto a esta modalidad no
contamos con una regulación específica pudiendo ser necesario su dictado.

b. Segundas opiniones

La segunda opinión es un derecho tanto del paciente como del médico así lo
expresa el Código de Ética Médica de nuestro país. Si la segunda opinión es
solicitada, el médico consultado debería informar al médico actuante de su
opinión y del grado de información que brindó al paciente.
El médico tratante no estará obligado a adoptar las conductas trazadas por una
segunda opinión si no concuerda con ella, explicando sus motivos al paciente y
planteando la posibilidad de cambiar de médico tratante.

La segunda opinión puede ser solicitada a través de diversos medios como ser
la transmisión de audio, imágenes, telefonía, correo electrónico, entre otros.

c. Interpretación e informe de estudios o


procedimientos

El envío de estudios o informes es una de las modalidades más difundidas de


la Telemedicina, implica el intercambio de imágenes o estudios a través de
medios seguros para su análisis por un técnico especializado.

Un ejemplo nacional de la aplicación de esta modalidad, está dada por la


Teleradiología.

De acuerdo con la Pauta Nacional de Teleradiología del Ministerio de Salud


Pública, se entiende la Teleradiología como la transmisión electrónica de
imágenes clínicas de un lugar a otro a los efectos de su interpretación o
consulta. Se visualiza como una herramienta que mejora el acceso a
interpretaciones radiológicas y por ende a una mejora en la atención de los
usuarios.

Uno de los puntos que se destacan en el documento mencionado es la


necesidad de contar con imágenes de suficiente calidad distinguiendo los
casos en que éstas se transmiten para la elaboración de Informes de aquellos
casos en que se transmiten para visualización.

La pauta sirve como guía u orientación, definiendo objetivos, capacitación del


personal y equipamiento a ser utilizado para la implementación de un Sistema
de Teleradiología.

Respecto al paciente establece la necesidad de suministrarle la información


necesaria respecto al tipo de servicio, los riesgos y beneficios y requiere que se
recabe su Consentimiento Informado.
d. Ateneos

Los ateneos médicos son un medio clásico de consulta y discusión de casos


entre profesionales. Las Tecnologías posibilitan la realización de estas
instancias por medios virtuales pudiendo encontrarse el paciente presente o
ausente durante su desarrollo.

Estas instancias contribuyen en gran medida a la búsqueda de soluciones para


la situación de salud de los pacientes así como para la formación de los
profesionales intervinientes.

e. Consulta médica telefónica

En la práctica se verifican diversas modalidades de realizar consultas


telefónicas. Puede tratarse de una comunicación con fines diagnósticos
(Teleconsulta) o con orientación terapéutica (Teleasistencia) realizada a través
de un medio telefónico, ya sea entre médico y paciente (consulta) o entre dos
médicos (interconsulta).

Esta modalidad es utilizada comúnmente en nuestro país por los servicios de


emergencia que brindan una primera línea de asistencia telefónica y toman las
acciones necesarias (indicaciones médicas, envío de ambulancia para domicilio
o traslado, entre otras) de acuerdo a lo indicado por el paciente. Debemos
destacar que no existen en nuestro país servicios habilitados por el Ministerio
de Salud Pública que brinden servicios de salud de forma exclusivamente
telefónica, sino que funcionan como apoyo al paciente que será luego derivado
de acuerdo a las circunstancias del caso.
Aplicación del marco normativo nacional
Como punto de partida para realizar un análisis del marco normativo de la
telemedicina debemos remarcar el artículo 44 de la Constitución de la
República, que establece la protección del derecho a la salud indicando que “El
Estado legislará en todas las cuestiones relacionadas con la salud e higiene
públicas, procurando el perfeccionamiento físico, moral y social de todos los
habitantes del país. Todos los habitantes tienen el deber de cuidar su salud, así
como el de asistirse en caso de enfermedad. El Estado proporcionará
gratuitamente los medios de prevención y de asistencia tan sólo a los
indigentes o carentes de recursos suficientes”.

El texto constitucional marca la pauta y en pro de su cumplimiento, debemos


sumar al análisis el marco normativo en materia de salud que existe en el país.

a. Relación médico-paciente

La Telemedicina se concibe cómo una opción del profesional médico siempre


que su utilización se justifique en razón de un mejor interés del paciente y en el
uso racional de los recursos sanitarios.

La Asociación Médica Mundial expresa que en general la telemedicina no debe


afectar adversamente la relación individual médico-paciente. Cuando es
utilizada de manera correcta, la telemedicina tiene el potencial de mejorar esta
relación a través de más oportunidades para comunicarse. Como en todos los
campos de la medicina, la relación médico-paciente debe basarse en el respeto
mutuo, la independencia de opinión del médico, la autonomía del paciente y la
confidencialidad profesional.

Cuando el paciente pide una consulta directa de telemedicina, idealmente sólo


debe darse cuando el médico ya tenga una relación profesional con el paciente
o tenga un conocimiento adecuado del problema que se presenta, de modo
que el médico pueda tener una opinión clínica correcta y justificable. Sin
embargo, se debe reconocer que hay muchos servicios de telemedicina que no
se basan en relaciones pre-existentes y que son considerados servicios
valiosos.
b. Derechos en la Ley Nº 18.335

En este sentido la normativa nacional reconoce que los pacientes o usuarios


tienen derecho a una atención en salud de calidad.

A ello se agrega que los usuarios o pacientes tienen derecho a conocer la


nómina de profesionales que se desempeñan en los servicios de salud,
especialmente sus nombres, especialidades así como los días y horarios de
atención. Los trabajadores de la salud deben estar debidamente capacitados
para el ejercicio de sus funciones y habilitados por las autoridades
competentes. Otro derecho de los pacientes o usuarios es el de conocer los
nombres, cargos y funciones de las personas que intervienen en el proceso de
asistencia de su enfermedad, derecho que es plenamente aplicable cuando la
asistencia se brinda a distancia.

Estas obligaciones también alcanzan a los profesionales que brindan servicios


de telemedicina.

Otro aspecto a destacar es que el usuario o paciente tiene derecho a solicitar y


recibir por parte de los servicios de salud información sobre las prestaciones a
las que puede acceder para su uso en todo el territorio nacional así como sobre
los precios de las prestaciones excluidas de cobertura obligatoria. Por tanto, se
le debe informar sobre la existencia de servicios de telemedicina y si su
utilización tiene un costo asociado.

Además es necesario tomar en cuenta que es aplicable a la telemedicina la


normativa en vigor que indica que los procedimientos de atención médica serán
acordados entre el paciente, o su representante, y el profesional de salud,
debiendo previamente recibir información adecuada, suficiente, y continúa. Es
de interés resaltar que el paciente tiene derecho a negarse a recibir atención
médica y a que se le expliquen las consecuencias de la negativa para su salud.

Un elemento fundamental en la relación médico - paciente y que también rige


para los servicios de telemedicina es el consentimiento del paciente para
cuando se le realicen procedimientos diagnósticos o terapéuticos. A este
respecto la normativa establece que el consentimiento debe estar consignado
en la historia clínica en forma expresa. Sobre este punto es necesario
considerar que el llenado de la historia clínica forma parte de la atención de
salud y en el caso de la telemedicina debe abarcar la aceptación del uso de la
herramienta telemática y la transmisión de la información. Cuando exista la
posibilidad de utilizar herramientas telemáticas, y cuando sea necesario
transmitir información sobre el paciente, se debe recabar previamente el
consentimiento de éste. Asimismo, es trascendente destacar que el
consentimiento puede ser revocado en cualquier momento.

Se debe recabar el consentimiento del paciente


tanto para el uso de la herramienta telemática como
para la transmisión de la información clínica.

Además, es importante destacar que cuando medien razones de urgencia o


emergencia, o de notoria fuerza mayor que imposibiliten el acuerdo requerido,
o cuando las circunstancias no permitan demora por existir riesgo grave para la
salud del paciente, o cuando se esté frente a una patología que implique riesgo
cierto para la sociedad se pueden realizar los procedimientos que se requieran,
dejando constancia de ello en la historia clínica.

Por último, es importante que todas las actuaciones queden registradas en la


historia clínica de forma que está sea completa, escrita o electrónica, donde
figure la evolución de salud del paciente desde el nacimiento hasta la muerte.

c. Reserva, confidencialidad y protección de datos

Un aspecto que también cobra trascendencia en materia de telemedicina es la


reserva de la información del paciente. Con carácter general la historia clínica
es reservada y solamente pueden acceder a ella el personal administrativo, el
paciente o en su caso la familia y el Ministerio de Salud Pública cuando lo
considere pertinente.

La reserva es un principio general aplicable a cualquier tratamiento de datos


personales ya sea el personal sanitario y técnico así como los médicos
intervinientes. Las personas o instituciones que accedan a información
personal para realizar ciertas actividades se encuentran obligadas a utilizarla
en forma reservada y exclusivamente para aquellas finalidades de su giro o
actividad, estando prohibida su difusión a terceros. Por último se prevé que
quien no actúe conforme lo indicado puede caer en el delito de revelación de
secreto profesional.

Es importante considerar que los datos de salud son datos personales. Dentro
de éstos, los datos de salud son datos sensibles conforme con la definición que
brinda el literal d) del artículo 4º de la Ley Nº 18.331, de 11 de agosto de 2008.

A ello se debe agregar que el Decreto reglamentario de la referida Ley, define


los datos personales relacionados con la salud como “las informaciones
concernientes a la salud pasada, presente, y futura física o mental, de una
persona”.

En cuanto al tratamiento de datos de salud el principio es la necesidad de


contar con el consentimiento expreso y escrito del titular del dato, siendo este
requerimiento más estricto que el indicado para otro tipo de datos.

Excepcionalmente estos datos pueden tratarse sin consentimiento por razones


de salud e higiene públicas, de emergencia, o en forma disociada para la
realización de estudios epidemiológicos.

De acuerdo a la normativa “los establecimientos sanitarios públicos y privados


y los profesionales vinculados a las ciencias de la salud pueden recolectar y
tratar los datos personales relativos a la salud física o mental de los pacientes
que acudan a los mismos o que estén o hubieren estado bajo tratamiento de
aquéllos, respetando los principios del secreto profesional, la normativa
específica y lo establecido en la ley”.

Es muy importante la aplicación de los principios consagrados en la ley de


protección de datos personales, a saber: principio de legalidad, veracidad o
exactitud de los datos, finalidad, previo consentimiento informado, seguridad de
los datos, reserva y responsabilidad, los que deben exacerbarse cuando
estamos ante datos de salud.
d. Intercambio de información

El intercambio de información es un aspecto trascendental para el desarrollo de


cualquier proyecto de telemedicina, en virtud de que el acceso a ella por parte
de los profesionales intervinientes es una condición indispensable para el logro
de su finalidad.

El previo consentimiento informado es un requisito indispensable para que


pueda intercambiarse información personal en el marco de la telemedicina. Es
fundamental contar con el consentimiento informado del paciente, sobre todo
por la naturaleza de los datos que se encuentran en juego.

En base a ello se debe asegurar la fidelidad de la información para una


correcta atención de la consulta. También es necesario garantizar la confianza
y seguridad en la gestión de la información proporcionando un nivel adecuado
de confidencialidad, integridad y disponibilidad.
Rol de los prestadores
El Ministerio de Salud Pública es el órgano rector en nuestro país y le compete
la implementación del Sistema Nacional Integrado de Salud el cual integran
todos los prestadores públicos y privados de atención integral con el objetivo de
asegurar el acceso a servicios integrales de salud a todos los habitantes
residentes en el país.

En virtud de ello, los prestadores de salud, ya sean integrales o parciales,


deben cumplir con las normas técnicas que dicte el Ministerio de Salud Pública
quien además controlará su cumplimiento.

Con carácter general, los prestadores deberán suministrar a sus usuarios y


pacientes actividades de promoción y protección de la salud, diagnóstico
precoz y tratamiento adecuado y oportuno de los problemas de salud,
enfermedades detectadas, acceso a recursos tecnológicos suficientes. Por
tanto la telemedicina puede ser una herramienta para dar cumplimiento a esa
obligación.

En el caso de que los prestadores ofrezcan dentro de sus prestaciones


soluciones de telemedicina que impliquen la teleconsulta de expertos
extranjeros, debe constatarse que el médico interviniente debe estar autorizado
a ejercer la profesión en su país. Igualmente, se considera necesario que en
este aspecto el Ministerio de Salud Pública, como órgano rector, fije los
requerimientos adecuados.

Por otra parte, también los prestadores deben contar con la infraestructura
tecnológica necesaria para un adecuado proceso telemédico como ser
software, hardware, y redes de comunicaciones. La gestión de las
infraestructuras tecnológicas requiere de un grupo de soporte y su capacitación
en la materia.

Además, conforme con las realidades y circunstancias propias de cada


institución es necesario que se adopten políticas respecto a la gestión y
capacitación de los recursos humanos en pro de un mejor uso de las
herramientas que se ponen a disposición.
Para la implementación de planes de telemedicina debemos remarcar la
necesidad de que los prestadores instrumenten planes o políticas de seguridad
de la información como requisitos indispensables para garantizar la
disponibilidad, integridad y confidencialidad de la información.

Dentro de ello, debe considerarse la adopción de una política de seguridad,


constitución de un comité de seguridad, realizar un inventario de activos,
análisis pormenorizado de los riesgos, definición de roles y responsabilidades,
implementación de controles (por ejemplo seguridad física y del entorno),
formación y concientización del personal.
Responsabilidad
Uno de los temas de mayor trascendencia en la actuación médica es la
responsabilidad profesional que puede surgir de ésta. Cabe tener presente que
los reclamos por responsabilidad médica inciden en la práctica asistencial, la
relación médico – paciente y las economías de las instituciones.

a. Régimen general de la responsabilidad

En nuestro país existen normas que orquestan el sistema de responsabilidad


civil nacional con carácter general. De acuerdo con ellas, el médico se obliga a
realizar una actividad diligente en el ejercicio de su profesión. Se considera que
existe responsabilidad solamente cuando el paciente acredite que fue mal
asistido. Por tanto, la obligación del médico se caracteriza como una obligación
de medios, que implica que el médico debe procurar, o sea adoptar todas las
medidas necesarias, para sanar al paciente. Se habla actualmente de una
obligación de medios “reforzada”, de acuerdo con ésta, el médico tiene que
tener una responsabilidad que va más allá de la del buen padre de familia, sino
que debe actuar de acuerdo con su especialidad.

El médico tiene el deber de comportarse con diligencia media, la falta de ésta


hace incurrir en responsabilidad y debe apreciarse según las circunstancias del
caso. La culpa médica es una culpa profesional, y para su condena se exige
que se acrediten cuáles son los preceptos del arte que han sido infringidos. La
culpa médica es un apartamiento de la Lex Artis, la que constituye el conjunto
de conocimientos y técnicas adecuados a aplicar a un caso, con integración de
los principios y reglas de la bioética, enmarcados en la normativa sanitaria
vigente.

Lo expuesto, lleva a la necesidad de referir a lo que se conoce como riesgo


médico, entendido como el factor de inseguridad inmanente en el acto médico
según los datos de la ciencia vigente. La doctrina es conteste en entender que
los riesgos deben ser soportados por el paciente ya que siendo la obligación de
medios, sólo en caso de culpa probada responderá el médico.
Este marco respecto a la responsabilidad de los profesionales médicos resulta
aplicable cuando se prestan servicios telemédicos.

Se debe tener en cuenta que cuando personas que no son médicos participen
en el proceso telemédico, por ejemplo en la recolección o transmisión de datos,
vigilancia o cualquier otro propósito, el médico debe asegurarse que la
formación y la competencia de estos otros profesionales de la salud sean
adecuadas, a fin de garantizar una utilización apropiada y ética de la
telemedicina.

No menos importante es hacer referencia a la responsabilidad de los


prestadores de salud. La Ley que crea el Sistema Nacional Integrado de Salud
prevé que la Junta Nacional de Salud debe suscribir contratos de gestión con
cada uno de los prestadores que integran el Sistema con el objeto de facilitar el
contralor del cumplimiento de las obligaciones impuestas por la Ley. Asimismo,
se establece que las entidades deben ajustar su actuación a las normas
técnicas que dicte el Ministerio de Salud Pública y están sujetas a su contralor.

b. Previsiones aplicables del Código de Ética Médica

El Código de Ética Médica establece ciertos deberes respecto a la relación con


el paciente que deben observarse en todos los casos, inclusive en el ejercicio
de la telemedicina.

Uno de los deberes mencionados, consiste en otorgar la posibilidad al paciente


de un encuentro con otro profesional idóneo si él médico actuante no está en
condiciones de ayudarle, con el objetivo de hacer que las condiciones de la
atención sanitaria sean las más beneficiosas para el paciente.

También se destaca el deber de brindar información completa, veraz y


oportuna sobre las conductas diagnósticas o terapéuticas que se le propongan
al paciente, incluyendo las alternativas disponibles en el medio. Además debe
comunicar los beneficios y riesgos de los procedimientos. Esta obligación es de
suma trascendencia en un procedimiento de las características de la
telemedicina, debiendo informar al paciente del medio que va a emplearse y de
los beneficios y riesgos del uso de la herramienta telemédica.
Otro punto de gran importancia es la obligación de registrar todo acto médico
en la historia clínica del paciente incluyendo toda la información del proceso
como ser: la herramienta utilizada, los datos del médico consultado, las
opiniones vertidas por éste, las recomendaciones formuladas y toda otra
información inherente a la salud del paciente. Asimismo, debe consignarse, si
se prescribe algún el medicamento o tratamiento diagnóstico o terapéutico.

De lo expuesto se desprende que el médico que utiliza herramientas de


telemedicina es responsable del tratamiento indicado al paciente, de las
decisiones tomadas y de las recomendaciones entregadas al paciente.
Recomendaciones para la implementación
de Planes o Programas de Telemedicina
Pensar en los Programas de Telemedicina con una visión a largo plazo a
los efectos de asegurar su sustentabilidad en virtud del fin superior que es
brindar mayor calidad de atención a los pacientes. La adopción de un modelo
no debe hacerse sin un previo análisis de todo el proceso de diseño, desarrollo,
implementación y gestión.

Contar con un Sistema Integrado de Historia Clínica Electrónica que


permita centralizar en ella la información completa de cada paciente, como
herramienta clave para que el profesional pueda desarrollar su actividad y
brindar al paciente la mejor calidad de atención posible.

Garantizar los derechos de los pacientes en el ejercicio de la Telemedicina,


recabando su consentimiento para uso de las herramientas telemáticas y la
transmisión de su información clínica.

Respetar los Principios de Protección de Datos Personales bajo los cuales


debe producirse toda transmisión de información personal sensible de un
paciente, en el marco de la telemedicina, bregando por mantener reserva y
confidencialidad respecto a esta información.

Definir y aplicar políticas o planes de Seguridad de la información que


brinden confianza y seguridad respecto a su transmisión y aseguren su
disponibilidad, integridad y confidencialidad. Los servicios de Telemedicina
manejan diferentes tipos de información médica, datos imagen, video, entre
otras, que en general es de carácter confidencial y por lo tanto, requiere
resguardarse de ataques y amenazas que puedan afectar el derecho a la
protección de datos de los pacientes.

Definir los requerimientos operacionales tomando en cuenta que la


disponibilidad de recursos humanos y materiales, es un factor importante para
el programa. Se pueden emplear desde los medios de comunicación más
sencillos y de bajo costo como el correo electrónico, teléfono, fax hasta los
enlaces satelitales. El medio de comunicación dependerá de las necesidades
de cada Institución.

Capacitar y actualizar a los profesionales en el uso de las herramientas de


telemedicina. Asimismo, es necesario brindar apoyo al personal de la
Institución durante todo el proceso de adopción tecnológica.
Referencias bibliográficas
FERGUSON, Tom. Libro blanco de los e-Pacientes. http://e-
patients.net/u/2011/11/Libro-blanco-de-los-e-Pacientes.pdf

CARNICERO, Javier y Otro. Manual de salud electrónica para directivos de


servicios y sistemas de salud. CEPAL. Enero 2012

Ministerio de Salud Pública, Dirección General de la Salud, Pauta Nacional de


Teleradiología, 2013.

Declaración de la Asociación Médica Mundial disponible en


(http://www.wma.net/es/30publications/10policies/20archives/a7/) página
visitada el 29 de octubre de 2015

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