Santo Rosario
Santo Rosario
Santo Rosario
3
Nos reconocemos pecadores ante Dios diciendo el acto de Contrición:
Amén.
4
Recemos un credo ofrecido a Nuestro Señor Jesucristo para que lo reciba
por alivio y descanso del alma de nuestro hermano: ___________ para
que lo saque de pena y lo lleve a descansar a su eterna morada.
Credo
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo;
en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos; en el perdón de los
pecados, en la resurrección de la carne; y en la vida eterna. Amén.
(Ofrecimiento)
Señor Dios Nuestro dirige y guía nuestros pensamientos palabras y obras
a mayor honra y gloria nuestra y vos Virgen Santísima alcánzanos de tu divino
hijo que con toda atención y devoción podamos rezar tu santísimo rosario, el
cual te ofrecemos por el alma de _______________, por nuestra santa fe católica,
por nuestras necesidades espirituales y temporales y por el bien y sufragio de
los vivos y difuntos que sean de tu mayor agrado y de nuestra principal
obligación. Los misterios que se han de contemplar el día de hoy son:
R. Amén.
[Terminado el rezo de los misterios correspondientes, suele saludarse a la Virgen en
sus "tres purezas":]
V. Virgen purísima y castísima antes del parto, haznos señora mansos, puros, humildes
y castos.
R. En pensamientos, palabras y obras.
-Avemaría
V. Virgen purísima y castísima después del parto, haznos señora mansos, puros,
humildes y castos.
-Avemaría.
-Gloria.
R.- Amén.
LETANÍAS DE LA VIRGEN
Dios te salve Reina y Madre, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por
nosotros santa madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas
de nuestro señor Jesucristo. Amén.