Quimica Verde. Intro
Quimica Verde. Intro
Quimica Verde. Intro
Durante el siglo XX la química cambió para siempre el modo en que vivimos, y hoy es
inseparable de nuestra forma de vida, de los productos que utilizamos a diario. Tal vez los
mayores beneficios percibidos por el público en general, han venido de la mano de la
industria farmacéutica, con el desarrollo de antibióticos, que han aumentado la expectativa
de vida; y de la industria de alimentos, que ha mejorado la calidad de vida de miles de
personas (Galano et ál.:4). Pero a la vez, la industria química ha llegado a ser vista como una
de las principales responsables de la contaminación ambiental. De hecho, es la industria que
utiliza y libera la mayor cantidad y variedad de sustancias tóxicas al medioambiente. Es
innegable que los químicos con sus desarrollos han contribuido sustancialmente a contaminar
suelo, agua y aire, y lo siguen haciendo, basta mencionar la problemática actual con los
agroquímicos y su efecto sobre la salud de las poblaciones «fumigadas» (Avila Vazquez et
ál.), pero esa responsabilidad debe extenderse a políticos, economistas, empresarios, no solo
a los químicos. También es cierto que los químicos comprometidos en el desarrollo de
productos químicos y procesos nunca se han propuesto causar daño al medioambiente o a la
vida humana. Estos han ocurrido por falta de conocimiento en algunos casos, especialmente
de los efectos a largo plazo de productos liberados al medioambiente, y probablemente un
exceso de confianza en los métodos utilizados en la obtención de productos. Y es muy cierto
también que los científicos químicos participan activamente en la búsqueda de soluciones
para los problemas ambientales. El desafío de la industria química en el siglo XXI es continuar
generando los beneficios que se han logrado, de una manera económicamente viable, pero
sin los efectos adversos sobre el entorno natural ni sobre la salud de la población. La
concientización por parte de la sociedad de los problemas ambientales, el surgimiento de
organizaciones ecologistas y ambientalistas, y movimientos en todo el mundo, así como la
realización de cumbres mundiales y la presentación de escritos científicos que alertan sobre
la crisis ambiental y sus consecuencias sobre la vida del ser humano —y que llegan en
algunos casos a comprometer la misma— ponen en escena a la Química ambiental.
La Química ambiental es el estudio de las fuentes, reacciones, transporte, efectos y destinos
de las sustancias químicas en el agua, el suelo, el aire y los seres vivos. Su surgimiento y
aplicación supuso un gran avance, en un momento donde se consideraba a la dilución de los
contaminantes como la mejor solución. La imagen inicial del químico ambiental era la del
especialista que acudía a solucionar los problemas, destacando que los mismos, ya sea un
derrame de petróleo, una mortandad de peces, una población contaminada, etc., ya habían
sucedido. La Química ambiental es entonces, la aplicación de la Química a la resolución de los
problemas ambientales, con una actitud netamente remediadora. Es lo que en ingeniería se
conoce como solución de final de tubería o end of pipe en su idioma de origen. Ejemplos de
ello son las técnicas de remediación de suelos, o los tratamientos de efluentes industriales.
Sin embargo, si bien el nacimiento de la Química ambiental, a la par del mayor grado de
conciencia social respecto a las consecuencias de las acciones del ser humano sobre su
entorno pueden considerarse como un avance significativo, debemos cuestionarnos si ha sido
suficiente, o si debemos repensar las cosas desde otra perspectiva. El ambiente, definido por
Ernst Hajek, como «un sistema global complejo, de múltiples y variadas interacciones,
dinámico y evolutivo en el tiempo, está formado por los sistemas físico, biológico, social,
económico, político y cultural en que vive el hombre y demás organismos». Mientras se siga
compartimentando los distintos aspectos de la problemática ambiental, químicos, por un lado,
legisladores, economistas, ciudadanos, o educadores por otro, no se lograrán avances
significativos para alcanzar las soluciones deseadas (Brailovsky:2). Porque los problemas
ambientales poseen una complejidad inherente a los mismos. Y porque los problemas
complejos, necesitan imprescindiblemente de un tipo de abordaje muy diferente de los
tradicionales (Brailovsky:3; Galano et ál.:3; Galano:9).
Prevención de la contaminación
Recién en las últimas dos décadas comenzó a tomar cuerpo la idea de que la mejor forma de
solucionar los problemas originados por los contaminantes es no generarlos. Este enfoque
traslada los controles ambientales desde su lugar tradicional (a continuación del proceso
productivo) hacia el proceso productivo mismo (al cual deben ser integrados). Pero para
lograr esta integración, es necesario cambiar la forma de pensar la problemática ambiental y
evolucionar desde una planificación remediadora (en la que los contaminantes deben ser
eliminados de los efluentes y residuos después de haber sido generados) hacia una
preventiva, cuyo objetivo es introducir en el proceso de producción las modificaciones
necesarias para minimizar (o eliminar si es posible) tanto la generación de residuos y
efluentes como la utilización de sustancias tóxicas. Cambios y mejoras en los procesos
productivos, utilización de tecnologías limpias, gestión de residuos y ecología industrial, son
algunos ejemplos de ello. La Química verde actúa incorporándose en cada etapa de un
proceso productivo con actitud netamente preventiva y siempre con un enfoque sistémico, es
decir, atacando cada una de las etapas, estudiando cada paso en particular, y
fundamentalmente las interacciones posibles entre los subsistemas involucrados, sin perder
de vista la totalidad del sistema ambiental. La necesidad de reducir o eliminar el uso o
generación de sustancias peligrosas en el diseño, fabricación y aplicación de los productos
químicos de manera tal de prevenir la contaminación, pone al químico ante un cambio muy
importante, tanto en la forma de encarar la resolución de los problemas, como en su
formación profesional. El objetivo de la prevención de la contaminación es reemplazar los
procesos o los productos que producen consecuencias ambientales negativas, por otros
procesos o productos menos contaminantes, disminuyendo asimismo el riesgo a la salud
humana. Es importante tener en cuenta que la liberación de contaminantes y sustancias
tóxicas al medioambiente (incluyendo las derivadas de accidentes) debe considerarse como
un defecto del proceso o del producto final, con costos asociados que incluyen materia prima
desperdiciada, costos de gestión, de tratamiento y de disposición final, para cumplir con la
normativa ambiental vigente en cada situación. Es por ello que, en las estrategias
preventivas, los beneficios económicos, la calidad de vida y la calidad medioambiental están
directamente relacionadas: al mejorar una, automáticamente mejoran las demás. Y esta es la
principal ventaja sobre las estrategias remediadoras.
Fuente:
Pino Ana Laura. Química verde. Enfoque sistémico. 1ed (2020). Ediciones UNL. Santa Fe