Guia de Estudio - Creencia Fundamental No. 7 - La Naturaleza Humana (Parte 2)

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CREENCIA FUNDAMENTAL NO.

7
-
Naturaleza Humana
(Parte 2)
CUERPO, ALMA Y ESPIRITU:
(COMO LO ENSEÑA LA BIBLIA)

Hoy en día existen muchas ideas erróneas con respecto a los conceptos
“cuerpo, alma y espíritu”, los cuales abren la puerta a un sin número de
enseñanzas falsas que no van de acuerdo con la Palabra de Dios, y que sin
embargo muchos cristianos, así como no-cristianos, creen que son ciertas.

Por un lado, tenemos El holismo del griego λος (holos) que significa todo,
entero, total, nos enseña que el alma está de modo inextricable unida con el
cuerpo. No hay vida (ser o alma) fuera del cuerpo.

Mientras que por otro lado tenemos el dualismo cuyos exponentes máximos
han sido Platón, San Agustín de Hipona y Descartes, entre otros. Esta postura
nos dice que la vida o alma (néfesh) puede seguir existiendo de manera
consciente fuera del cuerpo.

Ahora, ¿Cuál de esas posiciones es la correcta? ¿Cuáles son las partes


características de los seres humanos? ¿Están formados de varios componentes
independientes, como un cuerpo, un alma y un espíritu, los cuales se separan
el uno del otro al momento de la muerte? ¿o están unidas de manera
indivisible formando una sola cosa?

¿Cuál es la verdad bíblica al respecto?


Veremos a continuación…
La Naturaleza Humana

El Cuerpo y el Aliento de Vida

Génesis 2:7 nos dice claramente que Dios tomó los elementos de la tierra para
formar el cuerpo humano. Luego "sopló” el “aliento de vida” en los pulmones del
cuerpo inerte de Adán.

Este aliento de vida es “el soplo del Omnipotente”, que da vida (Job 33:4), la chispa
vital. Podríamos compararlo con las corrientes eléctricas que, cuando corren a
través de diversos componentes eléctricos, transforman un panel gris e inerte de
vidrio en una caja, convirtiéndolo en un cambiante cortinado de colores y acción
(como sucede al encender un televisor). La electricidad produce sonido y
movimiento donde antes no había nada.

¿Qué es el alma?

Cuando Dios formó al ser humano a partir de los elementos de la tierra, todos los
órganos estaban presentes: el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, el
páncreas, el cerebro, etc.; todos perfectos, pero sin vida. Entonces Dios sopló sobre
esta materia inerte el aliento de vida, “y fue el hombre un alma viviente”.

La ecuación bíblica es bien clara:

Polvo de la tierra + aliento de vida = Alma

Nótese, que Génesis 2:7 nos dice que el hombre “fue” —es decir, llegó a ser— un
alma o ser viviente al unirse el cuerpo y el aliento de vida. Por lo tanto, La unión
de los elementos de la tierra con el espíritu de vida produjo un ser viviente o un
alma. No hay nada en el relato de la creación que indique que el alma es alguna
clase de entidad separada del cuerpo, sino más bien el cuerpo es parte del alma.
La Naturaleza Humana

Alma (“nefesh” o “Psujé”)

En el Antiguo Testamento el término ‘alma’ es una traducción del hebreo “nefesh”.


En varios pasajes bíblicos esta palabra se refiere al hombre como un ser viviente
con características únicas y diferente de los demás. Por lo cual, “nefesh” no es una
parte de la persona, es la persona; y en muchos casos, se lo traduce como
‘persona’ (ver Génesis 14:21; Núm. 5:6, 7; Deuteronomio 10:22; Levítico 11:43).

Por otra parte, las expresiones tales como ‘mi alma’, ‘tu alma’, ‘su alma’, etc.,
son por lo general modismos que reemplazan los pronombres personales yo, tú,
él, etc. (ver Génesis 12:13; Levítico 11:43, 44; 19:8; Josué 23:11; Salmos 3:2;
Jeremías 37:9, etc.).

El uso de la palabra griega “psujé” en el Nuevo Testamento, es similar al de


“nefesh” en el Antiguo Testamento. Se la usa con referencia a la vida animal, así
como la humana (Apocalipsis 16:3).

¿Qué es el espíritu?

La palabra hebrea “nefesh”, traducida como ‘alma’ denota individualidad o


personalidad; por su parte, la palabra hebrea del Antiguo Testamento, “rüaj”,
traducida como ‘espíritu’, se refiere a la chispa de vida esencial para la existencia
humana.

Rüaj ocurre 377 veces en el Antiguo Testamento, y su traducción más frecuente es


espíritu, viento, o aliento (Génesis 8:1, etc.). Se lo usa también para denotar
vitalidad (Jueces 15:19), valor (Josué 2:11), genio o ira (Jueces 8:3), disposición
(Isaías 54:6), carácter moral (Ezequiel 11:19), y el asiento de las emociones
(1 Samuel 1:15).
La Naturaleza Humana

Expresión “espíritu, alma y cuerpo”

En 1 Tesalonicenses 5:23 el apóstol Pablo declara: “Y el mismo Dios de paz os


santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

Muchos consideran esta declaración como si el apóstol estuviera haciendo una


separación de estos tres elementos del ser humano y les estuviera presentando
como entes separados e independientes el uno del otro. Sin embargo, este pasaje
lo que expresa es el deseo de Pablo, de que ninguno de estos aspectos de la
persona sea excluido del proceso de la santificación.

En esta instancia, el término espíritu puede comprenderse como “el principio


superior de inteligencia y pensamiento de que ha sido dotado el hombre, y con el
cual Dios puede comunicarse por su Espíritu (ver Romanos 8:16).

“Por ‘alma’... cuando se la distingue del espíritu, podemos comprender esa parte
de la naturaleza del hombre que encuentra expresión a través de los instintos, las
emociones y los deseos. Esta parte de nuestra naturaleza también puede ser
santificada.

El cuerpo, que está bajo el control ya sea de la naturaleza superior o de la inferior,


es la constitución física: la carne, la sangre y los huesos.
LA PRIMERA MENTIRA:
¿QUÉ OCURRE CUANDO UN SER HUMANO
MUERE?

El tema del estado de los muertos, es un tema que ha captado la mente de los
seres humanos a lo largo de la historia de las civilizaciones. Todas las religiones de
alguna u otra manera asumen una posición para tratar de explicar este mal que
nos acontece a todos. De hecho, la inmensa mayoría de las religiones existen
precisamente para tratar de buscar algún tipo de explicación y consuelo ante la
tragedia de la muerte la cual el hombre ha sido incapaz de resolver por sí mismo.

Sin embargo, prácticamente todas las religiones del mundo parecen haber
sucumbido a la primera mentira satánica pronunciada en el huerto del Edén
cuando la serpiente le dijo a Eva: “No morirás” (Genesis 3:4).

Satanás, el padre de la mentira y señor de los disfraces, maquilló la idea de la


muerte diciendo que el hombre al morir en realidad no muere, sino que lo que
hace es pasar a una nueva dimensión en el mundo de los espíritus desconocida
por los que vivimos en el cuerpo carnal. Esto ha abierto la puerta para que Satanás
y sus ángeles caídos vengan a esta tierra a propagar el engaño de diversas formas,
especialmente a través de los medios de entretenimiento y de comunicación.

Pero, ¿Qué realmente ocurre cuando un ser humano muere?


La Naturaleza Humana
Proceso de la vida
Para poder comprender con más claridad el proceso de la muerte es sumamente
necesario que comprendamos el proceso inverso: la vida.

Como ya vimos, el proceso de creación para dar vida involucra la unión de dos
materias sin vida en sí mismas: el polvo de la tierra y el aliento de Dios. La unión
de estos dos elementos produce un ser viviente:

Polvo de la tierra + aliento de vida = Alma

Proceso de la muerte
Por otro lado, la muerte se define como: “Lo opuesto al crecimiento biológico, la
cesación de la vida.” Por lo que en el proceso de la muerte ocurre exactamente lo
inverso al proceso de la vida:

“Entonces el polvo volverá a la tierra como lo que era, Y el espíritu volverá a


Dios que lo dio”. (Eclesiastés 12:7)

Y el ser humano permanece en un estado de inconsciencia y reposo hasta el


retorno de nuestro Señor Jesucristo en las nubes de los cielos (como lo expresa
Eclesiastés 9:5-6). Por lo cual, el proceso de la muerte se podría expresar:

Polvo de la tierra - aliento de vida = Muerte

¿Qué hay de los que aseveran de que existe un cielo o un infierno al cual van las personas
cuando mueren dependiendo de sus obras? ¿es esta idea realmente bíblica?
Este tema lo estaremos viendo con más detalles en la Creencia Fundamental No. 26 sobre
La Muerte y La Resurrección.

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