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Estudios Demográficos y Urbanos

vol. 34, núm. 1 (100), enero-abril, 2019, pp. 169-211


ISSN 0186-7210; e ISSN 2448-6515; doi: http://dx.doi.org/10.24201/edu.v34i1.1791

Artículos

Actitudes de padres mexicanos acerca de la igualdad


de género en los roles y liderazgos familiares
Mexican parents’ attitudes toward gender equality
in family roles and leadership

Norma Ojeda*
Raúl González Ramírez**

Resumen
Se analizan las actitudes de padres de familia sobre la igualdad de género en los
roles y liderazgos familiares en los sectores urbano-populares de Tijuana, México.
Se usa la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias en Ti-
juana, B.C., 2015, con información para 2 560 padres con hijos e hijas en escuelas
secundarias públicas. Se estiman cuatro índices sobre la igualdad de género en el
rol materno, los roles domésticos y los liderazgos familiares, y se crean modelos de
regresión logística. Los hallazgos indican la coexistencia de un gran valor asignado
al rol de la maternidad en la vida de las mujeres, así como actitudes moderadamen-
te entusiastas a favor de la igualdad de género en los roles domésticos, pero menos
entusiastas respecto de compartir e intercambiar los liderazgos familiares. El nivel
educativo de los padres muestra ser la única variable estadísticamente significativa
en su asociación con los cuatro índices considerados.
Palabras clave: igualdad de género; roles familiares; socialización;
adolescentes; padres de familia; México.

Abstract
We analyze the parents’ attitudes on gender equality regarding family roles and
leaderships in the urban-popular sectors of Tijuana, Mexico. We use the Survey of

* Profesora de San Diego State University (Estados Unidos) e investigadora asociada en


El Colegio de la Frontera Norte (México). Dirección postal: 5500 Campanile Dr., 92182, San
Diego, CA, Estados Unidos. Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]
** Profesor investigador de El Colegio de la Frontera Norte. Dirección postal: Carretera
Escénica Tijuana - Ensenada, Km 18.5, San Antonio del Mar, 22560, Tijuana, Baja California,
México. Correo electrónico: [email protected] ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7380-5067

D.R. © 2019. Estudios Demográficos y Urbanos


Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar (CC BY-NC-ND) 4.0 Internacional
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Parents with Children in Junior High-schools in Tijuana, B.C., 2015, that includes
information for 2 560 parents with children attending public junior high schools.
Four indexes are designed that intend to measure gender equality regarding the
maternity role, domestic roles and family leaderships. Logistic regression models are
also estimated. The findings indicate coexistence of a great value assigned to the
maternity role in women’s life, plus moderately enthusiastic attitudes in favor of
gender equality in the domestic roles, but less enthusiastic about sharing and switch-
ing family leaderships. The level of education showed to be the only variable statis-
tically significant across the four indexes.
Keywords: gender equality; family roles; socialization; adolescents;
parents; Mexico.

Introducción

Es casi aceptado por la comunidad científica en las ciencias sociales que las
desigualdades de género han disminuido entre las sociedades del hemisferio
occidental, las cuales presentan, en mayor o menor medida, indicios de
cambio que apuntan hacia una menor desigualdad en el trato social que re-
ciben hombres y mujeres en las distintas áreas de la vida. En consecuencia,
se plantean avances hacia una mayor igualdad de género que, en lo general,
se espera continúe aumentando con el paso del tiempo.
En correspondencia con lo anterior, varias investigaciones empíricas,
usando metodologías ya sean cualitativas o cuantitativas, se han dado a la
tarea de documentar tales cambios, así como de analizar los factores que los
explican. El presente trabajo busca contribuir a ampliar el conocimiento que
se tiene sobre la igualdad de género en los roles y liderazgos familiares en
México. Específicamente, se analizan las actitudes que al respecto tiene una
población de padres y madres de familia del sector urbano-popular, con hijos
e hijas en edades de cursar la educación secundaria y que residen en la ciudad
de Tijuana, Baja California. El objetivo general es acercarnos indirectamen-
te al contexto cultural familia-género en el que se desarrollan los y las ado-
lescentes hoy en día, mediante el proceso de socialización en casa, a manos
de sus padres en este sector social de la población mexicana en Tijuana.
Se reconoce que el análisis de las actitudes de los padres de ambos sexos
al respecto nos permite acercarnos sólo parcialmente a tal contexto porque
no considera las prácticas respectivas. Desde un abordaje sociodemográfico,
se parte del supuesto de que las actitudes de los padres y madres sobre los
roles y liderazgos familiares “expresan” posturas, en mayor o menor medida,
en favor o en contra de la igualdad de género, las cuales son transmitidas a

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hijos e hijas mediante el proceso de socialización en el ámbito familiar. Con


este propósito se analizan cuatro dimensiones de los roles familiares, que
son el de la maternidad, la división sexual del trabajo doméstico y el com-
partir e intercambiar los liderazgos familiares. Para esto se recurre al diseño
conceptual y operativo de cuatro respectivos índices que intentan medir el
nivel de igualdad de género contenido en las actitudes de padres y madres
en cada una de estas dimensiones.

Antecedentes

La investigación sociodemográfica en México sobre la desigualdad de gé-


nero en los roles familiares se ha centrado fundamentalmente en el análisis
de la desigual participación de hombres y mujeres en el trabajo remunerado
y el trabajo no remunerado en el interior de los hogares de parejas hetero-
sexuales. Grosso modo, los hallazgos de los estudios realizados, utilizando
tanto métodos cualitativos como cuantitativos, coinciden en señalar, por un
lado, la creciente participación de las mujeres en el trabajo remunerado y,
por otro, la persistencia de una brecha entre los sexos acerca de su partici-
pación en el trabajo no remunerado, donde la participación de ellas continúa
siendo mayor que la de ellos. Asimismo, estudios sobre el tema basados en
encuestas nacionales sobre el uso del tiempo han podido identificar varia-
ciones estadísticamente significativas en la participación de hombres y
mujeres en el trabajo no remunerado entre las parejas heterosexuales, según
su estrato socioeconómico, su residencia (rural o urbana), la generación de
pertenencia y la participación de la cónyuge en el trabajo remunerado.
Estos mismos estudios indican que las desigualdades de género y las
variaciones observadas al respecto, entre subgrupos de la población, son
explicadas en parte por procesos de cambio social más amplios, vinculados
a las condiciones específicas del desarrollo de la sociedad mexicana. Al
respecto, en un estudio reciente, Rojas y Martínez (2014, p. 435) señalan la
importancia de considerar el impacto conjunto que, sobre la reorganización
del trabajo en el interior de los hogares, han tenido los cambios macrosocia-
les, tales como la creciente participación de las mujeres en los mercados del
trabajo, el descenso de la fecundidad, el aumento de la educación y el au-
mento de la precarización laboral entre la población masculina, especialmen-
te de los sectores sociales menos favorecidos en las áreas urbanas del país.
Por su parte, García (2017) menciona el potencial aumento de las necesida-
des de cuidado al que la sociedad mexicana se enfrentará en el mediano
plazo debido al inminente proceso del envejecimiento poblacional.
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Un aspecto importante para comprender en parte el porqué de las dife-


rencias entre los sexos del trabajo no remunerado es el diferente valor (social
y económico) que tradicionalmente se ha asignado a los dos tipos de trabajo.
Los estudios clásicos al respecto coinciden en señalar el mayor valor que se
le ha dado al trabajo remunerado sobre el trabajo no remunerado en las so-
ciedades basadas en economías de tipo capitalista (Collins, 1971). En con-
trarrespuesta a esta desigualdad, primero los estudios feministas (Ferree,
1990) y después los estudios sobre género (Presser Harriet, 1995) han
planteado la necesidad de rescatar el valor intrínseco del trabajo no remune-
rado y de hacerlo visible, contribuyendo así al “empoderamiento” de las
mujeres por ser ellas las que, de manera casi universal y en condiciones de
subordinación social, han sido y siguen siendo las responsables únicas, o
bien las principales, de realizar este tipo de trabajo.
En este sentido y a manera de definición del trabajo no remunerado, es
conveniente retomar lo planteado por García (2017, p. 69) al referirse a éste
como “otros tipos de trabajo que son imprescindibles para reproducir las
condiciones de vida y las relaciones sociales”, y al hacer alusión “al trabajo
doméstico y de cuidado para consumo propio que, en términos generales, se
lleva a cabo en los hogares (preparación de alimentos, labores de limpieza,
gestión de la vida cotidiana, cuidado de personas en condición de dependen-
cia y otros)”. Con base en esta definición, la autora estima para el caso
mexicano que, hasta muy recientemente, “las mujeres dedican al trabajo no
remunerado de los hogares un promedio de 50.1 horas a la semana, en com-
paración con 17.6 horas por parte de los hombres” (p.70). La mayor carga
de trabajo entre las mujeres también se manifiesta al sumar las horas dedi-
cadas tanto al trabajo remunerado como al no remunerado, por ser de 13
horas más en comparación con las horas que los hombres dedican a ambos
tipos de trabajo (p. 71).
Los estudios presentan diferencias conceptuales y operativas en la
definición del trabajo no remunerado. No obstante, entre los que se basan
en la información proveniente de las encuestas sobre el uso del tiempo,
dichos estudios tienden a coincidir en un aspecto: la conveniencia de dife-
renciar entre el llamado “trabajo doméstico” y el “de cuidados” para lograr
una mejor estimación del tiempo distinto que dedican los hombres y las
mujeres al trabajo no remunerado en los hogares de parejas heterosexuales
del México actual. Estos estudios han arrojado interesantes resultados que,
entre otros, indican la existencia de notables diferencias no sólo en la
medición, sino también en la interpretación de las diferencias de género
en el trabajo no remunerado en contextos urbanos y rurales (Pacheco y
Florez, 2014).
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Al respecto, y haciendo alusión únicamente a la situación que se pre-


senta entre las parejas urbanas a nivel nacional, el trabajo de Rojas y Martí-
nez (2014) es muy ilustrativo. Con base en una muestra estadísticamente
representativa en el ámbito nacional, los autores confirman los resultados
que estudios anteriores ya venían obteniendo, basados en información con
menor cobertura. Esto es acerca de la mayor participación de los padres
varones en los cuidados de sus hijos que en el trabajo doméstico. Estos au-
tores, sin embargo, también infieren la presencia de posibles sesgos género-
culturales en la declaración de los hombres mexicanos acerca de su partici-
pación en cada una de estas dos dimensiones del trabajo no remunerado en
las encuestas del uso del tiempo. Al respecto, los autores encuentran tasas
de participación masculinas en el trabajo doméstico mayores que las que se
dan en el cuidado de los hijos; pero en aparente contradicción, ellos invierten
más horas en los cuidados que en trabajo doméstico. Esta situación es expli-
cada por lo que los autores denominan como “el imaginario social y en
particular de los hombres de que la limpieza de la casa y de la ropa, así como
la preparación de alimentos, son tareas que deben ser realizadas solamente
por las mujeres” (p. 462).
Asimismo, en otro estudio, Martínez y Rojas (2016) no sólo confirman
la mayor participación de los padres varones en los cuidados que en el tra-
bajo doméstico, sino también constatan que se trata de una situación gene-
ralizable al conjunto de la población de padres de distintos subgrupos porque
utilizan una encuesta con representación estadística a nivel nacional. Grosso
modo, sus hallazgos indican que el número promedio de horas que los padres
varones dedican al cuidado de los hijos aumenta conforme es mayor el es-
trato socioeconómico y la participación económica de la cónyuge en el tra-
bajo remunerado, así como entre las parejas que viven en las zonas urbanas
del país.
La investigación sobre el tema también da cuenta de otro tipo de facto-
res que inciden en las desigualdades de género en el trabajo doméstico entre
las parejas heterosexuales urbanas del país. En un estudio sobre las parejas
de doble ingreso, Sánchez (2014) confirma que las mujeres siguen teniendo
una carga mayor de trabajo doméstico que los hombres en todas las parejas
del país; pero también muestra que el tamaño de la carga y la brecha de la
desigualdad de género son menores entre las parejas de doble ingreso que
en otro tipo de parejas. De igual forma, Sánchez y Pérez (2016) dan cons-
tancia de niveles de complejidad aún mayores en las relaciones de género
en el trabajo doméstico entre las parejas de doble ingreso, al diferenciarlas
según las condiciones de legalidad de sus uniones conyugales, donde las
uniones libres al parecer son más igualitarias que los matrimonios.
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Sánchez (2014) plantea que la interpretación del impacto de la variable


“parejas de doble ingreso” sobre la desigualdad de género en la realización
del trabajo doméstico resulta ser complicada en una sociedad como la mexi-
cana. Esto es porque, por un lado, las parejas de doble ingreso van a concen-
trarse en los estratos sociales con mayores niveles de ingreso, al igual de lo
que ocurre en otras sociedades. A saber, estos hogares no sólo tienen dos
proveedores económicos, sino que también el proveedor femenino frecuen-
temente tiene características que favorecen mayores ingresos. Esto es por
tratarse de mujeres que en promedio también tienen niveles más altos de
escolaridad. Pero, por otro lado, en el caso mexicano se tiene la circunstan-
cia de que este tipo de parejas frecuentemente contratan a terceros para
realizar el trabajo doméstico, reduciendo con ello la carga del mismo que
necesita ser atendido por los miembros de la pareja.
Lo anterior pone en evidencia lo complejo que es explicar las diferencias
de género en el trabajo no remunerado entre las parejas de doble ingreso en
un contexto social urbano como el mexicano, con grandes desigualdades
socioeconómicas. Frente a esto, se considera importante ampliar el análisis
de las desigualdades de género en los roles familiares más allá de lo que se
refiere al trabajo. Para ello conviene examinar algunos posibles arreglos que
surgen de la combinación de los roles y liderazgos familiares en otros con-
textos sociales, como se pretende en este estudio.

Marco conceptual y analítico

Acerca del proceso de socialización de los hijos y las hijas

La información proporcionada por los estudios arriba descritos no sólo nos


permite conocer los niveles y los diferenciales sociales de la desigualdad
de género en el trabajo no remunerado entre las parejas conyugales hete-
rosexuales del México actual. Esta información también es un importante
referente empírico del marco contextual en el que muy probablemente se
realiza la transferencia intergeneracional de las enseñanzas género-culturales
relacionadas con los roles familiares en los hogares de este tipo de parejas,
mismas que representan la inmensa mayoría de las familias en el país. En
términos deductivos, podemos decir que se trata de enseñanzas que se
derivan de la participación en el trabajo remunerado y en el no remunera-
do de hombres y mujeres, quienes, desde sus respectivos roles de cónyuge-
padre y cónyuge-madre, actúan a su vez como agentes en la socialización
de los y las menores de edad en los hogares de familias conyugales hete-
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rosexuales, independientemente de la composición nuclear o extendida de


sus hogares.
Sobre este aspecto es interesante retomar a Handel, Cahill y Elkin (2007,
p. 132), quienes plantean que la socialización se refiere “al proceso general
mediante el cual los niños se convierten en miembros participantes de la
sociedad. [Y] las actividades de los padres que contribuyen a este producto
son referidas algunas veces como paternajes, cuidados o crianza”. Esta
definición nos permite pensar en la socialización familiar como un proceso
que se lleva a cabo en todo tipo de familias y no sólo en las tradicionales
(heterosexuales y nucleares), frente a la creciente diversidad de arreglos
familiares hoy en día.
Elkin y Handel (1984) señalan que el proceso de socialización es aquel
mediante el cual uno aprende las maneras de actuar en una sociedad dada o
de un grupo social dado y que permite que uno funcione en dicha sociedad
o grupo. Se trata de un proceso cognitivo consciente que nos remite al cómo
uno aprende a adoptar actitudes y conductas consideradas por la sociedad
como culturalmente apropiadas para uno, según nuestra edad y sexo, entre
otras características, y en anticipación a lo que socialmente se espera de
nosotros en el corto y largo plazos.
Así, la socialización respecto de las diferencias de género se refiere a
los aprendizajes mediante los cuales los menores de edad son premiados por
conductas que los adultos consideran apropiadas según su sexo, y son repri-
midos y/o castigados por conductas consideradas no apropiadas (Elkin y
Handel, 1984). De tal modo que los niños y las niñas van a aprender median-
te la comunicación, la observación y los juegos, entre otras prácticas, lo que
los adultos esperan de ellos. Como parte del mismo proceso, los niños y las
niñas aprenden mediante la observación de las personas que los rodean,
las conductas de ambos sexos, pero pronto también aprenden que ellos serán
premiados por un tipo de conducta, pero no por la otra. La importancia de
esto se va a dejar sentir en las distintas etapas de la vida de las personas. Al
respecto, Marini y Fan (2000) documentan de manera empírica la influencia
formativa que tienen las actitudes de los padres sobre la mayor o menor
apertura pro equidad de género de sus hijos e hijas no sólo durante la niñez,
sino también y de manera importante durante las edades adultas.
Inkeles (1968), en su texto clásico sobre socialización y sociedad, des-
cribe la socialización del niño como

[…] el proceso mediante el cual una persona adquiere las actitudes, valores,
maneras de pensar, inclinaciones y otros atributos personales, aunque sociales,
que la van a caracterizar en la siguiente fase de su desarrollo […] En la interac-

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ción con el niño, los padres y otros agentes socializadores generalmente tienen
en mente cierta concepción acerca de en lo que el infante supuestamente se
convertirá y del papel que una determinada práctica de crianza podrá tener en
alcanzar o bien en obstaculizar el producto final que es deseable [Inkeles, 1968,
p. 76; traducción propia].

Ahora bien, la importancia del proceso de socialización no se circuns-


cribe únicamente a la adaptación social de las personas según su sexo y edad.
De la socialización mucho depende que se dé la reproducción social de las
sociedades y de sus estructuras, incluyendo los sistemas de sexo-género de
cada sociedad y época histórica. Esta reproducción social de las desigualda-
des e inequidades de género hace que su modificación sea harto compleja y
requiera también que se transforme vía la socialización de una generación a
otra en los varios espacios sociales, entre los cuales destaca el familiar. Éste
es un espacio particularmente importante para lograr el cambio de las socie-
dades y sus estructuras. Al respecto, y para el caso mexicano, Ariza y Oli-
veira (2009) indican que es en la familia donde se dan relaciones intrafami-
liares mediante las cuales los distintos miembros de las familias conviven,
intercambian afectos y se dan situaciones de conflicto que varían conforme
al género y la edad, además del estrato social. “A través de ellas tienen lugar
la socialización y la adquisición de valores y pautas de respuesta social, tan
decisivas para la integración social” (p. 259).

Acerca de las desigualdades de género en los roles familiares

Por otra parte, entre algunos estudios de género existe preocupación sobre
la presencia de un estancamiento o disminución en la velocidad del cambio
hacia una mayor igualdad en los roles de género entre los países más avan-
zados; esto es a pesar de los importantes cambios demográficos y sociales
que han venido impulsando en dichos países una mayor igualdad en el trato
y las oportunidades de participación social de hombres y mujeres. Con el
interés de dar respuesta a esta aparente paradoja, en una investigación re-
ciente, Knight y Briton (2017) presentan interesantes evidencias empíricas
que ponen en serio cuestionamiento el supuesto implícito que se ha venido
manejando en los estudios comparativos acerca de la existencia de un patrón
único, lineal y progresivo hacia la igualdad de género en las actitudes rela-
cionados con los roles de género. Lejos de esto, las autoras muestran la
presencia de cuatro diferentes tipos de arreglos al respecto entre países eu-
ropeos, contraviniendo con ello el postulado básico de la teoría de la moder-
nización que, citando a Inglejarh y Norris, plantea que:
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[...] el desarrollo humano trae consigo cambios culturales en las actitudes hacia
la igualdad de género en prácticamente cualquier sociedad que experimenta las
varias formas de modernización asociadas con el desarrollo económico. La
modernización trae consigo cambios sistemáticos y predecibles en los roles de
género [Inglejarh y Norris, citados en Knight y Briton, 2017, p. 1486].

En reconocimiento de una realidad mucho más compleja de lo que


asume la Teoría de la Modernización, en cuanto a la relación entre el desa-
rrollo social y las actitudes respecto de los roles de género, Knight y Briton
(2017) plantean la presencia de una relación multidimensional en las actitu-
des sobre los roles de género. Se propone la conceptualización de una tran-
sición en dichas actitudes que si bien en todos los casos parte de un modelo
de tipo tradicional hacia otro de tipo igualitario, se tiene la circunstancia de
que en este último tipo puede adoptar distintos arreglos. De modo tal que,
siguiendo el planteamiento predominante en los estudios clásicos de género,
la fase final extrema de la transición podría ser lo que las autoras denominan
clase o tipo “igualitario liberal”, pero también podría asumir otros tipos. Esto
es, según la emergencia de marcos culturales diferentes en las distintas so-
ciedades, representando, a su vez, distintas constelaciones de actitudes sobre
los roles de género.
Así, con base en el análisis comparativo de información sobre las actitu-
des de hombres y mujeres de 17 países europeos acerca de sus actitudes en
los roles de género, Knight y Briton (2017) identifican cuatro distintos tipos
o clases de actitudes respecto de la igualdad en los roles de género, mismos
que denominan como “tradicionalista”, “igualitarista liberal”, “igualitarista
familiar” e “igualitarista flexible”. Grosso modo, el tipo “tradicionalista”
corresponde a aquel en el que de alguna manera u otra se apoya el predominio
masculino y sostiene una postura esencialista sobre el género al prescribir que
las responsabilidades de las mujeres se localizan en el hogar (p. 1501). En el
otro extremo, el tipo “igualitarista liberal” está estrechamente asociado a la
representación típica de la igualdad de género desde un punto de vista no
esencialista e igualitario, que se combina con un fuerte apoyo a favor de la
participación de las mujeres en la fuerza de trabajo (p. 1502).
Por su parte, el tipo “igualitarista familiar” se caracteriza por su dualidad
al apoyar, por un lado, las creencias de que la mujer debe ser un miembro
activo de la fuerza de trabajo y, por otro, que la familia y el hogar son esen-
ciales en la identidad de la mujer. Este tipo combina el apoyo a muchos de
los valores familiares tradicionales junto con el respaldo al empleo femeni-
no. Este tipo subraya la importancia de la responsabilidad doble, como tra-
bajadora y madre, en la satisfacción de la mujer (p. 1503). Finalmente, el

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tipo “igualitarista flexible” combina el apoyo a que la mujer asuma el rol


tradicional en el hogar y a su participación en la fuerza de trabajo, con un
fuerte respaldo a las ideas de que ni los roles tradicionales ni los no tradicio-
nales son imperativos o necesarios para la mujer (p. 1503).
La diversidad planteada por Knight y Briton en los tipos de actitudes
respecto de la igualdad de género en los roles familiares nos hace pensar en
Martínez y Rojas (2016, p. 638). Estos autores en su análisis del caso mexi-
cano citan a Nehring, quien plantea que la asociación entre la modernización
y las desigualdades de género en los países latinoamericanos no ha sido lineal,
generando con ello la coexistencia de diversos patrones sociales y culturales
‒algunos conservadores y otros emergentes‒, de los cuales surgen importan-
tes transformaciones en la organización de la vida familiar y conyugal en las
que persisten contradicciones en las concepciones, las conductas y las rela-
ciones de género. Y es justo en este sentido que el presente trabajo conside-
ra importante adoptar una postura analítica abierta a la diversidad en el
análisis de las desigualdades de género en las actitudes de los padres sobre
los roles y los liderazgos familiares en el caso mexicano.

Metodología

En el interés por contribuir a ampliar el conocimiento que se tiene sobre la


equidad de género en los roles familiares en el México actual, este trabajo
presenta un análisis sociodemográfico y descriptivo sobre el tema utilizando
una metodología cuantitativa. Con este propósito se analizan los niveles de
igualdad de género implícitos en las actitudes de padres de familia de ambos
sexos. Se considera el caso particular de una población de padres y madres
de familias pertenecientes al sector urbano-popular que tienen hijos e hijas
en edades de asistir a la educación secundaria, residentes en la ciudad de Ti-
juana, Baja California. Específicamente se busca medir los niveles de igual-
dad de género contenidos en las actitudes que expresan los padres y las
madres acerca de los roles familiares que se refieren a la maternidad y la
división sexual del trabajo doméstico, aquí denominada “roles domésticos”,
así como acerca de los liderazgos familiares, diferenciados en instrumental
versus expresivo. Esto es según los conceptos acuñados por Parsons y Bales
(1955) en su estudio clásico sobre socialización, para referirse a las cargas
socialmente asignadas a hombres y mujeres, respectivamente, en el espacio
familiar. Éstas son las del proveedor económico o líder instrumental y la del
proveedor de cuidados y afectos o líder expresivo en un modelo rígido, se-
xista y dicotómico tradicional.
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Fuente de información

La fuente de información de este estudio es la Encuesta a Padres de Familia


con Hijos en Escuelas Secundarias en Tijuana, B.C., que forma parte de una
investigación más amplia sobre el tema de la socialización en materia de
roles de género y sexualidad temprana de niños y adolescentes.1 Se trata
de una encuesta tipo censo aplicada a las mamás y los papás de los alumnos de
cuatro escuelas secundarias públicas en el municipio de Tijuana, que se
llevó a cabo durante la primavera de 2014. La localización de estas escuelas
en el municipio y su tipo (una técnica y tres tradicionales) nos permiten
contar con un universo de padres de familia cuya clase social se ubica entre
los sectores de clase media-trabajadora y clase baja-trabajadora de la pobla-
ción que radica en Tijuana. De modo que, en su mayoría, se trata de padres
y madres en ocupaciones tales como empleados del comercio establecido al
menudeo, empleados de baja y mediana calificación en oficinas públicas, en
escuelas primarias y secundarias públicas; así como obreros y obreras de la
industria maquiladora, vendedores ambulantes y trabajadores de baja califi-
cación por su cuenta. También algunos indicaron no trabajar y/o estar des-
empleados en el momento de la encuesta.
El método del levantamiento de la información consistió en aplicar un
cuestionario estandarizado con preguntas cerradas que fue autoadministrado
por parte de los mismos padres y madres durante las respectivas reuniones
organizadas por el personal docente de las escuelas, con el fin de entregar
las boletas de calificaciones de los alumnos a mediados del ciclo escolar. En
total se encuestaron a 2 815 adultos, de los cuales 2 547 (90.5%) eran madres
o padres de los y las estudiantes. Para los propósitos del presente estudio se
utiliza información que se refiere únicamente a las personas que declararon
ser madres o padres de los y las estudiantes. De modo que se trata de un
estudio referido a la población de padres de ambos sexos cuyos hijos e hijas
se encontraban estudiando en cualquiera de las cuatro escuelas secundarias
participantes en el momento de levantar la encuesta. La participación de los
padres fue voluntaria y el levantamiento de la información ocurrió durante
los meses de junio a agosto de 2014.

1 Se trata del proyecto intitulado “Socialización de niños y adolescentes respecto a los

roles de género y sexualidad temprana en familias jóvenes de Tijuana, B.C., México”, desarro-
llado por la autora con financiamiento proveniente del Programa de Ciencia Básica del Conse-
jo Nacional de Ciencia y Tecnología, 2012-2017.

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Construcción de los índices sobre la igualdad de género

El estudio está organizado en tres partes. La primera consiste en el análisis


simple de las distribuciones porcentuales de las respuestas que dieron los
padres a tres reactivos o enunciados generales acerca de las relaciones de
género. Para este propósito se comparan sus niveles de acuerdo o desacuer-
do a tales reactivos, que son: 1) “actualmente ya existe igualdad entre hom-
bres y mujeres”; 2) “para las mujeres ser madre es más importante que ca-
sarse”, y 3) “existen carreras u oficios que deben ser principalmente para
hombres y otros para mujeres”.
La segunda parte se basa en el análisis de cuatro diferentes índices que
intentan medir los niveles de igualdad de género contenidos en las actitudes
de los padres respecto del rol materno, la división por sexos de los roles
domésticos, y los liderazgos familiares diferenciados entre instrumental
(proveedor económico) y expresivo (proveedor de cuidados). Respecto de
estos últimos se mide el nivel de aceptación de los padres acerca de i) com-
partir los liderazgos entre los sexos y ii) intercambiar los liderazgos entre
los sexos.
La construcción conceptual y operativa de cada uno de los índices se
realiza conforme a los niveles de acuerdo o desacuerdo declarados por par-
te de los padres con respecto a distintos reactivos o enunciados referidos a
la importancia del rol de la maternidad, la división sexual del trabajo domés-
tico, la división sexual de los liderazgos familiares diferenciados en instru-
mental versus expresivo, y la aceptación de que los padres según su sexo
puedan elegir compartir e intercambiar dichos liderazgos.
Ahora bien, es importante mencionar dos aspectos primordiales en la
conceptualización de los reactivos y de los índices que aquí se utilizan para
medir los niveles de igualdad de género sobre los roles y liderazgos fami-
liares entre los padres y las madres. Esto es al margen del procesamiento
técnico-operativo de los mismos. Primero es importante señalar que los
enunciados o reactivos que se utilizan en la construcción de cada uno de
los índices fueron obtenidos a partir de la información cualitativa propor-
cionada por un subgrupo de padres y madres mediante su participación en
una serie de grupos focales que antecedieron al diseño del cuestionario de
la encuesta. Asimismo, es fundamental señalar que cada uno de los enun-
ciados o reactivos son considerados de manera textual, respetando las
expresiones tales cuales fueron expresadas por los padres y las madres en
sus respectivos grupos focales. Dichos grupos focales estuvieron formados
por un máximo de ocho participantes cada uno, diferenciados entre mamás
y papás y según el grado académico de sus hijos e hijas, estudiantes en las
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escuelas participantes. En total fueron cuatro grupos focales: dos de mamás


y dos de papás.
Así, los contenidos en la conceptualización de los índices se obtuvieron
de manera inductiva, aunque las preguntas guías en la dinámica de los grupos
focales parten de conceptualizaciones que se originan tanto de la teoría de
la modernización como de la teoría de los roles sociales, según la sociología
clásica de la familia y, por lo mismo, subyacentes en la premisa central que
orienta este trabajo. Esto es, el concepto de que a mayores niveles de desa-
rrollo social se esperaría que las actitudes de los padres y las madres, res-
pecto de los roles y los liderazgos familiares, expresaran mayores niveles de
igualdad de género, según fue planteado con anterioridad en la parte con-
ceptual de este trabajo.
En correspondencia, se esperaría que la valoración de la maternidad en
la vida de las mujeres fuese menos pronunciada hoy en día que en el pasado;
que la división por sexo del trabajo remunerado versus el trabajo no remu-
nerado (aquí denominado doméstico) fuera menos favorecida actualmente;
y que la tradicional idea de que los liderazgos familiares deben ser y deben
continuar siendo diferenciados por sexo sea menos apoyada en el presente.
Estas ideas, por lo mismo, deberán estar reflejadas en los respectivos enun-
ciados o reactivos utilizados en la definición conceptual y operativa de los
índices, como se indica a continuación.

Índice de actitud sobre la valoración del rol materno (Rol Materno). La


construcción de este índice se basó en los enunciados: “ser madre es lo más
importante en la vida de una mujer” y “para las mujeres ser madres es más
importante que casarse”.
Índice de actitud sobre la división del trabajo doméstico entre los sexos
(Roles Domésticos). Éste se construyó considerando tres enunciados que son:
“la limpieza del hogar debe estar a cargo principalmente de las mujeres”,
“las mujeres, por su naturaleza, son mejores que los hombres para planchar,
remendar y otras tareas similares en el hogar”, “los hombres, por su natura-
leza, son mejores que las mujeres para hacer carpintería, mecánica y otras
tareas similares en el hogar”.
Índice de actitud sobre compartir los liderazgos familiares entre los
sexos (Compartir Liderazgos). Para su construcción, se utilizaron tres reac-
tivos que son: “trabajar para mantener a los hijos debe ser también una
responsabilidad de la madre”, “la madre, por su naturaleza, es mejor que el
padre para cuidar a los hijos cuando están enfermos”, e “idealmente, el
hombre es quien debe ser el líder o cabeza de familia”.

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Índice de actitud sobre intercambiar los liderazgos familiares entre los


sexos (Intercambiar Liderazgos). Éste se construyó utilizando los reactivos
o enunciados: “es aceptable que una madre elija salir a trabajar, aunque no
tenga necesidad económica” y “es aceptable que un padre elija quedarse en
casa al cuidado de los hijos en lugar de salir a trabajar, cuando no hay nece-
sidad económica en el hogar”.

Finalmente, se tiene que una vez recodificadas las variables para homo-
logar los códigos de respuestas, se procedió al cálculo de los índices. En la
construcción de cada índice se mide el nivel de acuerdo o desacuerdo en las
respuestas de los padres a los distintos reactivos o preguntas consideradas.
Se asignan tres o cuatro categorías de respuesta, según el caso: 1= en des-
acuerdo en las dos preguntas, 2= de acuerdo en una de las preguntas y, 3=
de acuerdo cuando los índices incluyen dos preguntas; o bien: 1= en des-
acuerdo en las tres preguntas, 2= de acuerdo en una de las preguntas, 3= de
acuerdo en dos de las preguntas y, 4= de acuerdo cuando los índices incluyen
tres preguntas o reactivos.
Se construye cada índice con la sumatoria de multiplicar la frecuencia
por la categoría de respuesta dividido entre el número total, dividida la su-
matoria entre el número de categorías. El valor máximo posible de cada
índice es uno, que significa el nivel máximo de acuerdo en cada caso.

Resultados

Perfil sociodemográfico de la población en estudio

La región fronteriza del norte de México se caracteriza, entre otras cosas,


por su alto índice de población urbana al concentrar 83.8% de la población
fronteriza total ‒según el censo del año 2000‒ en tan sólo ocho localidades,
entre las cuales se cuenta a Tijuana en el estado de Baja California. De tal
suerte que el municipio de Tijuana, con una población de 4 654 996 habitan-
tes en 2010, es fundamentalmente urbano y por lo mismo, de manera común,
es referido con el término de ciudad de Tijuana.
Asimismo, y al igual de lo que ocurre con otras localidades de la región
fronteriza, Tijuana tiene un acelerado aumento de su población al registrar
altas de crecimiento demográfico. Ham y González (2017, p. 3) estiman que
el conjunto de los municipios fronterizos norteños creció a una tasa de 2.0
por cada cien mil habitantes entre los años 2000 y 2010, en comparación con
el total del país, que creció a una tasa de 1.43 durante el mismo periodo. El
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ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 183

acelerado crecimiento demográfico es producto no sólo del crecimiento na-


tural de la población, sino también del crecimiento social definido por la
convergencia de varios flujos migratorios en esta parte del territorio mexica-
no. Por un lado, existen flujos de migrantes internos que, atraídos por las
oportunidades de empleo, buscan establecer su nueva residencia en la región;
por otro, existen intensos flujos de migrantes internacionales tanto de México
como de otros países que, al no poder cruzar al país vecino (Estados Unidos),
se quedan a vivir en el lado mexicano de la frontera. Otro grupo más lo forman
los migrantes de retorno y/o de deportados desde el país vecino, que hacen
de las ciudades fronterizas mexicanas su nueva residencia temporal o bien de
manera definitiva, aumentando el número de residentes en la frontera mexi-
cana (Ojeda, 2013, p. 650). Esta dinámica demográfica va a traer múltiples
efectos en la vida cotidiana de las poblaciones en la región. De tal suerte que
la alta proporción de inmigrantes provenientes de las distintas subregiones
mexicanas van a producir una especie de laboratorio humano para los efectos
del análisis social y cultural regional en general en cada subregión fronteriza,
como es el caso de Tijuana, Baja California. Esto es, entre otras cosas, debi-
do a la amalgama de varias subculturas nacionales, además de la fronteriza
propia, lo cual es observable en interesantes diferencias en el comportamien-
to social y demográfico de las personas nativas o nacidas en la frontera y los
inmigrantes provenientes de otras partes de México.
Lo anterior necesariamente va a ser reflejado en el alto porcentaje de
inmigrantes en la población que aquí se estudia y que no puede ser ignorado.
A saber, la población objetivo de este estudio consiste en 2 517 padres de
familia de ambos sexos que fueron encuestados en asociación con las escue-
las secundarias a las que acuden sus hijos e hijas y que declararon vivir en
el mismo hogar que estos últimos. Esta población representa 99.8% de un
total de 2 815 personas que de manera voluntaria fueron encuestados, inclu-
yendo abuelos y otros familiares de los estudiantes. Por lo mismo, se trata
de una muestra convencional tipo censo de los padres cuyos hijos estudian
en dichas escuelas y que, como se explicó anteriormente, aceptaron volun-
tariamente responder a un cuestionario que se les distribuyó durante la en-
trega de las boletas de calificaciones de sus hijos e hijas en las escuelas.
El análisis de la información proporcionada nos permite identificar las
siguientes características sociales y demográficas de los padres. Como pue-
de verse en el Cuadro 1, se trata en su mayoría de madres y en menor medi-
da de padres varones, ya que ellas representan el 81.2% y ellos el 18.8% del
total de encuestados. En gran medida son padres y madres jóvenes, lo cual
era de esperarse dado que tienen hijos en edades de educación secundaria.
Cerca de 45% tienen menos de 39 años de edad y en promedio tienen 2.6
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hijos e hijas. Su nivel de escolaridad podría ser considerado bajo-medio, ya


que sólo poco más de la mitad de los padres (55.2%) tienen como máximo
educación secundaria. Respecto de su condición de actividad económica, el
69.2% del total de padres y madres declaró trabajar a cambio de un salario
en el momento de la encuesta. Este porcentaje se antoja bajo, sin embargo,
es necesario recordar el peso que tienen las madres en la población estudia-
da. Si bien la tasa de participación económica de las mujeres en Tijuana es
de las más altas del país, se tiene la circunstancia de que la población feme-
nina aún tiene tasas menores a las de la población masculina a nivel nacional,
y Tijuana no es la excepción.
Por otro lado, se trata de una población que predominantemente tiene
afiliación religiosa al representar el 83.4% de los casos. Sobre su situación
conyugal, la mayoría tiene una relación de pareja, ya sea unidos en matri-
monio (57.8%) o bien viviendo en unión libre (20.8%). Sin embargo, nótese
que una proporción nada despreciable de ellos declaró haber estado anterior-
mente en una unión conyugal que, en el momento de la encuesta, estaba
disuelta mayoritariamente por separación (12.6) o bien por divorcio (5.2),
formando ambas categorías el 17.8% del total de padres de ambos sexos;
mientras que sólo una minoría declaró ser soltera o soltero (1.9), situación
que interesantemente va en contra de la errónea idea compartida de manera
frecuente entre el personal administrativo de las escuelas de que un “gran
número de niños en las escuelas tienen madres solteras”.2
Finalmente, sobre la condición migratoria de la población analizada, es
importante subrayar que sólo poco más de la tercera parte del total de madres
y padres son nativos del estado de Baja California, por representar única-
mente el 35.3% de la población bajo estudio. En cambio, como era de espe-
rarse, la mayoría son inmigrantes por haber nacido en alguna de las entidades
federativas distintas a la de Baja California. Entre éstas destaca la alta pro-
porción de las y los nacidos en la Región Centro del país (41.3%), en con-
traste con la minúscula proporción de los nacidos en la Región Sur (4.6%).
Por otra parte, nótese que sólo el 17.4% de las y los inmigrantes nacieron en
alguno de los otros estados norteños del país. Esta situación hace que sólo
poco más de la mitad del total de los encuestados sean oriundos de la Región
Norte, considerando incluso a los nacidos en Baja California, por represen-
tar el 52.7% de los casos. Por lo cual, se trata de una población en estudio
prácticamente originaria de dos regiones: los nacidos en la Región Centro y
los nacidos en la Región Norte, con un componente pequeño de nativos de
esta última región nacidos en Baja California.

2 Entrevista con el director de una de las escuelas participantes.

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Cuadro 1
Perfil sociodemográfico de los padres
Sexo
Ellos 18.80%
473
Ellas 81.20%
2 044
Total 100%
2 517
Edad
<= 33 16.4
34-38 28.3
39-44 31.1
>= 45 24.2
Total 100
Escolaridad
Primaria o menos 16.5
Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 38.7
Preparatoria terminada o incompleta 22.8
Algo de universidad o más 22
Total 100
Situación conyugal
Unión libre 21.2
Casada/o 58.3
Separada/o 12.6
Divorciada/o 5.2
Soltera/o 1.9
Viuda/o 0.8
Total 100
(continúa)

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Cuadro 1
(concluye)
Ocupación
No trabaja 30.8
Sí trabaja 69.2
Total 100
¿Tiene alguna religión?
No 16.6
Sí 83.4
Total 100

Región de nacimiento
Baja California 35.3
Norte 17.4
Centro 41.3
Sur 4.6
Otro país 1.1
NE 0.2
Total 100
Tiempo de residir en Tijuana
5 años o menos 3.8
6 a 10 años 6.6
11 a 15 años 13.6
16 años o más 76
Total 100
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en
Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.

En suma, nuestra población en estudio está formada por padres de fa-


milia que en su mayoría son del sexo femenino, en conjunto tienen un nivel
de escolaridad bajo-medio, son mayoría inmigrantes que provienen princi-
palmente de las regiones Centro y Norte del país, y en un porcentaje medio-
alto trabajan a cambio de una remuneración económica.
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ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 187

Igualdad de género desde la perspectiva de los padres y las madres

Como se mencionó anteriormente, se parte del supuesto de que las actitudes


de los padres respecto del conjunto de estos roles y liderazgos familiares
comunican una mayor o menor apertura en favor de la igualdad de género
que va a ser transmitida a los hijos e hijas mediante su socialización en el
ámbito familiar. En este sentido, importa considerar que la gran mayoría de
padres y madres encuestadas declararon estar de acuerdo con tres grandes
enunciados en favor de la igualdad de género.
A saber, la información que se presenta en el Cuadro 2 indica que el
74.4% del total de la población en estudio declaró estar de acuerdo o muy
de acuerdo con el enunciado “actualmente ya existe igualdad entre hombres
y mujeres”. Esto es compartido prácticamente por igual entre mamás y papás,
al igual que entre los distintos grupos de edad, pero en especial entre los más
jóvenes. En cambio, se observa interesantemente una relación inversa entre
el nivel de escolaridad y el nivel de acuerdo con dicho reactivo; o sea que
los padres y las madres más escolarizadas se muestran menos convencidos
de que actualmente ya exista igualdad entre los sexos. Respecto al estado
civil, nótese que el porcentaje de padres que está de acuerdo con la misma
idea es mayor entre los que no estaban en una relación conyugal en el mo-
mento de ser encuestados.
Por otra parte, en el Cuadro 3 puede verse un marcado apoyo por parte
de los padres de ambos sexos en favor de la independencia económica de las
mujeres, dado que el 83.2% de ellos declaró estar en contra del enunciado
“para las mujeres tener un marido que las mantenga es más importante que
trabajar”. Este alto porcentaje expresa un rechazo al conservadurismo fami-
liar, específicamente en lo que se refiere a romper con la tradicional idea de
que tener un marido es más importante que la independencia económica de
la mujer. El alto nivel de desacuerdo con tal idea indica un cambio práctico
a favor del trabajo en las vidas de las mujeres y por ende de su independen-
cia económica en lo general y del marido en particular. El rechazo a esta idea
es nuevamente más acentuado entre las madres que entre los padres, se
presenta en prácticamente todos los grupos de edad, guarda una relación
inversa con el nivel educativo, y es más notable entre las y los unidos con-
yugalmente, así como entre los viudos y las viudas.
Finalmente, en el Cuadro 4 podemos ver que la mayoría de los padres
de ambos sexos declararon no estar de acuerdo con las diferencias por sexo
en las esferas de acción social relacionadas con carreras profesionales u
oficios, ya que el 58.7% de ellos declararon no estar de acuerdo con el enun-
ciado “existen carreras u oficios que deben ser principalmente para hombres
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Cuadro 2
“Actualmente ya existe igualdad entre hombres y mujeres” (porcentajes)
Muy De En Muy
de acuerdo acuerdo desacuerdo en desacuerdo
Hombre 29.2 45.4 19.8 5.6
Mujer 32.4 41.9 21.4 4.3

<= 33 38.8 42.1 16.4 2.8


34-38 35.2 41.3 19.2 4.3
39-44 27.9 43.7 22.2 6.2
>= 45 27.6 43.8 24.4 4.2

Primaria o menos 42.2 45.0 10.0 2.8


Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 37.4 43.1 15.0 4.6
Preparatoria terminada o incompleta 27.8 42.3 25.4 4.6
Algo de universidad o más 18.0 40.3 36.1 5.7

Unión Libre 37.7 40.4 18.1 3.7


Casada/o 30.1 41.7 22.9 5.3
Separada/o o divorciada/o 28.5 47.4 22.1 1.9
Soltera/o 35.9 43.5 14.5 6.1
Viuda/o 35.4 50.0 12.5 2.1
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
Cuadro 3
“Para las mujeres tener un marido que las mantenga es más importante que trabajar” (porcentajes)
Muy De En Muy
de acuerdo acuerdo desacuerdo en desacuerdo
Hombre 5.3 16.9 57.1 20.7
Mujer 2.9 8.6 50.6 37.9

<= 33 2.8 9.0 54.0 34.2


34-38 3.4 9.4 50.4 36.8
39-44 2.9 11.3 51.1 34.8
>= 45 4.1 10.1 53.0 32.9

Primaria o menos 5.9 15.2 50.4 28.5


Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 3.7 10.4 54.8 31.1
Preparatoria terminada o incompleta 1.9 8.6 52.3 37.1
Algo de universidad o más 2.1 5.8 46.2 45.8

Unión libre 3.8 10.3 56.9 28.9


Casada/o 3.6 11.2 51.3 33.9
Separada/o o divorciada/o 1.7 6.3 47.3 44.7
Soltera/o 3.1 6.1 45.8 45.0
Viuda/o 2.1 8.3 54.2 35.4
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
Cuadro 4
“Existen carreras u oficios que deben ser principalmente para hombres y otras para mujeres” (porcentajes)
Muy De En Muy
de acuerdo acuerdo desacuerdo en desacuerdo
Hombre 13.1 31.2 43.8 12.0
Mujer 10.1 28.3 43.7 17.8

<= 33 9.1 27.7 41.9 21.3


34-38 11.5 28.2 43.7 16.5
39-44 10.8 28.9 44.2 16.1
>= 45 10.2 30.9 44.3 14.6

Primaria o menos 18.4 33.0 33.0 15.6


Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 10.4 28.8 44.5 16.3
Preparatoria terminada o incompleta 8.4 29.1 45.2 17.4
Algo de universidad o más 7.8 25.7 47.8 18.7

Unión libre 10.3 26.9 47.2 15.6


Casada/o 10.8 29.5 43.0 16.7
Separada/o o divorciada/o 7.1 31.6 43.5 17.7
Soltera/o 15.3 24.4 41.2 19.1
Viuda/o 21.3 29.8 36.2 12.8
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 191

y otros para mujeres”. No obstante, nótese que un porcentaje nada despre-


ciable (39.5%) del conjunto de padres de ambos sexos declaró estar de
acuerdo con dicho reactivo, lo cual indica que aún hoy en día hay padres y
madres, con hijos en edad secundaria, que están de acuerdo con las diferen-
cias de género en este importante aspecto de la vida; siendo esta situación
más frecuente entre los padres varones, entre los y las mayores de 34 años
de edad, y entre los y las que tienen menos que educación secundaria.
El conjunto de los resultados arriba descritos denota en lo general una
orientación en favor de la igualdad de género entre la mayoría los padres y
las madres, que se observa claramente en dos de los tres enunciados consi-
derados. Ésta va de lo pragmático, reflejado en la importancia que le asignan
al trabajo en la vida de la mujer, hacia lo cultural, expresado en un nivel
intermedio de rechazo a las diferencias por sexo en las carreras profesiona-
les u oficios y pasa por una aparente fuerte convicción de que actualmente
ya existe igualdad entre los sexos. Esto último, sin embargo, no es compar-
tido con los padres y las madres más escolarizadas, quienes se muestran
menos crédulos al respecto.

Igualdad de género y roles familiares

Partiendo de los hallazgos anteriores, se consideró importante analizar cómo


se reflejan los relativamente altos niveles de acuerdo, arriba descritos, en
favor de la igualdad de género entre los padres y madres entrevistados, pero
en esta ocasión en aspectos más concretos relacionados con los roles y lide-
razgos familiares. Esto se refiere específicamente a: 1) la valoración del rol
materno en la vida de la mujer, 2) la división sexual del trabajo doméstico
y, 3) la posibilidad de compartir entre los sexos los liderazgos familiares
(instrumental versus expresivo); así como 4) la posibilidad de que los padres,
según su sexo, puedan elegir intercambiar dichos liderazgos. Para este pro-
pósito se recurrió a la medición de los niveles de apertura en favor de la
igualdad de género contenidos en las actitudes de los padres en cada caso,
mediante el cálculo de los cuatro índices respectivos. Nótese que el valor
máximo posible en cada índice es de 1.0, que indica una apertura altamente
entusiasta en favor de la igualdad de género, con excepción del índice refe-
rido al rol materno. En este último caso, debido a la construcción del índice,
el valor máximo posible de 1.0 significa exactamente lo contrario; o sea un
nivel mínimo de apertura a favor de la igualdad de género.

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192 OJEDA Y GONZÁLEZ RAMÍREZ

Comportamiento diferencial de las actitudes sobre la igualdad


de género en los roles y liderazgos familiares

Cada uno de los índices se analizan en su conjunto y considerando por se-


parado las características sociodemográficas de los padres de ambos sexos.
En general, de manera sistemática se observa un comportamiento diferencial
de los cuatro índices según algunas características, más que otras. El sexo
de los padres es al parecer especialmente importante ya que imprime claras
diferencias en los niveles de acuerdo y desacuerdo con la igualdad de géne-
ro en los roles y liderazgos familiares. Como puede verse en el Cuadro 5, de
los cuatro índices considerados destaca el valor más alto (0.80) que se le
otorga al índice de la valoración de la maternidad en la vida de la mujer. Esta
alta valoración es compartida tanto por los padres como por las madres,
aunque ellas exhiben un mayor apoyo por tener un índice poco más alto
(0.81) que ellos (0.76). Esta situación indica la prevalencia del gran valor
social asignado a la maternidad en la vida de las mujeres mexicanas entre
los padres y las madres con hijos en edades de educación secundaria.
Ahora bien, nótese que la interpretación del índice referido al rol ma-
terno es necesariamente diferente al de los otros tres índices. Al respecto
importa recordar que, en este caso, conforme el valor asignado al índice se
acerca a la unidad (1.0), se tienen niveles menos favorables a la igualdad de
género en las actitudes de los padres y las madres al respecto. De modo que,
contrario a lo que ocurre en los otros tres índices, un valor alto en el de rol
materno indica una postura más conservadora o tradicional respecto de la
igualdad de género y por lo mismo menos favorable a la misma en este as-
pecto de la vida familiar. Por lo cual, se tiene la circunstancia de que la alta

Cuadro 5
Índices de actitud en pro de la igualdad de género en los roles
y liderazgos familiares entre padres de familia
Sexo
Índice Total Padre Madre
Rol materno 0.80 0.76 0.81
Roles domésticos 0.76 0.75 0.77
Compartir liderazgos 0.68 0.65 0.69
Intercambiar liderazgos 0.69 0.72 0.68
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en
Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.

Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 34, núm. 1 (100), 2019, pp. 169-211
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ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 193

valoración que los padres de ambos sexos asignan a este rol entra en clara
contradicción con el apoyo que anteriormente manifestaron en favor de la
igualdad de género respecto del conjunto de reactivos analizados en el apar-
tado anterior de este mismo estudio; esto ocurre particularmente en lo que
se refiere al reactivo “actualmente ya existe igualdad entre hombres y muje-
res”, situación que deberemos retomar más adelante, después de analizar qué
sucede con los otros tres índices.
En interesante contraste con lo que sucede con el índice del rol materno,
en esta ocasión podemos observar en el mismo Cuadro 5 que el segundo
valor más alto asignado por los padres corresponde al índice en favor de la
igualdad en la división sexual del trabajo, aquí denominado índice de roles
domésticos, con un valor de 0.76. Asimismo, nótese que nuevamente las
madres asignan un valor poco más alto a este índice que los padres varones
(0.77 versus 0.75), lo que significa que el nivel de acuerdo y muy de acuer-
do a favor de distribuir las tareas domésticas entre los sexos es alto, pero en
especial entre ellas.
En la misma línea pro igualdad de género, pero con valores notablemen-
te más bajos y similares entre sí, les siguen los índices que se refieren, por
un lado, a la posibilidad de compartir los liderazgos familiares entre papá y
mamá con un valor de 0.68 y, por otro, el índice a favor de que él y ella
puedan elegir intercambiar los liderazgos con un valor de 0.69. También en
el Cuadro 5 podemos ver que, a pesar de la similitud de los valores otorgados
por parte del conjunto de padres a estos dos últimos índices, se presentan
interesantes diferencias entre los sexos. Las madres tienen un índice pro
igualdad de género poco más alto que los padres (.69 versus .65) en lo que
se refiere a la posibilidad de compartir los liderazgos familiares entre los
sexos; en tanto que los padres están un poco más a favor que las madres
acerca de la posibilidad de que los papás y las mamás puedan elegir inter-
cambiar los liderazgos, con valores de 0.72 y 0.68 respectivamente. Así, las
mamás al parecer están ligeramente más a favor que los papás de compartir
las responsabilidades de proveer económicamente al hogar (rol de proveedor
/ liderazgo instrumental) y el cuidado de los menores y enfermos (rol de
proveedor de cuidados / liderazgo expresivo); pero ellas están en menor
grado a favor que ellos acerca de que los papás y las mamás puedan elegir
el intercambio de dichos liderazgos, asignados socialmente de manera tra-
dicional según el sexo de las personas.

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El rol materno como valor supremo en la vida de la mujer

Como se describió anteriormente, es claro el valor más alto que asignan los
padres de ambos sexos, pero en especial las madres, al rol de la maternidad
como valor supremo en la vida de la mujer entre los cuatro diferentes tipos de
roles y liderazgos familiares aquí considerados. Partiendo de esta postura, sin
embargo, también es importante destacar el comportamiento diferencial del
índice al considerar otras características de los padres como son su edad y
nivel educativo. En el Cuadro 6 podemos ver que ambas variables presentan
una clara relación inversa respecto de los valores del índice. En todos los casos,
los valores del índice son altos, pero éstos son más altos conforme se trata de
padres de ambos sexos, más jóvenes y con menores niveles educativos.

Cuadro 6
Índices de actitud en pro de la igualdad de género en los roles
y liderazgos familiares entre padres de familia
Índice
Compartir Intercambiar
Característica Rol materno liderazgos Domésticos liderazgos
Edad (años)
≤ 33 0.83 0.71 0.78 0.66
34-38 0.81 0.69 0.77 0.69
39-44 0.79 0.67 0.77 0.69
≥ 45 0.77 0.66 0.76 0.7
Escolaridad
Primaria 0.85 0.65 0.68 0.63
Secundaria 0.82 0.67 0.76 0.66
Preparatoria 0.79 0.69 0.79 0.71
Universidad 0.71 0.71 0.81 0.77
Trabaja
Sí 0.8 0.69 0.77 0.7
No 0.79 0.67 0.75 0.68
Religión
Sí 0.8 0.67 0.76 0.69
No 0.79 0.7 0.79 0.71
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en
Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.

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Otras características por considerar son el tener o no afiliación religiosa,


el ser económicamente activo, la situación conyugal, la condición migrante
y el tiempo vivido en Tijuana entre los inmigrantes. En el mismo Cuadro 6
vemos que si bien estas variables imprimen diferencias en mayor o menor
medida en los valores que adquiere el índice del rol de la maternidad, com-
parativamente su peso es menos claro al anteriormente observado en las
variables edad y escolaridad de los padres y las madres.
Por su parte, los padres unidos consensualmente presentan valores más
altos en el índice del valor supremo de la maternidad en comparación con
los casados (0.85 versus 0.77), seguidos por los padres solteros y de manera
cercana por los que tienen una unión conyugal disuelta.
En lo que a la condición migratoria se refiere, en el Cuadro 7 podemos
ver que los inmigrantes nacionales presentan los niveles más altos en la
valoración del rol materno en la vida de la mujer y en especial entre los
provenientes de la Región Norte (0.83). En contraste, los valores menos
altos se dan entre los nativos de Baja California (0.78). Entre los inmigrantes
nacionales es interesante observar que son los provenientes de la Región
Centro quienes presentan los valores menos altos. Nuevamente este patrón
en lo general se acentúa más entre las madres que entre los padres.
Finalmente, los inmigrantes con menos de 16 años de residir en Tijuana
presentan valores más altos en el índice, por ser quienes asignan la valoración
más alta al rol de la maternidad.

División por sexo de los roles domésticos

Como fue señalado anteriormente, el segundo valor más alto entre los índi-
ces de actitud en favor de la igualdad de género se refiere a los roles domés-
ticos. Específicamente, los padres de ambos sexos y en especial las madres
consideran que el trabajo doméstico debe ser distribuido de manera más
equitativa entre ellas y ellos; esto es en lo que se refiere a las actividades de
limpieza del hogar, planchar, lavar, hacer carpintería, cuidar a los niños
pequeños y cuando estos últimos están enfermos. Con el propósito de ampliar
la comprensión del comportamiento diferencial del índice que mide este tipo
de tareas, a continuación se describen los hallazgos obtenidos acerca de la
importancia que tienen otras características sociodemográficas, además del
sexo. Específicamente, el nivel de escolaridad, la condición laboral, el tener
o no afiliación religiosa, la situación conyugal, la condición migratoria, el
lugar de nacimiento y el tiempo de residir en Tijuana.

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Cuadro 7
Índices de actitud en pro de la igualdad de género en los roles y liderazgos
familiares entre padres de familia
Índice
Rol Compartir Intercambiar
Característica materno liderazgos Domésticos liderazgos
Estado civil
Unión libre 0.85 0.69 0.67 0.67
Casada/o 0.77 0.68 0.77 0.69
Separado/a o divorciado/a 0.8 0.68 0.75 0.7
Soltera/o 0.83 0.7 0.77 0.71
Viuda/o 0.79 0.67 0.76 0.67
Nacimiento
Baja California 0.78 0.71 0.79 0.71
Otro Norte 0.83 0.65 0.74 0.69
Region Centro 0.79 0.67 0.76 0.68
Region Sur 0.8 0.66 0.72 0.65
Tiempo en Tijuana (años)
≤5 0.8 0.68 0.76 0.72
6-10 0.8 0.68 0.77 0.68
11-15 0.83 0.66 0.74 0.68
16 y más 0.79 0.69 0.77 0.69
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en
Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.

Los datos del Cuadro 6 indican una tenue relación inversa entre la edad
de los padres de ambos sexos y sus actitudes en pro de la igualdad de géne-
ro en los roles domésticos. Conforme se trata de personas más jóvenes se
observan valores ligeramente más altos en el índice. Por su parte, existe una
clara relación directa entre el mismo índice y el nivel educativo; o sea, con-
forme se tienen niveles educativos más altos, las actitudes son más favorables
a la igualdad de género en los roles domésticos.
Sobre las variables religión y actividad económica, tenemos que el
valor asignado a este índice de igualdad es ligeramente mayor entre los
padres sin afiliación religiosa. El trabajo remunerado, por su parte, también
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ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 197

parece imprimir diferencias respecto de las actitudes de los padres acerca


de la igualdad de género en los roles domésticos. Los padres que trabajan de
esta manera presentan valores ligeramente más altos en el índice que aque-
llos que no trabajan. En cambio, la situación conyugal de los padres en esta
ocasión parece no imprimir diferencias en sus actitudes respecto de la
igualdad de género en los roles domésticos. Nótese en el Cuadro 7 que los
valores del índice son muy parecidos en las distintas categorías de esta
variable.
Finalmente, respecto de la condición migratoria y el tiempo de residir
en Tijuana, es interesante observar en el mismo Cuadro 7 que nuevamente
son los nativos de Baja California quienes presentan índices más altos en pro
de la igualdad de género en los roles domésticos que los padres inmigrantes.
Y entre estos últimos, los nacidos en la Región Centro presentan los valores
más altos en el índice, en tanto que los nacidos en la Región Sur presentan
el valor más bajo.

Compartir los liderazgos familiares entre los sexos

Como se hizo notar anteriormente, los valores de los índices referidos a los
liderazgos familiares son claramente menores a los índices del rol materno
y de los roles domésticos, indicando con ello que los padres y las madres
tienen actitudes menos favorables hacia la igualdad de género en lo que se
refiere a la posibilidad de que compartan e intercambien los liderazgos fa-
miliares. Así, el índice de actitud en pro de compartir los liderazgos presen-
ta el valor más bajo con 0.68 (véase el Cuadro 5). Y al diferenciar a los padres
por sexo, vemos que los papás presentan índices más bajos que las mamás
al respecto, con valores de 0.65 y 0.69, respectivamente. Estos datos sugie-
ren la presencia de cierto conformismo hacia la tradicional división sexual
de los liderazgos tanto entre los padres como entre las madres, pero particu-
larmente entre los primeros. Esto es, acerca de la idea tradicional de que a
ellos les toca el liderazgo instrumental, o sea ser proveedores económicos,
y a ellas les toca el liderazgo expresivo, o sea ser proveedoras de cuidados
y afectos en el hogar familiar.
Ahora bien, los datos del Cuadro 6 indican una relación inversa entre la
edad de los papás y las mamás y su actitud a favor de compartir los lideraz-
gos entre los sexos, siendo los y las más jóvenes quienes están más a favor.
Y sobre la educación, podemos observar una clara relación directa entre esta
variable y el índice, al adquirir valores más altos conforme es mayor el nivel
educativo de los padres y las madres.
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Por su parte, los padres y las madres sin afiliación religiosa presentan
índices más altos en pro de compartir los liderazgos que aquellos que profe-
san alguna religión. Asimismo, la población de padres de ambos sexos que
declararon trabajar de manera remunerada presenta índices más altos en pro
de compartir liderazgos que los padres y las madres que no trabajan de esta
manera.
Finalmente, el estado civil no parece imprimir diferencias en este índi-
ce. Los padres y las madres solteras y los y las unidas consensualmente
presentan valores sólo ligeramente más altos que los y las casadas, así como
aquellos y aquellas que han experimentado una disolución conyugal. En
cambio, el lugar de nacimiento al parecer imprime diferencias un poco más
claras. Se observa una actitud más favorable hacia compartir los liderazgos
familiares entre los y las nativas de Baja California que entre los y las inmi-
grantes. Mientras que, entre estos últimos, son los y las nacidas en la Región
Centro quienes, al parecer, son más proclives a la idea de poder compartir
los liderazgos.

Intercambiar los liderazgos familiares entre los sexos

La actitud pro igualdad de género respecto a la posibilidad de intercambiar


los liderazgos familiares se mide en el denominado índice de intercambio de
liderazgos. Los resultados obtenidos al respecto indican que el conjunto de
padres de ambos sexos asigna a este índice un valor ligeramente más alto
(0.69) que el asignado al índice de compartir dichos liderazgos (0.68). Sin
embargo, llama la atención que al analizar el comportamiento diferencial del
índice de intercambio de liderazgos, según las características sociodemográ-
ficas, encontramos que éste es el único índice en el que los padres tienen
índices más elevados que las madres, con valores de 0.72 y 0.68 respectiva-
mente. De tal modo que son ellos quienes están más a favor de que ambos
padres, independientemente de su sexo, puedan elegir desempeñar el lide-
razgo instrumental o proveedor económico; o bien el liderazgo expresivo o
proveedor de cuidados y afectos (véase el Cuadro 5).
Respecto de las otras características, los datos del Cuadro 6 indican, por
un lado, la presencia de una relación inversa entre la edad y el índice de
intercambio de liderazgos. Interesantemente, conforme mayor es la edad que
tienen los padres y las madres, mayor es también el valor asignado al índice,
y por lo mismo mayor la aceptación de que los padres y las madres puedan
elegir el liderazgo opuesto al patrón tradicional. Por otro lado, también en
el Cuadro 6 se puede ver una clara relación directa entre la escolaridad y los
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ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 199

valores del índice, indicando que los padres y las madres más escolarizadas
son más abiertos al intercambio de liderazgos, lo cual no es sorprendente.
Por su parte, y al igual de lo que sucede con otros índices en pro de la
igualdad de género, son los padres y las madres sin afiliación religiosa quie-
nes están más a favor del intercambio de liderazgos entre los sexos que
aquellos que sí tienen una afiliación religiosa. La misma situación se presen-
ta en la variable del trabajo remunerado por ser el grupo de padres de ambos
sexos que trabajan de esta manera quienes están más a favor de la igualdad
de género mediante el intercambio de liderazgos familiares.
Finalmente, en el Cuadro 7 vemos que son los padres y las madres
solteras y con uniones conyugales disueltas, por divorcio o separación,
quienes asignan valores más altos a este índice. Respecto a la condición
migratoria, destaca el que los y las nativas de Baja California nuevamente
sean quienes estén más a favor de la igualdad de género mediante el inter-
cambio de liderazgos en comparación con los y las inmigrantes. Entre estos
últimos, son las y los nacidos en otros estados de la Región Norte, seguidos
muy de cerca por los y las nacidas en la Región Centro, quienes presentan
actitudes más favorables al intercambio de liderazgos.
En resumen, los resultados sugieren que la postura pro equidad de gé-
nero mediante el intercambio de liderazgos familiares se presenta más entre
los padres varones que entre las madres. Asimismo, las actitudes más favo-
rables en este mismo aspecto de los liderazgos familiares se dan entre los
padres de ambos sexos que son más jóvenes, más escolarizados, económi-
camente activos, sin afiliación religiosa, nativos de Baja California, y entre
los inmigrantes de la Región Norte del país, así como entre los que son
solteros o que alguna vez estuvieron unidos, pero no en una unión libre.
El conjunto de los hallazgos descritos en esta sección nos permite con-
cluir que existe un claro comportamiento diferencial de las actitudes de los
padres de ambos sexos respecto de la igualdad de género tanto en los roles
domésticos como en la posibilidad de compartir e intercambiar liderazgos
familiares entre los sexos. Y las características sociodemográficas que im-
primen mayores variaciones al respecto son, en orden de importancia, el
sexo, la escolaridad, la edad, el trabajo remunerado, la afiliación religiosa,
la condición de migrante y el estado civil de los padres y las madres.

Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 34, núm. 1 (100), 2019, pp. 169-211
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Determinantes sociales de la actitud


en favor de la igualdad de género en los roles
y liderazgos familiares

Los resultados antes presentados dan cuenta del comportamiento diferencial


de las actitudes de los padres y las madres acerca de la igualdad de género
en los roles y liderazgos familiares, según sus características sociales y de-
mográficas. Esto es importante, pero no es suficiente para el conocimiento
sobre el comportamiento de este aspecto de la vida familiar y su probable
influencia en el proceso de socialización de los menores de edad en los ho-
gares familiares de México. Con el interés de acercarnos un poco más en
este sentido, a continuación se presentan los resultados obtenidos en el
análisis estadístico basado en los modelos de regresión multivariada que se
realizaron para examinar la asociación que existe entre dichas características
y los cuatro índices considerados.
Los resultados obtenidos sobre el índice de equidad de género en el
rol de la maternidad como valoración suprema en la vida de la mujer
se presentan en el Cuadro 8. En éste podemos ver que las variables sexo,
estado civil, ocupación y afiliación religiosa no muestran diferencias
estadísticamente significativas en el modelo. En cambio, las variables
edad, educación y condición migratoria se muestran estadísticamente
significativas.
Concretamente, el ser un padre o una madre menor de 35 años de edad
se asocia a una actitud 53% más a favor de la valoración suprema de la
maternidad en la vida de la mujer, con respecto a la categoría de referencia
que es ser un padre o una madre de familia con 45 y más años de edad. Por
su parte, la escolaridad muestra diferencias estadísticamente significativas
en todas sus categorías, dado que los coeficientes indican que a menor grado
de escolaridad, mayor actitud en pro de la valoración de la maternidad. Así,
entre los padres o madres que cuentan con estudios de preparatoria, la actitud
se incrementa en 59% respecto de la categoría de referencia que es tener al
menos algo de estudios universitarios; en tanto que entre aquellos con sólo
educación secundaria se incrementa en 76.5%, y entre los que sólo tienen
“primaria o menos” la actitud a favor de la valoración de la maternidad se
incrementa más del doble. Esto implica que a mayor educación, menor es la
actitud en pro de la valoración de la maternidad como valor supremo en
la vida de la mujer. Finalmente, el ser padre o madre migrante se asocia con
una mayor actitud en favor de la valoración de la maternidad en un 22% más
de probabilidad con respecto de los padres y las madres nativos de Baja
California.
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Cuadro 8
Modelo de regresión logística para el Índice de Actitud en Pro del Rol de la Maternidad - VSM

Índice de Actitud en Pro del Rol Razón Intervalo de confianza del 95% para la razón de momios
de la Maternidad de momios Límite inferior Límite superior
Constante 0.065
Hombre 0.816 0.636 1.048
Mujer (ref.)
<= 34 1.530** 1.171 1.998
35-44 1.078 0.868 1.338
>= 45 (ref.)
Primaria o menos 2.222*** 1.647 2.997
Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 1.765*** 1.384 2.251
Preparatoria terminada o incompleta 1.595*** 1.228 2.072
Algo de universidad o más (ref.)
Unida/o 0.864 0.581 1.283
Alguna vez unida/o 0.881 0.570 1.361
Soltera/o (ref.)
No trabaja 0.855 0.696 1.050
Sí trabaja (ref.)
No religión 0.877 0.690 1.115
Sí religión (ref.)
No nativo 1.219* 1.014 1.467
Nativo (ref.)
* p< 0.05; ** p<0.01; *** p<0.001.
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
202 OJEDA Y GONZÁLEZ RAMÍREZ

De lo anterior podemos concluir que el ser una madre o un padre muy


joven, con poca escolaridad y migrante, se asocia con una actitud en favor
de la valoración suprema de la maternidad en la vida de la mujer, y por lo
mismo alejado de tener un sentido de igualdad de género en esta dimensión
de los roles familiares.
El Cuadro 9 presenta los resultados sobre la igualdad de género en los
roles domésticos. La información nos permite ver que las variables sexo,
edad, estado civil, ocupación y afiliación religiosa no mostraron ser estadís-
ticamente significativas en el modelo de actitud en favor de la equidad de
género en la división sexual del trabajo. En cambio, el índice parecer estar
asociado a variaciones en el nivel educativo de los padres y las madres, así
como la condición migratoria de los mismos, por ser variables que sí resul-
taron ser significativas estadísticamente en el modelo respectivo. En lo que
a la educación se refiere, esta variable nuevamente resulta ser estadística-
mente significativa en todas sus categorías de manera directamente propor-
cional, mostrando que a menor nivel de escolaridad, menor es también la
actitud en favor de la igualdad de género en los roles domésticos por parte
de los padres de ambos sexos. Asimismo, ser un padre o una madre migran-
te se asocia a una menor actitud en pro de la igualdad en los roles domésticos,
respecto de aquellos padres y madres que son nativos de Baja California.
Tales resultados nos permiten concluir que ser una madre o un padre
migrante y con poca escolaridad se asocia a una actitud menos favorable
hacia la igualdad de género en la división del trabajo doméstico entre los
sexos.
Con relación a los liderazgos familiares, se procedió a separar el análi-
sis estadístico de los dos índices acerca de la actitud de los padres respecto
de la igualdad de género en los liderazgos familiares (instrumental-proveedor
versus expresivo-cuidador). Primero se examina el que se refiere a la posi-
bilidad de compartir los liderazgos, y después el referido a la posibilidad de
intercambiar dichos liderazgos. Esto nos permitió observar interesantemen-
te que el compartir está asociado a más características de los padres que el
intercambiar los liderazgos familiares.
El Cuadro 10 presenta la información sobre el índice de actitud de los
padres a favor de la igualdad de género, mediante la posibilidad de compartir
los liderazgos familiares. Los datos nos permiten ver que sólo cuatro de las
siete características consideradas mostraron diferencias estadísticamente signi-
ficativas en el modelo. Éstas son el sexo de los padres, su edad, su nivel educa-
tivo y su condición migratoria. Sobre la variable sexo, observamos que los
papás tienen una probabilidad 67% menor de tener una actitud a favor de
compartir los liderazgos familiares, con respecto de las mamás. Respecto de la
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Cuadro 9
Modelo de regresión logística para el Índice de Actitud en Pro de la Igualdad de Género en los Roles Domésticos - RD
Razón Intervalo de confianza del 95% para la razón de momios
Índice de Actitud en pro del Rol Doméstico de momios Límite inferior Límite superior
Constante 5.626***
Hombre 0.894 0.680 1.175
Mujer (ref.)
<= 34 1.057 0.789 1.417
35-44 1.103 0.868 1.402
>= 45 (ref.)
Primaria o menos 0.306*** 0.220 0.426
Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 0.523*** 0.390 0.700
Preparatoria terminada o incompleta 0.624** 0.455 0.856
Algo de universidad o más (ref.)
Unida/o 0.950 0.603 1.496
Alguna vez unida/o 0.848 0.516 1.392
Soltera/o (ref.)
No trabaja 1.021 0.814 1.282
Sí trabaja (ref.)
No religión 1.236 0.941 1.623
Sí religión (ref.)
No nativo 0.774* 0.627 0.956
Nativo (ref.)
* p< 0.05; ** p<0.01; *** p<0.001.
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
Cuadro 10
Modelo de regresión logística para el Índice de Actitud en Pro de Compartir los Liderazgos Familiares entre los Sexos - CL
Índice de Actitud en Pro del Rol Razón Intervalo de confianza del 95% para la razón de momios
de Liderazgo Paternal de momios Límite inferior Límite superior
Constante 2.232***
Hombre 0.689** 0.538 .883
Mujer (ref.)
<= 34 1.525** 1.161 2.003
35-44 1.027 0.827 1.276
>= 45 (ref.)
Primaria o menos 0.611** 0.453 0.823
Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 0.721** 0.563 0.924
Preparatoria terminada o incompleta 0.854 0.653 1.116
Algo de universidad o más (ref.)
Unida/o 1.060 0.706 1.591
Alguna vez unida/o 1.049 0.671 1.640
Soltera/o (ref.)
No trabaja 0.854 0.694 1.050
Sí trabaja (ref.)
No religión 1.261 0.985 1.615
Sí religión (ref.)
No nativo 0.678*** 0.561 0.819
Nativo (ref.)
* p< 0.05; ** p<0.01; *** p<0.001.
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 205

variable edad, ser un padre o una madre menor de 35 años de edad es estadís-
ticamente significativo al incrementarse en 52.4% la actitud en favor de com-
partir los liderazgos, respecto de los padres y madres de 45 y más años de edad.
La variable educación se muestra estadísticamente significativa de ma-
nera inversa utilizando la categoría más alta de escolaridad (algo de estudios
universitarios o más). Los padres que tienen menos de este último nivel
educativo presentan una actitud menos favorable con la idea de compartir
los liderazgos familiares, respecto de aquellos que tienen dicho nivel. En
efecto, los papás y las mamás con estudios de primaria o menos son menos
probables de tener una actitud favorable (61.1%); mientras que los que al-
canzaron la secundaria presentan probabilidades menores de 72.1% respec-
to de quienes tienen algún grado universitario. Finalmente, la variable con-
dición migratoria es estadísticamente significativa. Ser una madre o un padre
migrante reduce la probabilidad de tener una actitud a favor de compartir los
liderazgos familiares, en prácticamente una tercera parte, para alcanzar 67.8%
respecto de los padres que son nativos de Baja California.
Por su parte, el índice de igualdad de género acerca de la actitud de los
padres en favor de intercambiar los liderazgos familiares entre los sexos se
asocia estadísticamente a sólo dos de las siete características sociodemográ-
ficas de los padres aquí consideradas. Éstas son la educación y tener alguna
afiliación religiosa. Al respecto, la información del Cuadro 11 nos deja ver
que la escolaridad es estadísticamente significativa en todas sus categorías,
mostrando que a menor nivel educativo, menor es también la actitud en favor
del intercambio de los liderazgos entre los sexos. Los padres que tienen
menos de algo de educación secundaria son tres veces menos propensos a
favorecer el intercambio de los liderazgos familiares respecto de aquellos
que cuentan con algo de estudios universitarios o más. Y aquellos que tienen
al menos algo de educación secundaria pero menos de preparatoria son dos
veces más probables de favorecer el intercambio de los liderazgos familiares,
respecto de los padres y las madres con al menos algo de educación univer-
sitaria. Por último, el no tener afiliación religiosa se asocia con una mayor
actitud en favor del intercambio de los liderazgos familiares entre los sexos.
Los resultados obtenidos sobre los dos índices referidos a los liderazgos
familiares, interesantemente nos permiten concluir que las madres, los padres
de ambos sexos menores de 35 años, las y los que tienen niveles de escolaridad
más altos, y las y los nativos de Baja California, son quienes presentan actitudes
más favorables hacia la posibilidad de compartir los liderazgos familiares entre
los sexos. Mientras que sólo los padres de ambos sexos que tienen niveles de
escolaridad más altos y quienes no tienen afiliación religiosa exhiben actitudes
más favorables hacia el intercambio de los liderazgos familiares entre los sexos.
Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 34, núm. 1 (100), 2019, pp. 169-211
doi: http://dx.doi.org/10.24201/edu.v34i1.1791
Cuadro 11
Modelo de regresión logística para el Índice de Actitud en Pro del Intercambio
de Liderazgos Familiares entre los Sexos - IL
Índice de Actitud en Pro del Rol Razón Intervalo de confianza del 95% para la razón de momios
de la Igualdad Autonomía de momios Límite inferior Límite superior
Constante 0.790
Hombre 1.246 0.962 1.614
Mujer (ref.)
<= 34 0.858 0.638 1.155
35-44 1.079 0.856 1.361
>= 45 (ref.)
Primaria o menos 0.295*** 0.211 0.413
Secundaria o su equivalente terminada o incompleta 0.419*** 0.325 0.539
Preparatoria terminada o incompleta 0.635*** 0.488 0.827
Algo de universidad o más (ref.)
Unida/o 0.867 0.565 1.328
Alguna vez unida/o 0.903 0.565 1.442
Soltera/o (ref.)
No trabaja 1.116 0.890 1.399
Sí trabaja (ref.)
No religión 1.542*** 1.198 1.985
Sí religión (ref.)
No nativo 0.943 0.773 1.151
Nativo (ref.)
* p< 0.05; ** p<0.01; *** p<0.001.
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta a Padres de Familia con Hijos en Escuelas Secundarias, Tijuana, B.C., 2015.
ACTITUDES DE PADRES MEXICANOS ACERCA DE LA IGUALDAD 207

Finalmente, el análisis estadístico de los cuatro índices considerados nos


indica que la única variable que de manera consistente marca diferencias
estadísticamente significativas en todos y cada uno de los índices es el nivel
educativo de las madres y los padres. Conforme mayor es el nivel educativo,
mayor es también el nivel de actitud favorable hacia la igualdad de género
en cada uno de los roles y liderazgos familiares aquí analizados entre los
padres y las madres que participaron en este estudio.

Conclusión

El conjunto de los hallazgos obtenidos acerca de las actitudes respecto de la


igualdad de género en los roles y los liderazgos familiares, entre los padres
encuestados, indica la presencia de un interesante y aparentemente contra-
dictorio escenario al respecto. Por un lado, con excepción de las y los padres
más escolarizados, la mayoría de las madres y los padres entrevistados están
convencidos de que ya existe igualdad entre los hombres y las mujeres.
Asimismo, en su mayoría están de acuerdo que es más importante para las
mujeres trabajar que tener un marido que las mantenga, y poco menos de la
mitad de ellos y ellas no están de acuerdo con la idea de que existan carreras
u oficios que deban ser principalmente para hombres y otras para mujeres.
En aparente contradicción con lo anterior coexisten, por un lado, acti-
tudes entre los padres y las madres que denotan una alta estima por el rol
materno como valor supremo en la vida de la mujer y, por otro, actitudes
medianamente favorables en pro de una mayor igualdad de género en lo que
se refiere a la división sexual del trabajo doméstico y de cuidados, especial-
mente entre las madres. Asimismo, se dan actitudes, especialmente entre los
padres, que son medianamente favorables en pro de la equidad de género
sobre la posibilidad de que los sexos compartan los liderazgos familiares
tradicionales (instrumental / proveedor económico versus expresivo / pro-
veedor de cuidados), contraviniendo así la tradicional separación por sexo
de tales liderazgos. También ellos y ellas tienen actitudes moderadamente a
favor de la posibilidad de intercambiar dichos liderazgos entre los sexos,
aunque interesantemente son los padres y no las madres quienes se muestran
más a favor del intercambio.
Finalmente, el análisis de regresión logística nos permitió apreciar que
la escolaridad es la única característica sociodemográfica de los padres y las
madres que mostró ser estadísticamente significativa en la determinación de
los niveles pro igualdad de género en los cuatro índices considerados. La
condición migratoria y el tener o no una afiliación religiosa son caracterís-
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ticas de los padres que también mostraron ser estadísticamente significativas


y por lo mismo influir sobre sus actitudes a favor o no de una mayor equidad
de género; aunque, a diferencia de la educación, el impacto de estas variables
no se da de manera sistemática en los cuatro índices.
En términos interpretativos, la aparente contradicción en las actitudes
de los padres de ambos sexos, por un lado, en pro de una alta valoración del
rol materno en la vida de las mujeres, y, por otro, de moderados niveles en
pro de la igualdad de género en los roles domésticos y un poco menor en los
liderazgos familiares, nos hace pensar que se trata de una población con una
cultura en favor de la equidad de género del tipo “igualitarista familiar”,
siguiendo la propuesta de Knight y Briton (2017); sociedad en la cual el
nivel educativo de los padres y las madres parece ser la única variable que
pudiera trastocar dicha cultura, haciéndola perder fuerza conforme tal nivel
aumenta.
En correspondencia con lo anterior, es posible pensar que este tipo de
cultura “igualitarista familiar” esté siendo transmitido de padres y madres a
hijos e hijas mediante el proceso de socialización en el ámbito de las unida-
des familiares de la población de padres tijuanenses hoy en día. Si bien es-
tamos conscientes que esto no puede ser generalizado al total de las familias
de Tijuana, consideramos que estos mismos resultados nos permiten plantear
a nivel de hipótesis la existencia de una cultura de equidad de género del tipo
“igualitarista familiar” en el México actual. Hipótesis que, por supuesto,
deberá ponerse a prueba entre la población total de padres y madres en los
hogares familiares de Tijuana, así como en otras partes del país y de México
en su conjunto. Queda abierta tal propuesta para el desarrollo de futuros
estudios sobre el tema.

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Acerca de los autores

Norma Ojeda de la Peña es doctora en Sociología por la University of Texas


at Austin; maestra en Demografía por El Colegio de México, A.C. y licen-
ciada en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es
profesora del Departamento de Sociología de San Diego State University e
investigadora asociada en el Departamento de Estudios de Población de El
Colegio de la Frontera Norte, sede Tijuana. Entre otros múltiples logros ha
recibido dos veces la distinción Fulbright - García Robles Fellowship (1995
y 2006). Sus líneas de investigación incluyen la sociología y la demografía
de la familia, la sociodemografía de la salud reproductiva de las mujeres, la
demografía del género y la dinámica demográfica de la región fronteriza
México- Estados Unidos.
Entre sus publicaciones más recientes se encuentran:
Ojeda, N. (2017). Práctica y percepciones acerca de la unión libre entre las
mexicanas jóvenes: un estudio de caso. Tla-melaua. Revista de Ciencias
Sociales, 42.
Pérez Amador, J. y Ojeda, N. (2016). Una nueva mirada a los factores pre-
Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 34, núm. 1 (100), 2019, pp. 169-211
doi: http://dx.doi.org/10.24201/edu.v34i1.1791
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dictivos de la disolución conyugal en México. En M. L. Coubes, P. So-


lís y M. E. Zavala (coords.), Generaciones, curso de vida y desigualdad
social en México (pp. 10- 42). El Colegio de México, A.C. / El Colegio
de la Frontera Norte.
Ojeda, N. (2016). Young women in Tijuana encounter growing cohabitation
rates. En M. Solís (ed.), Gender transition along borders: The northern
borderlands of Mexico and Morocco (pp. 87-99). Nueva York: Ashgate
Publishing.

Raúl Sergio González Ramírez es doctor en Sociología por The Universi-


ty of Texas at Austin, maestro en Demografía por El Colegio de México,
A.C. y licenciado en Estadística Social por la Facultad de Economía de la
Universidad Autónoma de Nuevo León. Actualmente es profesor investiga-
dor del Departamento de Estudios de Población de El Colegio de la Fronte-
ra Norte. Sus líneas de investigación incluyen estudios de los componentes
demográficos en la frontera entre México y Estados Unidos, salud y enveje-
cimiento poblacional, así como métodos estadísticos para el estudio de los
fenómenos sociales. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7380-5067
Entre sus publicaciones se encuentran:
Agudelo Botero, M., González Ramírez, R. S. y López Jaramillo, A. M.
(2015). Mortalidad evitable en los estados colindantes de la frontera
México-Estados Unidos, 1999-2001 y 2009-2011. Ciência & Saúde
Colectiva, 20(4), 1063-1073.
González Ramírez, R. S. (2007). Compromised birth outcomes among
Mexican population origin at the U.S.-Mexico border. Frontera Norte,
19(37), 59-82.
González Ramírez, R. S. y Gavilanes, M. C. (2011). Los adolescentes de
Tijuana, sus actitudes y percepciones hacia la anticoncepción. En N.
Ojeda de la Peña y M. E. Zavala de Cosío (coords.), Jóvenes fronterizos
/ Border youth: expectativas de vida familiar, educación y trabajo hacia
la adultez. Mexicali, BC: El Colegio de la Frontera Norte / Conacyt.

Fecha de recepción: 25 de agosto de 2017.


Fecha de aceptación: 23 de marzo de 2018.

Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 34, núm. 1 (100), 2019, pp. 169-211
doi: http://dx.doi.org/10.24201/edu.v34i1.1791

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