MENSAJE A LAS IGLESIAS Apocalisi

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MENSAJE A LAS IGLESIAS (caps.

2 & 3)

JUAN RECIBE LA REVELACIÓN


Juan estaba en la isla de Patmos cuando recibió la revelación de Jesús. Esta es
una pequeña isla en el Mediterráneo que servía como un tipo de prisión, o lugar de
exilio.
(Apoc. 1:9) Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y
en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa
de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.

Juan pudo entender lo que pasará en los últimos tiempos mejor que nadie, ya que
él pasó por situaciones similares—tribulación y persecucuíon, pero también
perseverancia y la gloria que viene de vivir según el Reino de Dios acá en la
Tierra.

Juan vivía en la "perseveracia en Jesús".


“Perseverancia” en griego es Hupomone, que significa: "resistencia firme y
conquistadora".
Es el tipo de paciencia que convierte las tribulaciones en victorias.

Juan explica que el Señor lo llevó en el espíritu a presenciar lo que habría de


acontecer en los últimos tiempos. Específicamente él fue llevado al DIA DEL
SEÑOR, ese día en que el Señor Jesús vendrá por segunda vez con todo su
poder y majestad.
(Apoc. 1:10-11) Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una
gran voz, como sonido de trompeta, (11) que decía: Escribe en un libro lo que ves,
y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia
y Laodicea.

MENSAJE A LAS IGLESIAS


Apocalipsis no es en realidad un “libro”, sino una CARTA. Es la carta que el Señor
envió a las iglesias a través de Juan su siervo.
(Apoc. 1:1) La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto; y la dio a conocer, enviándola por medio de
su ángel a su siervo Juan.

(Apoc. 1:4) Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y paz,
de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están
delante de su trono,

El mensaje va dirigido específicamente a ciertas iglesias. Se menciona las


ciudades en donde éstas se encontraban, las cuales están localizadas en Asia
Menor, hoy Turquía:
Efeso, Esmirna, Pergamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, Laodicea.

MENSAJE A LAS IGLESIAS

* Carta al Ángel
En los capítulos 2 y 3 encontramos siete cartas relacionadas con las siete iglesias
de Asia Menor, El mensaje está dirigido al ANGEL de cada iglesia. Se podría
decir que es para el “espíritu” de cada iglesia—el cual no sólo se manifestó en el
mundo antiguo sino que trasciende tiempo y lugar.
(Apocalipsis 2:1) Escribe al ángel de la iglesia en Efeso… (2:8) …en Esmirna…
(2:12) …en Pérgamo… (2:18) …en Tiatira… (3:1) …en Sardis… (3:7) …en
Filadelfia… (3:14) …en Laodicea…

¿Por qué el Señor escoge hablarle específicamente a las iglesias de esa región?
¿Por qué no envió el mensaje a las iglesias de Jerusalén o Roma? Hay muchas
interpretaciones al respecto. Lo que es cierto es que para poder entender el
mensaje, debemos saber algo acerca de sus destinatarios.

* Lugar estratégico
Asia Menor era un lugar estratégico. Era el punto de encuentro entre Este y Oeste.
Quien controlara esa región, tendría influencia sobre el resto del mundo. Era tan
importante esa región que Satanás también puso allí su sede, específicamente en
Pérgamo, donde estaba el “trono de Satanás”. [Nótese que el diablo sólo puede
estar en un lugar a la vez, a diferencia de Dios quien es Omnipresente].

* Para la Nueva Generación


El mensaje a las iglesiasfue escrito para los creyentes de la iglesia primitiva, pero
no para la primera sino para la segunda o tercera generación . Esas eran
generaciones que se acomodaron y perdieron el enfoque y la pasión por el Señor.

Había dos tipos de iglesias:


a. Las iglesias que eran perseguidas porque eran fuertes espiritualmente y
constituían una amenaza. No sólo era atacada por el mundo, sino también por la
gente religiosa. Curiosamente, estas iglesias eran las que se encontraban
geográficamente más cercanas a la sede de Satanás (en Pérgamo).

b. Las iglesias que se habían dejado corromper desde adentro—por inmoralidad,


o por tibieza. Geográficamente eran las que estaban más alejadas del “trono de
Satanás”. El diablo no tiene que meterse con ellos porque se destruyen ellos
solos.

El Señor no critica tanto a las iglesias perseguidas, sino que reserva su


amonestación para las iglesias que se han corrompido.

* Se repite la Historia
Hay muchas similitudes entre la cultura griega y romana de esa época y la del día
de hoy.

 Énfasis en el dinero. Procuraban enriquecerse rápido, a cualquier costo, para


poder disfrutar del retiro y la jubilación lo más pronto posible.

 Énfasis en el placer y el descanso. Compraban esclavos para que trabajaran


por ellos. También importaban gente de naciones conquistadas para realizar
trabajos manuales o como sus juguetes sexuales. Dos terceras partes de la
población de Grecia y Roma eran esclavos.

 Énfasis en el entretenimiento. Por su vida ociosa, tenían mucho tiempo libre, el


cual era llenado con entretenimiento de diversa índole: teatro, arte, educación,
deportes.

El estilo de vida de aquellos tiempos parece muy similar a la de hoy en día, con la
única excepción del televisor.

* Mensaje de Jesús
El autor de las cartas no es Juan, sino Jesús. El apóstol sólo sirve como escriba.

El Señor revela a cada iglesia una perspectiva de Él que les ayudará a salir
vencedores.
Mensaje a EFESO (Apoc. 2:1-7)
El mensaje a la iglesia de Efeso era el siguiente:
(Apocalipsis 2:1-7) Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: "El que tiene las siete
estrellas en su mano derecha, el que anda entre los siete candelabros de oro, dice
esto: (2) 'Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes
soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y
no lo son, y los has hallado mentirosos. (3) 'Tienes perseverancia, y has sufrido
por mi nombre y no has desmayado. (4) 'Pero tengo esto contra ti: que has dejado
tu primer amor. (5) 'Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz
las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su
lugar, si no te arrepientes. (6) 'Sin embargo tienes esto: que aborreces las obras
de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. (7) 'El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida,
que está en el paraíso de Dios.'"

HISTORIA

Efeso era la ciudad más importante de la provincia


romana de Asia Menor, en lo que hoy es Turquía. Allí convergía el Este y Oeste,
pasando por allí la principal ruta de comercio entre Asia, África y Europa. No sólo
era un punto de contacto comercial, sino también cultural. Por Efeso pasaba tanto
la ruta marítima como la territorial. Efeso no estaba en la costa, pero estaba
conectada con el mar por el río y un amplio canal.

Efeso se encontraba en la región antes conocida como Lidia, la cual era un área
muy próspera. El rey de Lidia fue quien inventó la primera moneda.

La riqueza material de Efeso dio paso a la riqueza cultural. Era una ciudad llena de
arte, ciencia y cultura, y contaba con una gran biblioteca. También era la sede de
los juegos iónicos, competencias deportivas al estilo de las olimpiadas. De
toda Asia Menor, ésta era la ciudad con mayor influencia de la cultura y
pensamiento griegos.

En Efeso se encontraba el Templo de Artemis, la diosa de la fertilidad [conocida


también como “Asera” para los babilonios y “Diana” para los romanos]. Este
templo era una de las siete maravillas del mundo antiguo. Sus ritos religiosos
incluían actos sexuales, lo cual propiciaba mucha inmoralidad. Tenían una gran
industria de ídolos de oro, plata y bronce con la imagen de la diosa, la cual se vio
amenazada por la enseñanza de Pablo en el lugar (Hechos 19:25).

La iglesia cristiana de Efeso llegó a ser la más importante de la región. Pablo pasó
mucho tiempo allí, más que en ningún otro lugar. De allí partieron misioneros para
abrir iglesias en otras ciudades. Timoteo se quedó como el obispo de Efeso, pero
murió como mártir, linchado por una multitud.

La iglesia de Efeso comenzó viendo muchas señales de poder y milagros de


conversión, incluyendo a hechiceros.

EN CONTRA
Lo único que el Señor tenía en contra de la iglesia de Efeso era que habían
perdido el PRIMER AMOR.
(Apoc. 2:4-5) Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor.

Pablo también habló del amor es su epístola a los efesios.


(Efe. 1:15-16) Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús
que hay entre vosotros, y de vuestro amor por todos los santos, no ceso de dar
gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones.

(Efe. 3:14-19) Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro
Señor Jesucristo, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra, que
os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por
su Espíritu en el hombre interior; de manera que Cristo more por la fe en vuestros
corazones; y que arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender
con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de
conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos
hasta la medida de toda la plenitud de Dios.

(Efe. 4:1-3) Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera
digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y
mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos
por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

(Efe. 4:15-16) sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los
aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo
(estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen),
conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento
del cuerpo para su propia edificación en amor.

(Efe. 5:1-2) Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor,
así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios, como fragante aroma.

El mensaje final de la carta también menciona el amor:


(Efe. 6:23-24) Paz sea a los hermanos, y amor con fe de Dios el Padre y del
Señor Jesucristo. La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor
Jesucristo con amor incorruptible.

RECOMENDACIÓN
La recomendación de Jesús a la iglesia de Efeso es que vuelvan a hacer lo que
hicieron al principio.
(Apoc. 2:5) Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las
obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar,
si no te arrepientes.

La iglesia de Efeso debe trabajar por recuperar su primer amor—tanto el amor por
Dios como por los hermanos. El amor es lo que da testimonio de Dios; es la luz en
medio de la oscuridad.

Si no lo hacen, el Señor dice que cuando venga “quitará su candelabro de su


lugar”.
El Señor no sólo “abre” iglesias, sino que también las “cierra”. Lo hace por el mal
testimonio que dan. Por eso hace la referencia al candelabro. Ya no dan luz, y
debe ser removido.

AL VENCEDOR
La recompensa al vencedor tiene que ver con el árbol de la vida...
(Apoc. 2:7) El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al
vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

El árbol de la vida está mencionado desde el principio de la Biblia (Génesis) hasta


el final (Apocalipsis). También en medio (Proverbios):
(Prov. 3:13) Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que
adquiere entendimiento;

(Prov. 3:17-18) Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz. Es
árbol de vida para los que de ella echan mano, y felices son los que la abrazan.

El árbol de la vida representa la sabiduría, la verdad de Dios. Es la Torá, la


Palabra de Dios. Si la obedecemos y la guardamos, saldremos vencedores.
(Apoc. 22:14) Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al
árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad.
Los creyentes de Efeso conocían la Palabra de Dios, pero no la vivían. Para salir
vencedores no sólo debemos ser oídores, sino hacedores de la Palabra.

Mensaje a ESMIRNA (Apoc. 2:8-11)


El mensaje a la iglesia de Esmirna es el siguiente:
(Apocalipsis 2:8-11) Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: "El primero y el
último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida, dice esto: (9) 'Yo conozco tu
tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser
judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás. (10) 'No temas lo que estás
por sufrir. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que
seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida. (11) 'El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda.'"

Esmirna era una ciudad muy antigua. Fue destruida en 627 a.C., en el tiempo
en que Babilonia se estaba levantando como potencia mundial. Permaneció en
ruinas hasta que los griegos llegaron y la reconstruyeron. En cierta forma, es una
ciudad que murió y resucitó. Para los habitantes de esa ciudad era significativo el
tema de la resurrección, y así se presentó Jesús a ellos (2:8).

Cuando los romanos conquistaron la región, los ciudadanos de Esmirna


inventaron la diosa “Roma” para congraciarse con los romanos y probarles su
lealtad. Años más tarde, ésta fue la primera ciudad a la que el senado romano le
dio autorización de construir un templo en honor al emperador (césar), quien en
ese tiempo era Tiberio.

Todos los ciudadanos de la ciudad estaban obligados a ofrecer incienso en el


templo, en honor al emperador. Quien no lo hiciera era considerado traidor; como
tal, era quemado en la hoguera o lanzado a las bestias salvajes. Muchos cristianos
murieron así en esa ciudad por negarse a adorar al

César.

En el año 168 d.C. mataron al obispo de Esmirna, Policarpio. Para entonces, él


tenía 86 años. Cuando fue descubierto, fue arrastrado por las calles para llevarlo
ante el procónsul romano. El líder romano tenía la intención de perdonarlo. Todo
lo que Policarpio tenía que hacer para evitar la muerte era lanzar un puñado de
incienso al altar del César. Pero él no aceptó, diciendo que no perdería su
recompensa celestial por ganarse unos días más de vida. Al final murió
quemado en la hoguera.

La iglesia de Esmirna no sólo sufrió gran persecución, sino que también


padecieron extrema pobreza. Aún así, el Señor los describe como “ricos”
(en sentido espiritual).

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN


Al oír acerca de la fuerte persecución que vivieron los creyentes, uno imaginaría
que la ciudad era oscura y triste, pero era todo lo opuesto. En realidad era una
ciudad muy bella, probablemente la más hermosa de la región. Estaba rodeada
de montañas por un lado y mar por el otro. Esmirna recibía el nombre de “la Perla
del Hageo”.

Pero las apariencias engañan… Esa ciudad hermosa tenía una seria
inconveniencia. En sus inicios, no fue bien diseñada ni construida. No contaba
con desagües; por lo tanto, cuando llovía, los desperdicios salían a flore a la
superficie, lo cual provocaba un terrible hedor en toda la ciudad.

"Esmirna" significa literalmente “mirra”, la cual es una sustancia obtenida de un


árbol cuya madera es nudosa pero aromática. Era usada como perfume, en
especial para cubrir a los muertos con el propósito de disfrazar la descomposición
de los cadáveres. Es un perfume que está asociado con la muerte. Su fragancia
se obtiene al machacarla.

Esto describe muy bien lo que era esta ciudad. Parecía hermosa en la superficie,
pero estaba muerta por dentro. Los creyentes de esta ciudad fueron “machacados”
con persecución, pero sacaron un agradable aroma al Señor.

TRIBULACIÓN
El Señor les advierte a los creyentes de Esmirna que pasarán por tribulación.

La palabra que se traduce como “tribulación”, en griego es Thlipsis, que lit.


significa presión. También angustia, carga, persecución, aflicción. Esta palabra
era usada por los romanos para describir un tipo de tortura, en el que ponían a la
víctima bajo pesadas rocas. Iban muriendo poco a poco hasta que se asfixiaban
por el peso.

Esta es la misma palabra que Jesús mencionó en su sermón referente a los


últimos tiempos en Mateo.
(Mateo 24:9-13) Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. Muchos tropezarán
entonces y caerán, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. Y se
levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán. Y debido al aumento
de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin,
ése será salvo.

¿Por qué Dios permite que pasemos por tribulación?


La razón es para purificarnos y perfeccionarnos.
(Romanos 5:3-5) Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia,
carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del
Espíritu Santo que nos fue dado.
(Sant. 1:2-4) Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la
paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin
que os falte nada.

(otras referencias: 2 Tes. 1:4-10; Rom. 8:35-39; Apoc. 7:13-17)

De todas las iglesias mencionadas en Apocalipsis, esta es la única ciudad que aun
permanece en pie. Las demás están en ruinas.

JUDÍOS QUE NO LO SON


En Esmirna había una comunidad judía grande, y la persecución que sufrieron los
creyentes provino en gran parte de ellos.

Jesús aclara que los que judíos que persiguieron a los creyentes no son
verdaderos “judíos” hijos de Abraham; más bien, los llama “sinagoga de Satanás”
(2:9). Esto mismo lo dijo a los fariseos en persona.
(Juan 8:37-47) Sé que sois descendientes de Abraham; y sin embargo, procuráis
matarme porque mi palabra no tiene cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto
con mi Padre; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de vuestro padre.
Ellos le contestaron, y le dijeron: Abraham es nuestro padre. Jesús les dijo*: Si
sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero ahora procuráis
matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Esto no lo hizo
Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Ellos le dijeron: Nosotros
no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios. Jesús les dijo: Si
Dios fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo salí de Dios y vine de El , pues
no he venido por mi propia iniciativa, sino que El me envió. ¿Por qué no entendéis
lo que digo? Porque no podéis oír mi palabra. Sois de vuestro padre el diablo y
queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida desde el principio, y
no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla
mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la
mentira. Pero porque yo digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me
prueba que tengo pecado? Y si digo verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El
que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis,
porque no sois de Dios.

Esta es una crítica similar a la que Juan el Bautista les hizo a los fariseos (Mat.
3:7-9).

Pablo Señaló que el judío verdadero no es por la carne, sino el que es de corazón,
es decir, el que obedece a Dios y cumple Su Palabra.
(Rom. 2:27-29) Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te
juzgará a ti, que aunque tienes la letra de la ley y eres circuncidado, eres
transgresor de la ley? Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la
circuncisión es la externa, en la carne; sino que es judío el que lo es
interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la
alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.

Curiosamente, las dos iglesias que fueron afligidas por la “sinagoga de Satanás”
(persecución religiosa) fueron las únicas dos que no recibieron palabras de crítica
por parte del Señor Jesús, es decir, Esmirna y Filadelfia (2:9 & 3:9).

NOMBRE DE JESÚS
El Señor se presenta ala iglesia de Esmirna como “el primero y el último, el que
estuvo muerto y ha vuelto a la vida”.

* PRIMERO Y ÚLTIMO. Cuando uno se encuentra en medio de persecución y


tribulación, es importante poder contar con algo que es firme e inamovible. Trae
seguridad saber que el Señor siempre ha estado allí, y siempre lo estará.

Otra razón por la que ellos deben conocer este nombre es para asegurarles que
Jesús es Dios. Jesús se identifica como YHVH, el que es, que era y que a de
venir. Si van a morir por sus creencias, deben saber en quién creen y en qué
creen.

La descripción “el Principio y el Fin” se menciona 7 veces en la Biblia:


Isaías 41:4; 44:6; 48:12 y Apoc. 1:8, 1:17-18; 2:8; 22:13.
(Isa. 44:6-7) Así dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los
ejércitos: "Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y
quién como yo? Que lo proclame y lo declare. Sí, que en orden lo relate ante mí,
desde que establecí la antigua nación. Que les anuncien las cosas venideras y lo
que va a acontecer.

(Isa. 48:10-12) He aquí, te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el


crisol de la aflicción. Por amor mío, por amor mío, lo haré, porque ¿cómo podría
ser profanado mi nombre? Mi gloria, pues, no la daré a otro. Óyeme, Jacob, Israel
a quien llamé: Yo soy, yo soy el primero y también soy el último.

(Apoc. 1:17-19) Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y El puso su mano
derecha sobre mí, diciendo: No temas, yo soy el primero y el último, y el que vive,
y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las
llaves de la muerte y del Hades. Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que
son, y las que han de suceder después de éstas.

* EL RESUCITADO. Jesús se identifica con esta iglesia, pues también a él


buscaban matarle. Pero aún cuando murió, luego Él resucitó. De igual forma
sucederá con los que creen en Su Nombre—aunque mueran, serán resucitados
en Su Venida. Al final se afirma este mensaje, cuando dice que el vencedor no
sufrirá la segunda muerte (2:11).
CORONA DE VIDA
La recompensa para quien sea fiel hasta la muerte es la “corona de la vida”. Esto
no se refiere a la salvación, sino a una recompensa relacionada con el Reino de
Dios.
(Sant. 1:12) Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una
vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido
a los que le aman.

Otras referencias a coronas: 2 Tim. 4:8; 1 Pedro 5:4; 1 Cor. 9:5; Apoc. 3:11; Apoc.
4:8.

Hay dos tipos de corona descritas en el Nuevo Testamento:


a. gr. Diadem—la corona de un gobernador.
b. gr. Stephanos—la corona del vencendor, que ganó la carrera en los juegos
deportivos.

La corona que se menciona en Santiago 1 es “Stephanos”, el vencedor en una


carrera.
Por el contrario, la corona de autoridad es dada solo a aquellos que lograron
resistir la tentación hasta el final (Apoc. 2:10; Apoc. 3.11).

HOY
La ciudad de Esmirna todavía existe el día de hoy. No sólo sobrevivió el tiempo,
sino que hoy es la tercera ciudad más grande de Turquía y el segundo puerto más
importante. Se le conoce como “la perla del Ageo”. Se le considera la ciudad más
occidentalizada de Turquía, en términos de sus valores, ideología y estilo de vida.
Mensaje a PERGAMO (Apoc. 2:12-17)
El mensaje a la iglesia de Pérgamo es el siguiente:
(Apocalipsis 2:12-17) Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: "El que tiene la
espada aguda de dos filos, dice esto: (13) 'Yo sé dónde moras: donde está el
trono de Satanás. Guardas fielmente mi nombre y no has negado mi fe, aun en los
días de Antipas, mi testigo, mi siervo fiel, que fue muerto entre vosotros, donde
mora Satanás. (14) 'Pero tengo unas pocas cosas contra ti, porque tienes ahí a los
que mantienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante
los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer actos de
inmoralidad. (15) 'Así tú también tienes algunos que de la misma manera
mantienen la doctrina de los nicolaítas. (16) 'Por tanto, arrepiéntete; si no, vendré
a ti pronto y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. (17) 'El que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido
y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el
cual nadie conoce sino aquel que lo recibe.'"

PÉRGAMO
Pérgamo significa literalmente “fortificado”. También de su nombre se deriva la
palabra “pergamino”, un tipo de papel fuerte que se usaba para escribir. No es
casualidad que Pérgamo haya tenido una gran biblioteca, famosa en su tiempo.

Pérgamo era una ciudad muy próspera y llena de cultura. La ciudad estaba
situada al pie de una montaña. En la cima de la montaña se encontraba una
acrópolis dedicada a varios dioses griegos: Zeus, Atenea, Dionisio y Esculapio,
además de la adoración del emperador romano. Allí también se establecieron los
magos que fueron expulsados de Babilonia.

El altar más grande era el dedicado a Zeus. El fuego de ese altar se mantenía
encendido todo el tiempo. Este altar pagano es lo que Apocalipsis describe como
el “trono de Satanás”. Podría decirse que Pérgamo era el centro de operaciones
del diablo. Era el lugar que él escogió para poner su sede, y desde allí operar.
[Nota: el diablo no puede estar en todos lados al mismo tiempo como Dios,
aunque sí tiene secuaces en todo el mundo.]

En la acrópolis de Pérgamo también se adoraba a “Esculapio”, padre del dios


griego de la medicina (Telesforo), el cual era representado como una serpiente.
De seguro no es casualidad que la sede del dios serpiente sea la misma que de la
“serpiente antigua”, Satanás (Apoc. 12:9).

AFIRMACIÓN
A los creyentes del lugar, el Señor los felicita por su fidelidad a pesar de la
persecución.
(Apocalipsis 2:13) 'Yo sé dónde moras: donde está el trono de Satanás. Guardas
fielmente mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo,
mi siervo fiel, que fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
Algunos creyentes de Pérgamo murieron por su fe. Entre ellos está Antipas, quien
la tradición señala como el obispo de la iglesia local.

El Señor describe a Antipas como su “testigo fiel”, en griego “pistos martus”. Esta
es la misma descripción que se da de Jesús en el capítulo uno (1:5). “Martus” se
traduce como “mártir”, pero literalmente significa “testigo, alguien que da
testimonio”.

Antipas dio fiel testimonio del Señor, a pesar que esto le costó su vida. Él habló la
verdad y vivió según la verdad de la Palabra, aunque no era popular en ese
ambiente. Fue fiel hasta la muerte.

La verdad es el tema central en el mensaje a la iglesia de Pérgamo.

ESPADA DE DOS FILOS


Jesús se presenta a esta iglesia como “el que tiene la espada aguda de dos filos”
(2:12).

¿Qué representa la espada de dos filos?


(Efesios 6:17) Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu
que es la palabra de Dios.

(Hebreos 4:12-13) Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de
las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las
intenciones del corazón. Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las
cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos
que dar cuenta.

La espada aguda es la Palabra de Dios.

El Señor usa la espada de Su Palabra para acabar con el engaño y la mentira.


También con ella acabará con la iniquidad al final de los tiempos.
(Apocalipsis 19:15) De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las
naciones, y las regirá con vara de hierro; y El pisa el lagar del vino del furor de la
ira de Dios Todopoderoso.

Pero antes de limpiar al mundo con la Verdad, Él viene a limpiar a Su Iglesia. La


iglesia de Pérgamo vive en engaño, y debe corregir eso…

EN CONTRA
Hay dos cosas que el Señor tiene en contra de esta iglesia:

a. Doctrina de Balaam
(Apocalipsis 2:14) Pero tengo unas pocas cosas contra ti, porque tienes ahí a los
que mantienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante
los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer actos de
inmoralidad.

¿Quién era Balaam, y cuál era su doctrina? Esta historia se encuentra en


Números 24 & 25. Balaam era un profeta que fue contratado por el rey Balac para
maldecir a los israelitas. Pero Dios no lo permitió.
La Biblia dice que no puede venir maldición sin causa (Prov. 26:2). La bendición
viene por obediencia, y la maldición por la desobediencia (Deu. 28). Balaam
conocía este principio, y lo aprovechó para su beneficio. A cambio de una
recompensa, aconsejó a Balac cómo traer maldición a los israelitas; su estrategia
fue provocar pecado entre los israelitas.
(2 Pedro 2:15) Abandonando el camino recto, se han extraviado, siguiendo el
camino de Balaam, el hijo de Beor, quien amó el pago de la iniquidad.

Esto fue precisamente lo que Balaam aconsejó a Balac, quien envió a mujeres
para seducir a los israelitas y hacerlos caer. Y así sucedió.
(Números 31:15-16) y les dijo Moisés: ¿Habéis dejado con vida a todas las
mujeres? He aquí, éstas fueron la causa de que los hijos de Israel, por el consejo
de Balaam, fueran infieles al SEÑOR en el asunto de Peor, por lo que hubo plaga
entre la congregación del SEÑOR.

b. Doctrina de los nicolaítas


(Apocalipsis 2:15) Así tú también tienes algunos que de la misma manera
mantienen la doctrina de los nicolaítas.

Poco se sabe hoy en día de los “nicolaítas”, pero se cree que eran los seguidores
de Nicolás.
Algunos escritos antiguos lo señalan como una secta gnóstica que enseñaba a
vivir en lo que ellos llamaban “libertad”, pero en realidad era “libertinaje”. No
ponían freno a los deseos de la carne. Malinterpretaron la gracia como una
licencia para pecar. Hoy en día se conoce como la “doctrina de la gracia”.

(Judas 1:3-4) Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de
nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a
contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a
los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales
desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que
convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único
Soberano y Señor, Jesucristo.

La iglesia de Pérgamo había permitido que ambas doctrinas se introdujeran en sus


filas. Ambos problemas están relacionados con un alejamiento de la verdad.
Permitieron así que el pecado comenzara a destruir la iglesia desde adentro.

La solución es volver a la Palabra de Dios, la cual es la verdad absoluta.


(Apocalipsis 2:16) Por tanto, arrepiéntete; si no, vendré a ti pronto y pelearé contra
ellos con la espada de mi boca.

AL VENCEDOR
Al vencedor de esta iglesia, el Señor promete dos cosas:
(Apocalipsis 2:17) 'El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al
vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado
en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe.'"

a. Maná escondido.
El maná era el pan del Cielo. La Palabra también se reconoce como nuestro Pan.

El vencedor, quien haya combatido las falsas doctrinas, recibirá revelación de los
secretos de Dios.
(Salmo 25:12-14) ¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR? El le instruirá en el
camino que debe escoger. En prosperidad habitará su alma, y su descendencia
poseerá la tierra. Los secretos del SEÑOR son para los que le temen, y El les dará
a conocer su pacto.

b. Piedrecita blanca.
En la antigüedad, las piedras preciosas eran otorgadas como premios o
reconocimientos por servicios a la comunidad o victorias militares. Los ciudadanos
que contaban con dichas piedras se les daban privilegios especiales.

Las piedras blancas con el nombre propio grabado servían como entradas para
eventos especiales, incluyendo juegos olímpicos o fiestas imperiales.

Probablemente la piedrecita blanca represente la entrada personal al “evento de


eventos”: las Bodas del Cordero.
(Apocalipsis 19:9) Y el ángel me dijo: Escribe: "Bienaventurados los que están
invitados a la cena de las bodas del Cordero." Y me dijo: Estas son palabras
verdaderas de Dios.

HOY
Lo que antes era Pérgamo se convirtió en la ciudad que hoy se conoce como
Bérgamo.

En cuanto al lugar alto en la montaña aledaña, sólo quedan ruinas. Del altar de
Zeus sólo quedan las bases, ya que el resto del altar fue transportado a Alemania,
piedra por piedra. Ahora se encuentra en el Museo de Pérgamo en Berlín.
lo que quedó del Altar de Zeus

el altar de Zeus (el "trono de Satanás),


actualmente en el Museo de Pérgamo en Berlin, Alemania
Mensaje a FILADELFIA (3:7-13) parte I

(Apocalipsis 3:7-13) Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: El Santo, el


Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y
nadie abre, dice esto: (8) Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una
puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has
guardado mi palabra y no has negado mi nombre. (9) He aquí, yo entregaré a
aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que
mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te
he amado. (10) Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también
te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el
mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra. (11) Vengo pronto;
retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona. (12) Al vencedor le haré
una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él
el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén,
que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo. (13) El que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

FILADELFIA
Esta era una ciudad de Asia Menor que aún existe en Turquía, bajo el nombre de
Alasehir. Fue fundada por el rey de Pérgamo, quien le dio el nombre a la ciudad
por el amor que le tenía a su hermano. “Filadelfia” literalmente significa: amor
fraternal.

Era una ciudad muy próspera por su comercio, el cual floreció por estar situada en
la principal ruta comercial de la región. Esta ciudad está localizada en un punto
estratégico, en la frontera entre imperios. Era la “puerta” que unía el Este y el
Oeste.

Filadelfia se encuentra en una región volcánica. En un sentido positivo, esto


ayudaba a que su tierra fuera muy fértil, especialmente para el cultivo de viñedos.
Sus vinos llegaron a ser muy reconocidos y apreciados. También cerca se
encontraban aguas termales, que eran visitadas por muchos personas debido a
sus propiedades medicinales. En un sentido negativo, la ciudad tuvo que se
evacuada en varias ocasiones por amenazas de erupción o temblores fuertes.
También está situada sobre una falla geológica, y en dos ocasiones fue destruida
por terremotos, aunque luego fue reedificada.

Filadelfia era conocida como la “pequeña Atenas” debido a sus numerosos


templos y festivales paganos. Los creyentes de la ciudad tenían que contender
contra la fuerte corriente pagana. También recibieron un fuerte rechazo por parte
de la colonia judía del lugar.

SIN REPRENSIÓN
Esta es la única iglesia que parece no recibir ningún llamado de atención por parte
del Señor. No era una iglesia perfecta (porque no existe tal), pero el Señor no la
reprendió. Ante las dificultades que enfrentaron, no perdieron la fe sino
permanecieron firmes.
(Apocalipsis 3:8) Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta
abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi
palabra y no has negado mi nombre.
NOMBRE DE JESÚS
En el caso de las otras iglesias de Apocalipsis, la descripción de Jesús se toma de
la visión que Juan tuvo en el primero capítulo. Pero la forma en que Jesús se
presenta a la iglesia de Filadelfia se sale del marco. El Señor se presenta de otra
forma:
(Apocalipsis 3:7) … El Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que
abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre…

a. El Santo
“Santo” literalmente significa “apartado”.
Es alguien que está apartado de todo lo demás, y dedicado a algo especial.

A lo largo de la Biblia, se describe a Dios como Santo. Él está apartado de todo, y


no hay nadie como Él.
(Isaías 40:25) ¿A quién, pues, me haréis semejante para que yo sea su igual?--
dice el Santo.

El libro bíblico donde más se usa la expresión “el Santo de Israel” es en Isaías.
Desde el principio de su ministerio, el profeta supo lo que significaba la santidad
de Dios, ya que tuvo una visión del Señor sentado en su trono.
(Isaías 6:1-5) En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre
un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. (2) Por encima de
El había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos
cubrían sus pies y con dos volaban. (3) Y el uno al otro daba voces, diciendo:
Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, llena está toda la tierra de su
gloria. (4) Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que
clamaba, y la casa se llenó de humo. (5) Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido
estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios
inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.

Isaías señala que el Santo de Israel es también el Redentor, quien sabemos que
es Jesús.
(Isaías 47:4) Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre, el Santo
de Israel.

(Isaías 41:13-14) Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te
dice: "No temas, yo te ayudaré." (14) No temas, gusano de Jacob, vosotros
hombres de Israel; yo te ayudaré--declara el SEÑOR-- y tu Redentor es el Santo
de Israel.

Al describirse Jesús como “el Santo” a la iglesia de Filadelfia, estaba diciendo que
Él era Dios.

Pedro reconoció a Jesús como el “Santo de Israel”. El sabía que no había nadie
como Él.
(Juan 6:68-69) Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna. (69) Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el
Santo de Dios.

También los espíritus lo reconocieron como tal.


(Marcos 1:23-26) Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un
espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, (24) diciendo: ¿Qué tenemos que ver
contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo
de Dios. (25) Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! (26) Entonces el
espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.

b. El Verdadero
Las apariencias engañan, y por eso muchas personas se hacen pasar por alguien
que no son. Esto incluye el Mesías. La Biblia advierte que habrán muchos falsos
mesías. También hay gente que se hace pasar por cristiana, y no lo son.

Pero Jesús nos aclara que Él es el genuino, el auténtico y el real. El es el


verdadero Mesías; Él es Dios. El apóstol Juan lo explica de la siguiente manera:
(1 Juan 5:20) Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos
en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la
vida eterna.

c. La Llave de David

Una llave representa acceso, control, posesión y autoridad. Quien posee la llave
es el dueño del lugar, pero también puede ser delegada a alguien de confianza.
Esta persona tendrá acceso a lugares que están cerrados a otros. No sólo eso,
sino también puede abrir o cerrar puertas a los demás. Quien tiene la llave tiene la
autoridad.

La referencia a la “llave de David” aparece por primera vez en Isaías.


(Isaías 22:22) Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro;
cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá.

La “Casa de David” es el linaje real, la familia gobernante en Israel. La “llave de


David” es el acceso al palacio real. Esta la llevaba el mayordomo del palacio, la
persona de mayor confianza del rey. Él es quien tiene la autoridad de abrir y cerrar
las puertas. El decide quien entra o no al palacio.

Al presentarse Jesús como “el que tiene la llave de David” (Apoc. 3:7), él se revela
como el Mesías. Él tiene acceso al trono y la autoridad del reino.

Jesús viene del linaje de David, y es el hijo heredero del trono. La profecía de su
nacimiento dice:
(Lucas 1:31-33) Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús. (32) Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; (33) y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

También Isaías profetizó al respecto.


(Isaías 9:6-7) Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la
soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable
Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. (7) El aumento de su
soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para
afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre.
El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.

En su primera venida, Jesús vino como el Mesías Sufriente, el cordero de Dios


que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Pero en su segunda venida, Él se
presentará como el Mesías Rey, quien vendrá a gobernar sobre toda la tierra para
siempre.

Luego que Pedro reconociera a Jesús como el Mesías, el Señor le dijo:


(Mateo 16:16-19) Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo [Mesías], el
Hijo del Dios viviente. (17) Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre
que está en los cielos. (18) Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta
roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. (19)
Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en
los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos.

La roca es el reconocimiento de que Jesús es el Mesías. Sobre esta roca, esta


confesión, está edificada la iglesia del Señor. Esta roca también es la llave que
cierra la puerta del Hades (el infierno). Al confesar a Jesús como nuestro Señor y
Salvador le cerramos la puerta a la muerte eterna.

Esto hace referencia a otras llaves que el Señor tiene en sus manos, las cuales se
mencionan también en Apocalipsis.
(Apocalipsis 1:18) y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los
siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

PUERTA ABIERTA
Jesús tiene las llaves, por lo tanto Él tiene la autoridad y el poder de abrir y cerrar
puertas. En el caso de la iglesia de Filadelfia, el Señor les dijo que Él abría una
puerta para ellos.
(Apocalipsis 3:8) Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta
abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi
palabra y no has negado mi nombre.

Los creyentes de Filadelfia habían sido obedientes y fieles al Señor; sin embargo
no contaban con mucho poder…pero Jesús sí. Por eso Él, quien tiene la llave, se
ofrece a abrir la puerta de oportunidad.

La puerta abierta no es un derecho sino un regalo, una oportunidad. Pero cuando


el Señor la abre, nadie ni nada la podrá cerrar.

Mensaje a FILADELFIA (Parte II)


CREYENTES JUDÍOS
Algunos creyentes en Filadelfia eran judíos. Ellos creyeron que Jesús era su
Mesías. Pero por no todos los judíos del lugar creyeron. Los que no creyeron
rechazaron a los que creyeron, al punto que no los dejaron entrar más a la
sinagoga de la ciudad.

Pero, como dice el refrán, “donde se cierra una puerta, se abre otra”. A los judíos
creyentes se le cerró la puerta de la sinagoga, pero Jesús les dijo que Él ponía
“una puerta abierta que nadie podría cerrar” (3:8).

Los judíos de la sinagoga acusaban a sus hermanos creyentes de “no ser judíos”.
En su mente no era compatible “ser judío” con “creer en Jesús”, tal como sucede
hoy en día con el judaísmo rabínico.

Pero Jesús consoló a los judíos mesiánicos de Filadelfia diciéndoles que ellos
eran verdaderos judíos. Quienes eran falsos judíos eran los otros.
(Apocalipsis 3:9) He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que
se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y
se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado.

Pablo explicó que los verdaderos judíos son los de corazón.


(Romanos 2:28-29) Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la
circuncisión es la externa, en la carne; (29) sino que es judío el que lo es
interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la
alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.

(Filipenses 3:3) porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos


en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza
en la carne…

Este pensamiento no es particular del Nuevo Testamento, sino de toda la Biblia. El


Antiguo Testamento también habla el mismo mensaje.
(Deuteronomio 10:15-16) Sin embargo, el SEÑOR se agradó de tus padres, los
amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a vosotros, de entre
todos los pueblos, como se ve hoy. (16) Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no
endurezcáis más vuestra cerviz.

(Deuteronomio 30:4-6) Si tus desterrados están en los confines de la tierra, de allí


el SEÑOR tu Dios te recogerá y de allí te hará volver. (5) Y el SEÑOR tu Dios te
llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la poseerás; y El te prosperará y
te multiplicará más que a tus padres. (6) Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará
tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios
con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.

(Jeremías 4:3-4) Porque así dice el SEÑOR a los hombres de Judá y de


Jerusalén: Romped el barbecho, y no sembréis entre espinos. (4) Circuncidaos
para el SEÑOR, y quitad los prepucios de vuestros corazones, hombres de Judá y
habitantes de Jerusalén, no sea que mi furor salga como fuego y arda y no haya
quien lo apague, a causa de la maldad de vuestras obras.

El problema con el judaísmo rabínico es que sigue a sus rabinos y las tradiciones
de los hombres, no a la Palabra de Dios. Esto fue lo que Jesús tanto criticó de los
fariseos.
(Marcos 7:5-9) Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué tus
discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen con
manos inmundas? (6) Y El les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas,
como está escrito: "Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está
muy lejos de Mí. (7) Mas en vanos me rinden culto, enseñando como doctrinas
preceptos de hombres. (8) Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la
tradición de los hombres. (9) También les decía: Astutamente violáis el
mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

(Juan 5:46-47) Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí


escribió él. (47) Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras?

Los fariseos les cerraron la puerta de la sinagoga a los creyentes mesiánicos en


Filadelfia. Fueron excomulgados. Ellos ya no pudieron entrar más a la sinagoga de
la ciudad. Sin embargo, Jesús les abrió otra puerta, la del Reino de Dios. El Señor
es quien tiene la llave del Reino, no los religiosos.

Las religiones creen poseer “la verdad”. Creen tener la llave de la salvación. Pero
la realidad es que sólo el Señor tiene la llave de la vida eterna y la llave del Reino.
Él es quien abre, y nadie puede cerrar, y quien cierra y nadie puede abrir.

Jesús dijo:
(Juan 10:9) Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá
y hallará pasto.

Aunque los religiosos nos rechacen y nos cierran las puertas de sus iglesias, la
puerta que nos interesa cruzar es la del Reino de Dios. La llave la tiene Jesús, y
con él es quien debemos quedar bien, no con los hombres.
PREPARADOS PARA LA PRUEBA
La persecución que sufrieron los creyentes de Filadelfia les sirvió como
preparación para las pruebas que vendrían después.

De la misma forma, cuando nosotros seamos perseguidos, apreciémoslo como


una oportunidad para desarrollar carácter y probar lo que verdaderamente
creemos. La persecución prueba dónde está nuestro corazón. Prueba a quién
somos leales—si a Dios o a los hombres.

El Señor dijo lo siguiente a la iglesia de Filadelfia, y también a nosotros hoy:


(Apocalipsis 3:10) Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre
todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.

La prueba viene para “probarnos”—valga la redundancia. No es tanto para


probarle a Dios que somos fieles, porque Él ya lo sabe, sino más para que
nosotros mismos nos demos cuenta de dónde está nuestro corazón.

LA HORA DE LA PRUEBA
La Biblia habla de un tiempo de prueba que vendrá sobre toda la Tierra. Esta
“hora de prueba” también se conoce como el período de “la gran Tribulación”
(Apoc. 6 al 19).

Muchos tiemblan ante la mención de tribulación. Pero en lugar de dejarnos


atemorizar, debemos entender que el propósito de las pruebas no es destruirnos,
sino todo lo contrario; la meta es limpiarnos y prepararnos.
(Malaquías 3:2-3) ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá
mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y
como jabón de lavanderos. (3) Y El se sentará como fundidor y purificador de
plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y
serán los que presenten ofrendas en justicia al SEÑOR.

¿Por qué debemos limpiarnos? ¿Cuál es la urgencia? Porque el Señor ya viene.

La Novia del Señor debe purificarse y prepararse para la venida del Novio.
Mientras más cerca esté Su Venida, más urgente será nuestra limpieza. Por esa
razón, mientras más cerca esté el día, el fuego de las pruebas comenzará a subir
de intensidad.

También el profeta Isaías escribió:


(Isaías 1:25-28) También volveré mi mano contra ti, te limpiaré de tu escoria como
con lejía, y quitaré toda tu impureza. (26) Entonces restauraré tus jueces como al
principio, y tus consejeros como al comienzo; después de lo cual serás llamada
ciudad de justicia, ciudad fiel. (27) Sion será redimida con juicio, y sus
arrepentidos con justicia. (28) Pero los transgresores y los pecadores serán
aplastados a una, y los que abandonan al SEÑOR perecerán.

Hay dos formas de purificarnos. Una es someternos a esta disciplina


voluntariamente, es decir, limpiarnos “por las buenas”, siendo fieles y
perseverantes. Quien tiene la disciplina no necesita ser disciplinado.

La otra forma es esperar a que venga sobre nosotros la hora de la prueba, lo cual
hará el proceso más difícil. Pero aun esto es bueno.
(Santiago 1:2-4) Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en
diversas pruebas, (3) sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, (4)
y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y
completos, sin que os falte nada.

La palabra para “paciencia” es la misma en griego que se traduce como


“perseverancia” en la carta a Filadelfia.

El Señor elogió a la iglesia de Filadelfia por ser perseverante, tanto en las buenas
como en las malas.
(Apocalipsis 3:10) Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre
todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.

¿Qué espera Dios de nosotros? Perseverancia.


La palabra en griego es Jupomoné, que literalmente significa “tener resistencia o
aguante con una actitud alegre o esperanzada”. También significa constancia y
paciencia.

¿Qué significa: “guardar la palabra de la perseverancia”? Es mucho más que ser


paciente. Es resistir y aguantar con una buena actitud y con esperanza. Significa
seguir haciendo lo bueno, lo que dice la Biblia [“palabra” gr. Logos], a pesar de las
circunstancias negativas, aun cuando los malos parezcan estar ganando, y aun
bajo amenaza de muerte.

(Romanos 5:3-5) Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia [gr. Jupomoné]; (4) y la
paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; (5) y la esperanza
no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.

(Romanos 15:4) Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra
enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia [gr. Jupomoné] y del
consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.

Esto es lo que sucederá en los últimos tiempos. El mal parecerá estar ganando.
Pero nosotros debemos permanecer firmes y seguir practicando el bien, aun a
costa de la propia vida.
(Lucas 21:16-19) Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y
amigos; y matarán a algunos de vosotros, (17) y seréis odiados de todos por
causa de mi nombre. (18) Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
(19) Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas.

La perseverancia es la virtud que ayudará a los creyentes a no dejarse marcar con


el sello de la Bestia.
(Apocalipsis 14:12) Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

[Otras referencias sobre la perseverancia: Rom. 2:7; 8:25; 2 Cor. 1:6; Col. 1:9-11;
2 Tes. 1:4-5; Heb. 10:36; Sant. 1:3-4; Apoc. 14:12]

Más que librarnos “de la prueba”, Jesús promete librarnos “en la hora de la
prueba”. En la oración que Jesús hizo por sus seguidores antes de morir vemos lo
que está en Su corazón.
(Juan 17:15) No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del
maligno.

RECOMPENSAS
Lo que no debemos olvidar en medio de la tribulación y las pruebas es que la
perseverancia tiene su recompensa.
(Hebreos 10:35-36) Por tanto, no desechéis vuestra confianza, la cual tiene gran
recompensa. (36) Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis
hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

En el momento de la tribulación es cuando más tentación tendremos para darnos


por vencido. Pero es precisamente en esos momentos cuando debemos asirnos
con más firmeza a Dios y a Su verdad.
(2 Juan 1:8) Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que
recibáis abundante recompensa.

Cuando se intensifique la tribulación sabremos que Él está cerca, ya sea para


salvarnos, para subirnos de nivel o porque viene ya a la Tierra.

UNA CORONA

Una de estas recompensas que Jesús ofrece es una “corona”.


(Apocalipsis 3:11) Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu
corona.
Santiago nos habla de esta corona.
(Santiago 1:12) Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque
una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha
prometido a los que le aman.

También Pablo habla acerca de la corona que le será dada al que persevere.
(2 Timoteo 4:7-8) He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he
guardado la fe. (8) En el futuro me está reservada la corona de justicia que el
Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a
todos los que aman su venida.

La corona que Dios nos ofrece es mejor que cualquier recompensa terrenal.
(1 Corintios 9:25) Y todo el que compite en los juegos se abstiene de todo. Ellos
lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

AL VENCEDOR
Además de la corona, el Señor promete las siguientes recompensas a aquellos
que salgan vencedores de las pruebas en la iglesia de Filadelfia:
(Apocalipsis 3:12) Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de
la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi
nombre nuevo.

a. Columna en el Templo
Todos los creyentes somos llamados a ser piedras vivas que conforman el Templo
espiritual.
(Efesios 2:20-22) edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, (21) en quien todo el edificio, bien
ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, (22) en quien
también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Sin embargo, a los vencedores se les dará un lugar especial en el Templo


espiritual, como columnas,

Las columnas son las que dan estabilidad a un edificio. Sin ellas, la estructura
estaría en riesgo ante cualquier viento, lluvia o temblor.

Ser columna espiritual implica tener una posición de autoridad, tal como la tenían
los apóstoles (Gal. 2:9). No sólo se trata del “derecho” de ser autoridad, sino sobre
todo la responsabilidad de sostener a muchos, a través de la enseñanza de
rectitud y con el ejemplo de una vida recta.

b. El Nombre de Dios
Otra recompensa a los vencedores es llevar el Nombre de Dios, del Cordero y de
la Ciudad de Dios.
(Apocalipsis 3:12) …escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la
ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi
nombre nuevo.

Cuando una persona llevaba sellado en su mano o frente el nombre de alguien,


esto quería decir que uno le pertenecía a dicha persona. Es un sello de propiedad
y de pertenencia. Los que llevan el Nombre de Dios escrito es porque le
pertenecen a Él por completo. Además, llevarán escrito el nuevo nombre de
Jesús, el cual será revelado al final de los tiempos.

En el último capítulo de Cantares vemos cómo el Novio le pide a la Novia que selle
Su Nombre en su brazo y en su corazón, como señal de compromiso y amor
eterno.
(Cantares 8:6) Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo,
porque fuerte como la muerte es el amor, inexorables como el Seol, los celos; sus
destellos, destellos de fuego, la llama misma del SEÑOR.

Esto es lo que el Señor nos pide también a nosotros. Pero esto implica un
compromiso serio, de una entrega total.

Entre los que serán sellados con el Nombre de Dios se encontrarán los 144,000
Redimidos.
(Apocalipsis 14:1) Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte
Sion, y con El ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de El y el nombre
de su Padre escrito en la frente.

Estos serán protegidos de las copas de ira al final de los tiempos.


(Apocalipsis 7:1-4) Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro
extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no
soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. (2) Y
vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo; y
gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño
a la tierra y al mar, (3) diciendo: No hagáis daño, ni a la tierra ni al mar ni a los
árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro
Dios. (4) Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.

En contraste, están aquellos que se dejarán sellar con la marca de la bestia, es


decir, el Anticristo (Apoc. 14:9-12).

c. El nombre de la Ciudad de Dios


Los vencedores también serán sellados con el Nombre de la Ciudad de Dios, la
cual es Jerusalén. Este sello funcionará como el documento de identificación del
Reino de Dios, o como el pasaporte que dará entrada libre a la Nueva Jerusalén.
(Apocalipsis 21:23-27) La ciudad no tiene necesidad de sol ni de
luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su
lumbrera. (24) Y las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán a
ella su gloria. (25) Sus puertas nunca se cerrarán de día (pues allí no habrá
noche); (26) y traerán a ella la gloria y el honor de las naciones; (27) y jamás
entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo
aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.

El Nombre de Jerusalén estará escrito en sus frentes, y a la vez sus nombres


estarán escritos en el Registro de ciudadanos del Reino de Dios.

El profeta Isaías hace mención de los que son llamados por el nombre de la
Ciudad de Dios.
(Isaías 60:14) Vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, se
postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban, y te llamarán
Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel.

Esto es lo mismo que Jesús les dijo al principio a los creyentes de Filadelfia:
(Apocalipsis 3:9b) …he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan
que yo te he amado.
Mensaje a TIATIRA (2:18-29) parte II
PELIGRO INTERNO
La mayor amenaza a la iglesia de Tiatira no venía de afuera, sino de adentro. A
diferencia de otras iglesias que eran perseguidas por el estado, los paganos o los
religiosos, el peligro de destrucción provenía del interior, de una descomposición
interna.

Hoy:
La iglesia moderna, en los países libres, también sufre de la misma amenaza.
Corre el riesgo de destruirse desde adentro por la falta de enseñanza bíblica, por
doctrinas falsas y por liderazgo permisivo que no se opone al pecado de los
miembros de sus congregaciones.

Este peligro fue el que Pablo señaló también de la iglesia de Corinto. Habían
permitido que el pecado infiltrara la iglesia, y no habían hecho nada al respecto.
(1 Corintios 5:1-2) En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una
inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que
alguno tiene la mujer de su padre. (2) Y os habéis vuelto arrogantes en lugar de
haberos entristecido, para que el que de entre vosotros ha cometido esta acción
fuera expulsado de en medio de vosotros.

Como Pablo explica: “la levadura contamina toda la masa”. Debe sacarse el mal
que haya en la “masa”, en la iglesia.

¿Qué se debe hacer, entonces? Lo primero es llamar la atención al pecador, para


que pueda arrepentirse. Pero si no lo hace, no se puede permitir que siga así en
medio de la congregación.

Los creyentes no deben cuidarse del pecado “fuera”, sino del pecado “dentro” de
la iglesia. Ese es el más peligroso, y el que contamina.
(1 Corintios 5:9-13) En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de
personas inmorales; (10) no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los
avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del
mundo. (11) Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de
ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o
difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis. (12) Pues ¿por
qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro
de la iglesia ? (13) Pero Dios juzga a los que están fuera. Expulsad de entre
vosotros al malvado.

La mayor amenaza de la iglesia moderna es la falta de enseñanza pura de la


Biblia (a diferencia de doctrinas humanas) y la falta de la práctica de una vida
cristiana, basada en principios bíblicos. Mucha gente se llaman “cristianos”, pero
no se comportan como tales. En favor de la “tolerancia y la unidad”, hoy en día se
ha sacrificado la verdad y la santidad.

No caigamos en el mismo error de la iglesia de Tiatira. Escuchemos el mensaje


del Señor a las iglesias, y tengamos oídos para oír, y ojos para ver, para que así
salgamos vencedores.

VISIÓN DE JESÚS
La forma en que el Señor se presenta a esta iglesia es de la siguiente manera:
(Apocalipsis 2:18) …El Hijo de Dios, que tiene ojos como llama de fuego, y cuyos
pies son semejantes al bronce bruñido…

a. Hijo de Dios
Por lo general, en Apocalipsis a Jesús se le llama “hijo de hombre”, pero ésta es la
única referencia como “Hijo de Dios” en este libro. Esta mención resalta la deidad
de Jesús. Él es “Hijo de Dios”.

Los ciudadanos de Tiatira entendían bien este mensaje, pues era un concepto que
manejaban a diario. Una de las principales deidades locales era Apolos, y también
adoraban al César de Roma. A ambos se les llamaba “hijos de dios”, en referencia
al dios Zeus.

Jesús se les presentó, no como el hijo de un dios, sino del Dios Todopoderoso y
Soberano, creador del Cielo y la Tierra.

b. Ojos como llama de fuego


Los ojos “como llama de fuego” nos hablan del poder penetrante de la vista del
Señor.

Lo que antes se consideraba como una “llama de fuego”, hoy podríamos llamarlo
“láser”. La luz del láser penetra con facilidad cualquier superficie. Los ojos del
Señor no sólo ven lo que está en la superficie, sino hasta lo más profundo del
alma. El no sólo ve nuestros actos, sino conoce las intenciones del corazón.
(Apocalipsis 2:23) …y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña las
mentes y los corazones, y os daré a cada uno según vuestras obras.

(Efesios 5:13) Pero todas las cosas se hacen visibles cuando son expuestas por la
luz, pues todo lo que se hace visible es luz.

Los ojos del Señor ven todo; no se le pasará por alto nada, sea bueno o malo. La
iglesia de Tiatira necesitaba oír esto porque hay cosas que debían cambiar. Ellos
creían que se estaban “saliendo con la suya”, pero el Señor les dice que Él lo ve
todo.
(Hebreos 4:13) Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas
están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar
cuenta.

(Jeremías 17:10) Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos,


para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras.

Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos, pero si no lo hacemos, tendremos


que dar cuentas de nuestras acciones.

Si la corrección el Señor tarda, no es porque se le pase por alto, sino porque nos
está dando tiempo para arrepentirnos (2 Ped. 3:9). En Su segunda venida, Jesús
vendrá a hacer justicia. Traerá juicio; es decir, traerá recompensa al que ha hecho
el bien, y castigo al que no se ha arrepentido. La iglesia necesita escuchar este
mensaje, ya que el juicio comenzará por la casa de Dios (1 Ped. 4:17), luego
vendrá el juicio a las naciones.

c. Pies semejantes al bronce bruñido


El bronce bruñido es aquel que ha sido pulido de tal forma que queda brillante y
lustroso.

En el capítulo uno explica que para hacer que el bronce brille, se


debe pasar por fuego. También el oro y la plata se purifican en altas temperaturas.
(Apocalipsis 1:15) sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho
refulgir en el horno...

El bronce representa juicio. En sus pasos, el Señor traerá el fuego del juicio,
quemando lo malo y sacando el brillo a lo bueno y valioso.

Esta es una imagen muy diferente a la que muchos tienen de Jesús. Sin duda
muchos se han quedado con la imagen del Señor en su primera venida, cuando
vino como el Mesías Sufriente, el Cordero de Dios que vino humildemente a dar su
vida por nosotros. Pero en su Segunda venida llegará como el Mesías Rey,
viniendo a juzgar a todos, a derrotar a sus enemigos y a reinar sobre toda la
Tierra. Conoceremos otro aspecto de Él que aún no habíamos visto. Vendrá como
está descrito en los profetas y Apocalipsis.

El profeta Daniel lo describe igual que Juan.


(Daniel 10:6) Su cuerpo era como de berilo, su rostro tenía la apariencia de un
relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el
brillo del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una
multitud.

A FAVOR
Por muy negativa que sea la reprimenda a Tiatira, el Señor comienza su carta
reconociendo lo que han hecho bien, las buenas obras. Este es un patrón que
puede apreciarse en todas las cartas: comienza con lo positivo, y luego prosigue
con lo negativo.

El mensaje positivo a esta iglesia es el siguiente:


(Apocalipsis 2:19) Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu
perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras.

a. Amor
Lo primero por lo que el Señor felicitó a la iglesia en Tiatira es por su amor, en
griego “ágape”, que es amor fraternal. El problema es que perdieron la
perspectiva, y del amor cayeron en tolerancia.

Mucha gente confunde el amor con la tolerancia. Ciertamente la Biblia nos enseña
a amar a las personas tal como Dios las hizo, pero eso no quiere decir que
aceptemos su pecado. Debemos amar al pecador, pero no el pecado.

El verdadero amor busca el bien del otro, lo cual incluye confrontar y exhortar
cuando sea necesario. Pero los creyentes en Tiatira prefirieron “no herir” a los que
estaban desviados, para evitar conflicto. Eso no es amor, sino tolerancia.

TOLERANCIA
Uno de los valores más populares en los tiempos actuales es la “tolerancia”.
Aunque puede ser considerada como una virtud, llega un punto en que la
tolerancia se puede desviar y convertir en pecado. La clave está en lo que uno
“tolera”. Hay cosas que uno puede resistir por amor, pero hay otras que la Biblia
dice que no debemos tolerar.

Vemos los dos extremos en los casos de las iglesias de Efeso y Tiatira:

* En el caso de la iglesia de Efeso, ellos no toleraron lo falso, pero habían perdido


el primer amor (Apoc. 2:2,4).

* Por el contrario, en Tiatira tenían amor, pero habían tolerado el pecado (Apoc.
2:20).

Ambas iglesias se habían ido a extremos; pero la clave está en encontrar el


balance entre el amor y la justicia.

b. Fe
Esta es la traducción de la palabra griega “pistis”, la cual también se puede
traducir como: persuasión, convicción, fidelidad.

Tener fe es creer. Pero como dice Santiago, “la fe sin obras es muerta” (Santiago
2:26). Si creemos, debemos actuar. Las obras, la acción, es lo que demuestra en
qué creemos verdaderamente.
La iglesia de Tiatira tenía fe y era fiel. Sus obras postreras fueron mayores que las
primeras.

c. Servicio
En griego se usa la palabra “diakonia”, que se refiere al ministerio, el servicio o la
ayuda a los demás.

Esta era una iglesia que se enfocaba en servir y ayudar a sus miembros, y
mantenerlos contentos. Igual que con el amor, el servicio es una virtud positiva,
pero puede desviarse si quedar bien con la “gente” se vuelve más importante que
agradar a Dios.

d. Perseverancia
Otra virtud de la iglesia de Tiatira es la perseverancia (gr. Jupomoné). Ellos
fueron constantes, pacientes y perseverantes. Esta virtud los llevó a hacer “obras
mayores que las primeras”.

EL REMANENTE
Aunque nos asuste ver en lo que habían caído muchos de los creyentes en Tiatira,
debemos saber que aún entre ellos había un remanente. En esta iglesia hay unos
pocos que han permanecido fieles; son los que no se dejaron seducir por la
doctrina de Jezabel. Para ellos, Dios tiene palabras de ánimo.
(Apocalipsis 2:24-25) Pero a vosotros, a los demás que están en Tiatira, a cuantos
no tienen esta doctrina, que no han conocido las cosas profundas de Satanás,
como ellos las llaman, os digo: No os impongo otra carga. (25) 'No obstante, lo
que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.

La frase “a los demás” (gr. Loipoi) también podría traducirse como “remanente”.

El Señor señala que este remanente no ha conocido “las cosas profundas de


Satanás”. ¿A qué se refiere? Algunos comentaristas creen que esto se refiere a
doctrinas que justifican el pecado. Es el mal disfrazado de bien.

Esto es congruente con la doctrina de Jezabel, que justifica el pecado. Ella


enseñaba que no importaba que pecaran, pues no serían juzgados por Dios.

No hay mayor engaño que creerse justo cuando uno no lo es. Esto podría
catalogarse como “una cosa profunda de Satanás”.

AL VENCEDOR
Finalmente, el Señor habla acerca de la recompensa a todo el que salga
vencedor.
(Apocalipsis 2:26-28) Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, le daré
autoridad sobre las naciones; (27) y las regirá con vara de hierro, como los vasos
del alfarero son hechos pedazos, como yo también he recibido autoridad de mi
Padre; (28) y le daré el lucero de la mañana.

Los creyentes en Tiatira hacían buenas obras. El Señor los felicitó por ello, pero
les exhorta que sigan haciendo lo mismo hasta el final. Tendrán la tentación de
darse por vencidos en la lucha diaria, pero los anima a no ceder porque los que
perseveren hasta el final tendrán su recompensa.

La recompensa para el que salga vencedor será:

a. Autoridad sobre las naciones


La primera recompensa es una clara referencia al Salmo 2.
(Salmo 2:6-9) Pero yo mismo he consagrado a mi Rey sobre Sion, mi santo
monte. (7) Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR que me dijo: "Mi Hijo eres
tú, yo te he engendrado hoy. (8) Pídeme, y te daré las naciones como herencia
tuya, y como posesión tuya los confines de la tierra. (9) Tú los quebrantarás con
vara de hierro; los desmenuzarás como vaso de alfarero.

En su segunda venida, Jesús vendrá como el Rey y Juez de todas las naciones. A
quien se oponga, lo someterá o lo destruirá. En ese tiempo, “toda rodilla se
doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Rey” (Isa. 45:23).

Después de esto, el Señor va a delegar su autoridad a siervos que hayan probado


ser fieles.
(Mateo 19:28) Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis
seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su
gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de
Israel.

(Lucas 22:28-30) Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
pruebas; (29) y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo (30) que
comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las
doce tribus de Israel.

(Daniel 7:18) Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y poseerán el reino
para siempre, por los siglos de los siglos.

(Daniel 7:27) Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo


de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino
será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán.

b. El Lucero de la Mañana
El “lucero de la mañana” se refiere al planeta Venus, que a nuestra vista se
aprecia como una estrella brillante en el firmamento. Recibe ese nombre porque
alcanza su mayor resplandor justo antes del amanecer.

En términos bíblicos, se refiere al Señor Jesús. Cuando pase la noche oscura de


la persecución, Él vendrá.
(Apocalipsis 22:16) Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a fin de daros testimonio de
estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero
resplandeciente de la mañana.

El amanecer deja atrás la oscuridad, y da paso a la luz. Ya no reinará sobre la


tierra Lucifer con sus tinieblas, sino vendrá con Su luz el “Lucero de la Mañana”.

La iglesia de Tiatira tiene esta esperanza a la cual aferrarse.

Mensaje a TIATIRA (2:18-29) parte I

El mensaje a Tiatira es el más extenso de todas las iglesias; curiosamente ésta


era la iglesia más pequeña.

El mensaje esta iglesia era el siguiente:


(Apocalipsis 2:18-29) Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: "El Hijo de Dios,
que tiene ojos como llama de fuego, y cuyos pies son semejantes al bronce
bruñido, dice esto: (19) 'Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu
perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras. (20) 'Pero
tengo esto contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y
enseña y seduce a mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas
sacrificadas a los ídolos. (21) 'Le he dado tiempo para arrepentirse, y no quiere
arrepentirse de su inmoralidad. (22) 'Mira, la postraré en cama, y a los que
cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de
las obras de ella. (23) 'Y a sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias
sabrán que yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y os daré a cada
uno según vuestras obras. (24) 'Pero a vosotros, a los demás que están en Tiatira,
a cuantos no tienen esta doctrina, que no han conocido las cosas profundas de
Satanás, como ellos las llaman, os digo: No os impongo otra carga. (25) 'No
obstante, lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. (26) 'Y al vencedor, al que
guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones; (27) y las
regirá con vara de hierro, como los vasos del alfarero son hechos pedazos, como
yo también he recibido autoridad de mi Padre; (28) y le daré el lucero de la
mañana. (29) 'El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'"

TIATIRA

A comparación de las otras ciudades de Asia Menor, Tiatira no era muy grande ni
contaba con grandes atracciones como las demás. Esta era una ciudad pequeña
localizada en un valle. No se encontraba en la costa, sino tierra adentro, en el
camino hacia Pérgamo, uno de los principales centros religiosos, culturales y
comerciales de la región. Era la puerta a Pérgamo, pero también servía como
amortiguador en caso de invasiones terrestres. A pesar de estar tan expuesta,
Tiatira no era una ciudad amurallada, lo cual la hacía más vulnerable. A lo largo de
la historia, esta ciudad fue atacada, destruida y reconstruida muchas veces.

Aunque no era un centro cultural o religioso, Tiatira era un centro comercial


estratégicamente localizado en la ruta antigua de comercio. Por su énfasis en el
comercio, esta ciudad contaba con gremios de panaderos, herreros, alfareros,
curtidores, tejedores y otros oficios.

En términos generales, los gremios no tienen nada de malo. Sin embargo, en esos
tiempos los creyentes tenían conflicto con ciertas prácticas de tales agrupaciones,
ya que los miembros se veían obligados a participar en actividades que iban en
contra de la fe cristiana. Los miembros debían asistir a banquetes que incluían
comida ofrecida a los ídolos; además se esperaba que participaran en ritos en
honor a la deidad patrona del gremio, los cuales incluían actos inmorales. Si
decidían no unirse al gremio, entonces no se les permitía comerciar sus
productos.

Hoy:
Aunque parezca que esa amenaza no aplica al día de hoy, en cierta forma sí. Con
el fin de “pertenecer y ser aceptados”, muchos cristianos participan de actividades
que comprometen sus principios y creencias. Por quedar bien con los hombres,
quedan mal con Dios. Si uno toma el camino de la complacencia del hombre, el
camino es resbaladizo, y sin darnos cuenta podemos caer en pecado, tal como le
pasó a los creyentes de la iglesia de Tiatira. Esta es una de las advertencias que
el Señor da a las iglesias de los últimos tiempos.

LIDIA
La Biblia menciona a una mujer comerciante de púrpura proveniente de Tiatira.
Ella conoció a Pablo en Filipo, y recibió el mensaje que él llevaba.
(Hechos 16:13-15) Y en el día de reposo salimos fuera de la puerta, a la orilla de
un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración; nos sentamos y
comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido. (14) Y estaba
escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas
de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo
que Pablo decía. (15) Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó, diciendo:
Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos en ella. Y nos
persuadió a ir.

En contraste con esa mujer que recibió el mensaje de verdad, en la iglesia de


Tiatira se menciona a otra mujer que no sólo no acepta la verdad, sino que
promueve que se practique el pecado. Su nombre es Jezabel…

JEZABEL
Jezabel era una princesa, hija del rey de los sidonios. Ella fue dada en matrimonio
al rey de Israel, Acab, como una alianza política. Dios había advertido en contra de
este tipo de alianzas (Deu. 7:3-4), pero el rey Acab no era un hombre temeroso de
Dios, sino todo lo contrario.
(1 Reyes 16:30-31) Y Acab, hijo de Omri, hizo lo malo a los ojos del SEÑOR más
que todos los que fueron antes que él. (31) Y como si fuera poco el andar en los
pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal,
rey de los sidonios, y fue a servir a Baal y lo adoró.

En 2 Reyes caps. 9 y 10 se refieren a Jezabel como Gebirá, que en hebreo


significa “mujer fuerte” (el equivalente femenino de Gibor). Contrasta con la
palabra que se usa para las damas: Giberet.
Jezabel era una mujer fuerte y manipuladora, que se deleitaba en
hacer el mal. No sólo tuvo una influencia negativa sobre su esposo, sino con todo
el pueblo de Israel.
(1 Reyes 21:25-26) Ciertamente no hubo ninguno como Acab que se vendiera
para hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, porque Jezabel su mujer lo había
incitado. (26) Su conducta fue muy abominable, pues fue tras los ídolos conforme
a todo lo que habían hecho los amorreos, a los que el SEÑOR había echado de
delante de los hijos de Israel.

Jezabel también se caracterizó por procurar la destrucción y muerte de los


profetas.
(1 Reyes 18:4) pues sucedió que cuando Jezabel destruyó a los profetas del
SEÑOR, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en
una cueva, y los sustentó con pan y agua.)

(1 Reyes 19:2) Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: Así me


hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu
vida como la vida de uno de ellos.

JEZABEL EN TIATIRA
No es la misma mujer la que aparece en el libro de Reyes que en el de
Apocalipsis, pues las separan cientos de años. Pero ciertamente es la
manifestación del mismo espíritu y la misma doctrina.

“Jezabel” representa un espíritu controlador y manipulador que incita al pecado.

(Apocalipsis 2:20) Pero tengo esto contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que
se dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a que cometan actos
inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolos.

Debemos entender que Jezabel no era alguien que estaba “fuera” de la iglesia,
tratando de hacer caer a los creyentes, sino era alguien con autoridad dentro de la
iglesia. Sin embargo, con sus doctrinas y falsas profecías, enseñaba a los
creyentes a que no se sintieran condenados por pecar, pues Dios ya los había
perdonado.

El equivalente hoy en día es la “doctrina de la gracia”, la cual enseña que una vez
“salvos” ya no importa lo que uno haga, porque uno ya fue perdonado de una vez
y para siempre.

Ciertamente la Biblia enseña que “no hay condenación” para los que creen en el
Señor. Pero esa gracia no nos da “licencia para pecar”. Al contrario, luego de
aceptar el perdón, debemos proceder al arrepentimiento, que implica un cambio,
un regreso a una vida como Dios manda.

No había justificación para que los de Tiatira participaran de los ritos paganos de
sus gremios, aunque estuviera en juego su negocio. Tampoco hoy tenemos
justificación para quebrantar la ley de Dios sólo porque no es “popular”.

Entonces, ¿qué nos es permitido hacer? ¿Cuál es la medida de la tolerancia?


La guía para nuestra vida debe ser la Biblia, no las doctrinas de hombre. El ser
humano puede equivocarse, pero nunca Dios.

EL FINAL DE JEZABEL
El final de Jezabel fue terrible, en tiempos de los reyes de Israel.
(2 Reyes 9:8-10) Y toda la casa de Acab perecerá, y cortaré de Acab todo varón,
tanto siervo como libre en Israel. (9) Yo pondré la casa de Acab como la casa de
Jeroboam, hijo de Nabat, y como la casa de Baasa, hijo de Ahías. (10) Y los
perros se comerán a Jezabel en el campo de Jezreel, y nadie la sepultará…

De forma similar, el final será terrible para los que sigan su doctrina en los últimos
tiempos.
(Apocalipsis 2:21-23) Le he dado tiempo para arrepentirse, y no quiere
arrepentirse de su inmoralidad. (22) Mira, la postraré en cama, y a los que
cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de
las obras de ella. (23) 'Y a sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias
sabrán que yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y os daré a cada
uno según vuestras obras.

El Señor siempre da tiempo para arrepentirse, aun a Jezabel. Pero también llega
el día final, en el que el Señor traerá la justicia—perdón para quien se arrepienta, y
castigo para quien no lo haga.

Tristemente, la maldición no sólo afectará al pecador, sino a sus hijos “hasta la


tercera y cuarta generación”.
(Números 14:18) El SEÑOR es lento para la ira y abundante en misericordia, y
perdona la iniquidad y la trasgresión; mas de ninguna manera tendrá por inocente
al culpable; sino que castigará la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y la cuarta generación.

HIJOS EN RIESGO

La tentación en Tiatira es la misma que tuvo Lot. El cayó en la


tentación, y comió de su fruto. Con el afán de comerciar y buscar fortuna, se salió
de la Tierra Prometida. Al hacerlo, Lot puso en riesgo a su familia, llevándolos a
vivir a Sodoma, una ciudad rica pero llena de perversión.

También los creyentes de Tiatira hicieron lo mismo. Con tal de no poner en riesgo
sus negocios, pusieron en riesgo a sus hijos.

Por ello, el Señor les advierte:


(Apocalipsis 2:21-23) 'Le he dado tiempo para arrepentirse, y no quiere
arrepentirse de su inmoralidad. (22) 'Mira, la postraré en cama, y a los que
cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de
las obras de ella. (23) 'Y a sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias
sabrán que yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y os daré a cada
uno según vuestras obras.

No es que Dios haya "matado" a los hijos, sino que ellos mueren por el riesgo en
que los ponen los padres.

Cuidémonos que hoy no caigamos en la misma tentación de Lot o Tiatira. Que el


amor al dinero no nos lleve a poner en riesgo la vida y el alma de nuestros hijos.

[pronto seguiremos con la parte 2 del mensaje a la iglesia de Tiatira]


Quizás también le interese:

Mensaje a SARDIS (3:1-6) parte I


El mensaje al ángel de la iglesia de Sardis es el siguiente:
(Apocalipsis 3:1-6) Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis: "El que tiene los siete
Espíritus de Dios y las siete estrellas, dice esto: 'Yo conozco tus obras, que tienes
nombre de que vives, pero estás muerto. (2) 'Ponte en vela y afirma las cosas que
quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras
delante de mi Dios. (3) 'Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y
arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora
vendré sobre ti. (4) 'Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus
vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos. (5) 'Así el
vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la
vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. (6)
'El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'"

SARDIS
Sardis se encontraba a 25 millas al sureste de Tiatira. Esta era una ciudad muy
próspera. Fue el lugar donde se acuñó la primer moneda. Era un importante centro
comercial, conocida sobre todo por su industria textil. Allí se inventó el arte de teñir
lana.

Era una ciudad protegida por su topografía. Estaba construida en un plató a


500 metros sobre el valle, rodeada por altos riscos de roca por tres lados. Sólo el
lado sur de la ciudad estaba abierto, y allí estaba localizada la puerta a la ciudad.
Por esto se consideraba “impenetrable”. Esto los hizo sentirse seguros y
protegidos. El problema es que se confiaron, y en dos ocasiones fueron
conquistados cuando descuidaron la única entrada. Los guardias se durmieron, y
los enemigos pudieron entrar sin siquiera dar batalla.

DIOSA MADRE

En Sardis habían un templo enorme dedicado a la principal diosa pagana del


lugar, que era Cibeles, también luego conocida como Artemis o Diana. Muchas de
sus imágenes la figuran como una mujer sentada sobre un trono, con uno o dos
leones al costado. Según la mitología, esta diosa tuvo un hijo, quien luego se
convirtió en su amante. En un ataque de celos de la madre, el hijo se castró a sí
mismo, y murió como resultado. Pero la madre logró resucitarlo. Por esta razón,
creían que esta diosa tenía el poder de levantar a alguien de los muertos. Los
griegos la adoraban como la “madre de los dioses, la salvadora que escucha las
oraciones, la que está accesible a todos”.
Durante la segunda guerra púnica, los romanos secuestraron la imagen de Cibeles
de Asia Menor para llevarla a Roma, siguiendo el consejo del oráculo de Delfis
para asegurarse la victoria. Más tarde, el emperador Augusto elevó el culto a
Cibeles, cuyo templo se encontraba a un costado de su palacio imperial. Dedicó
un festival en su honor, llamado Hilaria, que se celebraba en el equinoccio de
verano, aproximadamente al finales de marzo. Este festival conmemoraba la
muerte del hijo de Cibeles y su posterior resurrección. Comenzaban con unos días
de luto, que luego se convertían en días de fiesta y regocijo. Más tarde en la
historia, sobre este mismo templo de Cibeles en Roma se construyó la Basilica di
Santa Maria Maggiore, que fue dedicada a la “madre de Dios”.

Toda similitud a una importante "religión cristiana", ¿será mera coincidencia?


Hay muchas creencias en el presente que tienen trasfondo pagano, y no bíblico.
No debemos confundir la religión y las doctrinas de hombres con la fe, la sana
doctrina y la verdad bíblica.

GLORIAS PASADAS
Sardis fue la capital del reino de Lidia, hasta que los romanos la conquistaron. En
el año 17 a.C. la ciudad fue destruida por un fuerte terremoto, al igual que la
ciudad de Filadelfia. Luego fue reconstruida por el emperador Tiberio, pero ya
nunca recuperó su pasada gloria. En el momento en que se escribió la carta de
Apocalipsis, la ciudad estaba en decadencia. Lo mismo era cierto de su estado
espiritual…

La iglesia de Sardis se estableció como consecuencia del avivamiento espiritual


que comenzó en Efeso y se extendió por toda Asia Menor (Hechos 19:10-11).

En un tiempo esta iglesia vivió un avivamiento, pero ya no siguieron avanzando.


Una poza de agua sin movimiento se estanca, una planta sin crecimiento se
muere. Esto fue lo que le pasó a la iglesia de Sardis. Se quedaron viviendo del
pasado sin sembrar para el futuro.

La iglesia de Sardis no tenía enemigos externos que los persiguieran, ni tampoco


dejaron que falsas doctrinas los corrompieran internamente, como Pérgamo y
Tiatira. Esta iglesia hacía “obra”, pero sólo de la clase que impresiona a la gente, y
no a Dios.

UNA IGLESIA MUERTA


En Su carta, el Señor describe a la iglesia de Sardis de la siguiente manera:
(Apocalipsis 3:1b) …Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero
estás muerto.

El diccionario define “cadáver” como un cuerpo muerto que ya no es útil ni puede


llevar a cabo nada. Esta iglesia estaba muerta, y ya no era capaz de producir nada
ni ser útil.
A los ojos del mundo estaban “vivos”, pero en un sentido espiritual estaban
“muertos”. No constituía una amenaza para el enemigo, pero tampoco eran luz al
mundo.

¿Cuál es el remedio para alguien que está muerto?


La respuesta se la dio el Señor al profeta Ezequiel, cuando éste fue llevado a un
valle lleno de huesos secos.
(Ezequiel 37:1-5) La mano del SEÑOR vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del
SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos. (2) Y El me
hizo pasar en derredor de ellos, y he aquí, eran muchísimos sobre la superficie del
valle; y he aquí, estaban muy secos. (3) Y El me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán
estos huesos? Y yo respondí: Señor DIOS, tú lo sabes. (4) Entonces me dijo:
Profetiza sobre estos huesos, y diles: "Huesos secos, oíd la palabra del SEÑOR.
(5) "Así dice el Señor DIOS a estos huesos: 'He aquí, haré entrar en vosotros
espíritu, y viviréis.

Lo que necesitaba la iglesia de Sardis es el viento del Espíritu de Dios, llena de


vida.

Ellos quedaron viviendo de las glorias pasadas, y poco a poco esta iglesia fue
perdiendo su fuerza y su vida espiritual. Les faltaba el aliento del Espíritu de Dios.

Por esta razón, Jesús se revela a la iglesia de Sardis como “el que tiene los siete
Espíritus de Dios y las siete estrellas”.

DESCRIPCIÓN DE JESÚS
La revelación que Jesús da de Sí mismo a la iglesia de Sardis es precisamente lo
que ellos necesitan.

a. los 7 Espíritus de Dios


Ya habíamos leído una referencia de esta descripción en el capítulo uno:
(Apocalipsis 1:4) Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y
paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que
están delante de su trono.

El profeta Isaías hace referencia a los siete espíritus de Dios:


(Isaías 11:2) Y reposará sobre Él el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor
del SEÑOR.
En su visión, Juan vio el trono de Dios, delante del cual estaban los siete espíritus
de Dios. En forma simbólica, éstos también están representados en el Candelabro
(heb. Menorá) de siete brazos que se encuentra en el Lugar Santo del
Tabernáculo (Exo. 25).

Hay un paralelo entre ambos. El Señor proveyó la luz en el Tabernáculo, enviando


fuego del Cielo; sin embargo, los sacerdotes eran los encargados de alimentar
cada día este fuego llevando aceite puro, el cual se obtiene de la primicia, es
decir, las primeras gotas que salen al machacar los olivos. Esto lo debía hacer el
pueblo. Esta luz no se debía apagar (Lev. 24:2-4).
(Éxodo 27:20) Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas
machacadas para el alumbrado, para que la lámpara arda continuamente.

De la misma manera, Dios envía sobre su iglesia el fuego del Espíritu Santo, pero
nosotros debemos mantener esa llama viva llevando nuestro aceite, es decir,
“machacando” nuestra voluntad para hacer la voluntad de Dios, y esforzándonos
por buscarle aun cuando no nazca hacerlo.

En los Evangelios leemos que el Padre envió el Espíritu Santo sobre Jesús
cuando Él comenzó su ministerio en la Tierra. Sobre Jesús reposó el Espíritu del
Señor, con todas sus expresiones.
(Lucas 3:21-22) Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús
también fue bautizado: y mientras El oraba, el cielo se abrió, (22) y el Espíritu
Santo descendió sobre El en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del
cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.

A su vez, Jesús nos dejó al Espíritu Santo para guiarnos mientras Él estuviere
ausente en cuerpo (Juan 14:1-17; Juan 16:5-11; Hechos 2). El Señor manda Su
Espíritu sobre nosotros, y nuestra responsabilidad es mantener ese fuego vivo.

Esto fue en lo que falló la iglesia de Sardis; luego del avivamiento, no mantuvieron
viva la llama del Espíritu de Dios. Se volvieron religiosos, con nombre de que
“viven, pero están muertos”.

Cuidémonos que no nos pase lo mismo.

b. las 7 estrellas
El significado de las “7 estrellas” se encuentra al principio del libro:
(Apocalipsis 1:20) En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en mi mano
derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de
las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.

Las siete estrellas representan a los siete mensajeros de las siete iglesias.
Estos siete ángeles están en la mano derecha del Señor.

En la antigüedad, las estrellas eran utilizadas como medios para guiarlo a uno en
la dirección correcta. Éstas eran el equivalente a lo que hoy es la brújula o el
GPS.

De la misma manera, los ángeles o mensajeros, representados por las estrellas,


traen mensajes del Cielo que dan dirección a los creyentes, a la Iglesia. Pero
depende de cada uno si haremos uso de ese mensaje.
Mensaje a Sardis (parte II)
LLAMADO

El llamado que el Señor le da a esta iglesia es el siguiente:


(Apocalipsis 3:2-3) Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a
punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de mi Dios. (3)
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete. Por tanto,
si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

a. Ponerse en vela
(gr. gregoreúo), lit. mantenerse despierto o vigilar.

Hay un refrán popular que dice: “No te duermas en tus laureles”. Los laureles se
daban en Grecia a los campeones de las competencias deportivas. El refrán se
refiere a cuando un campeón se confiaba en su victoria y dejaba de entrenar, lo
cual lo llevaría a perder su corona.

Esto fue precisamente lo que le sucedió a Sardis en varios niveles. Los


ciudadanos de esta ciudad se habían confiado por su ubicación protegida;
descuidaron su guardia, lo cual permitió que el enemigo pudiera penetrar su
defensa. De la misma manera le sucedió a la iglesia: se quedaron viviendo de
experiencias del pasado, en lugar de buscar mantener viva su fe. Se quedaron
sólo con el conocimiento intelectual, sin poner en práctica las enseñanzas que
habían aprendido. Comenzaron a conformarse al estilo de vida del mundo, en
lugar de ser luz en medio de la oscuridad. Se confiaron y se durmieron, y así
permitieron que el enemigo entrara en sus vidas—sin dar batalla.

El mensaje para esta iglesia es: ¡Despierta!


Esto mismo escribió Pablo:
(Efesios 5:14-17) Por esta razón dice: Despierta, tú que duermes, y levántate de
entre los muertos, y te alumbrará Cristo. (15) Por tanto, tened cuidado cómo
andáis; no como insensatos, sino como sabios, (16) aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos. (17) Así pues, no seáis necios, sino entended cuál es
la voluntad del Señor.
b. Afirmar lo que queda
No todo era malo en esta iglesia. Todavía hacían algunas buenas obras. El Señor
les dijo que hay ciertas cosas que “todavía quedan”. Pero aun eso poco que les
quedaba, estaban a punto de perderlo.

Lo que es bueno, hay que guardarlo; lo que es malo, hay que desecharlo. Pero si
uno se queda con lo bueno, pero permite que quede algo malo, al final esto último
lo contaminará todo.

c. Acordarse de lo que ha recibido y oído, y guardarlo


Lo que esta iglesia había recibido del Señor era bueno. No eran principiantes ni
ignorantes. Lamentablemente todo había quedado en la teoría, y no había sido
traducido a la práctica. Lo que habían recibido, lo habían descuidado o
menospreciado.

Por eso, el Señor los exhorta a acordarse de lo que recibieron de Él, y que lo
guarden. ¿De qué sirve la Biblia en nuestras casas si sólo acumula polvo? ¿De
qué sirve leer y aún estudiar la Palabra de Dios si no la ponemos en práctica?

Hay otra forma en que se puede entender este versículo (Apoc. 3:3). Algunos
comentaristas dicen que también se podría traducir: “Acuérdate, pues, de CÓMO
recibiste y oíste…” En este sentido, no es sólo lo que recibieron, sino “cómo” lo
recibieron.

¿No te has puesto a pensar cómo muchos pueden oír el mismo mensaje y la
misma palabra, pero cada quien la toma a su manera? Por lo general, el Señor
nos habla a todos por igual, pero el efecto y el resultado de esta Palabra
dependerán de la forma en que la recibamos y lo que hagamos con ella.

Los creyentes en Tesalonica fueron un buen ejemplo de esto:


(1 Tesalonicenses 1:6-9) Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del
Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo
del Espíritu Santo, (7) de manera que llegasteis a ser un ejemplo para todos los
creyentes en Macedonia y en Acaya. (8) Porque saliendo de vosotros, la palabra
del Señor ha resonado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por
todas partes vuestra fe en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no
tenemos necesidad de hablar nada. (9) Pues ellos mismos cuentan acerca de
nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de vosotros, y de cómo os
convertisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero.

Los tesalonicenses recibieron la palabra con gozo, y la pusieron en práctica. Se


arrepintieron, y fueron luz en medio de la oscuridad.

d. Arrepentirse
El concepto bíblico de “arrepentimiento” no sólo es sentir remordimiento y
compunción, sino va más allá. Ciertamente el arrepentimiento comienza con un
reconocimiento del mal que uno ha hecho, pero ése es sólo el principio. Luego
debe seguirlo un cambio. El sentimiento sin el cambio no se considera como un
verdadero arrepentimiento.

“Arrepentimiento” en hebreo es “Teshuvá”, que literalmente significa: “regreso”.

Es un reconocimiento de que nos hemos apartado del camino de Dios,


acompañada de la resolución firme de regresar a la forma en que Dios quiere que
hagamos las cosas.

Por eso el Señor dijo:


(Mateo 3:8) …dad frutos dignos de arrepentimiento.

COMO LADRÓN EN LA NOCHE


Habíamos leído en el versículo tres sobre la venida del Señor:
(Apocalipsis 3:3) Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y
arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora
vendré sobre ti.

¿En qué sentido vendrá “como ladrón”? Hay muchas


implicaciones escondidas en esta frase, pero la más obvia es la que se alude
directamente en ese mismo versículo: vendrá a la hora en que no lo esperan.

También implica que vendrá de noche, como lo hacen los ladrones, es decir, en el
tiempo de mayor oscuridad en la Tierra. En esas horas, todos están durmiendo,
menos los que le estén esperando.

A primera vista, parecería que estamos “condenados” a no saber cuando vendrá el


Señor, pero al estudiar con más detenimiento veremos que los que estén velando
podrán esperar la hora de su venida. Jesús dijo:
(Mateo 24:42-46) Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor
viene. (43) Pero comprended esto: si el dueño de la casa hubiera sabido a qué
hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido
que entrara en su casa. (44) Por eso, también vosotros estad preparados, porque
a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre.

Esto mismo enseñó Pablo en su carta a Tesalonica.


(1 Tesalonicenses 5:1-6) Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las
épocas, no tenéis necesidad de que se os escriba nada. (2) Pues vosotros mismos
sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche;
(3) que cuando estén diciendo: Paz y seguridad, entonces la destrucción vendrá
sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y
no escaparán. (4) Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día
os sorprenda como ladrón; (5) porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del
día. No somos de la noche ni de las tinieblas. (6) Por tanto, no durmamos como
los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.

En la primera venida del Señor, el pueblo de Dios estaba esperando al Mesías.


Ellos conocían los tiempos y las épocas de Dios. El problema fue que no
reconocieron a Jesús como el Mesías. En el día de su visitación, sólo un
remanente lo recibió.

Ahora, en su segunda venida, el problema es lo opuesto. Los creyentes esperan a


Jesús, pero no conocen los tiempos, debido a que se han desconectado del
calendario divino. Pero Su venida no tiene por qué sorprendernos “como ladrón”.
Si estamos en la luz, teniendo entendimiento de los tiempos de Dios y estando
conectados con lo que el Espíritu está diciendo a la iglesia, entonces le estaremos
esperando. Si no nos dormimos, sino estamos alerta, viviendo una vida sobria,
entonces no nos sorprenderá Su venida.

Más adelante en Apocalipsis el Señor vuelve a decir:


(Apocalipsis 16:15) He aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y
guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza.

Aquí menciona las dos principales exhortaciones dirigidas a los creyentes de


Sardis: deben velar y deben guardar sus ropas.

VESTIDURAS

La vestidura es lo que protege el cuerpo, y también lo que


cubre la desnudez. En cierta forma, también revela mucho de lo que uno es.

El Señor habla de un remanente que han cuidado sus vestiduras.


(Apocalipsis 3:4) Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus
vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.

En griego se usan varias palabras para “vestidura”. La que se usa en este


versículo es “jimation”, que se refiere más a un manto o capa. Es una prenda que
se usa para cubrirse. Esto es precisamente lo que el Señor nos da.
(Isaías 61:10) En gran manera me gozaré en el SEÑOR, mi alma se regocijará en
mi Dios; porque El me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto
de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna
con sus joyas.
En la parábola de la Boda del hijo del Rey, Jesús explicó que nuestros propios
vestidos no son suficientes para presentarnos delante de Él.
(Mateo 22:11-13) Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno
que no estaba vestido con traje de boda, (12) y le dijo: "Amigo, ¿cómo entraste
aquí sin traje de boda?" Y él enmudeció. (13) Entonces el rey dijo a los sirvientes:
"Atadle las manos y los pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y
el crujir de dientes."

El Rey estaba consciente que el invitado era pobre y no tenía suficiente dinero
para comprar un traje de bodas. Pero, con la invitación, también recibieron el
derecho de usar ropas que el mismo Rey haría disponibles a los invitados.

De la misma manera, Dios nos ha invitado a todos a las Bodas de Su Hijo. Pero no
podemos pretender presentarnos con nuestras propias vestiduras, ya que
nuestras obras de justicia son considerados como “trapos de inmundicia” (Isa.
64:6). Debemos vestirnos con el manto de salvación y justicia que Él nos provee.

En la antigüedad, las personas que iban a los templos llevaban sus mejores ropas,
que por lo general eran blancas. No podían pensar en presentarse ante sus
“dioses” con sus ropas comunes. Esto debería hacernos pensar sobre la forma en
que nos presentamos ante Dios. Tal vez Él no se deja impresionar por las
apariencias, pero ciertamente le importan nuestras vestiduras espirituales. A lo
largo de la Biblia se habla de presentarse ante el Señor con vestiduras blancas,
que denotan pureza y santidad.

Más adelante en Apocalipsis hace mención de las vestiduras blancas:


(Apocalipsis 7:13-15) Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están
vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? (14) Y yo
le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la
gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la
sangre del Cordero. (15) Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y
noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo
sobre ellos.

Los vestidos se volverán blancos al lavarlos con la sangre del Cordero. Los que
los visten son los que ha salido como vencedores en tribulación, la cual servirá
como fuego purificador.

Al final de Apocalipsis, vemos que la Novia de Cristo se vestirá de este vestido


blanco.
(Apocalipsis 19:7-8) Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. (8) Y a
ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque las
acciones justas de los santos son el lino fino.

Al que salga vencedor en la iglesia de Sardis, le será concedido vestirse de


blanco.
(Apocalipsis 3:5) Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré
su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y
delante de sus ángeles.

NOMBRE DEL VENCEDOR


Además de las vestiduras blancas, el vencedor recibirá dos recompensas
relacionadas con el nombre: No borrará su nombre del libro de la vida, y
reconocerá su nombre delante del Padre y de sus ángeles.

a. No borrará su nombre del libro de la vida

Algunos toman esta frase como una “amenaza”, pero más bien es una promesa.
El Señor está asegurando que NO borrará el nombre del vencedor.

El problema no está ser borrado, sino en que si el nombre fue inscrito en primer
lugar. Una vez el nombre está inscrito en el Libro de la Vida, allí permanecerá.

Los que estén inscritos en el Libro de la Vida, vivirán en la Nueva Jerusalén.


(Apocalipsis 21:23-27) La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la
iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (24) Y
las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán a ella su gloria. (25)
Sus puertas nunca se cerrarán de día (pues allí no habrá noche); (26) y traerán a
ella la gloria y el honor de las naciones; (27) y jamás entrará en ella nada
inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquellos cuyos
nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.

(Isaías 4:2-5) Aquel día el Renuevo del SEÑOR será hermoso y lleno de gloria, y
el fruto de la tierra será el orgullo y adorno de los sobrevivientes de Israel. (3) Y
acontecerá que el que sea dejado en Sion y el que quede en Jerusalén será
llamado santo: todos los que estén inscritos para vivir en Jerusalén. (4) Cuando el
Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sion y haya limpiado la sangre
derramada de en medio de Jerusalén con el espíritu del juicio y el espíritu
abrasador, (5) entonces el SEÑOR creará sobre todo lugar del monte Sion y sobre
sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de llamas
de fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel.

Por el contrario, quien no esté inscrito, esto les acontecerá:


>> Se admirarán de la Bestia, el anticristo, y le adorarán (Apoc. 13:2-8; 7:8)
>> Serán lanzados al lago de fuego (Apoc. 20:15)

Al final de los tiempos, el Señor juzgará a toda la tierra. En ese día se abrirán los
libros:
(Apocalipsis 20:12-15) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del
trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida,
y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus
obras. (13) Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades
entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según
sus obras. (14) Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es
la muerte segunda: el lago de fuego. (15) Y el que no se encontraba inscrito en el
libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.

b. Reconocerá su nombre delante del Padre y de los ángeles.


Los creyentes de Sardis tenían “nombre” de que vivían, pero en realidad estaban
muertos. Eran cristianos nominales, sólo de nombre, pero no de estilo de vida.
(Tito 1:16) Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan, siendo
abominables y desobedientes e inútiles para cualquier obra buena.

Un cristiano, un hijo de Dios, no es el que lleva el nombre, sino el que se comporta


como tal.

En la carta a Sardis, el Señor dijo que sólo unos pocos creyentes no estaban
muertos, sino daban buen testimonio de su nombre. En el versículo cuatro, la
palabra que se traduce como “unos pocos” literalmente dice “unos nombres”.
(Apocalipsis 3:4) Pero tienes unos pocos [lit. unos nombres] en Sardis que no han
manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son
dignos.

Nosotros no sólo confesamos al Señor con los labios, sino también con las
acciones.
Jesús dijo:
(Lucas 12:8-9) Y os digo, que a todo el que me confiese delante de los hombres,
el Hijo del Hombre le confesará también ante los ángeles de Dios; (9) pero el que
me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.

Quien confiese a Dios y no se avergüence de Él ante los demás, tampoco el Señor


se avergonzará de él, y confesará su nombre ante el Padre y los ángeles.
Mensaje a FILADELFIA (3:7-13) parte I

(Apocalipsis 3:7-13) Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: El Santo, el


Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y
nadie abre, dice esto: (8) Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una
puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has
guardado mi palabra y no has negado mi nombre. (9) He aquí, yo entregaré a
aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que
mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te
he amado. (10) Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también
te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el
mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra. (11) Vengo pronto;
retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona. (12) Al vencedor le haré
una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él
el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén,
que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo. (13) El que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

FILADELFIA
Esta era una ciudad de Asia Menor que aún existe en Turquía, bajo el nombre de
Alasehir. Fue fundada por el rey de Pérgamo, quien le dio el nombre a la ciudad
por el amor que le tenía a su hermano. “Filadelfia” literalmente significa: amor
fraternal.

Era una ciudad muy próspera por su comercio, el cual floreció por estar situada en
la principal ruta comercial de la región. Esta ciudad está localizada en un punto
estratégico, en la frontera entre imperios. Era la “puerta” que unía el Este y el
Oeste.

Filadelfia se encuentra en una región volcánica. En un sentido positivo, esto


ayudaba a que su tierra fuera muy fértil, especialmente para el cultivo de viñedos.
Sus vinos llegaron a ser muy reconocidos y apreciados. También cerca se
encontraban aguas termales, que eran visitadas por muchos personas debido a
sus propiedades medicinales. En un sentido negativo, la ciudad tuvo que se
evacuada en varias ocasiones por amenazas de erupción o temblores fuertes.
También está situada sobre una falla geológica, y en dos ocasiones fue destruida
por terremotos, aunque luego fue reedificada.

Filadelfia era conocida como la “pequeña Atenas” debido a sus numerosos


templos y festivales paganos. Los creyentes de la ciudad tenían que contender
contra la fuerte corriente pagana. También recibieron un fuerte rechazo por parte
de la colonia judía del lugar.
SIN REPRENSIÓN
Esta es la única iglesia que parece no recibir ningún llamado de atención por parte
del Señor. No era una iglesia perfecta (porque no existe tal), pero el Señor no la
reprendió. Ante las dificultades que enfrentaron, no perdieron la fe sino
permanecieron firmes.
(Apocalipsis 3:8) Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta
abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi
palabra y no has negado mi nombre.

NOMBRE DE JESÚS
En el caso de las otras iglesias de Apocalipsis, la descripción de Jesús se toma de
la visión que Juan tuvo en el primero capítulo. Pero la forma en que Jesús se
presenta a la iglesia de Filadelfia se sale del marco. El Señor se presenta de otra
forma:
(Apocalipsis 3:7) … El Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que
abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre…

a. El Santo
“Santo” literalmente significa “apartado”.
Es alguien que está apartado de todo lo demás, y dedicado a algo especial.

A lo largo de la Biblia, se describe a Dios como Santo. Él está apartado de todo, y


no hay nadie como Él.
(Isaías 40:25) ¿A quién, pues, me haréis semejante para que yo sea su igual?--
dice el Santo.

El libro bíblico donde más se usa la expresión “el Santo de Israel” es en Isaías.
Desde el principio de su ministerio, el profeta supo lo que significaba la santidad
de Dios, ya que tuvo una visión del Señor sentado en su trono.
(Isaías 6:1-5) En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre
un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. (2) Por encima de
El había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos
cubrían sus pies y con dos volaban. (3) Y el uno al otro daba voces, diciendo:
Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, llena está toda la tierra de su
gloria. (4) Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que
clamaba, y la casa se llenó de humo. (5) Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido
estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios
inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.

Isaías señala que el Santo de Israel es también el Redentor, quien sabemos que
es Jesús.
(Isaías 47:4) Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre, el Santo
de Israel.
(Isaías 41:13-14) Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te
dice: "No temas, yo te ayudaré." (14) No temas, gusano de Jacob, vosotros
hombres de Israel; yo te ayudaré--declara el SEÑOR-- y tu Redentor es el Santo
de Israel.

Al describirse Jesús como “el Santo” a la iglesia de Filadelfia, estaba diciendo que
Él era Dios.

Pedro reconoció a Jesús como el “Santo de Israel”. El sabía que no había nadie
como Él.
(Juan 6:68-69) Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna. (69) Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el
Santo de Dios.

También los espíritus lo reconocieron como tal.


(Marcos 1:23-26) Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un
espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, (24) diciendo: ¿Qué tenemos que ver
contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo
de Dios. (25) Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! (26) Entonces el
espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.

b. El Verdadero
Las apariencias engañan, y por eso muchas personas se hacen pasar por alguien
que no son. Esto incluye el Mesías. La Biblia advierte que habrán muchos falsos
mesías. También hay gente que se hace pasar por cristiana, y no lo son.

Pero Jesús nos aclara que Él es el genuino, el auténtico y el real. El es el


verdadero Mesías; Él es Dios. El apóstol Juan lo explica de la siguiente manera:
(1 Juan 5:20) Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos
en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la
vida eterna.

c. La Llave de David

Una llave representa acceso, control, posesión y autoridad. Quien posee la llave
es el dueño del lugar, pero también puede ser delegada a alguien de confianza.
Esta persona tendrá acceso a lugares que están cerrados a otros. No sólo eso,
sino también puede abrir o cerrar puertas a los demás. Quien tiene la llave tiene la
autoridad.

La referencia a la “llave de David” aparece por primera vez en Isaías.


(Isaías 22:22) Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro;
cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá.

La “Casa de David” es el linaje real, la familia gobernante en Israel. La “llave de


David” es el acceso al palacio real. Esta la llevaba el mayordomo del palacio, la
persona de mayor confianza del rey. Él es quien tiene la autoridad de abrir y cerrar
las puertas. El decide quien entra o no al palacio.

Al presentarse Jesús como “el que tiene la llave de David” (Apoc. 3:7), él se revela
como el Mesías. Él tiene acceso al trono y la autoridad del reino.

Jesús viene del linaje de David, y es el hijo heredero del trono. La profecía de su
nacimiento dice:
(Lucas 1:31-33) Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús. (32) Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; (33) y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

También Isaías profetizó al respecto.


(Isaías 9:6-7) Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la
soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable
Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. (7) El aumento de su
soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para
afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre.
El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.

En su primera venida, Jesús vino como el Mesías Sufriente, el cordero de Dios


que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Pero en su segunda venida, Él se
presentará como el Mesías Rey, quien vendrá a gobernar sobre toda la tierra para
siempre.

Luego que Pedro reconociera a Jesús como el Mesías, el Señor le dijo:


(Mateo 16:16-19) Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo [Mesías], el
Hijo del Dios viviente. (17) Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre
que está en los cielos. (18) Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta
roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. (19)
Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en
los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos.

La roca es el reconocimiento de que Jesús es el Mesías. Sobre esta roca, esta


confesión, está edificada la iglesia del Señor. Esta roca también es la llave que
cierra la puerta del Hades (el infierno). Al confesar a Jesús como nuestro Señor y
Salvador le cerramos la puerta a la muerte eterna.
Esto hace referencia a otras llaves que el Señor tiene en sus manos, las cuales se
mencionan también en Apocalipsis.
(Apocalipsis 1:18) y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los
siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

PUERTA ABIERTA

Jesús tiene las llaves, por lo tanto Él tiene la autoridad y el poder de abrir y cerrar
puertas. En el caso de la iglesia de Filadelfia, el Señor les dijo que Él abría una
puerta para ellos.
(Apocalipsis 3:8) Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta
abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi
palabra y no has negado mi nombre.

Los creyentes de Filadelfia habían sido obedientes y fieles al Señor; sin embargo
no contaban con mucho poder…pero Jesús sí. Por eso Él, quien tiene la llave, se
ofrece a abrir la puerta de oportunidad.

La puerta abierta no es un derecho sino un regalo, una oportunidad. Pero cuando


el Señor la abre, nadie ni nada la podrá cerrar.
Mensaje a FILADELFIA (Parte II)
CREYENTES JUDÍOS

Algunos creyentes en Filadelfia eran judíos. Ellos creyeron que Jesús era su
Mesías. Pero por no todos los judíos del lugar creyeron. Los que no creyeron
rechazaron a los que creyeron, al punto que no los dejaron entrar más a la
sinagoga de la ciudad.

Pero, como dice el refrán, “donde se cierra una puerta, se abre otra”. A los judíos
creyentes se le cerró la puerta de la sinagoga, pero Jesús les dijo que Él ponía
“una puerta abierta que nadie podría cerrar” (3:8).

Los judíos de la sinagoga acusaban a sus hermanos creyentes de “no ser judíos”.
En su mente no era compatible “ser judío” con “creer en Jesús”, tal como sucede
hoy en día con el judaísmo rabínico.

Pero Jesús consoló a los judíos mesiánicos de Filadelfia diciéndoles que ellos
eran verdaderos judíos. Quienes eran falsos judíos eran los otros.
(Apocalipsis 3:9) He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que
se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y
se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado.

Pablo explicó que los verdaderos judíos son los de corazón.


(Romanos 2:28-29) Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la
circuncisión es la externa, en la carne; (29) sino que es judío el que lo es
interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la
alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.

(Filipenses 3:3) porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos


en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza
en la carne…

Este pensamiento no es particular del Nuevo Testamento, sino de toda la Biblia. El


Antiguo Testamento también habla el mismo mensaje.
(Deuteronomio 10:15-16) Sin embargo, el SEÑOR se agradó de tus padres, los
amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a vosotros, de entre
todos los pueblos, como se ve hoy. (16) Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no
endurezcáis más vuestra cerviz.

(Deuteronomio 30:4-6) Si tus desterrados están en los confines de la tierra, de allí


el SEÑOR tu Dios te recogerá y de allí te hará volver. (5) Y el SEÑOR tu Dios te
llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la poseerás; y El te prosperará y
te multiplicará más que a tus padres. (6) Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará
tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios
con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.

(Jeremías 4:3-4) Porque así dice el SEÑOR a los hombres de Judá y de


Jerusalén: Romped el barbecho, y no sembréis entre espinos. (4) Circuncidaos
para el SEÑOR, y quitad los prepucios de vuestros corazones, hombres de Judá y
habitantes de Jerusalén, no sea que mi furor salga como fuego y arda y no haya
quien lo apague, a causa de la maldad de vuestras obras.

El problema con el judaísmo rabínico es que sigue a sus rabinos y las tradiciones
de los hombres, no a la Palabra de Dios. Esto fue lo que Jesús tanto criticó de los
fariseos.
(Marcos 7:5-9) Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué tus
discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen con
manos inmundas? (6) Y El les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas,
como está escrito: "Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está
muy lejos de Mí. (7) Mas en vanos me rinden culto, enseñando como doctrinas
preceptos de hombres. (8) Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la
tradición de los hombres. (9) También les decía: Astutamente violáis el
mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

(Juan 5:46-47) Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí


escribió él. (47) Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras?

Los fariseos les cerraron la puerta de la sinagoga a los creyentes mesiánicos en


Filadelfia. Fueron excomulgados. Ellos ya no pudieron entrar más a la sinagoga de
la ciudad. Sin embargo, Jesús les abrió otra puerta, la del Reino de Dios. El Señor
es quien tiene la llave del Reino, no los religiosos.

Las religiones creen poseer “la verdad”. Creen tener la llave de la salvación. Pero
la realidad es que sólo el Señor tiene la llave de la vida eterna y la llave del Reino.
Él es quien abre, y nadie puede cerrar, y quien cierra y nadie puede abrir.

Jesús dijo:
(Juan 10:9) Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá
y hallará pasto.

Aunque los religiosos nos rechacen y nos cierran las puertas de sus iglesias, la
puerta que nos interesa cruzar es la del Reino de Dios. La llave la tiene Jesús, y
con él es quien debemos quedar bien, no con los hombres.

PREPARADOS PARA LA PRUEBA


La persecución que sufrieron los creyentes de Filadelfia les sirvió como
preparación para las pruebas que vendrían después.

De la misma forma, cuando nosotros seamos perseguidos, apreciémoslo como


una oportunidad para desarrollar carácter y probar lo que verdaderamente
creemos. La persecución prueba dónde está nuestro corazón. Prueba a quién
somos leales—si a Dios o a los hombres.

El Señor dijo lo siguiente a la iglesia de Filadelfia, y también a nosotros hoy:


(Apocalipsis 3:10) Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre
todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.

La prueba viene para “probarnos”—valga la redundancia. No es tanto para


probarle a Dios que somos fieles, porque Él ya lo sabe, sino más para que
nosotros mismos nos demos cuenta de dónde está nuestro corazón.

LA HORA DE LA PRUEBA
La Biblia habla de un tiempo de prueba que vendrá sobre toda la Tierra. Esta
“hora de prueba” también se conoce como el período de “la gran Tribulación”
(Apoc. 6 al 19).

Muchos tiemblan ante la mención de tribulación. Pero en lugar de dejarnos


atemorizar, debemos entender que el propósito de las pruebas no es destruirnos,
sino todo lo contrario; la meta es limpiarnos y prepararnos.
(Malaquías 3:2-3) ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá
mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y
como jabón de lavanderos. (3) Y El se sentará como fundidor y purificador de
plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y
serán los que presenten ofrendas en justicia al SEÑOR.

¿Por qué debemos limpiarnos? ¿Cuál es la urgencia? Porque el Señor ya viene.

La Novia del Señor debe purificarse y prepararse para la venida del Novio.
Mientras más cerca esté Su Venida, más urgente será nuestra limpieza. Por esa
razón, mientras más cerca esté el día, el fuego de las pruebas comenzará a subir
de intensidad.

También el profeta Isaías escribió:


(Isaías 1:25-28) También volveré mi mano contra ti, te limpiaré de tu escoria como
con lejía, y quitaré toda tu impureza. (26) Entonces restauraré tus jueces como al
principio, y tus consejeros como al comienzo; después de lo cual serás llamada
ciudad de justicia, ciudad fiel. (27) Sion será redimida con juicio, y sus
arrepentidos con justicia. (28) Pero los transgresores y los pecadores serán
aplastados a una, y los que abandonan al SEÑOR perecerán.

Hay dos formas de purificarnos. Una es someternos a esta disciplina


voluntariamente, es decir, limpiarnos “por las buenas”, siendo fieles y
perseverantes. Quien tiene la disciplina no necesita ser disciplinado.

La otra forma es esperar a que venga sobre nosotros la hora de la prueba, lo cual
hará el proceso más difícil. Pero aun esto es bueno.
(Santiago 1:2-4) Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en
diversas pruebas, (3) sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, (4)
y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y
completos, sin que os falte nada.

La palabra para “paciencia” es la misma en griego que se traduce como


“perseverancia” en la carta a Filadelfia.

El Señor elogió a la iglesia de Filadelfia por ser perseverante, tanto en las buenas
como en las malas.
(Apocalipsis 3:10) Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre
todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.

¿Qué espera Dios de nosotros? Perseverancia.


La palabra en griego es Jupomoné, que literalmente significa “tener resistencia o
aguante con una actitud alegre o esperanzada”. También significa constancia y
paciencia.

¿Qué significa: “guardar la palabra de la perseverancia”? Es mucho más que ser


paciente. Es resistir y aguantar con una buena actitud y con esperanza. Significa
seguir haciendo lo bueno, lo que dice la Biblia [“palabra” gr. Logos], a pesar de las
circunstancias negativas, aun cuando los malos parezcan estar ganando, y aun
bajo amenaza de muerte.

(Romanos 5:3-5) Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia [gr. Jupomoné]; (4) y la
paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; (5) y la esperanza
no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.

(Romanos 15:4) Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra
enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia [gr. Jupomoné] y del
consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.

Esto es lo que sucederá en los últimos tiempos. El mal parecerá estar ganando.
Pero nosotros debemos permanecer firmes y seguir practicando el bien, aun a
costa de la propia vida.
(Lucas 21:16-19) Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y
amigos; y matarán a algunos de vosotros, (17) y seréis odiados de todos por
causa de mi nombre. (18) Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
(19) Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas.

La perseverancia es la virtud que ayudará a los creyentes a no dejarse marcar con


el sello de la Bestia.
(Apocalipsis 14:12) Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

[Otras referencias sobre la perseverancia: Rom. 2:7; 8:25; 2 Cor. 1:6; Col. 1:9-11;
2 Tes. 1:4-5; Heb. 10:36; Sant. 1:3-4; Apoc. 14:12]

Más que librarnos “de la prueba”, Jesús promete librarnos “en la hora de la
prueba”. En la oración que Jesús hizo por sus seguidores antes de morir vemos lo
que está en Su corazón.
(Juan 17:15) No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del
maligno.

RECOMPENSAS
Lo que no debemos olvidar en medio de la tribulación y las pruebas es que la
perseverancia tiene su recompensa.
(Hebreos 10:35-36) Por tanto, no desechéis vuestra confianza, la cual tiene gran
recompensa. (36) Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis
hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

En el momento de la tribulación es cuando más tentación tendremos para darnos


por vencido. Pero es precisamente en esos momentos cuando debemos asirnos
con más firmeza a Dios y a Su verdad.
(2 Juan 1:8) Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que
recibáis abundante recompensa.

Cuando se intensifique la tribulación sabremos que Él está cerca, ya sea para


salvarnos, para subirnos de nivel o porque viene ya a la Tierra.

UNA CORONA

Una de estas recompensas que Jesús ofrece es una “corona”.


(Apocalipsis 3:11) Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu
corona.

Santiago nos habla de esta corona.


(Santiago 1:12) Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque
una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha
prometido a los que le aman.

También Pablo habla acerca de la corona que le será dada al que persevere.
(2 Timoteo 4:7-8) He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he
guardado la fe. (8) En el futuro me está reservada la corona de justicia que el
Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a
todos los que aman su venida.

La corona que Dios nos ofrece es mejor que cualquier recompensa terrenal.
(1 Corintios 9:25) Y todo el que compite en los juegos se abstiene de todo. Ellos
lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

AL VENCEDOR
Además de la corona, el Señor promete las siguientes recompensas a aquellos
que salgan vencedores de las pruebas en la iglesia de Filadelfia:
(Apocalipsis 3:12) Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de
la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi
nombre nuevo.

a. Columna en el Templo
Todos los creyentes somos llamados a ser piedras vivas que conforman el Templo
espiritual.
(Efesios 2:20-22) edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, (21) en quien todo el edificio, bien
ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, (22) en quien
también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Sin embargo, a los vencedores se les dará un lugar especial en el Templo


espiritual, como columnas,

Las columnas son las que dan estabilidad a un edificio. Sin ellas, la estructura
estaría en riesgo ante cualquier viento, lluvia o temblor.

Ser columna espiritual implica tener una posición de autoridad, tal como la tenían
los apóstoles (Gal. 2:9). No sólo se trata del “derecho” de ser autoridad, sino sobre
todo la responsabilidad de sostener a muchos, a través de la enseñanza de
rectitud y con el ejemplo de una vida recta.

b. El Nombre de Dios
Otra recompensa a los vencedores es llevar el Nombre de Dios, del Cordero y de
la Ciudad de Dios.
(Apocalipsis 3:12) …escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la
ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi
nombre nuevo.

Cuando una persona llevaba sellado en su mano o frente el nombre de alguien,


esto quería decir que uno le pertenecía a dicha persona. Es un sello de propiedad
y de pertenencia. Los que llevan el Nombre de Dios escrito es porque le
pertenecen a Él por completo. Además, llevarán escrito el nuevo nombre de
Jesús, el cual será revelado al final de los tiempos.

En el último capítulo de Cantares vemos cómo el Novio le pide a la Novia que selle
Su Nombre en su brazo y en su corazón, como señal de compromiso y amor
eterno.
(Cantares 8:6) Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo,
porque fuerte como la muerte es el amor, inexorables como el Seol, los celos; sus
destellos, destellos de fuego, la llama misma del SEÑOR.

Esto es lo que el Señor nos pide también a nosotros. Pero esto implica un
compromiso serio, de una entrega total.

Entre los que serán sellados con el Nombre de Dios se encontrarán los 144,000
Redimidos.
(Apocalipsis 14:1) Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte
Sion, y con El ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de El y el nombre
de su Padre escrito en la frente.

Estos serán protegidos de las copas de ira al final de los tiempos.


(Apocalipsis 7:1-4) Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro
extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no
soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. (2) Y
vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo; y
gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño
a la tierra y al mar, (3) diciendo: No hagáis daño, ni a la tierra ni al mar ni a los
árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro
Dios. (4) Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.

En contraste, están aquellos que se dejarán sellar con la marca de la bestia, es


decir, el Anticristo (Apoc. 14:9-12).

c. El nombre de la Ciudad de Dios


Los vencedores también serán sellados con el Nombre de la Ciudad de Dios, la
cual es Jerusalén. Este sello funcionará como el documento de identificación del
Reino de Dios, o como el pasaporte que dará entrada libre a la Nueva Jerusalén.
(Apocalipsis 21:23-27) La ciudad no tiene necesidad de sol ni de
luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su
lumbrera. (24) Y las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán a
ella su gloria. (25) Sus puertas nunca se cerrarán de día (pues allí no habrá
noche); (26) y traerán a ella la gloria y el honor de las naciones; (27) y jamás
entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo
aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.

El Nombre de Jerusalén estará escrito en sus frentes, y a la vez sus nombres


estarán escritos en el Registro de ciudadanos del Reino de Dios.

El profeta Isaías hace mención de los que son llamados por el nombre de la
Ciudad de Dios.
(Isaías 60:14) Vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, se
postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban, y te llamarán
Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel.

Esto es lo mismo que Jesús les dijo al principio a los creyentes de Filadelfia:
(Apocalipsis 3:9b) …he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan
que yo te he amado.
Mensaje a LAODICEA (3:14-22) parte I
La última carta para las iglesias de Apocalipsis es para Laodicea. El mensaje que
el Señor les envía es el siguiente:

(Apocalipsis 3:14-22) Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: "El Amén, el


Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto: (15) 'Yo
conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! (16)
'Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (17)
'Porque dices: "Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad"; y no
sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo, (18) te
aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y
vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu
desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver. (19) 'Yo reprendo y
disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. (20) 'He aquí, yo
estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré con él y él conmigo. (21) 'Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en
mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. (22) 'El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'"

En contraste con la iglesia de Filadelfia, la cual no recibió reprensión del Señor,


esta última iglesia no recibió ninguna afirmación sino sólo reprensión. No tenía
nada bueno que decirse de ellos. A pesar de eso, el Señor aun los consideraba
como parte de Su iglesia. El Señor estaba fuera de esta iglesia, pero Él estaba a la
puerta tocando para que le abrieran sus corazones y le permitieran entrar y tener
comunión con ellos.

A pesar del estado en que se encontraba esta iglesia, todavía tenían esperanza—
tenían tiempo para arrepentirse y salir victoriosos.

Muchos comentaristas consideran que esta iglesia representa el estado de los


creyentes de los últimos tiempos antes que venga el Señor.

LAODICEA
Laodicea era una de las ciudades más prósperas de la región gracias a su
comercio. Estaba estratégicamente localizada en el encuentro de dos importantes
rutas comerciales, la del este-oeste y la del norte-sur. Por esto, se convirtió en una
ciudad banquera, donde se intercambiaba todo tipo de moneda. Además, era
conocida por varias industrias, entre las cuales estaba la fabricación de prendas
de lana negra al igual que un ungüento especial para los ojos hecho de rocas
pulverizadas de la región.

La ciudad era tan rica que se dieron el lujo de rechazar la ayuda del imperio
romano cuando un terremoto devastó la región en el año 60 a.C. Ellos contaban
con suficientes recursos propios para la reconstrucción.

Este era un pueblo rico, orgulloso y autosuficiente…pero había algo que no


tenían: agua. Ellos se vieron forzados a comprar agua de los pueblos vecinos, la
cual era transportada a través de acueductos. A la ciudad de Hierapolis le
compraban agua caliente, que provenía de fuentes termales; de Colosa provenían
aguas frescas de manantiales. Los romanos construyeron acueductos que
transportaban el agua. Para el tiempo en que el agua llegaba a Laodicea, ésta se
volvía tibia. Pero no podían tomar el agua de inmediato, sino tenían que esperar
que se enfriara, ya que si se tomaban tibia, podía producir náusea, no sólo debido
a la temperatura sino también a los minerales que traía el agua.

UNA IGLESIA RICA, PERO POBRE


Así como la ciudad de Laodicea, también la iglesia del lugar era rica. Con sus
muchos recursos hicieron planes y programas, pero no tomaron en cuenta a Dios,
y lo dejaron afuera.

Dios quiere que sus hijos sean prósperos en todo. Sin embargo, existe un peligro
cuando se crece en prosperidad material, pero no en espiritual a la misma vez.
Esto es lo que Dios advirtió a los israelitas antes de entrar a la Tierra Prometida:
(Deuteronomio 8:17-18) No sea que digas en tu corazón: "Mi poder y la fuerza de
mi mano me han producido esta riqueza." (18) Mas acuérdate del SEÑOR tu Dios,
porque El es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el
cual juró a tus padres como en este día.

La prosperidad material debe ir de la mano con la espiritual.


(3 Juan 1:2) Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu
alma, y que tengas buena salud.
Si la riqueza material se convierte en el objetivo de la vida, entonces perdemos la
perspectiva de lo que es verdaderamente importante: Dios. Esto es lo que le
sucedió a la iglesia de Laodicea.

(Apocalipsis 3:17) Porque dices: "Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo


necesidad"; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y
desnudo.

La iglesia de Laodicea se creía “rica”, pero en realidad eran muy pobre. No estaba
con ellos el Señor. Lo dejaron fuera, y Él tuvo que llegar a tocar la puerta.

CIEGOS Y DESNUDOS
El Señor también describe a la iglesia como “ciega y desnuda”. Esta descripción
tuvo que pegarles fuerte a los creyentes de Laodicea, ya que era algo que creían
tener.

Con anterioridad mencionamos que Laodicea era famosa por un colirio fabricado
localmente, el cual curaba enfermedades de los ojos. Por lo tanto, la ceguera
estaba lejos de ser una preocupación para ellos. Tampoco creían estar desnudos
porque en esta ciudad fabricaban vestimentas de lana.

Pero así como estaban pobres espiritualmente, también eran ciegos y desnudos
espiritualmente. Eran ciegos porque no podían ver la realidad de Dios ni el ámbito
espiritual. Estaban desnudos espiritualmente porque estaban vestidos de obras
propias, pero no de la justicia de Dios.

Pedro describe la ceguera como la carencia de las virtudes espirituales.

(2 Pedro 1:5-9) Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a
vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; (6) al conocimiento, dominio propio,
al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, (7) a la piedad,
fraternidad y a la fraternidad, amor. (8) Pues estas virtudes, al estar en vosotros y
al abundar, no os dejarán ociosos ni estériles en el verdadero conocimiento de
nuestro Señor Jesucristo. (9) Porque el que carece de estas virtudes es ciego o
corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados.

Los creyentes de Laodicea eran pobres, ciegos y desnudos espiritualmente. Eran


ciegos porque no habían permitido que las virtudes del Espíritu Santo
transformaran su carácter. Su falta de virtud se hacía evidente “en la calle”, y así
quedaban desnudos, quedando su pobreza espiritual expuesta ante todos. Pero
para evitar esto, el Señor les aconsejó hacerse tesoro espiritual.
(Apocalipsis 3:18) Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para
que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la
vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.

La iglesia de Laodicea creía tenerlo todo, pero en un sentido espiritual no tenían


mucho. Habían creído en Jesús como su Salvador, pero no como su Señor. Eran
salvos, pero no habían permitido que sus vidas fueran transformadas a la imagen
de Jesucristo. Pablo lo explica de la siguiente manera:
(1 Corintios 3:11-15) Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está
puesto, el cual es Jesucristo. (12) Ahora bien, si sobre este fundamento alguno
edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, (13) la obra de cada
uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será
revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. (14) Si
permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá
recompensa. (15) Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida;
sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.

¿Cómo podemos “comprar” el tesoro espiritual? El profeta Isaías lo revela:


(Isaías 55:1-3) Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero,
venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo
alguno. (2) ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo
que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará
vuestra alma en la abundancia. (3) Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y
vivirá vuestra alma; y haré con vosotros un pacto eterno, conforme a las fieles
misericordias mostradas a David.

El tesoro espiritual es gratis. Todo lo que se necesita es nuestro deseo. La sed y el


hambre espiritual nos llevará a buscar a Dios y a escucharle, y Él saciará nuestra
alma sin falta. Pero no nos dará nada a la fuerza. Debemos quererlo para
recibirlo.
Mensaje a LAODICEA (parte II)
NOMBRE DE JESÚS

Ante la iglesia de Laodicea, Jesús se presenta de la siguiente manera:


(Apocalipsis 3:14) “…El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la
creación de Dios…”

a. Amén
“Amén” es una palabra hebrea que significa: seguridad, fidelidad, verdad. Cuando
uno dice: “amen” es porque uno está seguro de algo, confirma que es verdad. En
español se podría traducir como “¡Así es!”.

La primera vez que Dios se describe así es en Isaías, pero comúnmente es


traducido como “Dios de la verdad”.
(Isaías 65:16-17) Porque el que es bendecido en la tierra, será bendecido por el
Dios de la verdad (heb. El-Amen); y el que jura en la tierra, jurará por el Dios de la
verdad (heb. El-Amen); porque han sido olvidadas las angustias primeras, y
porque están ocultas a mis ojos. (17) Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una
tierra nueva, y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria.

Lo que parece imposible, para “Dios de Verdad, Amén” no es problema. Lo que Él


promete, lo cumplirá.

Esto mismo nos enseña Pablo.


(2 Corintios 1:20) Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El [Jesús]
todas son sí; por eso también por medio de El, Amén, para la gloria de Dios por
medio de nosotros.

Jesús es el Amén. En él se cumplen todas las promesas de Dios. El las lleva a


cabo y las lleva a su cumplimiento.

b. Testigo fiel y verdadero


Jesús también se describe como el Testigo Fiel, tal como se menciona en el
capítulo uno (Apoc. 1:5).

Testigo es aquel que da testimonio de algo que presenció. Jesús es el único que
ha visto a Dios, por lo tanto, nos puede revelar cómo es Él. Da testimonio de lo
que ha oído del Padre, y lo transmite fielmente (Juan 7:28-29; 8:13-19,25-29;
18:37).

Jesús habla la verdad, tal y como es. No se deja llevar por la opinión de los
hombres ni se deja impresionar por las apariencias. El conoce la verdad completa,
y da testimonio de ella.

Pero Jesús no sólo da testimonio de Dios en palabra, sino también en obra. Con
su vida, nos revela quién es Dios en medio de un mundo apartado de Él.

La palabra griega para “testigo” es “martus”, que también se puede traducir como
“mártir”. Los mártires son los testigos que están dispuestos a morir por la verdad
que conocen como cierta. Jesús fue perseguido por hablar la verdad, pero Él fue
testigo fiel hasta la muerte (Juan 8:37-59), y aun después de la muerte. En los
últimos tiempos, nosotros seremos llamados a seguir su ejemplo: a dar testimonio
de la verdad y estar dispuestos a morir por ello.

En Su segunda venida, el Señor se presentará con el nombre de “Fiel y


Verdadero”.
(Apocalipsis 19:11) Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo
montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra.

Esta descripción de Jesús contrasta con el estado de la iglesia de Laodicea,


quienes estaban viviendo una falsedad y una fantasía. Se creían ricos, pero eran
pobres y estaban desnudos; creían ver, pero eran ciegos. Por eso el Señor los
llama a que abran sus ojos.

c. Principio de la creación
Jesús también se presenta a esta iglesia como “el Principio de la Creación de
Dios”.

Esto no quiere decir que fue creado de primero, pues Él es Dios; más bien
significa que Él estuvo a cargo de la creación. La palabra que se traduce como
“principio”, en griego es “arke”, que también quiere decir: jefe, gobernante,
principado, poder, dominio.

Jesús no sólo estuvo presente en la creación del mundo, sino que participó de una
forma activa.
(Juan 1:1-3) En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el
Verbo era Dios. (2) El estaba en el principio con Dios. (3) Todas las cosas fueron
hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

(Colosenses 1:15-18) El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda


creación. (16) Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos
como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o
autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. (17) Y El es antes de
todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen. (18) El es también la cabeza
del cuerpo que es la iglesia; y El es el principio, el primogénito de entre los
muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía.

Jesús es Creador y el Sustentador de todo. Él es quien tiene el poder sobre todas


las cosas y sobre todo poder y dominio. Esto es algo que debían entender los
creyentes de Laodicea, ya que ellos se creían autosuficientes. Debían reconocer
no sólo que dependían de Dios, sino que Él tiene la autoridad.

CONFORMIDAD
La crítica principal que el Señor hace a la iglesia de Laodicea es su conformidad,
su tibieza.
(Apocalipsis 3:15-16) Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá
fueras frío o caliente! (16) Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca.

Los habitantes de esta ciudad sabían perfectamente el efecto negativo que tenían
las aguas tibias para quien las tomaban, ya que ellos compraban agua que
provenía de fuentes termales del pueblo vecino.

Es una iglesia complaciente, que se conforma con el estado en el que está. Jesús
les dice que sería mejor que estuvieran “fríos”, porque así por lo menos se darían
cuenta de su necesidad. Pero si se creen que están bien, no hay esperanza de
que cambien.
(Apocalipsis 3:17) Porque dices: "Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo
necesidad"; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y
desnudo.

Por esa razón, Jesús los sacude con un mensaje tan fuerte.
(Apocalipsis 3:19) Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso
y arrepiéntete.

Cuando el Señor nos llama la atención, lo hace porque los ama. Nos reprende
cuando aun hay tiempo para rectificar.
(Proverbios 3:11-12) Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni aborrezcas
su reprensión, (12) porque el SEÑOR a quien ama reprende, como un padre al
hijo en quien se deleita.

(1 Corintios 11:32) Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que
no seamos condenados con el mundo.

El Testigo fiel habló la verdad, “sin pelos en la lengua”. La iglesia necesita oír la
verdad, porque esa es la única forma de reaccionar y tomar acción, antes que sea
demasiado tarde.

Cuando uno se cree rico, piensa que no necesita de nada (Oseas 12:8-9). Ese era
el estado mental de Laodicea. Pero Jesús les hace ver que les falta lo que es
verdaderamente importante.
(Apocalipsis 3:18) Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para
que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la
vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.

Aquí el Señor no está hablando de obtener “salvación”, porque como creyentes ya


la tienen. Más bien está hablando de subir de nivel en su vida espiritual. Se han
quedado como niños, cuando tienen que madurar, especialmente los tiempos
finales.

Lo que deben obtener es:

a. Oro refinado

El oro refinado no se obtiene con facilidad. Primero se excava y se saca de la


mina. Luego se limpia y se refina pasándolo por fuego.

El oro en la Biblia representa lo divino. Puede representar nuestra fe en Dios, la


cual puede ser puesta a prueba. Es fácil tener fe en Dios “en las buenas, pero,
¿sigues creyendo en Él también ante las pruebas y aflicciones?
(1 Pedro 1:6-7) En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco
de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, (7) para que la
prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por
fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de
Jesucristo.

Nosotros podemos poner a prueba nuestra fe en la vida diaria, o esperar a que


sea puesta a prueba en la tribulación final. Pero es mejor hacerlo antes, para que
descubramos si nuestra fe en Dios es real y profunda, o si es sólo de labios—si en
lugar de oro es paja.
(1 Corintios 3:12-15) Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro,
plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, (13) la obra de cada uno se hará
evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego
mismo probará la calidad de la obra de cada uno. (14) Si permanece la obra de
alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. (15) Si la obra
de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo,
aunque así como por fuego.

b. Vestiduras blancas
En Laodicea se fabricaban vestimentas hechas de lana negra. Pero el Señor les
ofrecía algo mejor: vestiduras blancas, finas y suaves.
Más adelante en Apocalipsis vemos que las vestiduras se emblanquecen con la
sangre del Cordero.
(Apocalipsis 7:13-14) Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están
vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? (14) Y yo
le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la
gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la
sangre del Cordero.

Luego de recibir la justificación como regalo del Señor, debemos comenzar a vivir
con un buen testimonio, como es digno de los hijos de Dios, como la Novia del
Cordero.
(Apocalipsis 19:8) Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y
limpio, porque las acciones justas de los santos son el lino fino.

El Señor también dice:


(Apocalipsis 16:15) He aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y
guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza.

c. Colirio para los ojos


Los creyentes en Laodicea tenían ceguera espiritual. No es que fueran ciegos,
sino que veían borroso. No veían las cosas desde la perspectiva espiritual. La
línea entre lo bueno y lo malo estaba borrosa.

Parte importante de la ceguera es no reconocer que uno necesita más de Dios.

(Juan 9:41) Jesús les dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora,
porque decís: "Vemos", vuestro pecado permanece.

Si uno cree que ya está bien, no pedirá que esos “puntos ciegos” que no podemos
ver (pero los demás sí) nos sean revelados para poder sanarlos.

Pedro dijo que el ciego es quien no tiene las virtudes del Espíritu.
(2 Pedro 1:9) Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista,
habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados.

Juan también dice que el ciego es el que no ama al prójimo.


(1 Juan 2:9-11) El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún
en tinieblas. (10) El que ama a su hermano, permanece en la luz y no hay causa
de tropiezo en él. (11) Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda
en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

La medicina para la ceguera espiritual es el colirio: es reconocer que necesitamos


transformarnos a la imagen del Señor. Necesitamos amor y los demás dones del
Espíritu.

¿Quién ha alcanzado la medida de la estatura de la plenitud de Cristo?


Mientras no lo hayamos hecho, tenemos algo que cambiar, que mejorar, que
perfeccionar.
(Efesios 4:13-24) ...hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (14) para que ya no seamos niños,
sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por
la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; (15) sino que
hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la
cabeza, es decir, Cristo, (16) de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y
unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento
adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia
edificación en amor. (17) Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que
ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, (18)
entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la
ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; (19) y ellos, habiendo
llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez
toda clase de impurezas. (20) Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta
manera, (21) si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la
verdad que hay en Jesús, (22) que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir,
os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, (23)
y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, (24) y os vistáis del nuevo
hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad
de la verdad.

¿Dónde podemos comprar ese oro refinado, las vestiduras blancas y el colirio?
El Señor dice: “te aconsejo que lo compres de mí” (3:18).

¿Cómo podemos comprarlo? ¿Con qué dinero?


(Isaías 55:1-3) Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero,
venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo
alguno. (2) ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo
que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará
vuestra alma en la abundancia. (3) Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y
vivirá vuestra alma; y haré con vosotros un pacto eterno, conforme a las fieles
misericordias mostradas a David.

Jesús no espera que seamos ricos, pero sí espera que tengamos hambre y sed de
Él. No espera que seamos “perfectos”, pero sí que seamos honestos y
reconozcamos nuestra condición, pues sólo así podremos cambiar y estar abiertos
para recibir Su ayuda.

¿Quién busca ir a la mesa? Es quien tiene hambre y sed. La iglesia de Laodicea


creían que lo tenían todo, pero no tenían lo más importante—el Señor no estaba
allí.

LLAMO A LA PUERTA
Ya habíamos mencionado que Jesús estaba fuera de la iglesia de Laodicea. Poco
a poco lo sacaron, tal vez sin darse cuenta. Lo desplazaron, lo hicieron a un lado,
y armaron planes sin tomarlo en cuenta.

Aun así, Jesús no se olvidó de ellos. Tocó a la puerta y los llamó; los invitó antes
que fuera demasiado tarde.
(Apocalipsis 3:20-22) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.

Sentarse a comer en la misma mesa implica tener compañerismo cercano. En


tiempos antiguos, la gente no invitaba a comer a su casa a cualquiera, sino sólo lo
hacía en la familia y con los amigos de confianza o con aquellos con que hubieran
hecho un pacto o alianza.

Jesús no quiere mantener una relación lejana e indiferente con su iglesia. Él desea
tener una relación cercana e íntima con nosotros. Mientras más lo conozcamos,
más lo amaremos.

La referencia a comer con el Señor también tiene relación con las Bodas del
Cordero.
(Apocalipsis 19:7-9) Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. (8) Y a
ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque las
acciones justas de los santos son el lino fino. (9) Y el ángel me dijo: Escribe:
"Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero." Y
me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

El Señor no sólo quiere que participemos como simples invitados, sino que nos
sentemos a Su lado, en la mesa del Novio, como la Novia. Esta idea también está
relacionada con la promesa al vencedor…
AL VENCEDOR
La promesa para el vencedor es sentarse junto al trono del Señor.
(Apocalipsis 3:21) Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como
yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.

Jesús nos invita a sentarnos a su derecha, como la Novia, la Esposa del Rey, la
corregente.

De esto habló Jesús a sus discípulos la noche antes de morir.


(Lucas 22:28-30) Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
pruebas; (29) y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo (30) que
comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las
doce tribus de Israel.

El Señor les explicó esa noche que en su primera venida Él se presentó como el
Mesías Sufriente, quien vino a morir por nuestros pecados. Pero en su segunda
venida, aparecerá como el Rey que vendrá a gobernar sobre toda la Tierra y a
traer justicia.

Las señales de los tiempos apuntan a que el Señor está pronto por venir.
Preparémonos. Abramos la puerta al Señor, y desarrollemos una relación más
cercana con Él.
(Isaías 55:6-7) Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto
que está cerca. (7) Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus
pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro,
que será amplio en perdonar.

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