Curso Psicofarmacología-2-68
Curso Psicofarmacología-2-68
Curso Psicofarmacología-2-68
1. Introducción a la psicofarmacología
La psicofarmacología se define como la ciencia que estudia la utilización, los mecanismos y los
efectos de los fármacos que actúan sobre el cerebro y, consecuentemente, producen un cambio o
alteración en la conducta.
Es una rama de la farmacología que se enfoca en el estudio de cómo los medicamentos afectan el
funcionamiento del sistema nervioso central y, en particular, cómo influyen en la actividad mental, el
comportamiento, el estado de ánimo y las funciones cognitivas. Esta disciplina se centra en
comprender cómo los fármacos interactúan con el cerebro y el sistema nervioso para tratar
trastornos psicológicos y psiquiátricos, así como para mejorar la salud mental en general. La
Psicofarmacología se ocupa tanto de los aspectos terapéuticos como de los posibles efectos
secundarios y riesgos asociados con el uso de medicamentos en el campo de la salud mental.
Según Jean Delay, los psicofármacos son sustancias químicas cuyo origen, sea natural o sintético,
son capaces de modificar la actividad mental independientemente del tipo de modificación. En
relación a esto último, un fármaco puede provocar lucidez o confusión, por lo que puede alterar la
conducta de forma diferente.
Es importante destacar que la prescripción y el uso de psicofármacos deben ser supervisados por
profesionales de la salud, como psiquiatras o médicos especializados en salud mental. La elección
del psicofármaco específico y la dosis dependen de la naturaleza del trastorno y las necesidades
individuales de cada paciente. Los psicofármacos pueden ser beneficiosos en el tratamiento de
diversos trastornos mentales, pero también conllevan la necesidad de una evaluación cuidadosa de
los riesgos y beneficios, así como la monitorización de posibles efectos secundarios.
Historia de la psicofarmacología
Desde la antigüedad, la sociedad ha utilizado drogas y sustancias a las que se les atribuían
“acciones terapéuticas” en las enfermedades mentales. Por ejemplo, la primera referencia escrita
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sobre el opio se encuentra en una tabla sumeria de 4000 años a. de C.. En esta misma línea, se
puede observar que a lo largo de la historia, el opio ha sido utilizado para producir somnolencia,
placidez, quitar los dolores de cabeza o de cólicos, y no sólo como uso recreativo.
Los primeros avances más significativos se producen a partir del siglo XIX. Algunos de los hitos
más relevantes se corresponden con la creación de los primeros laboratorios dedicados a la
síntesis de sustancias de uso medicinal o recreativo. Como dato, Emil Kraepelin es considerado
como el fundador del primer laboratorio de psicofarmacología. También en este siglo se realizaron
estudios sobre cómo el hachís y otras sustancias psicoactivas (como el café, el alcohol, el té o la
bromina) afectaban a los procesos intelectuales básicos (atención, memoria, lenguaje).
El primer fármaco utilizado terapéuticamente en psiquiatría fue la morfina, en el año 1860, para
combatir la agresividad y la agitación.
Entre el año 1900 y el 1950 surgieron métodos novedosos terapéuticos en psiquiatría, la gran
mayoría de carácter sedante, como los barbitúricos para la ansiedad, el lito para estabilizar el
humor o la terapia de electroconvulsiva para la esquizofrenia (tratamiento de elección inicial para
este trastorno hasta el descubrimiento de los primeros agentes antipsicóticos).
A partir del año 1950 cuando se considera que comienza la “época dorada de la
Psicofarmacología”. Más concretamente, es en el año 1952 con la introducción de la
clorpromacina en práctica clínica cuando se sitúa el comienzo de la Psicofarmacología Científica.
Durante toda esa década se produce, de forma accidental en la mayoría de los casos, el
descubrimiento del uso terapéutico de la mayoría de los psicofármacos. Entre algunos de los más
importantes encontramos:
- La clorpromacina,
- El haloperidol
- El primer antidepresivo tricíclico y los primeros IMAOS (inhibidores de la
monoamino-oxidasa)
- Las benzodiazepinas
A finales de los años 70, la farmacoterapia se instauró como primera modalidad de tratamiento en
psiquiatría. Por primera vez, surge la posibilidad de tratar a los pacientes con terapias racionales
efectivas. En los años 80 se comienza a investigar el efecto y uso de los antidepresivos para tratar
otros trastornos diferentes, como la ansiedad, y en los 90 aparecen fármacos nuevos para
enfermedades como el Alzheimer. A finalizar el siglo XX, como consecuencia del descubrimiento de
la secuencia del ADN, aparecen fármacos creados a través reingeniería genética y molecular,
generando una nueva forma de luchar contra la enfermedad mental.
La Psicología es una disciplina que busca comprender el comportamiento humano y las funciones
mentales a través del estudio de la mente y el comportamiento. A lo largo de la historia, los
psicólogos han desarrollado diversas herramientas y enfoques terapéuticos para ayudar a las
personas a superar sus desafíos emocionales y mentales. Uno de estos enfoques es la
Psicofarmacología. En este capítulo se explora la utilidad de la Psicofarmacología en la Psicología y
el por qué los psicólogos no pueden medicar.
Utilidad en psicología
No se puede pasar por alto que los psicofármacos, si bien son herramientas efectivas, también
pueden tener un impacto significativo en la conducta y el comportamiento de los individuos que los
consumen. Es importante entender tanto los beneficios como las posibles alteraciones de la
conducta que pueden surgir como resultado de su uso.
Eston son los efectos de los psicofármacos en la conducta que son susceptibles de evaluación en
terapia:
- Cambios en el apetito y peso: los cambios en el apetito y el peso pueden ser causados por
algunos psicofármacos, lo que puede influir en la conducta en términos de la relación con la
comida y la imagen corporal.
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Utilidad de la Psicofarmacología
En primer lugar, la prescripción de medicamentos es una práctica altamente regulada que requiere
un conocimiento profundo de farmacología y medicina. Los psicólogos no están formados para
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Los psicólogos tienen un papel invaluable en el tratamiento de la salud mental, ofreciendo terapia,
apoyo emocional y evaluación psicológica. Trabajar en colaboración con profesionales de la salud
que pueden recetar medicamentos es la mejor manera de garantizar que los pacientes reciban la
atención más completa y adecuada para sus necesidades individuales. En última instancia, la
integración de la psicofarmacología y la psicología es un enfoque beneficioso para mejorar la salud
mental y el bienestar de las personas.
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Farmacocinética y farmacodinámica
La farmacocinética es una rama dentro de la Farmacología que estudia las vías de introducción
del fármaco en el organismo (liberación), su reparto en el medio interior (absorción) y distribución en
los órganos (distribución), la acción de ciertos procesos vitales sobre la molécula del fármaco y
metabolitos resultantes (metabolización) y las vías de excreción (eliminación). Por tanto, se puede
definir como la expresión matemática del curso temporal del movimiento de un fármaco dentro del
organismo. De forma más sencilla y coloquial, se puede decir que es “lo que el organismo hace con
el fármaco”.
Las fases que describen el estudio de la farmacocinética son: liberación, absorción, distribución,
metabolización y eliminación, que se pueden recordar con el acrónimo de LADME. Estas fases son:
1. Liberación: todos los procesos que provocan el paso del fármaco al organismo a partir de su
forma de administración. En este paso, el medicamento entra en el cuerpo y libera el
contenido del principio activo, por lo que el fármaco debe separarse del excipiente (vehículo
o película).
2. Absorción: es la penetración en el medio interno de las sustancias que provienen del medio
externo, es decir del fármaco. Para ser eficaz, este debe llegar a la circulación sanguínea
desde el lugar dónde ha sido liberado hasta llegar al lugar de acción, después de esto será
eliminado del organismo. Los psicofármacos, para llegar al cerebro, deben atravesar la
barrera hematoencefálica (BHE), la cual es de muy difícil acceso por la cantidad reducida de
poros y los muchos enlaces que tiene. Algunas sustancias que la atraviesan fácilmente son
los ansiolíticos, la cocaína y la cafeína.
Estos dos procesos (liberación y absorción) determinan la biodisponibilidad, la cual es una medida
que contabiliza la cantidad del fármaco que es absorbida en la circulación en un período de tiempo
determinado. Por ejemplo, ¿cuál es la biodisponibilidad de un ansiolítico si se administra por vía
intravenosa? Será el 100%, puesto que las acciones de liberación y absorción no intervienen.
5. Eliminación: tiene como función terminar con la actividad biológica del fármaco. Entre las
diferentes vías que existen para llevar a cabo este proceso encontramos la vía urinaria o la
biliar, el sudor, la saliva o la descamación de la piel.
Los efectos de un fármaco sobre el organismo pueden estar influenciados por muchos factores,
como: la edad de la persona, su composición y la presencia de otras afecciones médicas además
de la que está siendo tratada.
Efectos adversos
Según la OMS, los efectos adversos son los que aparecen con la administración de un fármaco en
la dosis correcta, en la patología adecuada y en dosis terapéutica. Estos efectos se manifiestan en
cualquier órgano, pero sobre todo en los que el medicamento hace su acción, señalando que en el
caso de los psicofármacos a veces los efectos no deseados que se producen son similares a
síntomas presentes en trastornos psiquiátricos. Dentro de estos efectos adversos y no deseados se
pueden señalar:
- Efecto tóxico: se distingue del colateral porque suele ser consecuencia de una dosis en
exceso. Este efecto, por tanto, es dependiente de la dosis o cantidad del medicamento al
que se expone el organismo y del tiempo de exposición.
- Efecto letal: se corresponde con la acción biológica medicamentosa que induce la muerte.
- Efecto primario: es el efecto fundamental terapéutico deseado del medicamento,
- Efecto placebo: es la manifestación que no tiene relación con la acción realmente
farmacológica.
Neurotransmisión y receptores
- Liberación: Cuando una señal eléctrica alcanza la terminal de una neurona, desencadena la
liberación de neurotransmisores en la sinapsis.
- Recaptación: Para finalizar la señal, los neurotransmisores pueden ser reabsorbidos por la
neurona emisora o descompuestos por enzimas.
Estos son solo algunos ejemplos de neurotransmisores, y hay muchos más que desempeñan roles
específicos en la comunicación entre las neuronas y en la regulación de diversas funciones
fisiológicas y mentales. Los desequilibrios en la producción, liberación o recepción de
neurotransmisores pueden estar relacionados con trastornos neurológicos y psiquiátricos, y la
psicofarmacología a menudo se centra en la modulación de estos sistemas químicos para tratar o
aliviar síntomas en condiciones de salud mental.
Por otra parte, los receptores son proteínas especializadas que se encuentran en la membrana de
las neuronas y otros tipos de células. Estos receptores son específicos para ciertos
neurotransmisores y, cuando un neurotransmisor se une a un receptor específico, desencadena una
respuesta en la célula receptora. Existen diferentes tipos de receptores, incluyendo:
- Fármacos antagonistas: es aquel que bloquea el receptor y por tanto impide que pueda
actuar el neurotransmisor.
- Fármacos agonistas: es aquel que produce un efecto estimulando al receptor. Para estos
fármacos existe lo que se denomina el “espectro agonista”, el cual abarca la acción de:
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Los conocimientos aportados por la ciencia y la Neurobiología molecular han expuesto teorías
acerca de cómo se cree que afectan y modifican los trastornos psiquiátricos a la neurotransmisión
sináptica en las que se expone la integración de cuatro aspectos fundamentales.
En primer lugar, la existencia de vulnerabilidad genética. En segundo lugar, el impacto que pueden
generar los estresores causados por acontecimientos vitales de una persona. En tercer lugar, la
importancia de la personalidad, las habilidades de afrontamiento y apoyo social del individuo. Y en
cuarto lugar, otras influencias ambientales, como el uso de drogas o tóxicos que puedan alterar su
genoma.
En la misma línea que lo anterior, es así como se puede entender la hipótesis de los dos impactos,
que indica que el entorno y ambiente del individuo puede contribuir a que aumenten las
probabilidades de que las vulnerabilidades genéticas a una enfermedad afloren y se pongan de
manifiesto.
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Dentro de los puntos a tener en cuenta a la hora de estudiar cómo las enfermedades psiquiátricas
afectan a la neurotransmisión, se encuentran los siguientes campos de interés:
Plasticidad
La alteración en los procesos de plasticidad neuronal puede generar un trastorno en etapas
tempranas de la vida. A estos trastornos se les conoce como Trastornos del Neurodesarrollo. Si la
alteración de la neuroplasticidad se produce cuando la neurona ya está formada en su totalidad,
pueden provocarse enfermedades degenerativas en el adulto, como lo son por ejemplo muchas
demencias.
Excitotoxicidad
La excitotoxicidad que provoca la muerte neuronal por el aumento de la excitabilidad de la neurona
y la acumulación del calcio es otro mecanismo a través del cual se postula se puede adquirir la
enfermedad. Si el glutamato, el aminoácido excitatorio del cerebro, produce una entrada masiva de
calcio se producen radicales libres, los cuales pueden llegar a matar a la neurona. Una enfermedad
asociada a este efecto es el Alzheimer.
Ausencia de neurotransmisión
La ausencia de neurotransmisión es otro mecanismo mediante el cual las enfermedades pueden
modificar la neurotransmisión. Las causas pueden ser varias, desde una neurona degenerada a un
mal funcionamiento de la sinapsis. Esta situación se produce en el Parkinson e incluso en el
Alzheimer.
Exceso de neurotransmisión
De igual manera, se puede producir un aumento de excitabilidad neuronal similar a lo comentado en
el proceso de excitotoxicidad, pero en este caso referido a que la neurona se vuelve hiperactiva,
tras episodios como las convulsiones (por ejemplo en la epilepsia) o en la psicosis. El tratamiento
farmacológico se encamina a frenar la neurotransmisión excesiva e impedir la muerte neuronal.
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Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y el trastorno bipolar, son afecciones
complejas que pueden entenderse desde una perspectiva biopsicosocial, lo que implica considerar
múltiples factores que contribuyen a su desarrollo y manifestación. Esta perspectiva ayuda a
comprender que no hay una única causa para estos trastornos, sino una interacción de factores
biológicos, psicológicos y sociales. A continuación, se analizan los elementos clave de esta
perspectiva biopsicosocial en los trastornos del estado de ánimo:
Factores biológicos:
- Genética: Existe evidencia de que la predisposición genética desempeña un papel en la
vulnerabilidad a los trastornos del estado de ánimo. Las personas con antecedentes
familiares de depresión o trastorno bipolar pueden tener un mayor riesgo de desarrollar
estos trastornos.
- Neuroquímica cerebral: Desregulaciones en la actividad de neurotransmisores como la
serotonina, la dopamina y la noradrenalina están asociadas con los trastornos del estado de
ánimo. Por ejemplo, la depresión se ha relacionado con bajos niveles de serotonina.
Factores psicológicos:
- Factores cognitivos: Los patrones de pensamiento negativos y la percepción distorsionada
de la realidad pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de los trastornos del estado
de ánimo. En la depresión, es común experimentar pensamientos negativos sobre uno
mismo, el mundo y el futuro.
- Estilos de afrontamiento: Las estrategias inadecuadas para enfrentar el estrés y las
adversidades pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo. La
falta de habilidades para lidiar con situaciones estresantes puede exacerbar los síntomas.
Factores sociales:
- Factores ambientales: Experiencias de vida estresantes, como la pérdida de un ser querido,
problemas laborales, conflictos familiares o problemas financieros, pueden desencadenar o
contribuir a los trastornos del estado de ánimo. El estrés crónico puede ser un factor de
riesgo.
- Apoyo social: Un fuerte sistema de apoyo social puede ayudar a prevenir o mitigar los
trastornos del estado de ánimo. La calidad de las relaciones interpersonales y la
disponibilidad de apoyo emocional pueden influir en la resiliencia.
La perspectiva biopsicosocial reconoce que los trastornos del estado de ánimo son el resultado de
la interacción entre estos factores. Algunas personas pueden tener una predisposición genética,
pero no desarrollarán un trastorno del estado de ánimo a menos que se enfrenten a eventos
estresantes o tengan patrones de pensamiento negativo. La evaluación y el tratamiento de los
trastornos del estado de ánimo a menudo involucran enfoques multidisciplinarios que abordan estos
aspectos en conjunto. Esto puede incluir terapia cognitivo-conductual, terapia farmacológica, apoyo
social y estrategias de manejo del estrés. Además, es importante destacar que el tratamiento
exitoso a menudo se adapta a las necesidades individuales de cada persona.
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antidepresivos y las terapias como la terapia electroconvulsiva (TEC) pueden influir en la plasticidad
neuronal y ayudar a revertir algunos de estos cambios.
Los ritmos biológicos desempeñan un papel importante en la depresión, ya que los desequilibrios
en estos ritmos pueden contribuir a la aparición y el agravamiento de los síntomas depresivos. Los
ritmos biológicos regulan una variedad de funciones corporales y mentales, como el sueño, el
estado de ánimo, el apetito y la energía.
El ritmo circadiano es el reloj biológico interno que regula el ciclo de sueño-vigilia a lo largo de un
período de aproximadamente 24 horas. Se basa en la exposición a la luz y la oscuridad. La
regulación anormal del ritmo circadiano puede dar lugar a problemas de sueño, como el insomnio o
la somnolencia diurna excesiva, que son síntomas comunes de la depresión. Las personas con
depresión a menudo muestran alteraciones en su ritmo circadiano, como patrones de sueño
irregulares, dificultades para conciliar el sueño o despertarse temprano en la mañana.
Los ritmos ultradianos son ciclos biológicos más cortos que el ritmo circadiano, que ocurren en un
período de menos de 24 horas. Por ejemplo, los ritmos de liberación de cortisol y la temperatura
corporal siguen patrones ultradianos. Alteraciones en estos ritmos también se han asociado con la
depresión.
La melatonina es una hormona que regula el sueño y está influenciada por el ritmo circadiano y la
exposición a la luz. En la depresión, la secreción de melatonina puede estar desregulada, lo que
puede contribuir a problemas de sueño.
Los ritmos biológicos y sus desequilibrios en la depresión son un área de investigación activa.
Comprender cómo estos ritmos están relacionados con los síntomas depresivos puede llevar a
estrategias de tratamiento más efectivas. El tratamiento de la depresión a menudo incluye enfoques
que regulan estos ritmos, como la terapia de luz, la terapia cognitivo-conductual para el insomnio, y
la regulación de las rutinas diarias para promover un ritmo circadiano más saludable.
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incluir somnolencia, sequedad en la boca, estreñimiento, visión borrosa, aumento de peso y otros
síntomas. Por lo tanto, la elección de un antidepresivo tricíclico y la dosis adecuada deben ser
determinadas por un profesional de la salud, y es importante que los pacientes se sometan a
seguimiento médico durante el tratamiento para monitorear cualquier efecto secundario y ajustar la
medicación según sea necesario.
Los antidepresivos inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAOs) son una clase de medicamentos
utilizados para tratar la depresión y otros trastornos del estado de ánimo. Estos medicamentos
funcionan de manera diferente a otros tipos de antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS) o los antidepresivos tricíclicos. La principal acción de los IMAOs
es inhibir la enzima monoamino oxidasa (MAO) en el cerebro. A continuación se explica cómo
funcionan los antidepresivos IMAOs:
Es importante destacar que los IMAOs son efectivos, pero su uso se ha vuelto menos común
debido a los riesgos y complicaciones asociados con su administración. Los pacientes que toman
IMAOs deben seguir una dieta baja en tiramina, ya que la interacción de estos medicamentos con
alimentos ricos en tiramina (como quesos curados, carnes procesadas y ciertos vinos) puede dar
lugar a una peligrosa elevación de la presión arterial, conocida como "crisis hipertensiva".
Además, los IMAOs también pueden interactuar con otros medicamentos, incluyendo algunos
antidepresivos, estimulantes y ciertos suplementos, lo que puede llevar a efectos secundarios
graves. Por lo tanto, el uso de IMAOs generalmente se reserva para casos en los que otros
tratamientos antidepresivos no han tenido éxito o no son una opción adecuada. La prescripción de
IMAOs y su uso debe ser supervisado por un médico especializado en psiquiatría.
Los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son una clase de
medicamentos ampliamente utilizados en el tratamiento de la depresión y otros trastornos de
ansiedad. Estos medicamentos funcionan principalmente al actuar sobre el sistema de serotonina
en el cerebro. Aquí se explica cómo funcionan los ISRS:
- Adaptación a largo plazo: Aunque los ISRS pueden comenzar a aumentar la concentración
de serotonina en el cerebro después de unas pocas semanas de tratamiento, generalmente
lleva varias semanas o incluso meses para que los síntomas de la depresión mejoren
significativamente. Esto se debe a que el tratamiento con ISRS puede provocar cambios en
la expresión de los receptores de serotonina y otros mecanismos de adaptación en el
cerebro.
Es importante destacar que los ISRS son medicamentos efectivos para muchos individuos con
depresión y trastornos de ansiedad. Sin embargo, también pueden tener efectos secundarios,
que varían de persona a persona y pueden incluir insomnio, náuseas, sequedad de boca, cambios
en el apetito, disminución del deseo sexual y otros síntomas. Es esencial hablar con un profesional
de la salud antes de tomar un ISRS para discutir los riesgos y beneficios, así como cualquier efecto
secundario que puedas experimentar.
El tratamiento con ISRS, así como cualquier tratamiento farmacológico debe ser supervisado
por un médico o un psiquiatra, y la dosis debe ajustarse individualmente para garantizar que el
medicamento sea efectivo y bien tolerado. Además, en algunos casos, la terapia
cognitivo-conductual u otras formas de terapia pueden combinarse con ISRS para un tratamiento
más integral de la depresión y los trastornos de ansiedad.
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Los trastornos del estado de ánimo se caracterizan tanto por subidas del ánimo por encima de lo
normal como por depresiones. La depresión ha ocupado un lugar central dentro de los trastornos
afectivos, pero junto con ella, y como otro trastorno afectivo, el estado de ánimo o del humor, se
encuentra el Trastorno Bipolar. El Trastorno Bipolar es un trastorno mental grave, recurrente e
incapacitante. Se caracteriza básicamente por episodios de depresión y manía, ocurriendo ambos
de modo extremo, hay periodos de recuperación y recaída ya que es un trastorno crónico.
Los estabilizadores del estado de ánimo, como el litio, son medicamentos utilizados en el
tratamiento del trastorno bipolar, una afección que se caracteriza por cambios extremos en el
estado de ánimo, que incluyen episodios maníacos y episodios depresivos. El litio es uno de los
estabilizadores del estado de ánimo más comúnmente prescritos y se utiliza para estabilizar el
estado de ánimo y prevenir la recurrencia de episodios maníacos y depresivos. A continuación, se
explica cómo funciona el litio en el tratamiento del trastorno bipolar:
- Efecto neuroprotector: Algunas investigaciones sugieren que el litio puede tener un efecto
neuroprotector, lo que significa que podría ayudar a proteger las células cerebrales y reducir
el daño causado por el estrés oxidativo, un proceso que se cree está relacionado con el
trastorno bipolar.
Señalar que el litio es un medicamento que debe ser administrado bajo estricta supervisión médica,
ya que puede tener efectos secundarios y requerir pruebas regulares para monitorear los niveles en
sangre. La dosis adecuada de litio para cada paciente debe determinarse individualmente, ya que la
respuesta puede variar considerablemente entre las personas.
Además del litio, existen otros estabilizadores del estado de ánimo que también se utilizan en el
tratamiento del trastorno bipolar, como la lamotrigina, la carbamazepina y algunas benzodiacepinas.
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El tratamiento del trastorno bipolar generalmente es complejo y requiere un enfoque integral que
incluya medicamentos, terapia y apoyo psicosocial. Por lo tanto, es esencial trabajar en estrecha
colaboración con un profesional de la salud mental para desarrollar un plan de tratamiento
adecuado.
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Aspectos Biológicos:
- Genética: Existe evidencia de que la predisposición genética desempeña un papel en la
vulnerabilidad a los trastornos de ansiedad. Las personas con antecedentes familiares de
trastornos de ansiedad pueden tener un mayor riesgo de desarrollarlos.
- Neuroquímica: Desequilibrios en los neurotransmisores, como la serotonina, la
noradrenalina y el GABA, pueden influir en el desarrollo de trastornos de ansiedad. Los
medicamentos anti ansiedad, como los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (ISRS), trabajan para corregir estos desequilibrios.
Aspectos Psicológicos:
- Respuesta al estrés: Las experiencias estresantes y traumáticas a lo largo de la vida,
especialmente durante la infancia, pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de
ansiedad. La forma en que una persona responde al estrés y a las situaciones amenazantes
también puede influir en la ansiedad.
- Pensamientos y Creencias: Los patrones de pensamiento negativo, la rumiación y las
creencias irracionales pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de la ansiedad. La
terapia cognitivo-conductual se centra en abordar estos aspectos psicológicos.
Aspectos Sociales:
- Factores ambientales: El entorno en el que una persona crece y vive puede tener un
impacto significativo en la ansiedad. Experiencias como el abuso, el acoso, la pobreza y
otros factores estresantes pueden aumentar el riesgo de trastornos de ansiedad.
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- Apoyo social: El apoyo de amigos y familiares puede mitigar los efectos de la ansiedad.
Tener una red de apoyo sólida puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la
recuperación.
- Estigma y discriminación: La falta de comprensión y el estigma social relacionado con los
trastornos de ansiedad pueden tener un impacto negativo en las personas que los padecen.
La educación y la concienciación son importantes para abordar este aspecto social.
Los trastornos de ansiedad son el resultado de una interacción compleja entre factores biológicos,
psicológicos y sociales. La comprensión de esta perspectiva biopsicosocial es fundamental para un
enfoque integral en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de ansiedad. Un
enfoque terapéutico efectivo a menudo involucra la combinación de intervenciones farmacológicas,
terapia psicológica y cambios en el estilo de vida para abordar estos aspectos de manera holística.
Existen varias teorías psicológicas que explican el origen y la naturaleza de la ansiedad. Estas
teorías proporcionan diferentes perspectivas sobre cómo se desarrollan y mantienen los trastornos
de ansiedad. Algunas teorías psicológicas sobre la ansiedad son:
Teoría Cognitiva
Las teorías cognitivas, como la propuesta por Aaron Beck, se centran en el papel de los
pensamientos y creencias en la ansiedad. Según esta teoría, las personas con trastornos de
ansiedad tienen pensamientos automáticos negativos y distorsionados que exacerban la ansiedad.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) se basa en esta teoría y trabaja para cambiar estos patrones
de pensamiento disfuncionales.
Esta teoría se centra en cómo las personas procesan y evalúan la información. Aquí, la ansiedad se
ve como el resultado de una atención excesiva a las amenazas y la interpretación negativa de
situaciones ambiguas.
Es importante destacar que estas teorías no son mutuamente excluyentes, y en muchos casos,
múltiples factores pueden contribuir al desarrollo de la ansiedad. El tratamiento de los trastornos de
ansiedad a menudo se basa en un enfoque integral que aborda los factores biológicos, cognitivos y
ambientales. Los enfoques terapéuticos, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de
exposición y la terapia farmacológica, se utilizan comúnmente para abordar la ansiedad desde
diferentes perspectivas.
Teoría de la Serotonina
La serotonina es un neurotransmisor que desempeña un papel importante en la regulación del
estado de ánimo, el sueño y la ansiedad. La teoría de la serotonina sugiere que un bajo nivel de
serotonina en el cerebro está asociado con un aumento en la ansiedad y los trastornos de
ansiedad. Los antidepresivos que actúan sobre la serotonina, como los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS), a menudo se utilizan para tratar los trastornos de ansiedad.
Teoría de la Noradrenalina
La noradrenalina (también conocida como norepinefrina) es otro neurotransmisor que juega un
papel en la regulación del estado de ánimo y la respuesta al estrés. Se ha sugerido que la
hiperactividad del sistema de noradrenalina puede estar implicada en trastornos de ansiedad, como
el trastorno de pánico y el trastorno de estrés postraumático.
Destacar que la ansiedad es una afección compleja y multifactorial, y es probable que una
combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales contribuya al desarrollo de los
trastornos de ansiedad. Las teorías neuroquímicas son una parte importante de la comprensión de
la base biológica de la ansiedad, pero no cuentan toda la historia. El tratamiento de los trastornos
de ansiedad a menudo implica abordar tanto los factores biológicos como los psicológicos.
Las bases psicobiológicas de la ansiedad se refieren a los aspectos biológicos y psicológicos que
contribuyen al desarrollo y la expresión de la ansiedad. La ansiedad es una respuesta natural y
adaptativa a situaciones de estrés o peligro, pero cuando esta respuesta se vuelve crónica o
desproporcionada, puede dar lugar a trastornos de ansiedad. Algunas de las bases psicobiológicas
de la ansiedad son:
- Genética: Existe evidencia de que la ansiedad puede tener un componente genético. Las
investigaciones han identificado genes que pueden aumentar la vulnerabilidad a los
trastornos de ansiedad. Sin embargo, la genética interactúa con factores ambientales en la
expresión de la ansiedad.
La ansiedad es una condición multifactorial, lo que significa que múltiples factores biológicos,
psicológicos y sociales interactúan para influir en su desarrollo. El tratamiento de los trastornos de
ansiedad a menudo implica abordar estos múltiples factores a través de la terapia, la medicación y
cambios en el estilo de vida. Cada individuo puede experimentar la ansiedad de manera única, y el
enfoque de tratamiento debe adaptarse a sus necesidades específicas.
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7. Ansiolíticos e hipnóticos
Los ansiolíticos y los hipnóticos son dos clases de medicamentos que se utilizan en la medicina
para tratar diferentes condiciones relacionadas con la ansiedad y el sueño. A pesar de que ambos
tipos de medicamentos pueden tener efectos sedantes y relajantes, existen diferencias importantes
entre ellos en términos de sus usos y mecanismos de acción:
Hipnóticos:
- Mecanismo de acción: Los hipnóticos actúan principalmente como inductores del sueño.
Los ejemplos incluyen el zolpidem (Ambien), el eszopiclona (Lunesta) y el zaleplon (Sonata).
Estos medicamentos actúan sobre los receptores GABA específicos en el cerebro para
promover el sueño y reducir la latencia del mismo.
Benzodiacepinas (ansiolíticos)
Las benzodiazepinas son una clase de fármacos que se utilizan comúnmente para tratar trastornos
relacionados con la ansiedad y el insomnio. Son conocidas por poseer efectos deseables como
ansiolíticos y sedantes hipnóticos, además de anticonvulsivos y relajantes musculares. Las
características generales de este grupo son la efectividad en el alivo de sintomatología ansiosa y la
seguridad en su administración, factor por el cual dejaron de implementarse barbitúricos. Algunos
ejemplos de benzodiazepinas incluyen el diazepam (Valium), el lorazepam (Ativan), el alprazolam
(Xanax) y el clonazepam (Klonopin).
Las benzodiazepinas funcionan actuando sobre el sistema nervioso central para aumentar la
actividad del neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico). El GABA es un neurotransmisor
que inhibe la actividad cerebral, lo que ayuda a reducir la excitación y la ansiedad.
El uso clínico de las benzodiazepinas está indicado en TAG (trastorno de ansiedad generalizada),
los trastornos fóbicos (agorafobia, fobia social, fobia simple…), ataques y trastorno de pánico y TOC
(tratamiento obsesivo-compulsivo). También se administran en alteraciones que cursan con
ansiedad, insomnio y tensión emocional. Igualmente se utilizan en trastornos como síndrome de
abstinencia alcohólica aguda y crónica, convulsiones y espasmos musculares.
Las benzodiacepinas son agentes sintomáticos y sólo son útiles en tratamientos a corto plazo
debido al desarrollo de tolerancia a sus acciones farmacológicas que regulan a la baja los sitios de
unión para los neurotransmisores (se disminuyen receptores, por lo que la carga de
neurotransmisores cada vez debe ser mayor), En tratamientos a largo plazo provocan dependencia
y tolerancia y puede aparecer un síndrome de abstinencia cuando se dejan de tomar, apareciendo
ansiedad e insomnio, sensibilidad excesiva a la luz o al sonido, taquicardia, hipertensión sistólica
leve, temblor, sudoración, molestias abdominales y dolor de cabeza entre otros síntomas.
Aunque estos compuestos en general son seguros, efectivos y bien tolerados (sólo el 10% de
sujetos presentan efectos adversos de poca importancia excepto casos aislados) si existen efectos
secundarios indeseables entre los que se han descrito efectos de depresión en la respiración,
desinhibición conductual y agresividad, deterioro de la función sexual y de las funciones mentales y
motoras. Por todo ello, su consumo aumenta el riesgo de accidentes y además actúan como
agentes amnésicos y producen adaptaciones en el receptor responsables de la aparición de
tolerancia y dependencia.
reducen la taquicardia, las pupilas dilatadas, el temblor. Igualmente pueden utilizarse los
betabloqueadores. Los neurolépticos en concreto los neurolépticos atípicos, en algunos pacientes
con TEPT (trastorno de estrés postraumático) pueden ser útiles.
Los antidepresivos tanto ATC (antidepresivos tricíclicos), IMAOs (inhibidores de la
mono-amino-oxidasa) e ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) están
indicados en tratamientos de larga duración y en pacientes con ansiedad y depresión.
Finalmente los antihistamínicos que presentan más sedación y menos eficacia para la ansiedad.
Por ejemplo, en el trastorno de ansiedad generalizada, los fármacos de primera elección serían
ISRS, ISRN inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina), ISRS o ISRN +
benzodiacepinas (solo al inicio). La mejoría puede tardar en aparecer 6 meses, y dado que es un
trastorno a largo plazo, el uso de benzodiacepinas debe ser intermitente.
Para este trastorno la opción farmacológica de segunda línea sería el uso de anticonvulsivos
(gabapentina o pregabalina) y antidepresivos con acción sedante como la mirtazapina o la
trazodona, seguidos de los ATC. Sin embargo, para el trastorno de fobia social los fármacos de
elección primera son los ISRS o ISRN y en segunda opción gabapentina o pregabalina, beta
bloqueantes e IMAOs. En este trastorno no está clara la utilidad de las benzodiacepinas.
Los hipnóticos de acción breve no benzodiacepínicos son los fármacos más recientes y
presentan ventajas sobre las benzodiacepinas, tanto en su mecanismo de acción como en sus
propiedades farmacocinéticas. Son los llamados fármacos “Z”, ya que su nombre contiene esta
letra. Todos comparten un perfil determinado, como es el inicio de acción rápido y duración breve
con lo cual se evitan los efectos residuales.
Una de las ventajas frente a las benzodiacepinas es que no producen tolerancia, dependencia o
efectos de discontinuación a largo plazo. Estos medicamentos actúan sobre los receptores de
GABA (ácido gamma-aminobutírico) en el cerebro, al igual que las benzodiacepinas, pero se dirigen
a subtipos específicos de estos receptores. Algunos ejemplos de hipnóticos de acción breve no
benzodiacepínicos incluyen:
- Zolpidem (Ambien): El zolpidem es uno de los hipnóticos de acción breve más comunes y se
utiliza para tratar el insomnio a corto plazo. Ayuda a inducir el sueño y se prescribe
generalmente para su uso durante un período limitado.
- Zaleplon (Sonata): Similar al zolpidem, el zaleplon se usa para tratar el insomnio a corto
plazo. Actúa rápidamente para inducir el sueño, pero su duración de acción es breve.
Aunque presentan ventajas frente a las benzodiacepinas, como con cualquier medicamento, es
importante utilizarlos bajo la supervisión de un profesional de la salud y seguir las indicaciones de la
prescripción. Además, su uso generalmente se recomienda solo a corto plazo, ya que el insomnio a
largo plazo debe ser evaluado y tratado de manera integral para abordar las causas subyacentes.
El que una benzodiacepina se utilice para la sedación o para la ansiedad se basa en gran medida
en su vida media, ya que en el insomnio se prefieren utilizar fármacos de vida media breve con el
fin de que los efectos sedantes hayan desaparecido por la mañana. Sin embargo, en la práctica
todas las benzodiacepinas se usan para el insomnio.
A pesar de ser muy utilizadas para tratar el insomnio, deben considerarse fármacos de segunda
línea para este trastorno. Con el uso de las benzodiacepinas para tratar el insomnio hay que tener
presente los efectos secundarios que producen, que a corto plazo incluyen sedación diurna,
interferencia con la actividad laboral y trastornos de memoria (dificultad en la formación de
recuerdos), mientras que a largo plazo presentan tolerancia (dejan de actuar después de 2 o 3
semanas).
Se recomienda tomarlas sólo durante algunos días (10-12) y después dejar un tiempo sin
tratamiento. Ante la toma continuada se produce síndrome de abstinencia por la retirada brusca e
insomnio de rebote, que se puede evitar como ya se ha dicho, con la administración a corto plazo o
intermitente y la retirada gradual.
Es importante tener en cuenta que, si bien estos antidepresivos pueden ser útiles para tratar la
depresión y mejorar el sueño en algunas personas, también pueden tener efectos secundarios,
como somnolencia diurna excesiva, sequedad bucal y otros. Además, la elección del antidepresivo
y la dosis específica se basarán en la evaluación individual del paciente por parte de un profesional
de la salud.
Existen agentes que se pueden obtener (a veces) sin receta y pueden presentar acción como
moduladores del sueño. En general son compuestos con ingredientes activos que presentan
propiedades sedantes bien por actuar como antihistamínico, como anticolinérgico o como alivio del
dolor. Se ha observado que los fármacos que son antagonistas específicos de los receptores de la
histamina H1 actúan como sedantes e inducen sueño. Algunos antihistamínicos son efectivos por
ello, al igual que ocurre con el ATC doxepina. Sin embargo, cuando los antihistamínicos presentan
efectos anticolinérgicos provocan efectos secundarios como sequedad de boca, visión borrosa,
estreñimiento y pueden provocar confusión o problemas de memoria especialmente en ancianos y
no parecen ser efectivos para el trastorno del sueño.
Existen otros productos como la agomelatina, antidepresivo agonista de la melatonina que actúa
regulando los ritmos circadianos y pueden ser útiles en individuos sin depresión pero con trastorno
del sueño por desfase horario. Lo mismo ocurre con los fármacos agonistas selectivos de los
receptores de la melatonina, que son buenos inductores para el inicio del sueño y en trastorno por
desfase horario.
En cuanto al uso de hierbas medicinales como la valeriana señalar que en situaciones de insomnio
transitorio puede ser de ayuda pero el uso de plantas medicinales tiene el inconveniente de que es
difícil ajustar la dosis que se administran los sujetos.
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Es importante destacar que el tratamiento farmacológico debe ser parte de un enfoque integral para
el TAG, que a menudo incluye terapia cognitivo-conductual u otras formas de terapia psicológica. La
terapia puede ayudar a las personas a aprender estrategias de afrontamiento y a modificar patrones
de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la ansiedad.
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Trastorno de Pánico
El tratamiento farmacológico para el trastorno de pánico y los ataques de pánico a menudo implica
el uso de medicamentos para reducir la frecuencia e intensidad de los ataques de pánico, así como
para controlar la ansiedad y los síntomas relacionados. Los medicamentos más comúnmente
utilizados para el trastorno de pánico y los ataques de pánico incluyen:
- Beta bloqueantes: Los medicamentos como el propranolol (Inderal) a veces se utilizan para
reducir los síntomas físicos de la ansiedad, como la taquicardia y los temblores, pero no
afectan directamente los síntomas del pánico.
- Antidepresivos tricíclicos: Aunque se utilizan con menos frecuencia que los ISRS, algunos
antidepresivos tricíclicos, como la clomipramina (Anafranil), también pueden ser útiles en el
tratamiento del trastorno de pánico.
Es importante destacar que el tratamiento del trastorno de pánico debe ser supervisado por un
profesional de la salud, y que el uso de medicamentos, en particular las benzodiacepinas, debe ser
cuidadosamente evaluado y seguido para evitar la dependencia y la tolerancia. La combinación de
medicamentos y terapia a menudo se considera el enfoque más efectivo para el tratamiento del
trastorno de pánico.
- Antidepresivos tricíclicos: Aunque menos comunes que los ISRS, algunos antidepresivos
tricíclicos, como la clomipramina (Anafranil), han demostrado ser efectivos en el tratamiento
del TOC. Sin embargo, tienden a tener más efectos secundarios en comparación con los
ISRS y, por lo tanto, a menudo se reservan para casos en los que otros medicamentos no
han funcionado.
Es importante destacar que el alivio de los síntomas puede llevar tiempo, a menudo semanas o
meses, antes de notar una mejoría significativa. Además, se deben seguir las indicaciones del
médico y comunicarse sobre cualquier efecto secundario o cambio en los síntomas.
Fobias
El tratamiento farmacológico para las fobias, como la fobia social, la agorafobia, la fobia específica y
otras, no es generalmente el enfoque de primera línea. Por lo general, se prefiere el tratamiento
psicoterapéutico, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ha demostrado ser eficaz en el
tratamiento de las fobias. Sin embargo, en ciertos casos, especialmente cuando las fobias son
graves o incapacitantes, los medicamentos pueden ser considerados. Aquí hay algunas opciones
de tratamiento farmacológico que pueden ser utilizadas en casos de fobias:
- Antidepresivos: En casos de fobia social, los antidepresivos, como los inhibidores selectivos
de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden ser útiles. La sertralina (Zoloft) y la
paroxetina (Paxil) son ejemplos comunes. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la
ansiedad social y los síntomas de la fobia social.
resistentes a otros tratamientos. Aquí hay algunas clases de medicamentos que se utilizan en el
tratamiento del TEPT:
- Prazosin: Prazosin es un medicamento alfa-bloqueante que a veces se utiliza para tratar los
síntomas de pesadillas y terrores nocturnos asociados con el TEPT. Puede ayudar a reducir
la frecuencia e intensidad de las pesadillas.
La combinación de medicamentos y terapia suele ser la estrategia más eficaz para el manejo del
TEPT. También es importante seguir las indicaciones de su profesional de la salud y comunicarse
sobre cualquier efecto secundario o cambio en los síntomas.
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Los trastornos psicóticos son un grupo de trastornos mentales que se caracterizan por la presencia
de síntomas psicóticos, que incluyen la pérdida de contacto con la realidad. Estos síntomas pueden
manifestarse de diversas maneras y con diferentes grados de gravedad. Algunos de los trastornos
psicóticos más comunes incluyen:
- Trastorno psicótico breve: Se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos que duran
menos de un mes. Puede ser una respuesta a una situación de estrés o trauma.
- Trastorno psicótico compartido: Ocurre cuando una persona desarrolla síntomas psicóticos
debido a una influencia cercana con alguien que ya tiene un trastorno psicótico, como la
esquizofrenia.
El tratamiento para estos trastornos suele incluir medicamentos antipsicóticos, terapia psicológica y
apoyo social. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden ayudar a mejorar la calidad
de vida de quienes padecen estos trastornos. Si tú o alguien que conoces está experimentando
síntomas psicóticos, es importante buscar ayuda médica y psicológica.
Psicosis
La psicosis es un estado mental en el que la persona experimenta una desconexión de la realidad.
Los síntomas psicóticos incluyen alucinaciones (percepciones falsas, como escuchar voces o ver
cosas que no están presentes en el entorno), delirios (creencias irracionales o falsas), pensamiento
desorganizado y graves alteraciones en el funcionamiento cognitivo. En la esquizofrenia, los
síntomas psicóticos son un rasgo distintivo.
Dopamina:
La teoría dopaminérgica de la esquizofrenia ha sido una de las más influyentes. Según esta teoría,
la esquizofrenia se asocia con una hiperactividad de la vía de la dopamina en el cerebro,
particularmente en la vía mesolímbica.
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Los síntomas positivos de la esquizofrenia, como los delirios y las alucinaciones, se han relacionado
con un aumento de la actividad dopaminérgica en ciertas áreas cerebrales.
Los antipsicóticos típicos y atípicos, utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia, ejercen su
efecto terapéutico en parte mediante la regulación de la actividad dopaminérgica en el cerebro. Los
antipsicóticos típicos bloquean los receptores de dopamina D2, mientras que los atípicos tienen un
perfil más complejo, que incluye acciones sobre otros sistemas de neurotransmisores.
Glutamato
El glutamato es el neurotransmisor excitatorio más abundante en el cerebro y está involucrado en la
transmisión de señales en muchas áreas cerebrales.
Se ha propuesto que el desequilibrio entre la dopamina y el glutamato puede desempeñar un papel
en la esquizofrenia. La hipótesis glutamatérgica sugiere que la función reducida del sistema de
glutamato N-metil-D-aspartato (NMDA) puede contribuir a la aparición de síntomas esquizofrénicos,
especialmente los síntomas cognitivos y negativos.
Hay varias teorías que se han propuesto para explicar las bases biológicas de la esquizofrenia,
incluyendo la implicación de la dopamina, el glutamato, las hipótesis neuroevolutiva y
neurodegenerativa. Aquí hay una descripción general de estas teorías:
Hipótesis Neuroevolutiva:
Esta teoría se centra en el desarrollo temprano del cerebro y sugiere que las anomalías en la
formación del sistema nervioso central durante las etapas embrionarias y fetales pueden
predisponer a una persona a desarrollar esquizofrenia en la vida adulta.
Factores como la infección prenatal, la desnutrición materna, el estrés durante el embarazo y otros
factores ambientales pueden afectar el desarrollo cerebral del feto y aumentar el riesgo de
esquizofrenia.
Se cree que los cambios neuroquímicos y estructurales en el cerebro durante el desarrollo fetal y la
infancia temprana pueden influir en la aparición posterior de síntomas esquizofrénicos en la
adolescencia o la adultez.
Esta hipótesis también sugiere que la esquizofrenia puede ser vista como un trastorno del
neurodesarrollo, con raíces en etapas tempranas de la vida.
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Hipótesis Neurodegenerativa:
No está claro si esta pérdida es una causa o una consecuencia de la esquizofrenia. Algunos
expertos sugieren que la esquizofrenia puede desencadenar un proceso de neurodegeneración
debido a la falta de uso de ciertas áreas cerebrales o a la neuroinflamación crónica.También es
importante destacar que no todas las personas con esquizofrenia experimentan una pérdida
significativa de tejido cerebral.
Las bases psicológicas de la esquizofrenia son una parte importante de la comprensión de este
trastorno mental complejo. Aunque la esquizofrenia tiene componentes biológicos significativos, la
psicología desempeña un papel importante en su desarrollo, manifestación y tratamiento. Algunas
de las bases psicológicas de la esquizofrenia incluyen:
Si bien la predisposición genética es un factor importante, no todas las personas con una
predisposición genética desarrollarán la esquizofrenia, y muchas personas sin antecedentes
familiares de la enfermedad también pueden desarrollarla debido a factores ambientales. Se cree
que los factores ambientales, como la exposición a infecciones prenatales, el estrés, el uso de
sustancias y otros eventos de la vida, pueden desencadenar la manifestación de la enfermedad en
individuos genéticamente susceptibles.
Factores Ambientales:
- Medio ambiente social y urbano: Estudios han sugerido que el crecimiento urbano y el
aislamiento social pueden estar relacionados con un mayor riesgo de esquizofrenia.
El término “neuroléptico” hace referencia a lo que provoca calma, tranquilidad, ansiolisis. Los
neurolépticos o antipsicóticos también han recibido el nombre de ataráxicos.
Los antipsicóticos atípicos son preferidos en muchos casos debido a su perfil de efectos
secundarios más favorable. Sin embargo, aún pueden causar efectos secundarios, como aumento
de peso, sedación y riesgo de síndrome metabólico. La elección del antipsicótico específico
depende de la evaluación individual del paciente por parte de un profesional de la salud mental, y
se basa en consideraciones como la eficacia, la tolerabilidad y los efectos secundarios. Los
antipsicóticos atípicos a menudo se utilizan en combinación con terapia y otros enfoques de
tratamiento para brindar un cuidado integral.
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Factores Biológicos:
Factores Psicológicos:
- Procesos cognitivos: Los individuos con TDAH a menudo tienen dificultades en funciones
ejecutivas, como la memoria de trabajo, la autorregulación y la inhibición de impulsos. Estos
déficits pueden afectar la atención, la organización y la planificación.
- Comorbilidad: El TDAH a menudo se presenta junto con otros trastornos mentales, como
trastornos del ánimo, ansiedad y trastornos del aprendizaje, lo que puede complicar la
presentación clínica y el tratamiento.
Factores Sociales:
A continuación, se describen los síntomas del TDAH según el DSM-5, que se dividen en dos
categorías principales: inatención e hiperactividad-impulsividad. Para cumplir con los criterios del
DSM-5 para el diagnóstico de TDAH, se requiere que los síntomas estén presentes durante al
menos seis meses y sean inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona.
- A menudo no presta atención a detalles o comete errores por descuido en las tareas
escolares, en el trabajo u otras actividades.
- A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas.
- A menudo no parece escuchar cuando se le habla directamente.
- A menudo no sigue instrucciones y no termina las tareas escolares, los deberes u
obligaciones en el lugar de trabajo (no debido a comportamiento oposicionista ni a falta de
comprensión).
- A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
- A menudo evita o le disgusta participar en tareas que requieren esfuerzo mental sostenido.
- A menudo pierde cosas necesarias para tareas y actividades.
- A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
- A menudo olvida las actividades cotidianas.
Para recibir un diagnóstico de TDAH según el DSM-5, se requiere que los síntomas del paciente
causen un deterioro clínicamente significativo en el funcionamiento social, académico o laboral y
que no puedan explicarse mejor por otro trastorno mental.
Es importante recordar que el diagnóstico de TDAH debe ser realizado por un profesional de la
salud mental, como un psiquiatra o psicólogo clínico, y debe basarse en una evaluación exhaustiva
de los síntomas y la historia clínica del individuo. Además, el tratamiento puede incluir terapia
conductual y, en algunos casos, medicamentos para controlar los síntomas del TDAH.
Neurodesarrollo
Se creía que era un trastorno infantil, pero esto ha cambiado, y hoy en dia se considera un trastorno
psiquiátrico mayor de los adultos que presenta características diferenciales respecto de los niños y
los adolescentes. La forma clásica del TDAH tiene su inicio sobre los 7 años, posiblemente
relacionada con anomalías en los circuitos del córtex prefrontal que están presentes antes de esa
edad y que van a durar toda la vida. Es posible que en esos años la formación y eliminación de
sinapsis sea la responsable de la patología que se observa.
Además, el impacto del neurodesarrollo se expresa según madura el córtex prefrontal (a lo largo de
la adolescencia) y sobre ello inciden factores externos como la presencia de estrés, uso de tóxicos
y efectos de la conducta del sujeto.
as bases neurobiológicas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) involucran
una interacción compleja de factores genéticos, neuroquímicos y estructurales en el cerebro.
Aunque no se comprenden por completo, se han identificado varias características neurobiológicas
clave asociadas con el TDAH. Aquí hay algunas de las bases neurobiológicas más importantes:
Genética: El TDAH tiene una fuerte base genética. Los estudios familiares y de gemelos han
demostrado que las personas con parientes de primer grado que tienen TDAH tienen un mayor
riesgo de desarrollar el trastorno. Se han identificado varios genes relacionados con el TDAH, y se
cree que múltiples genes interactúan para aumentar la susceptibilidad al trastorno.
activación general del cerebro. Esta parte es la más importante para entender el uso de la
psicofarmacología en el TDAH.
- Corteza prefrontal: Esta área está asociada con funciones ejecutivas, como la
autorregulación, la planificación y la organización. Las personas con TDAH a menudo tienen
un menor volumen y actividad en esta área.
- Ganglios basales: Los ganglios basales son críticos para la coordinación de movimientos y
la atención. Anomalías en esta región pueden contribuir a la hiperactividad y la impulsividad
observadas en el TDAH.
- Red de modo por defecto: Esta red está relacionada con la mente errante y la falta de
atención. Las personas con TDAH pueden tener una disfunción en esta red, lo que puede
explicar sus dificultades para mantener la atención en tareas no estimulantes.
- Desarrollo más lento: El cerebro de las personas con TDAH a menudo se desarrolla más
lentamente que el de sus pares. Esto puede resultar en retrasos en el desarrollo de
funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo, la inhibición de impulsos y la
autorregulación.
Los desequilibrios en neurotransmisores son un aspecto clave de las bases neurobiológicas del
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los neurotransmisores son sustancias
químicas que transmiten señales entre las células nerviosas en el cerebro y juegan un papel
fundamental en la regulación de diversas funciones cerebrales, como la atención, la memoria, el
estado de ánimo, la motivación y el control de impulsos. En el caso del TDAH, los desequilibrios en
los neurotransmisores, en particular la dopamina y la norepinefrina, son relevantes. A continuación,
se profundiza en estos desequilibrios:
Los medicamentos utilizados para tratar el TDAH a menudo están diseñados para abordar estos
desequilibrios en los neurotransmisores:
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Psicoestimulantes
Los fármacos psicoestimulantes son una clase de medicamentos comúnmente utilizados en el
tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Estos medicamentos
ayudan a mejorar la atención, la concentración y el control de impulsos en personas con TDAH al
influir en los niveles de neurotransmisores en el cerebro. A continuación, se describen algunos de
los psicoestimulantes más comunes utilizados en el tratamiento del TDAH:
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Es importante destacar que, aunque los psicoestimulantes son efectivos en el tratamiento del
TDAH, pueden tener efectos secundarios y deben utilizarse con precaución. Además, estos
medicamentos tienen un potencial de abuso, por lo que es fundamental seguir las indicaciones del
médico y mantener una comunicación abierta sobre los efectos y cualquier preocupación. El
tratamiento del TDAH generalmente se basa en un enfoque integral que puede incluir terapia
conductual, apoyo educativo y cambios en el estilo de vida.
No estimulantes
Los fármacos no estimulantes son una opción en el tratamiento del Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad (TDAH), especialmente para personas que no pueden tolerar los efectos
secundarios de los psicoestimulantes o que tienen un mayor riesgo de abuso de sustancias. A
continuación, se presentan algunos de los fármacos no estimulantes utilizados en el tratamiento del
TDAH:
Es importante destacar que la elección del fármaco no estimulante y la dosis específica dependen
de las necesidades individuales del paciente y deben ser determinadas por un médico
especializado en el tratamiento del TDAH. Los fármacos no estimulantes pueden ser una opción
valiosa para algunas personas, especialmente aquellas que no responden bien a los
psicoestimulantes o que tienen contraindicaciones para su uso. La supervisión médica regular es
fundamental para evaluar la eficacia y los efectos secundarios del tratamiento. Además, el
tratamiento del TDAH generalmente se basa en un enfoque integral que también puede incluir
terapia conductual, apoyo educativo y cambios en el estilo de vida.
Tratamientos futuros
- Intervenciones de Estilo de Vida: Se presta una mayor atención a la influencia del estilo de
vida en el TDAH. La dieta, el ejercicio, el sueño y otras prácticas de estilo de vida pueden
desempeñar un papel en el manejo de los síntomas del TDAH.
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Es importante destacar que el tratamiento del TDAH es altamente individualizado, y lo que funciona
para una persona puede no funcionar para otra. Además, el tratamiento a menudo implica una
combinación de enfoques, que pueden incluir medicamentos, terapia conductual, apoyo educativo y
estrategias de manejo del estilo de vida. Si tienes interés en las últimas novedades en el
tratamiento del TDAH, te recomiendo consultar a un médico o especialista en salud mental
actualizado en la materia.
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Ansiolíticos.
Tabla resumen.
Alprazolam (Xanax),
Ansiolíticos para trastornos de ansiedad, pero pueden ser adictivos y causar
Benzodiazepinas Diazepam (Valium),
tolerancia. Se usan a corto plazo.
Lorazepam (Ativan)
Sertralina (Zoloft),
Antidepresivos Escitalopram (Lexapro), Comúnmente utilizados para trastornos de ansiedad a largo plazo.
Paroxetina (Paxil)
Buspirona Buspar Ansiolítico que tiene un menor potencial de dependencia que las benzodiazepinas.
Zolpidem Ambien Hipnótico utilizado para tratar el insomnio relacionado con la ansiedad.
Alprazolam (Xanax),
Ansiolíticos para trastornos de ansiedad, pero pueden ser adictivos y causar
Benzodiazepinas Diazepam (Valium),
tolerancia. Se usan a corto plazo.
Lorazepam (Ativan)
Capítulo 1
Historia de la psicofarmacología
I. Eguíluz Uruchurtu
funciones digestivas y reproductivas, se transforman el loco es amado por Dios y ha sido escogido para
inicialmente en espíritus vitales en las venas y el decir la verdad.
corazón, bajo la influencia de las funciones circula- Entendiendo el alma como algo inmaterial, su
torias y respiratorias, y por último se transfiguran abordaje naturalista y la concepción de las enfer-
en el espíritu animal o psíquico por un proceso de medades anímicas como trastornos corporales con
destilación que se lleva a cabo en el cerebro y en los afectación de las facultades del alma determinaron
nervios. dos rasgos básicos en el tratamiento de la patología
anímica: la primacía del tratamiento físico sobre
Edad Media el psíquico y la utilización de las terapias psicoló-
gicas.
La doctrina vigente en esta época es el galenismo, La terapia física se centró en una serie de reco-
que se sustenta en la teoría hipocrática. Así, el humo- mendaciones relacionadas con el régimen de vida
ralismo es la teoría principal, que se ve enriquecida en torno a las «situaciones vitales» (el aire, la comi-
por las aportaciones bizantinas y árabes. Al igual da, la bebida, el dormir, el descanso, el movimiento,
que en otras áreas, en la psicofarmacología se iden- etc.). A esta serie de prescripciones se añadían, si se
tifican dos períodos claramente diferenciados: el que consideraba oportuno a la vista de la evolución de
se extiende hasta finales del siglo xi y comienzos del la enfermedad, algunos medicamentos (heleboro,
xii (Alta Edad Media) y el que comienza a partir de opio) e incluso procedimientos quirúrgicos (sangrías,
entonces (Baja Edad Media). cauterio).
El tratamiento psíquico recayó casi exclusivamen-
■■ Alta Edad Media te en manos de teólogos o sacerdotes y estuvo prin-
cipalmente dirigido a suscitar pasiones generadoras
En relación con los niveles alcanzados en el pe- de cualidades opuestas a las surgidas por el proceso
ríodo grecorromano, la actividad médica en esta morboso del individuo. Uno de los trastornos en los
época supuso un considerable retroceso. Las ideas que se emplearon estos tratamientos psicológicos fue
religiosas y mágicas caracterizan el concepto de la la enfermedad conocida como «amor heroico» o «mal
locura en ese tiempo. Como ejemplo, cabe destacar el de amores», en la que la consigna era la rápida actua-
concepto de histeria o sofocación uterina, enfermedad ción para evitar que el mal de amor se convirtiera,
que se creía debida a la retención del menstruo, por primero, en melancolía y posteriormente, en manía.
lo que no era infrecuente la realización de diversos La terapéutica debía actuar tanto sobre la causa como
conjuros para tratar ese «endemoniamiento». Una sobre los síntomas acompañantes.
de las figuras más representativas de esta época fue
San Agustín, quien realizó una excelente descripción Renacimiento
de su propia psicología, muy influida por el pensa-
miento platónico. El período comprendido entre la Edad Media y
el Renacimiento no fue especialmente creativo, ni
■■ Baja Edad Media en cuanto a las teorías ni en cuanto a los métodos
de tratamiento. En esta época conviven, junto a las
A partir del siglo xi se asiste a un cambio signifi- creencias médicas, la superstición, la brujería y la ma-
cativo en la medicina medieval y, consecuentemente, gia, lo que ocasionó que muchas veces los pacientes
en el tratamiento de las enfermedades psíquicas. En fueran objeto de atención más de inquisidores y exor-
ese momento se produce la progresiva asimilación cistas que de los propios médicos, atribuyéndose la
por el Occidente latino de los escritos de Aristóteles, enfermedad mental tanto a posesión diabólica como
Hipócrates y Galeno, y con ellos la de los principa- a posesión divina. En este período existieron pocas
les autores islámicos medievales. De esta forma, el innovaciones y se mantuvieron fundamentalmente
galenismo alcanzó un período de esplendor en el los tratamientos clásicos. No obstante, surgen algu-
Occidente latino. Este proceso de maduración se nos autores que defienden corrientes médicas, como
tradujo en una conjunción de los dos modelos de la Laguna, Cárdeno, Cornelio y Weyer, quien publicó,
Antigüedad, el filosófico y el médico, en uno nuevo: en 1563, De Praestigiis Daemonium, donde identifica
el del galenismo bajo medial, reforzado además por a hechiceros y posesos como enfermos mentales y
los provenientes de las culturas bizantina, árabe y recomienda que sean atendidos primero por un mé-
cristiana. dico y después por un sacerdote. Son numerosos los
Los árabes crearon escuelas médicas florecien- autores que consideran a Weyer el fundador de la
tes que heredaron el saber griego y adoptaron una psiquiatría moderna, por sus contribuciones tanto
actitud más humanitaria hacia el enfermo mental, en el campo de la clínica como en el del tratamiento
quizás influidos por la creencia musulmana de que (relación terapéutica, comprensión, observación, etc.).
Paralelamente, se desarrolla una corriente de En esta época se hace uso también de las propie-
opinión que plantea la necesidad de un acercamien- dades de los evacuadores, purgantes y eméticos, cuyo
to racional a los trastornos mentales, incluida una objetivo es desviar o evacuar la bilis y los humores
actitud más humanitaria ante los enfermos, siendo ácidos para «desembarazar la economía animal», sin
un representante de esta corriente Luis Vives, quien contar con los movimientos orgánicos que provocan
cuestionó el origen demoníaco de las enfermedades en el tubo digestivo.
mentales. Asimismo, se utilizaron irritantes, cauterios,
Paracelso, debido a su formación alquimista, in- moxas y sedales, ventosas y vesicantes, fricciones y
trodujo un número importante de remedios basados cataplasmas, incluso cera de sellert hirviente o pelo
en productos químicos, entre los que destacan las para raspar, aplicados lo más cerca del cerebro para
«arcanas», compuestos a base de opio, mandrágora, desviar los malos humores. En las mujeres «histéri-
heleboro, alcanfor, etc.; uno de los más conocidos fue cas» se aplicaban también en el bajo vientre o la cara
el oleum arcani. Otros de los preparados básicos eran interna de los muslos.
las «quintaesencias», muy utilizadas en los lunatici, Los tónicos se reservaron para los estados de alie-
mientras que para los vesani recomendaba tratamien- nación complicados con «agotamiento»: melancolía,
tos sedantes y específicos. A pesar de lo anterior, idiocia o demencia, asociándose a un régimen «res-
Paracelso reconocía al diablo como causa de la enfer- taurador», consistente en arroz, sémola y huevos fres-
medad y aconsejaba penitencia como remedio. cos, vinos amargos con quina, ajenjo y genecia. Los
Pese a estos aportes científicos, la mayor aporta- terapeutas más agresivos recurrieron, por su parte,
ción del Renacimiento a la historia de la psiquiatría al mercurio o a los polvos de cantártida, recomendados
fue la creación de movimientos asistenciales. Así, por Mason Cox en los casos en que «la demencia
en 1409 se fundó en Valencia el primer hospital psi- se complique con un ligero grado de parálisis en la
quiátrico del que se tiene constancia, gracias al padre vejiga, enfermedad a la que están muy expuestos
mercenario Fray Juan Gilaberto Jofré. los alienados».
El siglo xviii se caracterizó por importantes des-
Siglos xvii y xviii cubrimientos médicos que tuvieron gran influencia
en el cambio de la mentalidad clínica. En esa época
La época barroca se considera un período de también nacen las bases de la posterior psicoterapia.
transición entre los planteamientos renacentistas y Desde el punto de vista terapéutico, no se lograron
la definitiva «eclosión» psiquiátrica al amparo de los grandes avances, sino que se mantuvieron los reme-
postulados de la Ilustración. dios mágicos y religiosos utilizados desde el siglo ix,
La medicación empleada en las enfermedades del predominando todavía los santuarios religiosos y las
espíritu no se distingue, en general, de la que tiene consiguientes peregrinaciones a ellos. No obstante,
como objeto las enfermedades del cuerpo, salvo por ciertos tratamientos sintomáticos comienzan a ser
la dimensión complementaria introducida en ese muy valorados. Es el caso de los medicamentos cal-
campo por la agitación que es necesario controlar. mantes, que atenúan la fenomenología clínica y con
Todo ello hizo que numerosos tratamientos ganaran ellos, la peligrosidad de los pacientes agitados. Otras
fama de calmantes. sustancias sedantes, e incluso narcóticas, entraron a
Un ejemplo reseñable es el opio, empleado des- formar parte del arsenal terapéutico de la medicina
de la Antigüedad, y cuyo uso se generalizó en el de las enfermedades mentales, como el estramonio, el
siglo xvii gracias a Thomas Sydenham. El opio, que beleño, la belladona o la valeriana.
tenía fama de suspender los accesos de furor y de La psiquiatría de la Ilustración introduce una
restablecer el orden en las ideas, se asoció a otras mu- serie de nuevos planteamientos en el estudio de las
chas sustancias de origen vegetal, animal o mineral, enfermedades mentales. Es una psiquiatría esencial-
como la datura, el beleño, la belladona y el alcanfor, cuya mente clínica y terapéutica. Considera la locura como
acción se ejerce rápida e inmediatamente sobre todo una enfermedad mental, definiéndola como una alte-
en el sistema nervioso, o la asafétida, el almizcle, el cas- ración funcional del sistema nervioso, sometida a las
tóreo, el cobre amoniacal y las flores de cinc, con virtudes mismas leyes que las demás enfermedades, dentro
más particularmente «antiespasmódicas». Sydenham de la concepción del enfermar. Esta fundamentación
fue, sin lugar a dudas, la figura clave de este período, somática de la locura se hizo gracias a la inclusión del
iniciador del enfoque clínico en medicina. Llevó a concepto de enfermedad nerviosa de Willis y Syden-
cabo un magistral estudio sobre la histeria y planteó ham y a partir del término «neurosis», introducido
formulaciones teóricas sobre las «vesanias» teorías por Cullen en 1777, para designarlo. En el siglo xviii
yatrogénicas y yatroquímicas, junto con Willis, más se establecieron los planteamientos teóricos y la me-
cercanas ambas a los supuestos atomistas y en franca todología necesaria para el definitivo despegue de la
oposición al humoralismo. psiquiatría como ciencia en el siglo xix.
nando los tratamientos clásicos mencionados con los pacientes psicóticos. Todo ello propició la apli-
anterioridad. En general, los tratamientos consistían cación de corriente diatérmica en el tratamiento de la
en medidas higiénico‑dietéticas: dietas reforzantes, au- esquizofrenia, cuyo efecto no era otro que producir
sencia de alcohol, hidroterapia, ejercicio y distracción calor y, por lo tanto, un aumento del metabolismo,
del paciente, etc. aunque se observó que el efecto era transitorio.
Un personaje esencial de esta época fue, sin duda, También se relacionó la esquizofrenia con altera-
S. Freud (1849‑1936), quien desarrolló la doctrina del ciones glandulares, lo que dio origen a una actividad
psicoanálisis, vigente en la actualidad y un comple- terapéutica denominada «opoterapia», que incluía
mento inexcusable en numerosas patologías a los tratamientos diversos: desde la administración de
tratamientos farmacológicos. preparados de derivados tiroideos y glándulas geni-
tales hasta tratamientos con extractos hepáticos o con
Siglo xx preparados paratifoideos, al relacionar los síntomas
catatónicos con una función deficiente de las parati-
■■ Terapias previas al desarrollo de los neurolépticos roides y una disminución del calcio en sangre. Los
resultados fueron totalmente negativos.
Aunque ya desde los inicios de la Historia se Pascal y Davesne, en 1926, consideraban las psi-
habían utilizado sustancias como el opio, la coca, el cosis como reacciones anafilácticas provocadas por
cannabis, etc., fue en el siglo xix cuando se inició el estímulos traumáticos físicos o psíquicos, en indivi-
conocimiento de los principios activos de cada una duos con predisposición hereditaria. Estos autores
de ellas. El aislamiento de la morfina por Derosne, en propusieron tratamientos como la «piretoterapia»,
1804, marca el primer hito en la carrera para su eluci- mediante la inoculación de agentes que ocasionaban
dación estructural, realizada más de 80 años después enfermedades febriles, sobre todo la malaria. No obs-
por Knorr, teniendo que esperar hasta 1952 para su tante, el descubrimiento de la piretoterapia se atribuye
síntesis total, realizada por Gates. Análogamente, a Wagner von Jauregg, por cuyos trabajos se le adjudi-
el aislamiento de la cocaína por Niemann, en 1860, có el premio Nobel de Medicina en 1927. También se
representó un problema de asignación estructural, utilizaron los choques leucogénicos, consistentes en la
fundamentalmente estereoquímico, que pudo ser producción de abscesos de fijación con trementina, como
resuelto totalmente gracias a su síntesis inequívoca, medio de producir leucocitosis, o bien el nucleinato de
realizada por Willtäter en 1923. sodio, empleado por primera vez por Lundvall, en 1907,
Wagner von Juaregg, en 1895, propuso la hipótesis y el éter, por la denominada eterización, que consistía
de que los enfermos mentales que reaccionaban con en someter al paciente a una atmósfera caliente con
una mejoría psíquica a la tuberculina tenían un foco éter. Finalmente, los métodos físicos para producir
tuberculoso en relación genética con su psicosis. Para hipertermia fueron menos utilizados. Entre los de uso
él y otros autores, el trastorno mental se sustentaba más frecuente, cabe citar los baños calientes, de hasta
en un proceso tóxico del que describió tres tipos po- 43 °C, precedidos de una inyección de cloruro sódico
sibles: tóxicos de origen metabólico, toxinas de origen al 25 %, y la posterior envoltura en sábanas calientes.
bacteriano y toxinas de origen químico. En 1922, F. En 1931, Menninger recopiló todos los casos publica-
Robertson también apoyó la etiología infecciosa de la dos encontrando resultados poco concluyentes.
psicosis. En 1925, Weichbrodt estableció una conexión Aunque la mayor parte de los fármacos emplea-
directa entre la esquizofrenia y ciertas afecciones dos en el tratamiento de la enfermedad mental no se
articulares, por lo que llegó a recomendarse el sali- mostraron, ni de lejos tan eficaces como sus mentores
cilato de sosa para el tratamiento de la psicosis. Fi- pretendían, algunas de las nuevas sustancias que se
nalmente, Cotton sugirió que la herencia desempeña pusieron en manos de los alienistas pudieron resultar
un papel importante en la génesis de la enfermedad, de utilidad para resolver con mayor eficacia algunos
pero en menor grado de lo atribuido hasta entonces. de los problemas que la custodia de los enfermos
Este grupo de autores proponen, desde el punto de mentales lleva aparejados.
vista terapéutico, la extracción de toda la pieza dental
afectada y de las amígdalas, y si la infección fuese ■■ Terapias convulsivas
gástrica, el tratamiento consistiría en reducir el pH
y en la aplicación de vacunas autógenas. En 1924, Von Meduna observó las modificacio-
Otros autores centraron su atención en diferentes nes que experimentaba el cerebro en las intoxicacio-
alteraciones metabólicas. Así, Shaw, en 1922, descubrió nes. Examinando preparaciones de tejido cerebral
en los pacientes psicóticos un estado de «acidosis» al de pacientes epilépticos y esquizofrénicos, observó
detectar la presencia de cuerpos cetónicos en orina. un antagonismo entre ellas. Nyro, en 1929, propuso
Posteriormente, Walker, en 1924, y Langfeldt, en 1927, el tratamiento de la epilepsia utilizando sangre de
confirmaron el descenso del metabolismo basal de esquizofrénicos, y Jablousky, ese mismo año, consi-
Tabla 1‑1 Fechas clave en psicofarmacología (segunda mitad del siglo xx)
1949 Introducción del litio en el manejo de cuadros maníacos y
esquizofrénicos
1950 Síntesis de la clorpromazina y del meprobamato
1951 Aislamiento de la reserpina
1952 Introducción de la clorpromacina en medicina:
•• En el cóctel de lítico Laborit con prometacina y dolantina
•• En el tratamiento de cuadros maníacos
•• Como agente antipsicótico, en solitario
1953 Introducción clínica de la reserpina y del meprobamato
1955 Síntesis de la imipramina
1956 Publicación del primer tratado de psicofarmacología (de Boor)
Figura 1‑4 Sala para terapia electroconvulsiva.
1957 Introducción de la imipramina. Descubrimiento del carácter
Instituto Philippe Pinel (IPP).
neurotransmisor de la dopamina
1958 Síntesis e introducción clínica del haloperidol. Síntesis de la clozapina
deraba que tenía mejor pronóstico la epilepsia si se 1959 Síntesis del diazepam
asociaba a una esquizofrenia. Muller, en 1930, citó
1962 Introducción clínica de la clozapina. Utilización de la imipramina
dos casos de curación en esquizofrénicos tras pade-
en fobias y crisis de angustia. Utilización de los inhibidores de la
cer crisis convulsivas. monoaminooxidasa en las fobias
En 1936, Meduna realizó el primer trabajo sobre
1963 Introducción del enantato de flufenazina retard
el uso del cardiazol, en el que destacó un mejor pro-
nóstico cuanto menor era la dosis necesaria y cuan- 1964 Estudio del National Institute of Mental Health (EE.UU.) sobre la eficacia
de los neurolépticos
to menor número de choques requería el paciente.
En 1935, M. Sakel utilizó la insulina en el síndrome 1966 Primeros datos sobre el efecto antimaníaco del ácido valproico.
Síntesis de la mianserina
de abstinencia de la morfinomanía y comprobó que
cuando la dosis era excesiva y se producía una hi- 1967 Síntesis de sulpirida. Hipótesis catecolaminérgica de la depresión
poglucemia acusada, existía «un cambio psíquico y 1970 Demostración de las propiedades profilácticas del litio en la psicosis
caracterológico» muy favorable. Posteriormente, uti- maniacodepresiva. Hipótesis serotoninérgica de la depresión
lizó los comas insulínicos como terapia de choque en la 1971 Utilización de la carbamazepina como regulador del estado de ánimo
esquizofrenia. La dosis de insulina era muy variable, 1972 Síntesis de la fluoxetina. Utilización de la clorimipramina en el trastorno
la duración del tratamiento oscilaba de 3 a 6 meses y obsesivo‑compulsivo
la mortalidad era del 0,5‑1,4 %. La técnica clásica de 1975 Retirada de la comercialización de la clozapina por la inducción de
Sakel tuvo diferentes modificaciones, siendo la más agranulocitosis
utilizada la asociación de insulina con cardiazol.
1976 Hipótesis del bloqueo receptorial dopaminérgico como mecanismo de
En 1938, Cerletti y Bini descubrieron el electroshock acción de los neurolépticos
o terapia electroconvulsiva, en principio como trata-
1977 Descubrimiento de los receptores benzodiazepínicos en el sistema
miento de los estados esquizofrénicos agudos, pero nervioso central
que rápidamente reveló una eficacia extraordinaria
1984 Síntesis de la risperidona
en los estados melancólicos graves (fig. 1‑4).
1989 Comercialización de la fluoxetina
■■ Otras terapias 1990 Reintroducción clínica de la clozapina
1991‑1993 Comercialización de los inhibidores selectivos de la recaptación de
En 1936, Egas Moniz utilizó la leucotomía de los serotonina (paroxetina, sertralina y citalopram)
lóbulos prefrontales como «tratamiento» de ciertas 1994 Introducción clínica de la risperidona
psicosis, lo que le supuso el premio Nobel. Cierta-
1995 Comercialización de la olanzapina
mente, estos métodos no son de naturaleza medica-
mentosa. Sus mecanismos eran desconocidos y las 1996 Comercialización de venlafaxina (inhibidor de la recaptación de
serotonina y noradrenalina) y mirtazapina (antidepresivo noradrenérgico
teorías propuestas por sus autores eran de lo más y serotoninérgico específico)
variadas, como el antagonismo entre epilepsia y es-
quizofrenia para Sakel, la secreción en el diencéfalo 2000 Comercialización de la quetiapina y amisulprida. Primeros estudios
como estabilizadores del estado de ánimo con gabapentina, topiramato
y sustancias vitales en el curso del coma postelectros- y oxcarbazepina
hock para Cerletti, etc., pero eran indiscutiblemente
2002 Comercialización de la ziprasidona
eficaces, sobre todo en la psicosis. Demostraban la
posibilidad de tratar la psicosis actuando sobre la 2003 Indicación como regulador del estado de ánimo para la lamotrigina
biología cerebral. Modificada de F. López‑Muñoz y C. Álamo (1998).
Tabla 1‑3 Criterios de «atipicidad» de los antipsicóticos propiedades farmacodinámicas altamente selectivas,
Experimentales Clínicos supuso otra nueva revolución en el tratamiento de
los trastornos afectivos: inhibidores selectivos de la re-
Eficacia en métodos de evaluación de Eficacia antipsicótica
fármacos captación de serotonina (ISRS), inhibidores selectivos y re-
versibles de la monoaminooxidasa (RIMA), antidepresivos
Ausencia de inducción de catalepsia Eficacia en síntomas negativos
noradrenérgicos y serotoninérgicos específicos (NaSSA),
Ausencia de inducción al alza de Eficacia en pacientes resistentes inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrena-
receptores D2 en tratamiento crónico
lina (IRNS) y agentes que combinan la inhibición de
Ausencia de tolerancia al incremento Ausencia de extrapiramidalismos la recaptación de serotonina con el bloqueo de los
de recambio dopaminérgico en No elevación de niveles de
receptores postsinápticos 5‑HT2 (nafazodona).
tratamiento crónico prolactina
Adaptada de J. Vallejo (2002).
■■ Sales de litio y reguladores del humor
«atipicidad» aparece con la demostración de la efi- La primera referencia al litio aparece en los ma-
cacia antipsicótica de este producto, desligada de su nuscritos de Sorasmus de Efeso (100 a.C.), donde se
potencial antagonismo dopaminérgico. La incorpo- recoge el hecho de que ciertas aguas alcalinas eran
ración del término «atípico» no se produjo hasta la beneficiosas para el tratamiento de determinadas
década de 1980. enfermedades, entre ellas, al parecer, la manía. El
La atipicidad de estos fármacos no puede ser atri- litio fue aislado en 1817 por los suecos Arwedson
buida a una acción selectiva sobre un determinado y Barcelius, a partir de un mineral conocido como
receptor; los denominados «atípicos o nuevos» for- petalita. Su incorporación a la terapéutica se produjo a
man un grupo igualmente heterogéneo. mediados del siglo xix, cuando comenzó a utilizarse
En la tabla 1‑3 se presentan los criterios de «ati- en el tratamiento de distintas patologías, tanto de
picidad» de los antipsicóticos. tipo orgánico (gota y cáncer) como neurológico (epi-
Con la llegada de los antipsicóticos atípicos se pro- lepsia). Sin embargo, su aplicación en el tratamiento
duce la última revolución farmacológica, abriéndose de los trastornos afectivos no se llevó a cabo hasta
una gran ventana de esperanza en el tratamiento de finales de la década de 1940, gracias a los experimen-
la esquizofrenia u otras psicosis. tos del australiano J. F. Cade, quien en 1949 publicó
las siguientes conclusiones: eficacia en el tratamiento
■■ Antidepresivos de la manía, eficacia en el tratamiento de las mani-
festaciones maníacas de la demencia precoz, escasa
Con anterioridad a la introducción de los prime- eficacia en la depresión crónica y reaparición de los
ros antidepresivos, las herramientas farmacológicas síntomas tras su retirada.
empleadas en el manejo de los trastornos del humor A pesar de sus perspectivas, las sales de litio no
eran muy reducidas. A principios del siglo xx, se em- llegaron a ser ampliamente utilizadas hasta media-
pleaban el hidrato de cloral, los barbitúricos, las anfeta- dos de la década de 1960, gracias al trabajo del danés
minas e incluso el láudano en pacientes melancólicos M. Schou. Hasta hoy, las sales de litio constituyen el
agitados. Posteriormente, se introdujeron algunos tratamiento de primera elección de las fases manía-
preparados químicos inespecíficos, como el dinitrito cas de los trastornos afectivos bipolares, así como un
succínico, el nitrito malónico o el ácido láctico, aunque tratamiento indispensable en la profilaxis de episo-
con resultados igualmente negativos. dios cíclicos de la enfermedad maniacodepresiva.
Es en la década de 1950 cuando se producen avan- Datos que avalan la importancia de su utilidad son:
ces históricos en el tratamiento de los trastornos afec- un aumento del 152 % en el consumo entre 1985 y
tivos: se descubren los antidepresivos tricíclicos (ADT), 1994, siendo el segundo incremento después del de
cuyo principal mecanismo de acción es la modifica- la clorimipramina (180 %); más de 9.500 referencias
ción de los niveles de monoaminas en la hendidura bibliográficas hasta 1982, etc.
sináptica, debido a su capacidad para inhibir la recap- Desde la década de 1970, la carbamazepina y el ácido
tación neuronal de monoaminas, y los inhibidores de valproico han ido ganando interés como alternativas
la monoaminooxidasa (IMAO). En la década de 1960 se al litio; aunque con eficacia algo inferior pero mucha
utilizaron las sales litio en el tratamiento y profilaxis mejor tolerancia. Los últimos fármacos en incorpo-
de los trastornos del humor. Durante la década de rarse al tratamiento de la enfermedad bipolar han
1970 se introdujeron los denominados antidepresi- sido los nuevos antiepilépticos: gabapentina, topirama-
vos atípicos, heterocíclicos o de segunda generación. to, oxcarbazepina, lamotrigina, tiagabina y otros. Hasta
Finalmente, desde finales de la década de 1980, la la fecha, aunque las expectativas son elevadas, sólo
incorporación al arsenal terapéutico antidepresivo de la lamotrigina ha sido registrada como estabilizador
una serie de nuevas familias de fármacos, con unas del humor.
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