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Ensayo

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Introducción

Concepciones del arte a lo largo de la historia, luego la introducción que ya está.


Desarrollo
Connotación filosófica de las manifestaciones artísticas en cada periodo

Estas representaciones que nos dicen de la razón humana, hacia dónde va nuestra sociedad?

Comparación del mingitorio y el David etc


Se pueden apreciar elementos racionales y verídicos en las dos posturas …. Muela de la
posmodernidad. Y abordaje de la razón

Conclusión
Repetir lo mismo pero más reducido

Introducción
Al realizar una ligera ojeada de la historia, es posible percatarse de
cómo el arte ha transversalizado el devenir del ser humano, marcando
pautas en cada etapa, de una visión distinta de la vida .
A comienzos de la época moderna, las manifestaciones artísticas se
elevan como el exponente más significativo de la revolución cultural
que se estaba llevando a cabo. Tanto en la pintura o la escultura se
aprecia una representación de la belleza, la perfección dada por la
simetría y el uso “adecuado” de los colores. Se pudiera decir que se
quería plasmar una realidad lo más cercana posible a lo percibido por
el sistema visual. La figura humana es exaltada a lo divino; centrado
en su fisionomía y una imagen ideal. Se juega con la geometría en los
componentes, iluminación, profundidad y otras técnicas que evocan
precisión.
Sin embargo, el trayecto histórico, trajo consigo nuevas
representaciones de lo humano, que se van alejando de aquella
realidad perfecta en sus antecedentes. Los cuerpos serían cada vez
más abstractos, menos enfocados en lo percibido visualmente y más
enfatizados en expresar ideas y opiniones a través de la impresión o
sensación trasmitida con otras formas.
ªEs que precisamente se aprecia como va cambiando la noción de
arte y aún no hay una delimitación certera. En la actualidad se
entiende como arte casi cualquier manifestación de la creatividad
humana, por lo que el listado de lo que se considera arte se ha
ampliado de tal manera que no solo incluye la pintura, danza, teatro,
escultura, música, literatura o arquitectura, sino que a medida que
transcurren las épocas se le van añadiendo más manifestaciones, así
sucedió con la fotografía y el cine; ya hoy en día también la integran el
diseño, la publicidad, la moda, la gastronomía, los tatuajes, etc.
(Fernández Altuna, José Javier; Fernández Altuna, José Javier.
Historia del Arte. Enciclopedia
Auñamendi [en línea], 2023. [Fecha de consulta: 13 de Septiembre de
2023]. Disponible en:
https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/historia-del-arte/ar-
149996/)
Hay numerosas definiciones e interpretaciones de lo que es el arte,
algunos plantean que es imposible delimitarla precisamente por la
diversidad que en esta se aprecia. Pero se puede decir que en lo que
coinciden gran parte de estos autores que el arte es una
representación de la humanidad, de su razón, su actividad y sentir.
(individuo
Debates por la Historia, vol. 8, núm. 1, pp. 17-40, 2020
Universidad Autónoma de Chihuahua)

En esencia es aquí donde se enfoca el lente del presente ensayo.


Tomando la idea que las manifestaciones artísticas son un reflejo del
contexto histórico del cual son parte, así como la representación que
tienen los individuos de sí mismos y el mundo. Se pretende analizar el
posible carácter teleológico de la historia en torno a la razón humana,
desde puntos de vistas específicos y algunas retóricas
contemporáneas. Es preciso aclarar que el propósito de estas líneas
no es dar una sentencia precisa, sino que busca dejar un camino
abierto a la consideración e interpretación individual de cada lector.
En un momento para Aristóteles el arte era vista como acción del
humano de crear una realidad que solo existe una vez plasmada en su
obra ( entre la ciencia y el arte https://cienciauanl.uanl.mx) . Tomás de
Aquino dice que “el arte es recto ordenamiento de la razón”. En el
Renacimiento con Ghibertini se da comienzo al concepto moderno de
arte, el cual irá muy ligado al concepto de belleza. Dónde
efectivamente

Sin embargo, en el período de la Ilustracion, Charles


Boudelaire plantea que no existe la belleza eterna y absoluta, sino que
cada concepto de bello tiene algo de eterno y transitorio. Digamos
entonces que lo bello es todo aquello agradable a la vista y que nos da
una sensación Plácida y agrado, pero lo que lo provoca va a variar en
dependencia del contexto histórico, la cultura y la vivencia individual.
Hay autores como Marx que condicen así el arte, en su caso
específicamente como una superestructura cultural determinada por
las
condiciones sociales y económicas. Quedando refleja en el arte la
realidad social qué pasa por la subjetividad del autor.

¿Es posible afirmar que hay algún progreso o decadencia de la razón


humana?
Para ello, primeramente, sería necesario indagar en el contraste de
diferentes obras de los periodos artísticos a lo largo de la historia de la
cultura occidental (fundamentalmente pictóricas).

En el comienzo de la época moderna, con el auge de las


monarquías,
el arte comienza a verse como una marca distintiva de las
familias reales, la iglesia y luego de la burguesía que
empezaba a manifestarse. Teniendo así el arte una
connotación de prestigio social, función política y religiosa, así
como repositorio de valor económico tras el coleccionismo de
las mismas.
En la transición de la edad media a los inicios de la época moderna,
tiene lugar el renacimiento, planteándose nuevas formas de ver el
mundo, sustituyendo el teocentrismo medieval por el
antropocentrismo. La divinidad cristiana deja de ser el gran tema
teórico y surge el humanismo como corriente intelectual. La razón se
independiza de Dios y adquiere un puesto prominente en cuanto su
lugar en el mundo. Este mundo creado por Dios, pero en el que se
transita de modo independiente, donde pondera la racionalidad y es
expresado en lenguaje matemático a consecuencia del conocimiento
simbólico del nominalismo.
El gran avance científico de aquella época evocaba una nueva
esperanza de total certeza de la razón. El arte, por su parte era un
reflejo de ese espíritu nuevo, mostrando complejas capacidades
técnicas y asombroso realismo.

La historia avanza, con ella la modernidad va tomando distintas


formas y el arte seguirá siendo reflejo de ello. Tal es el caso del
período barroco y rococó, el cual da muestras de su culto a la nobleza,
la pomposidad y grandilocuencia. Luego con el periodo neoclásico hay
un retorno a los ideales clásicos, tanto éticos como estéticos, tras la
exageración y desmesura vividas en los periodos precedentes. Aquí
surge el movimiento cultural e intelectual conocido como “La
ilustración” y su apuesta por el virtuosismo, una fe por el progreso de
la razón humana, un respeto por el legado de la cultura clásica y la
creación de los grandes relatos humanos de la modernidad.

El periodo romántico y modernismo artístico, surge como reacción al


pensamiento racional del neoclasicismo ilustrativo aristocrático
anterior, y refleja otra realidad de las clases más bajas de la época,
así como una apuesta por otras facultades humanas como la
imaginación, las emociones o la creatividad.

Más tarde, el impresionismo y posimpresionismo apuestan por dichas


facultades humanas de una forma más atrevida, manifestando cierta
libertad creativa y énfasis en las representaciones figurativas, con
nuevos estilos, los cuales no fueron aceptados en sus inicios. Aquí los
artistas tratan de captar lo temporal, el movimiento, reflejando luz en
espacios naturales. Rompen de manera significativa con el realismo
de las etapas anteriores. Dejan de utilizar líneas para destacar los
contornos, van jugando con manchas y pinceladas gruesas, que no se
mezclan en el lienzo; y el observador al tomar cierta distancia con la
pintura va conformando los elementos representados, adquiriendo la
obra armonía y sentido. Apreciándose cierto juego entre el artista y el
espectador. Esta tendencia marcaría cierta ruptura con el arte
tradicional occidental y el academicismo, trazando los comienzos de
las manifestaciones artísticas más rebeldes.
Este enfoque se desarrolla en el contexto de la segunda revolución
industrial, donde aparece la luz eléctrica y surge la fotografía como
otra forma de captar “la realidad” de manera más precisa.
Despertando en los artistas de la época, cierta libertad en sus
creaciones, ya que no tendrían que limitarse a la imitación de la
“realidad” tal cual.
Es entonces cuando deviene el arte en el siglo XX a cargo de las
primeras y segundas vanguardias, en una época de grandes tensiones
y enfrentamientos, a la par de transformaciones y avances científicos -
tecnológicos.
Aquí las manifestaciones artísticas develan una lucha contra los
valores establecidos por las élites culturales del momento. Son obras
en las que los autores muestran interés por la subjetividad,
compromiso ideológico y la conciencia social; todo esto bajo la
afirmación plena de la libertad artística.
Obras cada vez más figurativas que van abriendo camino para el
juego del artista con la abstracción del espectador. En estos modelos
artísticos, se destaca el fauvismo, cuyo aporte más significativo fue la
autonomía del color respecto a la forma. El cubismo que representa un
arte “cerebral” y la naturaleza bidimensional del lienzo, donde el objeto
pueda ser mirado desde todos los puntos de vista posibles.
El surrealismo que encarna la fantasía, los mitos y las imágenes
oníricas. Sus obras muestran una apertura a resultados inesperados,
rebelándose contra las limitaciones de la mente racional.
Otras corrientes experimentaron la reflexión del movimiento en sus
obras, como es el caso del arte cinético, mediante el uso específico de
las perspectivas espaciales y las ilusiones ópticas.
En contraste con estos modelos, nos encontramos el minimalismo,
corriente artística que se caracteriza por una percepción cruda y una
contención desapasionada. Para ello se basa en elementos mínimos y
básicos como colores puros, formas geométricas simples y
composiciones ordenadas. Lo más llamativo de esta manifestación es
la extrema despersonalización de la obra.
Cada vanguardia tiene su toque original y único que la diferencia de
las demás, pero el art brut es una muy peculiar, ya que sus autores son
personas que no están ligadas directamente al arte. Esta se entiende
como arte en bruto, arte crudo o arte marginal. Sus autores serían
personas con patologías mentales, autodidactas, niños o ancianos. Es
un arte con gran variedad de estilos, de carácter contracultural y no
lucrativo.
Luego el art povera, que promueve una reflexión en el espectador,
principalmente con los desechos del consumismo. Desarrollada en
una época donde la industrialización acelerada trajo como daño
colateral una grave contaminación ambiental, naciendo en esta época
la conciencia ecológica.
Por otro lado se tiene el hiperrealismo, que busca competir
directamente con la precisión de la fotografía e incluso superarla,
proponiendo una reproducción mecánica, banal y rechaza cualquier
interpretación de la realidad.
El arte en el siglo XX empezó a caer en crisis, parecía que ya era
imposible abstraerlo más y los temas parecían haberse agotado.
Es entonces cuando emerge lo que se conoce como Arte Posmoderno.
Esta defiende una cultura popular, nómada, incluso híbrida. Sus obras
van de un estilo a otro, haciendo cierta deconstrucción de elementos
estilísticos del pasado. Suelen ser obras figurativas sin rechazar lo
abstracto; lo reinterpretan de una forma subjetiva, pero sin pretender
evocar algún tipo de concepto o mensaje específico. Es el arte por el
arte.
Surge además en una etapa de revolución tecnológica de la
comunicación, donde cambian las maneras de consumir y hacer arte,
y esta sale de los museos y galerías.
Entre sus figuraciones encontramos el neoexpresionismo, el bad painting,
arte urbano y el arte digital.

2. Análisis
En el abordaje de estos periodos se puede afirmar que a simple vista
hay una pérdida de las formas objetivas y rigurosas entre los
movimientos artísticos representativos que se van sucediendo. En
cambio comienzan a surgir nuevas sensibilidades que pasan por el
pluralismo y las subculturas del momento en representaciones más
abstractas.
¿Por qué se pensaría en una decadencia de la razón y
una historia cuyo rumbo es la desaparición total del
ser humano?
Se pudiera hablar de una decadencia si se asume que la
representación abstracta que proponen las nuevas tendencias, carece
de objetividad y se aleja de lo verificable por los órganos de los
sentidos, el sentido común y la ciencia. Manifestando así una ausencia
de las definiciones, los conceptos y lo universal; trayendo consigo un
vacío de sentido que se escapa cada vez más de una realidad objetiva
lógica.
Tomemos por ejemplo una escultura clásica como “El David” de
Miguel Ángel (1504), en comparación con “El Mingitorio” de Marcel
Duchamp en 1917, las cuales en la actualidad son consideradas como
hitos importantes en el arte.

“El David” tomó alrededor de 3 años en ser esculpido (1501 - 1504),


con 5 metros de altura , más de 5 toneladas de peso; donde se
evidencian los rasgos humanos bien definidos, resaltando una
fisionomía perfecta, siendo necesario bocetos en pequeña escala,
para luego ser esculpido en mármol, sin un previo modelo en yeso a
escala real. Mientras “El Mingitorio”, consistió en simplemente colocar
un pequeño urinario viejo en una exposición de la Sociedad de Artistas
Independiente.
Precisamente esta denominación de “El Mingitorio” como arte y otras
manifestaciones contemporáneas similares, es evidencia de una
decadencia de la razón humana, ya que se aparta de la objetividad
que se nos presenta en la realidad. Se pudiera interpretar como un
reflejo de la sociedad actual, mostrando una pérdida total de valores
morales tradicionales y contacto con la realidad, donde se haya
individuos con identidades diferentes a las representadas
objetivamente por la biología del cuerpo y la ciencia; como la
comunidad Queer o los movimientos feministas contemporáneos,
además de modelos económicos, políticos y sociales que premian al
holgazán y perjudican al que realmente trabaja y produce, una
sociedad de puro consumo pasivo y, con modos y medios de
comunicación dudosos, susceptibles a la manipulación y el engaño.
Claramente es una manera superficial de presentar este discurso,
pero en él se aprecian los contornos de lo que son las ideologías de
Derechas contemporáneas.
Portavoz de este tipo de análisis de la modernidad es el intelectual
argentino Agustín Laje, y se ve plasmado en su más reciente libro
“Generación idiota” (2023) y sus videos de divulgación en YouTube,
donde es costumbre verlo destacarse desarticulando
argumentalmente a las personas con las que debate.
¿Cómo podría justificarse por otro lado un progreso de
la razón humana y la historia hacia lo absoluto?
Georg Wilhelm Friedrich Hegel conocido también como “Conciencia de
la Humanidad” propuso un sistema filosófico algo complejo, en el cual
la historia del hombre es en su devenir un camino hacia lo absoluto del
espíritu.
Expone un historicismo dialéctico donde saber y verdad van
aparejados, alejándose de objetividades a priori, pues toda
racionalidad es real. La historia tendría un sentido progresivo, sería
lógico que existe más valor en lo que más cerca esté del final en el
proceso. El avance de la razón al cierre reflexivo donde el individuo se
reconoce a sí mismo en todas las cosas como absoluto.
Desde este punto de vista encontramos que el individuo en su
representación contemporánea ha logrado llegar a representaciones
de sí mismo más completas que la de épocas anteriores.
Por ejemplo el cuadro de “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci (1503),
el cual constituye en primera instancia una imagen acertada del
cuerpo de una mujer con un paisajismo representado bajo las
combinaciones de colores y técnicas pictóricas adecuadas para
trasmitir profundidad y realismo; en contraste con “La composición
VIII” (1923), de Vasili Kandinsky la cual constituye un conjunto de
líneas y figuras geométricas que representan una aplicación metódica
del artista sobre la relación que existe entre el color, la forma, y las
consecuencias espirituales y psicológicas que de ella derivan.
Pasando de la representación banal del cuerpo a un estado superior,
más allá de los límites admisibles de los sentidos, que apunta hacia
una cuarta dimensión, que en su interior posee una fiera vivacidad a la
par de serenas formas opuestas.

Sería también justificable la pluralidad social contemporánea, donde el


sentido trasciende la consistencia física, y la subjetividad puesta en
acto se sobrepone a la falsa objetividad trascendente. Se sustenta con
diversidad de sentidos, identidades, formas e inclusividad. Un
individuo que cuestiona las formas objetivas y se resiste a ser
enmarcado dentro de los supuestos saberes científicos, tradiciones
morales y culturales.
Esto además admite la justificación de las contingencias históricas que
van sucediendo, dígase guerras, crímenes o epidemias, pues son
también parte del progreso de la razón, cuyos resultados en tiempo
presente escapan de la representación moral.
3. Postmodernidad
La postmodernidad surgiría como oposición a la modernidad y tendría
su expresión tanto en las artes como se apreció anteriormente, como
en las actitudes filosóficas.
La actitud filosófica de la postmodernidad se expresa como la muerte
del individuo y el fin de la historia. Se justifica la ausencia de verdades
universales y absolutas, asumiendo la realidad como una performativa
lingüística, la cual se relaciona con la razón de formas no concretas.
De esta manera se pone en duda absolutamente toda la cultura
occidental y su historia, adquiriendo fuerza el término “deconstrucción”
como método de análisis.
El término fue popularizado por el influyente filósofo francés François
Loytard en la segunda mitad del siglo XX, quien expone su oposición a
las universalidades y a las grandes narrativas occidentales de la
ilustración. Este es considerado Padre de la Posmodernidad junto a
Jacques Derrida desarrollador del método deconstructivo y Michel
Foucault quien proclama de manera explícita “La muerte del hombre” y
niega la verdad, asumiendo que esta es resultado del poder producido
en el entramado intersubjetivo de cada época.
Pongamos en cuestión “El tiempo” como representación; este se
asume como una entidad que va hacia adelante y donde suceden los
acontecimientos de forma cronológica. Pero en realidad no hay nada
suficientemente sólido que lo justifique, incluso en ámbitos científicos
como la física contemporánea es indefinible. ¿Entonces cómo
podemos argumentar la historia? ¿Cómo hacer una comparación
valida de sus representaciones?
Todas las representaciones humanas se encontrarían al mismo nivel.
No existe nada que objetivamente sitúe a “El David” por encima de “El
Mingitorio” o viceversa. Lo primordial está en la subjetividad y los
pequeños relatos sobre: la belleza, las mujeres, los géneros, las
sexualidades, las enfermedades físicas o mentales, incluso la especie.
La postmodernidad se alza a sí misma como la última etapa de la
historia occidental, el último golpe a la cultura antropocéntrica; ni
centro del universo, ni imagen y semejanza de lo divino, ni dueño de
sus pasiones, ni conocedor de las verdades. La cultura que más
culturas ha degradado, marginalizado y aniquilado por considerarlas
inferiores, termina finalmente negándose a sí misma. Ãrtę
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Sin embargo cabe también enfrentar a la Postmodernidad consigo
misma. Pues esta termina siendo otro gran relato y una verdad que se
enuncia por sobre otras posibilidades. ¿A qué poder responde la
postmodernidad como verdad? ¿Es deconstruible? (…)

Algunas aclaraciones
Los periodos artísticos expuestos no son todos, ni se han expuesto
siempre las obras más significativas.

Los análisis sobre el progreso o la decadencia de la razón representan


una explicación no completa, pues dichas ideas son parte de sistemas
pensamiento más complejos, que intento comunicar resumidamente
de la manera más clara posible. Se espera no crear prejuicios de esto,
como que las ideas de Derechas son absurdas falacias o que el
pensamiento hegeliano promueve la anarquía y el bandolerismo.
Fueron expuestas a causa de ser en mi opinión las más convincentes
en cada caso, existen otras maneras de interpretar la historia desde
otras perspectivas, como la teoría de Olduvai, el materialismo
dialéctico de Marx o la teodicea de Leibniz “El mejor de los mundos
posibles”.
Cabe señalar también que los aportes de estos pensadores
“Postmodernos” fueron análisis de la cultura moderna, no se
proclamaron vanguardistas de la postmodernidad, fueron
denominados así por la cultura popular.
Referencias bibliográficas.

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