Apuntes Historia Contemporánea

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Historia de España contemporánea

Estudio del Antiguo Régimen y la lenta y difícil implantación del liberalismo en la España del siglo XIX.
Explicación y desarrollo de alguno de los temas tratados durante el semestre a través de un examen de 3 horas.
(Aparentemente mediante sorteo o bien literatura o bien historia)

Las revoluciones liberales del siglo XVIII marcan el inicio del periodo contemporáneo
en nuestra historia. En España suele tomarse como fecha 1808 (inicio de la guerra
de independencia de Napoleón) o 1812 (Constitución de Cádiz). Este inicio del
periodo contemporáneo retrasado hasta el siglo XIX en España es en razón,
sobretodo, de un atraso español, notablemente en la Revolución Industrial y sus
posteriores ideas liberales. El inicio de esta era en España corresponde con su
apertura al mundo europeo notablemente por la conquista napoleónica de la
Península Ibérica.

La guerra de Independencia en España supone un traumatismo extraordinario, pero


también una excusa perfecta para conformarse finalmente como nación unida
frente al enemigo, que se había visto dificultada por su multiculturalidad. La guerra
de Independencia da razón a España para convertirse en una nación liberal.

El contexto histórico de España a partir de entonces se encuentra íntimamente


relacionada con el devenir histórico de otros países (sus países vecinos como
Inglaterra y Francia, hasta sus colonias y antiguas colonias, como México o Cuba).
Es importante por ello tener un buen conocimiento de los sucesos históricos más
importantes fuera de España.
· Cronología de los eventos importantes de la Historia Española
Contemporánea
o 1808 - 1814: Guerra de Independencia
o 1812: Constitución de Cádiz
o 1814 - 1833: Reinado de Fernando VII
o 1821 - 1823: El Trienio Liberal (vuelta a la Constitución de Cádiz)
o 1823 - 1833: La década ominosa (reinado absolutista de Fernando VII)
o 1810 - 1826: Independencia de las colonias españolas en América
o 1833 - 1868: Reinado de Isabel II
o Guerras carlistas (sobretodo 1833 - 1840)
o 1868 - 1874: La Gloriosa (1873 – Primera República)
o 1874 - 1931: La Restauración (con los grandes Cánovas y Sagasta)

El momento fundacional de la nación española: la guerra de


Independencia

Durante la Guerra de Independencia es cuando surgió la identidad española de


unión. En este siglo XIX se va a producir una metamorfosis debido al liberalismo,
que provoca que la palabra nación se convierta en un concepto mucho más
integrador: son miembros de la nación todos los ciudadanos independientemente
de su lengua, de su raza o de su clase social. La nación es, en realidad, el pueblo
unido. Incluyendo a las clases bajas y a las personas que han llegado al país
mediante la inmigración. Es un concepto que incluye más de lo que excluye.

En España en aquella época, e incluso en la de hoy en día, hay una gran diversidad
lingüística y cultural, así como diferencias en los sistemas jurídicos (debido a que
España estaba compuesta de diversos reinos, y que crearán ciertos ‘foros’). El
concepto de nación intenta modernizar el sentido de nación, que ya no es una
cuestión de lengua, cultura, religión, etc. Sino como un concepto de ‘ciudadanía’.

Se crea un concepto de pueblo en su sentido mítico que va a luchar contra el


enemigo francés, ese pueblo que es capaz de coger las riendas de su proprio
destino. Pese a que una élite se satisface en parte de ese proyecto proveniente de
Francia, la gran mayoría del pueblo no desea que les invada el enemigo
napoleónico.

Un largo periodo de decadencia

En primer lugar, es importante entender en qué momento de su historia se


encuentra España justo antes de la Guerra de la Independencia. La decadencia
española es relativa teniendo en cuenta que era el mayor imperio en la época. Así,
España pierde el lugar que tenía en el orden Internacional en favor de otras
potencias como Inglaterra o Francia. La famosa leyenda negra, que dice que España
es un país autoritario, intrínseco y sectario, que se basa en sistemas como la
Inquisición, se desarrolla en ese largo periodo iniciado siglos atrás. Pero la
ilustración llega también a España, desmontando la leyenda negra y adoptando un
perfil práctico (ciencia, economía, etc.) y autoritario (centralización). Existe también
un desarrollo de una Administración estatal que va a reforzar el papel del Estado en
detrimento de la Iglesia y la nobleza.

El proprio Napoleón dirá que invadió España porque no tenía demasiada


información, y que pensaba que España era un país oscurantista del Antiguo
Régimen. Napoleón pensó que sería recibido como héroe que liberaba al pueblo, y
no pudo pronosticar lo que venía después...

La nación en armas

Napoleón Bonaparte aprovecha la situación para ocupar militarmente España con el


pretexto de invadir Portugal, aliada de Inglaterra (tratado de Fontainebleau, 1807),
en un momento de debilidad en España debido a perder la Batalla de Trafalgar
junto a los franceses.

Pero en 1808 decide forzar la abdicación de Carlos IV y la renuncia al tromo de su


hijo Fernando para poner en el trono español a su hermano José. Esto provoca la
reacción del pueblo (juntismo), que anhelaba la coronación del príncipe heredero,
Fernando VII (el deseado), ante la desgracia en que había caído en la opinión
pública la pareja real (sus padres) y el Primer Ministro, Manuel Godoy, que vivían al
servicio de Napoleón.

Napoleón decidió convocar a Carlos IV y a Fernando VII en Bayona, y obligar a


ambos a abdicar, quitándoles la confianza y poniendo a su hermano José Bonaparte
en el trono de España, dándole a España su primera constitución, la Constitución de
1808.

El juntismo lleva al ejército y a los ciudadanos a levantarse en armas y tomar las


armas contra el poder espontáneamente y sin la necesidad de tener órdenes
previas. Surgen así la guerrilla, y con ella la figura mítica de los guerrilleros.

Afrancesados, serviles y liberales

Afrancesados: liberales españoles, reformistas, partidarios de José Bonaparte, de la


Constitución de Bayona.

Serviles: defensores de Fernando VII, de la monarquía absolutista y de la religión


católica.

Liberales: partidarios de una monarquía liberal y católica (divididos entre una


tendencia revolucionaria y otra, mayoritaria, más bien reformista)y defensores de la
soberanía nacional española.

La Constitución de Cádiz

Primera Constitución española (1812)

Las Cortes se inician en 1810 y adoptan el texto final el 11 de marzo de 1812, que
será finalmente promulgado el día de San José, el 19 de marzo, razón por la que la
Constitución se conoce como La Pepa. Es una Constitución de espíritu liberal, pero
que no rompe ni con la monarquía ni con la religión católica.
La soberanía es de la nación, no del rey

1812-1814, hasta la vuelta de Fernando VII, no jurará finalmente la Constitución.


Entre el 1820 y el 1823, tras el levantamiento del General Riego, convertido
después en otro mito del progresismo español. Cuando vuelve el proyecto liberal,
se espera la elaboración de la Constitución de 1837.

Emigración y éxodo rural

Los agricultores pierden las condiciones de explotación de la tierra de que disponían


bajo el orden heredado del feudalismo y sin los bienes comunales de los que podían
disponer gratuitamente (la leña, en los montes, la hierba en las zonas de pasto para
sus vacas u ovejas). Y peores condiciones de trabajo en el campo: los agricultores
van a depender mucho más que antes del proprietario de la tierra y de la red de
intereses que se crean en torno a él.

Ámbito de la educación

La educación forma parte de las bases del proyecto ilustrado que el liberalismo va a
tratar de imponer durante el siglo XIX. Control de las mentalidades, imposición de
una lengua común, medio de ascensión social, la escuela es una pieza clave del
proyecto liberal.

Los intentos de reforma educativa en España van a ser tardíos y de escasa eficacia.

· Enseñanza primaria: 6 a 9 años, obligatoria y gratuita (responsabilidad de los


municipios).
· Enseñanza secundaria: instituto de bachillerato en cada provincia
(responsable de ese nivel)
· Enseñanza superior: Universidades (único nivel asumido por el Estado)

El único nivel de enseñanza que el Estado va a asumir es el universitario, por lo que


la financiación de las escuelas e institutos va a depender respectivamente de los
municipios y provincias (que carecen de recursos en muchos casos). Resultado: la
Iglesia va a seguir teniendo el monopolio de la educación (con financiación pública
tras el Concordato de 1851)

Problema derivado de la financiación

El único nivel de enseñanza que el Estado va a asumir es el universitario, por lo que


la financiación de las escuelas e institutos va a depender respectivamente de los
municipios y provincias (que carecen de recursos en muchos casos).

Resultado: la Iglesia va a seguir teniendo el monopolio de la educación (con


financiación pública tras el Concordato de 1851). Las reformas liberales
implementadas en las condiciones rápidamente descritas van a tener efectos
diversos y desiguales.

No se ha de olvidar, en efecto, que se trata de un proyecto liderado por las élites


ilustradas.
Éxito en la transformación de las estructuras (unificación y centralización)

Las nuevas reglas diseñadas por el liberalismo español (progresista y conservador)


consiguen romper con las estructuras del Antiguo Régimen:

– A nivel administrativo territorial: la provincia.


– A nivel jurídico: la codificación (penal en 1848, civil en 1851, fiscal en 1845,
bancaria en 1847, etc.)
– A nivel económico: transformación de la propriedad rural (ahora libre y
alineada con el mercado).

Contra los intereses de la Iglesia, principal fuerza de resistencia frente al


liberalismo.

Llegados a los años 1860, las élites liberales enriquecidas durante las décadas
precedentes van a volverse políticamente más conservadoras (autoridad y orden).

BIBLIOGRAFÍA

Joseph Pérez, Histoire de L’Espagne, Paris, Fayard, 1996

Marie-Claude Chaput, Julio Pérez Serrano, Civilisation espagnole contemporaine


(1868-2018) Paris, PUF, 2018

Jordi Canal y otros, Histoire de l’Espagne contemporaine: de 1808 à nos jours, Paris,
Armand Colin, 2022

Pierre Vilar, Histoire de l’Espagne, Paris, PUF, 2017

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