Esborraz, Marina y Leon, Natalia (2018) - El Concepto de Goce. Murallas de Lo Imposible y Lo Posible
Esborraz, Marina y Leon, Natalia (2018) - El Concepto de Goce. Murallas de Lo Imposible y Lo Posible
Esborraz, Marina y Leon, Natalia (2018) - El Concepto de Goce. Murallas de Lo Imposible y Lo Posible
Cita:
Esborraz, Marina y Leon, Natalia (2018). El concepto de goce. Murallas
de lo imposible y lo posible. X Congreso Internacional de Investigación y
Práctica Profesional en Psicología XXV Jornadas de Investigación XIV
Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de
Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
ARK: https://n2t.net/ark:/13683/ewym/gaa
Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso
abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su
producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite:
https://www.aacademica.org.
EL CONCEPTO DE GOCE.
MURALLAS DE LO IMPOSIBLE Y LO POSIBLE
Esborraz, Marina; Leon, Natalia
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología. Argentina
258
serlo el ello¨ (Freud, 1923, p.54-55). operación de lenguaje. El significante introduce la pérdida, en tanto
Tampoco la ética del inconsciente se define por ninguna de las éti- puede ser pensada como desnaturalización de las necesidades y
cas que Lacan va mencionando a lo largo del Seminario: la ética pérdida del instinto, que determinan nuestra sujeción a las leyes de
aristotélica, la ética positivista, la ética hedonista, la ética kantiana, la cultura. Hay pérdida inaugural y esto da cuenta de una estructu-
la ética utilitarista. La ética del inconsciente se define en esa par- ra pensada en términos del significante, que implica la dimensión
ticular relación entre deseo y goce, por lo cual nos proponemos de lo perdido. Otro modo de afirmar este planteo sería formular la
seguir en la línea de dicha articulación. inexistencia del Goce todo. Es lo que podemos leer en la conocida
Lacan realizó una lectura del texto de Freud “Proyecto de psicolo- fórmula de Lacan: “No hay relación sexual”, es decir no hay propor-
gía” (1895) y puso especial énfasis en el concepto de “das Ding”. cionalidad, no hay goce complementario, puesto que está perdido
Afirma que”…el campo de la cosa ex-siste, diríamos, como “un por estructura. Y será esa falta la que abrirá la búsqueda constante
más allá en el origen de la cadena significante”. Un más allá de e imposible de realizarse de modo pleno.
la cadena pero que funciona causando su trabajo. Das Ding sería Ahora bien, en el pasaje del Seminario VII que estamos analizando
“aquello en torno a lo cual se organiza todo el andar del sujeto, en Lacan introduce una definición crucial: la pulsión obtiene su satis-
relación al mundo de sus deseos”. (Lacan, 1959-60 p.68). facción al penetrar en ese “campo central” incognoscible y trans-
El deseo aparece mayormente ligado a la cadena significante, re- grediendo el cercado impuesto por la defensa. Se deduce que la
gulado por la vía del el principio del placer. En cambio el concepto pulsión se satisface en el “encuentro”, definido como imposible, del
de goce surge estrechamente ligado al de la pulsión de muerte. sujeto con la Cosa de goce.
Esta diferencia entre deseo y goce se define en términos firmes en Lacan define el lugar topológico de la Cosa como el “campo central
el Escrito “Del trieb de Freud y el deseo del psicoanalista”, donde del goce”, a la vez extraño e íntimo. Este campo del goce, lo real
Lacan afirma: “el deseo viene del Otro y el goce está del lado de la primordial del sujeto, está protegido por el Principio del placer. El
Cosa”. Y continúa un poco más adelante: “Esto por la razón de que Principio del placer gobierna la búsqueda del objeto [das Ding] y le
la pulsión divide al sujeto y al deseo, deseo que no se sostiene sino impone sus rodeos, que conservan su distancia en relación a su fin.
por la relación que desconoce de esta división con un objeto que Desde esta perspectiva el Principio del placer comporta un siste-
la causa. Tal es la estructura del fantasma” (Lacan, 1964 p. 832). ma de protección y evitamiento del goce pulsional. La pulsión, en
Sin embargo convendría señalar que el deseo en la elaboración consecuencia, sólo puede alcanzar su fin cuando el Principio del
de Lacan es un concepto límite, tiene dos caras, una mira hacia el placer fracasa. Años después encontramos formulaciones de Lacan
goce y la otra hacia el placer. De tal modo que no es exacto suponer que van en esta misma dirección, tal como lo encontramos en el
que la realización del deseo simplemente se opone al goce. Hay un Seminario XI donde afirma que en última instancia toda pulsión es
punto en que realización del deseo y goce, o suplemento de goce, pulsión de muerte, o en el Seminario XVII donde menciona que el
confluyen en Lacan y hay un punto en que se separan. De hecho camino hacia la muerte no es nada más que lo que llamamos goce.
encontramos en los primeros seminarios formulaciones como “de- En el Seminario VII Lacan trae a colación lo que denomina “el goce
seo en estado puro” que encontramos en el Seminario V, o como de la transgresión”, y en relación a él ubica la obra de Sade, a la
“condición absoluta del deseo” en relación al análisis que realiza a cual le da el estatuto de un sistema ético. “Aquello de lo que aquí
partir de la lectura de Antígona en el Seminario VII. se trata es de la actitud de Sade, en la medida en que nos indica el
acceso al espacio del prójimo en lo que llamaría, para parafrasear
Imposibilidad y posibilidad de goce el título de una de sus obras que se llama Idea sobre las novelas,
En el seminario VII Lacan afirma: “El problema del goce, en tanto la idea de una técnica orientada hacia el goce sexual en tanto que
éste se presenta como envuelto en un campo central con caracte- no sublimado” (Lacan, 1959-60, p. 240). ¿Cuál es el interés por
res de inaccesibilidad, de oscuridad y de opacidad, en un campo los preceptos sadianos? Precisamente el de ubicar la imposibilidad
rodeado por una barrera que vuelve su acceso al sujeto más que estructural del goce, las barreras para su acceso absoluto incluso
difícil, inaccesible quizás, en la medida que el goce se presenta no cuando su propósito sea eliminarlas. ¿Por qué? Bien, Lacan men-
pura y simplemente como la satisfacción de una necesidad, sino ciona que lo que se puede apreciar en la literatura sadiana es que
como satisfacción de una pulsión…” (Lacan, 1960, p. 253). al avanzar en dirección a ese vacío central, el acceso al goce se
A partir de esta cita de Lacan, pueden ubicarse dos dimensiones presenta como fragmentado, se fragmenta el cuerpo del otro. Y es
diversas respecto al “goce”: una dimensión estructural en la que de ese modo, dice, que los analistas hemos articulado la noción de
el goce “se presenta como envuelto en un campo central de inac- “objeto parcial”.
cesibilidad de oscuridad, de opacidad”, es decir, el lugar topológico Entonces si el acceso a la Cosa es mortífero, la parcialidad del ob-
de la Cosa. Otra dimensión de carácter singular y que se refiere a jeto permite cierto modo de satisfacción, que no es otro que la sa-
una experiencia subjetiva alcanzada específicamente en la posible tisfacción de la pulsión. Ahora bien, ¿cómo se satisface la pulsión
“satisfacción de una pulsión” y que debe ser articulada en términos si no es a través del síntoma? ¿Cómo se articula dicha satisfacción
económicos de ganancia y pérdida de goce. con el deseo?
259
La satisfacción de la pulsión pertenece a un acto psíquico singular BIBLIOGRAFÍA
que adquiere para Lacan el estatuto de una realización imposible, Freud, S. (1923). El yo y el ello, en Obras Completas, Tomo XIX. Buenos
en la medida en que el objeto es estructuralmente irrecuperable. Aires: Amorrortu editores, 1992.
La ganancia de placer que Freud ubica más allá del principio del pla- Freud, S. (1920). Más allá del principio del placer, en Obras Completas,
Tomo XX. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores, 1992.
cer es conceptualizada por Lacan como goce, concepto que enfatiza
Jadin, J-M. y Ritter, M. (2009). La jouissance au fil de l´enseignement de
la operación fundamental de Freud en sus formulaciones metapsi-
Lacan. Paris, Francia: Éditions Érés, 2009.
cológicas del año 1920, en relación a la compulsión de repetición.
Lacan, J. (1959-60). El Seminario. Libro VII: La ética del psicoanálisis. Bue-
La perspectiva del goce no es la del principio de placer, sino su más nos Aires, Argentina: Editorial Paidós, 1988.
allá, es una ganancia que siempre va en contra de la homeosta- Lacan, J. (1964). El Seminario. Libro XI: Los cuatro principios fundamenta-
sis del principio del placer. Implica la recuperación de un “plus de les del psicoanálisis. Madrid, España: Ediciones Barral.
goce”, sobre el trasfondo estructural de la inexistencia de un Goce Lacan, J. (1964) El Seminario. Libro XVII: El reverso del psicoanálisis. Bue-
absoluto. La satisfacción de la pulsión sería un modo de realización nos Aires, Argentina: Editorial Paidós, 1988.
de lo imposible, sede de la Cosa. Lacan, J. (1960) Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el incons-
En el Seminario XI Lacan profundiza el vínculo entre lo real, nombre ciente freudiano, en Escritos 2. Buenos Aires, Argentina: Editorial Siglo
de lo imposible, con la satisfacción alcanzada a través de la pulsión XXI, 1987.
y afirma: “Esta satisfacción es paradójica. Cuando la miramos de Lacan, J. (1964) Del trieb de Freud y el deseo del psicoanalista, en Escritos
2. Buenos Aires, Argentina: Editorial Siglo XXI, 1987.
cerca, nos damos cuenta que entra en juego algo nuevo, la catego-
ría de lo imposible, la cual es, en los fundamentos de las concepcio-
nes freudianas, absolutamente radical. El camino del sujeto -para
pronunciar aquí el término sólo en relación al cual puede situarse
la satisfacción- pasa entre dos murallas de lo imposible”. (Lacan,
1964, p.173).
El camino del sujeto en términos de una satisfacción está entre,
una primera muralla de lo imposible, que señalaría la dimensión
estructural: La Cosa, lo imposible de apresar. La segunda muralla,
apuntará a la dimensión subjetiva y a las satisfacciones siempre
paradojales que se anuncian en experiencias de goce diversas. Una
podemos ubicarla en el nivel del síntoma, que presenta de modo
irreductible la satisfacción de la pulsión, una suerte de conmemo-
ración de goce. Otra perspectiva en relación al goce podría ubicarse
en el nivel del fantasma, que sitúan el Goce como aquello de lo
que el sujeto se considera privado. Por esta vía la imposibilidad
estructural se interpreta como impotencia subjetiva. “No es que no
haya, es que a mí me falta”, “No es que sea imposible, sino que yo
no puedo” y la suposición neurótica por excelencia, de que el otro/a
sí tiene, goza, puede.
Comentario Final
A lo largo del desarrollo que hemos desplegado, intentamos situar
la complejidad del concepto de Goce, su relación y diferencia con el
de deseo y el de la pulsión. Nos hemos preguntado al respecto: ¿Por
qué contando con el concepto de pulsión sería necesario proponer
el de goce?
Es preciso situar que el surgimiento del concepto de Goce, está
articulado con dimensiones diversas, en términos de lo imposible
del Goce todo, estructuralmente perdido, y las posibilidades de sa-
tisfacciones pulsionales, goces suplementarios, que en términos de
la perspectiva singular, permiten la lectura de experiencias de goce
posibles y paradojales.
A su vez la relación con el deseo no es unívoca, dado que si bien
algunas afirmaciones permiten suponer que el deseo siempre es
defensa contra el goce, también es un movimiento hacia él, lo que
quedará plasmado en la idea llevar a la “pulsionalización” del deseo
como efecto de un análisis.
260