2 Diapositivas Introducción A La Teología
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EL MISTERIO
• Para el filósofo L.Wittgenstein, misterio es aquella realidad sobre la que no
podemos decir nada, razón por la cual es mejor callar. (Teología apofática)
• Pero para el poeta Goethe, misterio es aquello que está ahí presente para
revelarse con presteza (Teología catafática)
• Dios es misterio como realidad que está más allá de nuestro conocimiento, y
como realidad que nos sostiene y fundamenta.
• Es misterio porque permanentemente nos sobrepasa y nos desborda.
• Comprender a Dios como misterio significa colocarlo en el centro de la
existencia humana como realidad fundante de la vida, aquella realidad que
nos sobrecoge y nos sobrepasa.
• Misterio hace referencia a una realidad que nos está dada y que nos funda,
tiene que ver con la misma condición de posibilidad de conocer.
• Una realidad que tenemos siempre delante para contemplar y a la vez el
fundamento mismo de nuestro conocimiento.
• El misterio de Dios es Dios mismo en su ser principio sin origen (Padre), que
se nos comunica en la creación y en la historia como la palabra encarnada
(Logos-Cristo) y se nos da a cada uno en el corazón como gracia (Espíritu).
• Se trata de una manifestación y donación que no agota el carácter
inabarcable e incomprensible de Dios, sino que nos lo manifiesta más
radicalmente.
• La revelación no desvela el misterio, sino que lo hace más patente y nos
enfrenta a él de una manera más radical.
• Dios no puede ser plenamente integrado en un sistema. Dios se revela y se
nos da, y sin embargo permanece al mismo tiempo incomprensible e
inabarcable.
• La revelación de Dios es en el ocultamiento. La revelación de Dios no agota
su misterio, sino que nos comunica y nos entrega al misterio que él mismo
es.
• Misterio es aquella realidad absolutamente singular que de forma inesperada,
sorprendente y gratuita aparece ante nosotros en su unicidad e
irrepetibilidad.
• Esta realidad absolutamente singular acontece de forma suprema en la
revelación, donde el Logos de Dios desciende de forma kenóticamente
(desde lo mas bajo) y se manifiesta como amor como ágape (amor altruista) y
como gloria.
• El misterio de Dios deja así de ser una realidad difusa para revelarse como
realidad personal, es decir, como misterio trinitario.
• Y en este sentido, el misterio de la Encarnación es el misterio fundamental.
LA PERSONA DE JESUCRISTO
• Afirmar que Cristo es la verdad, la justificación y el reino en persona, no
significa reducir a una perspectiva únicamente cristológica la verdad, la
justicia y el reino, aunque sí reconocer que las dimensiones históricas,
sociales y antropológicas están implicadas.
• Importante es el carácter de Historicidad.
• La revelación cristiana está referida siempre a un hecho concreto, particular,
enclavado en el tiempo y en el espacio.
• La revelación de Dios remite a la historia.
• No es una revelación determinada por la subjetividad.
• El cristianismo es un hecho, por lo tanto, la historicidad de Jesús de Nazaret
es principio esencial y constitutivo para el saber de la fe.
• “Él, la persona de Jesucristo, en su unicidad histórica y en su gloria eterna,
es la categoría que determina el ser, el obrar y la doctrina de lo cristiano”.
(ROMANO GAUDINI).
• En la persona de Cristo encontramos también una dimensión dialógica,
diálogo.
• La revelación de Dios es un diálogo, pues él mismo es palabra y
comunicación. Y el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es
esencialmente diálogo llamado a la comunión y comunicación plena con el
creador.
• Y la revelación de Dios concluye en la respuesta del hombre.
• No sería posible hablar de revelación plena hasta que no existe un sujeto
histórico que acoge y responde a esa palabra previa y fundante de Dios.
• Cristo es el mediador y la plenitud de la revelación (DV, 2).
• El hombre encuentra en Él la verdad plena de Dios y la verdad última del
propio ser humano.
• Una verdad que los sostiene afirmándolos, los plenifica purificándolos y los
consuma desbordándolos.
LA REVELACIÓN PLENA
• La comprensión que hemos visto sobre la revelación parte de la constitución
dogmática Dei Verbum, que afirma a Jesucristo como centro y plenitud de la
revelación.
• Comprender a Cristo como plenitud de la revelación ha supuesto una
revolución en el pensamiento teológico, porque con ella se ha queido ampliar
el horizonte.
• La revelación pasa de ser entendido como conjunto de verdades doctrinales,
a comprenderse desde una perspectiva más histórica, dinámica, cristológica,
personal y trinitaria.
• Cuando se afirma que la revelación de Cristo es específica se está queriendo
decir que aporta una novedad radical.
• Él no es la expresión de una religiosidad abstracta y difusa.
• Cristo es la novedad de Dios en la historia humana.
• Y esta revelación no puede ser superada ni completada por otras.
• Cristo es la revelación de la verdad de Dios y de la verdad del hombre.