2 Diapositivas Introducción A La Teología

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Diapositivas Introducción a la Teología (Tema 2)

El objeto de la teología: Dios

• Dios como sujeto central de la ciencia teológica.


• Dios como centro inaprensible sobre el que se desarrolla su acción.
• Toda la teología se halla determinada por él.
• “Teólogo es aquel que habla de Dios, de parte de Dios, en su presencia y
para su gloria”. Karl Barth
• El objeto de la teología es Dios mismo en su movimiento de apertura hacia
nosotros, que consiste en la revelación del misterio, de Él mismo como
misterio.
• Una revelación y un misterio con un carácter paradójico, dada su
manifestación en el ocultamiento.
• Dios es un objeto-in-objetivable. Una altura infinita que siempre nos
sobrepasa. De hecho la mejor teología siempre ha repetido que aquello que
alcanzamos a comprender, no es Dios.
• Sin embargo, Dios se ha revelado: ha hablado.
• Por eso podemos hablar de la revelación como el origen y el fundamento de
la teología.
• La teología es la ciencia de la revelación.
• La revelación en su objetividad y primacía como principio objetivo del
conocimiento teológico, y la Fe como principio subjetivo o como momento
de acogida de su revelación.
• La primacía es siempre de la revelación, de la iniciativa de Dios, de sus
palabras y de sus acciones, del acontecimiento de su manifestación por el
que Él se nos hace accesible, palpable y audible.

DIOS EN SU REVELACIÓN Y MISTERIO


• En el Antiguo Testamento para referirse a la revelación, la literatura
veterotestamentaria utiliza la expresión “palabra de Yahvé”.
• Por medio de su palabra, Dios se da a conocer y nos revela sus designios.
Ella se manifiesta como camino de salvación para todo el pueblo de Israel en
la Alianza y en la Ley.
• La soberanía de la palabra reveladora de Dios y la correspondiente vocación
del pueblo de Israel a escuchar fielmente esa palabra (nos ayuda a entender la
prohibición de modelar su imagen y la imposibilidad de ver su rostro).
• La actitud de escucha como el inicio de la fe.
• En el Nuevo Testamento la actitud se corresponde a la llamada a la
conversión que planea Jesús al inicio de su ministerio público.
• Sus palabras, sus acciones y su misma persona ponen de manifiesto que el
reino y la soberanía de Dios han llegado a los hombres.
• Es la presencia misteriosa de Dios en medio de los pueblos a modo de
semilla esparcida o grano de mostaza sembrado entre la cizaña.
• El misterio de Dios acontece donde nadie lo esperaba ni lo preveía.
• En la literatura paulina, el apóstol Pablo utiliza verbos como desvelar,
manifestar, iluminar y conocer para referirse al misterio de Dios y al
acontecimiento de la salvación realizado en Cristo.
• La revelación sería el designio escondido antes de los siglos, pero desvelado
y dado a conocer en los últimos tiempos con la muerte y resurrección de
Jesucristo.
• En el lenguaje del joánico se utilizan términos como palabra, gloria, verdad,
decir, testimoniar, para expresar la acción fundamental de Jesús como
exegeta y revelador del Padre.
• El hijo revela al Padre. Se da una relación entre la revelación y alteridad.
Ninguna de las personas divinas se revela desde sí misma.
• Al Padre, a quien nadie ha visto jamás solo se revela a través del hijo, quien
es su rostro y su gloria (Jn 1, 17-18)
• Y el Hijo se da a conocer en el Espíritu.
• Ya en un lenguaje moderno y dada la influencia determinante que el
pensamiento humanista alemán ha tenido en la teología, partimos de la
palabra alemana OFFENBARUNG, que etimológicamente significa abrir una
intimidad, y que nos pone en relación directa con la “revelación”.
• Revelación, revelatio es la traducción latina del término griego apocalipsis,
que literalmente significa mover un velo para poder ver una realidad con
claridad (des-velar). REVELARSE significa quitar el velo. Algo que estaba
oculto, se hace visible. Dios invisible se hace ver, oir, y en la plenitud de los
tiempos, TOCAR.
• Aplicado a Dios, que en el acontecimiento de la revelación, se revela en la
historia y en la persona de Cristo, así se desvela simultáneamente tanto
revelándonos su intimidad como velándose y escondiéndose.
• Dios siempre se manifiesta en el ocultamiento.
• San Agustín de Hipona, en sus esfuerzos por pensar a Dios como trinidad, no
tuvo problemas en afirmar que Dios no es esa realidad que nosotros
llegamos a comprender con nuestra razón.
• Dios ciertamente es cognoscible, pero no se puede apresar (Sermón 117, 3,
5).
• Aquellos que llegamos a comprender, no es Dios. A Dios no se le puede
comprender totalmente.
• Es el intento de compaginar una auténtica teología apofática (negativa) con
una teología catafática (positiva).
• De similar manera, Tomás de Aquino afirmó que de Dios podemos llegar a
saber más lo que no es que lo que es.
• L o s tres núcleos esenciales para comprender lo que significa el
acontecimiento de la revelación son:
➢ La palabra de Dios,
➢ el misterio de la salvación y
➢ la persona de Jesucristo.
PALABRA DE DIOS
• La revelación es ante todo una comunicación. No es tanto un comunicación
de algo, sino de alguien.
• Al referirnos a la palabra de Dios no estamos aludiendo a una comunicación
sino más bien a una auto-comunicación.
• Tiene una dimensión dinámica, ya que es una palabra creadora y eficaz, tiene
una fuerza recreadora.
• Tiene una dimensión noética, pues la palabra comunica y enseña, como se
pone de relieve en la Ley y en la Sabiduría.
• Y tiene una dimensión personal, ya que toda la historia de la revelación se
desarrolla desde la palabra que estaba en el seno del Padre antes de los
siglos y que ahora es palabra hecha carne.
• Ella abarca toda la historia de la salvación como palabra de Dios a los
hombres y con Jesucristo, la palabra de Dios en persona, donde todas las
palabras del Padre se concentran y alcanzan su plenitud.

EL MISTERIO
• Para el filósofo L.Wittgenstein, misterio es aquella realidad sobre la que no
podemos decir nada, razón por la cual es mejor callar. (Teología apofática)
• Pero para el poeta Goethe, misterio es aquello que está ahí presente para
revelarse con presteza (Teología catafática)
• Dios es misterio como realidad que está más allá de nuestro conocimiento, y
como realidad que nos sostiene y fundamenta.
• Es misterio porque permanentemente nos sobrepasa y nos desborda.
• Comprender a Dios como misterio significa colocarlo en el centro de la
existencia humana como realidad fundante de la vida, aquella realidad que
nos sobrecoge y nos sobrepasa.
• Misterio hace referencia a una realidad que nos está dada y que nos funda,
tiene que ver con la misma condición de posibilidad de conocer.
• Una realidad que tenemos siempre delante para contemplar y a la vez el
fundamento mismo de nuestro conocimiento.
• El misterio de Dios es Dios mismo en su ser principio sin origen (Padre), que
se nos comunica en la creación y en la historia como la palabra encarnada
(Logos-Cristo) y se nos da a cada uno en el corazón como gracia (Espíritu).
• Se trata de una manifestación y donación que no agota el carácter
inabarcable e incomprensible de Dios, sino que nos lo manifiesta más
radicalmente.
• La revelación no desvela el misterio, sino que lo hace más patente y nos
enfrenta a él de una manera más radical.
• Dios no puede ser plenamente integrado en un sistema. Dios se revela y se
nos da, y sin embargo permanece al mismo tiempo incomprensible e
inabarcable.
• La revelación de Dios es en el ocultamiento. La revelación de Dios no agota
su misterio, sino que nos comunica y nos entrega al misterio que él mismo
es.
• Misterio es aquella realidad absolutamente singular que de forma inesperada,
sorprendente y gratuita aparece ante nosotros en su unicidad e
irrepetibilidad.
• Esta realidad absolutamente singular acontece de forma suprema en la
revelación, donde el Logos de Dios desciende de forma kenóticamente
(desde lo mas bajo) y se manifiesta como amor como ágape (amor altruista) y
como gloria.
• El misterio de Dios deja así de ser una realidad difusa para revelarse como
realidad personal, es decir, como misterio trinitario.
• Y en este sentido, el misterio de la Encarnación es el misterio fundamental.

LA PERSONA DE JESUCRISTO
• Afirmar que Cristo es la verdad, la justificación y el reino en persona, no
significa reducir a una perspectiva únicamente cristológica la verdad, la
justicia y el reino, aunque sí reconocer que las dimensiones históricas,
sociales y antropológicas están implicadas.
• Importante es el carácter de Historicidad.
• La revelación cristiana está referida siempre a un hecho concreto, particular,
enclavado en el tiempo y en el espacio.
• La revelación de Dios remite a la historia.
• No es una revelación determinada por la subjetividad.
• El cristianismo es un hecho, por lo tanto, la historicidad de Jesús de Nazaret
es principio esencial y constitutivo para el saber de la fe.
• “Él, la persona de Jesucristo, en su unicidad histórica y en su gloria eterna,
es la categoría que determina el ser, el obrar y la doctrina de lo cristiano”.
(ROMANO GAUDINI).
• En la persona de Cristo encontramos también una dimensión dialógica,
diálogo.
• La revelación de Dios es un diálogo, pues él mismo es palabra y
comunicación. Y el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es
esencialmente diálogo llamado a la comunión y comunicación plena con el
creador.
• Y la revelación de Dios concluye en la respuesta del hombre.
• No sería posible hablar de revelación plena hasta que no existe un sujeto
histórico que acoge y responde a esa palabra previa y fundante de Dios.
• Cristo es el mediador y la plenitud de la revelación (DV, 2).
• El hombre encuentra en Él la verdad plena de Dios y la verdad última del
propio ser humano.
• Una verdad que los sostiene afirmándolos, los plenifica purificándolos y los
consuma desbordándolos.
LA REVELACIÓN PLENA
• La comprensión que hemos visto sobre la revelación parte de la constitución
dogmática Dei Verbum, que afirma a Jesucristo como centro y plenitud de la
revelación.
• Comprender a Cristo como plenitud de la revelación ha supuesto una
revolución en el pensamiento teológico, porque con ella se ha queido ampliar
el horizonte.
• La revelación pasa de ser entendido como conjunto de verdades doctrinales,
a comprenderse desde una perspectiva más histórica, dinámica, cristológica,
personal y trinitaria.
• Cuando se afirma que la revelación de Cristo es específica se está queriendo
decir que aporta una novedad radical.
• Él no es la expresión de una religiosidad abstracta y difusa.
• Cristo es la novedad de Dios en la historia humana.
• Y esta revelación no puede ser superada ni completada por otras.
• Cristo es la revelación de la verdad de Dios y de la verdad del hombre.

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