Delirios

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Delirios

Los delirios son creencias fijas que no son susceptibles de cambio a la luz de las pruebas en su
contra. Su contenido puede incluir varios temas (p. ej., persecutorios, referenciales, somáticos,
religiosos, de grandeza). Los delirios persecutorios (es decir, la creencia de que uno va a ser
perjudicado, acosado, etc., por un individuo, organización o grupo) son los más comunes. Los
delirios referenciales (es decir, la creencia de que ciertos gestos, comentarios, señales del
medio ambiente, etc., se dirigen a uno) también son comunes. También pueden aparecer
delirios de grandeza (es decir, cuando el sujeto cree que él o ella tiene habilidades, riqueza o
fama excepcionales) y delirios erotomaníacos (es decir, cuando el individuo cree erróneamente
que otra persona está enamorada de él o ella). Los delirios nihilistas suponen la convicción de
que sucederá una gran catástrofe, y los delirios somáticos se centran en preocupaciones
referentes a la salud y al funcionamiento de los órganos. Los delirios se consideran
extravagantes si son claramente inverosímiles, incomprensibles y no proceden de experiencias
de la vida corriente. Un ejemplo de delirio extravagante es la creencia de que una fuerza
externa le ha quitado al individuo sus órganos internos y se los ha sustituido por los de otra
persona sin dejar heridas ni cicatrices. Un ejemplo de delirio no extravagante es la creencia de
que uno está siendo vigilado por la policía a pesar de la ausencia de pruebas convincentes. Los
delirios, que expresan una pérdida de control sobre la mente o el cuerpo, generalmente se
consideran extravagantes; esto incluye la creencia de que los propios pensamientos han sido
"robados" por una fuerza externa (robo del pensamiento), que se le han insertado
pensamientos ajenos en la propia mente (inserción del pensamiento) o que existe una fuerza
externa que está manipulando o influyendo en el propio cuerpo o la propia mente (delirios de
control). La distinción entre un delirio y una creencia firme es a veces difícil de realizar. En parte
depende del grado de convicción con el que se mantiene la creencia a pesar de las pruebas
claras o razonables en contra de su veracidad.

Alucinaciones

Las alucinaciones son percepciones que tienen lugar sin la presencia de un estímulo externo.
Son vívidas y claras, con toda la fuerza y el impacto de las percepciones normales, y no están
sujetas al control voluntario. Pueden darse en cualquier modalidad sensorial, pero las
alucinaciones auditivas son las más comunes en la esquizofrenia y en los trastornos•
relacionados. Las alucinaciones auditivas habitualmente se experimentan en forma de voces,
conocidas o desconocidas, que se perciben como diferentes del propio pensamiento. Las
alucinaciones deben tener lugar en el contexto de un adecuado nivel de conciencia; aquellas
que tienen lugar al quedarse uno dormido (hipnagógicas) o al despertar 87 88 Espectro de la
esquizofrenia y otros trastornos psicóticos (hipnopómpicas) se considera que están dentro del
rango de las experiencias normales. Las alucinaciones pueden ser una parte normal de la
experiencia religiosa en determinados contextos culturales.

Pensamiento (discurso) desorganizado

El pensamiento desorganizado (trastorno formal del pensamiento) habitualmente se infiere a


partir del discurso del individuo. El sujeto puede cambiar de un tema a otro (descarrilamiento o
asociaciones laxas). Sus respuestas a las preguntas pueden estar indirectamente relacionadas o
no estarlo en absoluto (tangencialidad). En raras ocasiones, el discurso puede estar tan
desorganizado que es prácticamente incomprensible y se asemeja a una afasia sensorial en su
desorganización lingüística (incoherencia o "ensalada de palabras"). Puesto que los discursos
ligeramente desorganizados son frecuentes e Mespecíficos, el síntoma debe ser lo
suficientemente grave como para dificultar la comunicación de manera sustancial. La gravedad
de la disfunción puede ser difícil de valorar si la persona que está haciendo el diagnóstico
proviene de un entorno lingüístico diferente del de la persona que está siendo evaluada. Puede
producirse una menor gravedad de la desorganización del pensamiento o del discurso durante
los períodos prodrómico y residual de la esquizofrenia.

Comportamiento motor muy desorganizado o anómalo (incluida la catatonía)

El comportamiento motor muy desorganizado o anómalo se puede manifestar de diferentes


maneras, desde las "tonterías" infantiloides a la agitación impredecible. Pueden evidenciarse
problemas para llevar a cabo cualquier tipo de comportamiento dirigido a un objetivo, con las
consiguientes dificultades para realizar las actividades cotidianas. El comportamiento
catatónico es una disminución marcada de la reactividad al entorno. Oscila entre la resistencia
a llevar a cabo instrucciones (negativismo), la adopción mantenida de una postura rígida,
inapropiada o extravagante, y la ausencia total de respuestas verbales o motoras (mutismo y
estupor). También puede incluir actividad motora sin finalidad, y excesiva sin causa aparente
(excitación catatónica). Otras características son los movimientos estereotipados repetidos, la
mirada fija, las muecas, el mutismo y la ecolalia. Aunque la catatonia se ha asociado
históricamente con la esquizofrenia, los síntomas catatónicos no son específicos y pueden
aparecer en otros trastornos mentales (p. ej., trastornos bipolares o depresivos con catatonía)
y en patologías médicas (trastorno catatónico debido a otra afección médica).

Síntomas negativos

Los síntomas negativos son responsables de una proporción importante de la morbilidad


asociada a la esquizofrenia, siendo menos prominentes en otros trastornos psicóticos. Dos de
los síntomas negativos son especialmente prominentes en la esquizofrenia: la expresión
emotiva disminuida y la abulia. La expresión emotiva disminuida consiste en una disminución
de la expresión de las emociones mediante la cara, el contacto ocular, la entonación del habla
(prosodia) y los movimientos de las manos, la cabeza y la cara que habitualmente dan un
énfasis emotivo al discurso. La abulia es una disminución de las actividades, realizadas por
iniciativa propia y motivadas por un propósito. El individuo puede permanecer sentado durante
largos períodos de tiempo y mostrar escaso interés en participar en actividades laborales o
sociales. Otros síntomas negativos son la alogia, la anhedonia y la asocialidad. La alogia se
manifiesta por una reducción del habla. La anhedonia es la disminución de la capacidad para
experimentar placer a partir de estímulos positivos o la degradación del recuerdo del placer
experimentado previamente. La asocialidad, que se refiere a la aparente falta de interés por las
interacciones sociales, puede estar asociada a la abulia, pero también puede ser indicativa de
que hay escasas oportunidades para la interacción social.

Esquizofrenia paranoide

Es el tipo más frecuente de esquizofrenia en la mayor parte del mundo. En el cuadro clínico
predominan las ideas delirantes relativamente estables, a menudo paranoides, que suelen
acompañarse de alucinaciones, en especial de tipo auditivo y de otros trastornos de la
percepción. Sin embargo, los trastornos afectivos, de la voluntad, del lenguaje y los síntomas
catatónicos pueden ser poco llamativos.

El curso de la esquizofrenia paranoide puede ser episódico, con remisiones parciales o


completas, o crónico. En esta última variedad los síntomas floridos persisten durante años y es
difícil distinguir episodios aislados. El comienzo tiende a ser más tardío que en las formas
hebefrénica y catatónica

Hebefrenica

Forma de esquizofrenia en la que los trastornos afectivos son importantes, las ideas delirantes
y las alucinaciones son transitorias y fragmentarias y es frecuente el comportamiento
irresponsable e imprevisible y los manierismos. La afectividad es superficial e inadecuada y se
acompaña con frecuencia de risas insulsas o sonrisas absortas como de satisfacción de sí
mismo, de un modo despectivo de actuar, de muecas, manierismos, burlas, quejas
hipocondriacas y de frases repetitivas. El pensamiento aparece desorganizado y el lenguaje es
divagatorio e incoherente. Hay una tendencia a permanecer solitario y el comportamiento
carece de propósito y de resonancia afectiva. Esta forma de esquizofrenia comienza por lo
general entre los 15 y los 25 años de edad y tiene un pronóstico malo por la rápida aparición de
síntomas negativos, en especial de embotamiento afectivo y de abulia. Además de las
alteraciones afectivas y de la voluntad, destaca el trastorno del pensamiento. Pueden aparecer
alucinaciones e ideas delirantes pero no son predominantes. Se pierden la iniciativa y la
determinación, se pierde cualquier tipo de finalidad de tal forma que el comportamiento del
enfermo parece errático y vacío de contenido. Además, la preocupación superficial y
manierística por temas religiosos, filosóficos o abstractos puede hacer difícil al que escucha
seguir el hilo del pensamiento.

F20.2 Esquizofrenia catatónica

Presencia de trastornos psicomotores graves, que varían desde la hipercinesia al estupor o de


la obediencia automática al negativismo. Durante largos períodos de tiempo pueden
mantenerse posturas y actitudes rígidas y encorsetadas. Otra característica llamativa de este
trastorno es la excitación intensa. Pautas para el diagnóstico Deben satisfacerse las pautas
generales para el diagnóstico de esquizofrenia. Pueden aparecer síntomas catatónicos aislados
y transitorios en el contexto de cualquier otro tipo de esquizofrenia. Para el diagnóstico de
esquizofrenia catatónica deben predominar en el cuadro clínico uno o más de los siguientes
tipos de comportamiento: a) Estupor (marcada disminución de la capacidad de reacción al
entorno y reducción de la actividad y de los movimientos espontáneos) o mutismo. b)
Excitación (actividad motriz aparentemente sin sentido, insensible a los estímulos externos). c)
Catalepsia (adoptar y mantener voluntariamente posturas extravagantes e inadecuadas). d)
Negativismo (resistencia aparentemente sin motivación a cualquier instrucción o intento de
desplazamiento o presencia de movimientos de resistencia). e) Rigidez (mantenimiento de una
postura rígida contra los intentos de ser desplazado). f) Flexibilidad cérea (mantenimiento de
los miembros y del cuerpo en posturas impuestas desde el exterior). g) Obediencia automática
(se cumplen de un modo automático las instrucciones que se le dan) y perseveración del
lenguaje.

F20.6 Esquizofrenia simple

Trastorno no muy frecuente en el cual se presenta un desarrollo insidioso aunque progresivo,


de un comportamiento extravagante, de una incapacidad para satisfacer las demandas de la
vida social y de una disminución del rendimiento en general. No hay evidencia de alucinaciones
y ni de ideas delirantes y el trastorno es no tan claramente psicótico como los tipos
hebefrénico, paranoide y catatónico. Los rasgos "negativos" característicos de la esquizofrenia
residual (por ejemplo, embotamiento afectivo, abulia) aparecen sin haber sido precedidos de
síntomas psicóticos claramente manifiestos. El creciente empobrecimiento social puede
conducir a un vagabundeo, los enfermos se encierran en sí mismos, se vuelven ociosos y
pierden sus objetivos.

F20.5 Esquizofrenia residual

Estado crónico del curso de la enfermedad esquizofrénica, en el que se ha producido una clara
evolución progresiva desde los estados iniciales (que incluyen uno o más episodios con
síntomas psicóticos que han satisfecho las pautas generales de la esquizofrenia) hacia los
estadios finales caracterizados por la presencia de síntomas "negativos" y de deterioro
persistente, aunque no necesariamente irreversibles.

Pautas para el diagnóstico a) Presencia de síntomas esquizofrénicos "negativos" destacados,


por ejemplo, inhibición psicomotriz, falta de actividad, embotamiento afectivo, pasividad y
falta de iniciativa, empobrecimiento de la calidad o contenido del lenguaje, comunicación no
verbal (expresión facial, contacto visual, entonación y postura) empobrecida, deterioro del
aseo personal y del comportamiento social. b) Evidencia de que en el pasado ha habido por lo
menos un episodio claro que ha reunido las pautas para el diagnóstico de esquizofrenia. c) Un
período de por lo menos un año durante el cual la intensidad y la frecuencia de la
sintomatología florida (ideas delirantes y alucinaciones) han sido mínimas o han estado
claramente apagadas, mientras que destacaba la presencia de un síndrome esquizofrénico
"negativo". d) La ausencia de demencia u otra enfermedad o trastorno cerebral orgánico, de
depresión crónica o de institucionalización suficiente como para explicar el deterioro.

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