28 Creencias
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28 Creencias
2.- La DEIDAD. Hay un solo Dios, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios es inmortal,
todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, aunque se
lo puede conocer por medio de su autorevelacion. Es digno siempre de reverencia, adoración y servicio por parte de
toda la creación.
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Deuteronomio 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
S. Mateo 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Apocalipsis 14:7 Diciendo a gran voz: temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha
llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
3.- DIOS El Padre. Dios el Padre Eterno, es el Creador, Originador, Sustentador y Soberano de toda la creación. Es
justo y santo, misericordioso y clemente, tardo para la ira y abundante en amor y fidelidad. Las cualidades y las
facultades del Padre se manifiestan también en el Hijo y el Espíritu Santo.
4.- DIOS El Hijo. Dios el Hijo Eterno es uno con el Padre. Por medio de él fueron creadas todas las cosas; EI revela el
carácter de Dios, Lleva a cabo la salvación de la humanidad y juzga al mundo. Aunque es verdaderamente Dios,
sempiterno, también llegó a ser verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de
la virgen María. Vivió y experimentó tentaciones como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor
de Dios. Mediante sus milagros manifestó el poder de Dios y éstos dieron testimonio de que era el prometido Mesías de
Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar, resucitó de entre las muertos y
ascendió al Padre para ministrar en el santuario celestial en nuestro favor. Volverá otra vez con poder y gloria para
liberar definitivamente a su pueblo y restaurar todas las cosas.
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5.- DIOS El Espíritu Santo. Dios el Espíritu Eterno estuvo activo con el Padre y el Hijo en la creación, la
encarnación y la redención. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a
los seres humanos; y a los que responden, renueva y transforma a la imagen de Dios. Enviado por el Padre y el Hijo está
siempre con sus hijos, distribuye dones espirituales a la iglesia, la capacita para dar testimonio en favor de Cristo, y en
armonía con las Escrituras la conduce a toda verdad.
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Génesis 1:1-2 En el principio creo Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y
las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz
de las aguas.
Hechos 1:8 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
2Corintios 3:18. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.
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6.- LA CREACION. Dios es el Creador de todas las cosas, y ha revelado por medio de las Escrituras un registro
auténtico de su actividad creadora. El Señor hizo en seis días "los cielos y la tierra" y todo ser viviente que la habita, y
reposó el séptimo día de la primera semana. De ese modo estableció el sábado como un monumento perpetuo de la
finalización de su obra creadora. El primer hombre y la primera mujer fueron hechos a imagen de Dios como una corona
de la creación; se les dio dominio sobre el mundo y la responsabilidad de cuidar de él. Cuando el mundo quedó
terminado era "bueno en gran manera", porque declaraba la gloria de Dios.
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Éxodo 20: 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y
reposo en el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santifico.
Salmos 33: 9 Porque el dijo, y fue hecho; el mando, y existió.
Hebreos 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo
que se ve fue hecho de lo que no se veía.
7.- LA NATURALEZA DEL HOMBRE. El hombre y la mujer fueron hechos a imagen de Dios, con individualidad
propia y con la facultad y la libertad de pensar y obrar por su cuenta. Aunque fueron creados como seres libres, cada
uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu que depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás.
Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de él y cayeron de la elevada
posición que ocupaban bajo el gobierno de Dios. La imagen de Dios se desfiguró en ellos y quedaron sujetos a la muerte.
Sus descendientes participan de esta naturaleza degradada y de sus consecuencias. Nacen con debilidades y tendencias
hacia el mal. Pero Dios, en Cristo, reconcilió al mundo consigo mismo, y por medio de su Espíritu restaura en los
mortales penitentes la imagen de so Hacedor. Creados para gloria de Dios, se los invita a amar al Señor y a amarse
mutuamente, y a cuidar el ambiente que los rodea
Génesis 2:7 Entonces Jehová Dios formo al hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Salmos 51:5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.
Génesis 2:15 Tomo, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en huerto del Edén, para que lo
labrara y o guardase
Apocalipsis 12:9 Y fue lanzado fuer el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con el.
Génesis 6:8 Pero Noé hallo gracia ante los ojos de Jehová.
2 Pedro 3:6. Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua.
9.- LA VIDA MUERTE Y RESURRECION DE CRISTO. Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la
voluntad de Dios, sus sufrimientos, su muerte y su resurrección, Dios proveyó el único medio válido para expiar el
pecado de la humanidad, de manera que los que por fe acepten esta expiación puedan tener acceso a la vida eterna, y
toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiación perfecta vindica la justicia
de la ley de Dios y la benignidad de su carácter, porque condena nuestro pecado y al mismo tiempo hace provisión para
nuestro perdón. La muerte de Cristo es vicaria y expiatoria, reconciliadora y transformadora. La resurrección de Cristo
proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y a los que aceptan la expiación les asegura la victoria final sobre
el pecado y la muerte. Declara el señorío de Jesucristo, ante quien se doblará toda rodilla en el cielo y en la tierra.
Juan 3:16 Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel
que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
2Corintios 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego
todos murieron.
1 Juan 2:2 Y el es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por
los de todo el mundo.
10.- LA EXPERIENCIA DE LA SALVACION . Con amor y misericordia infinitos Dios hizo que Cristo, que no conoció
pecado, fuera hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en él. Guiados por
el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras
transgresiones, y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como Sustituto y Ejemplo. Esta fe que recibe salvación nos
Llega por medio del poder divino de la Palabra y es un don de la gracia de Dios. Mediante Cristo somos justificados,
adoptados como hijos e hijas de Dios y librados del señorío del pecado. Por medio del Espíritu nacemos de nuevo y
somos santificados; el Espíritu renueva nuestras mentes, graba la ley de amor de Dios en nuestros corazones y nos da
poder para vivir una vida santa. Al permanecer en él somos participantes de la naturaleza divina y tenemos la seguridad
de la salvación ahora y en ocasión del juicio.
S. Juan 16:8 Y cuando el venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Gálatas 3:26 Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
11.- CRECER EN CRISTO. Por su muerte en la cruz Jesús triunfó sobre las fuerzas del mal. El que subyugó a los
espíritus demoníacos durante su ministerio terrenal ha quebrantado su poder y se aseguró su destino final. La victoria de
Jesús nos da la victoria sobre las fuerzas del mal que aún buscan controlarnos, mientras caminamos con Él en la paz, la
alegría, y la garantía de su amor. Ahora el Espíritu Santo mora en nosotros y nos da poder. Continuamente
comprometidos con Jesús como nuestro Salvador y Señor, somos liberados de la carga de nuestros actos pasados. Ya no
vivimos en la oscuridad, miedo a los poderes del mal, la ignorancia y falta de sentido de nuestro antiguo modo de vida.
En esta nueva libertad en Jesús, estamos llamados a crecer en la semejanza de su carácter, en comunión con Él en la
oración diaria, alimentándose de Su Palabra, meditando en ella y en su providencia, cantando sus alabanzas,
reuniéndonos para el culto, y la participación en la misión de la Iglesia. Como nos damos en el servicio amoroso a los
que nos rodean y en el testimonio de su salvación, su presencia constante con nosotros a través del Espíritu transforma
cada momento y cada tarea en una experiencia espiritual
Colosenses 2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en el.
Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Hebreos 10:25 No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca.
12. LA IGLESIA. La iglesia es la comunidad de creyentes que confiesa que Jesucristo es Señor y Salvador . Como
continuadores del pueblo de Dios del Antiguo Testamento, se nos invita a salir del mundo; y nos reunimos para adorar y
estar en comunión unos con otros, para recibir instrucción el la Palabra, celebrar la Cena del Señor, para servir a toda la
humanidad y proclamar el evangelio en todo el mundo. La iglesia deriva su autoridad de Cristo, que es el Verbo
encarnado, y de las Escrituras que son la Palabra escrita. La iglesia es la familia de Dios: somos adoptados por éI como
hijos y vivimos sobre la base del nuevo pacto. La iglesia es el cuerpo de Cristo, una comunidad de fe de la cual Cristo
mismo es la cabeza. La iglesia es la esposa por la cual Cristo murió para poder santificarla y purificarla. Cuando regrese
en triunfo, se la presentará como una iglesia gloriosa, es a saber, los fieles de todas las edades, adquiridos por su
sangre, sin mancha ni arruga, santos e inmaculados
Efesios 4:15 Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo
Mateo 18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
Efesios 2:19 Así qe ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos d los santos, y miembros d la
familia de Dios.
13. EL REMANENTE Y SU MISION . La iglesia universal está compuesta por todos los que creen verdaderamente
en Cristo, pero en los últimos días, una época de apostasía generalizada, se ha llamado a un remanente para que guarde
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este remanente anuncia la hora del juicio, proclama la salvación por medio
de Cristo y anuncia la proximidad de su segunda venida. Esta proclamación está simbolizada por los tres ángeles de
Apocalipsis 14; coincide con la hora del juicio en el cielo y da como resultado una obra de arrepentimiento y reforma en
la tierra. Todo creyente recibe la invitación a participar personalmente en este testimonio mundial
.
Apocalipsis 12:17 Entonces el dragón se lleno de ira contra la mujer; y se fue hacer guerra contra el resto
de la descendencia d ella, los qe guardan los mandamientos de Dios y tienen el
testimonio de Jesucristo.
Apocalipsis 14:6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para
predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Judas 14. De estos también profetizo Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: he aquí, vino el Señor
con sus santas decenas de millares.
14. LA UNIDAD DEL CUERPO DE CRISTO . La iglesia es un cuerpo constituido por muchos miembros que
proceden de toda nación, raza, lengua y pueblo. En Cristo somos una nueva creación; las diferencias de raza, cultura,
educación y nacionalidad, entre encumbrados y humildes, ricos y pobres, hombres y mujeres, no deben causar
divisiones entre nosotros. Todas somos iguales en Cristo, quien por un mismo Espíritu nos ha unido en comunión con él y
los unos con los otros. Debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni reservas. Por medio de la revelación de Jesucristo
en las Escrituras participamos de la misma fe y la misma esperanza, y salimos para dar a todos el mismo testimonio.
Esta unidad tiene sus orígenes en la unicidad del Dios triuno, que nos ha adoptado como sus hijos
.
1 Corintios 12:12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros
del cuerpo siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
Salmos 133:1 ¡Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
Colosenses 3:15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados
en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
15. EL BAUTISMO . Por medio del bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección de Jesucristo, y
damos testimonio de nuestra muerte al pecado y de nuestro propósito de andar en novedad de vida. De este modo
reconocemos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, Llegamos a ser su pueblo y somos recibidos como miembros de
su iglesia. El bautismo es un símbolo de nuestra unión con Cristo, del perdón de nuestros pecados y de nuestra
recepción del Espíritu Santo. Se realiza por inmersión en agua, y está íntimamente vinculado con una afirmación de fe
en Jesús y con evidencias de arrepentimiento del pecado. Sigue a la instrucción en las Sagradas Escrituras y a la
aceptación de sus enseñanzas.
Romanos 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucito de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva.
Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Mateo 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
16. LA CENA DEL SEÑOR . La Cena del Señor es una participación en los emblemas del cuerpo y la sangre de Jesús
como expresión de fe en él, nuestro Señor y Salvador. En esta experiencia de comunión Cristo está presente para
encontrarse con su pueblo y fortalecerlo. Al participar en ella, proclamamos gozosamente la muerte del Señor hasta que
venga. La preparación para la Cena incluye un examen de conciencia, arrepentimiento y confesión. El Maestro ordenó el
servicio de lavamiento de los pies para manifestar una renovada purificación, expresar disposición a servirnos
mutuamente y con humildad cristiana, y unir nuestros corazones en amor. Todos los creyentes cristianos pueden
participar del servicio de comunión
.
Juan 6:54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitare en el día
postrero.
1 Corintios 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte del
Señor anuncias hasta que el venga.
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare a
el, y cenare con él, y el conmigo
17. LOS DONES Y MINISTERIOS ESPIRITUALES . Dios concede a todos los miembros de su iglesia en todas las
edades dones espirituales para que cada uno las emplee en amante ministerio por el bien común de la iglesia y la
humanidad. Concedidos mediante la operación del Espíritu Santo, quien los distribuye entre cada miembro según su
voluntad, los dones proveen todos los ministerios y habilidades necesarios para que la iglesia cumpla su función
divinamente ordenada. De acuerdo con las Escrituras estos dones incluyen ministerios tales como fe, sanidad, profecía,
predicación, enseñanza, administración, reconciliación, compasión y servicio abnegado y caridad para ayudar y animar a
nuestros semejantes. Algunos miembros son llamados por Dios y dotados por el Espíritu para cumplir funciones
reconocidas por la iglesia en los ministerios pastoral, de evangelización, apostólico y de enseñanza, particularmente
necesarios a fin de equipar a las miembros para el servicio, edificar a la iglesia de modo que alcance madurez espiritual,
y promover la unidad de la fe y el conocimiento de Dios. Cuando los miembros emplean estos dones espirituales como
fieles mayordomos de las numerosas gracias de Dios, la iglesia es protegida de la influencia destructora de las falsas
doctrinas, crece gracias a un desarrollo que procede de Dios, y es edificada en la fe y el amor
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1 Corintios 12:11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como el quiere.
Efesios 4: 12 A fin d perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo.
1 Pedro 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos
18. EL DON DE PROFECIA . Uno de las dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una de las
características distintivas de la iglesia remanente y se manifestó en el ministerio de Elena G. de White. Como mensajera
del Señor, sus escritos son una permanente y autorizada fuente de verdad, y proveen consuelo, dirección, instrucción y
corrección a la iglesia. También establecen con claridad que la Biblia es la norma por la cual deben ser evaluadas toda
enseñanza y toda experiencia
Joel 2:28 Y después de esto derramare mi Espíritu sobre toda carne, y profetizaran vuestros hijos
y vuestras hijas; vuestros ancianos soñaran sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Hebreos 1:1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los
padres por los profetas.
Apocalipsis 19:10 Yo me postre a sus pies para adorarle. Y él me dijo: mira, no lo hagas; yo soy consiervo
tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el
testimonio de Jesús es el Espíritu de la profecía.
19. LA LEY DE DIOS . Los grandes principios de la ley de Dios están incorporados en los Diez Mandamientos y
ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y el propósito de Dios con respecto a la conducta y las
relaciones humanas, y están en vigencia para todos los seres humanos de todas las épocas. Esos preceptos constituyen
la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma del juicio divino. Por medio de la obra del Espíritu Santo señalan el
pecado y avivan la necesidad de un Salvador. La salvación es sólo por gracia y no por obras, pero su fruto es la
obediencia a los mandamientos. Esta obediencia desarrolla el carácter cristiano y da como resultado una sensación de
bienestar. Es una evidencia de nuestro amor al Señor y preocupación por nuestros semejantes. La obediencia por fe
demuestra el poder de Cristo para transformar vidas y por lo tanto fortalece el testimonio cristiano
Salmos 40:8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón.
Mateo 5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pase el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
pasara de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
1 Juan 5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos
no son gravosos.
20. EL SABADO . El benéfico Creador descansó el séptimo día después de los seis días de la creación, e instituyó el
sábado para todos los hombres como un monumento de su obra creadora. El cuarto mandamiento de la inmutable ley
de Dios requiere la observancia del séptimo día como día de reposo, adoración y ministerio, en armonía con las
enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con
nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de santificación, una demostración de
nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua de Dios
del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de tarde a tarde, de puesta de sol
a puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios
Génesis 2:2-3 Y acabo Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposo el día séptimo de toda
la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santifico, porque en el reposo
de toda la obra que había hecho en la creación.
Éxodo 20:8-9 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajaras y harás toda
tu obra.
Ezequiel 20:20 Y santificad mis días de reposo, y sean por señal entre mi y vosotros, para que sepáis
que yo soy Jehová vuestro Dios.
21. LA MAYORDOMIA . Somos mayordomos de Dios, a quienes él ha confiado tiempo y oportunidades, capacidades
y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus recursos. Somos responsables ante él por su empleo adecuado.
Reconocemos que Dios es dueño de todo mediante nuestro fiel servicio a él y a nuestros semejantes, y mediante la
devolución de los diezmos y las ofrendas para la proclamación de su evangelio y para el sostén y desarrollo de su
iglesia. La mayordomía es un privilegio que Dios nos ha concedido para que crezcamos en amor y para que logremos la
victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo fiel se regocija por las bendiciones que reciben los demás como
fruto de su fidelidad
Génesis 2:15 Tomo, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo
labrara y lo guardase.
1 Crónicas 29:14 porque ¿Quién soy yo y quien es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer
voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te
damos.
Malaquías 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramare
sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
22. LA CONDUCTA CRISTIANA . Se nos invita a ser gente piadosa que piense, sienta y actúe en armonía con los
principios del cielo. Para que el Espíritu vuelva a crear en nosotros el carácter de nuestro Señor, participamos solamente
de lo que produce pureza, salud y gozo cristiano en nuestra vida. Esto significa que nuestras recreaciones y
entretenimientos estarán en armonía con las más elevadas normas de gusto y belleza cristianos. Si bien reconocemos
las diferencias culturales, nuestra vestimenta debiera ser sencilla, modesta y pulcra como corresponde a aquellos cuya
verdadera belleza no consiste en el adorno exterior, sino en el inmarcesible ornamento de un espíritu apacible y
tranquilo. Significa también que puesto que nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo, debemos cuidarlos
inteligentemente. Junto con la práctica adecuada del ejercicio y el descanso, debemos adoptar un régimen alimentario lo
mas saludable posible, y abstenernos de alimentos impuros identificados como tales en las Escrituras. Puesto que Ias
bebidas alcohólicas, el tabaco, y el empleo irresponsable de drogas y narcóticos son dañinos para nuestros cuerpos,
también nos abstendremos de ellos. En cambio, nos dedicaremos a todo lo que ponga nuestros pensamientos y cuerpos
en armonía con la disciplina de Cristo, quien quiere que gocemos de salud, de alegría y de todo lo bueno
Romanos 12:1 Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
1 Juan 2:6 El que dice que permanece en el, debe andar como el anduvo.
1 Corintios 10:31 si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
23. EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA . El matrimonio fue establecido por Dios en el Edén y confirmado por Jesús,
para que fuera una unión por toda la vida entre un hombre y una mujer en amante compañerismo. Para el cristiano el
matrimonio es un compromiso a la vez con Dios y con su cónyuge, y este paso debieran darlo sólo personas que
participan de la misma fe. El amor mutuo, el honor, el respeto y la responsabilidad, son la trama y la urdimbre de esta
relación, que debiera reflejar el amor, la santidad, la intimidad y la perdurabilidad de la relación que existen entre Cristo
y su iglesia. Con respecto al divorcio, Jesús ensenó que la persona que se divorcia, a menos que sea por causa de
fornicación, y se casa con otra, comete adulterio. Aunque algunas relaciones familiares estén lejos de ser ideales, los
socios en la relación matrimonial que se consagran plenamente el uno al otro en Cristo pueden lograr una amorosa
unidad gracias a la dirección del Espíritu y al amante cuidado de la Iglesia. Dios bendice la familia y es su propósito que
sus miembros se ayuden mutuamente hasta alcanzar la plena madurez. Los padres deben criar a sus hijos para que
amen y obedezcan al Señor. Mediante el precepto y el ejemplo debieran enseñarles que Cristo disciplina amorosamente,
que siempre es tierno y que se preocupa por sus criaturas, y que quiere que Lleguen a ser miembros de su cuerpo, la
familia de Dios. Una creciente intimidad familiar es uno de los rasgos característicos del último mensaje evangélico
Génesis 2:24 Por tanto, dejara el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y
serán una sola carne.
Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amo a la iglesia, y se entrego a sí
mismo por ella.
Éxodo 20:12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu
Dios te da.
24. EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL . Hay un santuario en el cielo, el verdadero
tabernáculo que el Señor erigió y no el hombre. En él Cristo ministra en nuestro favor, para poner a disposición de los
creyentes los beneficios de su sacrificio expiatorio ofrecido una vez y para siempre en la cruz. Llegó a ser nuestro gran
Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio intercesor en ocasión de su ascensión. En 1844, al concluir el período profético
de los 2.300 días, entró en la segunda y última fase de su ministerio expiatorio. Esta obra es un juicio investigador que
forma parte de la eliminación definitiva del pecado, tipificada por la purificación del antiguo santuario hebreo en el día
de la expiación. En el servicio simbólico el santuario se purificaba mediante la sangre de los sacrificios de animales, pero
las cosas celestiales se purificaban mediante el perfecto sacrificio de la sangre de Jesús. El juicio investigador pone de
manifiesto frente a las inteligencias celestiales quiénes de entre los muertos duermen en Cristo y por lo tanto se los
considerará dignos, en él, de participar de la primera resurrección. También aclara quiénes entre los vivientes están
morando en Cristo, guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y en él, por lo tanto estarán listos para ser
trasladados a su reino eterno. Este juicio vindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en Jesús. Declara que los
que permanecieron leales a Dios recibirán el reino. La conclusión de este ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo
acontecimiento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar preparados en todo tiempo
26. LA MUERTE Y LA RESURRECCION . La paga del pecado es muerte. Pero Dios, el único que es inmortal,
otorgará vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día, la muerte constituye un estado de inconsciencia para todos los que
hayan fallecido. Cuando Cristo, que es nuestra vida, aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados
y todos juntos serán arrebatados para salir al encuentro de su Señor. La segunda resurrección, la resurrección de los
impíos, ocurrirá mil años después
Romanos 6:23 porque la paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro.
Colosenses 3:4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.
1 Corintios 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados.
27. EL MILENIO Y EL FIN DEL PECADO . El milenio es el reino de mil años de Cristo con sus santos en el cielo
que se extiende entre la primera y la segunda resurrección. Durante ese tiempo serán juzgados los impíos; la tierra
estará completamente desolada, sin habitantes humanos, pero sí ocupada por Satanás y sus ángeles. Al terminar ese
período Cristo y sus santos, junto con la Santa Ciudad, descenderán del cielo a la tierra. Los impíos muertos resucitarán
entonces, y junto con Satanás y sus ángeles rodearán la ciudad; pero el fuego de Dios los consumirá y purificará la
tierra. De ese modo el universo será librado del pecado y de los pecadores para siempre
Apocalipsis 20;6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda
muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinaran con el mil años.
Apocalipsis 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,
y el mar ya no existía mas.
Jeremías 4:23 Mire a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había
en ellos luz.
28. LA TIERRA NUEVA . En la tierra nueva, donde morarán los justos, Dios proporcionará un hogar eterno
para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor y el gozo sin fin, y para aprender junto a su
presencia. Porque allí Dios mismo morará con su pueblo, y el sufrimiento y la muerte terminarán para
siempre. El gran conflicto habrá terminado y el pecado no existirá más. Todas las cosas, animadas e
inanimadas, declararán que Dios es amor, y él reinará para siempre jamás. Amén
2 Pedro 3:13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia.
S. Mateo 5:5 Bienaventurado los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Apocalipsis 21:7 El que venciere heredara todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.