De Gatic A Textiles Pigüé - Una Empresa de Sus Trabajadores y Trabajadoras - UNICEN
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Lucha laboral
En 2003 los efectos de la desidia empresarial y la política neoliberal de los ‘90 culminó con la
quiebra y el abandono de Gatic, empresa textil que durante los años 80 supo ser de las más
importante en la Argentina. La situación dejó privados de su fuente de empleo y en situación de
acreedores a todos sus trabajadores, quienes en medio de la desolación decidieron torcer el destino
y iniciar un proceso de resistencia y lucha que está próximo a cumplir 15 años. “En 2001 la fábrica
había entrado en una debacle total; ya en 2003 los dueños abandonaron la fábrica. Ahí tuvimos la
suerte o la fortuna de conocer a los compañeros del campo nacional de empresas recuperadas que
desde los ‘90 venían tomando fábricas y poniéndolas a producir”, narró Francisco Martínez en el
SUM de Aulas Comunes del Campus Universitario de Olavarría frente a un público que lo escuchó
atento durante dos horas. “Ingresé en el 96 y hasta 2003 no recuerdo haber cobrado una quincena
completa jamás”, recordó sobre los años previos a la quiebra.
Desde que cerró la fábrica hasta que los trabajadores pudieron recuperarla pasaron 15 meses en los
que la organización en pos de proteger las instalaciones resultó un eje clave. “Fue un conflicto
largo porque en septiembre de 2003 se cerró la fábrica y eso duró hasta diciembre de 2004. Lo que
nosotros hicimos fue tomar la fábrica, salvaguardar las instalaciones y exigir los derechos legales
Notas
correspondientes. Ahí empezamos una nueva relación con la Universidad Nacional del Sur, algo
muy importante porque teníamos temores de si estábamos a la altura de hacer una conducción seria
de nuestra organización, donde teníamos la responsabilidad de cientos de familias (...) Había una
parte importante que quería el cierre, los mismos de siempre... Una banda de inescrupulosos que
sobrevuelan en etapas de crisis, compran a precios vil y venden haciendo negocios inmobiliarios”,
detalló Martínez.
Además mencionó un día que marcó fuertemente la historia de la toma: el 12 de agosto de 2004,
momento en el que por la decisión de María Pía Fava, Jueza de Garantía de Bahía Blanca, se
ordenó el desalojo de la fábrica en el marco de una causa por usurpación iniciada por el dueño de la
empresa. “En agosto sufrimos una represión donde 300 efectivos de toda la provincia llegaron
hasta Pigüé para desalojar a mujeres y hombres. El 13 de agosto, cuando estábamos afuera, no
pusieron la fábrica en marcha… Tampoco en septiembre, octubre y noviembre”, afirmó.
De ese momento, los trabajadores debieron esperar hasta diciembre de 2004 cuando finalmente se
expropió Gatic Pigüé a nombre de su cooperativa. Hoy “Textiles Pigüé” es una empresa
recuperada, como las 385 existentes en todo el país. Su inserción y desarrollo implicó la toma de
muchas definiciones donde los lazos y vínculos colectivos resultaron fundamentales. Martínez
comentó que fue clave conocer la realidad de otras empresas recuperadas, como por ejemplo la
fábrica de tractores Zanello en Villa Córdoba donde presenció junto a sus compañeros el acto de
recuperación en el que estuvo el presidente Néstor Kirchner. También narró como estratégico el
vínculo con la Universidad en dos sentidos: por un lado, como institución acompañante de lucha; y
por el otro, como formadora de recursos profesionales indispensables. Sobre el primer aspecto
Martínez destacó el trabajo del Programa de Extensión “Facultad Abierta” de la Universidad de
Buenos Aires y los vínculos con todas las Universidades que crean programas que no solo elaboran
informes sobre el sector autogestivo sino que también se suman a la lucha diaria. “Cuando
identificamos la problemática que no teníamos profesionales, rápidamente implementamos
convenios y hoy la cooperativa puede contar entre su plantel de asociados una docena de
trabajadores profesionales que han egresado de distintas universidades públicas del país. (...) Hoy
la conducción pasa en manos de Marcos Santicchia que es ingeniero industrial egresado de la
Notas
Universidad Nacional del Sur”, contó sobre el segundo aspecto.
Caída del consumo, apertura de importaciones, tarifazos, aumento de tasas de interés, escasa
políticas públicas e inseguridad jurídica son un entramado de malas políticas económicas que
atentan contra los trabajadores y trabajadoras. Francisco Martínez relató las dificultades que
generan cada una de estas situaciones no solo en “Textiles Pigüé” sino también en el resto de
fábricas recuperadas del país. “Cualquiera de nosotros puede estar dos años con una camisa pero
sin ir al hospital seguro que no, sin comer, seguro que no. Pero una camisa y unas zapatillas pueden
durar… por eso la industria textil lidera siempre en la tabla de los sectores más afectados”, destacó.
“Hoy estamos sufriendo facturas que son violentisimas, aumentadas a un 1000%, estamos
estimando que el pago de facturas de diciembre de luz y gas superará el millón y medio de pesos,
una locura que hace que los trabajadores estén nuevamente como variable de ajuste (...) Hoy la
cooperativa tiene un atraso de pago a sus trabajadores de un mes y las quincenas son variables de
ajuste porque con Camuzzi no hay ninguna alternativa, me indigna pagarle a una empresa que
lidera el ranking de las que más se están llenado de plata a costa del hambre del pueblo pero la
factura hay que pagarla porque hay que producir”, señaló con respecto a la delicada situación
actual.
“Nosotros hemos tenido la suerte de escriturar la fábrica y por ende ser sujeto a créditos que te
permiten competir en igualdad de oportunidades con las demás empresas pero hoy en día las tasas
de interés están a un 80%”, manifestó sobre el acceso al crédito bancario. En relación a la
seguridad social, Martínez reconoció que es uno de los problemas más grandes con los que se
enfrentan las fábricas recuperadas. ”Soy un convencido que para mi es ir del trabajo a la casa y de
Notas
la casa al trabajo, en esta situación nosotros descubrimos este espacio, lo militamos y lo
defendemos pero la verdad es que estoy en el monotributo que hasta el día de hoy no me queda
claro… Y si esta situación no mejora mi jubilación no va a ser la mejor, entonces es momento que
distintas universidades y federaciones del sector trabajemos en un estatuto de trabajador
autogestionado para nuestros trabajadores y este es el mismo reclamo que le hacemos a las
centrales de trabajadores: nos tienen que reconocer como trabajadores ante las dificultades que
tenemos hoy (...) Cuando salimos a la calle lo hacemos sin ninguna representación gremial y eso es
grave porque somos laburantes y debemos ser reconocidos como eso”, describió.
Por último, Francisco Martínez compartió sus reflexiones en torno a los desafíos en términos
políticos que tienen las fábricas recuperadas en Argentina. “Hay que generar leyes, pero también
hay que trabajar en la relación con el Estado en término de demandas, pero demandas con
inteligencia porque si queremos recuperar fábricas o queremos dar una oportunidad a los
trabajadores desempleados o desocupados flaco favor le hacemos si no somos serios y eficientes”.
“Nosotros preferimos la acción directa antes que la observación de bombones con frases hermosas
de cooperativismo. La acción es concreta y hay mucho por hacer”, culminó./ AC-FACSO
Notas
Buenos Aires
Olavarria CP B7400JWI
02284-450115 [email protected]
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