Las Técnicas de Lo Poético
Las Técnicas de Lo Poético
Las Técnicas de Lo Poético
muy nueva, a la que podría definir con estas dos palabras : pintar,
no la cosa, sino el efecto que produce la cosa '.
• El subrayado me corresponde.
• V. el ejemplo dado en el trabajo citado, p. 71.
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96 RoBERT SALMON
El objeto poético es, como hemos visto, una simple pantalla, des-
provista., si no de valor, al menos del valor que se propone comunicar
poéticamente. Pero si está o debe estar desprovista del valor que se
trata de comunicar (en caso contrario la abstracción poética no se rea-
lizaría) debe en cambio poseer cierta afinidad con él, pues si no, no
podrá recogerlo ni, por lo tanto, cumplir su papel de abstracción.
El paisaje de otoño no puede cargarse indiferentemente de cualquier
clase de estados afectivos. La alegría desbordante, por ejemplo, le
está vedada. La langosta que al cocerse pasa del negro al rojo, como
el cielo al levantarse el sol, es incapaz de recibir la carga afectiva o
simplemente el valor sensorial de la salida del sol, y por esto la com-
paración de Juan Pablo Richter es cómica, a pesar de que tenga la.
estructura formal de una figura poética, y a pesar de que uno de los
términos de la comparación se emplee frecuentemente en poesía. ¡,Y
por qué es incapaz de recibir el valor de una salida de sol YEvidente-
mente porque sus caracteres propios, su valor propio está en oposi-
ción con el de la salida del sol, mientras que el valor del paisaje de
otoño no se opone a la melancolía . .Ahora bien, ¡,en qué condiciones
los valores de la pantalla se oponen o no se oponen a lo que ella
debe recoger! La respuesta sólo nos la podrán dar los psicólogos.
Mientras tanto nos damos cuenta de lo amenazada que está y de lo
incierta que es la eficiencia del objeto poético, siempre que los valores
con los que tiene <<afinidades>> no son valores muy generales, que
se den en estados de alma frecuentes. Se parece entonces a las imá-
genes de un sueño, encantadoras mientras se sueña, pero insípidas al
despertar, porque el estado afectivo qu.e reflejaban se ha perdido. Y
muchos poemas, desgraciadamente, no son más que imágenes de sue-
ño que se obstinan en sobrevivir: en los superrealistas, por ejemplo,
y aun en Rimbaud:
S CENES
Dans les corrido1·s de gue noire, suivant les pas des promeneurg
auz lanternes et aux feuilles,
Des oiseauz comédiens s'abattent sur tm ponton de mQ1lonneric mú
pa1· l'archipel couve1·t des embarcations des spectateurs.
Des scenes lyriques, accompagnées de jUUe et de tambour, s'inclinent
dans des réduits ménagés sur les plafonds autour des 1alons de clubs
modernes ou des salles de l' Orient ancien.
La jée1'Íe manreúvre au sommet d'un amphUhéátre co111ronné de
ta·illis, ou s'agite et module pour les béotiens, dans l'ombre des futaies
mouvantes, sur l'arete des cultures.
L'opéra comique se divise sur notre scette a l'a1·ete d'intersection de
di:v cloisons dressées de la galerie awx: fewx:.
y la metáfora :
. . . et Ruth se demandait
QueZ Dieu, quel moissonneur de l'éternel été
.At•ait en s'en allant négUg1mment jeté
Oette faucille d' or dans Ze champ des étoiles
(HuGo, Booz Endormi.)
la comparación :
n est des pa¡fumsfrais comme des chaira d'enfant ••.
Las tér.nicas de lo poético 105
:;. '.
la circunstanciación :
• El segundo de estos versos ha sido tan citado, que ha terminado por perder
la frescura y acaso hasta la virtud poética. Especialmente porque se le cita solo,
sin acompa!iarlo con el anterior sobre la cosecha. Entonces los frutos no tienen
toda la redondez y toda la snculencia que les ve el lector que ha pasado primero
por la evocación de cosechas exuberantes.
Se ha discutido mucho sobre que si se sustituyera LA promesse por LES pro-
meases, se desvanecería la poesía, y los partidarios del misterio a toda costa ven
ahí la prueba de que jamás podrá captarse la esencia de la poesía ... En realidad
no hay nada más sencillo : el empleo de LES supone que las flores entraron en
una especie de convenio, su lazo con los frutos sabrosos ahora es nada más que
conceptual y ellas no participan, en el ánimo del lector, de las cualidades de
los frutos; mientras que con LA p1·omesse, se comprende que el aspecto mismo de
las flores es el anuncio, la prefiguración de los frutos, y en consecuencia las flo-
res primaverales adquieren para el lector el mismo valor que los frutos prietos
y dorados del oto!io. Esta dualidad de soporte (o pluralidad si se tiene en cuenta
el verso precedente) hace posible la abstracción de valores, y a la vez la poesía.
Tanto peor para los enamorados del misterio, que, por otra parte, no tardarán
en desquitarse de alguna otra manera.
1 «Ninguna imagen, decía ya Bergson, reemplazará la intuición de la dura-
ción, pero muchas imágene:¡¡ diversas, tomadas de órdenes de cosas muy diferen-
tes,· podrán, por la convergencia de su acción, dirigir la conciencia sobre el
punto preciso donde hay una determinada intuición por captar. Al elegir imáge-
nes tan dispares como sea posible, se impedirá que una de ellas usurpe el lugar
de la intuición que está encargada de suscitar, ya que será desalojada inmedia·
tamente por sus rivales ... » Basta sustituir « intuición :. por « valor poético» e
« imagen » por « generador de valor ».
106 ROBERT SALMON
El páramo cambia sus roderas por las corrientes del mar, y el bos-
que sus troncos por los pilares del muelle. :J!)ste es, naturalmente, un
procedimiento frecuente entre los poetas modernos, especialmente
superrealistas, pero si estuviéramos tentados de ver en él un proce-
dimiento exclusivamente moderno, nos bastaría recitar: « Mignonne,
allons voir si la rose » :
Las técnicas de lo poético 107
o de Musset:
J'ai perdu ma force et ma vie
Et mes amis et ma gaieté,
J'ai perdu jusqu' a la fierté
Qui jaisait croire a mon génie ....
Observemos << cette ancienne romance>>, <<un air tres vieua: >>,que
lanzan el ánimo del lector por la pendiente del recuerdo, y resucitan
estados áfectivos de causas olvidadas. Luego, las palabras que desig-
116 RoBERT SALHON
Modos de comunicación
j
Principio de abstracción
Técnicas de lo poético
de los valores de los valores
l
(1 a variedad)
El valor está introdu- Técnica del poema. autóno-
cido por su genera-
dor normal. .......
roo (2& variedad: genera-
dores múltiples, interpe- D~lmulaoión
neradores.
de loo go-
netración, a.mbigtiedad y
l
sugestión)
Que estas técnicas son diferentes las unas de las otras creo haber-
lo demostrado, pero además están emparentadas y se puede discernir
fácilmente su parentesco:
Es evidente la transición del objeto poético al poema autónomo,
pues el poema autónomo de la primera variedad estudiada no es más
que un objeto poético junto al cual se ha cuidado de que esté un va-
lor capaz de transfigurarlo.
Por otra parte, la unión entre el poema autónomo y los textos que
expresan un valor prescindiendo de su generador, está a cargo de la
técnica de la «sugestión>>, verdadera frontera entre la técnica de
expresar los generadores disimulándolos (por interpenetración, por
ambigüedad) y la del condicionamiento, en la cual el soporte es total-
mente inconsciente o falta del todo.
'
En cuanto a la transición dentro de una misma categoría, fácil es
ver que la técnica· de los generadores múltiples se acerca a la de los
generadores ambiguos, y por otra parte está relacionada con la del
generador con pantalla complementaria, hasta el punto de que a
veces es difícil decir si una comparación (por ejemplo) se refiere a una
técnica o a la otra. En fin, la técnica de los síntomas de un estado de
alma, basada en la eficacia de las asociacionelil normales espontáneas,
está claramente lindando con la del condicionamiento, basada en la
eficacia de los lazos asociati vos adquiridos.
PROMENADE SENTIMENTALE
Dejemos a un lado los efectos que provienen del tono adoptado por
Ronsard para referirse a Casandra; dejemos también a un lado, como
lo hicimos con el som•,to, la interpenetración de los dos soportes de
valores, la rosa y la joven, y fijémonos solamente en el tema de la
122 ROBERT SALMúN
• Me parece evidente que aquí hay lo que los psicoanalistas denominan conden-
•aci6n : el personaje al que un secreto doloroso hace languidecer, es el propio
.Las técnicas de lo poético 123
Baudelaire bajo la obsesión del vago recuerdo de una vida anterior voluptuosa.
De manera que el poema pinta a la vez la vida anterio1· y la nostalgia de la vida
anterior. Huelga d!'Jcir que esto no interesa en manera alguna al lector deseoso
de gozar del poema; ,únicamente concierne a la psicología del artista.
124 ROBERT SA.LMON
• Al leer nuevamente este texto para su publicación seis meses después de haber-
lo escrito me doy cu!c'nta de que he desconocido los recursos poéticos del ritmo
y del metro (salvo dentro del poema autónomo de la primera variedad : véase
p. 11), cuando en realidad se insertan tan fácilmente en el ~madro general
aquí trazado (como caso particular de la compenetración y superposición de los
objetos de valor, p. 14).
Es cierto que ni el metro ni el ritmo son poéticos de por sí : son solamente
Las técnicas ae lo poético 125
agradables, o pueden serlo. Pero el placer que producen puede tornarse poético
si olvidamos en mayor o menor grado de dónde proviene. Ahora bien, es lo que
ocurre cuando la disposición de las palabras no obedece aparentemente sino
a las exigencias del significado (lo cual excluye los ripios, los giros forzados,
etc.) : el ritmo es entonces inseparable de la expresión del significado; y este
significado, al atraer sobre sí buena parte de la atención del lector u oyente,
realiza la abstracción poética del placer rítmico o métrico; lo hará tanto más en
cuanto ofrezca de por sí algún valor, en cuanto no sea chabacano (pues absorberá
tanto más la atención).
Queda por decir, sin embargo, que la poesía obtenida sólo por este medio, se-
ría de escaso valor, ya que el placer abstraído poéticamente sería de origen pu-
ramente físico.