Holis 2
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Si bien los experimentos y los avances de las ciencias y la técnica en el campo de la salud
han develado secretos hasta ahora desconocidos con la utilización de sofisticados
equipos, las ciencias y la práctica de las artes milenarias orientales han esbozado y
demostrado solo con la observación y en muchos casos el empirismo, los modos de
lograr la profilaxis y la cura de las enfermedades en los individuos. Se trata pues, citando a
Carlos Nogueira en su introducción al libro Acupuntura Fundamentos de Bioenergía,
donde argumenta que "La Medicina Tradicional China (MTCh) y en concreto la Acupuntura
y la Moxibustión es una ciencia médica y como tal tiene su propia fisiología, anatomía,
etiopatogenia, diagnóstico y tratamiento y, por tanto, su estudio debe desarrollarse en
base a un esquema de progresivo conocimiento que permita al terapeuta realizar
tratamientos fundamentados en la lógica del conocimiento y no en formularios o
combinaciones secretas que en el mejor de los casos actúan de una manera sintomática
sin tener en cuenta el factor etiológico".
Esto fue expuesto por Nogueira al plantear también “lo difícil de traspolar los términos de
la MTCh a la ciencia médica actual y hacerlos comprensibles” labor que describió como
“delicada y la necesidad de una metodología y desarrollo didácticos sumamente
complejos.” En el libro Medicina Tradicional China de la Escuela Neijing, el hombre es la
materialización de una energía del cosmos, que se proyecta a través de los padres, para
constituir nuestro capital genético, luego cuando el hombre se hace independiente,
después del nacimiento, se desarrolla todo un sistema de canales, lugares por donde
transcurre la energía y que es consecuencia de nuestra alimentación y respiración.
Se forman así canales de energía que nos permiten estar en simbiosis homeostática con
el medio ambiente.
¿Qué es la energía?
El organismo humano lo integran millones de células que a la vez forman nuestros tejidos
y órganos, las cuales necesitan energías para realizar sus funciones, ya sea contraerse si
son de músculo, o enviar un impulso eléctrico de una neurona a otra si pertenecen al
sistema nervioso. La energía que requiere el cuerpo se obtiene de las grasas, glucosa y
nutrientes. El metabolismo tiene como objetivo transformar lo que comemos en energía.
Por ello, lo que ingerimos produce una fuente energética universal, conocida como ATP, la
cual nos mantiene vivos. Mediante la función de nutrición el hombre toma del exterior
materiales (alimentos) que él organismo se encarga de convertir en sustancias propias.
Nuestro organismo es capaz de transformar la energía química de los alimentos en
energía mecánica (movimiento), energía térmica (calor) y energía eléctrica (transmisión de
impulsos nerviosos).
Terapia bioenergética
Wilhelm Reich, discípulo de Freud, fue el primer psicoanalista que observó la relación entre
el carácter de una persona y su estructura muscular. Descubriendo que algunas
experiencias emocionales, a menudo provenientes de la primera infancia, pueden causar
ciertas tensiones musculares. El hombre podía influir en sus propias actitudes mentales si
trabajaba de forma sistemática su propio cuerpo, enfatizando que las emociones y los
sentimientos están asociados a determinadas zonas de nuestro cuerpo que se bloquean
al estancarse y no poder fluir con facilidad.
Como hemos visto las Terapias Bioenergéticas, se inspiran práctica y teóricamente en las
llamadas terapias Reichianas, aunque tiene una línea de trabajo propia. Uno de los
conceptos fundamentales es el propio termino Bioenergía. Este parte de la base de que
existe una energía vital de la que emanan todas las manifestaciones del universo: los
hindúes lo llaman Prana, los chinos lo llamaron chi, los japoneses ki….
La duración de estas terapias suele ser de una hora semanal para casos individuales y se
pueden hacer seminarios de un fin de semana al mes cuando la terapia se desarrolla en
grupo. De uno a tres años es el plazo normal para que la terapia bioenergética logre su
objetivo: disolver la coraza muscular, liberando al individuo de las estructuras defensivas
de su carácter que le impiden la relación abierta y libre con el universo.
Las emociones que más afectan a nuestros órganos son: Ansiedad, miedo, nerviosismo,
afectan al ESTÓMAGO. Frustración, inquietud, trauma afectan a la VEJIGA.
Duelo, ansiedad, inseguridad al RIÑÓN. Autoestima, incertidumbre al PÁNCREAS. Ira,
enojo, rabia al HÍGADO.
Esta relación entre órganos y emociones es una de las bases de la Medicina Tradicional
China. El término “emoción” procede el latín “ex-movere” que significa “mover hacia el
exterior”. Por lo tanto es viable pensar que una emoción pasa por todos nuestros tejidos y
obviamente también por los órganos. Por lo tanto si existe bloqueo mental o emocional
esta emoción va a quedar enquistada en un determinado órgano y lógicamente le va a
causar una alteración. Liberar y soltar nuestra carga emocional nos ayuda a evitar
malestares psicosomáticos. No se trata de huir de lo que ocurre en nuestro cuerpo sino de
aceptarlo. En resumen escucha a tu cuerpo… si estás cansado, descansa; si tienes frío,
abrígate; si tienes ganas de comer… come y si tienes ganas de llorar, ¡hazlo! Y si te duele el
cuerpo… escúchalo, él es sabio y te guiará con sabiduría.
Un bloqueo emocional siempre es una barrera que nos ponemos a nosotros mismos y que
nos impide actuar con calma y fluidez en nuestro día a día a la vez que nos impide pensar
con claridad. Suelen aparecer cuando nos encontramos en una situación de miedo e
inseguridad. Podemos darnos cuenta cuando aparecen ciertas señales como:
Como ya hemos dicho el bloqueo emocional actúa como un mecanismo de defensa para
esconder aquello que nos hace sentir inseguridad. Por lo que es necesaria una buena
gestión emocional para superar esa sensación, combatir el pensamiento negativo y
sustituirlo por un punto de vista positivo que nos ayude a trascender el bloqueo.
El proceso terapeútico
Tipos de carácter
Lowen describió cinco tipos de estructura caracterial en función de las partes del cuerpo
en que el flujo de energía esté obstaculizado. Las regiones corporales que este autor
consideró especialmente relevantes son los ojos, la boca, el cuello, los hombros, el pecho,
el diafragma y la cintura.
1. Esquizoide: Tiene un cuerpo estrecho y apretado con mucha fuerza muscular que sólo
usa para reprimir todos los impulsos. Con todo, esa energía puede estallar si la represión
es demasiado fuerte. Por la represión muscular que rodea toda la periferia, la energía se
vuelve hacia el centro del organismo. Correlativamente a esta represión física de la
energía y la constricción de su flujo, especialmente en la cintura, el esquizoide muestra
una personalidad dividida disociando el pensamiento y los sentimientos.
Lowen atribuye esto al rechazo y hostilidad de la madre al nacer el niño, de tal manera que
éste siempre siente que se atenta contra su vida y bienestar.
3. Psicopático: Este tipo niega sus sentimientos. Hace hincapié en el control y la fuerza
derrocando la lucha corporal por el placer a favor de la imagen de su ego.
Energéticamente hay un serio desplazamiento de la energía hacia la cabeza.
La mitad superior del cuerpo está demasiado desarrollada, pero la parte inferior (pelvis y
piernas), es tan débil como la del oral por la constricción de la cintura que impide el flujo
de la energía hacia abajo. Los ojos son penetrantes y desconfiados y están al acecho de lo
que pasa alrededor. Su mayor temor es que se aprovechen de él.
4. Masoquista: Estas personas están completamente cargadas pero mantienen esta carga
en su lugar para sentirse como si estallaran. Está lleno de fuerza y energía pero las tiene
embotelladas. Se siente atrapado y a punto de estallar. Son sumisos hasta el punto de no
producir sus sentimientos interiores de ira, hostilidad y superioridad.
Físicamente el masoquista es pequeño, fuerte y musculoso. El masoquista ha aprendido a
humillarse y sujetarse externamente doblando la espalda y metiendo el trasero como
perro con la cola entre las patas, pero interiormente está lleno de resentimiento y
negatividad. Las tensiones somáticas se encuentran principalmente en la garganta y en el
ano de tal manera que el masoquista habla con quejas continuas y defeca con esfuerzo.
Lowen atribuye su causa a los cuidados excesivos y a las restricciones exageradas de los
padres, especialmente de una madre dominante que impone su voluntad a la fuerza
aplastando toda la resistencia de parte del niño o haciéndose la víctima para obligar al
niño a doblarse con sentimientos de culpa.
5. Rígido: El tipo rígido tiene un cuerpo bien desarrollado y lleno de vitalidad y energía en
todos los puntos de contacto: cara, especialmente los ojos, brazos, piernas y genitales,
pero carece de libertad de entrega y de descarga. Tiende al narcisismo por sus mismas
cualidades físicas. Su estructura semeja a un tubo rígido cargado de energía
especialmente en sus extremidades por lo que el rígido se muestra frecuentemente
obstinado en su modo de pensar y compulsivo en su sexualidad y en toda su conducta,
ahogando toda expresión de sentimientos y amor.
El carácter rígido tiene miedo a entregarse porque lo asimila con el colapso. Sus tensiones
se encuentran principalmente en el cuello siempre erguido y en los músculos extensores y
flexores. La causa la pone Lowen en la frustración que tuvo cuando niño al expresar amor
a sus padres y no recibir respuesta ni reciprocidad.
Ejercicios respiratorios
RESPIRACIÓN VENTRAL: Túmbate sobre una colchoneta y dobla las rodillas dejando los
pies apoyados en el suelo a unos 45 centímetros uno del otro y con las puntas
ligeramente hacia fuera. Extiende después tu garganta llevando la cabeza hacia atrás,
pero sin forzar la posición. Coloca luego las manos sobre el vientre para sentir los
movimientos abdominales. Pregúntate: ¿Se eleva tu vientre al inhalar y desciende al
exhalar? ¿Se mueve tu pecho en armonía con el abdomen o permanece rígido?
¿Has sentido tensión en la garganta?
Hay que tener presente que la respiración va muy unida a la voz, a la expresión oral; por
eso, si se siente mucha tensión al hacer los ejercicios que siguen, es útil gemir, quejarnos
o suspirar intensamente para reducir la tensión o el dolor. Procura no contener el aliento
ni, llegado el momento, el sollozo. Para finalizar, te sugiero unos ejercicios relacionados
con la expresión y la sexualidad.
Anima al paciente a que llore y a que diga cosas que tenían que decirse pero no se decían.
No basta con decir al terapeuta “debería haber dicho…” hay que hacer que la persona lo
diga y lo sienta. La expresión y liberación de las emociones negativas no se hace
casualmente, sino sistemáticamente dentro del contexto de la estructura de carácter
predominante en el paciente. Se utilizan ejercicios como golpear una cama con las manos
o con una raqueta mientras se gritan cosas que tenían que decirse para expresar y
desvigorizar el enfado, o retorcer una toalla, cortar papeles con las manos, etc…
Movilizar toda la potencia de voz es uno de los caminos más efectivos para evocar
sentimientos. Muchos pacientes han suprimido sus lloros y gritos al descubrir que esta
situación provocaba a menudo una reacción hostil en sus padres. Incluso bajo el stress de
un fuerte dolor son capaces de frenarse antes de llorar con lo cual el dolor queda
estructurado dentro del cuerpo como tensión muscular. Un grito produce una reacción
vibratoria intensa que libera temporalmente al cuerpo de parte de su rigidez.
Para ayudarle a los pacientes se suele aplicar una presión sobre los músculos escalenos
anteriores del cuello. La espasticidad de estos músculos inhibe el llanto y el grito.
Bioenergética y espiritualidad
Objetivamente la salud mental se refleja en la vitalidad del cuerpo, que puede observarse
en el brillo de los ojos, el color y la temperatura de la piel, la espontaneidad de la
expresión, la vibración del cuerpo y la gracia del movimiento.”
Entonces la salud de una persona depende del equilibrio entre la mente del cuerpo y el
espíritu, entendido como fuerza vital del organismo. Partiendo desde el cuerpo es desde
donde se realiza un proceso de crecimiento que nos lleva a un yo más rico y seguro.
Dice Lowen: si sólo buscamos la trascendencia podremos tener muchas visiones pero con
seguridad terminaremos donde hemos empezado. Si optamos por el crecimiento,
podremos tener nuestros momentos de trascendencia, pero habrá momentos cumbre que
nos llevan a un yo más rico y seguro.
En eso radicará tu éxito profesional, desde el saludo del inicio hasta el final debe ser un
reflejo de tu sabiduría en el desempeño de la profesión; y eso se logra, abriendo la cabeza
y estando dispuestos a considerar a ese ser que tenemos delante como irrepetible y
desde esa singularidad abordar con un tratamiento también particular y bien recreado en
técnicas que impresionen tan bien que despierten admiración por lo que haces y por quién
eres. La admiración es una forma de amor, quién te admire te seguirá, creerá en ti y si cree
en ti y te brinda su corazón, ya cuentas con el cincuenta por ciento del resultado positivo
que esperas obtener.
El terapeuta debe necesariamente ser empático, que no es lo mismo que ser simpático; la
empatía es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella,
generalmente en los sentimientos de otra persona. Participar no es meterse, ni decidir por
el otro, ni juzgar; es orientar y acompañar.
Poder ejercer como terapeuta no solo consiste en tener "una sensibilidad especial" ni por
el hecho de que nos guste tratar cara a cara con la personas. Hay una serie de
competencias, teóricas y también prácticas, que es necesario dominar para poder ofrecer
el mejor de los servicios posibles. Los requisitos para ser terapeuta, en definitiva, tienen
que ver tanto con nuestras habilidades practicadas como de nuestros conocimientos
adquiridos mediante la formación y el estudio. De esto dependerá que ofrezca o no
garantías de que se está ofreciendo un servicio de calidad, así que conviene llegar a
dominar todas esas áreas de excelencia:
2. Aprender a dominar los silencios En un diálogo, como aquellos que se llevan a cabo en
las sesiones, los silencios siempre son algo, nunca son "nada". Es decir, nos aportan
información y además producen un efecto, al igual que las palabras. Es por eso que entre
los requisitos del buen terapeuta se encuentra la habilidad de dominar los silencios; no
hay que evitarlos, sino usarlos del modo más adecuado para que las sesiones progresen.
3. Autocontrol Los terapeutas deben aprender a separar sus propias preferencias de los
objetivos de las sesiones que ofrecen en consulta. Por eso no pueden dejarse llevar por
los impulsos, dentro de lo que se considera ético. Aunque su trabajo se apoya mucho en el
diálogo, eso no significa que ofrezcan conversaciones informales en las que ambas
partes tratan más de dar una buena imagen que de hacer que el intercambio de ideas
resulte útil.
5. Habilidad de trabajo en equipo Los terapeutas cada vez trabajan más en colaboración
con otros profesionales del ámbito de la salud y el bienestar. Es por eso que se debe
guardar respeto, sin intromisiones ni opiniones en los tratamientos indicados; porque no
se conoce porqué se escogió determinado abordaje y no otro; no nos compete bajo
ningún punto de vista y de ninguna forma nuestro tratamiento reemplaza o sustituye al de
cualquier otro profesional del área de la salud.
7. Capacidad para establecer vínculo terapéutico Las sesiones de terapia no solo consisten
en la información o el abordaje con el que se trabaja en ellas, sino también en la relación
terapéutica que se crea entre las diferentes partes. Para ello hay que ir ganándose la
confianza de los pacientes, demostrando que no prejuzgamos ni hacemos juicios de valor
sobre lo que se cuenta, entre otras cosas.
8. Asertividad profesional Los terapeutas se encuentran frecuentemente en una situación
en la que la otra persona habla sobre aspectos dolorosos de su vida, o bien que producen
vergüenza. Es necesario saber cómo afrontar estos temas sin evitarlos para no incomodar
al paciente, pero es necesario hacerlo con tacto.
10. Conocimiento de los criterios diagnósticos Finalmente, los terapeutas deben conocer
cuáles son las características de los diferentes desequilibrios/bloqueos y de qué modo se
detectan. Esto requiere mucho estudio y una formación continuada.