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Bioenergía y salud

La Bioenergía y la existencia de campos magnéticos alrededor de los organismos vivos ha


mantenido diferencias y cautela en su aceptación, entre lo planteado y exhibido por las
ciencias medicas occidentales, las que exigen demostración de veracidad con hechos
científicamente demostrables, los cuales puedan ser repetidos con el mismo nivel de éxito
por un gran número de profesionales y un aval suficiente de evidencia clínica, en cierto
modo niegan la existencia de este fenómeno físico-biológico. Mientras las culturas
orientales postulan por la existencia de estos campos electromagnéticos como resultado
de la interacción del hombre con el medio que le rodea, lo que determina su salud y
bienestar, tratándose este modo el proceso de curación como una práctica milenaria con
preocupación sobre la profilaxis de las enfermedades antes de la existencia de la misma.
También ubica al hombre como parte del universo, donde los fenómenos de este
supondrían un desequilibrio para su organismo.

Si bien los experimentos y los avances de las ciencias y la técnica en el campo de la salud
han develado secretos hasta ahora desconocidos con la utilización de sofisticados
equipos, las ciencias y la práctica de las artes milenarias orientales han esbozado y
demostrado solo con la observación y en muchos casos el empirismo, los modos de
lograr la profilaxis y la cura de las enfermedades en los individuos. Se trata pues, citando a
Carlos Nogueira en su introducción al libro Acupuntura Fundamentos de Bioenergía,
donde argumenta que "La Medicina Tradicional China (MTCh) y en concreto la Acupuntura
y la Moxibustión es una ciencia médica y como tal tiene su propia fisiología, anatomía,
etiopatogenia, diagnóstico y tratamiento y, por tanto, su estudio debe desarrollarse en
base a un esquema de progresivo conocimiento que permita al terapeuta realizar
tratamientos fundamentados en la lógica del conocimiento y no en formularios o
combinaciones secretas que en el mejor de los casos actúan de una manera sintomática
sin tener en cuenta el factor etiológico".
Esto fue expuesto por Nogueira al plantear también “lo difícil de traspolar los términos de
la MTCh a la ciencia médica actual y hacerlos comprensibles” labor que describió como
“delicada y la necesidad de una metodología y desarrollo didácticos sumamente
complejos.” En el libro Medicina Tradicional China de la Escuela Neijing, el hombre es la
materialización de una energía del cosmos, que se proyecta a través de los padres, para
constituir nuestro capital genético, luego cuando el hombre se hace independiente,
después del nacimiento, se desarrolla todo un sistema de canales, lugares por donde
transcurre la energía y que es consecuencia de nuestra alimentación y respiración.
Se forman así canales de energía que nos permiten estar en simbiosis homeostática con
el medio ambiente.

¿Qué es la energía?

Antes de introducirnos en la temática de la bioenergía, expresaremos la definición de


energía, su importancia para el correcto funcionamiento orgánico, las fuentes de origen de
la energía en el organismo humano, y los postulados de las prácticas orientales, que
fundamenta la salud y el bienestar de los individuos.

La palabra energía proviene del griego ἐνέργεια enérgeia, «actividad», «operación»; de


ἐνεργóς energós, fuerza de acción» o «fuerza de trabajo”) y define la capacidad de realizar
trabajo, obrar y provocar movimientos, la existencia de la vida en todas sus formas, se
basa en la conversión, uso, almacenamiento y transferencia de energía.
Hay distintos tipos de energías según su origen: Energía Térmica - Energía Lumínica -
Energía Cinética - Energía Hidráulica - Energía Eólica - Energía Atómica - Energía Eléctrica.

La vida, en todas sus formas, es completamente dependiente de la energía, siempre está


presente y vital. Los vegetales consumen energía solar (energía radiante) para poder a
través del proceso fotosintético, elaborar sustancias energéticas (hidratos de carbono)
que les permiten disponer de la energía química necesaria para desarrollar sus funciones
vitales. Los organismos animales se nutren energéticamente, en forma directa
(herbívoros) o indirecta (carnívoros) de los vegetales.

El organismo humano lo integran millones de células que a la vez forman nuestros tejidos
y órganos, las cuales necesitan energías para realizar sus funciones, ya sea contraerse si
son de músculo, o enviar un impulso eléctrico de una neurona a otra si pertenecen al
sistema nervioso. La energía que requiere el cuerpo se obtiene de las grasas, glucosa y
nutrientes. El metabolismo tiene como objetivo transformar lo que comemos en energía.
Por ello, lo que ingerimos produce una fuente energética universal, conocida como ATP, la
cual nos mantiene vivos. Mediante la función de nutrición el hombre toma del exterior
materiales (alimentos) que él organismo se encarga de convertir en sustancias propias.
Nuestro organismo es capaz de transformar la energía química de los alimentos en
energía mecánica (movimiento), energía térmica (calor) y energía eléctrica (transmisión de
impulsos nerviosos).

Terapia bioenergética

La terapia bioenergética es un método psicoterapéutico que se remonta al conocido


psiquiatra Sigmund Freud. En ella se presta atención tanto a los sueños y experiencias
inconscientes como a las expresiones corporales tales como gestos, tono de voz,
miradas, tensiones musculares, respiración, etc.

Wilhelm Reich, discípulo de Freud, fue el primer psicoanalista que observó la relación entre
el carácter de una persona y su estructura muscular. Descubriendo que algunas
experiencias emocionales, a menudo provenientes de la primera infancia, pueden causar
ciertas tensiones musculares. El hombre podía influir en sus propias actitudes mentales si
trabajaba de forma sistemática su propio cuerpo, enfatizando que las emociones y los
sentimientos están asociados a determinadas zonas de nuestro cuerpo que se bloquean
al estancarse y no poder fluir con facilidad.

Después Alexander Lowen, médico y psicoterapeuta estadounidense que estudió con


Wilhelm Reich durante 12 años, fue quien profundizó en la terapia bioenergética y en 1956
fundó el Institute for Bioenergetic Analysis. Así pues la bioenergética entiende la
personalidad como una unidad cuerpo-mente indivisible. Y que el individuo puede influir
en sus propias actitudes mentales si trabajaba de forma sistemática su propio cuerpo.
Matiza que las emociones y los sentimientos están asociados a determinadas zonas de
nuestro cuerpo que se bloquean, se estancan y no pueden fluir con facilidad.

Terapias bioenergéticas y bioenergía: Conceptos fundamentales

Como hemos visto las Terapias Bioenergéticas, se inspiran práctica y teóricamente en las
llamadas terapias Reichianas, aunque tiene una línea de trabajo propia. Uno de los
conceptos fundamentales es el propio termino Bioenergía. Este parte de la base de que
existe una energía vital de la que emanan todas las manifestaciones del universo: los
hindúes lo llaman Prana, los chinos lo llamaron chi, los japoneses ki….

Esta energía vital, Reich la bautizo como Bioenergía. No se considera de manera


trascendente o intangible, sino en base a los efectos tangibles que produce en los seres
vivos (de ahí el nombre de Bioenergía, la energía en función de su actividad biológica),
como la respiración, la excitación, el movimiento, los gestos… Cada individuo constituye
un sistema energético en el que se intercambian flujos de energía de carga y descarga.
En la medida en la que seamos capaces de ser conscientes y controlar esos impulsos
vitales, encontraremos el equilibrio psíquico y corporal.

Según la bioenergética no tenemos un cuerpo, somos un cuerpo.


El conjunto de nuestras experiencias y sensaciones, las percibimos gracias a nuestro
cuerpo. Nuestro cuerpo no es una máquina, sino un organismo que está vivo y que tiene
sus normas y lenguaje propio, basado en gestos, respiración, posturas, movimientos etc.
También posee una memoria muscular que guarda en nuestras células, a modo de
registros, todas las experiencias que tenemos a lo largo de nuestras vidas.
De ésta manera, observando un cuerpo podemos descubrir gran parte de los bloqueos y
ansiedades que posee una persona.

El carácter y la terapia bioenergética

Cuando hablamos de Bioenergía, llegamos a un concepto esencial: el carácter.


Las defensas mentales y emocionales que las personas desarrollamos desde la infancia,
como forma de bloquear aquellos impulsos vitales que nos conducirían al placer o la
realidad, y como estas defensas mentales modelan nuestro carácter. Dichas defensas o
patrones de comportamiento, se superponen a modo de capas, relacionadas entre sí, y
nos mantienen aislados o protegidos ante lo desconocido. Esta forma de carácter en las
personas nos conduce a mal uso de defensas mentales como: la negación, el recelo,
proyección etc. e impedir la manifestación de emociones como: el cólera, el pánico, terror,
tristeza, desesperación, dolor, etc. Con la lectura del cuerpo se permite a los profesionales
realizar un análisis que establece una tipología de estos, siendo los más frecuentes
carácteres: -Esquizoide –Oral – Psicópata – Masoquista - Rígido, entre otros.

La bioenergética, se fundamenta en un postulado a la hora del trabajo terapéutico: si al


final es el cuerpo el que determina cómo es nuestra personalidad, podremos de alguna
manera influir sobre ella mediante nuestras propias funciones corporales y transformar o
suprimir los bloqueos que tanto nos dificultan ser. En definitiva la Bioenergética ayuda al
individuo a recuperar su primera naturaleza, que es la que conserva la felicidad, la libertad,
la belleza y la gracia de la que normalmente están dotados todos los animales desde que
nacen. Se practica en sesiones individuales y de grupo, alternando las fases de trabajo
corporal con la verbalización de situaciones características.

La duración de estas terapias suele ser de una hora semanal para casos individuales y se
pueden hacer seminarios de un fin de semana al mes cuando la terapia se desarrolla en
grupo. De uno a tres años es el plazo normal para que la terapia bioenergética logre su
objetivo: disolver la coraza muscular, liberando al individuo de las estructuras defensivas
de su carácter que le impiden la relación abierta y libre con el universo.

Bioenergética ¿Qué es y cómo actúa?

A través de la bioenergética ayudamos a desbloquear esas partes del cuerpo


problemáticas que se encuentran rígidas, bloqueadas o desequilibradas. Se centra en
buscar y liberar a esos sentimientos/emociones que no encuentran una salida adecuada y
que acaban afectando al bienestar. Afirma que los bloqueos en el flujo de energía tienen
causas físicas como: Mala alimentación. Consumo de drogas. Alcohol y tabaco.
Traumatismos por accidentes.

Sabiendo qué es la bioenergética y usándola podemos: Entender la personalidad


vinculada al cuerpo. Movilizar la energía contenida en el cuerpo mediante tensiones
musculares. Incrementar la capacidad de experimentar placer y felicidad.
Trabajar en la expresión corporal. Facilitar la expresión de los sentimientos.

Las emociones que más afectan a nuestros órganos son: Ansiedad, miedo, nerviosismo,
afectan al ESTÓMAGO. Frustración, inquietud, trauma afectan a la VEJIGA.
Duelo, ansiedad, inseguridad al RIÑÓN. Autoestima, incertidumbre al PÁNCREAS. Ira,
enojo, rabia al HÍGADO.
Esta relación entre órganos y emociones es una de las bases de la Medicina Tradicional
China. El término “emoción” procede el latín “ex-movere” que significa “mover hacia el
exterior”. Por lo tanto es viable pensar que una emoción pasa por todos nuestros tejidos y
obviamente también por los órganos. Por lo tanto si existe bloqueo mental o emocional
esta emoción va a quedar enquistada en un determinado órgano y lógicamente le va a
causar una alteración. Liberar y soltar nuestra carga emocional nos ayuda a evitar
malestares psicosomáticos. No se trata de huir de lo que ocurre en nuestro cuerpo sino de
aceptarlo. En resumen escucha a tu cuerpo… si estás cansado, descansa; si tienes frío,
abrígate; si tienes ganas de comer… come y si tienes ganas de llorar, ¡hazlo! Y si te duele el
cuerpo… escúchalo, él es sabio y te guiará con sabiduría.

Bioenergética para superar bloqueos emocionales

Un bloqueo emocional siempre es una barrera que nos ponemos a nosotros mismos y que
nos impide actuar con calma y fluidez en nuestro día a día a la vez que nos impide pensar
con claridad. Suelen aparecer cuando nos encontramos en una situación de miedo e
inseguridad. Podemos darnos cuenta cuando aparecen ciertas señales como:

-Temor a ser rechazados. -Falta de atención y motivación. -Nerviosismo constante.

-Sentimientos de envidia. -Juicio hacia las personas de nuestro entorno. -Timidez.

Como ya hemos dicho el bloqueo emocional actúa como un mecanismo de defensa para
esconder aquello que nos hace sentir inseguridad. Por lo que es necesaria una buena
gestión emocional para superar esa sensación, combatir el pensamiento negativo y
sustituirlo por un punto de vista positivo que nos ayude a trascender el bloqueo.
El proceso terapeútico

El objetivo de la terapia bioenergética es ayudar al consultante a obtener placer de forma


satisfactoria con todas las funciones básicas de su organismo: la motricidad, la
respiración, la sexualidad, las emociones, los sentimientos y la autoexpresión.
Para esto es necesario liberar la tensión acumulada, tanto a nivel físico como psicológico.
El proceso de la terapia bioenergética consta de tres fases claramente diferenciadas:

1-Tomar conciencia de la tensión corporal y de los problemas psicológicos.

2-Descarga emocional: expresión de los sentimientos frustrados y distensión muscular;


los mecanismos de defensa dejan de ser necesarios.

3-Liberación de la energía asociada a los conflictos; acceso a una vivencia corporal y


psicológica plena.

Tipos de carácter

Lowen describió cinco tipos de estructura caracterial en función de las partes del cuerpo
en que el flujo de energía esté obstaculizado. Las regiones corporales que este autor
consideró especialmente relevantes son los ojos, la boca, el cuello, los hombros, el pecho,
el diafragma y la cintura.
1. Esquizoide: Tiene un cuerpo estrecho y apretado con mucha fuerza muscular que sólo
usa para reprimir todos los impulsos. Con todo, esa energía puede estallar si la represión
es demasiado fuerte. Por la represión muscular que rodea toda la periferia, la energía se
vuelve hacia el centro del organismo. Correlativamente a esta represión física de la
energía y la constricción de su flujo, especialmente en la cintura, el esquizoide muestra
una personalidad dividida disociando el pensamiento y los sentimientos.
Lowen atribuye esto al rechazo y hostilidad de la madre al nacer el niño, de tal manera que
éste siempre siente que se atenta contra su vida y bienestar.

Esquizoide= la existencia frente a la necesidad. Las personas con un carácter esquizoide


tienden a perder el contacto con la realidad y a ser rechazadas por las demás.
A causa de que crecieron en entornos hostiles, estas personas sienten miedo
constantemente. En estos casos el flujo de energía está bloqueado en el cuello, en los
hombros y en la cintura. El peso tiende a cargarse en la parte externa de los pies, y la
constitución suele ser delgada.

2. Oral: Es un tipo débil emocional y somáticamente. Su cuerpo es alargado, con una


musculatura débil. La energía fluye del centro a la periferia pero no es abundante y la
corriente es más hacia la parte superior y la cabeza que a los genitales y piernas.
La parte inferior de su cuerpo es más débil que la superior. Es un niño grande que anhela
constantemente atención, ayuda y cariño de los demás. Se cansa fácilmente y carece de
constancia y perseverancia para realizar lo que quiere porque espera como niño que le
venga de afuera lo que desea. Su respiración es superficial y su contacto con el mundo es
tímido e inseguro. Lowen atribuye esto a la privación de una madre cariñosa sea por
ausencia prolongada, por muerte o por tener demasiado trabajo. Por ese abandono o
descuido primario de la madre, el tipo oral no pide ni busca lo que necesita por temor de
ser rechazado.
Oral= la necesidad frente a la independencia. Estas personas suelen ser narcisistas y
dependientes de las demás, o bien excesivamente independientes. El bloqueo energético
se produce principalmente en los hombros y la cintura, de modo que las extremidades
tienden a ser débiles y a estar menos desarrolladas de lo normal. Además la respiración
es superficial.

3. Psicopático: Este tipo niega sus sentimientos. Hace hincapié en el control y la fuerza
derrocando la lucha corporal por el placer a favor de la imagen de su ego.
Energéticamente hay un serio desplazamiento de la energía hacia la cabeza.
La mitad superior del cuerpo está demasiado desarrollada, pero la parte inferior (pelvis y
piernas), es tan débil como la del oral por la constricción de la cintura que impide el flujo
de la energía hacia abajo. Los ojos son penetrantes y desconfiados y están al acecho de lo
que pasa alrededor. Su mayor temor es que se aprovechen de él.

Carece de seguridad interna por lo que se esfuerza constantemente por sujetar


servilmente y dominar a otros a fin de tener la ilusión de fuerza. Por eso niega todo
sentimiento y hace alarde de fuerza incluso en la actividad sexual. Lowen dice que de
pequeño sintió violada su dignidad por la seducción solapada de uno de los padres.
Al crecer trata de desarrollar la parte superior de su cuerpo para poder sujetar y abusar de
otros como lo hicieron sus padres con él.

Psicopático= la independencia frente a la cercanía. En el caso del carácter psicopático los


bloqueos se darían en el diafragma y en la cintura, lo cual hace que la energía no fluya
adecuadamente hacia el polo genital. Estas personas bloquean sus sentimientos,
incluyendo los sexuales, y tienden a dominar, seducir y engañar a las demás, a la vez que
temen que otras se aprovechen de ellas de modos similares.

4. Masoquista: Estas personas están completamente cargadas pero mantienen esta carga
en su lugar para sentirse como si estallaran. Está lleno de fuerza y energía pero las tiene
embotelladas. Se siente atrapado y a punto de estallar. Son sumisos hasta el punto de no
producir sus sentimientos interiores de ira, hostilidad y superioridad.
Físicamente el masoquista es pequeño, fuerte y musculoso. El masoquista ha aprendido a
humillarse y sujetarse externamente doblando la espalda y metiendo el trasero como
perro con la cola entre las patas, pero interiormente está lleno de resentimiento y
negatividad. Las tensiones somáticas se encuentran principalmente en la garganta y en el
ano de tal manera que el masoquista habla con quejas continuas y defeca con esfuerzo.

Lowen atribuye su causa a los cuidados excesivos y a las restricciones exageradas de los
padres, especialmente de una madre dominante que impone su voluntad a la fuerza
aplastando toda la resistencia de parte del niño o haciéndose la víctima para obligar al
niño a doblarse con sentimientos de culpa.

Masoquista= la cercanía frente a la libertad. Las personas masoquistas tienden a mostrar


una actitud negativa, sumisa, insegura y poco asertiva, y a reprimir sus intensos
sentimientos de hostilidad y agresividad. Esta estructura caracterológica se deriva de una
presión excesiva por parte de los adultos durante la edad temprana que bloquea la
individualidad y el placer de la persona. A nivel físico, el carácter masoquista se manifiesta
en bloqueos energéticos en el cuello, concretamente en la garganta y en la cintura.
Esto aumenta la probabilidad de que aparezcan sensaciones de ansiedad.

5. Rígido: El tipo rígido tiene un cuerpo bien desarrollado y lleno de vitalidad y energía en
todos los puntos de contacto: cara, especialmente los ojos, brazos, piernas y genitales,
pero carece de libertad de entrega y de descarga. Tiende al narcisismo por sus mismas
cualidades físicas. Su estructura semeja a un tubo rígido cargado de energía
especialmente en sus extremidades por lo que el rígido se muestra frecuentemente
obstinado en su modo de pensar y compulsivo en su sexualidad y en toda su conducta,
ahogando toda expresión de sentimientos y amor.

El carácter rígido tiene miedo a entregarse porque lo asimila con el colapso. Sus tensiones
se encuentran principalmente en el cuello siempre erguido y en los músculos extensores y
flexores. La causa la pone Lowen en la frustración que tuvo cuando niño al expresar amor
a sus padres y no recibir respuesta ni reciprocidad.

Rígido=la libertad frente al sometimiento. Este tipo de personalidad se caracteriza por


rasgos como la agresividad, la obstinación, la ambición, el orgullo y la sexualidad
compulsiva. Las personas rígidas reprimen lo que consideran muestras de debilidad,
como el llanto, y temen la cercanía emocional con otras personas. De los cinco tipos éste
es el menos patológico por el buen contacto con la realidad. En este caso la tensión se
acumula en cierta medida en todas las partes del cuerpo; si el grado de concentración
tensional es relativamente bajo, puede manifestarse en una actitud vital y enérgica.

La personalidad de un individuo como algo diferente de su estructura de carácter se


determina por su vitalidad o sea por la fuerza de sus impulsos y las barreras que ha
levantado para controlarlos. No hay dos individuos iguales en cuanto a su vitalidad
inherente o en sus modelos de defensas que son consecuencia de su experiencia.
Sin embargo hay que hablar en términos de tipos en aras de la claridad de la
comunicación y para poder entenderse.

Como dice Lowen: los terapeutas bioenergéticos no consideramos a un paciente como un


tipo de carácter. Lo vemos como un individuo único que está luchando por los placeres,
lleno de ansiedad contra lo que ha levantado unas barreras típicas. La determinación de
su estructura del carácter nos permite ver sus problemas profundos y de este modo
ayudarle a liberarse de las limitaciones impuestas por sus experiencias anteriores.

En las sesiones de bioenergía el terapeuta hace un análisis del cuerpo y el carácter de la


persona para detectar problemas de salud o malestares que conllevan a la tensión.
El objetivo es liberar esos bloqueos a través de la estimulación del campo energético.
Esto puede ser útil en caso de ansiedad, estrés, dolores de cabeza y otras molestias leves
comunes. Las sesiones de bioenergía emplean 4 técnicas principales que sirven para
diagnosticar, movilizar la energía y liberar las tensiones.
1-Respiración: Las tensiones musculares manifestadas en el cuerpo suelen transformar
los patrones respiratorios. Por ello, uno de los primeros pasos del tratamiento
bioenergético es un ejercicio de respiración. Al observar la respiración los terapeutas
buscan localizar bloqueos o detectar conflictos emocionales.

Ejercicios respiratorios

RESPIRACIÓN VENTRAL: Túmbate sobre una colchoneta y dobla las rodillas dejando los
pies apoyados en el suelo a unos 45 centímetros uno del otro y con las puntas
ligeramente hacia fuera. Extiende después tu garganta llevando la cabeza hacia atrás,
pero sin forzar la posición. Coloca luego las manos sobre el vientre para sentir los
movimientos abdominales. Pregúntate: ¿Se eleva tu vientre al inhalar y desciende al
exhalar? ¿Se mueve tu pecho en armonía con el abdomen o permanece rígido?
¿Has sentido tensión en la garganta?

PARA RESPIRAR MÁS ESPONTÁNEAMENTE: Túmbate en el suelo y levanta las piernas


flexionando levemente las rodillas. Dobla los tobillos levantando los talones.
Tus piernas comenzarán a vibrar y tu respiración se irá haciendo cada vez más profunda.
Pregúntate: ¿Sientes tensión en el vientre? ¿Sientes cómo las vibraciones impulsan la
respiración? Después de un minuto realizando este ejercicio, vuelve a colocar los pies en
el suelo: ¿cómo cambia ahora tu respiración?

PARA DESCANSAR Y RESPIRAR PROFUNDAMENTE: Cuando te encuentres cansado


puedes utilizar la posición tradicional de la oración musulmana, dejándote caer sobre las
rodillas y estirándote hacia delante con los brazos extendidos, las palmas en el suelo y la
frente sobre las manos. Arquea luego la espalda para sacar el vientre al máximo.
Respira así profundamente.
2-Ejercicios bioenergéticos: Para liberar el cuerpo y aumentar la energía vital, esta terapia
emplea distintos ejercicios corporales como los estiramientos de las extremidades y
movimientos pélvicos.

EJERCICIOS PARA LIBERAR LAS TENSIONES ACUMULADAS: Se proponen tres sesiones


de ejercicios muy básicos para liberar tensiones y aliviar el estrés. Se pueden practicar
diariamente en la casa, mejor por la mañana, y a partir de estos, se van añadiendo otros en
función del tiempo y la energía que se deseen dedicar y de las tensiones particulares que
se hayan acumulado. Comenzar con dos sesiones para tomar el pulso al patrón
respiratorio y detectar tensiones e inhibiciones que se acumulan sin ser conscientes.

Hay que tener presente que la respiración va muy unida a la voz, a la expresión oral; por
eso, si se siente mucha tensión al hacer los ejercicios que siguen, es útil gemir, quejarnos
o suspirar intensamente para reducir la tensión o el dolor. Procura no contener el aliento
ni, llegado el momento, el sollozo. Para finalizar, te sugiero unos ejercicios relacionados
con la expresión y la sexualidad.

EJERCICIO BÁSICO VIBRATORIO Y DE TOMA DE TIERRA O ENRAIZAMIENTO: Colócate de


pie y separa las piernas unos 25 centímetros con los dedos ligeramente vueltos hacia
dentro. Inclínate luego hacia delante hasta tocar el suelo con los dedos de las dos manos
sin apoyar tu peso en ellas y con las rodillas ligeramente flexionadas. Deja que tu cabeza
cuelgue libremente y respira por la boca con profundidad. Desplaza el peso de tu cuerpo a
la parte delantera de los pies elevando ligeramente los talones. Endereza las rodillas
lentamente hasta estirar los tendones de la corva en la parte trasera de las piernas.

Mantén esta posición un minuto. Pregúntate: ¿Respiras con facilidad o contienes el


aliento? ¿Sientes vibrar tus piernas? Si no es así, dobla la rodilla un poco y vuelve a
estirarla unas cuantas veces: ¿cómo son las vibraciones?
EJERCICIO BÁSICO DE TENSIÓN “EL ARCO”: Nuevamente de pie, separa las piernas un
poco más, unos 45 centímetros, con los dedos en la misma posición que en el ejercicio
anterior. Coloca tus muñecas con los nudillos apuntando hacia arriba en la zona lumbar.
Dobla las dos rodillas al máximo sin levantar los talones del suelo. Mantén tu peso sobre
los dedos de los pies y arquéate hacia atrás como doblándote por las muñecas.
Respira profundamente bajando el aire hasta el vientre. Pregúntate: ¿Sientes incomodidad
en la parte baja de la espalda? ¿Sientes dolor o tensión en la parte delantera de los
muslos?

PARA BAJAR EL CENTRO DE GRAVEDAD: Parte de la posición descrita en el ejercicio


anterior: de pie, con los dedos ligeramente vueltos hacia dentro, pero ahora con los pies
algo más juntos, manteniéndolos a unos 20 centímetros. Permanece con el cuerpo recto y
relajado, con la pelvis hacia atrás y el vientre salido. Dobla la rodilla izquierda y deja caer
todo el peso del cuerpo sobre el pie izquierdo. Respira con profundidad y mantén la
posición hasta sentirte incómodo. Luego haz lo mismo con la otra pierna. Repite un par de
veces. Pregúntate: ¿Puedes dejarte caer sobre los pies o sientes algún tipo de rigidez en
las rodillas que lo dificulta? ¿Contienes el aliento? ¿Vibran tus piernas con fuerza?
La vibración libera tensión y dolor. ¿Sientes miedo a caer?

3-Masajes: La aplicación de masajes es uno de los complementos de la terapia


bioenergética. Estos estimulan los músculos y ayudan a eliminar las toxinas y la presión
acumulada que produce bloqueos. Se dice que los masajes favorecen el flujo sanguíneo y
energético, fortaleciendo las funciones inmunitarias para prevenir infecciones y
malestares.

4-Meditación: Las sesiones de bioenergía emplean la meditación como herramienta para


alcanzar un estado de tranquilidad exterior e interior. Este método “suprime” todo tipo de
actividad física y mental para lograr un estímulo del autoconocimiento y la aceptación.
Hasta el momento no hay registros de contraindicaciones para los tratamientos
bioenergéticos. No hay un límite de edad o condición física ni mental.

EJERCICIOS PARA BLOQUEOS EMOCIONALES: Si una persona está bloqueada en su


capacidad de expresar sentimientos traerá muerte a su cuerpo y reducirá su vitalidad.
Los ejercicios proporcionan a la gente una oportunidad para practicar la expresión del
sentimiento de un modo organizado y para familiarizarse con ella. Pero igual que se le
anima a expresar sus sentimientos también se la anima a obtener un control, consciente
sobre su expresión. El propósito de este control no es el inhibir o limitar el sentimiento
sino el de hacer su expresión efectiva, y apropiada. Por ejemplo un estallido histérico
puede ser considerado como una expresión de sentimiento pero es a menudo un derroche
de energía y relativamente poco efectivo. No es realmente una forma de autoexpresión
pues la erupción se produce contra la intención consciente de la persona.
Lowen proporciona medios de expresión en el marco terapéutico.

Anima al paciente a que llore y a que diga cosas que tenían que decirse pero no se decían.
No basta con decir al terapeuta “debería haber dicho…” hay que hacer que la persona lo
diga y lo sienta. La expresión y liberación de las emociones negativas no se hace
casualmente, sino sistemáticamente dentro del contexto de la estructura de carácter
predominante en el paciente. Se utilizan ejercicios como golpear una cama con las manos
o con una raqueta mientras se gritan cosas que tenían que decirse para expresar y
desvigorizar el enfado, o retorcer una toalla, cortar papeles con las manos, etc…

Movilizar toda la potencia de voz es uno de los caminos más efectivos para evocar
sentimientos. Muchos pacientes han suprimido sus lloros y gritos al descubrir que esta
situación provocaba a menudo una reacción hostil en sus padres. Incluso bajo el stress de
un fuerte dolor son capaces de frenarse antes de llorar con lo cual el dolor queda
estructurado dentro del cuerpo como tensión muscular. Un grito produce una reacción
vibratoria intensa que libera temporalmente al cuerpo de parte de su rigidez.
Para ayudarle a los pacientes se suele aplicar una presión sobre los músculos escalenos
anteriores del cuello. La espasticidad de estos músculos inhibe el llanto y el grito.

Bioenergética y espiritualidad

Para Lowen la espiritualidad está incorporada en el cuerpo. No utiliza la palabra espiritual


en su connotación abstracta o mental sino como espíritu, pneuma o energía.
Define el espíritu como la energía o fuerza vital de un organismo manifestado a través de
expresión de la personalidad del individuo: “La cantidad de espíritu que tiene una persona
se determina por lo viva y animada que es, literalmente por la cantidad de energía que
tiene. La relación entre energía y espíritu es inmediata.

Cuando una persona se excita y aumenta su energía su espíritu crece. La espiritualidad


produce salud. “nuestra espiritualidad procede de esta sensación de conexión con una
fuerza u orden superior a nosotros. Si aceptamos que los seres humanos son criaturas
espirituales entonces tenemos que aceptar también que la salud está relacionada con la
espiritualidad. Estoy convencido de que la pérdida de la sensación de conexión con las
demás personas, los animales y la naturaleza produce un trastorno serio de la salud
mental.

Objetivamente la salud mental se refleja en la vitalidad del cuerpo, que puede observarse
en el brillo de los ojos, el color y la temperatura de la piel, la espontaneidad de la
expresión, la vibración del cuerpo y la gracia del movimiento.”

Entonces la salud de una persona depende del equilibrio entre la mente del cuerpo y el
espíritu, entendido como fuerza vital del organismo. Partiendo desde el cuerpo es desde
donde se realiza un proceso de crecimiento que nos lleva a un yo más rico y seguro.
Dice Lowen: si sólo buscamos la trascendencia podremos tener muchas visiones pero con
seguridad terminaremos donde hemos empezado. Si optamos por el crecimiento,
podremos tener nuestros momentos de trascendencia, pero habrá momentos cumbre que
nos llevan a un yo más rico y seguro.

El proceso de crecimiento es continuo, nunca es regular. Con la asimilación de la


experiencia hay periodos de nivelación para preparar al organismo para una nueva subida.
Cada subida lleva a un nuevo alto o cima y crea lo que llamamos una experiencia cumbre.
Cada experiencia cumbre debe integrarse en la personalidad para que se dé un nuevo
crecimiento, para que se pueda expandir la consciencia y para que el individuo llegue a un
estado de sabiduría.

La conclusión es que la capacidad de ser consciente está unida a los procesos


energéticos del cuerpo, es decir, a la cantidad de energía que tiene una persona y a la
libertad con que puede circular. La consciencia refleja el estado de la excitación interior.
En realidad es la luz de la llama interior proyectada en dos pantallas: la superficie del
cuerpo y la de la mente. Por tanto cuando aumenta la energía y si el sistema está sano y
desbloqueado, la consciencia se expande. Se abrirán nuevas zonas de la mente, se
establecerán nuevas conexiones.

Por tanto la bioenergética es un sistema de la terapia de la persona en conjunto que


identifica a la persona con su cuerpo, considerando ese cuerpo como un sistema
funcional que incluye la mente y el espíritu. La bioenergética considera el sistema como
un conjunto de energías que tiende al equilibrio pero en el que el nivel de este equilibrio
puede ser alto o bajo. Del nivel de energía depende la capacidad de la persona para
moverse, sentir el placer, experimentar la realidad y expresarse.

La bioenergética se propone eliminar los bloqueos tanto de la musculatura como del


carácter psíquico, para que pueda aumentarse la energía y se descargue de una manera
realista y placentera para llevar al máximo el crecimiento de la persona, de la expresión de
la personalidad y de la consciencia.
Ahora bien, estas herramientas provenientes de la bioenergética son muy buenas, como
así también lo son otras; por eso es tan importante aprender a utilizarlas, porque en el
momento menos pensado aparece justamente quien las necesita. Si bien es cierto que no
tienen limitaciones, es igual de cierto que a veces conviene más por la estructura
psicoenergética del consultante que tenemos delante, usar algunas en detrimento de
otras.

Enamorémonos de nuestra profesión, no de una determinada herramienta; así como no se


puede ajustar un tornillo con una pinza; que en realidad se puede, solo que nos llevaría
muchísimo más tiempo y esfuerzo; lo mismo sucede si nos encaprichamos con pretender
utilizar una sola herramienta para todos los pacientes, quizás obtendremos finalmente y a
la larga buenos resultados, pero seremos profesionales más idóneos si hacemos uso de
un conjunto de todas ellas, donde al fin de la consulta, tu sesión, sea más tu sesión, que el
buen uso de una técnica.

En eso radicará tu éxito profesional, desde el saludo del inicio hasta el final debe ser un
reflejo de tu sabiduría en el desempeño de la profesión; y eso se logra, abriendo la cabeza
y estando dispuestos a considerar a ese ser que tenemos delante como irrepetible y
desde esa singularidad abordar con un tratamiento también particular y bien recreado en
técnicas que impresionen tan bien que despierten admiración por lo que haces y por quién
eres. La admiración es una forma de amor, quién te admire te seguirá, creerá en ti y si cree
en ti y te brinda su corazón, ya cuentas con el cincuenta por ciento del resultado positivo
que esperas obtener.

El terapeuta debe necesariamente ser empático, que no es lo mismo que ser simpático; la
empatía es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella,
generalmente en los sentimientos de otra persona. Participar no es meterse, ni decidir por
el otro, ni juzgar; es orientar y acompañar.
Poder ejercer como terapeuta no solo consiste en tener "una sensibilidad especial" ni por
el hecho de que nos guste tratar cara a cara con la personas. Hay una serie de
competencias, teóricas y también prácticas, que es necesario dominar para poder ofrecer
el mejor de los servicios posibles. Los requisitos para ser terapeuta, en definitiva, tienen
que ver tanto con nuestras habilidades practicadas como de nuestros conocimientos
adquiridos mediante la formación y el estudio. De esto dependerá que ofrezca o no
garantías de que se está ofreciendo un servicio de calidad, así que conviene llegar a
dominar todas esas áreas de excelencia:

1. Rechazar los prejuicios Varios años de investigación psicológica muestran que, de


manera espontánea e involuntaria, los prejuicios y las etiquetas aparecen en nuestra
mente cuando empezamos a relacionarnos con alguien que conocemos poco.
Esto, que en ciertos contextos resulta útil, debe ser tenido en cuenta en la consulta, y por
eso es necesario velar por identificar esos prejuicios sobre los pacientes y evitar que su
influencia se extienda a nuestras decisiones y análisis más relevantes. De lo que se trata,
es de revisar constantemente lo que se cree acerca de la otra persona, detectar
valoraciones con poco sustento y aislar su efecto.

2. Aprender a dominar los silencios En un diálogo, como aquellos que se llevan a cabo en
las sesiones, los silencios siempre son algo, nunca son "nada". Es decir, nos aportan
información y además producen un efecto, al igual que las palabras. Es por eso que entre
los requisitos del buen terapeuta se encuentra la habilidad de dominar los silencios; no
hay que evitarlos, sino usarlos del modo más adecuado para que las sesiones progresen.

3. Autocontrol Los terapeutas deben aprender a separar sus propias preferencias de los
objetivos de las sesiones que ofrecen en consulta. Por eso no pueden dejarse llevar por
los impulsos, dentro de lo que se considera ético. Aunque su trabajo se apoya mucho en el
diálogo, eso no significa que ofrezcan conversaciones informales en las que ambas
partes tratan más de dar una buena imagen que de hacer que el intercambio de ideas
resulte útil.

4. La habilidad de leer entre líneas A menudo, los pacientes no revelan directamente


ciertas informaciones, sino que las insinúan. Puede ser que la otra persona, de forma
totalmente voluntaria, prefiera dar solo una parte de la información porque le da
vergüenza hablar de forma más directa. Del mismo modo, en ocasiones al interlocutor se
le escapa una idea que puede ser intuida si analizamos el tipo de discurso que se utiliza.

5. Habilidad de trabajo en equipo Los terapeutas cada vez trabajan más en colaboración
con otros profesionales del ámbito de la salud y el bienestar. Es por eso que se debe
guardar respeto, sin intromisiones ni opiniones en los tratamientos indicados; porque no
se conoce porqué se escogió determinado abordaje y no otro; no nos compete bajo
ningún punto de vista y de ninguna forma nuestro tratamiento reemplaza o sustituye al de
cualquier otro profesional del área de la salud.

6. Conocimiento del código deontológico Un punto imprescindible para garantizar que se


actúa siguiendo un código ético. Ofrecer tratamientos cuya eficacia no ha sido validada
por ejemplo, o hablar con otras personas acerca de detalles de la vida de un paciente que
este ha revelado en las sesiones, son claramente comportamientos poco éticos que
pueden ser denunciados y aunque no fuesen denunciados, nos bajan el nivel profesional
por debajo del subsuelo.

7. Capacidad para establecer vínculo terapéutico Las sesiones de terapia no solo consisten
en la información o el abordaje con el que se trabaja en ellas, sino también en la relación
terapéutica que se crea entre las diferentes partes. Para ello hay que ir ganándose la
confianza de los pacientes, demostrando que no prejuzgamos ni hacemos juicios de valor
sobre lo que se cuenta, entre otras cosas.
8. Asertividad profesional Los terapeutas se encuentran frecuentemente en una situación
en la que la otra persona habla sobre aspectos dolorosos de su vida, o bien que producen
vergüenza. Es necesario saber cómo afrontar estos temas sin evitarlos para no incomodar
al paciente, pero es necesario hacerlo con tacto.

9. Conocimiento de las técnicas más eficaces Los terapeutas deben estar lo


suficientemente formados para conocer las herramientas con las que cuenta a la hora de
la intervención. Además, es necesario tener en cuenta que no existen soluciones
universales y que cada problema tiene asociado un tratamiento que ha sido validado por
la experiencia para esos casos.

10. Conocimiento de los criterios diagnósticos Finalmente, los terapeutas deben conocer
cuáles son las características de los diferentes desequilibrios/bloqueos y de qué modo se
detectan. Esto requiere mucho estudio y una formación continuada.

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