Dialogo Ecum-Nico

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Theologica Xaveriana

ISSN: 0120-3649
[email protected]
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia

Merino-Beas, Patricio
El diálogo ecuménico animado desde el Celam
Theologica Xaveriana, vol. 67, núm. 184, julio-diciembre, 2017, pp. 387-410
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=191053340005

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doi: 10.11144/javeriana.tx67-184.deac

El diálogo ecuménico The Promotion of the Ecumenical Dialogue


by Celam
animado desde el Celam∗ Abstract: This paper is the result of a
documentary and bibliographic research
carried out in the general archive of
the Latin American Episcopal Council,
Patricio Merino-Beas** Celam. It focuses on its contribution to
ecumenical dialogue during its sixty years
of history. It presents the people involved
in the process, the contributions of the
recibido: 25-05-16. aprobado: 26-01-17 General Assemblies of the Episcopate and
their main theological and ecumenical
emphasis. It also highlights the evolution
Resumen: Este escrito es fruto de una investiga­ción of the concepts, the influence of the
documental y bibliográfica realizada en el archivo Ecclesiology of Communion and of the
general del Consejo Episcopal Latinoamericano, missionary discipleship.
Celam. Se centra en el aporte que, en sus sesenta años Key Words: Ecumenical dialogue, Celam,
de historia, este ha realizado en el ámbito del diálogo Communion, Collegiality, Ecumenical
ecuménico. Muestra a las personas involucradas en Ministry.
el proceso, los aportes de las asambleas generales
del episcopado, los principales énfasis teológicos
para citar este artículo:
y de pastoral ecuménica; y destaca la evolución de los
Merino Beas, Patricio. “El diálogo ecumé-
conceptos, el influjo de la eclesiología de comunión
nico animado desde el Celam”. Theologica
y del discipulado misionero.
Xa­veriana 184 (2017): 387-410. https://
Palabras clave: Diálogo ecuménico, Celam, doi.org/­1 0.11144/javeriana.tx67-184.
comunión, colegialidad, pastoral ecuménica. deac

*
Investigación que forma parte del proyecto interno del Celam, que se propone indagar sobre los aportes
de la institución en sus sesenta años de historia.
Doctor en Teología. Profesor de Teología Sistemática, Facultad de Teología, Universidad Santo Tomás,
**

Bogotá, y del Instituto de Teología de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Santiago de


Chile. Orcid: 0000-0001-5141-1887. Correo electrónico: [email protected]

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Planteamiento de la investigación
El Consejo Episcopal Latinoamericano, en cuanto órgano que busca expresar la co­
legialidad de los obispos de América Latina y El Caribe, es protagonista de la teología
latinoamericana y ha impulsado una creciente eclesiología y pastoral de comunión.
La mayoría de lectores está más familiarizada con las cinco conferencias generales
del episcopado latinoamericano y sus documentos conclusivos (Río de Janeiro;
Me­dellín; Puebla; Santo Domingo y Aparecida). No obstante, a lo largo de los se­sen­
ta años del Celam este ha contado con una estructura y organismos al servicio de las
conferencias episcopales que han llevado a cabo los lineamientos que los obispos han
impulsado para toda América Latina.
En este sentido, el trabajo que los distintos organismos del Celam han
impulsa­do a lo largo de su historia no es tan conocido en el ámbito académico.
Por ello presento esta investigación dedicada a sistematizar la animación ecuménica
que el Celam ha realizado y que ha quedado en su Archivo. Se trata, por tanto, de
una investigación documental que ofrezco al público interesado con la esperanza
de que pueda suscitar la visita de otros investigadores a dicho Archivo.
Como sesenta años de historia teológico-pastoral dan para mucho y la riqueza
es enorme, me he centrado en las personas que han sido parte de ella, así como en las
diferentes iniciativas, dificultades y logros. De manera sencilla, limitada y descriptiva
busco evidenciar las líneas teológicas que he descubierto en la trayectoria del diálogo
ecuménico animado por el Celam, dar cuenta de su relación con los distintos momentos
históricos y el discernimiento de ellos.

La incorporación del tema ecuménico en


el proceso de configuración del Celam
Los orígenes
El episcopado latinoamericano y del Caribe no fue ajeno al proceso general vivido por
el conjunto de la Iglesia Católica en su evolución hacia lo que hoy conocemos como
diálogo ecuménico. La conciencia de que el diálogo ecuménico es parte de la misión
evangelizadora de la Iglesia y esencial para la credibilidad del Evangelio generalmente
ha venido precedido por acciones que manifiestan el celo por la unidad y la integridad
de la fe. En este sentido, el lenguaje que primaba en el continente en los albores de la
primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Río de Janeiro,
en 1955, es el de la “defensa de la fe” ante la avanzada protestante, de las sectas y de
los movimientos “acatólicos”, calificados como “enemigos de la fe”1.

1
Celam, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Río de Janeiro:

388 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


Debemos enraizar el diálogo ecuménico impulsado por el Celam ligado a la
preocupación por la unidad y la verdad de la fe y, por tanto, a la defensa de la fe. Al
decir esto, nadie debe sacar apresuradamente la conclusión de que el diálogo ecuménico
es una estrategia usada por la Iglesia Católica para un ecumenismo bajo el esquema del
re­torno a su seno de quienes se han ido. Tampoco la ha movido un ánimo proselitista.
Como esperamos mostrar a lo largo del presente escrito, por medio del estudio
de los documentos del Archivo del Celam, se trata más bien de un genuino amor al
Evangelio y de la preocupación episcopal por la unidad eclesial, que desde los albo­
res del Concilio Vaticano II cobró nueva conciencia y acentuaciones conforme a la
ma­durez teológica adquirida en el caminar histórico de la Iglesia latinoamericana. En
este sentido, en sus comienzos, podemos hablar de un tratamiento desde una sana
apologética.
La “situación religiosa”2 de América Latina, frase que denotaba la advertencia de
que esta región, poco a poco iba perdiendo su homogeneidad católica, tanto religiosa
como culturalmente, era una cuestión que preocupaba mucho y que pronto se ligó
a otra: la falta de coordinación de las distintas obras evangelizadoras y pastorales de
la Iglesia latinoamericana3. En este sentido, un importante antecedente a la Conferencia
General de Río de Janeiro y a la creación del Celam fue la realización de la Primera
Semana Latinoamericana de Estudios Apologéticos, celebrada en Bogotá, en 1955.
Cabe señalar que desde 1949 existía en la capital colombiana el Comité Nacional
Pro Defensa de la Fe4 dirigido por el padre Eduardo Ospina S. J., quien habría de
ser el colaborador principal de la Subsecretaría del Celam dedicada a la defensa de la fe
(preocu­pa­da por el protestantismo y los movimientos acatólicos), y el editor de la revista
Miles Christi. El mismo padre Ospina expuso, en el marco de la Conferencia de Río,
la ponencia titulada “La penetración del protestantismo en América Latina”5.

Declaración”, 9. Todas las citas de las conferencias generales del episcopado latinoamericano las hemos
extraido de esta obra.
2
Ibíd., “Conclusiones”, 13.
3
Estas cuestiones, entre otras, fueron las que impulsaron la creación del Celam. Con el fin de no repetir
lo tratado en otros estudios, remitimos al lector interesado en más detalles a Botero Restrepo, El Celam.
Apuntes para una crónica de sus 25 años; y a Celam-Secretaría General, Celam, 50 años de servicio a la co­
munión. Es muy interesante dejar constancia de que el tema de la necesidad de integración y colaboración
en asuntos pastorales ya había sido tratada en el Concilio Plenario Latinoamericano celebrado en Roma
en 1899, y lo importante que fue la creación del Colegio Pío Latinoamericano, en 1858, para que muchos
futuros obispos latinoamericanos se conocieran.
4
Desde mayo de 1946 la Santa Sede había solicitado la creación de secretariados nacionales y diocesa­nos
para promover, actuar, desarrollar y coordinar todas las acciones en pro de la preservación y defensa de la fe.
5
Botero Restrepo, El Celam. Apuntes para una crónica de sus 25 años, 22.

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La I Conferencia General del Episcopado
realizada en Río de Janeiro
La primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano se realizó en
Río de Janeiro entre el 25 de julio y el 4 de agosto de 1955, inmediatamente después
del Congreso Eucarístico Internacional de Río. Además de la preocupación por la
colaboración y la mejor coordinación en asuntos pastorales, se dedicó al “estudio en
forma concreta y con resoluciones prácticas de los puntos más fundamentales y urgentes
del problema religioso de América Latina, desde el doble aspecto de la defensa y de
la conquista apostólica”6.
La Declaración de la Conferencia de Río de Janeiro nos señala, como segun­da
gran preocupación, seguida de la falta de clero, la necesidad de instrucción adecua­
da que explica en los siguientes términos:
…el tesoro de nuestra fe católica se halla amenazado por numerosos enemigos,
que tratan de arrebatar la mejor herencia de América Latina […] esta doctrina
es conocida demasiado superficialmente, y por eso los enemigos de la fe pue­
den tan frecuentemente sembrar la duda para cosechar la indiferencia y hasta
la apostasía o la irreligiosidad.7

Las Conclusiones de la Conferencia de Río de Janeiro le dedican a nuestro tema


el título VII: “Protestantismo y movimientos anticatólicos: preservación y defensa de
la fe”8. Es muy interesante constatar que entre las disposiciones, el acento está en lo
que años más tarde se habrá de conocer con el nombre de ecumenismo espiritual,
a saber: “cruzadas de oraciones” y “pedir la conversión (de los enemigos)”9. Y entre
las acciones hay que destacar la insistencia en el movimiento bíblico: “intensificación
del movimiento bíblico, de tal forma que los fieles se habitúen a la lectura frecuen­te
y aun diaria de las sagradas escrituras, y sobre todo de los santos evangelios”10.
Los obispos reunidos en Río pidieron que en los seminarios hubiera preocu­­
pación por la formación especial de los presbíteros, sobre todo en el conocimiento y re­
futación de las “herejías actualmente diseminadas en las respectivas regiones”11. También

6
Celam-Secretaría General, Celam, 50 años de servicio a la comunión, 25.
7
Celam, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Río de Janeiro:
Declaración” 9.
8
Ibíd., Nos. 69-78. Ver a Pío XII, “Letras apostólicas Ad Ecclesiam Christi” No. 9.
9
Celam, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Río de Janeiro”
No. 70a.
10
Ibíd., No. 72.
11
Ibíd., No.73a.

390 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


abogaron por formar a los catequistas laicos y aconsejaron a los seglares católicos una
“prudente y caritativa aproximación con los hermanos que se hayan apartado de la
Iglesia”12. Es interesante que este punto de la Conferencia de Río de Janeiro hablara de
“hermanos”. Esta nomenclatura y otras para referirse a las distintas denominaciones
de cristianos habrían de necesitar varios años para llegar a una claridad conceptual13.

La creación en el Celam de la Sección para la


Defensa de la Fe y del Comité Latinoamericano
para la Defensa de la Fe, CLAF
Entre las disposiciones de la Conferencia de Río de Janeiro destaca la creación del
Celam, tal y como aparece en el título XI de las Conclusiones14, cuyo punto 6 dice:
…dependerá del Consejo Episcopal, y más directamente de su Presidencia,
un Secretario General, que tendrá además los siguientes Subsecretariados:
I. Preservación y propagación de la Fe Católica, con cuatro secciones: (a) Defensa
de la Fe. (b) Predicación, Catecismo, Enseñanza religiosa. (c) Misiones e indios.
(d) Prensa, radio, cine, televisión. II. Clero e institutos religiosos. Vocaciones.
III. Educación y Juventud. IV. Apostolado de los laicos. V. Acción Social.

Entre el 5 y el 15 de noviembre de 1956 se celebró la primera Asamblea ordinaria


del Celam en Bogotá. Entre las conclusiones respecto de nuestro tema destacan:
1. La recomendación de fundar un Comité Latinoamericano para la Defensa
de la Fe, CLAF. Recién para 1959 este logró tener sus estatutos con la primera
reunión de representantes de los secretariados nacionales reunidos en Río de
Janeiro.
2. Autorización al Secretariado General para crear un Departamento de Sociología
Religiosa. Esta iniciativa nunca logró prosperar, aunque se hicieron varios
estudios en ese sentido.
3. Para la Preservación y Propagación de la Fe Católica, el primer subsecreta­rio
fue el padre Felipe Santiago Benítez (paraguayo) y el encargado de la Defen­sa
de la Fe frente al protestantismo y movimientos acatólicos fue el padre Eduar­do

12
Ibíd., Nos. 73b y 74.
13
En el transcurso del texto se podrán apreciar los distintos usos conceptuales para referirse al gran mundo
de los cristianos no católicos, que van desde los conceptos de protestantes, iglesias históricas, evangélicos,
sectas, movimientos o iglesias libres, nuevos movimientos religiosos, pentecostales, etc.
Ídem, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Río de Janeiro”
14

No. 97.

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Ospina S. J. (colombiano). Todo esto bajo el secretariado general de monseñor
Julián Mendoza (colombiano)15.

Las asambleas ordinarias del Celam de los próximos años siguieron la tónica
de la defensa de la fe y una perspectiva sociológica del estudio de la cuestión religiosa.
En la tercera Asamblea se acordó que el objetivo del Comité Latinoamericano para la
Pre­servación de la Fe, CLAF fuera el siguiente:
[Ser] el organismo especializado, con carácter técnico, de estudio, de in­for­
mación, y ejecución, para planear, sugerir y realizar en la América Latina la
preservación de la fe católica, frente a los movimientos acatólicos, especialmente
del comunismo, protestantismo, espiritismo, masonería y supersticiones.16

Este organismo será entonces el precursor de los futuros departamentos


y secciones del Celam encargados de promover el diálogo ecuménico, el diálogo
interreligioso, el diálogo con la cultura y el diálogo con los no creyentes. La CLAF
acordó, en 1964 (sesión 2 y 3, del 2 al 9 de noviembre), presentar un “modo” sobre
ecumenismo en América Latina en el Capítulo III del esquema sobre ecumenismo
del Concilio Vaticano II, y con las fundamentaciones de dicho modo elaborar un
documento que fuera firmado por los obispos latinoamericanos17.

El movimiento bíblico y el ecumenismo en el Celam


Es importante constatar que –junto con el impulso dado a los estudios sociorreligiosos
de América Latina– entre las medidas implementadas desde Río de Janeiro estuviera la
pro­moción del movimiento bíblico. En su promoción, el ecumenismo y el movimiento
bíblico aparecen unidos en la intención de los obispos latinoamericanos. Vale la pena
recoger aquí las palabras de la Conferencia de Río de Janeiro, en su Título VII: “Pro­
testantismo y movimientos anticatólicos: preservación y defensa de la fe”:
Recomienda encarecidamente la intensificación del movimiento bíblico, de
tal forma que los fieles se habitúen a la lectura frecuente y aun diaria de las
sagradas escrituras, y sobre todo de los santos evangelios, mediante: (a) Ediciones
populares de los libros sagrados debidamente anotadas, procurando orientar a los
fieles sobre el modo de servirse de ellos para su edificación espiritual, y ponien­
do de relieve los textos más importantes y fundamentales, como los relativos
al Primado de Pedro, a la infalibilidad del magisterio eclesiástico, al valor de la

15
Celam-Archivo, “Conclusiones de la 1ª y 2ª Asamblea ordinaria del Celam, 1956 y 1957”. El Archivo
del Celam se encuentra ubicado en la sede del Centro de Formación Bíblica, Teológica y Pastoral para
América Latina, Cebitepal, en Bogotá, Colombia, en la Avda. Boyacá No. 169D-71.
16
Ídem, “Conclusiones de la 3ª Asamblea ordinaria”, 1958.
17
Ídem, “Conclusiones recogidas en el acta de la 9ª Asamblea ordinaria”, 1965.

392 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


tradición, etc. (b) Cursos bíblicos, dados también por radio y correspondencia.
(c) Semanas bíblicas populares (d) La celebración del día nacional de la Biblia,
en el domingo más próximo a la fiesta de San Jerónimo.18
En la Asamblea ordinaria de 1958 se puede encontrar el fuerte eco de Río de
Janeiro: en las recomendaciones dadas está la urgencia por intensificar en la conciencia
católica el aprecio por la Sagrada Escritura19. Esta adhesión al movimiento bíblico
propició el acercamiento a entidades ecuménicas y protestantes ligadas al tema bíblico20.
En la novena Asamblea ordinaria del Celam, celebrada en Roma en 1965, se
acordó dar el nihil obstat a una edición ecuménica del Nuevo Testamento hecha con
la colaboración de los monjes de Taizé. La revisión de esta versión la realizó un equipo
hispanoamericano compuesto por el grupo de traductores de Herder, un profesor del
Seminario Mayor de Lima y dos protestantes: uno español y otro portorriqueño21.
La CLAF, para 1966, programó toda una estrategia de difusión de la Biblia; la llamó
“Operación esperanza”, y su objetivo era difundir más de un millón de los nuevos
testamentos publicados por Herder22.
Esta tarea habría de continuar una vez creado el Departamento de Ecumenismo
del Celam, que se convirtió en uno de los mayores impulsores de la pastoral bíblica,
con la colaboración de las Sociedades Bíblicas Unidas, con el fin de crear una edición
de la Biblia con un lenguaje accesible23.

El impulso ecuménico derivado del Concilio Vaticano II


El Departamento de Ecumenismo del Celam
El sentir ecuménico irradiado por el acontecimiento del Concilio, tanto por su am­
biente ecuménico en sí mismo como por sus documentos –la constitución Lumen
gen­tium y el decreto Unitatis redintegratio– tuvieron resonancia en el episcopado
latinoamericano.

Ídem, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Río de Janeiro”
18

No. 72.
19
Celam-Archivo, “Conclusiones de la 5ª Comisión de la 3ª Sesión ordinaria del Celam”, 1958.
20
Por ejemplo, a las Sociedades Bíblicas Unidas.
21
Celam-Archivo, “Conclusiones de la 9ª Sesión ordinaria del Celam e informaciones de la CLAF”, 1965.
22
Ibíd.
23
Por ejemplo: (1) Biblia Dios habla hoy con Deuterocanónicos (de 1979, con carta de monseñor Alfonso
López Trujillo, secretario general del Celam). (2) Biblia de estudio Dios habla hoy (con carta de presentación
de monseñor Raymundo Damasceno, secretario general del Celam). (3) La Biblia. Traducción en lenguaje
actual (con carta de presentación de monseñor Oscar Rodríguez Madariaga, presidente del Celam).
(4) Actualmente, el Celam, en conjunto con la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos de Norte
América, prepara la Biblia de la Iglesia en América (BIA), proyecto iniciado en 2003, que culminó en 2016.

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En la séptima Asamblea ordinaria del Celam, celebrada en Roma (1963), entre
las sesiones del Concilio, se había decidido descentralizar la estructura del Celam y
crear diez departamentos que sustituyeran las subsecretarías. Con ello, se permitía
que algunos de tales departamentos pudieran funcionar fuera de la sede de la Secre­
taría General en Bogotá.
De acuerdo con este impulso, en la décima Asamblea ordinaria del Celam,
celebrada en Mar del Plata del 9 al 16 de octubre de 1966, se estudió la creación
en fe­cha próxima de un Departamento de Ecumenismo, para acoger el espíritu del
ecumenismo emanado del Concilio y dar cuenta de la situación del continente respecto
del tema. Esta iniciativa se formalizó en la Asamblea ordinaria del año siguiente,
celebrada en Lima, entre el 19 al 26 de noviembre de 1967. Su primer presidente fue
monseñor Antonio Quarracino (argentino). Lo acompañó una comisión compuesta
por los obispos José Castro Pinto (brasileño), Alonso Torris Cobian (mexicano) y
Augusto Salinas Fuensalida (chileno). Su primer secretario ejecutivo fue el presbítero
Jorge Mejía (argentino). Tuvo una subsecretaría encargada de la relación con los
judíos dirigida por el presbítero Luis Rivas (argentino). La sede del Departamento de
Ecumenismo se estableció en Buenos Aires.
La primera reunión oficial del Departamento se realizó en 1970, entre el 19 y
el 23 de enero, y su objetivo fue preparar un encuentro formal de dicho organismo24.
Entre los objetivos para el encuentro se consignaron los siguientes:
–– La organización definitiva del departamento y sus planes de acción hacia el
futuro.
–– Un análisis sobre la situación del trabajo ecuménico en América Latina, me­
diante el estudio presentado por monseñor Antonio Quarracino y de los infor­
mes de los delegados nacionales.
–– Una presentación y un estudio de recientes documentos sobre el problema de
la misión y el proselitismo por parte del Secretariado para la Unidad de los
Cristianos (Vaticano)25.
–– Finalmente, el estudio del informe que presentó el padre Rivas acerca de las
relaciones con los judíos en América Latina.
El Departamento contó con un buen grupo de expertos: los padres Gerardo
Alarcón (peruano); Carlos de Céspedes (cubano), Buenaventura Kloppenburg

24
Celam-Archivo-Sección Ecumenismo, “Historia de la Sección Ecumenismo”, 1980.
25
Los nombres de los documentos son: “Proyecto de documento sobre la misión común” y “Testimonio
co­mún y proselitismo”.

394 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


(brasileño), Humberto Muñoz (chileno), Xavier Solís (costarricense) y José Camps
(ecuatoriano).
En este nuevo periodo, uno de los temas que más preocupó fue el del pro­
selitismo y su relación con la misión y la evangelización. En este sentido, fue muy
estrecho el trabajo que se realizó con el Secretariado para la Unidad de los Cristianos,
con organismos ecuménicos y con iglesias cristianas históricas que tenían presencia
en el continente.
El Departamento de Ecumenismo, en su primera Asamblea, realizada en Bogotá
en 1970, enfatizó en los siguientes puntos26:
–– Trabajar en conjunto con el Secretariado para la Unidad de los Cristianos so­bre
el problema de los movimientos denominados como sectarios. Esta cuestión
fue calificada como la mayor preocupación en América Latina. Se propuso tra­
bajar este tema en conjunto con el Consejo Mundial de Iglesias y el Episcopado
de los Estados Unidos. En esta época, entre los grupos calificados como sectarios
se incluía a los pentecostales, las asambleas de Dios, los adventistas, bautistas,
testigos de Jehová, espiritistas, el ocultismo y el ubanda. Aún no se veía ma­
yor claridad conceptual ni un trabajo de acercamiento y estudio diferenciado
de los distintos movimientos cristianos no católicos.
–– Procurar acercarse a estos movimientos calificados de sectarios mediante la
atención a los valores positivos que ellos pudieran tener para la misma Iglesia
Católica; intensificar los contactos personales; participar ocasionalmente en
los cultos de dichos movimientos, siempre siguiendo las orientaciones del
Directorio Ecuménico; lograr el acercamiento a la Comisión Provisoria para la
Unidad Evangélica Latinoamericana; examinar la posibilidad de colaboración
con los movimientos no católicos para enfrentar los problemas sociales.
–– En el campo bíblico, preparar una reunión continental sobre Biblia, iniciativa
materializada en el primer Encuentro Latinoamericano de Escrituristas,
realizado en San Miguel (Buenos Aires, Argentina), entre el 25 y el 30 de
agosto de 1974. Ahí se reunió un número de treinta especialistas católicos
y evangélicos y se abordaron tres cuestiones principales: (1) Promoción
de especialistas y búsqueda de trabajo conjunto. (2) Estudio de los proble­­
mas actuales de hermenéutica, exégesis técnica y anuncio de la fe; y de temas
relati­­vos a la traducción bíblica y la organización nacional e internacional del
apostolado bíblico. (3) La evangelización y la preparación del Sínodo27.

26
Para la lista sigo de cerca la Documentación Celam 26 (1980): 524ss.
27
En el Archivo del Celam (AC) se encuentra, en la Sección de Ecumenismo (Secum), el proyecto del
en­cuentro de Escrituristas, el programa y un informe. Ver Celam-Archivo, “Archivo 1974”.

theol.ogica xaveriana • vol. 67 no. 184 • jul.-dic. 2017 • 387-410 • bogotá, colombia • issn 2011-219X 395
En 1977 hubo un segundo Encuentro, esta vez en Bogotá, entre el 1.º y el 5
de marzo. Fue tal la conciencia que había en el Departamento de Ecumenismo
de la centralidad de la Palabra de Dios, que en 1970 se consideró la posibili­
dad de crear una sección de Biblia al interior de esta instancia28.

El Departamento de Ecumenismo mantuvo diálogos con las siguientes


tradiciones cristianas y entidades ecuménicas:
–– De manera destacada, con los anglicanos. El primer encuentro se realizó entre
el 9 y el 14 de febrero de 1971, promovido por el Departamento de Ecumenis­
mo del Celam y por la Conferencia Anglicana Latinoamericana. Fue un
encuentro de obispos: diez católicos romanos y diez católicos anglicanos29.
Entre las con­clusiones del encuentro están las siguientes: (1) Promover la
conciencia ecu­ménica en las comunidades de base, así como el estudio y
análisis de algunos puntos doctrinales tales como la autoridad de la Iglesia, el
sacerdocio ministerial y la eucaristía. (2) La profundización de la Palabra de
Dios, al reconocerla como fuente de unidad y de verdad, y ver la posibilidad
de ampliar esta experiencia con otras confesiones. (3) Estudiar temas pastorales,
como los matrimonios mixtos, el uso común de lugares de culto, etc.
–– La Federación Luterana Mundial invitó al Departamento de Ecumenismo
a en­viar observadores a la tercera Conferencia Continental Luterana realizada
en Buenos Aires, en 1969.
–– Las Sociedades Bíblicas Unidas. El secretario del Departamento fue invitado
como observador en la Asamblea de las Américas de las Sociedades Bíblicas
(en Oaxtepec, en 1968), de donde salió el documento de cooperación de esta
en­tidad con la Iglesia Católica. De ahí en adelante, y hasta hoy, la relación ha
sido estrecha y en los últimos diez años se ha canalizado mediante el Centro
Bíblico Pastoral del Celam, Cebipal, actualmente unificado con los otros centros
de formación en la Escuela Bíblica del Cebitepal.
Los miembros del Departamento de Ecumenismo reconocen que en esta
primera etapa existía gran ignorancia mutua y confusión entre los cristianos, sobre
todo a la hora de distinguir entre iglesias, comunidades eclesiales separadas, sectas y
mo­vimientos libres. Además, el incipiente ecumenismo se restringía al nivel de las
jerarquías y pastores, sin la participación del pueblo cristiano. Por último, se refieren al
“peligro de laicización” de la tarea ecuménica, debido a la tentación de ciertos grupos

28
Celam-Archivo, “Archivo Secum 1976-1981”, en especial “Secum 1980” (en el archivo de este año se
encuentra el memorándum enviado a la Secretaría General).
29
Ver Celam, Documentación Celam 26 (1980): 526-527.

396 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


muy activos de prescindir de toda diferencia y unirse en las tareas de transformación
social y servicio de la comunidad.
En este primer periodo también se comenzó a hablar de que todos los de­par­
tamentos del Celam deberían incluir una dimensión ecuménica, como orientación
intrínseca de toda pastoral30.

La II Conferencia General del Episcopado


celebrada en Medellín
En 1968 se celebró la segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
en Medellín, del 26 de agosto al 7 de septiembre. Las conclusiones hacen las siguientes
re­ferencias al ámbito ecuménico:
–– Invita, a las diversas confesiones y comuniones cristianas, así como a los no
cristianos, a trabajar conjuntamente por la paz31.
–– Propone que la escuela católica esté abierta al diálogo ecuménico32.
–– Insiste en que la renovación de la catequesis debe tener en cuenta las exigencias
del pluralismo33.
Estamos en una nueva conciencia de la Iglesia latinoamericana34 y –en este
con­texto– el diálogo ecuménico cobra más y más relevancia.

La Sección de Ecumenismo, Secum


La decimocuarta Asamblea ordinaria del Celam, realizada en Sucre, en noviembre
de 1972, determinó que el Departamento de Ecumenismo se convirtiera en Sec­
ción de Ecu­menismo, dependiente de Secretaría General, como una manera de
mostrar que todo el Celam debería tener una dimensión ecuménica. Se organizaría con
un obispo responsable y un secretario ejecutivo. El obispo responsable fue monseñor
Samuel Carter, arzobispo de Kingston (Jamaica). Como secretario ejecutivo continuó el
padre Jorge Mejía (argentino). La nueva estructura no solo pretendía ser simbólica: como

30
Celam-Archivo, “Conclusiones de la 12ª Asamblea General”, San Pablo, 1969.
Celam, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Medellín, Paz”
31

No. 26.
32
Ibíd., “Documento de Medellín, Educación” No. 19d.
33
Ibíd., “Documento de Medellín, Catequesis” Nos. 8 y 17e.
34
Título de la importante obra de Ronaldo Muñoz, Nueva conciencia de la Iglesia en América Latina. Está
ba­sada en su tesis doctoral, que incluye un estudio de todos los documentos importantes de la Iglesia
latinoamericana desde el Concilio hasta el final de la década de los años 60.

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dimensión ecuménica del Celam implicó aspectos muy concretos que se declararon
de la siguiente manera35:
–– La Sección está a disposición de la Presidencia del Celam para todo lo que se
re­fiere a las relaciones con otras iglesias y comunidades en América Latina y
con el judaísmo.
–– Se relaciona con los departamentos y otras secciones garantizando la pers­
pec­tiva ecu­ménica en todas las acciones y ámbitos.
–– Propicia la presencia ecuménica por medio de observadores de otras iglesias y
comunidades en varias reuniones de los departamentos (destaca el encuentro
sobre Ministerios, en Quito, en 1974).
–– Se consulta al secretario de la Sección acerca de problemas o dificultades ecu­
ménicas que plantea la actividad de los otros organismos. Esta coordinación se
da gracias a la reunión de coordinación que el Celam convoca dos veces al año.
–– Procura la presencia del secretario de la Sección en las reuniones del equipo de
re­flexión teológica del Celam.
La nueva estructura facilitó varias iniciativas, a saber:36
–– Creación de la comisión mixta Celam-Consejo Anglicano Latinoamericano,
CALA. Cabe destacar que el arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey, visitó
oficialmente el Celam el 19 de septiembre de 1974.
–– En 1977 se realizó el encuentro del grupo mixto metodista-católico en Buenos
Aires.
–– Presencia de un observador del Celam en la Asamblea del Consejo de Iglesias
Evangélicas, Ciemal.
–– Organización de cursos nacionales de ecumenismo con el patrocinio de
la Sección. A modo de ejemplo, el secretario participó en el III Curso del
Secretariado Nacional de Ecumenismo de Argentina, en julio 1974.
–– Organización de los dos encuentros de biblistas (1974 y 1977).
–– Encuentro Latinoamericano de Delegados de Ecumenismo, realizado en Bogotá
del 3 al 7 de febrero de 197637. El evento fue muy importante y significativo,
porque tuvo gran asistencia, con representantes de toda América Latina y
del Caribe, quienes presentaron informes de la situación del ecumenismo

35
Ver Celam, Documentación del Celam 26 (1980): 529-531; Celam-Archivo, “Encuentro La­ti­noamericano
de Ecumenismo”, 1976.
36
Ibíd.
37
Aunque en Documentación del Celam 26 (1980): 531 dice que fue en 1975, en el Archivo del Celam
se encuentran las actas, y el año es 1976.

398 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


por país (desarrollados en torno de dos grandes puntos: realizaciones en
el ámbito ecuménico y dificultades). Tales informes, así como las ponencias
del Encuentro, se encuentran en los archivos del Celam (1976). Los títulos
de algunas de las ponencias nos permiten hacernos una idea de los contenidos
del Encuentro: “Situación del ecumenismo en el plano mundial, desde la
perspec­tiva del Secretariado para la Unidad Cristiana de la Santa Sede” (padre
Pierre de Contenson O. P.); “La salvación cristiana y el progreso humano
temporal en la actual discusión ecuménica” (padre Buenaventura Kloppenburg,
O. F. M.); “Colaboración religiosa de cristianos separados en América Latina”
(doctor Osvaldo Santagada); “Biblia y ecumenismo en América Latina”
(presbítero Jorge Mejía).
El estudio y la identificación de las que se denominaban iglesias libres y los
movimientos religiosos libres fueron impulsados fuertemente durante este periodo,
con la colaboración del Instituto Pastoral del Celam. Cabe señalar la intensa actividad
del entonces director del Instituto Pastoral, el padre Buenaventura Kloppenburg, quien
ya había publicado “El problema de las sectas en América Latina”. Cabe destacar que,
en el Archivo del Celam, en la Sección de Ecumenismo, se encuentran documen­tos
no publicados de los estudios que de estos grupos se iban haciendo38. Este proceso
tuvo su fruto visible con la publicación por parte de la Sección de Ecumenismo de
una Guía Ecuménica y de un Léxico ecuménico (1981)39.

La III Conferencia General del Episcopado


celebrada en Puebla
Desde 1977, la Sección de Ecumenismo se preocupó también por hacer su aporte a
la ter­cera Conferencia General del Episcopado realizada en Puebla, en 1979.
De hecho, el de Puebla fue el primer documento de una conferencia general
del episcopado que dedicó párrafos específicos al tema del ecumenismo: “Diálogo
para la comunión y la participación” (Nos. 1096-1127). Del Documento de Puebla
podemos hacer las siguientes consideraciones respecto del ecumenismo:
–– La categoría clave es la de comunión. Detrás de esto está una madurez ecle­
siológica en correspondencia con el Concilio.

Celam-Archivo, “Archivo Secum 1970-1981”: documento “Movimientos religiosos autónomos (sectas)”


38

No. 108 (sin fechas, pero abarca documentos desde 1970 hasta 1981).
39
La presentación la realizó monseñor Antonio Quarracino, secretario general del Celam; y tuvo la pre­
paración final de Buenaventura Kloppenburg y Orlando Bueno, quienes actuaron como editores de la
Guía ecuménica y del Léxico ecuménico.

theol.ogica xaveriana • vol. 67 no. 184 • jul.-dic. 2017 • 387-410 • bogotá, colombia • issn 2011-219X 399
–– El concepto de diálogo y de evangelización, con toda la influencia del magiste­rio
de Pablo VI (Ecclesiam suam, Concilio, Evangelii nuntiandi).
–– Aún persiste la ambigüedad conceptual. Por ejemplo, se habla indistintamente
de sectas, de iglesias libres, de movimientos religiosos libres, etc.
–– Se sigue fortaleciendo el conocimiento y difusión de las Sagradas Escrituras.
–– Se insiste en la posibilidad de trabajar juntos por los derechos humanos, la
jus­ticia y la paz; y en proseguir con los grupos mixtos y diálogos bilaterales.
–– Finalmente, Puebla reconoce que continúa la desconfianza mutua entre
las tradiciones y comunidades. Denuncia que también hay casos de instru­
men­­talización política del ecumenismo. En muchos existe fundamentalismo y
literalismo interpretativo de los textos, y también proselitismo.
Las recomendaciones pastorales se refieren al carácter testimonial del diá­lo­go
y, por lo mismo, a su intrínseca relación con la evangelización, y al pro­tagonis­mo del
Espíritu Santo, tanto en la evangelización como en el ecumenismo que busca la unidad
(No. 1114). Finalmente, Puebla recoge la doctrina ecuménica del Con­cilio en Unitatis
redintegratio y exhorta a participar del movimiento ecuménico (No. 1115).
Sin duda, fue muy importante la labor del padre Jorge Mejía como secretario de
la Sección. El 1.º de julio de 1979 asumió la secretaría el presbítero Gonzalo Ospina
(Colombia), pero solo estuvo hasta el 9 de abril de 1980. Ese mismo año fue nombrado
como secretario ejecutivo el padre Orlando Bueno (colombiano).

La IV Conferencia General del Episcopado


celebrada en Santo Domingo
Los años anteriores a 1992 significaron para el Secum tener que dedicarse a la pre­
paración de la cuarta Conferencia General del Episcopado a realizarse en Santo
Domingo. Tres fueron las grandes sugerencias de la Sección para la Conferencia
General40:
1. Profundizar la relación entre nueva evangelización y ecumenismo. El diálogo
ecu­ménico ayuda a profundizar en la Palabra de Dios y aplicarla a la vida. Se
debe respetar el principio de libertad religiosa. Además, centrar la religión en
una viva cristología y promover la dignidad humana. De esta manera, el pue­
blo ca­tólico y cristiano sería un testimonio vivo de una cultura cristiana.
2. Frente a la problemática de las sectas, la nueva evangelización debe encontrar
nuevos métodos y expresiones para enfrentar el proselitismo y dar a los

40
Celam-Archivo, “Informe Secum 1991-1993”.

400 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


evangelizadores un nuevo ardor que contraste con los predicadores sectarios.
Solicita centrarse en la formación de laicos y mantener la investigación frente
al tema de las sectas.
3. Continuar el diálogo con las iglesias históricas, enfatizando los temas de
evangelización de la cultura, inculturación del Evangelio y la promoción
humana, buscando una praxis cristiana común frente a los no cristianos y no
creyentes.
La cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano reunida en
Santo Domingo (12-28 de octubre de 1992), se realizó en el contexto de los 500
años de la llegada del Evangelio a estas tierras y llevó por lema “Nueva evangelización,
pro­moción humana y cultura cristiana. Cristo ayer, hoy y siempre”.
El tema del ecumenismo se desarrolló desde el número 132 al 135. Reto­
mó las principales líneas del Concilio Vaticano II (Unitatis redintegratio) y el texto
bíblico de Jn 17,21. La Asamblea de Santo Domingo reconoció el diagnós­ti­co re­
sultan­te del trabajo del Celam los años anteriores: “La existencia de una confusión
sobre el tema, fruto de una deficiente formación religiosa, y de otros factores […].
El fundamentalismo proselitista de grupos sectarios cristianos que obstaculizan el
sa­no ca­mino al ecumenismo”41.
La Asamblea de Santo Domingo, con la autoridad del papa Juan Pablo II,
de­claró que el ecumenismo es una prioridad en la pastoral de la Iglesia42. Y en las
lí­ne­as pastorales destacó el último punto, donde se pide “valorizar la Sección de
Ecu­menismo del Celam (Secum) y colaborar con sus iniciativas”43.
Es de destacar que Santo Domingo dedica apartados propios a las “sectas fun­
damentalistas” (Nos. 139-146) y a los “nuevos movimientos religiosos o movimientos
religiosos libres” (Nos. 147-152). Esto es un paso adelante, porque permite
introducir claras distinciones, no solo a nivel conceptual sino en las líneas y acciones
pastorales. Sobre las sectas fundamentalistas y dentro de las líneas pastorales, Santo
Domin­go solicita: “Que la Iglesia sea cada vez más comunitaria y participativa
y con comunidades eclesiales, grupos de familias, círculos bíblicos, movimientos y
asociaciones eclesiales, haciendo de la parroquia una comunidad de comunidades”44. Sin
duda se trata de una recomendación que continúa en deuda hasta hoy, pero además un

Celam, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Santo Domingo”
41

No. 133.
42
Ibíd. No. 135.
43
Ibíd.
44
Ibíd. No. 142.

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hecho que muestra que los católicos pueden aprender de los otros cristianos o recuperar
los aspectos que por distintas razones se pudieron oscurecer con el paso de los siglos.
La segunda línea pastoral es clave, ha marcado el caminar del magiste­rio
episcopal latinoamericano hasta nuestros días, y constituye también el centro del ecu­
menismo: “Provocar en los católicos la adhesión personal a Cristo y a la Iglesia por el
anuncio del Señor resucitado”45. Hay que destacar de este periodo el hecho de que se
identifica al movimiento pentecostal no católico como motivo de especial estu­dio46.
En este sentido, se realizó un seminario de estudio del tema, en conjunto con la CLAI
(1998); sus principales ponencias se publicaron en un número monográfico de revista
Medellín 95 (1998).

Comunión y diálogo entre los discípulos:


categorías claves para el ecumenismo
El Departamento de Comunión Eclesial y Diálogo
El cuatrienio comprendido entre 2003 y 2007 estuvo marcado por la reorganización de
los departamentos y secciones del Celam47, y por la preparación de la V Conferen­cia
General del Episcopado a celebrarse en Aparecida (2007).
La Sección de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso se incorporó al recién
creado Departamento de Comunión y Diálogo. El obispo encargado de esta Sección,
al interior del Departamento fue monseñor Oneres Marchiori (brasileño), y el secreta­
rio ejecutivo de todo el Departamento, el padre José Vélez García (colombiano). El
objetivo de esta última instancia se define en los siguientes términos: “Contribuir
al fortalecimiento de la comunión eclesial en sus diferentes niveles y al diálogo con
otras confesiones para que se efectúe la misión universal de la Iglesia y se posibilite la
globalización de la solidaridad”48.
La disminución de los recursos del Celam, su reestructuración y la toma de
conciencia sobre el crecimiento del movimiento pentecostal y la disminución de las
iglesias históricas hicieron que las distintas actividades ecuménicas disminuyeran en

45
Ibíd.
46
Ídem, Plan Global 1995-1999: Programa No. 88: “Estudio de los movimientos pentecostales no
católicos”.
47
Decidida en la 29 asamblea ordinaria del Celam, realizada en Tuparendá, Paraguay, del 13 al 16 de
mayo de 2003. Ver en ídem, Plan global 1999-2003. Encuentro con Jesucristo vivo, en el horizonte del
tercer milenio y en ídem, Informe de gestión 2003-2007. Hacia una Iglesia casa y escuela de comunión y de
solidaridad en un mundo globalizado.
48
Ibíd., 70.

402 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


número, si las comparamos con la década de los años noventa. No obstante, se dieron
otros pasos importantes al interior de la misma Iglesia Católica, como la implantación
de espacios académicos dedicados al ecumenismo en los seminarios.
La Conferencia de Aparecida habría de marcar la labor pastoral y animar el
trabajo del Celam en los siguientes cuatrienios. Así se reflejaría en sus planes globales49.
Con las nuevas fuerzas y herramientas teológicas aportadas por los obispos en
Aparecida, se retomó la idea de que el ecumenismo es un tema transversal que debería
estar presente en los distintos programas del Celam.

Discipulado misionero y eclesiología de


comunión desde la V Conferencia General
del Episcopado celebrada en Aparecida
La Conferencia de Aparecida (2007) estuvo marcada por los ejes del discipulado
misionero y la eclesiología de comunión, y por tanto, por la vivencia del bautismo
trinitario que nos introduce en la vida plena. Estos acentos, sin duda, son muy
prometedores para el diálogo ecuménico50. Aparecida le dedicó directamente al
diálo­go ecuménico los números 227-234 y nos recuerda que “el ecumenismo no se
jus­tifica por una exigencia simplemente sociológica sino evangélica, trinitaria y bau­
tismal: expresa la comunión real, aunque imperfecta que ya existe entre los que fueron
regenerados por el bautismo y el testimonio concreto de fraternidad”51.
La fraternidad cristiana, por tanto, es esencial para la credibilidad de la misión
y la evangelización. En el llamado a la misión y la evangelización, el ecumenismo ofre­ce
la posibilidad de dar testimonio común del Evangelio; y dentro de la evangelización
y el diálogo ecuménico tiene cabida una auténtica apologética52. Aparecida insistió
en la importancia de la oración, porque ante todo el ecumenismo es un don y se
cons­­truye desde la sincera conversión53. No olvidaron los obispos reunidos el tema
recurrente del proselitismo, pero frente a él pusieron el acento en el mismo diálogo,
y llamaron a buscar nuevas formas de discipulado y misión en comunión54.

49
Ídem, Plan global 2007-2011. Discípulos misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos, en él, tengan
vida, 66; ídem, Plan global 2011-2015. La vida se manifestó, nosotros la hemos visto, y eso les anunciamos
(1Jn 1,1-4), 58-59; ídem, Plan global 2015-2019. Hacia una Iglesia en salida, 88-89.
50
Merino, “Renovación misionera y diálogo ecuménico en Latinoamérica: convergencias teológicas”,
313-332.
Celam, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: “Documento de Aparecida”
51

No. 228.
52
Ibíd. No. 229.
53
Ibíd., No. 230.
54
Ibíd. No. 233.

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Por ello, los cuatrienios siguientes a la Conferencia de Aparecida han centrado
su trabajo en potenciar la reflexión de las consecuencias de la eclesiología de co­munión
y el discipulado misionero en el ecumenismo, con un deseo que no ha si­do fácil de
implementar55: el de incluir en los encuentros ecuménicos tanto a las igle­sias históricas
como al movimiento pentecostal56.

Balance del camino recorrido


Todo balance destaca algunos aspectos y oculta otros. No obstante, de acuerdo con la
metodología que durante algunos años se ha utilizado para los informes de gestión de
los departamentos y los centros de formación de comunión, podemos preguntarnos
sobre los grandes avances en materia de ecumenismo y los desafíos que nos interpelan
para abrirnos a las mociones del Espíritu Santo.

Avances
1. El ecumenismo impulsado por el comunión, en sus sesenta años y desde las
dis­tintas estructuras que lo han concretado (Secretariado, Departamento, Sección,
Sec­ción de Departamento), ha ido de la mano con el magisterio de los obis­pos
latinoamericanos (principalmente con las orientaciones de las cinco conferen­­cias ge­
nerales: Río, Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida) y de los papas (Pío XII,
Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco).
Me parece que el primer gran logro ha sido una toma de conciencia a nivel
episcopal, en diálogo con el magisterio universal, de que el diálogo ecuménico es
parte integrante de la misión evangelizadora de la Iglesia. Esto incluye el tema de la
credibilidad del Evangelio en un mundo cambiante, que ha mutado en nuestro con­
tinente desde la (supuesta) hegemonía católica hacia la acogida de la diversidad y la
pluralidad (cristiana, religiosa, cultural). En este proceso, ha sido muy importante
la renovación teológica, sobre todo la eclesiológica, a partir del Concilio.
Este magisterio ha puesto el acento en la eclesiología de la comunión, el dis­
cipulado misionero, el diálogo como método para la búsqueda de la paz y la integración
y, finalmente, el bautismo y la espiritualidad trinitaria. De este modo, la unidad de
la Iglesia se entiende bajo la categoría de comunión (grados de comunión), haciendo
que el bautismo y el ecumenismo espiritual ocupen el centro.

55
Ídem, Informe de gestión 2011-2015. Para que nuestros pueblos, en él, tengan vida, 107-110.
56
Ofrezco una mirada sobre esta cuestión en mi artículo “Contenidos teológicos para un diálogo católico-
pentecostal. Hacia un testimonio común del Evangelio”, 575-602.

404 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


2. Lo anterior ha implicado un lento aprendizaje y acercamiento a la diversidad
cristiana que ha cobrado diversos matices y fases: (a) Clarificación del lenguaje, sobre
todo el que distingue entre diálogo interreligioso y diálogo ecuménico, y al interior
de este último, la clarificación del estatuto eclesiológico de las distintas denomina­
ciones cristianas: iglesias históricas, comunidades eclesiales, movimientos cristianos
libres, movimiento pentecostal y las sectas de origen cristiano o pseudocristianas.
(b) Mayor conocimiento de los otros cristianos mediante encuentros, relaciones
bilaterales, investigación de nuevos movimientos cristianos o pseudocristianas,
relaciones con organismos ecuménicos, oración en común y acciones en común, etc.
3. Animación constante, aunque con respuesta dispar, a las conferencias episco­
pales y las diócesis, para crear comités ecuménicos y de diálogo interreligioso; también
una constante difusión del magisterio sobre ecumenismo y diálogo. Esta animación se
ha realizado mediante las visitas de los obispos y secretarios ejecutivos a las conferencias
episcopales y diócesis, y mediante la realización de diversos encuentros regionales y
continentales.
4. Llamado permanente a la inclusión en los planes de formación para los agentes
de pastoral de la dimensión ecuménica, tanto en el ámbito especializado como desde
una dimensión transversal a toda la formación y la pastoral. Esto ha incluido la or­­
ganización de diversos cursos y publicaciones.
5. Pese a las dificultades, se ha tomado conciencia y se organizan acciones que
apun­tan al acercamiento con el movimiento pentecostal. Esto es muy importante,
por­que dicho movimiento agrupa a la inmensa mayoría de los cristianos no católicos
del continente. Con los cristianos pentecostales está la posibilidad y la necesidad de
bus­car un testimonio común del Evangelio en un mundo plural57.
6. La situación de pobreza, exclusión y la opción por los pobres ha mostrado la
po­sibilidad de realizar un trabajo conjunto con distintas organizaciones cristianas no
ca­tólicas, en el marco de un ecumenismo social, práctico o vital que es muy importante.
7. Finalmente, pero no en último término, sino en el más destacado, debemos
ale­grarnos de que se tenga muy claro que el diálogo ecuménico es ante todo un don
del Espíritu Santo que se nutre de la oración y la Palabra de Dios. En este sentido, la
permanente animación para la oración en común, la organización de la Semana de
Oración por la Unidad de los Cristianos y una evangelización y una pastoral centra­
das en la Palabra de Dios mantienen viva la esperanza en este camino de conversión
fra­ternal que es el ecumenismo.

57
Merino, “Diálogo católico pentecostal. Ejercicio de la fraternidad cristiana y credibilidad del Evangelio”,
557-594.

theol.ogica xaveriana • vol. 67 no. 184 • jul.-dic. 2017 • 387-410 • bogotá, colombia • issn 2011-219X 405
Desafíos que nos abren al soplo del Espíritu Santo
1. La conciencia de la importancia del diálogo ecuménico para la credibilidad del
Evangelio se ha manifestado históricamente en su relación con la misión. No obs­
tante, en nuestras tierras ha sido muy difícil que se asuma la relación esencial entre
evangelización y ecumenismo. Lamentablemente, por parte de muchos agentes evan­
gelizadores, evangelización y ecumenismo parecen entenderse como excluyen­tes. Esto
se ve agravado por las características de los cristianos no católicos del continen­te,
quie­nes son fuertemente proselitistas, y de un evangelismo de origen norteamerica­­no,
fundamentalista y anticatólico. De este modo, en la conciencia católica, la preocupación
ha sido detener el éxodo de fieles y la defensa de la fe católica.
2. La especial configuración del cristianismo no católico del continente ha dificul­
tado un diálogo ecuménico clásico. Esto hace que no se puedan “copiar” las iniciati­
vas europeas, ni asumir sus estilos. En nuestro continente, las iglesias protestantes
his­tóri­cas son la minoría en el ámbito total de los cristianos que no son católicos.
La mayoría son evangélicos pentecostales y neopentecostales. Esta situación ha
pro­vocado que dos de los principios vitales para el ecumenismo sean muy difíciles:
(a) La reciprocidad. (b) Los interlocutores significativos.
3. El desconocimiento mutuo, la confusión conceptual, el acostumbramiento a
la hegemonía católica, en lo cultural y lo religioso, han dificultado que los obispos,
presbíteros, religiosos y religiosas, así como el pueblo cristiano católico en gene­ral, se
apropien del ecumenismo como dimensión constitutiva de la evangelización. Esto
ha hecho que las iniciativas ecuménicas emanadas del Celam tengan generalmente
poca convocatoria y continuidad, lo cual ha causado sensación de falta de interés y,
en muchas ocasiones, de desánimo.
4. Aunque ha crecido la conciencia de la importancia del diálogo ecuménico (al
menos, a nivel del magisterio), el camino para llevarlo a todas las dimensiones de
la vida de la Iglesia y de la pastoral ha sido difícil. Esto constituye el principal desafío
y una petición transversal de los distintos cuatrienios del Celam.

Publicaciones del área de Ecumenismo del


Celam y revista Medellín
El Celam ha acompañado la animación de ecumenismo en América Latina mediante
publicaciones en su editorial y en la revista Medellín. En ellas, los distintos asesores y
autores han aportado sus reflexiones y proyecciones pastorales. A continuación pre­
sento el elenco de estas publicaciones, en orden cronológico.

406 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


Libros:
–– Celam. Encuentro Latinoamericano de Ecumenismo, Bogotá, 3-7 de febrero de
1976. Bogotá: Consejo Episcopal Latinoamericano, 1976.
–– Mejia, Jorge. Puebla: diálogo ecuménico e interreligioso. Bogotá: Consejo
Episcopal Latinoamericano, 1980.
–– Celam. Sección de Ecumenismo. Elementos de pastoral ecuménica. Guía y léxico.
Bogotá: Consejo Episcopal Latinoamericano, 1987.
–– Celam-Sección de Ecumenismo. Amanecer. Estrategias evangélicas para la
toma misionera del mundo y de América Latina. Bogotá: Consejo Episcopal
Latinoamericano, 1990.
–– Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Directorio
para la aplicación de los principios y normas sobre el ecumenismo. Bogotá: Con­
sejo Episcopal Latinoamericano, 1994.
–– Celam. La encíclica “Ut unum sint”. Comentarios. Bogotá: Consejo Episcopal
La­tinoamericano, 1996.
–– Celam-Departamento de Misiones (comp.). Sectas y nuevos movimientos re­
ligiosos. Antología de textos de la Iglesia Católica 1986-1994. Bogotá: Consejo
Episcopal Latinoamericano, 1996.
–– Sampedro Nieto, Francisco. Las iglesias cristianas. Bogotá-Santiago de Chile:
Consejo Episcopal Latinoamericano-Tiberiades, 1997.
–– Urrea Viera, Juan Carlos. El futuro del ecumenismo. Bogotá: Consejo Episcopal
Latinoamericano, 2000.
–– Fernandez Mora, Hugo; Mario Á. Flores Ramos; Mario de Franca Miranda; y
Juan Carlos Urrea Viera. Comentario teológico a la declaración Dominus Iesus.
Teólogos latinoamericanos. Bogotá: Consejo Episcopal Latinoamericano, 2001.
–– Cipriani, Gabriel. El ecumenismo y el diálogo interreligioso. Bogotá: Consejo
Episcopal Latinoamericano, 2009.
Artículos de la revista Medellín:
–– Secretariado para la Unión de los no Cristianos. “Las diversas formas del ecu­
menismo local”. Medellín 3 (1975): 410-419.
–– Kloppenburg, Boaventura. “La salvación cristiana y el progreso humano tem­
poral en la actual discusión ecuménica”. Medellín 6 (1976): 217-229.
–– Comisión de Anglicanos y Católicos. “Acuerdos ecuménicos entre católicos y
an­glicanos”. Medellín 11 (1977): 433-451.
–– Comisión Mixta. “La presencia de Cristo en la Iglesia y el mundo. Diálogo
en­tre la alianza reformada mundial y el secretariado para la unidad de los
cris­­tia­nos”. Medellín 14 (1978): 271-299.

theol.ogica xaveriana • vol. 67 no. 184 • jul.-dic. 2017 • 387-410 • bogotá, colombia • issn 2011-219X 407
–– Comisión Mixta Católico-Romana-Evangélica-Luterana. “La cena del Señor”.
Medellín 19 (1979): 429-450.
–– Congreso Internacional Ecuménico de Teología. “Eclesiología de las
comunidades cristianas populares. Documento del IV Congreso Interna­
cio­nal Ecuménico de Teología”. Medellín 22 (1980): 282-296.
–– Porcile Saniso, María Teresa. “Ecumenismo en América Latina”. Medellín 22
(1980): 186-199.
–– Tamayo, Francisco. “Anotaciones al documento del IV Congreso Internacional
Ecuménico de Teología celebrado en Sao Paulo, Brasil”. Medellín 24 (1980):
537-542.
–– Methol Ferre, Alberto. “Nuevo y extraño ecumenismo”. Medellín 27 (1981):
396-408.
–– Comisión para las Relaciones Religiosas con los Judíos. “Judíos y católicos.
Notas para una correcta presentación de los judíos en la predicación y en la
catequesis de la Iglesia Católica”. Medellín 54 (1988): 185-195.
–– Gonzalez Dorado, Antonio. “El ecumenismo: objetivo y cauce de la nueva
evangelización”. Medellín, 71 (1992): 522-539.
–– Alzate, Carlos Mario. “¿Qué es el ecumenismo?” Medellín 91 (1997): 361-373.
–– De Céspedes, Carlos Manuel. “Las proyecciones del directorio ecuménico en
América Latina. Aprobado por S.S. Juan Pablo II el 25 de enero de 1993”.
Medellín 91 (1997): 393-403.
–– Gros, Jeffrey. “Un programa de acción para la unidad de la Iglesia en el hemisferio
occidental. Encuentro con Jesucristo vivo, camino para la conversión, la
comunión y la solidaridad en América”. Medellín 91 (1997): 455-489.
–– Urrea Viera, Juan Carlos. “La reflexión episcopal acerca del ecumenismo en
América Latina y el Caribe”. Medellín 91 (1997): 375-391.
–– Merino Beas, Patricio. “Diálogo católico pentecostal. Ejercicio de la fraternidad
cristiana y credibilidad del Evangelio”. Medellín 152 (2012): 577-594.
El camino ecuménico es, en sí mismo, arduo; es de esperar que las dificulta­des
no apaguen la esperanza y que la organización del Celam pueda introducirlo entre
sus dimensiones transversales. Sin embargo, hay que cuidar que esta transversalidad
sea concreta y no termine por diluirlo o invisibilizarlo. Aún está por verse si realmente
la eclesiología de comunión y la teología del discipulado –tan fuertemente recogidas
por Aparecida y por el magisterio del papa Francisco en Evangelii gaudium– logran
tener acogida y producir conversión pastoral en el ejercicio de la fraternidad cristiana
en las diversas estructuras pastorales.

408 el diálogo ecuménico animado desde el celam • patricio merino-beas


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